RESISTE CHONTA LA

Lainmensa variedad de géneros musicales de Colombia son prueba de la multiculturalidad del país y de cómo nuestra identidad está compuesta por un crisol de diferencias maravilloso y único. Por eso, festivales como el de la Leyenda Vallenata o el Petronio Álvarez celebran nuestras tradiciones culturales y a la vez las exaltan pero, ¿qué más sucede alrededor de estos?
La riqueza cultural del país se puede apreciar también a partir de las expresiones musicales de las diferentes comunidades que habitan Colombia y personajes de la talla del Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, lo sabían y por eso surgieron festivales como el Festival de la Leyenda Vallenata, que además de reunir a la fiesta del vallenato en un solo lugar, tiene como propósito mantener el folclor vallenato tan intacto como sea posible con el paso de los años.
De la misma forma, desde 1997 se creó el Festival Petronio Álvarez, dedicado a la música del folclor del Pacífico colombiano y su objetivo siempre ha sido el de resaltar a los compositores, grupos musicales e investigadores de la música de origen afrocolombiano.
El Petronio Álvarez, de acuerdo con su página oficial, se ha transformado en una de las vitrinas más importantes de la música del Chocó y el Pacífico Sur en los formatos de marimba, chirimía y violines caucanos. En él, grupos tradicionales integrados en su mayoría por trabajadores del campo y pescadores, tienen cita en la ciudad de Cali cada año para mostrarles a los colombianos cómo sonaba la selva pacífica y su música.
El objetivo de que las tradiciones musicales de la región se mantengan es tan importante que el 80% de los grupos que se presentan en el festival vienen del Pacífico colombiano, de municipios y ciudades como El Bordo, Suárez, Buenaventura, Timbiquí, Tado, Almaguer, Guapi, López de Micay, Santander de Quilichao, Caloto, El Patía, La Tola, Tumaco, Iscuandé, Barbacoas, Santa Bárbara, Santa María de Timbiquí, Mosquera, Quibdó, Condoto, Nuquí y Magui Payán, en donde sus pobladores tienen colonias asentadas en Cali.
“Es importante destacar y mantener vivas estas músicas porque todas estas músicas son muestra de la diversidad que existe dentro de la cultura de nuestro país, y en escenarios como los festivales, porque se muestran en marcos diferentes a, por ejemplo, la música comercial o que se estudian comúnmente en la academia, porque son músicas que responden a lógicas diferentes, más de la oralidad, que trascienden lo musical y que están ligadas más a cuestiones de territorio y la vida diaria, de las relaciones humanas y de la comunidad” afirmó Javier Pérez, director de la maestría en Músicas Colombianas de la Universidad El Bosque, tal vez uno de los únicos programas en posgrado enfocados en las músicas colombianas del país.
De acuerdo con María Helena Anchivo, ganadora en la categoría Mejor Intérprete de Marimba- versión libre en la versión del Festival Petronio Álvarez en 2016 y docente universitaria del mismo instrumento, el apoyo de vitrinas como el Petronio va más allá de la simple exposición de la música y está también muy relacionado con mantener aparte de las músicas, el legado de los afrodescendientes colombianos.
“La música de marimba en el pacífico, por ejemplo, es importante porque es una manifestación viva de todo el vivir del Pacífico en la música, pues en esta podemos encontrar también la gastronomía, la historia de la trayectoria afro en el país, y además se convierte en un objeto de estudio importante dentro de la colombianidad y de la Colombia diversa que tenemos. El arraigo étnico e histórico que ha contribuido a la formación del país también hace parte de este tipo de encuentros, pues además de difundir y mantener la cultura, también se abre un espacio para los estudiosos, para la academia, que ayuda a que a partir de la investigación siga viva la cultura”, explicó Anchivo.