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Sistema de pastoreo: Caracterización de dietas, animales y forrajes

SECCIÓN TÉCNICA

SISTEMA DE PASTOREO: CARACTERIZACIÓN DE DIETAS, ANIMALES Y FORRAJES

ING. MARCO CASTRO Los sistemas lecheros en Costa Rica poseen diferentes recursos para la producción, los cuales variarán de acuerdo con la ubicación geográfica de las lecherías, integraciones con otras actividades agropecuarias, objetivos de la empresa lechera, entre otros. Sin embargo, producir leche de manera rentable y eficiente de forma sostenible en el tiempo, sigue siendo el pilar fundamental de la actividad. Dentro de la coyuntura actual, en donde los costos de producción son cada vez más elevados, es indispensable la correcta utilización de los insumos comprados, así como lograr el máximo rendimiento posible de los recursos producidos en la misma lechería. Esta búsqueda constante de eficiencia provoca cuestionamientos sobre lo realizado día a día en las fincas lecheras, para alcanzar los objetivos productivos y económicos propuestos para los sistemas lecheros contemplando la salud y el bienestar animal. Debido a lo anterior, se realizó un estudio exploratorio en 43 fincas lecheras de los asociados productores de la Cooperativa, con el fin de caracterizar aspectos claves para la eficiencia productiva y económica en los sistemas lecheros. Las 43 fincas fueron agrupadas en 3 categorías de acuerdo con la altitud (msnm) de su ubicación geográfica. A continuación, se muestra el cuadro 1 en donde se presentan la cantidad de fincas evaluadas y su caracterización productiva..

Cuadro 1 .Categorización de las fincas de acuerdo con su piso altitudinal y su caracterización productiva

Durante el periodo de los meses de julio a diciembre 2021, para las fincas en el estudio, se analizaron variables como la condición corporal de los animales en producción, la composición de dieta para las vacas en ordeño y relación en el sistema pastoril de los elementos planta – animal.

DE LA CALIFICACIÓN DE LA CONDICIÓN CORPORAL

Le determinación de la condición corporal es un método utilizado por profesionales en el área de producción bovina como herramienta de campo para calificar, mediante la palpación y la observación, los depósitos de grasa en el animal.

Permite comprender de manera rápida, si en el proceso de la nutrición de los animales la cantidad de energía ofrecida en una dieta ha compensado la cantidad de energía requerida para una etapa fisiológica determinada.

Sin embargo, como todo indicador en sistemas biológicos, debe ser contemplado junto a otros indicadores productivos - nutricionales para comprender ampliamente el estatus de salud de los animales y proponer acciones de mejora en casos requeridos.

Ahora bien, existen varias calificaciones de la condición corporal (sistema de calificación de 1 a 5 y el sistema de calificación de 1 a 8) que se han establecido a través de los años, en donde varía la escala de puntuación de acuerdo con los criterios previamente establecidos. Para contextualizar el presente estudio, la escala de calificación de condición corporal utilizada se basó en la publicación realizada por Elanco Animal Health en 1997.

El diagrama con los criterios se encuentra en el anexo 1. Diversos estudios han determinado cuál debe ser la calificación de condición corporal esperada para la vaca de leche de acuerdo con sus días en lactación, o bien en el periodo seco.

La Universidad de Penn State (2016) muestra los rangos recomendados para un animal en producción:

Cuadro 2 .Condición Corporal sugerida para vacas en producción

Gráficos 1. Calificación de la condición corporal de los animales en producción y sus rangos esperables de acuerdo con sus correspondientes días de lactancia

Una forma de visualizar la calificación de la condición corporal de los animales individuales en una finca es la creación de un gráfico en donde se proyecte los días en lactancia de los animales, la calificación de condición corporal otorgada y los rangos en los cuáles es esperable la condición corporal. A continuación, se muestra en los Gráficos 1 (A – B – C y D), los cuales describen la calificación de condición corporal de los animales en 2 fincas con condiciones diferentes y en 2 zonas con condiciones de producción diferentes.

A. Finca en zona Alta con un promedio de 26 kg diarios por animal en producción de leche

C. Agrupamiento de la calificación de la condición corporal de todos los animales evaluados para la zona Alta (152 animales)

D. Agrupamiento de la calificación de la condición corporal de todos los animales evaluados para la zona Baja (430 animales)

Para el gráfico 1 A, se evidencia que la condición corporal de la mayoría de los animales se encuentra dentro de los rangos esperados, a pesar de ser una finca de alta producción de leche, parece ser que las necesidades de energía que los animales requieren han sido suplidas de forma apropiada.

Para el gráfico 1 B, la situación cambia radicalmente, ya que a pesar de ser un sistema lechero con una producción diaria por animal relativamente baja (10 kg), los animales no alcanzan la condición corporal esperable durante toda la lactancia, prácticamente se perciben animales con baja condición al parto (parte de la explicación de baja producción), y también se perciben animales con baja condición al final de la lactancia como resultado de deficiencias energéticas durante la lactancia.

En total para la zona Alta se evaluaron un total de 152 animales en un muestreo de las 14 fincas referidas, y se agrupan en el gráfico 1 C, en donde se demuestra que, la mayor cantidad de animales en producción se encuentran dentro de los rangos esperables, sin embargo, hay animales con problemas de condición al inicio de la lactancia y al final de lactancia, y algunos De igual forma para la zona Baja, se procesó la información de una muestra de 430 animales en 17 fincas evaluadas, agrupados en el gráfico 1 D. En este gráfico 1 D, el enjambre de puntos encontrados demuestra ninguna tendencia en la condición corporal conforme se avanza en los días post parto de los animales en producción. Existen tanto animales dentro de los rangos esperables, como fuera de ellos. Una posible explicación de sobre acondicionamiento de algunos de los animales puede ser factores raciales, ya que animales con alguna tendencia cebuina en su genética, pueden tender a permanecer con condiciones corporales más elevadas que animales con genética europea, sin embargo, encontrar animales con déficit en su condición corporal de acuerdo con los días de lactación debería ser lo mínimo esperable para cualquier genética lechera. Para comprender mejor la distribución de la condición corporal de los animales en producción de acuerdo con sus días de lactación, se generó el Gráfico 2.

Gráfico 2. Distribución de la clasificación de la condición corporal de acuerdo con la condición corporal

En este Gráfico 2, se observa que conforme tiende a bajar la ubicación geográfica de la finca de acuerdo con las zonas establecidas, tienden a existir más animales con problemas de condición corporal, tanto por debajo como por encima de los esperado. Para la zona Baja aproximadamente de 3 a 4 de cada 10 animales tienden a tener baja condición corporal, y de 2 a 3 de cada 10 animales con una condición corporal excesiva. En el caso de las vacas ubicadas en la zona Alta, un 20 % se encuentran con problemas de condición corporal por debajo de lo esperado, y un 15 % de animales con una condición corporal por encima de los rangos propuestos.

Gasque R. (2008) resume en el Cuadro 2, cuáles pueden ser las causas de las variaciones en la condición corporal del hato en producción dependiendo de los días en lactación que se encuentren, y cuáles pueden ser opciones de corrección práctica para las fincas lecheras.

Cuadro 3. Variaciones en la condición corporal, causas probables y soluciones

RECOMENDACIONES PARA EL MANEJO DE LA CONDICIÓN CORPORAL DE LOS ANIMALES

La nutrición de los animales es el eje central para la producción, reproducción y salud en general, sin embargo, es altamente dependiente de varios factores que afectarán de manera positiva o negativa la correcta utilización del balance de los nutrientes en un animal. Estos factores están conformados por el estado fisiológico de los animales, por las prácticas de alimentación, por la frecuencia de ofrecimiento de alimentos y sincronización de nutrientes, por la digestibilidad de los ingredientes de la dieta, entre otros. Si bien es cierto que la inversión en la compra de alimentos para los animales en una finca lechera puede representar desde el 40 al 60 % de los costos totales de la operación, existe una búsqueda constante de todos los actores del sector en intentar optimizar estas inversiones para beneficio de la rentabilidad de la actividad. Partiendo de que las vacas lecheras son animales rumiantes que están capacitadas para consumir cantidades de forraje que les permita satisfacer parte de los nutrientes requeridos, se pretende maximizar el consumo de pasto con la mejor calidad posible, y se convierte en un principio fundamental en la búsqueda de la eficiencia y sostenibilidad de las fincas lecheras. De esto se deriva un principio de la inversión en pasturas:

“La vaca en pastoreo debe cosechar la inversión realizada en los forrajes”

Para alcanzar este máximo consumo de forraje de la mejor calidad nutricional posible, se ha utilizado las técnicas y sistemas de pastoreo desde la antigüedad hasta la fecha, sin embargo, el objetivo siempre ha sido el mismo. Gregorini, Agnelli, & Masino (2007), definen al pastoreo como el proceso de defoliación de las plantas por los animales, y esta defoliación menciona la parte superior de las plantas, las cuales contienen las fracciones más nutritivas para los rumiantes. Para el presente estudio, se realizó un primer análisis de los aportes energéticos estimados del forraje cosechado vía pastoreo y de los complementos utilizados en la dieta para las vacas en producción (ver gráfico 3).

Gráfico 3. Aportes energéticos del forraje de piso y alimentos complementarios en dietas de acuerdo con la zona

El gráfico 3 demuestra que las dietas en los sistemas lecheros del presente estudio son altamente dependientes de los complementos alimenticios ofrecidos en los comederos ya que sus aportes energéticos representan el 68 % de lo ofertado para los animales y sólo el 32 % proviene del forraje cosechado por el sistema de pastoreo presente en la finca, situación que mantiene una tendencia para las 3 zonas establecidas en el estudio. En la actualidad, países en donde sus sistemas de producción se basan en pastoreo, pueden sostener con el forraje cosechado en pastoreo desde un 65 % hasta un 85 % de la energía requerida por el animal en algunos períodos en el año. Los aportes potenciales de energía de un alimento se basan en la digestibilidad de sus nutrientes contenidos en la materia seca (MS). Por lo tanto, se procedió a realizar el gráfico 4, en donde se visualiza los aportes de materia seca del forraje obtenido del pastoreo, del forraje ofertado en los comederos y de los complementos utilizados en las dietas.

Gráficos 4. Proporción (%) de aporte de materia seca en la dieta según el tipo de alimento, de acuerdo con el requerimiento de materia seca de los animales en producción.

El gráfico 4 demuestra que, a nivel general, del total de materia seca que requiere una vaca en producción, recibe un 39 % de los forrajes cosechados en el pastoreo, un 11 % del forraje que se ofrece en los comederos, y un 43 % de lo ofrecido como complementos alimenticios. Sin embargo, cabe destacar que se evidenció en este estudio, un déficit de la materia seca ofertada respecto a los consumos de materia seca requeridos por el animal, aproximadamente un 7 % por debajo de lo recomendado. Para la zona Baja el escenario parece ser el más crítico, ya que a pesar de que se le intenta brindar en los comederos un 16 % de la materia seca requerida en forrajes cosechados vía mecánica, aún se mantiene un déficit del 11 % según los consumos de materia seca recomendado a nivel nutricional, a pesar de tener producciones de leche diaria por animal relativamente bajas (13 kg diarios por vaca). Por lo tanto, el resultado limitado de la cosecha de forrajes en pastoreo conlleva una suplementación en comederos para intentar alcanzar los nutrientes requeridos por los animales. La relación leche – complementos se detalla en el Cuadro 4.

Cuadro 4. Relación de la leche diaria por animal versus los complementos no fibrosos ofrecidos en las dietas de los animales en producción

El cuadro 4 demuestra el resultado de la necesidad de suplementación de alimentos en comederos debido a las cantidades de forraje cosechadas en pastoreo en la actualidad. En promedio, se producen 2.4 kg de leche por kg de MS de complementos ofrecidos. Si bien es cierto que se conoce como regla popular ofrecer “el 3.0 a 1” (3 kg de leche por 1 kg de concentrado), en la práctica se ofrecen más complementos en forma de materia prima (harina de soya, citrocom, destilado de maíz, etc.), o bien subproductos húmedos (yuca, pulpa de piña, banano verde o maduro, etc.) que distorsionan el 3.0 a 1, y empieza a estrecharse la relación leche: complementos, a tal punto de encontrar fincas que alcanzaron relaciones de 2.0 a 1. Sin embargo, a pesar de que haya fincas produciendo leche con una alta carga de complementos, no quiere decir que son las menos rentables del estudio, ya que, para determinar la eficiencia económica en un alimento, es indispensable considerar el costo económico del aporte energético de cada ingrediente en la dieta. Ahora bien, una medida de comparación de eficiencia energética en la cosecha de pastoreo entre fincas o en la misma finca en diferentes momentos del año, es el equivalente de leche a partir del aporte de forraje actual en las dietas para vacas en producción, o comúnmente conocido como: “leche de forraje”. El resumen de esta evaluación se presenta en el cuadro 5.

Cuadro 5. Estimación del equivalente de leche diaria por animal (kg) a partir del aporte de forraje actual en las dietas para vacas en producción.

El cuadro 5 demuestra que, en los sistemas lecheros contemplados en el estudio, el aporte actual energético de los forrajes cosechados en el pastoreo no alcanzaría los valores del requerimiento energético del mantenimiento de las vacas en producción, de ahí que la equivalencia sea negativa (- 0.7 kg). Varios estudios (Sanchez, 2007; Saborío, Arguedas, & Monge, 2015) han mencionado que se esperaría de 5 a 8 kg de leche a partir del forraje en nuestras condiciones tropicales, sin embargo, en este estudio se evidencia que la finca que más leche de forraje obtuvo, se encuentra en zona Media con 3.6 kg; en esta misma zona se encontró una finca con valores de – 7.8 kg de leche a partir del forraje.

Comprendiendo que, en el apartado anterior del análisis de las dietas de las vacas en producción, los aportes energéticos de la cosecha de forrajes son limitados, y que la proporción de complementos debe ser alta para lograr satisfacer la demanda de nutrientes, es importante analizar la cantidad de pasto consumido en el pastoreo y lo que acontece con los elementos (animal y el forraje). El cuadro 6, nos muestra la cosecha diaria estimada de forraje por animal en producción. Cuadro 6. Consumo diario de forraje estimado en pastoreo de las vacas en producción

Con la información del cuadro 6, se evidencia que en general, en los sistemas pastoriles del presente estudio, la cosecha diaria de forraje en pastoreo en un animal en producción se estima en promedio 5.6 kg de materia seca. Para estimar la cantidad de biomasa en fresco que cosecha un animal en pastoreo, se puede asumir que el porcentaje de materia seca ronda entre el 16 y 18 %, consecuentemente la humedad variaría entre 82 y 84 %. Por lo tanto, la cosecha en fresco sería de 31 a 35 kg en fresco respectivamente. En un animal de 500 kg de peso vivo (PV), 33 kg de forraje en fresco consumidos representa una relación de 6.6 % respecto al peso vivo del animal. Si se compara este dato con el principio popular: “... el animal debe consumir al menos el 10 % de su PV en forraje...” existe una deficiencia en el consumo actual de forraje cosechado en el pastoreo. Inclusive se encontraron fincas en que su cosecha diaria de forraje en pastoreo por animal se estimó en 0.8 kg de materia seca, esto representaría de 4 a 5 kg de cosecha en fresco. La finca que obtuvo la mayor cosecha de forraje en pastoreo por animal fue de 9.2 kg de materia seca (entre 51 a 57 kg en fresco).

DE LOS ELEMENTOS DEL PASTOREO: ELANIMAL

Se generó el Cuadro 7 con el objetivo de analizar la permanencia de los animales en los potreros, en donde ejecutan la acción del pastoreo.

Cuadro 7. Permanencia diaria en potreros de las vacas en producción

Según el cuadro 7, existen un amplio rango de periodos de permanencia de animales en producción en los potreros en donde se supone, existen los procesos de pastoreo en las fincas lecheras, ya que se encuentran datos de permanencia desde las 8 horas hasta otras que alcanzan 20 horas de permanencia de los animales en el potrero.

Sin embargo, amplios periodos de permanencia de los animales en el potrero, no garantiza la ejecución máxima posible del pastoreo. Se generó el cuadro 8 con indicadores de los animales para comprender lo que sucede en las vacas en producción y su capacidad real de tener una cosecha apropiada de forraje en el pastoreo.

Cuadro 8. Evaluación de la actividad animal del hato en producción en la estancia de potreros para la zona alta (Ap) y zona media (Mp), y para la estancia de establo en la zona baja (Be) (realizadas entre 8 a.m. y 12 m.d.)

Lo primero que se evidenció en la evaluación animal, es que en la zona Alta y zona Media, entre 8:00 a.m. y 12 m.d., los animales se encuentran en el potrero suponiendo actividades de pastoreo, mientras que, en la zona Baja entre 6:00 a.m. y 9:00 a.m. aproximadamente, los animales son trasladados a instalaciones para mitigar el efecto del estrés calórico por la altas temperaturas y humedad relativa en los potreros. Por lo que las mediciones en los animales en la zona Baja (a diferencia de la zona Alta y Media) se realizaron en instalaciones.

El cuadro 8, muestra la proporción de animales según la actividad animal esperable en el potrero para la zona Alta y Media, y la actividad esperable en las instalaciones para la zona Baja. Se definieron 6 posibles actividadesde los animales: 1. Bebiendo agua, 2. Comiendo (en pastoreo o en comederos), 3. Echadas rumiando, 4. Echadas sin rumia, 5. De pie rumiando, 6. De pie sin actividad.

A pesar de que los bovinos poseen comportamientos gremiales en su estado natural, lo primero que se percibe en el cuadro 8 es la heterogeneidad en actividades que se están realizando en lapsos que se realizó la medición.

Analizando primeramente la zona Alta y la zona Media las cuales presentaban animales en los potreros, lo esperable es que estén en la acción propia del pastoreo, o bien, se encuentren tomando agua o echadas rumiando. Se recomienda que haya al menos 7 animales echados rumiando por cada 10 animales echados (Cow Signals, 2020). Para la zona Alta un 25 % aproximado de los animales se encontraban comiendo, el 50% estaban echados. De los que estaban echados se encontraban rumiando 4 de cada 10 animales. Para la zona Media, de la misma forma un 25 % de animales comiendo, el 50% estaban echados. De los que estaban echados se encontraban rumiando de 4 a 6 de cada 10 animales. Para ambas zonas (Alta y Media), un 10 % de los animales se encontraron de pie rumiando, sin embargo, para la zona Alta un 15 % de los animales estaban de pie sin ningún tipo de actividad, en tanto que para la zona Media representaba el 10 %. Según la literatura, que los animales logren echarse rápidamente (menos de 5 minutos) cuando llegan a un sitio determinado, es un indicador de que el animal encontró un sitio apropiado para descansar y que realmente el descanso aporta al bienestar

animal (Cow Signals, 2020).

Sin embargo, en el presente estudio se encontraron animales que conforme pasaba el transcurso del día no lograban echarse para descansar, por lo tanto, son animales más propensos a sufrir de recargos en sus extremidades con consecuentes riesgos para problemas de locomoción futuros.

Se recomienda en la literatura que cuando las vacas finalizan su proceso de pastoreo y se quedan en los

potreros para descansar, se logren echar 9 de cada 10 animales para que presenten un descanso apropiado, y permanecer echadas entre 12 a 14 horas diarias para que la circulación sanguínea sea la óptima (Cow Signals, 2020).

Cuando las vacas descansan apropiadamente, se espera que hasta un 30 % más de circulación sanguínea pase por la ubre del animal, lo que favorece a la producción de leche (Moran, Doyle, & CSIRO, 2015).

Con respecto a las vacas en la zona Baja, se encontraban en las instalaciones al momento de las evaluaciones. El objetivo de que trasladen los animales a establos o galerones es que los animales logren mitigar el efecto del estrés calórico que pueden presentar en los potreros. Sin embargo, los patrones de consumos de alimentos no eran homogéneos y los patrones de rumia se encontraban suprimidos. El 50 % de los animales evaluados permanecieron en pie en las instalaciones, por lo que su descanso apropiado fue mínimo.

Lo anterior para la zona Baja, supone oportunidades importantes de mejora en las prácticas de alimentación para garantizar consumos sostenidos durante la permanencia en la instalación, así como espacios apropiados para echaderos, ya que pueden existir periodos prolongados sin un adecuado descanso, que también afectará los procesos de pastoreo, ya que el animal requerirá de descansos posteriores y utilizaría el periodo de permanencia en potreros para descansar sus extremidades.

El cuadro 9 describe la calificación obtenida para los llenados ruminales, el cual es otro indicador utilizado para evaluar los consumos de los animales incluyendo las prácticas de pastoreo.

Cuadro 9. Evaluación de los llenados ruminales de los animales en producción en la estancia de potreros para la zona alta (Ap) y zona media (Mp), y para la estancia de establo en la zona baja (Be) (realizadas entre 8 a.m. y 12 m.d.)

En el cuadro 9, se presenta los llenados ruminales en una escala de 1 a 5 (ver anexo 2), en donde la calificación 1 es para un animal completamente vacío en rumen y la calificación 5 es para un animal extremadamente lleno. Lo esperable para nuestras condiciones es que, si los animales ya finalizaron su primer repaso de pastoreo en el potrero o si ya consumieron alimentos en los comederos, puedan presentar principalmente llenados ruminales entre 3 y 4, en tanto que, si los animales no han pastoreado o consumido alimentos, presentarían llenados ruminales de 2 aproximadamente.

Hulsen (2013), citado por Moran, Doyle, & CSIRO (2015), menciona que algunos indicadores pueden servir como guía para conocer cuánto ha comido la vaca, propiamente en el día de la evaluación, en el transcurso de la semana sucedida y en el mes anterior, y se realiza de la siguiente forma:

• Una vaca que ha comido bien tiene un buen llenado ruminal (calificación 4), abdomen lleno y condición corporal apropiada. • Una vaca que no ha comido suficiente el día de hoy tiene un llenado ruminal reducido (depresión superior en el flanco izquierdo). • Una vaca que no ha comido bien esta semana tiene reducido el llenado abdominal (depresión en la mitad del abdomen debajo de las costillas). • Una vaca que no ha comido bien este mes tiene problemas de condición corporal.

Para las fincas de la zona de Altura y zona Media se encontraron llenados ruminales normales dentro de lo que se esperaría en potreros, todavía con capacidad de seguir cosechando follaje. Sin embargo, para las fincas de zona Baja, a pesar de estar en instalaciones, un 25 % aproximadamente de los animales presentan llenados ruminales entre 1 y 2, prácticamente suponen consumos deprimidos por afectaciones de salud o en su defecto por limitación de oferta de alimentos.

Cuadro 10. Evaluación de las masticaciones por rumia de los animales en producción en la estancia de potreros para la zona alta (Ap) y zona media (Mp), y para la estancia de establo en la zona baja (Be) (realizadas entre 8 a.m. y 12 m.d.)

En el cuadro 10 se muestran las masticaciones por rumia contabilizadas para los animales en procesos de rumia. Moran, Doyle, & CSIRO (2015) sugieren a nivel nutricional que los animales logren superar al menos las 50 masticaciones por rumia, ya que por debajo de esto se supone deficiencia crítica de fibras, situación que se encuentra en el 65 % de los animales con esta actividad para la zona Alta, en un 65 % de los animales en zona Media. En la zona Baja las masticaciones por rumia superiores a 50, sólo se determinaron en el 45 % de los animales, lo que significa que el 55 % de los animales restantes no alcancen el mínimo esperado.

Cuadro 11. Evaluación de la condición de las boñigas de los animales en producción en la estancia de potreros para la zona alta (Ap) y zona media (Mp), y para la estancia de establo en la zona baja (Be) (realizadas entre 8 a.m. y 12 m.d.)

El cuadro 11 resume lo encontrado en la calificación de las boñigas (ver anexo 3), en donde se evidencia que para la zona Alta y zona Media, hay una mayor probabilidad (25 %) de encontrar boñigas entre 1 y 2, en tanto que en la zona Baja un 35 % de boñigas se encuentran entre 4 y 5, lo que supone deficiencias en aportes de energía y proteína que favorezcan a la población microbial del rumen a degradar las fibras ingeridas. Para la zona Alta y Media, Noble Research Institute (2022) propone que probablemente para los animales que generen boñigas entre 1 y 2 exista un desbalance nutricional, apareciendo más energía y proteína disponible para el animal, y con consumos de fibra efectiva (con capacidad para provocar rumia) limitada.

Cuadro 12. Evaluación de las respiraciones por minuto de los animales en producción en la estancia de potreros para la zona alta (Ap) y zona media (Mp), y para la estancia de establo en la zona baja (Be) (realizadas entre 8 a.m. y 12 m.d.)

El objetivo de trasladar los animales a las instalaciones en la zona Baja es mitigar el estrés calórico que pudiera ser generado en los potreros, sin embargo, se evidencia que sólo un 30 % de los animales presentan una frecuencia de respiración por minuto apropiada para mantenerse relajado, y un 70 % de los animales presentan desde agitación media hasta alta agitación. Esta situación pone en cuestionamiento si las prácticas que se realizan en la actualidad para disipar el calor en los animales de la zona Baja están siendo consecuentes con lo esperado ya que, en este estudio para dicha zona, se muestrearon animales con cruces genéticos que suponen menos afectación al estrés calórico, además algunas fincas contaban con dispositivos de nebulización y abanicos, sin embargo, una gran parte de los animales no logran bajar su frecuencia respiratoria. Para la zona Media sólo el 40 % logra mantener respiraciones por minuto debajo de 45, en tanto que para la

zona Alta se identifica un 30 % de los animales con respiraciones por minuto por encima de 45. Moran, Doyle, & CSIRO (2015) menciona que la tasa de respiración por minuto en los animales en producción sirve como una guía inclusive para modificar las prácticas de manejo sobre los animales. Plantea la siguiente escala desarrollada por el sector cárnico de Australia (Meat and Livestock Australia 2006) y aplicable a lecherías:

Cuadro 13. Calificación del jadeo para cuantificar el impacto del estrés calórico

Algunas recomendaciones generadas en la literatura (Moran, Doyle, & CSIRO, 2015) de acuerdo con el nivel de jadeo de los animales son las siguientes:

1. Si más del 10 % de los animales exhiben puntajes de 2 o más, se debe cesar las actividades productivas realizadas en el momento y procurar el enfriamiento de los animales. 2. El ganado con puntuaciones de 3.5 o más está en peligro de muerte. 3. La transición de 2.5 a 4.5 puede ocurrir rápidamente, en menos de 2 horas, por lo que se debe tomar precauciones y monitorear las frecuencias respiratorias de los animales.

Lo presentado en el cuadro 12 tiene una relación directa con la información presentada en el cuadro 14, y el índice de temperatura y humedad monitoreado al momento de la visita.

Cuadro 14.Distribución de fincas a partir del índice de Temperatura – Humedad (ITH) al momento de la visita (entre 8 a.m. y 12 m.d.) agrupados de acuerdo con el posible nivel de estrés calórico percibido por el animal

En el cuadro 14, se denota la misma tendencia hacia el estrés calórico, conforme se baja de piso altitudinal y el posible estrés calórico presente en los animales es mayor (ver cuadro 12). Sin embargo, para la zona Alta, contrario a lo que se pensaría que habría ausencia de estrés calórico, 1 finca aparece con un nivel de estrés calórico calificado como moderado, en tanto que para la zona Baja un 33 % de las fincas alcanza niveles de ITH que podrían repercutir en un estrés grave de calor para el animal, confirmando lo evidenciado en el cuadro 13 en donde se realiza la medida directamente en el animal.

DE LOS ELEMENTOS DEL PASTOREO: EL FORRAJE

Como se ha mencionado a lo largo del artículo, el objetivo del pastoreo es buscar la máxima cosecha de forraje con la mejor calidad nutricional esperable. El tema de la cosecha está directamente vinculado con los animales dentro de su función de cosechadores, y ampliamente descrito en el aparto anterior. Sin embargo:

¿cuánta energía es cosechada por Ha en una proyección anual?

A pesar de que se ha analizado la perspectiva individual para caracterizar los sistemas pastoriles, no se debe dejar de lado que las cargas animales representarán mayor oportunidad de cosecha de forrajes. El cuadro 15 resume las cargas animales efectivas y temporales que se estimaron en el presente estudio.cuadro 13 en donde se realiza la medida directamente en el animal.

Cuadro 15.Evaluación de la carga animal efectiva temporal, la cosecha de materia seca y energía anual por Ha de acuerdo con la utilización de animales repasadores en las fincas lecheras

El cuadro 15 demuestra que 1 de cada 5 fincas utilizan la técnica de repasar potreros con grupos de animales alternativos a las vacas en producción, con el fin de aumentar la cosecha de forraje, disminuir residuales altos con potencial de formación de camas no deseables, y optimizar las reservas de nutrientes para próximos rebrotes. Tal como lo menciona Romero (2008), en que la forma estructural resultante del forraje al momento de su cosecha define la calidad, productividad y capacidad de rebrotes posteriores. Las fincas que utilizaron la técnica de repasar con segundos grupos animales lograron aumentar la carga animal (2.5 animales / Ha y 3.7 animales / Ha) y mejorar la cosecha de materia seca y energía de los forrajes de piso, obteniéndose diferencias de 500 kg de materia seca y de 912 Mcal. Para determinar la calidad de los forrajes presentes en los sistemas pastoriles, se procedió inicialmente al envío de muestras para determinar los valores nutricionales a partir de análisis bromatológicos en química húmeda (Laboratorio de la Planta de Alimentos Balanceados Dos Pinos), así como el envío de muestras para tejido foliar (Laboratorio de Centro de Investigaciones Agronómicas – CIA) con el fin de establecer las concentraciones de minerales presentes. El cuadro 16 presenta los valores obtenidos para bromatología.

Cuadro 16. Información nutricional de los forrajes utilizados para los sistemas de pastoreo a partir de los análisis bromatológicos realizados.

El cuadro 16, demuestra comportamientos muy variables para cada nutriente analizado dentro de la misma zona. Para la zona Alta, se analizaron forrajes como Rye Grass, Kikuyo y Estrellas, sin embargo, a pesar de que presenta los mejores valores de proteína por zona analizada, se percibe un valor mínimo de 12 % de PC, lo cual es sumamente bajo para las condiciones de producción esperable. Para la zona Media y zona Baja los valores se perciben dentro de lo esperable según experiencias de campo.

Por otro lado, los valores de fibra neutro detergente son elevados según la literatura lo que representa una sería limitación para una optimización en el consumo animal (Balsch & Calsamiglia, 2006), principalmente en sistemas pastoriles, en donde el comportamiento animal le permite hacer una selección de follaje más allá de consumos con mayores fracciones de tallo.

En cuanto a los aportes energéticos estimados según los análisis bromatológicos reportados, la mediana tiende a ser la misma para las 3 zonas analizadas, esto supone una alta heterogeneidad en los aportes energéticos, sin embargo, los rangos también son relativamente similares entre zonas.

Los procesos de degradación de la calidad forrajera pueden ser multifactoriales, sin embargo, Sanchez (2007) menciona el estado vegetativo como una de las causas principales: los forrajes maduros son poco digestibles, los almidones y azúcares se convierten parcialmente en pared celular, junto con el proceso de lignificación, serían poco aprovechables por el animal.

La situación presente en el cuadro 16 demuestra que las prácticas de pastoreo y de nutrición vegetal para forrajes en pastoreo es muy diversa en las fincas, aunado a la situación económica de los precios de los insumos, provoca manejos diversos generando resultados heterogéneos en la calidad de las pasturas y en la oferta ofrecida para los animales en pastoreo. En cuanto a las concentraciones minerales en los forrajes en pastoreo, se generó el anexo 4 que resume los aportes por elemento mineral reportado por el Laboratorio del CIA de la Universidad de Costa Rica para los forrajes utilizados en los sistemas pastoriles evaluados. Además de adjunta la tabla de interpretación de análisis foliar en pastos con ganado de leche recomendado por el CIA y basados en Vargas y Fonseca (1989) (ver anexo 5).

De acuerdo con la información obtenida a nivel de tejido foliar comparando los resultados con la tabla de valores óptimos del CIA, evidencian que los valores den nitrógeno, magnesio, hierro y manganeso se encuentran dentro de los rangos esperables, en tanto nutrientes como fósforo, calcio, cobre y zinc están por debajo de los valores óptimos recomendados. El caso del potasio se encuentra dentro de valores por encima de los recomendados.

Las variaciones en el contenido mineral de los forrajes suponen, que a pesar de la tendencia a la heterogeneidad en la nutrición vegetal que presentan los sistemas lecheros, hay minerales que presentan una marcada tendencia a ser deficientes, por lo que intentar generar acciones en una mejor nutrición de cultivos resulta primordial para la optimización de la calidad esperable.

Se realizó un análisis de los aportes de nitrógeno y fósforo aplicados por Ha en el último año (desde la evaluación del estudio), los resultados se presentan en el cuadro 17 y 18.

Cuadro 17. Distribución de las fincas en relación con los aportes anuales de nitrógeno promediado por hectárea.

Cuadro 18. Distribución de las fincas en relación con los aportes anuales de fósforo promediado por hectárea.

Para los cuadros 17 y 18, se evidencia que los aportes de nitrógeno y fósforo utilizados en el período evaluado tienden a estar por debajo de las recomendaciones sugeridas por agrónomos en las visitas a campo (de 200 a 250 kg de nitrógeno / Ha / año y 80 a 100 kg de fósforo / Ha / año).

Vinculando la información obtenida de los cuadros 16, 17 y 18, y de la información compilada en el anexo 4 sobre los análisis de tejido foliar, existe oportunidades para mejorar la nutrición de cultivos desde perspectivas más integrales que garanticen el correcto proveer de nutrientes a los forrajes de piso utilizados actualmente como la base de los sistemas pastoriles en Costa Rica.

Existen mediciones de campo prácticas, repetibles y de fácil aprendizaje por colaboradores, tanto para los animales como para los forrajes, que permiten caracterizar sistemas de pastoreo en lecherías, y que brindan amplias oportunidades para mejorar la eficiencia en la utilización de los recursos.

➢ La producción de leche diaria por vaca no es la única métrica existente para determinar si los balances nutricionales están siendo apropiados o no en una lechería. La medición de la condición corporal resultará indispensable para la comprensión del estado actual de la producción de leche y de lo que sucederá en el corto y mediano plazo.

➢ La intención de sostener y promover los sistemas pastoriles en las fincas lecheras conlleva múltiples retos en campo, sin embargo, las metas siguen siendo las mismas:

o Enelanimalindividual:Maximizarlacantidaddeforrajecosechadoenpastoreodelamejorcalidad posible. Que los aportes energéticos del forraje superen los aportes energéticos de complementos en una dieta. o En el hato lechero: Lograr la mayor cantidad de materia seca y energía cosechada anualmente por Ha.

Para esto, con potreros de cerca fija, se puede potencializar el uso de animales repasadores en aquellos sitios factibles y cuando las condiciones climáticas lo permitan. No necesariamente los nutrientes cosechados serán direccionados a leche, puede existir oportunidades de que los nutrientes cosechados sean utilizados para crecimiento o mantenimiento de animales en otras etapas fisiológica.

➢ Si bien es cierto que existen diferentes genéticas para ser utilizadas en lecherías, se debe constatar con mediciones de campo, que la genética seleccionada es acorde con los objetivos establecidos para el sistema lechero.

➢ Monitorear la actividad animal en diferentes horas del día, permitirá comprender la eficiencia real de pastoreo y cuáles prácticas deben ser implementadas o modificadas para mitigar efectos de dominancia en el hato. La frecuencia de respiraciones por minuto permitirá comprender si los animales sufren de estrés calórico de forma esporádica o permanente en horas diurnas. Los llenados ruminales, las masticaciones por rumia y la condición de las boñigas podrán tomarse como guía en temas nutricionales y ser un insumo para tomar decisiones en movimientos de cerca para maximizar consumos de forraje.

➢ Utilizar el punto óptimo de cosecha de acuerdo con el forraje establecido como cultivo para el sistema lechero, así como garantizar una nutrición integral de los forrajes, le permitirá mejorar la oferta de nutrientes cosechables en el sistema pastoril.

➢ Comprender el suelo como un ente vivo que evoluciona, las interacciones microbiológicas y sus entornos rizosféricos en modelos de desarrollo microbianos, aportes minerales con tecnologías de mayor eficiencia de aprovechamiento y aportes de materia orgánica con diferentes estadios de mineralización, representan una meta por alcanzar en las fincas lecheras y nuevas áreas por desarrollar a nivel técnico investigativo.

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Un agradecimiento muy especial a todos aquellos productores que nos abrieron las puertas de sus fincas, a los compañeros técnicos, superiores y todos aquellos involucrados que generan el apoyo incondicional para el desarrollo de los proyectos y al CEBS y a DACSA por creer que juntos podemos lograr grandes cosas

Anexo 3. Calificación de la condición de la boñiga.

Anexo 4. Concentraciones de minerales reportados por los análisis realizados en el CIA para los forrajes utilizados en sistemas de pastoreo.

Anexo 5. Tabla de interpretación de análisis foliar en pastos con ganado leche. Costa Rica. CIA – UCR. Tomado de Vargas & Fonseca (1989)

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