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Intocable Zidane

ZIDANE nunca se la juega

El entrenador del Real Madrid parece que está a salvo de cualquier revés. Su llegada al banquillo blanco en su primera etapa levantó recelos, y todos sabemos cómo acabó. La segunda parte de la serie del francés en la Casa Blanca, no tiene visos de ser tan exitosa, pero lo mejor será callar y esperar

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Contra quienes dicen que el equipo no juega a nada y que no tiene nivel, victorias de peso ante Inter de Milán, Barça o Sevilla. Contra quienes insisten en su flor, rotaciones en puestos clave, confianza en hombres que algunos consideran acabados, y cambios estratégicos. “Este es un equipo con carácter”, defiende el técnico. Zidane no se arruga, y públicamente afirma que la prensa es injusta con el equipo y con él: “Sabemos que cuando no lo haces bien te van a criticar. Hay que pensar en positivo y nada más. Seguir intentando tener regularidad y es lo que vamos a intentar buscar”. Está claro que uno de los problemas que tiene el equipo es la falta de gol. Sólo Benzema parece preparado. Vinicius y Rodrygo no acaban de despegar, Hazard lesionado, Jovic no cuenta, Mariano juega porque no le queda otra, la segunda línea no está aportando tantos goles como en otras campañas… Pero el técnico francés, en sus círculos de confianza, habla de una temporada “rara” generalizada y pide paciencia, porque el equipo ha de llegar con vida y opciones en todas las competiciones en el mes de mayo, cuando se reparten los títulos. El fútbol tiene memoria corta. No hace tanto tiempo el equipo de Zidane se mostraba como una apisonadora. Fue justo en la reanudación de LaLiga post-covid, y acabó con el título en la vitrina del Bernabéu.

Dudas para el vestuario

Las dudas sobre el futuro de Zidane han sonado incluso a globo sonda de la directiva, para que los futbolistas, los verdaderos responsables sobre el césped, den su mejor versión. El vestuario está a muerte con la gestión del entrenador, y sería muy duro para ellos perderle por los malos resultados. Hacer público que el míster puede salir, pretende espolear a sus hombres para que ahora, más que nunca, den la cara por él. Mientras la prensa especula con nombres, empezando por Pochettino e incluso hablando de los fichajes que ha pedido (empieza a parecer el nuevo “suena Míchel”), Zidane sigue trabajando fiel a su estilo, y sin cambiar ni un ápice sus formas de entrenar y de gestionar el vestuario que tantos éxitos le han dado en el pasado, y que confía repetir en el futuro. Intentando comparar épocas y darle una explicación coherente a las diferencias, muchos apuntan a Cristiano Ronaldo. Su nombre sigue retumbando en los cimientos del Bernabéu, y es el único gran cambio que ha habido entre los dos vestuarios que ha dirigido. Y los malintencionados comienzan a compararle con Pep Guardiola y sus escasos éxitos desde que no entrena a Messi. Lo único que está claro es que sólo Zidane tiene en sus manos revertir la situación, no sólo los resultados, también las sensaciones y el fútbol que transmite su equipo. Y volverse a mostrar como el temido grupo que hasta el último minuto podía meterte un zarpazo para voltear el marcador si lo necesitaba. Algo que echa mucho de menos el madridismo, tener la sensación de que hasta el final iban a apretar para ganar. Zidane tiene mucho trabajo por delante

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