En
primer
plano,
como
ya
lo
argumentaba al principio, la película parecería que fuera un retrato del estereotipo
de
macho
mexicano
celoso y dominante que quiere hacer a su mujer quererlo a la fuerza, pero más que eso la película retrata la paranoia y la locura del hombre al sentir en carne viva lo que a veces nuestra perturbada mente cegada por ideas religiosas y problemas de otra índole empiezan a hacer mella en el razonamiento,
razonamiento
que
tarde o temprano se perderá para dar paso a la locura. Cuando un hombre cree
enfermamente
que
lo
que
imagina es real, no hay cura que le pueda llegar. Luis Buñuel llegó a argumentar que en esta película era donde más había plasmado de su persona y con la que más se sentía identificado, ya que era un hombre además de celoso muy paranoico y posesivo. Y aunque la recepción de la película no fue la esperada por los productores y por el mismo Buñuel, con el correr de los años Él se convirtió en una de las películas más celebradas de Buñuel.
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