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Diego Orlando Bernal

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Albeiro B

Albeiro B

El Manual de Xenos

Con la llegada de aquel personaje al Confín, lugar donde el viento se devuelve, todo empezó a cambiar, su presencia provocó diversos sentimientos, hasta hubo quienes dijeron sentir que fueron poseídos por un extraño frio, como el que se siente ante la presencia del vacío. Desde su arribo, su presencia fue notoria, aun cuando parecía que todo seguía su marcha. Por ello es que muchos indagaban sobre las razones que tenía el recién llegado para haber realizado un viaje tan largo, el arribo del extraño con su extravagancia, hacía que su presencia fuera teatral, llego en medio de la calle principal, con una danza construida con sus propias palabras, esa provocadora acción escandalizó. Al tiempo fue admirado viéndolo bailar con el silencio. La presencia del forastero le brindo prosperidad a muchas personas, nadie sabía cuál era su ocupación, se ignoraba su origen, pero coincidían que era de esa clase de personas que siempre están con más de lo necesario, lo que genero rumores.

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Se dice que la riqueza atrae a los necesitados, como el mugre a las moscas, las personas empezaron a entablar amistad con el extraño, frecuentándolo a diario, entre más lo visitaban, más deseaban. Pronto esas personas vieron sus deseos materiales satisfechos, hasta abandonar sus trabajos, pues al no faltarles nada material, pensaban que era un sinsentido trabajar. En ese ritmo los días fueron pasando, pero cada vez era menos la gente en las calles, muchos habían optado por el encierro, poco se hablaba, algunos recogieron sus palabras en lo más profundo de su memoria. El panorama se volvió similar a una prisión de palabras. Los ancianos tenían la creencia que tanta abundancia era la causante del malestar, ya que vivir la vida sin un sentido, hace que las personas se aten a los invisibles hilos que las convierten en marionetas.

El terrible cuadro generado por la escases de palabras, al igual que la ausencia de frases, llevo a buscar la forma de conservar algunas palabras, para ello las fueron apilando en escritos conservados celosamente en una secreta biblioteca.

Con el paso del tiempo, las personas dejaron de frecuentar al extraño, por ello es que aquellos que estuvieron alejados del extraño, observaron la forma como decaía la salud de los que fueron amigos del forastero, quien empezó a sufrir una lenta mutación, su figura se volvió patética, generando la sospecha de padecer una enfermedad terminal. La decadencia de la salud del forastero se acompañó de la pérdida de su memoria, al igual que le sucedió a las personas que lo habían frecuentado. Por ello es que surgió una barrera invisible entre ese personaje, sus amigos y las personas del lugar, ya que era evidente que tanto el forastero, como las personas que gozaban de prosperidad, fueron perdiendo, en forma lenta, su salud, su memoria, hasta terminar olvidando todo… las palabras los empezaron a abandonar.

“La reflexión es el ojo del alma”. Jacques Benigne Bossuet

El miedo se incrementó, era difícil explicar el sentimiento que sentían ante la mortandad de las palabras, la mayoría estaban sumidos en un mutismo, producto del olvido de sus palabras, se trataba de un eterno olvido de su propio léxico, algo aterrador. En ese momento los abuelos, que no habían caído en las redes del extraño, recordaron el llamado “Manual de Xenos”, que fue encontrado en tiempos remotos, se trata de un papiro que contiene una serie de escritos que narran que quien lleva ese manual, va a parar de un solo tajo al mundo del olvido, perdiendo sus palabras, al igual que su memoria, por lo que debe alimentar al Manual con las palabras de los demás.

Los abuelos sabían sobre el peligro que amenazaba a las palabras, ya que estas tienen vida propia, las palabras se suelen ausentar cuando son abusadas, junto a las palabras se marchaban las ideas, generando el mutismo y absorbiendo el espíritu de las personas. Este era el mismo espíritu de Hakim al Moqama, el profeta con velo de korazán, que había llegado al lugar con una máscara con rostro humano, sus apacibles facciones, tenían como único propósito ganar la confianza de las personas, para lograr consumar la labor de aniquilar el lenguaje del lugar.

Al indagar sobre la procedencia del devorador de historias, el asesino de las palabras, a las que aniquilaba con su apacible silencio. Nadie sospechaba que era el único que había logrado acceder al secreto de la construcción de la terrible máquina que tiene la capacidad de revolucionar al mundo. El paso de los días revelo que ese apacible lugar se había empobrecido en su riqueza de lenguaje, lo que facilito esclavizar a sus ambiciosos habitantes. Al arrebatar la energía de las personas, quedaban famélicos del cuerpo y del vocabulario. El extraño se empezó a enfermar, su salud decayó en la misma medida que aumentaba el poder de la máquina, al tiempo que su riqueza. Lo que fue fortaleciendo la máquina. La situación se tornó desesperante, en varias ocasiones el extraño intento acabar con su hilo vital, llego al extremo de hacer que el aire fuera esquivo a su cuerpo, con ello pretendía que su energía le abandonara, con el fin de alcanzar la plena ausencia del brío vital.

La riqueza que produce la máquina, le permite a su poseedor conseguir todo lo que desee. Es un artefacto tan perfecto que la forma sutil de producir riqueza hace que se olvide el costo que representa. Una vida de lujos y excesos, se convierte en un completo tormento, cuando no se goza de salud, esa situación impide disfrutar de todo lo que se posee, por ello el extraño, en un doloroso esfuerzo por liberarse de la máquina, al constatar que su salud estaba muy débil, guardo la maquina en la vieja maleta y empezó a transitar por las calles, estaba tan débil que apenas la arrastraba.

El mutismo se instaló por donde pasaba, nadie le hablo. Se cuenta que la maquina fue encontrada por una anciana que la recogió con sus tiernas manos, cuidadosamente la empaco en un singular cofre, mientras la guarda sonríe, piensa que nadie puede ver lo que la maquina realiza, el lugar está cubierto de cenizas. La mujer sale del lugar, va con el extraño cofre en sus manos, se le ve caminar, en cada paso piensa en qué lugar dejara la máquina acompañada del singular manual, ella sabe que se alimente de las palabras, de la memoria de quienes son cegados por la ambición. Se trata de una tarea que seguirá realizando hasta que alguien acate la advertencia que encierra la palabra (περίθαλψη), cuidado. La mujer avanza como danzando, su sonrisa indica que sabe el costo que se paga cuando no se atiende tan singular advertencia.

Revista Noche Laberinto

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