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Mensaje del presidente

¿Cuál ES El ENToRNo DE Los AGRoNEGoCIos EN LA ACtUALIdAd?
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“Lo mejor de nuestro mundo es la cantidad de mundos que contiene”, afirmó el escritor uruguayo Eduardo Galeano a propósito de la globalización que invariablemente nos conduce a la integración de regiones y países, pero también a enfrentar cambios rápidos que provocan incertidumbre en los mercados y volatilidad en los precios.
En este entorno, los agronegocios están en pleno dinamismo. México se desenvuelve en una economía globalizada y por tanto está sujeta a mayor volatilidad debido a varios factores externos que impactan el desempeño del sector agroindustrial.
En primer lugar destaca la decisión que algunos países, grandes productores de aceites y grasas, han tomado con la emisión de políticas tendientes a proteger a su industria procesadora a través de subsidios a las exportaciones de productos con mayor valor agregado; lo cual, para México es una amenaza que inhibe la molienda de semillas y frutos oleaginosos y frena el desarrollo del sector agrícola nacional porque favorece la importación de aceites semiprocesados y terminados.
Un segundo factor externo que repercute en los mercados y en la agroindustria mexicana de aceites y grasas se deriva del crecimiento en los niveles de consumo en países como China y la India que, como respuesta a un mejor poder adquisitivo, se produce un significativo incremento en la demanda de cárnicos y otros productos oleicos procesados.
De igual manera, las crisis en las economías de algunos países de Europa afectan a la de Estados Unidos y, en consecuencia, a la mexicana; situación que nos lleva a preguntar: ¿Cuál es el valor real de los productos que se comercializan en México? ¿Se tienen que calcular en dólares? El dólar ha perdido su valor y crea inestabilidad en los tipos de cambio y en los precios de los productos agropecuarios; no obstante, a partir de 2010 el peso mexicano es competitivo, lo que a su vez, con sus ventajas y sus desventajas, ha influido en el desarrollo agrícola y agroindustrial del país. Todo indica que para los ciclos agrícolas 20122013 hay buenas perspectivas para la producción de granos y oleaginosas, lo que significa expansión del comercio que se traducirá en un equilibrio de precios competitivos para los productores, la agroindustria de alimentos y, en última instancia, para el consumidor de aceites y grasas.
Y, aunque las perspectivas agrícolas para los próximos dos años son buenas; la agroindustria, dependiente de la agricultura, deberá continuar en alerta y en estrecha coordinación y comunicación con el gobierno mexicano. Alerta que significa evitar la presión sobre los recursos naturales, dosificar la disponibilidad de agua, proteger la biodivesidad, dar respuestas al cambio climático y enfrentar las crisis de energía. Habrá que incrementar la producción de biocombustibles, fabricar productos más versátiles y contar con envases y empaques que permitan mantener la calidad, faciliten el transporte, tengan mayor vida de anaquel y se puedan evitar pérdidas.
Es aquí donde se requiere de un gobierno que haga suya la tarea de conformar una política industrial y comercial que fortalezca la cadena productiva nacional y promueva el crecimiento del mercado interno, al tiempo que garantice un comercio justo, libre de prácticas comerciales desleales.
En conclusión, habrá que tomar medidas para mantener el equilibrio de los precios, facilitar la gestión de riesgos y mejorar los sistemas de información, investigación e innovación; es decir, vivir en un mundo globalizado significa estar en concordancia con esos mundos más pequeños que son los nuestros.