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Con tiza indeleble RAMÓN BELLO (1954-2011) “In memoriam” 3


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Esta publicación se ha realizado a instancias de los compañeros de Ramón Bello, en especial de sus amigos de tertulia del Juan Carlos I quienes, día tras día, le siguen echando de menos. Textos de: Luis Bello Pilar Pérez Melendro Javier Cabornero Pedro de Paz Mercedes Sahuquillo José Manuel Álvarez Rosa María Diez Jorge Bueno Luis Carlos Allo Arturo Caballero Edición: Pilar Pérez Melendro Esperanza Alonso Arturo Caballero Diseño: Arturo Caballero 4


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as hojas que siguen no quieren ser soporte de recuerdos. Nadie que haya conocido a Ramón podrá olvidarlo nunca y, en consecuencia, todo lo que podamos decir de él siempre será un reflejo pálido de lo que en realidad supuso para sus amigos, sus compañeros y para todo el Instituto Delicias. En contra, tal vez, de lo que él mismo hubiese defendido, somos conscientes de que la peripecia vital de cada hombre es intransferible y que la huella que deja en su entorno es más o menos profunda según las fuerzas que haya sido capaz de movilizar. Ramón no dejaba indiferente a nadie; ni siquiera a quienes lo conocieron sólo parcialmente como profesor o como colega. No somos quiénes para hablar de cómo era el hijo, el hermano, el marido o el padre. Esos aspectos ya son, de sobra, extrañados por su familia. Ramón fue un profesor de Matemáticas que nunca pretendió pasar por otra cosa pero que, con ser ello ya suficientemente importante y a pesar de sus deseos, fue infinitamente más. Queremos recordar aquí al Jefe de Estudios del Instituto Delicias que puso en marcha un cambio profundísimo en el contexto educativo del barrio en el que empleó mucho esfuerzo desde el punto de vista organizativo y mucha comprensión para con los que aceptamos a regañadientes un nuevo sistema en el que casi ninguno creíamos. La confianza que transmitía hizo de él una autoridad incuestionada por los alumnos por lo que nunca necesitó recurrir a soluciones drásticas para hacer que el centro funcionase. Una institución como la nuestra debe ser un referente en la vida educativa y cultural del contexto en el que se ubica y, desde este punto de vista, la aportación de Ramón fue clave en el prestigio de un instituto que, pese a tener todos los factores en su contra, ha sabido mantener su idiosincrasia como lugar de formación y como referente educativo. Pero es ahora el momento, también, porque generalmente dentro de nuestra profesión y casi consustancial al adusto carácter castellano que predomina en nuestro

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centro no lo solemos hacer, cuando toca, preferir a estos aspectos administrativos que asumía con resignación, su inmensa talla humana. Si, como decía Oscar Wilde, la mejor obra de arte era la construcción de la propia personalidad, podemos decir que Ramón fue un consumado artista. Y no por su habitual desprecio por la propia indumentaria o por su preocupación por el aspecto físico, que nunca la tuvo, sino por cómo sus vivencias habían configurado su carácter y cómo éste se manifestaba de una forma humilde pero sólida, cercana pero sin agobios, socarrona pero cariñosa. Ramón era mucho más que una persona progresista; era un hombre de izquierdas. De manera natural, sin aspavientos ni alharacas, sin necesidad de tener que demostrarlo escuchando ciertas emisoras de radio o leyendo cierta prensa. Ramón era un hombre con criterio propio en lo político y en lo económico, lo que le llevaba a discrepar en no pocas ocasiones de lo considerado socialmente correcto; criterio que había conformado y corregido no desde la ideología impuesta sino a través de sus lecturas y sus reflexiones. No fue un hombre doctrinario pero nunca ocultó su apasionamiento con aquellas cosas que consideraba de justicia o de injusticia. Y fue, por encima de todo, la representación en el claustro del sentido común y de la concordia. Sus intervenciones ponían ese punto de tranquilidad que es necesario cuando las opiniones se enconan hasta convertirse en armas arrojadizas, fruto, muchas veces, de las tensiones propias de nuestra profesión y de los momentos políticos y económicos que hemos vivido. Es toda esta dimensión humana, que tan preciosa hubiese sido en estos instantes, la que echamos en falta hoy y por eso nuestras palabras, que escribimos con tiza indeleble en su honor, no son el simple cumplimiento de una obligación moral sino un auténtico y sentido lamento por su pérdida, por nuestra pérdida.

Los editores

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amón Bello Rodríguez nace el 10 de noviembre de 1954 en Xubín, parroquia de Razamonde, Ourense, hijo de Francisco y Marina quienes tenían ya otro hijo: Luis.

Estudia en la escuela de Xubín de 1960 al 64 siendo su maestro don José Fulgencio Villanueva (marido de Rosita). En el curso 64-65 se prepara en la Academia Padre Feijóo, para ingreso de Bachiller; superándolo en los PP. Salesianos de Ourense. En el curso 65-66, hace 1º de Bachillerato en el actual I.E.S. Otero Pedrayo de Ourense. Continúa todos los curso de Bachiller y C.O.U. en el actual I.E.S. Eduardo Blanco Amor, finalizando el curso 1971-72. El curso 72-73, comienza primero de Matemáticas, finalizando el curso 76-77 en la Universidad de Santiago de Compostela. Durante el curso 77-78 realiza el C.A.P. (en el I.E.S. Rosalía de Castro de Santiago de Compostela). En este mismo curso realiza la I.M.E.C. (servicio militar) en artillería, Madrid. Lo finalizaría como alférez en el campamento de El Ferral (León). En este curso, 77-78, prepara las oposiciones a agregado de instituto, ganándolas en Santiago de Compostela. Luego, profesor en Cistierna (León), en el I.E.S. Concepción Arenal (Ferrol), Juana I de Castilla (Tordesillas) y, por último, en el I.E.S. Delicias de Valladolid. Pasa casi toda su vida laboral en Valladolid; se había casado en 1981, en Zamora, con Emilia de cuyo matrimonio nacieron Enrique, en 1985, y Elena, en 1990.

Luis Bello

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A RAMÓN. Amigo siempre. Retazos de compañía. Pilar Pérez Melendro

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Las viejas amistades están certificadas, deshacen los kilómetros y el tiempo, para que todo ocurra como si fuese ayer. (Luis García Montero Para saber de mí hago noche en la casa de un amigo)

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Uno aprende a vivir, a estar en cuerpo y alma en los ojos que miran, en la voz que pregunta, en los dedos sin prisa que recorren la piel de los saludos. Es necesario trabajar la vida. La cólera del tiempo se calma con las manos. Aquí junto a las dunas y los pinos, capitán de los barcos que cruzan mi mirada, prometo no olvidar las cosas que me importan. Por eso sé que las revoluciones son un asunto propio como ropa que duerme a los pies de la cama. Pero yo sé que el universo y la vida son fruto del azar La amistad, esa luna que rueda por el tiempo y que brilla redonda hasta la madrugada.. (Luis García Montero, La cólera del tiempo se aplaca con las manos)

Desde el ovillo de la memoria hilvano los recuerdos que grabaste, tu vida con nosotros, lazo entretejido desde el tiempo, el vivido y construido en este centro, el Instituto, otra casa, otra proyección.

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n día de septiembre de hace mucho llegabais los dos matemáticos, Julio y tú, amigos ya, contentos por dejar la carretera, cargados de historias, las del centro anterior y las vuestras propias, que oíamos relatar en los largos espacios de aquellos tiempos de tiempos infinitos, indefinidos, sin medida, con el sabor de lo nuevo, nos estrenábamos en tantas cosas…, la sorpresa, el conocimiento de los otros. Historias que sumamos a las nuestras, fundiendo desde tan pronto en el crisol que nos define las vidas de todos. Años de esplendor, sin medida, de juventud, de intereses, de ilusiones (en sus dos acepciones de proyectos y de ilusos), de conciencia política activa, de larguísimos debates, de participación e inmersión en el centro, nudo de nuestra relación, la de todos cuantos lo compartíamos (cuando aún nada grave nos atenazaba), y personalmente de tantísimas cosas más, tan importantes: nacían vuestros hijos. Primero Enrique, venías tan contento, exaltado, tus ojos brillaban aún más de lo acostumbrado y querías contarnos lo que te hacía tan feliz, aunque te ponías rojo, porque tu pudor era superior a ti mismo, pero lo contabas, aunque cambiaras enseguida de conversación para no ser el protagonista. Humilde siempre. También años de interminable charla, en la sala de Profesores y en el Pepe, que escuchó y ciñó parte de nuestra historia, allí acudíamos en el recreo, en cualquier hora libre, al terminar las clases y casi siempre… el afán era prolongar la jornada cotidiana en un ambiente más disperso. Allí celebraste un día…cualquier cosa, en un viernes memorable y prolongado donde hubo mucho pulpo y osadía, pues la fiesta vestida de gallega terminó con orujos y más cosas. Más libres cuando aún no tenías cargos, más espontáneos en la risa, la broma, más infinitas las horas de compañía, entonces tan buscada y hallada. Una noche, en la calle Niña Guapa, te revelaste como nunca antes, recordabas incluso una antigua, antiquísima conquista, de tus años de Facultad, que adornaste con la teatralidad tan tuya, brillante cuando te desinhibías, aunque siguieras

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poniéndote colorado ¡tu prudencia se resistía internamente a las explosiones a las que te llevaba la alegría! Y así siempre, siempre enardecido y siempre enrojeciendo. Porque rojo no dejaste de ser nunca. Tímido y extrovertido; apasionado y prudente; comediante y comedido; la razón ante todo, el juicio crítico, el veredicto más sensato, la cordura impuesta a la emoción, pero compulsivo y emocional como el primero. Generoso en el afecto y en la invitación, en la mirada y en el gesto, en el acompañamiento. ¡Y el compromiso!, además del político, llegó el del centro y asumiste la ardua tarea de la Jefatura de Estudios, casi a la vez que nacía tu hija Elena, que tanto celebraste de nuevo. Fuimos a conocerla a vuestra casa, de regalo un vestidito rosa, Emilia feliz, tú envolvías en tus manos aquella criatura tan pequeña…Guardo en la memoria aquella tarde. Otras exigencias profesionales nos envolvieron, la ESO, el Picasso con sus nuevos y luego tan queridos compañeros. Casi todo lo profesional estaba convulso, muy complejo y ya empezábamos a no ser tan jóvenes y la vida reclamó sus enojos y perdimos a primeros compañeros, tan nuestros como tú mismo para nosotros. Bregaste mucho y volviste a la tiza y la pizarra de lleno y con facilidad, ya sin cargo, con toda la experiencia acumulada, asumiendo desde la más alta dignidad personal la carga del magisterio, en la que además de enseñar incluso te divertías enormemente con los alumnos, pues las Matemáticas podían convertirse en un juego y ellos estaban encantados contigo. A la vez que tu palabra ponderada llenaba nuestros claustros, voz de hombre de responsabilidad moral siempre cumplida, de confrontación fina, apaciguadora, irónica, sabia.

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Y entonces nos cambiamos al “Juan Carlos” y allí forjamos el club de “los 12” o los “14”, donde todos los temas bailaron por nuestras tertulias, llenando los recreos del sabor de lo compartido, de discusiones políticas en las que brillabas por tu agudeza, acompasado por Benigno, o compartiendo el gusto de los viajes realizados, o las películas del fin de semana, sin duda también el fútbol, o de los libros que leíamos o del hacer de vuestros hijos, incluso se hablaba mucho últimamente de jubilaciones, como la última que vivimos contigo, que hiciste memorable en tu oficio de maestro de ceremonias, improvisado, original y tan afectuoso. Allí compartimos tu entusiasmo por Liencres y sus paseos junto al mar, tu gusto por aquel nuevo espacio familiar y personal. También fue un lugar para convivir los sinsabores, los que a cada familia le iban llegando, y a cada uno de los del club se nos asignaba. Y aquí te despedimos sin saberlo una mañana cualquiera de jueves, sin hacer ruido, como si nada pasara… Me llega el eco de la voz de Claudio Magris, tan apropiado para ti: “la eternidad de las criaturas es su significado en la vida del todo” Y porque significaste tanto, te mantenemos con nosotros, pues seguimos vivos mientras permanecemos en el recuerdo.

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NO HUBO RISA MÁS CLARA QUE TU RISA… Javier Cabornero 15


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Seré breve, Ramón. “Intensamente breve…” Como tú me decías.

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Y este golpe, tan seco y a deshora Nos pone el corazón contra la nada, Contra la urgencia más indeseada Frente a un hombre que aún vive y enamora… Esta mañana es toda la luz de tu presencia De hombre noble, Esenciado de humanidad tranquila Y habitado por dentro de números concordes, De trabajos, afanes de padre y de maestro, Saberes conciliados y alumnos sin medida. No nos vale el recuerdo, tenemos tu presencia, Cual tatuaje indeleble, De ti permanecida. Mucho más que una luz tu humanidad de ahora, Dulzura reposada… Y ese alegre contagio rotundamente dicho Cuando tú sonreías.

El hombre, es la palabra que al decirse no hiere… Y tu boca no sabe de falsedad ni sombras, Tan solo de la vida dicha sin mordeduras, Cardinal y caminos, Sabiamente enseñados, Sabiamente aprendidos En el cóncavo espacio de tu voz y tus manos O en la circunferencia que un abrazo dibuja. Nada en ti fue “pecado”… Sino fe peleada, la fuerza del concilio Del hombre en ti alojado donde todos cabemos, Todos… y una cierta ternura.

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Cercanía perfecta a quien te conocemos Con cariño indecible Y hoy estamos aquí por sentirte aún más cerca, Sentados junto a ti, cerca de tu reclamo. Nunca has sido más padre, más familia, más nuestro… Por eso tu presente permanece tan claro Y nos hace hoy deudores de lo de ayer… Y siempre. YA SÉ QUE ha muerto un hombre… Pero estamos aquí, con la sangre incendiada E intentando sin norma, oceánicamente, Enteramente y toda Recuperar su vida. Y aún sé más… Pero sé, sobre todo, que queda su presencia Más cercana y más limpia, Y el calor de sus ojos aún nos sigue mirando, Y su sana alegría nos contagia Y alumbra. No hubo risa más clara que tu risa En estampida contra tus ojos claros Y algún que otro silencio tras la idea o la prisa Brillando en lucidez de indubitados faros…

Irremisiblemente hoy nos sentimos tristes, Pero siempre contentos de haberte conocido. Tu vida es el regalo que nunca dejaremos De mirar confortados… Como ahora nos conforta sentirnos a tu lado Y saber con certeza, - nuestra humana certeza -,

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Que te haremos vivir más allá de tu muerte… Pues somos herederos de todo lo que eres: De la cosecha entera por tus brazos bregada, Recogemos tu voz que aún suena con palabras De las que tú decías, tu cordura sin tacha, También el corazón que dicta lo que eres… Todo lo tuyo, sin que nada se pierda…Nada. Ni el acento sentido de “gallego irredento”, “Longa Noite de Pedra”, Celso Emilio Ferreiro, los versos recordados, dulce cultura-madre… Ni tu tierna ironía.

Tan amorosamente tu memoria está escrita, Que ya sólo nos queda mirarnos en su lumbre, Conservar curso y llama como tú te mereces. Y cuando todos juntos volvamos al abrazo, Amigo, Ramón Bello, Tú estarás tan presente, Que diremos tu nombre, y con él contaremos Una historia impagable de amigo y compañero, Hablaremos de ti porque sepan aún más, Para que te conozcan… Y más allá de ti sembrarás gratitudes, Como ayer, Como hoy, Como fue tu costumbre.

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REIVINDICO EL REGRESO Corazón y cabeza, ¡qué terrible dilema! (Shakespeare) Pedro de Paz Luengo 21


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Y volverĂĄn los tiempos como retorna el dĂ­a, como el amor renace.

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" El grito estremecido "

" Inerte Soledad "

Daga cruel, teléfono inclemente que, sin piedad, me diste la noticia, yo te maldigo. Quebraste las aristas de mi mundo por el absurdo que anunciabas, en tanto que seguías, con helada indolencia, tecleando mecánicos sonidos mensajeros infames de otro dolor acaso, ¿Cómo te fue posible cosechar tanta noche y descargarla en mi ser desprevenido ajeno a tu fiereza? ¿Que traición perpetraste inesperada contra la más tranquila confianza para humillar su calma? Murió Ramón, decías, con torpe acento, metálico sonido que ni voz era . Murió Ramón. Y los esquemas caían en cadena, como fichas de un dominó gigante impulsadas por mano rigurosa. Imposible apostar contra tu envite desmesurado, artero, si bien el llanto trataba de aliviarlo, gestos desordenados, balbuceo inútil . Me dejaste postrado, teléfono blasfemo, ahogado en el silencio de un resplandor otrora generoso, bajo tu enorme sombra acumulada .

Luego se hizo la nada más espesa, obscuridad sin ojos , desierto sin orillas, bosque de abrazos vano, si en ellos solo había soledad y tristeza. Busqué su voz en el viento, por si fuera mentira tanta muerte y respondió, cruel, el viento helado. Pulsé las cercanías, un no sé qué esperando de luz y de consuelo y recibí mi mismo desamparo que ni las oraciones aliviaban. Sólo quedaba el grito. La garganta, desesperadamente rota , pretendía respuestas imposibles. Siempre chocaban contra el muro del ataúd avaro. Después lápida fiera consumó la avaricia. ¿Dónde quedó el rubor de sus mejillas encendido testigo de célticos ancestros, la risa contagiosa, el agudo discurso? ¿En qué playa habrá roto la inocencia del azul tan sereno, profundo como el mar de su natal Galicia? ¿Qué fue de la ternura ejercida, a raudales , con Emilia , con los hijos, razón de sus desvelos? Dejó tantos alumnos sin respuesta, tantos compañeros , sumidos en la más triste condena

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de su fatal ausencia, que el vacío llenaba las miradas. Fuera de mí, en clamores, convocaba al ausente remoto y ya ni el viento helado respondía .

hasta el fulgor lechoso de los astros... Y allí no estaba él. Acudí a los recuerdos, vana luz de artificio, y aún fue mayor la pena. ¿Quién fiará el encuentro a sus promesas que dan y roban casi al mismo tiempo? Son como frágil pompa en manos de aquel niño, que, prendido por la luz de su arco iris, por sinuosas ondas cristalinas y el tamaño excesivo, aval de permanencia, le confía su dicha . Se deshace, incumpliendo lo ofrecido, en tanto que provoca decepción y sollozos del ingenuo que en ella albergó su esperanza.

- III " Ruta de sombras " A oscuras caminando por la difícil senda de un ocaso total, ave de acero , vuelo sin retorno, porque sus alas fueron diseñadas para el olvido ciego y la tiniebla, pretendía imposibles, si buscaba su fría esencia ya desdibujada. Pero yo no cedía. Escudriñaba almas, las miradas, al acecho del brillo involuntario, los modos sorprendidos, porque no hay regla mejor para el hallazgo que interprender el gesto inopinado, las fugaces sonrisas, el timbre afectuoso, los regalados ojos del asombro que anunciaran presencias. Todos insinuaban jirones de otros mundos que no eran el suyo. Asenderé parajes infinitos donde se dice que moran los espíritus: el incansable río, la plácida laguna, bosques, praderas, mares y montañas,

- IV " Ausencia Amanecida " Fue una mañana clara de noviembre. en el remanso suave de aquel templo, entregado al dolor, me disponía a dar por bueno mi desistimiento, cuando un destello traspasó la niebla rojo de corazón, blanco de dicha , si ésta lo acrecentaba con su brillo y aquél lo transmitía con su fuerza . Volvieron las tinieblas, mas en ellas enterrados aromas renacían , dulzura de rumores sosegados como anunciando cálidas promesas.

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Surgieron, otros días, sensaciones no acostumbradas , cambios de rutina porque un impulso así me lo pedía, sonidos sugerentes, voces leves . ¿Cuál era el contenido verdadero de aquel significante inopinado para cuya lectura no tenía un código fiable en mi cabeza? Al final lo encontré. Fue tu sonrisa la que a él me llevó. Luego, despacio, hizo tienda en mi alma la evidencia de la que ahora gozas permanente.

más allá del tiempo y el espacio, donde Amor y Justicia son firme patrimonio Por eso, amigo , es hora de trabajo. Debemos aprender nuevo lenguaje a corazón abierto en la distancia, de evocación nacida en el detalle para aunar opiniones y cariño. Pero lo aprenderemos, no te quepa duda. Será nuestra tarea obligatoria. Es preciso buscar sus dulces reglas en lecturas , plegarias , sugerencias diálogos de luz de afecto a afecto, contrastando opiniones, pues el espíritu allana los caminos . También en los silencios de la noche, fecundos de sosiego y reflexiones; en la opinión serena y juiciosa; en la virtud de quienes ejercitan , como tú, las bondades; en el viento que acaricia las hojas, afanoso por unirlas; en la risa de un niño, el mejor testimonio de pureza, de generosidad no calculada; en la sencilla espiga que se inclina al paso del labriego; en el aroma dulce de las flores que embriaga el universo; en las estrellas.... Y, más que en todos ellos, en el Alma de Dios, en su secreto, donde vivís aquéllos que triunfasteis esperando el reencuentro permanente . ¡Juntos ya para siempre, buen amigo, resides en mi vida más que antes !

- V " Luminosa presencia " Es tiempo de trabajo, buen amigo , es tiempo de trabajo, Volvemos a encontrarnos, esta vez para unión indisoluble . Ramón , ¡qué necio he sido! Pretendía buscarte en mi cabeza, convencido de saber soluciones, descuidando al corazón, maestro imprescindible . Oigo tu voz de nuevo, los juicios sensatos, emanados de tu verbo, hasta contestas a mis argumentos con tus ideas siempre generosas. Pero, enredado en la espuma de tus dedos, te llevaste el sabor del sentimiento para vivir con él eternamente

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隆Bendito coraz贸n que me tornaste

su anhelada presencia y nos reuniste!

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RAMĂ“N DE CIELO, AMOR Mercedes Sahuquillo 27


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…aún oigo en mis oídos el timbre de tu voz y veo ese agitar de tus manos al comentar con vehemencia las efemérides de turno en el café. Valladolid, 9 de noviembre de 2011

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“Carta a un profesor desconocido”

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uerido compañero, No sé si sabrás muy bien quién soy, pero yo sí he podido percatarme de quién eras tú. Mi querido profesor desconocido, sí, me dirijo a ti en estos términos, dadas las circunstancias, puesto que no me has dado la oportunidad de conocernos más y mejor. Lo que sí tengo claro es quién eras tú. Querido Ramón; Ramón es tu nombre, qué egoísmo por tu parte, mira que marcharte así, sin despedirte, sin decir ni adiós. Apenas un par de cafés para conocernos y ya te has ido. No me diste opción, yo para ti no pude significar nada, no hubo tiempo, tu reloj marcaba otras horas, y tú casi no reparaste en mí. Tu ritmo lo marcaban los números naturales y los otros y el mío las alfas y las betas. Yo sí me fijé en ti y todavía lo hago con más hincapié ahora. Tú fuiste el primer profesor que conocí en el Delicias, primero la secretaria, Esperanza y luego tú, Ramón, tú me enseñaste un poco lo esencial del centro y te faltó tiempo para presentarme a unos cuantos compañeros más, y desde luego no cejaste en tu empeño, hasta que localizaste a Pilar, mi nueva jefa. Contigo tomé el primer café del Delicias, contigo compré un boleto del sorteo de la Once el 2 de septiembre de 2011. Veo que ni a ti ni a mí nos tocó la lotería. Tú debiste coger el boleto equivocado. Conocerte me gustó, enseguida me sentí muy a gusto a tu lado, me gustó mirarte, me gustaron tus ojos, (“Ramón de cielo”). Pronto pensé, ojos azules, mi debilidad, este tío tiene que ser majo, (“Ramón de cielo”). Rojo, azul y blanco, así te recuerdo. No son estos los colores primarios, pero estos fueron los que yo vi en ti: azul en tu mirada de cielo, rojo en tu rostro vehemente bien encarnado y blanco anunciador de madurez, ese blanco-cano que os da a algunos hombres el toque interesante-atractivo que decimos las mujeres. Bueno, ah, por cierto, aún oigo en mis oídos el timbre de tu voz y veo ese agitar de tus manos al comentar con vehemencia las efemérides de turno en el café. Y, qué risa, qué risa la tuya, que al

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recordarla vuelvo a sonreírme de oreja a oreja. Ese sonido lo oigo en el interior de la caracola de tus recuerdos. Me impactaste, está claro, me llamaste tanto la atención que no me extraña en absoluto saber cómo están todos por aquí. No sé lo que les dabas, pero percibo un gran vacío, el tuyo es un hueco muy difícil de llenar. Ya lo ves, hasta yo que soy nueva en este claustro estoy desolada y tan sólo compartimos dos meses, no más, si es que llega. ¡Ay, Ramón! Seguro que ya te dijeron alguna vez que con las letras de tu nombre se puede escribir una palabra maravillosa: AMOR. Sobra alguna letra, lo sé pero eso no viene al caso. Lo importante es que sepas lo mucho que te echan de menos tus amigos, tus compañeros, tus alumnos. Está claro que tú eres un pura sangre, un fuera de serie, un tipo espectacular, como decían en la película “Un lugar en el mundo” los actores Federico Luppi y José Sacristán. Perdona mi atrevimiento, no me lo tengas en cuenta. Hasta pronto, adiós. PD: Que sepas que “il cavaliere” dimite. Para cuando recibas esta carta, ya habrá otro en el poder. Fdo.: Una profesora desconocida.

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RAMÓN DE CIELO, AMOR

Azul brillante, rojo encendido, Amor truncado, amistad rota, Ramón de cielo. Vehemencia sublime, Voz sonora, amistad rota, Ramón de cielo. Duelo inesperado, árbol caído, Hachazo cruel, amistad rota, Ramón de cielo. España, Italia, Italia, España, amistad rota, Ramón de cielo. Azul, rojo y blanco, tu bandera, pi, tú número y mi letra griega, cartera de cuero, llena, vacía, perdida, olvidada, amistad rota, Ramón de cielo. Azul, rojo, blanco y… negro, negro,… blanco, rojo y azul, amistad rota, muerte inexorable, imprevisible, inoportuna, nunca invitada, siempre impertinente, amistad rota, Ramón de cielo.

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REFLEJOS EN EL ESPEJO José Manuel Álvarez Morón

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De ĂŠl aprendĂ­ que el mejor horario es aquel que el profesor ve por vez primera.

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l primer recuerdo que me viene a la memoria de Ramón es su cara sonrosada surcada de esas venas imperceptibles que cooperaban a su sonrojo en frecuentes ocasiones. Pero mi agradecimiento más sincero fue la ayuda que me prestó al iniciar mi andadura como Jefe de Estudios. En más de una ocasión cuando él hablaba de la mili yo le decía que yo la había hecho en el Delicias. Pero gracias a su consejo y ayuda fue una mili llevadera. De él aprendí que el mejor horario es aquel que el profesor ve por vez primera, y que el mejor para nosotros era frecuentemente el mejor para los alumnos y no para los profesores. Sin embargo siempre buscó enseñarme que era necesario buscar un equilibrio, a veces oculto tras una complicada combinatoria de elementos. Por desgracia para todos nosotros una maldita combinación hace que esté escribiendo mis recuerdos y mis sentimientos de Ramón, quien en muchos momentos sosegó mi nerviosismo a través de un enorme reflejo de generosidad y tranquila sabiduría. En esta despedida me lo imagino marchando con su zancada alargada, y unos ojos azules abiertos al mundo, a través de los cuales absorbió una ingente cantidad de datos, experiencia y vivencias que moldearon un carácter afable, dado a la conversación y al análisis inteligente e ingenioso. Dotado de una memoria prodigiosa para la geografía y las rutas, especialmente en su Galicia natal, nos dibujaba recorridos llenos de recovecos interesantes y en donde espero encontrarlo en cualquier momento volviendo su rostro hacia nosotros con su sonrisa socarrona y limpia. ¡Hasta luego compañero y maestro! y disculpa mi mirada empañada que intenta dibujar tu sonrisa.

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DE LA PROPORCIÓN A LA GEOMETRÍA: VIAJE A LA IMAGINACIÓN

Rosa Mª Diez Peña 37


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“Yo he sido siempre un admirador de la belleza... El arte no es otra cosa que un deseo del hombre de prolongar, de fijar para la eternidad, el instante fugitivo de una visión de belleza... Todo es geometría en arte” Eduardo García Benito (1891-1981), ilustrador vallisoletano que primero en París y más tarde en Nueva York, fue considerado como el mejor de su tiempo.

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n el curso 2010-2011 varios profesores del IES Delicias decidimos conmemorar los 30 años de la muerte del artista vallisoletano Eduardo García Benito1. Para ello elaboramos un proyecto educativo que, bajo el título “GaBe en el Delicias”, programaba exposiciones, conferencias, cineforum y estudiaba la época de mayor desarrollo del artista a través de la elaboración de 12 unidades didácticas. Desde el principio, Ramón Bello quiso participar en este proyecto pedagógico, de carácter multidisciplinar y dedicó mucho tiempo a elaborar una Unidad Didáctica desde el Departamento de Matemáticas, junto con sus compañeras Matilde Lozano y Rosa Mª Diez. La Unidad Didáctica elaborada, proponía un análisis geométrico de algunas portadas de Vogue y Vanity Fair2, creación de García Benito, como hilo conductor del estudio de los movimientos en el plano. Se establecía así una relación entre las matemáticas y el arte, entre la geometría y la imaginación del artista. Por eso el título definitivo de la Unidad Didáctica fue “DE LA PROPORCIÓN A LA GEOMETRÍA: VIAJE A LA IMAGINACIÓN”. Ciertamente, la Unidad Didáctica se planteó como un viaje por los caminos del arte y de la ciencia que perseguía un objetivo central de la educación, aunque casi siempre retórico, como es la integración de conocimientos. Se trataba de romper los límites de nuestra materia y potenciar la integración de la ciencia matemática con otras áreas de conocimiento con el fin de propiciar un desarrollo armónico e integral de nuestros alumnos. En reconocimiento al entusiasmo demostrado por Ramón, traigo a estas páginas algunos de los aspectos más representativos de este peculiar viaje que se propuso a los alumnos de 3º de ESO. 1

En el Curso 2009-2010, el IES DELICIAS puso en marcha el Espacio Creativo García Benito (GaBe) para abrir su sala de exposiciones a toda la ciudad de Valladolid mediante una programación estable de propuestas expositivas variadas. 2 Entre 1921 y 1940, Eduardo García Benito creó para las revistas Vogue y Vanity Fair portadas avantgarde modernistas que consiguieron captar la mirada a través de un uso llamativo de la geometría y del color.

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GEOMETRÍA Y ART DECÓ. La geometría3 es la rama de las matemáticas que estudia las propiedades y las medidas de las figuras en el plano o en el espacio. En 3º ESO el estudio de la geometría se centra en las figuras poligonales y sus transformaciones geométricas y en las figuras en el espacio. En la trayectoria de García Benito podemos diferenciar varias tendencias. De todas ellas, la más sobresaliente y que mejor lo define fue la última: el Art Déco, un arte de entreguerras, un verdadero estilo, característico y testimonial de los años veinte. El análisis que se realiza de cada portada descubre relaciones geométricas que, conscientemente o no, pudo tener García Benito en su mente al realizar la obra.

Portada para VOGUE AMÉRICA, 16 de febrero de 1929

Como resultado, se refuerza la relación permanente entre las matemáticas y el arte. En palabras de Alberto Durero 4: “las matemáticas, las más precisas, lógicas y gráficamente constructivas de todas las ciencias, deben ser ingrediente importante del arte”. 3

La Geometría aparece como contenido en el currículo de matemáticas de todos los niveles de educación secundaria. 4 Alberto Durero (1471 -1528) es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte, que ejercieron una profunda influencia en los artistas del siglo XVI de su propio país y de los Países Bajos.

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EL GIRO DE LA ESTRELLA. Ramón siempre insistía en la necesidad de transmitir a las nuevas generaciones el gusto por el rigor científico. Así, en la Unidad Didáctica se dedica atención especial a las definiciones. 1. Un movimiento5 o isometría es una transformación del plano en la que todas las figuras mantienen su forma y su tamaño. Hay dos tipos de movimientos: los movimientos directos mantienen el sentido de giro; los movimientos inversos cambian el sentido de giro. 2. Las traslaciones son movimientos directos que conservan ángulos y distancias. 3. Hablamos de giro o rotación cuando un punto, un segmento o una figura sigue una trayectoria circular. Por Portada para VOGUE AMÉRICA, 1 de diciembre de 1927 ejemplo, la estrella de la portada de García Benito es una figura invariante: Tras un giro, de centro O, y ángulo 180º, el triángulo equilátero no varía.

O

4. Una figura plana se dice que tiene un centro de giro, O, de orden n cuando al girarla alrededor de O coincide consigo misma n veces, contando desde la posición inicial.

5

Los movimientos quedan caracterizados por la siguiente propiedad: La distancia entre dos puntos cualesquiera se mantiene invariable.

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LOS COMEDIANTES SE TRASLADAN. 5. Dada la recta r, se llama simetría de eje r a una transformación, , que hace corresponder a cada punto P del plano otro punto (P) = P’, tal que, el eje r es mediatriz del segmento PP’. P’

M ’ N ’

P

B’

M

A ’ N

C ’

A B

r C

Las simetrías son movimientos, pues conservan la forma y el tamaño. Pero son movimientos inversos porque cambian el sentido de giro de las agujas de un reloj.

Portada para VOGUE AMÉRICA, 1 de julio de 1928

6. Las tres figuras que forman la portada de García Benito se obtienen por la composición transformaciones6, que transforman cada 11 P punto del siguiente modo:

de

dos

P’

o

más

2

 2 0 T1 6

Cuando realizamos una transformación y, a continuación, realizamos transformación, decimos que hemos compuesto dos transformaciones.

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una

nueva

P


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¿TRIÁNGULO o TORRE EIFFEL? En la portada de García Benito que se propone, una de las que más le gustaban a Ramón, se observan varias transformaciones: un triángulo se gira para situar los ojos y la boca del rostro; otro triángulo se traslada gráficamente para convertirse en la Torre Eiffel; y el rombo original se amplía de modo consecutivo. ¿Qué tienen en común estas transformaciones? 7. El resultado es la homotecia7 de centro O y razón k, que se define como la transformación geométrica que hace corresponder a cada punto P del plano otro punto P’ del mismo de modo que OP '  k  OP La razón de homotecia k puede ser un número real cualquiera distinto de cero. Portada para VOGUE AMÉRICA, 15 de octubre de 1926

Una homotecia se expresa de forma abreviada por (O; k). El punto P’ se dice que es homotético del punto P:

 Si k es positivo la homotecia es directa o positiva. O es exterior al segmento PP’.  Si k = 1 se trata de una coincidencia, por lo que no se tiene en cuenta.  Si k es negativo, la homotecia es inversa o negativa. O es interior al segmento PP’.  Si k = –1, resulta una simetría central respecto al punto O. 7

La homotecia no es un movimiento porque no conserva las distancias.

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EL ARTE Y LA CIENCIA SE MIRAN… En toda la Unidad Didáctica se presentaban los conceptos de forma intuitiva, con ejemplos sustentados en una visión “activa” de las diversas portadas de Vogue y Vanity Fair, concebidas por García Benito. Esta visión peculiar se planteaba a partir de un hecho que le gustaba recordar a Ramón: cuando la ciencia y el arte se han mirado a la cara, la producción de ambas ha sido especialmente fructífera. Durante el Renacimiento, el desarrollo de la perspectiva y la búsqueda de las proporciones ideales para la belleza, hicieron coincidir en el tiempo y en la dedicación a científicos y artistas. Leonardo Da Vinci jugó un papel fundamental en esta tarea, al igual que Rafael, Luca Pacioli8, León Battista Alberti9, y Alberto Durero.

Portada para VOGUE AMÉRICA, 1 de febrero de 1928

Tendrían que pasar algunos siglos para que irrumpiera con fuerza de nuevo la relación entre arte y matemática. Fue en los inicios del siglo XX, con el auge del arte abstracto, en el que los pintores (Kandinsky, Mondrian, Le Corbusier, Juan Gris,…) partían de la geometría para sus composiciones. Y finalizamos citando a Aristóteles: “la ciencia matemática exhibe orden, simetría y limitación, y esas son las grandes formas de la belleza”. 8 9

Pacioli redactó su obra cumbre, De divina proportione que fue ilustrada por Leonardo Da Vinci, Alberti fue arquitecto y matemático.

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MÁS COSAS QUE MATEMÁTICAS Jorge Bueno Vargas 45


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Me enseñó más cosas que matemáticas.

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M

i primera clase en el instituto “DELICIAS”, octubre de 1986, fue de matemáticas, y fue con él. Los dos primeros años de matemáticas fueron con él. Los otros dos con Matilde.

Me acuerdo perfectamente del aula, del bullicio de todos del primer día. Un problema de horarios hizo que tuviera que hablar con él en esa primera toma de contacto y la impresión fue agradable. Por coincidencias del destino, me enteré de casualidad de la fatal noticia. Se le pone a uno mal cuerpo y hace recordar anécdotas, situaciones, exámenes,…vividos en aquel entonces y que perduran en el recuerdo. Al final, el paso del tiempo con su perspectiva, confirma la impresión que de él tenía: buena persona, gran sentido del humor, profesor motivador, pese a las dificultades. Me enseñó más cosas que matemáticas.

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A RAMĂ“N: MI AMIGO Luis Carlos Allo Ayala

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“Nadie sabe nada sobre las reglas de la Vida, sobre cuáles son sus relaciones con los hombres o sobre el tiempo y espacio a su lado. Únicamente podemos confiar en nuestro propio instinto”.

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E

ste otoño cuando las hojas se mostraban remisas a caer y se amarraban a los árboles, Ramón, miembro del prestigioso grupo de doce profesores más uno, que se reunían todos los días de diario para tomar café de 11 a 11.30, faltó a

la cita, faltó y nos dejó un hueco abismal, como cuando te roban un libro de la biblioteca, pero no uno cualquiera sino ese incunable que guardabas como un tesoro. Decía un ensayista británico, Charles Lamb, que el mayor solicitador de libros ajenos era Comberbatch, apodo con el que se refería a Coleridge, su amigo, pero que a diferencia de otros muchos que nunca los devolvían, él siempre se los restituía, haciéndolo por otra parte con una gran profusión de notas personales, subrayados y apreciaciones de todo tipo en los márgenes de cada página o capítulo, corrigiendo a veces incluso el original, por lo que en ocasiones le estaba muy agradecido… Y ese sería mi deseo, que Ramón fuera nuestro singular Comberbatch, y que supiera que nos ha dejado, para ocupar su hueco en nuestra particular librería del café, sus gestos, sus anécdotas, sus rutas por las tierras gallegas, su espontaneidad y sus miles de subrayados sobre cientos de temas de la vida cotidiana. Cuando de forma súbita nos anunciaron la muerte de nuestro amigo y compañero, al que el día anterior dudábamos si llamar por teléfono porque no queríamos molestar, nos quedamos todos sumidos en las sombras, algunos en la oscuridad completa y, como Proust, el día parecía pintado de colores crueles, opacos, sin luz, y sólo en su hueco que nos había dejado, como si fuera un Comberbatch, resplandecían colores imposibles de describir. Luego, en palabras de Seamus Heaney, solamente nos quedó su ausencia aunque iluminada por el sol. Algunos, como yo, pensamos que Ramón, que era nuestro referente, junto con

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Julio, para los viajes, había emprendido un viaje fuera de la vida, seguro que un viaje de amor y de ilusión como todo lo que él abordaba, aunque ya nada sería igual para nosotros cuando fuésemos cada día a tomar el café con pastas, igual que los personajes de la poesía de Eliot cuando tomaban el té con tostadas. Ahora, cuando han transcurrido días desde que se ausentó, percibo esperanza en ese viaje, percibo luz y percibo que el viaje, para cada uno de sus amigos del café, nunca habrá sido hacia la muerte definitiva porque sigue vivo en nuestros recuerdos, en nuestros comentarios, e incluso, en sus propios comentarios porque siempre habrá uno de nosotros que le citará y reproducirá con palabras exactas, aunque falte el gesto y el derroche de vida que él nos contagiaba con su entusiasmo y mesura. Y creo que, como el cuento de Carson McCullers sobre aprender a amar, todos debemos aprender a morir y aprender que Ramón sólo ha muerto físicamente, aunque tampoco, y que seguirá vivo mientras nosotros sigamos vivos. Y creo, como los poetas, que revoloteará permanentemente entre lo cotidiano y lo singular de nuestras vidas, única forma que nos queda de burlar la muerte cruel. Es un hecho que la muerte nos ha despojado de un tesoro con el que tuvimos la suerte de convivir muchos años, pero la vida, como el mar hace con las olas, nos deja sus recuerdos, sus expresiones, sus andares a zancadas, sus risas incontenibles y su rostro enrojecido hasta que casi se le saltaban las lágrimas, su cordialidad, su interés por cualquier tema, su humanidad que derramaba a chorros con ese discurso pujante con el que entraba en cualquier polémica “no, no, vamos a ver, eso está muy bien pero…”; aunque, a fuer de ser sinceros, Ramón no siempre era objetivo en sus apreciaciones, como corresponde a la

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forma de ser de las personas que son apasionadas, y en este sentido cómo no recordar que siempre veía penalti en la jugada en la que había uno del Madrid y siempre contemplaba que los árbitros favorecían descaradamente al Barcelona… Pero incluso en esos asuntos serios de la vida, me refiero al fútbol, al sexo, al vino y a la comida, él se prestaba a la ironía y aceptaba la de los demás, y entraba al trapo con cortesía y con mil anécdotas que hacían las delicias de todos nosotros, sus doce amigos del café, así como de otros muchos que se sumaban diariamente a la tertulia; imagino que seguirá en cualquier cielo sideral explicando la ruta mejor para acceder a sus queridos parajes gallegos, y que les recomendará este o aquel chiringuito en el que “¡ojo, ojo con la carretera porque si te descuidas te lo pasas, cuando llegues al faro…!”, e imagino que intentará poner un poco de lógica tras una ardua discusión en los particulares claustros celestes “vamos a ver, creo que debemos pensar este tema un poco más, creo que aún quedan cosas por decir, por ejemplo, no es lógico que…”, y les dará argumentos, porque Ramón siempre da argumentos para convencer, y al final él nunca los descalificará sino que aceptará que sus propuestas también se debatan y se voten, pero “ojo, ojo, debemos pensar bien lo que estamos haciendo y yo creo…”. Ramón era tenaz en sus argumentaciones, cabal y subjetivo, y esa es una de las razones de su enorme atractivo y de su personalidad singular, lo que hace que aunque se haya ido, siga habitando como de costumbre en nuestros cafés y siga vivo su hueco en el mostrador del bar. Y me gustaría decírselo a su familia y a todos los que le conocieron, Ramón siempre seguirá vivo entre los que le queremos. Por decirlo de otro modo, este recuerdo sin tiempo es la derrota de la muerte, la muerte que

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nunca vencerá del todo en su caso mientras nosotros sigamos vivos. Se me dirá, especialmente así lo creerán los que se aferran a la realidad, que esto ya no es posible, que la parca es implacable y definitiva. Pero yo les contestaré que eso no es cierto, que la literatura siempre cuenta con testimonios que aportan esperanza y que nos recuerdan que el tiempo y el espacio no se limitan a la vida, sino que en la muerte también se vive y en la muerte se ocupan miles de lugares y espacios impensables porque la imaginación siempre escapa a la muerte y regala la vida. A propósito de esto, otro escritor Inglés, uno de mis favoritos, un metafísico del XVII, John Donne, escribe un soneto a la muerte, y creedme, se burla de ella. Ironiza sobre el tiempo breve de una muerte breve, especialmente si se la compara con la eternidad. Y es que tenía razón porque Ramón pervivirá en nosotros como un tiempo indefinido, como un tiempo suspendido, y perdurará cada una de sus palabras y de sus gestos sobre la naturaleza, los viajes, la aventura y un largo etcétera, vivencias que nos dejó en herencia y que guardaremos y derramaremos con prodigalidad en nuestras tertulias porque “ojo, eh, ojo, es que Messi es intocable mientras que a Ronaldo, vaya leña que le dan y el árbitro nada, ni se entera y ya está bien eh, ya está bien” y porque “vamos a ver, vamos a ver si nos aclaramos en este tema…, y es que al Celtiña nunca le pitan así, que si le pitaran así no estaría en segunda…”, y porque si su risa contagiosa nos deja contarlo “ese alcalde gallego, que llevaba de alcalde toda la vida, incluso con el franquismo, dijo, ¡no señor, no señor! Y todo el pueblo se quedó callado y sin rechistar…”

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Intentaré, para finalizar estas palabras, contar una anécdota que viví en el instituto y que tuvo a Ramón de protagonista, la cual pone de manifiesto su grandísima humanidad, llaneza y bonhomía. Cuando llegué al Instituto, Ramón era Jefe de Estudios y por razón de su cargo tuvo que defender en claustro una propuesta con la que yo me sentía perjudicado, por lo que, tras mi acostumbrada derrota claustral, no me dejó más alternativa que recurrirla ante la Inspección. Cuando meses más tarde llegó la resolución administrativa dándome la razón, nos vimos en su despacho y en vez de mostrarse dolido o resentido, como habría ocurrido con otros seres, él me dijo que siempre había creído que yo tenía razón y que sólo la había defendido por razón de su cargo y recuerdo sus palabras textuales “porque a veces este compromiso que tengo con la igualdad social me juega malas pasadas”, y añadió “pero ojo, Luis Carlos, espero que esto no nos enemiste”. Al día siguiente me vio en la sala de profesores en una hora libre y se acercó a mí y me dijo “¿nos tomamos un café” y ese fue el comienzo de una larga amistad…

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LA UTILIDAD DE LAS ENSEÑANZAS MEDIAS COMO BASE CULTURAL EN UN MUNDO GLOBALIZADO

Arturo Caballero Bastardo

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“Vale quien sirveâ€? En memoria de RamĂłn Bello quien siempre hizo honor a ese lema que compartimos en nuestra adolescencia sin que ninguno de los dos lo supiera entonces.

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stas líneas10 son un intento de transmitir la pasión que me ha movido durante mi vida profesional en la que siempre he considerado la docencia como un asunto que va mucho más allá de lo que podría ser una mera forma de ganarse el sustento. Y esta no es una postura única y solitaria sino que es común a muchos de mis compañeros de aula. Y diría aún más: es un asunto que atañe a muchos hombres; a los miles, a los millones de hombres que son y que han sido desde el principio de nuestra existencia de los que nosotros somos un mínimo eslabón, pero eslabón al fin y a la postre y, en consecuencia, imprescindibles puesto que nuestro fallo vendría a significar la ruptura de una continuidad histórica que –como decía Ortega y Gasset11- constituye la esencia de la propia naturaleza del hombre.

E

Esta cualidad de ser hombres, esta empatía por lo humano, que Salutati12 había apreciado en Petrarca13, se conoció al final de la Edad Media como Humanismo y se daba unida a los estudios de la literatura clásica y todo lo que derivaba de ella. Desde finales del XVII y a lo largo del XVIII, especialmente con la Ilustración, comenzaron a desgajarse del tronco común de los conocimientos las que luego serían llamadas “ciencias duras”; primero las que se ocupaban de la naturaleza: Biología, Geología, 10

El origen de esta intervención se encuentra en la invitación que Eugenio Monsalvo, a instancias de Rosa Diez, me realizó para una intervención en la Jornada de puertas abiertas en 2011. Originalmente era un panegírico de las Humanidades que he retomado en un sentido más amplio para esta ocasión y que deseo dedicar a Ramón con el que compartí, con independencia de discrepancias puntuales, la pasión por la vida, la creencia en la dignidad y utilidad del servicio público como justificación de nuestra existencia tan exiguamente recompensada en lo humano y en lo económico y, especialmente, la defensa de un Estado fuerte en el que primase la división de poderes como garantía de la libertad individual y colectiva. 11 José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo español. Defensor de las teorías del Perspectivismo y del Raciovitalismo fue el máximo exponente de los intentos modernizadores y europeistas de comienzos del XX en España. Su obra La rebelión de las masas (1929) sigue siendo de referencia para analizar los cambios sociales y políticos del pasado siglo. 12 Coluccio Salutati (1331-1406) Político y humanista florentino que se relacionó con Petrarca y Bocaccio. Reunió una inmensa biblioteca de más ochocientos volúmenes; fue más un maestro que un creador. 13 Francesco Petrarca (1304-1374) Poeta italiano y precursor del humanismo que intentó armonizar paganismo y cristianismo. Su obra poética principal fue el Cancionero; de entre sus obras en prosa destaca Sobre los varones ilustres (1337).

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más tarde la Química. Las Matemáticas, base de la Física, siempre se habían considerado como parte de la Filosofía y así ha sido hasta hace bien poco. La Tecnología, por su parte, al igual que la Arquitectura o la Medicina, se había movido cómodamente en la brecha que separaba los conocimientos de las ciencias de los humanísticos. Estos últimos, obligados a no perder su oportunidad, bien entrado el siglo XIX, se incorporaron a una denominación, más amplia y ambigua, la de Ciencias Sociales, cuando se intentaron arropar por un método científico semejante al de las ciencias naturales, tal como quería William James14; al mismo tiempo que se acentuaba el interés por el individuo como ser constitutivo de una comunidad. Si nos fijamos bien, estas áreas de conocimiento (Lengua y Literatura, Idiomas modernos y antiguos, Filosofía, Geografía, Historia, Economía, Artes plásticas y musicales) conformaban eso que genéricamente considerábamos la “Cultura” sin que, personalmente, nunca hubiese entendido la razón por la que las “ciencias” no podían formar parte de ese bagaje que -quizá pensábamos ingenuamente- servía para hacernos más humanos, para profundizar en esos aspectos que nos diferencian de los animales y como decía, con un aire un tanto pedante, un humanista del siglo XV, Pico della Mirándola15, que nos acercan a los otros espíritus puros también creados por Dios: los ángeles. Pero, claro, cuando comenzaba a reflexionar sobre todas estas cosas y trataba de transmitírselas a mis primeros alumnos yo tenía treinta años menos, y era una época en la que no existían fotocopiadoras, el ordenador era una enorme habitación que se empleaba para no sabíamos qué cosas (sospechábamos que contrarias a nuestros intereses) y en España había dos cadenas de televisión.

14

William James (1842-1910) Filósofo estadounidense especialista en Psicología y difusor del Pragmatismo, doctrina que defiende el acercamiento a una experiencia del mundo sin prejuicios metafísicos. 15 Giovanni Pico della Mirándola (1463-1494) Humanista italiano preocupado por armonizar las religiones (cristianismo, islam, judaísmo) y el platonismo (había estudiado griego, árabe y hebreo); el discurso preliminar de sus Conclusiones filosóficas, cabalísticas y teológicas (1486) es considerado como la mejor defensa del humanismo. Acusado de herejía, fue absuelto por el propio Papa.

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Y también muchas otras situaciones de carácter histórico. El mundo estaba aún dividido en dos bloques, el muro estaba en pie y las torres gemelas no habían saltado por los aires. Por todo ello nuestra concepción de la cultura tenía más que ver con el combate por la libertad que con cualquier otra cosa y eso no es en absoluto semejante, crisis incluida, a la situación actual Si queremos profundizar en cuál es el papel de la cultura en el mundo de hoy, es preciso que acotemos en qué tipo de mundo nos encontramos. Viendo La Red Social, 2010, la película de David Fincher que describe la creación por parte de Mark Zuckerberg16 en 2003 de Facebook, alguien podría extrañarse de que el avanzadísimo alumno de ingeniería informática tuviese que realizar un trabajo de Historia del Arte, asignatura de la que estaba matriculado. Podríamos pensar que algo no funciona bien en el sistema educativo americano (al que achacamos formar ignorantes en la enseñanza secundaria cuando poseen el mayor número de premios Nóbel) si un alumno de alta cualificación puede cursar una asignatura aparentemente tan inútil. El error es de perspectiva. De nuestra perspectiva. El mundo, hoy, es esencialmente diverso a como era hace tan sólo cincuenta años. Los cambios experimentados a nivel económico han provocado cambios también en las relaciones de producción y en la consideración del trabajo y cómo este debe afrontarse a comienzos del siglo XXI. Y, desgraciadamente, quizá nosotros, desde las aulas, no insistamos en esta orientación tan definitoria de lo que será la experiencia laboral de los alumnos que se forman con nosotros. Nosotros seguimos aferrados a un

16

Mark Elliot Zuckerberg (1984) Programador informático y empresario estadounidense. En 2004 creó, junto con otros compañeros, la red social Faceboock, usada en la actualidad por más de mil millones de personas, seiscientos de los cuales a través de teléfonos móviles.

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mundo inmutable, que ya no existe, mientras que desde hace tres décadas había quienes pronosticaban el cambio. Quiero citar textualmente unas palabras de Alvin Toffler17 en su extraordinaria obra La Tercera Ola en la que refiriéndose a la situación que se planteaba a finales del XX, entre otras cosas, decía: “En esta nueva clase de cultura, con sus imágenes fraccionadas, transitorias, podemos empezar a discernir una cada vez más ancha separación entre usuarios de medios de comunicación de la segunda ola (la industrial) y de la tercera (la posindustrial). Las gentes de la segunda ola anhelan la moral ya confeccionada y las certidumbres ideológicas del pasado y se sienten molestas y desorientadas por el bombardeo de información.” (…) “En vez de recibir largas «ristras» relacionadas de ideas, organizadas o sintetizadas para nosotros, nos hallamos crecientemente expuestos a breves destellos modulares de información, anuncios, órdenes, teorías jirones de noticias, pedazos truncados y burbujas que se resisten a encajar en nuestros preexistentes archivos mentales”. (…) “Por el contrario, las gentes de la tercera ola se encuentran más a gusto en medio de este bombardeo de destellos... el noticiario de noventa segundos interrumpido por un anuncio de treinta segundos, un fragmento de canción, un titular, una caricatura, un collage, un artículo de periódico, una hoja de ordenador. Insaciables lectores de libros de bolsillo y revistas de interés especial, engullen a pequeñas cantidades volúmenes enormes de información. Pero mantienen también su atención en esos nuevos conceptos o metáforas que resumen u organizan los destellos en conjuntos amplios. En lugar de intentar embutir los nuevos datos modulares en las habituales categorías o 17

Alvin Toffler (1928) Teórico social dedicado a pronosticar los cambios que experimentará el mundo a causa de la aparición de nuevas tecnologías y sistemas de trabajo; entre sus obras destacan El Shock del futuro (1970) y La Tercera Ola (1980).

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marcos de la segunda ola, aprenden a confeccionar los suyos propios, a formar sus propias “ristras” con el material fragmentado que les lanzan los medios de comunicación. En vez de limitarnos a recibir nuestro modelo mental de la realidad, ahora nos vemos obligados a inventarlo y reinventarlo continuamente. Eso coloca una enorme carga sobre nosotros. Pero conduce también hacia una mayor individualidad, hacia una desmasificación de la personalidad, así como de la cultura. Algunos de nosotros se derrumban bajo nueva presión o se refugian en la apatía o la ira. Otros emergen como individuos competentes, bien formados y en continuo desarrollo, capaces de funcionar, por así decirlo, en nivel mas elevado”. Este es el problema. Todo está cambiando a nuestro alrededor y debemos ser conscientes de ello. Podríamos pensar que viendo la demanda de cierto tipo de trabajadores en Alemania, y en otros países en los que la economía no ha entrado en recesión, debiéramos orientar nuestros esfuerzos hacia el mundo científico y tecnológico. Nadie duda del carácter utilitario de la Física y la Química, las Matemáticas, la Biología pero cuestionamos, desde el punto de vista económico, el uso que podíamos hacer de la Lengua y Literatura, los idiomas modernos y antiguos, la Filosofía, la Geografía, la Historia, la Economía, las artes plásticas y musicales. Sin embargo, estamos equivocados. Estas últimas disciplinas tienen mucho que ofrecernos porque, contra lo que podría parecer, se adaptan a la perfección a este estado provisional que define Toffler. No nos preparan para la certidumbre, sino para lo indefinido; no nos dan una imagen inmutable de la realidad sino que nos acercan a un mundo difuso en perpetua remodelación; no nos proporcionan un criterio absoluto sino que nos platean nuevos problemas para los que las categorías de verdad o mentira no son la respuesta.

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Estas últimas asignaturas de las que hablo, al contrario de lo que creen los escasamente informados, no hacen referencia al pasado, aunque también, sino que son parte constitutiva del presente y, lo que es más importante, se erigen –sin duda- en un punto de partida hacia el futuro. Por otra parte, los retos del mundo actual poseen, también, aspectos especialmente interesantes. Me estoy refiriendo a las tecnologías de la información y la comunicación. En cierto modo, las facilidades que nos proporciona el ordenador y todo lo que conlleva hacen que podamos recuperar un contexto mucho más armonioso como el de comienzos de la Edad Moderna en el que aún no se habían separado las áreas del saber. Y no lo pienso sólo yo. En 1995 Nicholas Negroponte18 en su El Mundo digital ya había escrito “Se percibe una cierta divergencia, aunque sea artificial, entre la tecnología y las humanidades, la ciencia y el arte, entre el hemisferio derecho del cerebro y el izquierdo, pero creo que el mundo emergente de los multimedia será una de las disciplinas que, como la arquitectura, hará de puente”. No quiero decir con ello que cualquiera de nosotros pueda ser un experto en física cuántica, pero sí que hoy es fácil aprovecharse de la más novedosa tecnología de forma intuitiva, casi natural, sin necesidad del paso previo de su laborioso aprendizaje. Es lo mismo que nos ocurre con un televisor; tampoco sabemos cómo funciona y todos somos capaces de cambiar de canal (Bueno, algunos –viendo las audiencias de Tele5- parece que aún no han aprendido. Será uno de los daños colaterales de la L.O.G.S.E.). Más del ochenta por ciento de mis alumnos de este curso poseen conexión a Internet. Qué hagan con ella es, fundamentalmente, asunto suyo y de sus 18

Nicholas Negroponte (1943) Arquitecto y profesor en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Impulsa la fabricación de ordenadores a bajo coste para acercar a los países en vías de desarrollo al mundo digital. Es una de las personalidades más relevantes del mundo de la prospectiva tecnológica y cultural.

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padres pero también de los profesores quienes deben asumir este reto sin complejos porque, también volviendo a citar a Negroponte, “si un maestro de escuela de mediados del siglo XIX se trasladara en esa misma máquina del tiempo a un aula de hoy día podría continuar dando la clase que su colega hubiese interrumpido, excepto por algunos pequeños detalles. Existe muy poca diferencia entre la forma en que enseñamos hoy y cómo lo hacíamos hace ciento cincuenta años. La tecnología no se utiliza tanto como en el quirófano. De hecho, según las investigaciones recientes del Departamento de Educación de Estados Unidos, el 84% de los maestros norteamericanos consideran indispensable sólo un tipo de tecnología de la información: una fotocopiadora con suficiente suministro de papel”. La red está soldando el conocimiento de forma admirable de tal manera que pone a nuestra disposición un contexto del que todavía estamos empezando a intuir sus posibilidades. Y que terminará por cambiar no sólo la forma de aprender sino las propias relaciones sociales como Karl Marx19 lo dejó bien claro en su La Miseria de la filosofía (1847): “Las relaciones sociales están íntimamente vinculadas a las fuerzas productivas. Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo de producción, y al cambiar el modo de producción, la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relaciones sociales. El molino movido a brazo nos da la sociedad de los señores feudales; el molino de vapor, la sociedad de los capitalistas industriales. Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo al desarrollo de su producción material, crean también los principios, las ideas y las categorías conforme a sus relaciones sociales.” En este contexto al que me vengo refiriendo ya no tiene ningún interés si las ciencias, las humanidades, las ciencias sociales y el arte nos hacen más o menos personas sino qué aportan estas disciplinas al conjunto de la formación que se intenta proporcionar a los individuos que están en nuestras aulas y que 19

Karl Marx (1818-1883) Filósofo y político alemán. Autor de El manifiesto comunista (1948) y de El capital (1867- 1894) su obra cumbre escrita, como el anterior, en colaboración con su amigo Friedrich Engels. Es la máxima figura del socialismo científico y del materialismo dialéctico; sus teorías han contribuido a cambiar la historia de la humanidad.

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desempeñarán una función social en un futuro inmediato y que estará condicionada por los nuevos sistemas de producción. Y en este estadio nos encontramos con una nueva forma de evaluar el sistema educativo que es el de las competencias a las que –por decir la verdad– ni profesores ni alumnos todavía hemos proporcionado la importancia que poseen. Quiero orientar ahora mi intervención desde esa perspectiva. Hegel20 (el filósofo idealista alemán al que no profeso especial devoción por ser precisamente eso: idealista) definió la civilización como una rueda en la que los radios eran la religión, la constitución, la moral, el derecho, las costumbres, la ciencia, el arte y la tecnología. Esta visión se ha mantenido más o menos inmutable para todos quienes, desde la derecha o la izquierda, se han planteado qué cosa era eso que denominamos civilización, incluido Ernst H. Gombrich21 que publicó un librito delicioso titulado Tras la historia de la cultura, al que me remito. Alvin Toffler, ya citado, prefiere, por el contrario, hablar de una serie de esferas interpenetradas: la tecnosfera, la sociosfera, la infosfera, la energosfera, la biosfera y la psicosfera.

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Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) Filósofo idealista alemán. La Fenomenología del Espíritu (1807) es considerada su obra más importante. Su método dialéctico influyó en pensadores alemanes de derechas y de izquierdas. Desde el punto de vista cultural son sobresalientes su Estética y sus Lecciones de la Filosofía de la Historia Universal, que se realizaron a partir de los apuntes de clase de sus discípulos. 21 Ernst Hans Josef Gombrich (1909-2001) Historiador del arte inglés de origen austriaco. Combinó de forma magistral la iconología con la sociología y el formalismo. Autor de Arte e ilusión y Meditaciones sobre un caballo de juguete, su obra Historia del Arte trasciende los límites de la divulgación convirtiéndose en un libro de referencia que ha sido traducido a más de veinte idiomas y del que se han vendido millones de ejemplares.

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A poco que reflexionemos al respecto, nos daremos cuenta de que las asignaturas, las fundamentales, que se imparten en las enseñanzas medias ocupan casi todas las ramas verdaderamente importantes de la vida social y que si resultan imprescindibles la ciencia y la tecnología para el progreso material, la vida plena reclama algo más que bienestar y confort, como puede comprobarse una vez que se ha conseguido un mínimo vital. Esta nueva situación coincide con nuevos planteamientos a la hora de responsabilizarnos de nuestras actuaciones y, entre ellas, quiero destacar el nuevo rigor que comienza a exigirse a la hora de distribuir los escasos recursos de nuestro sistema escolar. La escuela, según mi criterio y sin olvidar su aspecto educativo, debe proporcionar la instrucción que habilite para la adecuada consecución de las competencias pertinentes a cada una de las disciplinas. Sea cual sea su nivel. El de la enseñanza primaria, la secundaria o la universidad. La escuela no puede ser sólo un contexto lúdico en el que entretener a unos jóvenes (o a unos ancianos como ahora la universidad) que acuden más o menos obligados a sus aulas. Debe ser un centro que proporcione a sus usuarios una cualificación cuantificable y rentable socialmente. Ya sé que esto me acerca a ciertos criterios economicistas de la educación pero cuanto antes sea consciente nuestra comunidad educativa de dónde proceden y cómo se usan los recursos disponibles, mucho mejor. Y más exigente será con el proceso formativo. Hoy nadie sensato puede creerse que mantendrá toda su vida el primer puesto de trabajo que desempeñe. Eso pertenece a un pasado ya muy remoto. La actualización permanente va a exigir una base educativa –cultural– fuerte, en la que ir integrando los diferentes aprendizajes y que estos, con palabras que

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no me gustan demasiado, hayan sido significativos, es decir, que sean tan sólidos que aguanten la construcción sobre ellos de otros y otros aprendizajes. Un alumno de ciencias no volverá a estudiar Filosofía o Historia de España. Uno de letras habrá adquirido todo su bagaje científico en la Secundaria Obligatoria. Y la vida no se detendrá cuando entren en la mayoría de edad para ninguno de ellos, al contrario, sólo habrá dado sus primeros pasos. Si la mochila está vacía, no podremos recurrir a ella cuando necesitemos su contenido. La enseñanzas medias son un trayecto del camino que nos llevará a mejorar como personas; a contribuir al desarrollo social de nuestra familia, nuestra comunidad, nuestro país y, en consecuencia, de todo el género humano; a extender un dominio equilibrado y sostenible sobre nuestro entorno natural que propicie una mejora económica de toda la sociedad. Las enseñanzas medias obligatoria y posobligatoria son los cimientos del futuro. Me gusta decir a mis alumnos que de haber adquirido el nivel que figura en sus boletines de calificación sabrían mucho más del mundo y su funcionamiento que Leonardo de Vinci22. Y no me creen, pero es absolutamente cierto. Más y mejor. La ingente acumulación de datos que propicia el mundo digital y la facilidad para su transmisión no son nada si no tenemos la capacidad de gestionarlas adecuadamente. Es preciso partir de una base bien estructurada y flexible que nos ayude en la tarea de construir un todo armónico que reciba, distribuya y aplique la información en la consecución de los objetivos propuestos. Si, como decía Cervantes23, “hay muchas 22

Leonardo di ser Piero da Vinci (1452-1519) Pintor e ingeniero italiano. Nada de su entorno vital quedó fuera de su interés; sus cuadernos de apuntes sobre anatomía e inventos diversos todavía causan admiración. Como pintor introdujo la perspectiva aérea y el “sfumatto” (difuminado entre luces y sombras); sus obras más célebres son La Gioconda, la Santa Cena y la Virgen de las rocas. 23 Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español. Su Vida del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (primera parte, 1605 y segunda parte, 1615) es una manifestación de talento literario y del humanismo de influencia erasmista que se recogen tanto en las atinadas y cultas disertaciones del hidalgo manchego como en la cultura popular que irradia Sancho.

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cosas que leídas y aprendidas importan un ardite al entendimiento” otro tanto podríamos decir de las infinitas horas malgastadas frente al ordenador, la tablet o el móvil. La educación secundaria obligatoria y el bachillerato proporcionan la base sobre la que se eleva esa maravilla de la evolución que es un individuo plenamente integrado en una sociedad que le ayude a él y a los demás a continuar con ese objetivo de perfección infinita que es el género humano. Un hombre que es una entidad física y espiritual a la vez. Un hombre sano que desarrolle armónicamente sus capacidades corporales y también las que lo diferencian de los animales. ¿Estaría de más indicar que ya los antiguos insistieron en que la fortaleza, la prudencia y la templanza eran objetivos virtuosos que debían orientar la actividad humana? ¿Estaría de más traer aquí -sólo por esta vez- que el alma del hombre, aunque era una, poseía tres potencias conjuntas que servían para su desarrollo como individuo y que eran la memoria, la inteligencia y la voluntad? Y que diga estas cosas no tienen por qué resultar extraño en el universo binario en el que nos movemos. Al contrario. Encuentra su más perfecto acomodo. Y esto es lo que yo me imagino que quieren decir algunos cuando hablan de educación. Estas línea no pretenden afianzar ningún plan de reforma educativo. De eso se encargan periódicamente, y sin mucho éxito por lo visto, nuestros gobernantes. Estas palabras pretenden ser la constatación de un hecho en el que habitualmente no reparamos ni alumnos ni profesores. La democratización del conocimiento hace que sea en nuestras aulas donde se alcance la garantía de unos saberes que, al igual que un mapa, vayan marcando los hitos de referencia a lo largo de las diferentes vicisitudes que afrontaremos a lo largo de nuestra existencia. Unas señales indelebles para progresar en esa carrera, sin premio aparente, a la que hacíamos referencia en los primeros párrafos. Es posible que ya no nos gratifiquen las promesas divinas de felicidad ni nos asustan el llanto y crujir de

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dientes eternos. Nuestra dignidad, como decía Montaigne24 está en nuestra propia capacidad de conocimiento. La naturaleza desconoce su pasado, su presente y su futuro. El hombre ha de morir, eso es insoslayable, pero sabe por qué muere. Y lo que es más importante: sabe cómo ha vivido y cómo ha participado desde el punto de vista individual y colectivo en esa existencia. Si ha sido actor o espectador; si ha sido protagonista o antagonista. Y quiero ya concluir. Mi intervención no pretende engañar a nadie. Decían los viejos moralistas que el camino de la virtud es estrecho y empinado y el del vicio ancho y llano. Pero los caminos lo son porque unen momentos vitales. Y eso, además de la experiencia que proporciona el propio camino, como quería Kavafis25, es lo importante. Cursar las asignaturas que impartimos no es garantía para encontrar un hueco en el mercado laboral, ni de que nos plantemos en la madurez como una personalidad definida y armónica; es imprescindible que esta tarea esté acompañada de eso que denominamos excelencia. No están los tiempos para mediocridades. En vuestras manos está aún vuestro futuro. Un futuro que se construirá con los materiales que os proporcione la ciencia pura o la aplicada pero, no lo dudéis, también con los que obtengáis de las humanidades, las ciencias sociales y el arte.

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Miguel Eyquem de Montaigne (1533-1592) Pensador humanista francés, creador del género del ensayo pues así, Ensayos, se titularon sus libros publicados en 1580 que corrigió y amplió en 1588. Perspicaz, escéptico, relativista y tolerante asistió a la derrota de los ideales preconizados por el humanismo. 25 Constantino Kavafis (1863-1933) Poeta griego que desarrolló su actividad, fundamentalmente, en Egipto. Su poesía une las vanguardias de finales del XIX con la antigüedad clásica que le era tan querida. El poema al que me refiero es Itaca, y sus versos: “rico por cuanto ganaste en el camino/ sin esperar a que Itaca te enriquezca./ Itaca te brindó tan hermoso viaje/ sin ella no habrías partido”.

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Se termin贸 de imprimir el 3 de noviembre de 2012, festividad de san Mart铆n de Porres, primer aniversario de la muerte de nuestro compa帽ero y amigo Ram贸n Bello. Siempre en el recuerdo.

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