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¡SAL A CAMINAR!
Por: Agueda Rios, Entrenadora personal
Disfrutar de una buena calidad de vida en nuestra edad adulta es meta de todos. Para gozar de ella al máximo, debes mantener una vida activa y evitar el sedentarismo. Es necesario tener presente que nuestro organismo está desarrollado para el movimiento tanto estructural como fisiológicamente e incluso a nivel mental. Por lo tanto, permanecer quietos durante largas horas del día es antinatural.
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Para alcanzar la meta de disfrutar de bienestar, salud e independencia en nuestra adultez debemos integrar el ejercicio en nuestro estilo de vida.
El ejercicio físico es esencial para combatir aspectos negativos del envejecimiento y contribuye a reducir la posibilidad de desarrollar numerosas condiciones de salud, incapacidad física y prevenir el deterioro cognitivo. Entre las alternativas recomendadas está: correr bicicleta, nadar, bailar, hacer acuaeróbicos, yoga o pilates. Sin embargo, caminar es una de las más sencillas y fáciles de realizar.
Caminar es un ejercicio aeróbico
Esto quiere decir que activa nuestro sistema cardiovascular mediante el aumento de las palpitaciones de nuestro corazón con lo que ayuda a su fortalecimiento. Es de las actividades más recomendadas ya que implica un bajo nivel de riesgo y no requiere de mucho esfuerzo.
Varios estudios recomiendan salir a caminar un mínimo de 30 minutos diarios o hasta una hora cada dos días. Es preferible que se haga temprano en la mañana o luego de la caída del sol.
Es de suma importancia realizar esta actividad física con el calzado deportivo adecuado y hacerlo en superficies estables como pista de caminar o de correr, parques, paseos lineales o aceras en buen estado. Ello, para evitar caídas o accidentes que puedan generar alguna lesión.
Entre los beneficios del ejercicio de caminar en el adulto mayor se encuentran:
Aumenta la capacidad de oxigenación y por ende mejora nuestra resistencia, disminuyendo la tensión arterial.
Incrementa el flujo sanguíneo lo que permite un mejor funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular y mejora problemas circulatorios.
Fortalece nuestro corazón previniendo enfermedades cardiacas y coronarias.
Ayuda a fortalecer nuestros músculos y a mejorar nuestra postura.
Caminar al aire libre te permite ponerte en contacto con la naturaleza y despejar la mente, relajarte, reducir el estrés y la ansiedad , además de que el sol nos aporta vitamina D.
Inicias comunicación con otras personas, lo que ayuda a mejorar la socialización y a evitar el aislamiento y la depresión.
Mejora la autoestima, autocontrol y la sensación de autonomía e independencia para poder realizar sus actividades diarias.
Evita la obesidad.
Ayuda a mejorar condiciones de salud como: la diabetes, colesterol alto e hipertensión entre otras.
Estimula la producción de neuronas como la endorfina en el cerebro, lo que ayuda a mejorar el estado mental y sentirnos más contentos, entusiasmados y energéticos.
Así que... ¡a nutrir nuestro cuerpo llenándolo de vitalidad y bienestar a través del ejercicio! Sal a caminar. Como dice la estrofa de una canción muy popular de uno de los cantautores del patio: