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El Año


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Llamado al nuevo gobierno
Lic. Jovanny Kranwinkel jovannyk@gmail.com
El 24 de mayo celebramos el 5to aniversario de la puesta en circulación de la carta Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco. Esta encíclica sorprendió a muchos que iniciando su pontifi cado el Santo Padre emitiera un documento de Doctrina Social, específi camente con un tema que muchos nos preocupaban sobremanera y la Iglesia Católica incluso había creado una pastoral ecológica para acompañar esa realidad.
Para conmemorarlo se propuso a fi - nales del 2019 celebrar una semana “Laudato Si” en Roma junto al Papa Francisco para conmemorar el aniversario, pero por el tema de la pandemia tuvo que variarse la propuesta.
Nuestra comisión nacional de Pastoral celebró esa semana con unos conversatorios virtuales transmitidos en el canal de Youtube.com/ApmPrensa donde se conservan, cada día la participación de diversos especialistas en los temas del agua, manejo de residuos sólidos, trabajo de los jóvenes, presencia en el arte, etc.
En un video en el que invitaba a celebrar el aniversario el Papa Francisco expresaba: “Renuevo mi llamado urgente a responder a la crisis ecológica. El clamor de la tierra y el clamor de los pobres no dan para más”, dijo el Papa Francisco. “Cuidemos la creación, don de nuestro buen Dios Creador. Celebremos juntos la Semana Laudato Si.”
Fueron muchísimas las celebraciones que tuvieron lugar en distinto países del mundo, invitando la lectura y análisis de la Encíclica y al terminar la celebración el Papa formuló otro pedido importante. Dado que la pandemia del coronavirus ha hecho cambiar toda nuestra vida cotidiana, el Santo Padre propuso celebrar un año Laudato Sí completo, hasta el próximo 24 de mayo de 2021 para seguir promoviendo la aplicación de la Encíclica.
Desde el Dicasterio de Desarrollo Humano Integral se elaboraron diversos mensajes en esa semana. “Esta crisis es una oportunidad única para transformar la destrucción que nos rodea en una nueva forma de vivir: unidos en el amor, la compasión y la solidaridad, y en una relación más armoniosa con la naturaleza, nuestra casa común. La COVID-19 ha manifestado claramente lo profundamente conectados e interdependientes que estamos todos. Para comenzar a pensar en el mundo que vendrá después de la COVID, necesitamos un enfoque integral, “dado que todo está íntimamente relacionado, y los problemas actuales requieren una mirada que tenga en cuenta todos los factores de la crisis mundial”.

También el Dicasterio anunció formalmente la celebración del Año Laudato Si: “Durante este año y el decenio sucesivo dispongámonos a vivir juntos una experiencia de verdadero Kairos que se traducirá en un tiempo de “Jubileo” para la Tierra, para la humanidad y para todas las criaturas de Dios. El año de aniversario comenzará con la Semana “Laudato Si” 2020, a partir del 16 de mayo, y proseguirá con varias iniciativas conjuntas realizadas con un claro énfasis en una “conversión ecológica en acción”. Todo el mundo está invitado a participar en la celebración de este aniversario. La urgencia de la situación requiere respuestas inmediatas, holísticas y unifi cadas en todos los niveles: local, regional, nacional e internacional. Centrándose especialmente en las comunidades de base, el Dicasterio apunta a un “movimiento popular” y a una alianza de todas las personas de buena voluntad.»
El llamado está hecho, las motivaciones están, las urgencias ambientales nos conminan a la actuación y denuncia. Oremos para que siga

Las fi estas del Patrón Santiago: marca ciudad
Santiago, hermano de Juan El Evangelista y uno de los apóstoles de Jesús, fue el primero de sus seguidores en morir. Su cuerpo, según la leyenda, fue colocado por sus discípulos Teodoro y Atanasio en una barca de piedra para ser sepultado en Galicia, en la provincia romana de Iberia, donde había predicado y hasta donde fue guiada por unos ángeles. Teodomiro, obispo de Iria Flavia, descubrió su tumba después de informarle un religioso solitario llamado Pelayo que una estrella brillaba sobre un montículo en el bosque. En torno a su sepultura fue trasladada Iria Flavia, después de ser destruida por los bárbaros y a partir de ella surgió la ciudad de Santiago de Compostela, cuyo nombre deriva de “Campus Stellae” (campo estrellado), en recuerdo de la estrella que había guiado a descubrir la tumba del “Hijo del Trueno”.
A partir del siglo XI, la tumba del apóstol se convirtió, junto a Roma y Jerusalén, en uno de los lugares de peregrinación más importantes de la Edad Media. El trayecto, que integraba rutas que partían desde Francia, Italia y Alemania, entre otros países, se conoce hasta el presente como “el camino de Santiago”, nombre que se le dio inicialmente a la Vía Láctea, visible durante las noches por los peregrinos en su caminar hasta Galicia. De su estadía en Santiago de Compostela los adoradores del apóstol traían como testimonio conchas o veneras, abundantes en las playas gallegas, que cosían a sus esclavinas y que con el tiempo pasaron a ser el símbolo de Santiago, que se representó como un caminante con sombrero, bastón y esclavina.
De un Santiago peregrino se pasó a un Santiago Matamoros durante la guerra de la reconquista contra los árabes o moros en España, representándosele con un espada en la mano y montado sobre un caballo blanco. La fe en su apoyo llegó al extremo de que en la toma de Granada, el último bastión árabe en territorio español, se le vio cabalgar junto a los Reyes Católicos.
Ese Santiago guerrero llegó a América y ¡“Santiago y cierra España!” y “Santiago a ellos!” fueron los gritos de las tropas españolas en el sojuzgamiento de los indígenas así como lo fueron en la península respecto de los moros. Y Santiago fue impronta perenne en el nuevo continente al denominar a uno de los fuertes fundados por Cristóbal Colón a orillas del río Yaque en 1495, que daría origen a nuestra ciudad.
Su fi esta, cada 25 de julio, ha tenido lugar en Santiago de los Caballeros desde el siglo XVI; consta que ya se festejaba para 1518. Desde las celebraciones de 1666, por el ascenso al trono de España de Felipe IV,
El valor de la Comunidad

P. Juan Tomás García, msc tomigapi@gmail.com
La fe es una realidad personal pero no individual, se vive en comunidad y vincula profundamente a los creyentes que se esfuerzan por ejercer la existencia siguiendo los pasos de su Maestro. En agosto tenemos la oportunidad de promover el valor de la vida comunitaria, respondiendo al itinerario evangelizador programado por la animación del Tercer Plan Nacional de Pastoral. Jesús, en su oración de despedida de sus discípulos que encontramos en el evangelio de Juan, pide: “Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros” Jn 17, 21. La vida cristiana se vive en comunidad. La fuerza de la vida cristiana está en la comunidad reunida: “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”, Mt 18, 20.
Características de la comunidad cristiana
Los cristianos se caracterizan por un comportamiento, por un estilo de vida. Esto distingue la comunidad cristiana en el mundo en el que vive y da testimonio. Esa conducta es una manera de pensar y actuar, “de caminar según el Espíritu” (Rm 8, 4). Toda vida cristiana se constituye así en seguimiento de Jesús, que se inicia con la conversión como condición y exigencia de acogida al don del Reino de Dios. La conversión signifi ca dar vuelta de su propio camino para vivir siguiendo los pasos de Jesús, según el Espíritu que posibilita pensar y anunciar el don gratuito del Padre para toda persona humana.
En la práctica de las comunidades cristianas podemos identifi car muchos rasgos sobresalientes: su compartir en la fe, su eclesialidad, su vida fraterna, su ministerialidad, su vida sacramental y litúrgica en general, su compromiso sociopolítico, en fi n, su dimensión festiva y espíritu misionero. Comunidades cristianas que son fermentos de la humanidad nueva que anuncia al mundo a través de su testimonio de vida, su profetismo y su encarnación en las realidades globales, apostando por la vida en todas sus manifestaciones y denunciando el pecado personal y estructural.
La comunidad es fraternal. Sus miembros se consideran hermanos. Sociológicamente la comunidad cristiana es un grupo con relaciones interpersonales, solidaridad afectiva, ayuda mutua, unanimidad de sentimientos, voluntad de cambiar la sociedad. No hay más Padre que Dios. No hay más que un señor y un Maestro, el mismo Cristo-Jesús; la voluntad de Dios es su norma suprema. En la fraternidad cristiana se aúnan la independencia y el compromiso, el poder y la renuncia, la autonomía y el servicio. Fraternidad no es paternalismo, ni culto a la personalidad, sino, que se debe manifestar en las relaciones sociales, expresión concreta de la fraternidad. La comunidad debe ser, al mismo tiempo, hogar de fraternidad y abogado de la fraternidad en el mundo.
La comunidad comparte su fe y vive litúrgicamente los sacramentos y todo el culto cristiano. Este estilo de ser iglesia implica la participación en la vida sacramental, la escucha comunitaria y comprometida de la Palabra, la solidaridad en el mundo de los marginados, siguiendo el ideal utópico de fraternidad que rescata siempre lo mejor de la Iglesia a través del tiempo. Comunidad donde la persona se coloca frente al otro en una actitud de absoluta disponibilidad. La dimensión profética - escatológica, presenta la comunidad cristiana como el lugar de la mesa compartida, de la acogida, del encuentro. Una fe comunitaria que brota por la fuerza del Espíritu y que se hace martirial. Al acentuar la comunidad de creyentes, se ponen en relieve dos dimensiones básicas de la
El retorno a clases, propuesta Semipresencial, un reto para toda la sociedad
Zahira Maxwell zahiramaxwell@gmail.com
Quiero iniciar comentando la posición del padre Manuel Ruiz, quién ha dedicado gran parte de su obra ministerial a la educación, dirigiendo la escuela vocacional Movearte y actualmente director del colegio San Juan Bautista. Propuso que el año escolar en la República Dominicana inicie en enero del 2021. Su propuesta se basa en puntos claros y concisos. Puntos que conoce porque ha tenido un contacto directo con padres de familias de todas las clases sociales.
Expuso que las escuelas públicas por lo regular adolecen de los insumos necesarios para organizar el inicio del nuevo año escolar. Desde el aspecto de la higiene en los planteles hasta la parte administrativa y de coordinación de los docentes. Los que estudiamos en pueblos en centros de educación pública sabemos sobre los problemas que persisten. Falta de agua, falta de pupitres, entre otras.
Por otro lado, está el tema de las clases virtuales. En este punto, como madre de hijo universitario, hija en bachillerato y el menor en básica, puedo decirles que las clases virtuales no son la mejor opción para los jóvenes. En mi caso como investigadora de mercados realicé un pequeño sondeo. Realicé la encuesta porque me resulta sumamente extraño que a los jóvenes no les gustan las clases virtuales. Personalmente me encantan las clases virtuales.

¿Por qué a los adultos nos gustan las clases virtuales? Nos ahorramos tiempo de traslado, podemos trabajar hasta el último momento, podemos disfrutar de las clases desde la comodidad del hogar en el que prácticamente no vivimos, nos concentramos mejor porque existen menos interrupciones que de manera presencial, etc.
Ahora bien, ¿Por qué a los jóvenes y niños no les gusta la escuela virtual?
1. Les arruina la vida escolar: un niño de inicial y básica va al centro de enseñanzas a conocer el material que el profesor ha preparado para él, pero también va a aprender a relacionarse con otros niños de su edad. La materia recreo es tan importante para la vida futura como lo es el Español. Lo mismo sucede para el universitario de pre grado. Un estudiante de grado desea relacionarse y conocer a sus futuros colegas.
2. En la educación virtual de la República Dominicana existe defi - ciencia en algunas instituciones. Para algunos estudiantes las clases virtuales eran sólo la forma de los profesores explicarles las asignaciones de tareas y trabajamos a realizar por ellos. En este aspecto, entendemos que unas clases virtuales requieren de una capacitación especial para el docente. Mantener la atención en un salón de clases presencial no es igual que poder hacerlo de manera virtual. Existen técnicas para combinar recursos visuales y auditivos que permitan mantener al estudiante concentrado.