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Ana María Manceda
En la Nieve
La noche está allí, detrás de las ventanas. La nieve se refleja posada en las hierbas y cuelgan las estrellas de las ramas heladas de los árboles. Con solo estirar mi brazo, aún a través del límite de los vidrios podría tomarlas para adornar mis ojos. Si la valentía me sorprendiera abriría la puerta y recostada en la hierba nevada tomaría un baño de luz sonriendo a la noche con mis ojos adornados de estrellas que cuelgan de las ramas heladas de los árboles. Pero sigo mirando detrás de las ventanas. Mi aliento, llanto de recuerdos empaña los vidrios. Me rebelo. Rotos los vidrios estallan en la nieve, yo también, rota, estallada, yo también en la nieve, me rebelo.
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Creí que estaba en reposo la nostalgia, pero en algún lugar del universo aleteó una mariposa. Como un río viajando por su cauce, la mente esculpida a cada instante timonea emociones en la rutina. El caos acecha transparente, lo simple se vuelve complejo lo equilibrado comienza el desorden , lo invisible se presenta inexorable. Porque la nostalgia es perversa , parásita, seductora. Omnipresente, se mezcla con el flujo de la sangre, con el aire que inspiramos. El bello paisaje se cubre de neblina, la música escuchada proviene desde las sombras y pinta las caras extrañas que deambulan por las calles. entonces... El poema es incipiente y el temido llanto asoma. Creí que estaba en reposo la nostalgia, pero en algún lugar del universo aleteó una mariposa