En el contexto actual de crisis climática, las soluciones deben surgir desde el campo. No solo porque la agricultura es uno de los sectores más afectados por las sequías, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad, sino porque también puede ser parte esencial de la respuesta.
Entre las herramientas más accesibles y poderosas están las tecnologías regenerativas como la composta y los bioles. Estas alternativas, basadas en procesos naturales, permiten restaurar la fertilidad del suelo, incrementar su capacidad de retención de agua y fortalecer la microbiología que sustenta los cultivos. Todo ello sin depender de insumos químicos que, además de costosos, pueden deteriorar a largo plazo la salud del suelo.
Impulsar estas tecnologías no es una nostalgia por lo tradicional, sino una apuesta por la innovación que entiende la agricultura como un sistema vivo. La producción de composta a partir de residuos orgánicos o la aplicación de bioles fermentados puede parecer simple, pero representa un cambio profu