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2.1.3. Lumen
En la última edición, en agosto de 2019, los artistas Tamara Arroyo y Antonio Montesinos exploraron la riqueza paisajística del local. También comisariada por Juan Francisco Rueda, en “Forjando identidades. Construyendo escenarios” ambos trabajaban la arquitectura del pueblo y de la tradición andaluza, en específico a la costa de Málaga por sus historias personales. Al final, es una mezcla de la arquitectura del ocio de la Costa del Sol a la arquitectura vernacular de los pueblos blancos y sus rejas de metal. Conceptualmente ponían a prueba qué era la identidad, confrontando el arquetipo andaluz a los escenarios construidos para el ocio. En esa semana cultural su programa abarcaba, además de las exposiciones de los artistas invitados, actividades deportivas, presentación de libros de artistas como el de Miguel Ángel Moreno Carretero y de Jesús Chacón, las “noches en fresco” con presentaciones musicales, de danza, de cine y de teatro, y talleres artísticos para niños y adultos.
2.1.3. Lumen
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Lumen es un proyecto anual emergente sin similares en España. Surge de la iniciativa del Ayuntamiento de Genalguacil en colaboración con la experimentada empresa T20 que compagina gestión de proyectos y una galería de arte en Murcia. Los directores de proyecto Nacho Ruiz y Carolina Parra, invitan artistas a trabajar la luz como objeto y como material artístico. Investigando lenguajes en ese medio inmaterial, algo no tan frecuente, igualmente son obras capaces de marcar su presencia sin ocupar necesariamente espacio físico y, en algunos casos, de modo efímero. Con esa propuesta, exploran el arte contemporáneo urbano siendo la luz el elemento central. La experiencia del espacio público gana otro sesgo cuando la perspectiva es la del movimiento, del cambio de mirada. La primera edición se realizó en 2019 con los artistas Sonia Navarro, Alicia Martin, José Maldonado y Santiago Idañez. Los cuatro son artistas multidisciplinares, pero fueron invitados a experimentar la luz, tanto a través de la luz eléctrica como de la luz natural. Cada uno explorará la temática a su modo y aunque cada pieza sea independiente, todas se conectan y mantienen un discurso entre sí. Alicia Martín marca la altitud de Genalguacil, 514 metros sobre el nivel del mar, en pintura luminiscente en fachadas del pueblo. Con un topógrafo va investigando y explorando la geografía de Genalguacil y dejando su huella.
José Maldonado hizo 3 piezas: una en la Fuente La Huerta con un dibujo entramado de figuras geométricas de colores; otra en que escribe con pintura luminiscente el salmo bíblico “en tu luz veremos luz” invitando a la reflexión acerca de la simbología que carga y revela la luz; y la última trabajando la difracción por prismas que crean arcoíris en diferentes momentos de día. Santiago Ydáñez creó una obra titulada “Duelo a garrotazos” en una fachada de la calle San José. Es una caja de luz con una fotografía de su relectura y reinterpretación contemporánea de una obra de referencia del arte español. Evidencia con ironía las confrontas entre dos posiciones que parecen seguir existiendo y que siempre existirán. Sonia Navarro hizo con bombillas un recorrido lumínico cerrado llamado “Del caño al coro”. Se trata de un trazado de los lugares donde las mujeres en el pasado podían participar y tener una vida social en un itinerario cerrado que variaba entre la casa, los lavaderos, la iglesia y el mercado. Las mujeres son representadas como bombillas y es así una reivindicación de la igualdad de género y el derecho al espacio. Está puesto en una pared del cementerio en la plaza principal. La segunda edición fue dividida en dos partes, una que ya se realizó en noviembre de 2020 y la segunda parte que está por celebrarse en el primer trimestre de 2021. Irma Álvarez Laviada y FOD ya dejaron sus marcas lumínicas. Laviada en su obra “Composición en rojo, amarillo, azul y negro” trabaja, con una caja de luz blanca de marco de colores. El vacío, los espacios urbanos de transición y el mobiliario urbano, tales como los paneles publicitarios, son temas que le interesan y basados en ellos, crea una obra que cambia dependiendo si es día o noche. Ya FOD trabaja con la sombra producida por el sol, como él mismo dice, “haciendo un dibujo aéreo” en la fachada blanca de la casa donde montó su instalación. La instalación es una estructura metálica con formas básicas arquitectónicas de una casa con sus columnas y escalera. Él la cuelga en la fachada de una casa del pueblo y, como explica, crea así una especie de reloj solar que marca el paso del tiempo con la proyección de la sombra natural en la pared. La poesía de la luz, sea natural o artificial, en el período del día o de la noche, activa nuestra percepción y nos emociona con su simbología y propiedades físicas.