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Rubén Rodríguez Domínguez

APROXIMACIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA A SAN MIGUEL DE ESCALADA

Rubén Domínguez Rodríguez «Historiador del arte»

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«El edificio existe en un rellano, por encima del camino que va a Rueda del Almirante, dominando la amplia vega del Esla, de cara al sol y dispuesto a media ladera de un pelado cerro, que antes llevó encinas, destacado en el borde de la misma meseta en cuya punta meridional surgió la romana Lancia». De esta manera describió Manuel Gómez-Moreno (1870-1970) el paraje sobre el que se construyó el monasterio de san Miguel de Escalada en Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX a XI (Madrid, 1919), una de sus muchas e influyentes obras.

En las inmediaciones del lugar de Valdebasta, ubicado en el término municipal de Gradefes, se encuentra uno de los monumentos clave de la historia del arte medieval de la Península Ibérica. Con gran esmero e inquietud científica aborda el monumento el propio Gómez-Moreno, que reproduce el texto del epígrafe fundacional tal cual lo transcribió el sacerdote e historiador Manuel Risco en el siglo XVIII. En ella se ofrece la fecha del 20 de noviembre del año 913 para su consagración, después de que llegasen a su fin doce meses de obras que permitieron la erección de un nuevo templo sobre las ruinas de otro anterior, con la misma advocación del arcángel san Miguel. Tal como narra el testimonio epigráfico, el cenobio fue fundado de la mano del abad Alfonso y un grupo de monjes mozárabes provenientes de Córdoba, trasladados al territorio cristiano.

Nada ha llegado en pie hasta nuestros días de las antiguas dependencias monacales, y solo unas excavaciones arqueológicas realizadas al norte de la construcción sacaron a la luz pequeñas dependencias que, según los especialistas responsables de la intervención de 2002-2004, parecen adscribirse a época altomedieval. En cualquier caso, hoy día se conserva un templo que constituye el edificio de mayor tamaño y sencillez de las iglesias mozárabes, que son por norma general de reducidas dimensiones y de gran complejidad espacial. El uso de la piedra es de gran uniformidad en el conjunto, por lo que se considera una obra realizada ex novo, sin incorporaciones o modificaciones de paramentos del antiguo templo. También destaca el uso del ladrillo en la parte superior de la nave central, que permite aligerar el peso sobre los arcos interiores.

La iglesia cuenta con planta basilical de tres naves, siendo la central más alta que las dos laterales, separadas entre sí por una sucesión de arcos de herradura compuestos por columnas de mármol rematadas por capiteles vegetales. Cuenta con una cabecera recta al exterior y triple al interior, con ábsides ultrasemicirculares, siendo el central el más acusado de los tres y el de mayores dimensiones. Su transepto, alineado en planta, está diferenciado del resto de la nave por un iconostasio de arquería triple. La cubierta de la nave está realizada en madera, mientras que los ábsides hacen lo propio con pequeñas bóvedas gallonadas.

La historiadora del arte María Elena Gómez-Moreno situó la construcción del pórtico sur en torno al año 940. Esta sucesión de doce arcos de herradura pone de relieve, en algunas de sus

Vista suroccidental del conjunto.

Iconostasio

partes, la reutilización de piezas cronológicamente anteriores, como columnas o capiteles. Se trata de una práctica común en esta y otras construcciones de la misma época, que simplifica las tareas de construcción. El pórtico se cierra en su costado occidental con una ventana bífora con alfiz, y en el opuesto con el acceso al tercer espacio del que vamos a hablar.

La última de las partes que componen el conjunto arquitectónico actualmente es la torre e iglesia de san Fructuoso, levantada con toda probabilidad en el siglo XII según María Elena Gómez-Moreno. La obra románica, tratada de manera sucinta en todos los estudios sobre el complejo, alberga actualmente algunas piezas arqueológicas del enclave que bien serían merecedoras de una mejor musealización.

La construcción fue declarada Monumento Nacional en 1886, considerado hoy como la figura jurídica del Bien de Interés Cultural (BIC). Unos años después, en 1895, el templo fue «limpiado y consolidado» (Mª Elena G.-M.) por Juan Bautista Lázaro, arquitecto y político leonés miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Sin entrar en mayores consideraciones que el carácter divulgativo y aproximativo de este artículo no permite, es preciso reseñar dos acontecimientos recientes de considerable trascendencia que tuvieron como objeto la intervención directa sobre el espacio de san Miguel de Escalada. En el año 2008 se llevaron a cabo obras de adecuación del entorno que concluyeron en una importante polémica que cuestionaba el gran impacto visual de las acciones llevadas a cabo que, aunque consideradas como «provisionales», desvirtuaban la concepción original del edificio y suponían una barrera en la contemplación del magnífico pórtico de acceso. La intervención consistió en la instalación de una pasarela con la imagen corporativa del proyecto cultural Escalas y un arco que, más propio de un aeropuerto que de un Bien de Interés Cultural, parecían guiar a los visitantes por el «complicado» camino entre el aparcamiento y el acceso a la iglesia. Las quejas vecinales surtieron efecto y hoy se puede contemplar el monumento sin trampantojos de por medio.

La tutela y divulgación de nuestro patrimonio ha de hacerse siempre con el máximo respeto al lugar que se interviene, y debe concebirse de una manera global. Los templos son custodios de un importante patrimonio mueble y de valores intangibles. En el caso que nos ocupa, el Museo de León conserva una talla románica de la Virgen con el Niño, datada en el siglo XII. Una petición popular, patrocinada a través de micromecenazgo, ha permitido encargar una interpretación (mal llamada «réplica» en los medios de comunicación) de esta talla al prestigioso escultor leonés José Ajenjo, que la finalizó en el año 2016 y que continúa a la espera de que se otorguen los correspondientes permisos para que pueda ser entronizada, en el mejor de los casos, en el «panteón de los abades».

«Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad».

Carta de Venecia (1964)

Cancel reutilizado a modo de tímpano en el acceso a la torre e iglesia de San Fructuoso

Fragmento de cancel con decoración vegetal y zoomorfa

BIBLIOGRAFÍA:

MARTÍNEZ TEJERA, Artemio M., El templo del monasterium de San Miguel de Escalada, AEDATME, Madrid, 2005.

MARTÍNEZ TEJERA, Artemio M., «Los epígrafes (fundacional y de restauración) del templum de San Miguel de Escalada (prov. de León)», en Congreso Internacional La Catedral de León en La Edad Media, pp. 613-621.

SAN ROMÁN FERNÁNDEZ, Felipe y CAMPOMANES ALVAREDO, Emilio, Avance de las excavaciones arqueológicas en San Miguel de Escalada (campañas 2002-2004). Consulta online.

GÓMEZ-MORENO, Manuel, Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX a XI, Centro de Estudios Históricos, Madrid, 1919.

GÓMEZ-MORENO, María Elena, Mil joyas del arte español. Piezas selectas, monumentos magistrales. Tomo primero: Antigüedad y Edad Media, Instituto Gallach de Librería y Ediciones, Barcelona, 1947.

Rubén Domínguez Rodríguez (Avilés, 1996) es graduado en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo (2018), Experto en gestión y uso turístico del patrimonio industrial y minero (2019) y Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte: investigación y gestión, por la misma institución. Desde 2015 es Presidente del Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón (CEAG) y desde 2020 Vocal de Tutela del Patrimonio Histórico-Artístico en la Asociación Profesional Española de Historiadores del Arte (Aproha). Ha comisariado varias exposiciones, publicado varios artículos e impartido diversas conferencias. Desempeña en la actualidad trabajos como intérprete del patrimonio en el poblado obrero de Llaranes y como editor de contenidos en el proyecto audiovisual www.patrimoniuindustrial.com.

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