“nganga” puede también matar si recibe por su paciente el derecho de devolver el mal que alguien acaba de hacerle a fin de vengarse. Es asimismo necesario mencionar que el ndoki y el “nganga” son opuestos porque uno echa un mal de ojo y otro lo neutraliza. Es para decir que el uno hace siempre el mal y el otro el bien. Pero en algunas ocasiones, el ndoki y el “nganga” pueden asumir las mismas funciones, sin embargo, a este nivel, el nganga pierde su cualidad de curandero, de “bienhechor”, y por consiguiente pierde la confianza de sus pacientes, del pueblo.47 Entre los Punu, una etnia del sur de Gabón, los “banganga” conocen las virtudes medicinales de las plantas. Cada “nganga” posee una especialidad en la ciencia tradicional de la curación. Los hay quienes exorcizan, los demás consultan, otros curan las enfermedades místicas o espirituales y muchos presagian también el porvenir de los individuos. Los hay quienes se limitan a generalidades también. Pero en caso de enfermedad grave, hace falta que la población se vaya a ver al “nganga” que tiene gran fama. Estos pacientes pagan lo que los Punu llaman “mubèmbu nganga” a guisa de consultación. Una vez localizar la enfermedad, el “nganga” prescribe una terapia a base de hierbas y otros brebajes a sus enfermos. Entre el “nganga” y el enfermo, existe una relación de confianza. Es también menester notar que el poder de la curación se trasmite de generación en generación en África bantú. Y entre los Punu tenemos varios tipos de “ngangas”: el Nganga kosi, es el curandero que rechaza a los brujos o caso de una variedad de muertos en el poblado, lo llaman para que venga a “u gomine kosi” o sea hacer trampas para localizar al brujo48; el Nganga dipiake es un vidente, posee el poder de la videncia y es capaz de revelar ciertos misterios de la vida del paciente como si descifrara en una pizarra en la cual el cuerpo y el espíritu no formaban más que entidades comunicativas49. La gente le llama “mwane ikole”, o sea el niño de la escuela. Por ejemplo si la gente viene para consultarse a propósito de un problema de embrujamiento por el “muyame”: el arco iris místico (se trata de un tipo de Mbumba, un reptil con plumas de loro o una serpiente largo), el nganga, durante una velada ritual, se instala sobre la pleita; el Nganga malagu, es el especialista de los locos. Esta terapeuta curan a los locos con baños de vapor y otros rituales complejos50; el Nganga gari, es el especia-
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MUBESALA LANZA, Baudouin: ob. cit.., p. 101. MABIK-ma-KOMBIL : Parlons yipunu. Paris, L’Harmattan, 2001, p. 128. 49 Ibidem, p. 129. 50 Ibidem, p130. 48
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