7 minute read

Editorial: Migrantes, refugiados y desplazados

Migrantes, refugiados y desplazados

Muchas voces se unen al clamor por la tragedia humana de los refugiados y desplazados, una situación que no afrontan adecuadamente los gobiernos y ante la cual, hay una indiferencia social inquietante, como si los migrantes carecieran de la condición humana necesaria para despertar nuestra sensibilidad humana y para levantar la voz por ellos. Ante la interrogante por la suerte de estos rostros humanos que reflejan tantas necesidades y expectativas, se ha construido incluso un discurso que culpabiliza a las víctimas, en vez de abogar por ellas.

Advertisement

“La migración se ha transformado en una realidad estructural de la sociedad contemporánea, constituyendo un problema cada vez más complejo, desde el punto de vista social, cultural, político, religioso, económico y pastoral”, precisa un documento de la Comisión Nacional de la Pastoral de Migrantes para situar el alcance del problema.

Este drama humano es alarmante, pues se trata de millones de personas que huyen del hambre, de la guerra, la pobreza y la explotación, entre tantos otros peligros, con el anhelo de buscar un lugar seguro donde poder construir una vida mejor para ellos y sus seres queridos, ha expresado el papa Francisco.

No podemos “invisibilizar” la suerte de millones de personas buscando sobrevivir, persiguiendo el sueño de una vida digna, de una vida mejor. Y mucho menos en el caso nuestro, con la experiencia de las migraciones hacia muchos lugares del mundo, donde interactuamos. La Iglesia que peregrina por República Dominicana -dice el comunicado citado-, quiere “ser una respuesta eclesial a las nuevas necesidades pastorales de los migrantes”, transformar la experiencia migratoria.

El reciente naufragio en el mar Mediterráneo, donde murieron ciento treinta personas, puede ser el signo de la pérdida de humanidad tanto de los gobiernos que no afrontan el problema, como del entorno social indiferente. Los que murieron, “son vidas humanas, que durante dos días enteros han implorado en vano ayuda, una ayuda que no ha llegado”, lamentó el Papa.

RECONOCIMIENTOS

Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2020

La delegación diocesana de Migraciones de Tánger ha sido galardonada con el Premio Mundo a la Fraternidad 2020. Así lo ha anunciado hoy martes, 27 de abril, Mundo Negro, publicación de los misioneros Combonianos. El galardón será recogido el 6 de mayo por el arzobispo emérito de la archidiócesis, monseñor Santiago Martínez Agrelo, creador en 2011 de dicha delegación. Su actual responsable, la religiosa Inmaculada Gala, participará en el evento de forma virtual, al no poder viajar a España por las restricciones de movimiento existentes entre Marruecos y España a causa de la pandemia.

En la delegación de Tánger trabajan hoy a tiempo completo cerca de sesenta personas —once de ellas religiosos— cuyas intervenciones van desde la acogida y la intervención médica y humanitaria en los campamentos, hasta las actuaciones sociales, formativas y de integración de los migrantes. Su estructura se reparte por Tánger, Tetuán, Nador y Alhucemas. «Aunque es difícil precisar el número de personas migrantes que se han benefi ciado del trabajo de la Delegación, en la base de datos de la sede tangerina hay más de 7.000 personas registradas, cifra que con seguridad se queda por debajo de la realidad», dice Mundo Negro en su comunicado.

Semana Laudato Si’

Los “7 pecados contra la tierra”

Lic. Jovanny Kranwinkel

jovannyk@gmail.com

El día 22 de abril pasado celebramos el día de la Tierra, en palabras del Papa Francisco llamada también la “Casa Común”. Hemos roto lazos, con el creador, con los hermanos y con la creación, porque “No se puede vivir en armonía con la creación sin estar en paz con el Creador, fuente y origen de todas las cosas” (Papa Francisco en la VI jornada de oración por la Creación).

En este mes de mayo celebramos el sexto año de la publicación de la Encíclica Laudato Si’ y por eso celebramos la “Semana Laudato Si” con actividades y acciones especiales. Este año meditamos sobre estos pecados contra la tierra y además de pedir perdón buscamos “redimirlos” intentado corregir lo que hemos hecho mal.

Hoy nos fi jamos en los impactos negativos a los que denominamos “pecados”, contra nuestra Tierra, haciendo un llamado a ordenar lo que hemos desordenado y contemplar lo que todavía tenemos:

7 Pecados contra nuestra “tierra” Dominicana

1- Pecado de Contaminación.

Hemos pecado en nuestro país contaminando espacios vitales para sobrevivir con un descontrol en los residuos y desechos sólidos. El mal manejo de lo que consumimos, cómo la desechamos desde nuestras casas, empresas, instituciones y cómo no hemos hecho políticas públicas adecuadas para su desecho.

Redención: Es urgente e imperioso iniciar una campaña nacional de reciclaje y reutilización.

Los más de 350 vertederos que existen en el país, una gran parte improvisados sin ningún tipo de aislamiento adecuación y gestión, son una llamada de atención de cómo manejamos los desechos.

2- Pecado contra El Agua. Hemos pecado destruyendo, contaminando, degradando y mal utilizando las fuentes acuíferas. Es grave verter desechos en los ríos, deforestar las cuencas, privatizar fuentes de agua, no respetar las áreas protegidas por el servicio ambiental que ellas prestan. Redención: Educar a toda la población en la conservación, uso y ahorro del agua. Somos una isla, no nos viene agua de ningún otro territorio. ¡URGE UNA LEY CLARA Y PRECISA DEL AGUA! Es lamentable que en los últimos 20 años después de la creación de la Ley 64-00 no se haya podido elaborar una ley adecuada.

3- Pecado contra El Suelo. La grave situación de deforestación criminal, irrespeto de las áreas protegidas que preservan recursos fundamentales para la vida, de nuevo la contaminación por mal manejo de la basura, etc. son pecados contra nuestra tierra dominicana.

Redención: es imperioso un régimen de consecuencias efectivo. Es grave en algunas ocasiones encontrar a funcionarios públicos, empresarios, constructoras e instituciones involucrados en estas acciones delictivas.

4- Pecados De La Minería: El uso y comercialización de los “recursos no renovables” que son extraídos a través de la minería,

aunque ciertamente generan beneficios y recursos económicos, lo hacen con un gran impacto ambiental. Los impactos ambientales suelen ser graves en términos de degradación del territorio y de impacto social. El país tiene una ley minera del año 1971, haciendo minería en el año 2021. Es urgente adecuar una ley que vaya en consonancia con la ley ambiental del año 2000 y los convenios internacionales ya firmados.

Redención: Urge un proceso de revisión de las nuevas concesiones. Pedimos al Estado Dominicano que, a través de sus instancias y ministerios, informen y soliciten con mucho más rigor, la opinión pública antes de emitir nuevas concesiones de “explotación”.

5- Pecado contra El Aire. La quema de basura genera micropartículas sumamente dañinas a la salud de todos los organismos. Ha sido además notorio el manejo inadecuado de las cenizas en la Central Termoeléctrica Punta Catalina. Se observa en las vías públicas camiones, patanas y vehículos del transporte público sin los filtros adecuados de regulación de emisiones, sin que sean penalizados.

Redención: Imponer sanciones drásticas a este tipo de impactos. En el caso de Punta Catalina es importante controlar y regular las emisiones. En el caso de los impactos sónicos se resalta e incentiva que sigan siendo incautados los equipos por parte de las autoridades y los responsables multados.

6- Pecados de Educación Ambiental. Un factor importante en el deterioro ambiental se debe a la falta de educación en el cuidado de la Casa Común. Es alarmante constatar cuando los ríos y áreas costero marinas están llenas de plásticos y otros desechos.

Redención: Generar modelos educativos públicos y privados que incentiven el cuidado de la Casa Común. Es urgente cambiar los modelos de manejo de desechos. En esto tienen gran responsabilidad los gobiernos locales que deben garantizar su recogida y gestión. 7- Pecado contra La Vida. Tenemos la responsabilidad de defender la vida de los organismos vivos.

Hoy hay una especie de “ecologismo” formado por ideologías. Descartamos a la naturaleza y nos descartamos a nosotros mismos con procesos como el aborto y la eutanasia. La Pastoral Ecológica de la Iglesia Católica reafirma la defensa a la vida humana desde la concepción a la muerte natural.

Redención: Las complejas causas de injusticia, no debe hacernos dudar del valor de la vida del nuevo ser. Analizar donde realmente se encuentran las verdaderas causas que llevan a pensar que eliminar un hijo es una opción. La vida se abre paso ante cualquier situación.

Hoy día de la Tierra miramos nuestra sociedad e invitamos a hacer un proceso de análisis y revisión de lo que estamos haciendo. “¿Qué clase de mundo queremos dejarle a nuestros hijos y a las nuevas generaciones?”. Por eso acogemos el llamado del Papa Francisco: “hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos” (LS 14)

Quien suscribe es el Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Pastoral de Ecología y Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

This article is from: