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1.1.3. FACTOR PSICOLÓGICO

generando en ellos una falsa búsqueda de aceptación y aprobación de su entorno social.

1.1.3. FACTOR PSICOLÓGICO:

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Gerali (2014), refiere que en relación al aspecto psicológico en los trastornos

alimenticios se observa que existen distintos factores que influyen en su desarrollo

entre ellos se observan las experiencias traumáticas que tienden a enfrentar los

adolescentes como por ejemplo la pérdida de un ser querido, cambios de residencia,

rechazos amorosos, del mismo modo cabe resaltar experiencias de abuso sexual,

agresión física, y bullying. Estos sucesos traumáticos suelen ser el activador de la aparición de un desorden alimenticio como un mecanismo de defensa que ayuda al

joven a evadir el dolor que le produce el recordar esa situación.

Así mismo, cuando las personas que padecen trastornos alimenticios pertenecen a

familias disfuncionales se podría considerar que el adolescente observa la patología como una forma de experimentar un “Sentido control de su propia vida”, o por otro

lado busca obtener la atención de los padres para confrontar el hecho de sentirse

ignorado o abandonado emocionalmente por su familia. En cuanto a padres

sobreprotectores también son considerados un factor para el posible desarrollo de

trastornos alimenticios ya que a menudo ejercen un control excesivo sobre los

adolescentes.

Por otro lado, el adolescente puede sentirse abrumado por la cantidad de cambios

que experimentan en esta etapa de su vida, lo que conlleva que empiecen a comer

de modo de consuelo, de aplacar el miedo y de esa manera sobreponerse a los

cambios. El simple hecho que el sujeto pase su nivel primario a secundaria y

posteriormente a la universidad considerando que el diferente ritmo de estudio que

se genera y los cambios en el entorno social y responsabilidades puede ser un

activador para la aparición de trastornos alimenticios.

El factor psicológico es el más relevante para el reconocimiento de las causas expuestas por muchos para la aparición de un trastorno alimenticio. Puede empezar por una inconformidad hacia a su apariencia física, debido a una baja autoestima y a una distorsión del pensamiento al percibir el propio cuerpo como “el peor y el más desagradable”, generando ello un descontento en el individuo. Para estas personas

es esencial que reciban un tratamiento psicológico cuando el medico les informe

sobre su diagnóstico y explique el proceso de este trastorno. Por ello mismo se considera fundamental el abordaje psicológico no solo para el paciente sino para los familiares y el entorno del mismo puesto que ellos conformaran su red de apoyo, a través de la cual el paciente podrá apoyarse para ir generando los cambios en el área emocional, afectiva y psicológica.

La ansiedad:

Se define como una sensación de malestar o una amenaza acompañada

a su vez de una respuesta autonómica con un origen generalmente

desconocido por el propio individuo. Se presenta junto a un sentimiento

es aquel de aprensión causado por la aparición de un pensamiento de

peligro inminente. Se reconoce como una señal de alarma que advierte

un peligro que está por llegar para el sujeto, un mecanismo que le permite tomar las medidas necesarias para poder afrontarlo. (Mellado,

Rodríguez, Ortuño, Jorreto e Ibáñez, 2008). Sierra, Ortega y Zubeidat (2003), hacen referencia a la ansiedad como

un estado de inquietud y agitación no agradable para el sujeto que se

caracteriza principalmente por la anticipación a una situación de peligro

donde predomina una sensación de catástrofe inminente donde se

experimentan síntomas psíquicos lo cual refiere a una combinación de

síntomas cognitivos y psicológicos que se observan a través de una

reacción sobresaltada, donde el individuo trata de buscar una solución

a este peligro.

La ansiedad es definida pues como la sensación de malestar proveniente de la anticipación de una situación de peligro inminente. Por ejemplo, el adolescente o el individuo en general puede estar atravesando distintos cambios ante los cuales teme fracasar, generándole estos mismos ansiedad. Así mismo, la ansiedad puede ser manifestada en diferentes situaciones como también controlada en muchas otras. En su mayoría las personas que padecen trastornos alimenticios calman su ansiedad controlan la ingesta de alimentos de esa manera se puede controlar el estrés o la situación amenazantes. Por otro lado, algunos pacientes con

trastornos alimenticios no pueden controlar la ansiedad en algunas situaciones y debido a ello suelen tener atracones de comida.

1.1.3.1. Impulsividad:

La impulsividad se considera como el actuar de forma rápida y no

premeditada debido a una deficiencia en el análisis de las consecuencias

de la acción. Dentro de ellas ciertas conductas impulsivas se realizan por

la búsqueda de un refuerzo positivo, así como también por la evitación

activa de la frustración. En otras palabras, al actuar de forma impulsiva

no es posible atender a las consecuencias de la acción ni a otras posibles

opciones. Del mismo modo, es posible definir tres mecanismos

subyacentes que podrían explicar las conductas impulsivas: alta

sensibilidad ante las recompensas, actuar rápidamente sin una

planificación previa y, finalmente, un comportamiento compulsivo

como búsqueda de alivio frente a la tensión o el estrés (Squillace, Janeiro, y Schmidt, 2011).

Cuyas y Campanella (2013), refieren como la fuerza básica que se

conoce como fuerza impulsora o un impulso, también puede ser

reconocida en diversas situaciones como compulsión. Esto se canaliza

en la conducta del individuo siendo irresistible, especialmente cuando

permanece inconsciente. Hace referencia a un acto no consciente

repetitivo para escapar de los miedos.

1.1.3.2. Autoestima:

La autoestima es considerada el punto inicial para el desarrollo del auto

concepto o de la propia imagen que tiene cada persona de sí mismo, las

creencias del individuo en relación a sus propias cualidades y

características psicológicas, físicas, afectivas, sociales e intelectuales.

Forma un papel fundamental en el desarrollo individual y en el entorno

del ser humano. Incluye a su vez la responsabilidad personal, la salud

propia tanto mental como física, la creatividad, el aprendizaje y las

relaciones humanas. La persona que tiene una autoestima baja, se ve

afecta en varias dimensiones, puesto que la misma influye en todos los

aspectos de la propia vida. La autoestima es también un componente

vital a tener en cuenta en la información que se recibe del entorno y de otras personas. (Iniesta, Martínez & Mañas, 2014).

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