Akakiloko 11

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O NUCLEARES, SÍ. NUCLEARES, NO

O ROBERTO PERDIÓ LA SONRISA

O EL PIRATA BUENAVISTA

O PREGÚNTALE A AKAKILOKO

O MATARRATOS O LAS MÁQUINAS DE AKAKILOKO

O Etc. Etc.

COLABORA A.M.P.A

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Junio 2011


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El pirata Buenavista. Buenavista es un pirata que está cojo, manco y tuerto. Va en un barco que no navega, con una vela que le hizo su abuela. Tiene un loro mala sombra, con mucho pico y pocas plumas, de uñas rotas y descolorido, que nunca da más de dos graznidos. Buen pirata Buenavista, sin nada que abordar, nunca sale del puerto, pues su barco está por reparar. Maderas rotas y remos sin mango, ¡eso lo puede retrasar! Con su ojo bueno sueña con echarse algún día a la mar. Laura Morales

Juan Castillo, 1ºB

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Nº 11 Junio 2011 akakiloko@gmail.com

Ke Tal?

REDACCIÓN Y MONTAJE Bartolomé Mesa Rafael Morales CONSEJO DE REDACCIÓN Javier Bellón Paula Mateos José A. de la Rosa Alba Zamora COLABORAN EN ESTE NÚMERO Noa Ariza Ismael Barragán Pedro Bellón Carlos Carrera Juan Castillo Rubén Cortés Luís Crespo Álvaro Escalera Salvador Espejo Irene Fernández Emma Fernández Juan Fernández Claudia Farfán David Gámez Sara García Itziar García Marina Gil Celia González Antonio de la Jara Adrián Jerjes Asier Jiménez Clara Jiménez Ariela López Paula Mateos Claudia Montecatine Javier Molina Ana Molina Evelín Montero Laura Morales Guillermo Moreno Adrián Mª Podadera Esther Picabea Marta Real Francisco Rodríguez Rodrigo Ruíz José Antonio de la Rosa Iván San Martín Antonio de la Torre Sulaima Valle Alba Zamora DIBUJO PORTADA Alejandro Iván Romero IMPRESIÓN Bely digital color

Evelín Montero, 5 años

Se acerca el verano y vuelve Akakiloko, esta vez con el imparable fenómeno de las redes sociales como tema de portada. Hay quienes ven peligros en ellas, pero desde luego no los más jóvenes, que liderarán nuestro futuro. Nueve de cada diez alumnos del tercer ciclo están registrados y usan al menos una red social –aunque hayan tenido que mentir con la edad para ello- y, por lo que nos cuentan, se sienten como pez en el agua. Facebook, Twitter y otras redes han revolucionado nuestro mundo, poniendo el arma de la palabra en cada ciudadano. Ciertos países árabes han experimentado ya la revolución y occidente pone también sus barbas a remojar.

Nos

fijamos igualmente en el nunca cerrado debate de las centrales nucleares, reavivado ahora por la catástrofe de Japón.

Sin

olvidarnos de nuestras páginas de creación, particularmente de poesía,

con

dos

notables

aportaciones

de

Laura

Morales,

y

matarratos, cartas de los lectores, etc. Sin más, y como siempre, desearos unas felices vacaciones.

Sumario El pirata Buenavista

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¿Quién teme a las redes sociales?

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Nucleares, sí. Nucleares, no

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Pregúntale a Akakiloko Ratón de biblioteca Martina y Martín Poemas

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Las máquinas de Akakiloko Matarratos

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Los lectores opinan

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Roberto, el niño que perdió la sonrisa

Contraportada: Jules Verne 3

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Celia González, 6º

¿Quién teme a las REDES SOCIALES?

Como con el lobo feroz de las fábulas, se está extendiendo

un sentimiento bastante

generalizado de prevención hacia las redes sociales. Facebook, Tuenti, Twitter, Messenger y tantas otras. Muchos las critican sin conocerlas y otros pueden que hayan tenido una mala experiencia personal con ellas.

Mientras que una gran mayoría parece disfrutarlas sin

problema. ¿Pero entonces de donde viene ese miedo? Es cierto que todo lo nuevo suele asustar. Seguramente es un fenómeno demasiado reciente para hacernos cargo ajustado de sus valores y peligros. Por su enorme penetración en sectores sociales, políticos y culturales, parecería que Facebook, por ejemplo, lleva muchos años con nosotros, cuando en realidad fue lanzado, en la forma que hoy lo conocemos, en 2004 en EEUU y hasta el 2007 no se expandió globalmente, con sus versiones en diversas lenguas, incluidas el español. En la actualidad cuenta con más de 500 millones de usuarios registrados en todo el planeta, más de 5 mil millones de fotos subidas y 160 terabytes (como si pudiéramos imaginarnos esa monstruosidad) de datos almacenados.

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5 Todos estamos más cerca de la gente que conocemos gracias a ellas. Ya no importa la distancia. Un minuto después de haberse bañado en el Pacífico de California podemos ver a nuestro amigo en la foto que se ha hecho y ha colgado con su iPhone. Estemos donde estemos, si hay cobertura de internet, podemos mantener el contacto con todos nuestros conocidos. Y los amigos se multiplican. Algunos tienen ya centenares –si no miles- de amigos. Socializar y hacer nuevos amigos parece fácil en la red. ¿Pero no será un espejismo? Hay quienes aseguran que, gracias a las redes sociales, terminaremos más solos y aislados que nunca. Internet solo ofrecería simulacros de relaciones para unos individuos cada vez más incapaces de la interacción personal real. En internet podemos pretender ser otros, nos sentimos más libres, hablamos con menos pudor. Somos el o la que nos gustaría ser. ¿Acabaremos encerrados en nuestra habitación enredados en amistades y relaciones puramente virtuales? Así parecen temerlo los detractores del nuevo fenómeno. Pero éste ha llegado para quedarse.

Ha cambiado de la noche a la mañana nuestras vidas y ya empieza a transformar también la de los pueblos. Revoluciones populares en varios países árabes y movimientos contestatarios alternativos de generación espontánea en diversos países occidentales ponen en evidencia el enorme poder de las redes sociales para convocar y mover grandes colectivos. El siglo XXI será el de internet y las redes sociales, una revolución con un impacto en la sociedad comparable –si no superior- a la invención de la imprenta a finales del siglo XV. Los medios de comunicación de masa tradicionales, tanto impresos como audiovisuales, que por su gran coste han estado –y siguen- en manos del poder o de grandes empresas, se han visto desbordados por la repentina irrupción del ciudadano de a pie en la arena de las ideas. Ya solo hace falta una cuenta en una red social o un blog para comunicar nuestra opinión a miles o centenares de miles de conciudadanos. Por primera vez en la historia el hombre común tiene la posibilidad de comunicación instantánea con todo el mundo.

Más del 90 % de nuestro alumnado del tercer ciclo de Primaria tiene cuenta y utiliza una o más redes sociales. En Akakiloko hemos querido acercarnos al tema desde sus experiencias y aquí recogemos algunas de ellas.

Salvador Espejo, 6º

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6 Las redes sociales son fantásticas si se usan bien. Por ejemplo, yo las uso con mis amigos que viven lejos o en vacaciones. Pero otros están todo el día enganchados y no hacen otra cosa, nada más que hablar por el Messenger, el Tuenti, Twitter o Facebook. También veo mal que muchos se hagan una cuenta sin consentimiento de sus padres. Pero, por otro lado, está muy bien eso de estar en contacto con un amigo que está en la otra parte de la ciudad, del país, de la Unión Europea o incluso del mundo. Muchos tenemos que mentir con nuestra edad para poder abrir una cuenta, pero a mí eso no me parece mal. Siempre y cuando el padre o la madre estén al tanto. En esto de falsificar la edad, nadie se pasa más que quienes llegan a declarar 100 años. Un amigo joven de mi madre puso que tenía noventa y tantos y había ancianas que incluso querían ligar con él. Este en teoría ya ha cumplido cien. Esto demuestra la poca garantía de veracidad que datos como la edad tienen en Facebook u otra red social. Y por supuesto igual ocurre con la foto. Se puede poner cualquier imagen, desde Supermán hasta un gato. José Antonio de la Rosa Cubero, 6º, 12 años.

Adrián Mª Podadera, 6º

Yo tengo Facebook –que por cierto está muy bien- y lo uso sobretodo para estar en contacto con mi tía y mis amigos y para jugar a CityVille, que es un juego muy chulo y divierte a casi toda la gente que conozco. También tengo Twitter, que uso para ver las páginas de los famosos y enterarme de lo que cuentan, y Tuenti, que me sirve para hablar con mis amigos, subir fotos y ver las fotos de los demás y jugar. También puedes poner la cámara en Tuenti o en Messenger, pero corres el peligro de que te graben. Yo recomiendo que en Facebook y Tuenti no se acepte a gente que no se conoce bien, porque puede ser peligroso. Yo me abrí 6


7 una cuenta de Hotmail con 7 años –ahí no hay límite de edad- y la de Twitter la tengo desde hace dos años y la de Facebook uno. Sara García, 6º, 12 años.

Yo uso Tuenti para jugar y hablar con mis amigos y no es tan malo como parece. A veces me mandan peticiones de amistad personas a las que no conozco, pero yo las ignoro. Haciendo eso no corres peligro. En Tuenti se supone que tengo 18 años y que estoy en el colegio de mi hermana, San Pablo. También tengo Habbo, un juego donde hay millones de muñequitos personalizados por millones de usuarios reales, aunque se supone que tienes que tener como mínimo 14 años. En este juego puedes hablar con todos y hacerte muchos amigos, hasta fuera de Europa. Mis padres saben que tengo Tuenti y Habbo. También creo que saben que hay que mentir con la edad para eso. Celia González, 6º, 12 años.

Me gusta Twitter porque puedes seguir a los famosos y que ellos te sigan a ti. Puedes poner comentarios sobre lo que haces y los famosos pueden seguirte y hablarte si quieren. Mi hermana, de 14 años, tiene Facebook, Tuenti y Twitter y está en ellas las 24 horas del día o casi. Facebook no sé para qué sirve, porque no tengo. Me parece un rollo, pero estoy pensando en hacerme uno Iván San Martín, 5º, 10 años.

Estoy en Tuenti, Twitter, Facebook y Messenger. Lo que más utilizo es Tuenti, porque tiene aplicaciones y privacidad que otras redes no tienen. Para estar en todas estas redes sociales los menores de 14 años tenemos que mentir. A mi me han pillado cinco veces. Una vez en Tuenti un hombre de 30 años me mandó una petición que yo rechacé y como insistía le dije que era menor de edad y él entonces me denunció para que me quitaran la cuenta. Ya mismo me pillarán otra vez y tendré que hacerme otra nueva. Alba Zamora, 6º, 11 años.

Esto de las redes sociales creo que no es bueno. Te tiras mucho rato en ellas, pudiendo salir a la calle a jugar o a conocer gente de verdad. Aunque si lo usas poquito tiempo, puede estar bien. Yo tengo Facebook y Messenger, pero me conecto sobretodo al Tuenti. Para estar en contacto con mis amigos, como Elías, al que echo mucho de menos. Carlos Carrera, 6º, 11 años.

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8 Mi experiencia con Facebook es muy divertida. Me tiro todo el día hablando y jugando. Cuando termino de cenar, me vuelvo a conectar. Jugando se me van las horas. Francisco Rodríguez, 5º, 11 años.

En Tuenti tengo más de 500 amigos. Seguramente no conozco a todos en persona, pero a la mayoría sí. En Facebook he puesto que he nacido en 1981, o sea que tengo 30 años, ja,ja, ja… Ahí solo tengo 118 amigos y creo que los conozco a todos. Tengo fotos puestas con mis padres, mi familia, jugando al billar con mis amigos… Asier Jiménez, 6º, 13 años.

Yo en Tuenti tengo mi perfil y en él puedo poner fotos y escribir mi estado de ánimo. También juego y hablo por el Chat, que en principio está muy bien por si faltas a clase puedes preguntarle los deberes a un compañero y además con videochat. También tengo Messenger, solamente para hablar, que es más completo que el chat de Tuenti. Salvador Espejo, 6º, 11 años.

A mi me gusta el Messenger, que lo tengo desde hace tiempo, porque gracias a él he podido hablar con gente que no veía todos los días. He tenido alguna complicación, como cuando una vez se me agregó, sin yo admitirlo, un niño y no podía eliminarlo, pero al final lo resolví. Ahora con las nuevas redes sociales la gente se conecta muy poco en Messenger y casi no hablan. Pero espero que dentro de un tiempo esto cambie y la gente vuelva a conectarse y hablar como antes. Paula Mateos, 5º, 11 años.

Salvador Espejo, 6º

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Nucleares, sí. Nucleares, no La crisis en la central japonesa de Fukushima ha puesto de nuevo sobre la mesa de la actualidad el viejo debate de Nucleares, sí. Nucleares, no. Yo estoy en el bando de Nucleares, sí. Pero con reservas. Es decir, cuidado con ellas. Por ejemplo, es totalmente ilógico que haya tantas centrales nucleares en Japón, el país con más riesgo sísmico del mundo. ¿Están majaretas estos japoneses? Por más energía que necesiten y produzcan estas centrales nucleares, siempre podrían comprarla o producirla por otros medios más seguros. Una central nuclear es algo muy serio y hay que tenerle mucho respeto. El accidente de la central de Chernóbil, el más grave de la historia, se produjo durante una prueba de seguridad, con corte de suministro eléctrico. A ver si aguanta y no aguantó. Ahora en Europa, tras el accidente japonés, también nos hemos puesto a hacer pruebas de seguridad como tontos a ver si las centrales aguantan. Esto es una conducta puramente política. Vamos a probar las centrales a ver si nos votan. Pero hay que ser más serios.

Necesitamos mucha energía y, mientras no tengamos la posibilidad de obtenerla toda mediante procedimientos seguros y limpios (energía eólica, solar, geotérmica…) tendremos que recurrir a las nucleares. Pero siempre con una política de futuro que busque su progresiva eliminación y sustitución por las renovables. Con estas condiciones estoy a favor del uso controlado de las centrales nucleares actuales. Y siempre que cumplan unas normas que considero imprescindibles: -La central debe estar en un lugar donde no haya graves riesgos de desastres naturales (terremotos, tsunamis, huracanes…). -Deberían prohibirse por ley las pruebas de seguridad.

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-La central es solo un paso transitorio hasta poder ser sustituida por otras fuentes de energías limpias y seguras, que finalmente deberán ser las únicas a las que recurramos.

El futuro del planeta tiene que ser claramente sin energías contaminantes. Hemos llegado un punto en que nuestra Tierra no puede soportar más basuras y residuos sin poner en peligro nuestras vidas. Además, por lo que respecta a las nucleares, tienen como tope la existencia de uranio, un metal pesado y raro que acabará por agotarse. Y sus residuos radiactivos no encontramos donde enterrarlos. Nadie los quiere cerca de su casa. Y es hora de que dejemos de derrochar energía. Empezando por apagar las luces, cuando no las necesitamos. Bueno, menos la de nuestro cuarto, que si no mi hermano pequeño no se duerme.

José Antonio de la Rosa, 6º

José Antonio de la Rosa, 6º

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Pregúntale a Akakiloko Borja Fortes (6º)

¿Un ordenador tiene corazón? Aimar Picabea, 2ºA

Al principio nos dejó algo desconcertados tu pregunta. Para ser sinceros a punto estuvo de acabar en la papelera. Pero luego nos paramos a pensar y caímos en la cuenta de que no es tan tonta como a primera vista pudiera parecer. Suponemos que no te refieres al órgano en sí, ese órgano musculoso que con sus contracciones hace circular la sangre de los seres vivos. Tú sabes que un ordenador tiene solo procesadores y circuitos eléctricos. Lo que quieres decir seguramente es si un ordenador tiene sentimientos, si es capaz de sentir emociones como el amor, la pena, la envidia o la desilusión. Por supuesto, las emociones no tienen nada que ver con el corazón. Los sentimientos son reacciones químicas del cerebro y el corazón simplemente bombea sangre. Pero es cierto que cuando experimentamos una profunda emoción parece que algo nos sacude la zona cardiaca. Así, por ejemplo, si nos enamoramos, aunque la ciencia diga que todo es cuestión química en nuestro cerebro, lo que realmente sentimos es un pellizco en el pecho. Seguramente fue un poeta o un filósofo griego –porque en la antigua Grecia se adelantaron a todo- el primero que asoció sentimientos y corazón. Eros dirigía a él sus saetas. Además parecía lógico esa ecuación de cerebro = pensamiento, corazón = sentimientos. Y poco importa que la ciencia rechace con pruebas semejante dicotomía. Así que tú crees que un ordenador tiene cerebro, porque es capaz de hacer complicados cálculos y desarrollos lógicos. Pero no estás seguro de que tenga corazón. Por así decirlo, si es capaz de sentir orgullo por un trabajo bien hecho, envidia por otro procesador de última generación o amor por un bello Macbook. El célebre director de cine Stanley Kubrick en “2001. Una odisea en el espacio” imaginó un futuro con ordenadores programados para sentir emociones y capaces de matar para evitar la desconexión. Una pesadilla de la tecnología desbordando al hombre que la desarrolló. Nosotros queremos pensar que no. Que las máquinas podrán realizar complicadas operaciones mucho mejor que nosotros y más rápidamente. Pero los sentimientos, los buenos y los malos, seguirán anidando siempre en alguna parte, la que sea, de nuestra –quizás maltrecha- humanidad.

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Pepe Maestro

El circo de Baltasar Edelvives 2004

Un libro muy divertido y lleno de imaginación sobre un domador de tormentas y su circo de ilusiones. Una historia con muchas ocurrencias y alguna que otra sorpresa, que contiene además poemas muy originales escritos sobre piedra. Las ilustraciones en blanco y negro son también muy graciosas. Esther Picabea, 4º

Carlo Collodi Las aventuras de Pinocho Teide, 2006

Una excelente adaptación del clásico de Collodi, donde el muñeco de madera tiene que pasar por muchas aventuras y peligros antes de llegar a ser un niño de carne y hueso. Aunque para los más pequeños puede ser un poco difícil de leer, te ayudan con el significado de muchas palabras en cada página. Las numerosas ilustraciones en color son realistas y muy bonitas. Javier Molina, 2º A

Sagrario Pinto La casa de los días Anaya, 2001

Un magnífico libro de poemas organizados por meses, desde Enero, el más friolero hasta …Y con diciembre,¡chitón! Las poesías tienen que ver con la estación correspondiente y son variadas, divertidas y fáciles de leer. Aunque sin mucha rima, están llenas de ritmo, a veces como canciones. Las ilustraciones en blanco y negro ocupan buena parte de las páginas, ayudando a comprender mejor el poema. Luís Crespo, 4º

Anne Fine

Cómo escribir realmente mal SM, 1998

Una historia muy divertida de la vida real en una escuela, donde a Vicente, un nuevo alumno que ha pasado por toda clase de colegios, le sientan junto a Javi, un niño que escribe fatal, a pesar de los esfuerzos de su señorita Encarnita. Cuando la señorita les pide que escriban una redacción sobre Cómo hacer cualquier cosa, a Vicente, para ayudar a su compañero, se le ocurre que Javi escriba Cómo escribir realmente mal. Un libro que enseña que si no sabemos hacer algunas cosas, siempre hay otras que se nos darán muy bien. Clara Jiménez, 3º B

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MARTINA Y MARTÍN. Martina y Martín son dos hermanos que hacen brujerías en un plim. Martina echa al caldero una rana bien gorda, pero a Martín le gustan las zanahorias. Martina añade un poco de sal y ojos de tritón, pero Martín prefiere fresas con algo de estragón. -¡Ay Martina! – dice su hermano Martín cada vez que la ve acercarse a la caldera, pues no sigue la receta. ¿Será que tiene sordera? A fuego lento y con una pizca de perejil, con aliento de tritón y un gato saltarín. Esta cocina es un desastre, piensa su hermano Martín, antes de que todo se vaya al traste. Se pone las manos en la cabeza antes que la caldera haga bum. -¡Ay Martina! ¡Qué has hecho! Por tu mal oído nos hemos quedado sin techo. Laura Morales

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La lluvia La lluvia tapa, el sol blanquea el cielo azul. Bellas gemas deja caer, todas a la vez. A veces gris, otras blanca, algodón o lana. Tranquila deja caer sus joyas otras vez. Luciendo, caen sus gotas otra vez.

Poema y dibujo: Claudia Farfan, 4º

Que suerte la mía Que suerte la mía al poder conocerte. Que suerte la mía al poder ver como el aire acaricia tu pelo. Que suerte la mía al poder ver tus ojos negros. Que suerte la mía al poder despertar y que el viento me susurre: Hoy es un buen día para decirle esta poesía. Irene Fernández, 5º

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Tu piel Tu piel es tan suave, como la piel del melocotón, como el algodón y como la luz de la amanecer que me ilumina y me da energías para verte.

Marta Real, 5º

Los árboles Árboles, grandes seres que no se mueven, lindas hojas verdes que ellos tienen. Dulces frutos, bello paladar. Cuerpos de madera, gran esencia dan en gran cantidad.

Poema y dibujo: Claudia Farfan, 4º

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Las máquinas de Akakiloko El cambiador de energía a materia. ¿Tienes un videojuego del que te gustaría sacar algo? Aquí tienes la solución. Conectas la consola, eliges lo que quieres materializar y listo. No se os ocurra sacar bombas.

Claudia Farfan, 4º

Sabelotodo Le haces una pregunta y el “Sabelotodo” en menos de dos segundos te da la respuesta.

Claudia Montecatine, 4º

Deberes por euros ¿Estás cansado de hacer deberes y no cobrar? Eso se ha acabado. Con la máquina deberes por billetes metes las tareas resueltas y te da los euros que te mereces.

Esther Picabea, 4º

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Crucigrama. 1.

Abreviatura de Messenger.

2.

Caralibro en inglés.

3.

Red social de dos cifras (en mal inglés y al revés)

4.

Página de juegos diminutos.

5.

Con él escribes en el ordenador.

6.

Con él te mueves por la pantalla del ordenador.

7.

Red social que pía.

8.

En él encontramos las redes sociales.

9.

Página de juegos utilizadas sobre todo por ellas.

10. Juego bueno de café (en inglés)

Irene Fernández y Paula Mateos, 5º

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Jeroglíficos ¿Qué has dibujado?

UN Juan Fernández, 4º

Para que no te mojes con la lluvia.

Esther Picabea, 4º

¿Quién miente?

Adrián Jerjes, 4º

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BUSCA LAS 7 DIFERENCIAS

Sulaima Valle, Itziar García, Ariela López, Guillermo Moreno, 5 años

SOPA DE LETRAS Cinco redes sociales.

Salvador Espejo, 6º

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Los lectores opinan… … akakiloko@gmail.com

Querido Akakiloko: En los recreos tenemos organizada una liga de fútbol y es muy divertida, con muchos partidos interesantes. Algunos árbitros están comprados para que ganen los más malos. El equipo que gane la liga se enfrenta a los profes. A quien gane le dan una medalla muy chula y una foto de recuerdo y la cuelgan en la página del cole. Ismael Barragán, 5º

Querido Ismael: Ay, ay, esperamos que no te hayas contagiado de la enfermedad de ese entrenador tan famoso que anda por ahí recitando, como un estribillo, “por qué, por qué, por qué…” En el fútbol, como en los demás deportes, puede que haya algún contratiempo y alguna injusticia puntuales, pero al final siempre, siempre ganan los mejores. No es bueno acostumbrarse a buscar excusas para tapar nuestros errores. Pero, en cualquier caso, nos parece una idea estupenda esa liguilla vuestra y le deseamos mucha suerte a tu equipo… y que, gane, claro, el mejor.

Querido Akakiloko: Queremos contarte que la gente no cuida las calles. El otro día fuimos desde el colegio hasta la Biblioteca pública de la Palma y contamos ¡167 cacas de perro! Y nosotras pensamos que no cuesta mucho llevar una bolsita para recogerlas. Es una pena que Málaga esté tan sucia. ¡167 cacas en tan corto trayecto! Habría que denunciar a toda esta gente. Marta Real e Irene Fernández, 5º

Queridas Marta e Irene: Gracias por proporcionarnos este sorprendente resultado de vuestro trabajo de campo. Y agradeceros que, en lugar de contemplar el paisaje urbano o admirar a los chicos o chicas de buen ver, os dedicarais al desagradable menester de contar mierdas. Sí, mierdas, ¿para qué andarnos con zarandajas? Porque esto nos da ya prueba científica y contrastada del insoportable nivel de suciedad que padece esta ciudad que tanto quiere venderse al turista y forastero. Es cierto que la gente es muy puerca. Pero el Ayuntamiento tampoco limpia lo suficiente. En la puerta de una calle del centro histórico, donde vive uno de nuestros redactores, una enorme cagada congregó moscas durante una semana completa. Y claro, como las calles están hechas un asco, la gente ensucia con más facilidad. Es un círculo vicioso. Viajar a Sevilla o a Barcelona, por poner dos ejemplos, demuestra que una ciudad puede estar limpia. ¿No es hora de que nos pongamos las pilas y empecemos todos a hacer algo también aquí?

David, 3 años

Ana, 4 años

Pedro, 4 años

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Noa, 3 años


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Querido Akakiloko: Tengo dos preguntas sobre el colegio. ¿Cuándo van a terminar el gimnasio? ¿Por qué la comida del comedor está tan mala? Todos los niños queremos hamburguesas, perritos y cosas de esas. Rubén Cortés, 3º B

Querido Rubén: Comprendemos tu impaciencia por disfrutar finalmente de un gimnasio como Dios manda, pero quizás ya no tengas que esperar tanto. Como ves, las obras de ampliación ya han empezado y llevan un buen ritmo. Siendo optimistas, quizás durante el próximo curso pueda empezar a utilizarse. Y si no, para el otro, je, je… Tú tienes suerte, estás todavía en tercero y seguro, seguro, que antes de que dejes el cole habrá gimnasio. Respecto al comedor, Rubén, podemos entender que desees un menú más bueno, porque siempre hay posibilidades de mejorarlo todo, hasta la carta del Bulli. Pero, chiquillo, que pidas hamburguesas, perritos y cosas de esas…. A ver, eso no es comida. Eso son pecados alimenticios que si cometemos de vez en cuando, y luego nos arrepentimos con propósito de enmienda y no volvemos a pisar una hamburguesería durante un mes, pues es soportable por nuestro sufrido cuerpo. Pero no olvides que para crecer sanos, fuertes y guapos, lo más importante es –aparte de algo de ejercicio- lo que comemos. Una dieta variada de carne, pescado, frutas y verduras, con poquitos azúcares y escasas grasas. Así que ya sabes, a pedir dieta sana en el cole. Los pecados que te gustan para algún que otro día en el finde. Pero cuantos menos mejor.

Querido Akakiloko: A mí me gusta mucho la revista, porque es muy completa. Pero tengo curiosidad por saber qué significa “Akakiloko”. ¿Podríais decírmelo? Salvador Espejo, 6º

Querido Salvador: ¿Quieres creer que se nos ha olvidado? Hace ya tanto tiempo que nació la revista y nuestra memoria es tan mala, je, je, je… Bueno, la verdad es que no te lo queremos contar. Sí te diremos que surgió de la combinación de partes de dos posibles nombres propuestos por dos antiguos compañeros de sexto. Lo que nos gusta del nombre es que suena bien. Aka-Ki-lo-ko. Dilo despacito y te relaja. Dilo rápido y te pone en marcha. Repítelo muchas veces y flipas. A-ka-ki-lo-ko. ¿A qué funciona? Además puede significar muchas cosas, casi las que tú quieras. Pero todas divertidas, nerviosas, atrevidas, modernas… ¿No? Pues eso. ¿Para qué estropearlo buscándole un significado? Akakiloko es una de esas palabras mágicas que dicen lo que tu desees. Ahí es nada.

Emma Fernández, 1ºB

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Roberto, el niño que perdió la sonrisa

Roberto es un niño feliz de 6 años, que vive solo con su madre y un perro pequeñito que se llama Lucas, en un pueblo a orillas del mar. Un lunes se levantó como siempre para ir al colegio, se miró al espejo y vio con sorpresa que no podía sonreír. Esto era muy extraño, porque Roberto era

un

niño

muy

alegre.

¿Qué

dirían

ahora

sus

compañeros del cole y la señorita Marta cuando le vieran llegar con esa cara de pena?

Miró debajo de la cama por si la sonrisa se hubiera caído Marcos Díaz, 1ºA

durante una pesadilla por la noche. Pero no estaba. Subió

al desván, donde mamá guarda las cosas que ya no usan, para ver si había alguna sonrisa vieja que pudiera llevar mientras encontraba la suya. Pero no encontró nada. Hasta buscó detrás del espejo, sin hallarla.

En el colegio todos le preguntaron qué pasaba, por qué estaba tan triste. Y Roberto no supo qué responder. La señorita Marta intentó alegrarlo, sin conseguirlo. De vuelta a casa, pensó que quizás la había perdido el sábado en el parque y fue a buscarla entre los columpios. También se subió al tobogán. Puede que hubiera volado mientras se deslizaba velozmente y quizás la recuperara al tirarse de nuevo. Pero no.

Ya estaba con ganas de llorar, cuando recordó que el domingo había chapoteado muy alegremente en la playa con Lucas. ¿Se habría ahogado su sonrisa en el mar? Corrió con mamá hasta la playa y, sin ponerse siquiera el bañador, se tiró al mar y nadó y nadó, y buceó y buceó… Hasta que por fin salió del agua riendo alegremente y Lucas no paraba de ladrar de contento. Roberto había recuperado su sonrisa. No sabía cómo, pero lo importante es que volvía a ser el niño feliz de siempre. Rodrigo Ruiz, Antonio de la Jara, Marina Gil y toda la clase de 1º A

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Antonio de la Torre, 1ยบA

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Jules Verne (1828–1905) Para ver mundo como grumete, a los once años se fugó de casa, pero fue pronto localizado y devuelto a sus padres. Y cuentan que, avergonzado por el fracaso de tan corta aventura, se prometió a sí mismo viajar ya solo con su portentosa imaginación. En más de 80 libros nos llevó a todos los rincones del planeta, a su propio centro, al fondo del mar y hasta la mismísima Luna. Con una fantasía desbordada, el novelista francés soñó nuestro mundo y el venidero, en aventuras imposibles (La Vuelta al Mundo en 80 días, Viaje al centro de La Tierra, 20.000 leguas de viaje submarino, De la Tierra a la Luna, Miguel Strogoff, Los hijos del Capitán Grant…) que marcaron nuestra infancia y nuestro progreso. Porque, como solía decir, “todo lo que alguien imagina, otros podrán hacerlo realidad”. Visionario entusiasta, creyó en el hombre de esperanzas exageradas, de las que surge siempre todo lo grande. B. Mesa

C.E.I.P. José Moreno Villa (Málaga)

www.juntadeandalucia.es/averroes/morenovilla/index.php

Tel-Fax 951 29 87 69-70

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morenovilla@gmail.com


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