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El Agua salvaje como patrimonio?
from Orillas enlazadas
En 1991, la visión ecológica toma ventaja sobre la visión urbanística e ingenieril con la clasificación del lugar como zona inalterable por el Grand Lyon ( el área metropolitana de Lyon). Se procede a hacer un balance y evaluación de la situación del lugar y de disfuncionalidades emergentes: la pérdida de biodiversidad, el estado del área reduce su capacidad de absorber los desbordamientos de crecidas y la calidad de la napa freática está francamente puesta en duda.
La prioridad ahora se otorga a la preservación de recursos en agua. Las islas de Miribel-Jonage deben reencontrar un funcionamiento dinámico desde un punto de vista hidrográfico y ecológico. El buen funcionamiento del medio natural facilita su capacidad de gestión de crecidas.
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El paisaje de la isla es moldeada una vez más por la mano del Hombre; las graveras pasan de tener una finalidad industrial a tener un objetivo de restauración y de valorización del paisaje y de ecosistemas para la reconstitución de un medio natural ideal. La gestión del área sigue un gradiente de este a oeste, desde un espacio naturalizado muy poco equipado y dotado, hasta a un parque de aglomeración urbano.
El Grand Parc debe por ende ganar la ardua apuesta de ser una reserva natural al servicio de la ciudad. Debe preservar la calidad de los recursos de agua potable, mantener los campos de expansión y laminación en caso de crecidas del Ródano, preservar y valorizar el patrimonio natural,; floral y faunístico, garantizar su papel de escapatoria “ naturaleza y ocio” para todos los públicos frente a la ciudad densa.
La llanura del Ródano aguas arriba de Lyon, era inicialmente un sector donde el río divagaba bajo la forma de trenzas, al compás de las areniscas y limos de la sedimentación variante de los diversos flujos y caudales y de las crecidas, que podían inundar un rosario de islas y pantános entre la Cotière de la Dombes (département de l’Ain) y les Balmes Viennoises, que remontan hasta Jonage, Décine hasta los “balcones villeurbannais” (Cusset, Boulevard Eugène Réguillon…). Esta planicie entre estos relieves configura el mayor lecho del Ródano.
En el instante en que la ciudad de Lyon quiere extenderse a lo largo del margen izquierdo del Ródano a principios del siglo XIX, tiene que desecar las marismas y la diversa vegetación de ribera que se encuentran en el lecho del río. Pese a la construcción de diques y de muros de contención ( denominados “perrés”), la crecida de 1856 hace estragos. Es cuando se toma conciencia de la importancia del sector río arriba para la protección de Lyon.
Se decide entonces que deberá permitir el desbordamiento de aguas de las crecidas antes de su paso por la ciudad y reducir así el caudal del río a su paso por el centro de la ciudad. Para esto, ninguna ordenación territorial deberá estorbar el correcto desagüe de las crecidas en la llanura aguas arriba. La realización del canal de Maribel, en fase de construcción por aquel entonces para facilitar la navegación en el Ródano, es recortada y ajustada para poder facilitar el derramamiento de sus aguas en la llanura del margen izquierdo.
Para proteger la ciudad, hace falta por consiguiente controlar y proteger esta isla de Miribel-Jonage (delimitada por los canales de Miribel y de Jonage desde el final del siglo XIX), que debe desempeñar el rol de llanura de expansión para las crecidas.
A lo largo de la historia y del desarrollo de la aglomeración lyonesa, la visión de esta basta planicie aluvial oscilará entre este postulado de protección, todavía válido hoy en día, y las imágenes proyectadas por la sociedad sobre este inmenso lugar el cual parece un gran lienzo en blanco exento contenido proyectual.
9. Construcción de un cordón seperativo, sector Redland.
© SEGAPAL 1995
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10. Construcción de las Grandes Vernes du Sud.
© SEGAPAL 1994