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Conclusiones

Conclusión

Al desarrollar este trabajo pude unir el aspecto práctico de trabajar como educadora en un museo al pensamiento teórico que no estaba tan familiarizada. Estudiar la evolución del museo desde distintos ámbitos me resultó muy revelador y enriquecedor. Ver la historia, el panorama sociocultural y la arquitectura, complementándose e íntimamente relacionados, permite una perspectiva mucho más completa. Usualmente estudiamos los fatores por separado para facilitar la comprehensión, pero perdemos la noción de conjunto, ilusionándonos como si una cosa fuera independiente de la otra. La frase “la forma sigue la función” del arquitecto estadounidense Louis Sullivan37 nunca fue tan clara ya que se entiende que todo es un proceso orgánico. La sociomuseología se presenta como un avance muy relevante en el camino de un mundo más igualitario en oportunidades, pero que todavía falta ser empleada más a fondo. Al ser una relación de dos lados, la institución museística y el público también tienen que hacer su parte para que funcione. Por un lado, la institución debe ajustarse para ser más inclusiva, siendo la función de su departamento de educación de vital importancia. Aunque pese la cuestión financiera para mantener abierto un museo, asumir que la calidad del servicio no es lo principal sino el número de visitantes que reciben, es un pensamiento arcaico que necesita pasar por revisión. Es difícil romper con tradiciones arraigadas y jerarquías, mismo siendo nítido que es un modelo fallido. A la vez, el público también debe mantenerse abierto y dispuesto a aprender y entrar al museo. Por experiencia propia, las personas necesitan, por lo menos, demostrar disposición y paciencia de mirar o escuchar con atención. La sociedad en general está acostumbrada a las imágenes listas para consumir y a pasar rápidamente de una a otra, pero de eso no se utiliza o desarrolla ningún pensamiento crítico. Genalguacil es un ejemplo de transformación social y muchos podrían aprender de su técnica, ajustarla a sus necesidades y aplicarla. Así como ellos, muchos otros proyectos e iniciativas van cambiando poco a poco los escenarios, sean de instituciones culturales o de personas comprometidas con la causa. Los resultados son motivadores y fundamentales para seguir haciendo mejor la vida de las personas.

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37 SULLIVAN, Louis H. (1896), The tall office building artistically considered, Lippincott’s Magazine, Philadelphia. Disponible en: <https://ocw.mit.edu/courses/architecture/4-205-analysis-ofcontemporary-architecture-fall-2009/readings/MIT4_205F09_Sullivan.pdf> (Fecha de consulta: 20/01/2021).

Como he observado en el repase histórico que después de un momento social crítico el museo necesita reestructurarse, supongo que estamos delante de un nuevo cambio. Aunque no sea una guerra, el impacto que un agente biológico está causando a nivel mundial es algo que no se puede negar. Es una situación grave y preocupante, pero de ahí precisamente puede venir un nuevo camino que ayude en la reconstrucción colectiva. Ya se ha demostrado que el arte y la cultura son esenciales en la vida, y muchos de los que no los creían o daban valor sintieron en la piel cuando, por ejemplo, entramos en cuarentena por el Covid-19. Ambos tienen una capacidad y una fuerza que todavía está infravalorada y subutilizada. Tanto la institución como las personas necesitan superar la visión del museo como tienda de regalos o de presupuestos exorbitantes para exposiciones mediáticas, así como esa prevención de que el museo es aburrido, viejo o inalcanzable. De modo intransigente, las condiciones actuales nos exigen reformas profundas en todos los sectores, una nueva estrategia y un cambio de postura. Si se puede hacer de un modo más humano y pensando en el bien común, el museo podría sumarse como un poderoso instrumento de concientización.

Ilustración 18 - Obra de Fernando Renes en las calles de Genalguacil. Fotografía de archivo personal.

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