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VOLVER A LAS FUENTES PARA UNA ESPIRITUALIDAD EN LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO DE VALENCIA (Palabras pronunciadas del Pbro. Luis Manuel Díaz en el Paraninfo de la Universidad de Carabobo, en ocasión del 397º aniversario de la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro de Valencia, el 18 de mayo de 2013) INTRODUCCIÓN Manifiesto mi más profundo agradecimiento a la honorable directiva de la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro de Valencia por esta honrosa invitación, la cual he aceptado con prontitud por ser miembro de esta Iglesia diocesana, y quizás sea esto mi único mérito de estar en este recinto. Dios me ha permitido desarrollar mi vocación sacerdotal en esta Iglesia que amo entrañablemente; y quiero aprovechar en esta ocasión tan grata de compartir y festejar con ustedes nuestra fe en el Espíritu Santo y la devoción a nuestra Madre Santísima, la Madre Jesús, en la valenciana advocación del Socorro. En el marco del Año de la Fe, proclamado por Su Santidad Benedicto XVI, resuena hoy más que nunca lo que imprimió el concilio Vaticano II a la Iglesia contemporánea: el regreso continuo a las fuentes para alcanzar una profunda renovación de fe, como principio y condición indispensable para vivir una verdadera espiritualidad cristiana. Es una nueva experiencia de fe que puede y debe iluminar toda nuestra existencia, en el quehacer eclesial y en el compromiso social. Permítanme recordar unas palabras del teólogo jesuita Karl Rahner, quien profetizó en su tiempo, acerca de la crisis apremiante de la espiritualidad cristiana en el mundo moderno: “El hombre religioso de mañana será un místico, una persona que ha experimentado algo, o no podrá seguir siendo cristiano... El cristiano de mañana será místico o no será cristiano”. Entiendo que ser místico es tener una experiencia de fe, vivida y decidida por la persona de Jesucristo; porque ser cristiano es tener una conciencia mística; es decir, reconocer que en mi vida cristiana es una vivencia plena en el Espíritu Santo, y como miembro de la Iglesia es sentirme que soy guiado por el mismo Espíritu. Para esto se requiere en nuestros días, un nuevo encuentro con Jesucristo, vivo y resucitado; y esto es lo místico, una nueva experiencia espiritual. La palabra “espiritualidad” evoca una relación directa al Espíritu, a la Persona del Espíritu Santo, el Espíritu del Hijo y del Padre. La espiritualidad es la vida según el Espíritu. La espiritualidad cristiana es la experiencia de fe en la vida del creyente. El mundo de hoy, reclama nuevos heraldos del evangelio con una conciencia cargada de espiritualidad, con plena identificación con Cristo y su Iglesia.