Agrocontratistas FACMA #87

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La revista de FACMA. Edición N°87| Julio-Agosto 2025

El maíz juega sus fichas alternando buenos y no tan buenos indicios

Humedad, mercado, inversión y financiamiento, son los temas que pone en juego y baraja el productor para decidir la implantación inminente del cereal. Luces y sombras en una campaña que promete.

ACTUALIDAD:

Por qué es rentable invertir en agricultura de precisión para el manejo sectorizado de nutrientes. Beneficios y acortamiento de brecha de rindes.

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MANO A MANO: Nelson Lambertini, presidente de Mainero, habla de sus pasiones más allá del campo y dice: “El desafío es adaptarse al nuevo escenario”.
FICHA TÉCNICA: Radiografía del neumático Prometeon SX Serie 02 para pulverizadores autopropulsados. Alta capacidad de carga y baja compactación.

Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas

Organización que surge de la unión y los intereses comunes de seis asociaciones y centros de contratistas rurales diseminados en la geografía de nuestro país.

Junto a los que trabajan la tierra. La revista que llega de forma directa a su máquina, a su casilla, a su campo.

Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas Fray Luis Beltrán 1949 - (S2170) Casilda | Provincia de Santa Fe | Argentina. Tel. 0054 - (03464) - 422541 | 425358 | 426234 info@agrocontratistas.com.ar www.facma.com.ar

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AVIZORANDO LA CAMPAÑA 2025/26

El

maíz

juega sus fichas alternando buenos y no tan buenos indicios

Humedad, mercado, inversión y financiamiento son temas que pone en juego el productor para decidir la implantación del cereal.

“Hay

Si, es cierto. Para cosechar el maíz 2025/26 falta casi un año. Pero las decisiones de siembra van a comenzar a tomarse las próximas semanas. Sobre todo, claro, el maíz primicia (cada vez se hace menos, pero hay). Y juegan muchos factores a la hora de tomar esa decisión: humedad, mercado, inversión, financiamiento y también, por qué no, agronomía (la necesidad de incluir al cereal en la rotación). Eso pensando sólo en maíz, pero también hay que comparar todas esas alternativas respecto de la soja y, en algunas zonas (aunque en menor medida), versus sorgo y girasol. En eso están los productores y también los contratistas (muchos también siembran) que están en gatera, organizando su grilla 2025/26. Arranquemos por el clima, y después de un mes de julio de los más llovedores de los últimos 40 años en la zona núcleo esa es una buena noticia. Es

un momento excepcional en cuanto a disponibilidad hídrica. A su vez, el anuncio de la baja de retenciones de 12 a 9,5% compone otro aliciente. Al cierre de esta nota, no obstante, “pateaban” en contra los precios, con caídas a partir de una superproducción en el corn belt norteamericano con una estimación del USDA (el Departamento de Agricultura yanki) de 426 millones de toneladas cuando se esperaban menos de 415 Mt. “Hay maíz para tirar al techo”, dicen los analistas. Habrá que ver cómo sigue jugando esa película.

Se espera que mejoren las dosis de fósforo y nitrógeno para apostar a mejores potenciales.

Volviendo a las expectativas positivas, la Bolsa de Comercio de Rosario habló de la posibilidad de que los productores aumenten la fertilización en un año en que hay una gran

oportunidad agronómica. “La intención de siembra de maíz en la región se sigue estimando un 17% de aumento interanual”, dijeron. Se espera que se mejoren las dosis de fósforo y nitrógeno para apostar a mayores potenciales de rindes. La evolución de los precios de los fertilizantes, en especial del fósforo, será un factor clave a la hora de decidir el paquete tecnológico”, expuso la BCR.

Más valor al maíz

¿Qué pasaría si los recursos que se van por retenciones al maíz quedaran en el sector? La cadena de valor aumentaría la facturación en USD 5.000 millones, el efecto multiplicador sería equivalente a 170.000 viajes en camión y se incorporarían 29.500 empleos directos por año: una “ciudad de demanda laboral” similar a la población de Trenque Lauquen. Este resultado es el que devolvió el modelo de simulación de sistemas complejos desarrollado en

maíz para tirar al techo”, dicen los analistas sobre el último reporte del USDA sobre la cosecha norteamericana..

la cátedra de Agroindustria del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Este simulador fue alimentado con nuevos interrogantes durante el panel “Del teosinte a la transformación integral del maíz”, que protagonizaron el profesor de la UBA Roberto Bisang y los profesores del ITBA Ricardo Negri y Juan Cardini y el ingeniero industrial Felipe Galia. “El teosinte es el tatarabuelo del maíz, hace 7.000 años se domesticó, iniciando una gran historia de descomoditización que queremos profundizar en los próximos 70 años, pensándolo como eje de un desarrollo industrial”, presentó Bisang.

Si bien la Argentina tiene una cadena de valor maicera muy importante, hay mucho por recorrer todavía para agregar valor. Bisang explicó que actualmente el 62% del maíz se exporta como grano, mientras sólo el 38% se destina al consumo interno, para su transformación en distintas etapas, como la alimentación animal, la industrialización y la producción de energía.

“Somos un caso notable a nivel internacional, por default, porque la mayoría de los paí-

ses maiceros transforman la materia prima para atender sus consumos”, explicó. Aun así, en términos de grano, la Argentina está manufacturando unos 21 millones de toneladas. Una demanda “relativamente fija”, ya que se trata de consumos consolidados. “El que agarra 6 kilos de maíz y los convierte en 3 kilos de pollo en 39 días hace una transformación industrial casi superior a la de otros procesos manufactureros”, remarcó.

Pero la valorización del maíz va más allá del grano. “Nos queda la planta, que se utiliza para lechería, y el rastrojo, que tiene valor, pero hay que explotarlo”. “No hay un solo maíz sino múltiples oportunidades de incluir gente”, enfatizó el investigador. Para contestar esa pregunta, el ITBA desarrolló un sistema que permite predecir “de manera precisa y robusta” qué se podría desarrollar industrialmente a partir del maíz, utilizando un modelo de simulación matemática. Felipe Galia explicó que esta herramienta permite visualizar a la cadena como “un sistema de tanques y cañerías”, susceptible de ser medido a través de distintos parámetros.

Al aplicarlo a distintas empresas o desarrollos industriales, se pueden ver los resultados en todas las posibilidades de transformación del maíz, en seis etapas: la hoja de la planta, la producción primaria, la molienda seca, la molienda húmeda, el bioetanol, la segunda transformación industrial de la molienda húmeda y de la molienda seca, y por último, cómo llega al consumidor.

Ricardo Negri explicó que el cultivo de maíz es “el más industrializable” de todos, y, al mismo tiempo, “todos los caminos conducen a agregarle valor”.

Juan Cardini, también del ITBA, señaló que, en su actual estado, la cadena factura USD 28.000 millones, tiene un efecto multiplicador que puede ser medido en 2 millones de viajes de camión por año, la ocupación en forma directa es de 160.000 personas y el aporte a los derechos de exportación es de USD 760 millones.

Como primer ejercicio, el especialista modificó el cuadro simulando que la Argentina exportara casi en su totalidad el grano que produce, es decir, que no industrializara lo -

Hay muchas oportunidades para el maíz.

calmente. Y surgió que todas aquellas variables decaerían en forma significativa: 42% en valor y 46% en empleo, por caso. Luego simularon, a la inversa, qué ocurriría si casi todo se industrializara en el país, como en Estados Unidos: el resultado es que habría un aumento del 38% en el valor de la producción y del 80% en la ocupación. La inversión generada sería superior a los USD 13.000 millones.

¿Y sin retenciones?

Los investigadores calcularon también qué pasaría si el monto transferido al fisco por retenciones quedara en la cadena. Para ello estimaron el valor pagado por DEX en cuatro años: unos USD 3.300 millones, y lo “devolvieron” en la proporción que hoy ocupa cada eslabón. El resultado es que la facturación de la cadena se elevaría un 17%, equivalente a unos USD 5.000 millones, con un efecto multiplicador de 170.000 viajes en camión y un crecimiento de 29.500 puestos de trabajo. “En cuatro años la cadena le devuelve a la economía las retenciones que le quitaron”, explicó Negri. Bisang hizo hincapié en el impacto territorial de avanzar en la industrialización del maíz. “El país federal no es venir a pedir plata a Buenos Aires, sino anclar estructuras productivas en el interior”.

Oportunidades internacionales

Es interesante evaluar también las oportunidades y desafíos que surgen de los mercados internacionales para una mejor inserción en cadenas

globales de valor. Maximiliano Moreno, director del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), hizo una caracterización de los principales actores del sector. “En los últimos 22 años, el comercio exterior agroindustrial creció 4,7 veces, pasando de u$s 360.000 millones a u$s 1,8 billón”, dijo. En ese aumento, los cereales tienen un papel destacado: detrás de las frutas y las verduras, son el segundo gran sector comercializado a nivel mundial.

Dentro de las exportaciones de cereales, el maíz es el producto más comercializado. “Da cuenta del 42% de las exportaciones, seguido por el trigo y el arroz”, señaló. El otro elemento destacado es que es el producto que más está creciendo en comercio internacional: en los últimos 22 años, subió 154%, muy por encima de los otros cereales.

Las exportaciones globales de maíz suman 195 millones de toneladas por año, altamente concentradas en cuatro países:

Estados Unidos, Brasil, Argentina y Ucrania. Las importaciones están más repartidas, está más desconcentrado el mercado de importación.

Moreno señaló que entre los 58 principales actores comerciales a nivel mundial, la ayuda que recibe la agricultura creció significativamente del 2000 al 2023, pasando de poco más de u$s 300.000 millones a u$s 842.000 millones, equivalente a un PBI y medio de la Argentina.

La intención de siembra se estima en un 17% de aumento interanual según la BCR.

“Esta tendencia había empezado a bajar a partir de 2013, pero en el 2020 se volvió a disparar por efecto del Covid”, indicó. El 70% de los subsidios está explicado por la Unión Europea, Estados Unidos, China y Japón. Pero cambió la distribución: China, con el 45%, desplazó a la UE, que ahora representa el 15%. El maíz es uno de los

“El cultivo de maíz es el más industrializable de todos”, dice Ricky Negri.

productos más subsidiados. “El 16% de los ingresos de un productor a nivel mundial son subsidios del Estado”, resaltó Moreno. Solo hay tres países con apoyo negativo al productor: India, Vietnam y Argentina, que tiene un apoyo negativo del 10%. Por otro lado, Moreno señaló que el crecimiento de la población, un factor clave para el mercado, pasó del 1% al 0,8% anual. Y entre los países deficitarios en la producción de alimentos, que van a necesitar importar para satisfacer la demanda interna, citó a África subsahariana y la India.

Nuevas reglas globales

María Marta Rebizo, gerente de Asuntos Económicos y Comerciales de CIARA-CEC, habló sobre el cambio de reglas de juego que nació el 2 de abril de 2025, con la puesta en marcha de los nuevos aranceles para el comercio dispuesto por Estados Unidos, y los que está negociando el gobierno de Donald Trump en forma bilateral con

diferentes países. “Estamos en medio de una guerra comercial que posiblemente cambie las reglas de comercio internacional. Posiblemente, lo que se negoció en el GATT y la OMC ya no corra y venga un nuevo mundo con nuevas reglas de comercio”, subrayó.

Precios pisados y bajando por superproducción de EE.UU. con 426 Mt en vez de 415 previas.

En este contexto, “las importaciones mundiales de maíz cayeron 7%, explicado por las importaciones de China y Canadá, dos países que compraban mucho en Estados Unidos”. Es que el mundo para el maíz cambió. Ahora, el que se ve liderando la demanda de maíz es el sudeste asiático. Si bien la Argentina está muy bien posicionada, mejor que Estados Unidos, Rebizo advierte que eso no deja de ser una amenaza, porque Estados Unidos va a negociar con todos esos países. ¿Cómo encuentra este cambio a la Argentina? La producción de maíz creció mucho con la eliminación de las cuotas de exportación y la baja de retenciones. Hoy el maíz es el producto que más diversificada

tiene la oferta exportadora. Llega a 100 países, aunque el 90% va a 13 mercados. Sobre los desafíos, Rebizo dijo que hay que cuidar los mercados en los que hoy tenemos una buena participación. El Sudeste asiático podría estar en la mira de Estados Unidos. Es preciso mantener una diplomacia activa con misiones de alto nivel a esos mercados, y negociar acuerdos de preferencias comerciales para asegurar esos destinos. También resaltó la importan -

Si no hubiese retenciones estiman que aumentaría la facturación en USD 5.000 millones.

cia de hacer gestiones en India para que permita la importación de OGM. Estados Unidos podría ser un aliado. Buscar un esquema como el europeo, promocionar la fortaleza del sistema regulatorio. Además, propuso no descuidar mercados en crecimiento como Egipto y el norte de África. “Este nuevo mundo necesita de más y mejores negociaciones entre países, que permitan consolidar lo ganado y abrir nuevas oportunidades”, concluyó.

Entre los desafíos Rebizo dijo que hay que cuidar los mercados.

Actualidad

EN EL MARCO DEL SIMPOSIO DE FERTILIDAD

El desafío de invertir en agricultura de precisión para el manejo sectorizado de nutrientes

Los expertos llamaron a seguir apostando con tiempo y recursos para detectar necesidades e insuficiencias nutricionales y aplicar milimétricamente.

“Trabajar con precisión mejora la fertilización”, coincidieron un grupo de expertos y manifestaron que hay que intensificar los desarrollos orientados a mejorar el relevamiento de datos e interpretaciones más precisas para la toma de decisión de un manejo de nutrientes que aborde la variabilidad real. Partiendo del consenso de que hay que profundizar el trabajo en promoción de la Agricultura de Precisión, Ricardo Melchiori (EEA INTA Paraná) moderó el panel que reunió a Agustín Pagani (Clarion) y Steve Phillips (Universidad estatal de Oklahoma), referentes en ensayos que trabajan con la variabilidad de los ambientes y con todo lo nuevo en el uso de imágenes, bases de datos y ma -

nejo sitio específico de la nutrición. Antes que nada, Ricardo Melchiori (EEA INTA Paraná) enmarcó qué es la Agricultura de Precisión (AP): “Esencialmente es una estrategia de gestión y no hay duda de que trabajar con precisión es mejor”, dijo. Pero advirtió su preocupación respecto del nivel y ritmo de adopción de las tecnologías.

“A inicios de los ‘90 nos parecía una locura tener información georreferenciada del lote, algo que creció inicialmente rápido, pero desde entonces los desarrollos no se adoptan ni generalizan tan rápido”, sostuvo. La Red de Agricultura de Precisión (RAP) lleva 20 años desarrollando información principalmente desde dos aproximaciones: categorizar

los lotes en información segmentada a partir de muestreos, y desarrollar prescripciones de manejo de sitio específico para tomar decisiones en torno a la variabilidad.

En este sentido, Melchiori indicó que “la mayor parte de los desarrollos de AP tienen que ver con la maquinaria y software, aunque el grueso de la información se utiliza de manera descriptiva”, y agregó que “todavía tenemos mucho por hacer en caracterización de la variabilidad, en capacitación de las personas que manejan las maquinarias y en la calidad de la interpretación de los datos”, detalló Melchiori. En esta línea sostuvo que “la mayoría de las plataformas no tienen la forma de llevar la información descriptiva a la prescripción de manejo basada en la variabilidad”.

La mayor parte de los desarrollos de AP tienen que ver con la maquinaria.
Ricardo Melchiori, INTA Paraná.

Agustín Pagani hizo un recorrido por diferentes ensayos en regiones diversas de Argentina y de Uruguay, evidenciando el comportamiento de distintas variables y su interacción. Al respecto advirtió: “Hacer AP no es poner imágenes satelitales y encimar capas para tener información, es el entendimiento cuantitativo de la variabilidad, es entender e interpretar la manera en que las variables se relacionan y su comportamiento en el lote ante diversas estrategias de fertilización”, detalló. En esta línea recomendó no basarse solamente en categorías generales, sino abordar las situaciones entre esas grandes categorías, porque allí es donde se dan complejidades interesantes. “Leyendo la misma información podemos hacer interpretaciones diferentes según el contexto de análisis de las heterogeneidades ambientales”, precisó.

Pagani comentó que “está bueno pensar que no siempre conviene acoplar la fertilización con nitrógeno a los lotes con mayor rendimiento”, de

hecho, prosiguió, “hemos encontrado respuestas muy interesantes en lotes con bajo rendimiento muy por encima incluso a las respuestas de los lotes con mayor rendimiento”.

¿Qué ven en Estados Unidos?

Finalmente, Steve Phillips repasó los datos de una encuesta realizada para relevar el interés de los productores americanos en la AP y aplicación de dosis variable de nutrientes; también la visión de los vendedores en torno a las tendencias relacionadas con estas tecnologías en su país.

Pagani: “Hacer AP es entender e interpretar la variabilidad y establecer estrategias”.

Según detalló el consultor, los datos relevados muestran que existen barreras para la adopción de la aplicación de dosis variable, por ejemplo, porque les resulta difícil calcular el retorno de la inversión, pues la eficiencia es relativamente pequeña, lo que lleva los productores a cuestionar la tecnología.

En este escenario, si bien pueden trabajar con multicapas de información, no están desarrollando recomendaciones de alta resolución.

Al respecto, el investigador señaló que “en general no se llevan registros a nivel de las respuestas a ciertos nutrientes, por ejemplo, nitrógeno, potasio y fósforo y, aunque no observamos mucha variabilidad, los productores piensan que las dosis variables van a eliminar esa variabilidad”. En esta línea agregó que “asumimos erróneamente que vamos a tener

un mejor rinde y esta no es la intención de la AP, sino lograr un manejo de cada área del campo para llevarlo a su máximo potencial”, sostuvo Phillips.

Con este enfoque, el consultor señaló que en Estados Unidos “los productores todavía no asocian la relación causa y efecto con la variabilidad espacial”. Y con respecto a la interpretación de los resultados analíticos y el aporte de recomendaciones, indicó que “lo que tenemos es fertilización a una alta resolución y aplicación de precisión con múltiples nutrientes o combinación de productos”. Sin embargo, reveló que aún no tienen la capacidad de crear mapas de aplicación a un nivel intra lote, lo que representa uno de sus principales desafíos.

El mensaje final del panel fue unánime: la agricultura de precisión tiene mucho margen para crecer. Los disertantes se manifestaron a favor de continuar profundizando los desarrollos y ampliando los ensayos por ambientes dentro de un mismo lote, contemplando categorías de análisis que posibiliten abordar las variabilidades en toda su complejidad.

Steve Phillips, consultor de EE.UU.
La AP tiene mucho para crecer.

BIOETANOL

Dicen que subir el corte en la nafta al 15% generaría inversiones inmediatas

Los beneficios del bioetanol, su crecimiento en el mundo y las perspectivas en la Argentina. Dicen que llegarían inversiones de USD 400 millones. ¿Cuánto podría potenciarse el cultivo?

El futuro es ya mismo. La tecnología está, pero, al menos en Argentina, faltan políticas que acompañen ese futuro. Hablamos de bioetanol, y una voz autorizada es Beatriz Pupo, representante del Mercosur Council del US Grains Council y ubicada en Brasil, quien ofrece una perspectiva global sobre el bioetanol. Destacó que, en los últimos cinco años, la producción mundial ha crecido casi un 4% promedio anual, y alcanzó casi 120.000 millones de litros, muy concentrada en Estados Unidos, Brasil, India y la Unión Europea, que suman aproximadamente el 90% del total.

“El éxito en estos países se debe a que fortalecen y ajustan sus mandatos de mezcla, mejoran sus metas de reducción de gases de efecto invernadero y ofrecen incentivos fiscales y financieros”, puntualizó.

A nivel mundial, el bioetanol representa hoy cerca del 6% del total de la demanda de gasolina, y Argentina tiene espacio para seguir creciendo y fortaleciendo sus políticas públicas, agregó la experta.

En Estados Unidos, la producción durante 2024 fue récord: 61.000 millones de litros, una cifra mayor que el consumo. Esto generó un remanente que impulsó las exportaciones, que también alcanzaron un récord: 7.000 millones de litros, con Canadá y Europa como destinos principales.

En Estados Unidos se están cumpliendo 20 años del estándar de combustibles renovables (RFS), que ha generado gran valor para la cadena agrícola en ese país. La tasa de mezcla actual en el país es del 10,4%, y la industria estadounidense opera a un 86% de su

capacidad, con potencial para aumentar la producción. “El uso de etanol también ofrece beneficios económicos para los consumidores: en promedio, fue 16 centavos de dólar por litro más barato que la gasolina en 2024, con picos de mayor diferencia”, destacó Pupo.

Las ventas de mezclas más altas en el mercado estadounidense, como E15 (15% etanol), alcanzaron un récord de 5.000 millones de litros en 2024, impulsadas por el aumento de estaciones que lo ofrecen y permisos de venta extendidos, incluso durante todo el año en algunos estados. “El E85 también ha visto ventas récord, superando los 400 millones de litros en 2024, lo que muestra que, cuando el precio es favorable, las ventas aumentan”, agregó la especialista.

“Se estima que en Brasil se transforman alrededor de 20 Mt de maíz en etanol”.

Brasil también es una locomotora en producción de bioetanol. Pupo indicó que la zafra 2024/2025 marcó un récord de producción –casi 35.000 millones de litros–, impulsado fuertemente por el etanol de maíz. Este protagonismo se debe a que las plantas de caña de azúcar están priorizando la producción de azúcar. “Esto marca un cambio de paradigma: el etanol de maíz

Bioetanol, el presente (futuro) con mucho para crecer en Argentina.

es el motor del crecimiento del consumo de etanol en Brasil. La producción de etanol de maíz superó los 8.000 millones de litros en 2024 (+23%) y se espera que supere los 10.000 millones en 2025 (+24%), mientras que la producción de etanol de caña caería 8%”, comparó. Se estima que en Brasil se transforman alrededor de 20 millones de toneladas de maíz en etanol. Aunque hoy el etanol de maíz es el 20% de la producción total en Brasil; la expectativa es que alcance el 40% en cinco años.

Panorama argentino

Antonella Semadeni, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), le puso cifra al negocio del bioetanol en la Argentina, presentando cinco aportes socioeconómicos que genera esta industria más allá de la transición energética, que actúan como motor de desarrollo local, regional y nacional. Aporte tributario: incrementa los ingresos fiscales al agregar procesos industriales. La cadena genera una recaudación anual de USD 184 millones (considerando fase primaria e industrial). Los principales impuestos son IVA (61%), Ganancias (26%) y Débitos/Créditos (5%).

El sector está exento de impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al CO2, pero aun así su balance fiscal es superavitario, al aportar más de lo que deja de pagar por estas exenciones. “La exención impositiva beneficia al consumidor”, agregó Manuel Ron.

Ahorro de divisas: la producción y uso del combustible

renovable reduce la importación de naftas, lo que mejora el balance fiscal. El ahorro actual es de USD 410 millones anuales, reduce el gasto en nafta importada en un 35%. Si se produjera al 100% de la capacidad instalada y se incluyeran inversiones proyectadas, el ahorro podría acercarse a los USS 600 millones.

Generación de empleo: la cadena genera 5.125 puestos de trabajo, 57% en la fase primaria y 43% en la industrial. El empleo abarca campo, transporte, almacenamiento, insumos y servicios anexos, a lo largo y ancho del país, dinamizando pueblos y provincias.

Valor agregado: la cifra proviene de procesar el maíz en lugar de exportarlo como materia prima. El paso del maíz al bioetanol amplía su valor en un 40%, y equivale a un valor agregado anual de USD 164 millones.

Inversiones: entre 2020 y 2024 se generaron USD 88 millones en inversiones.

De cara al futuro, Semadeni también presentó escenarios de aumento del corte de bioetanol. Un corte del 27,5% (similar a Brasil) implicaría desde el 12% actual; “generaría un aporte tributario adicional de USD 400 millones (en total, USD 590 millones), valor agregado adicional de cerca de USD 300 millones, un ahorro de divisas cercano a USD 1.100 millones y la generación de más de 14.000 puestos de trabajo (9.000 extra). Demandaría 5,3 millones de toneladas de maíz (10% de la producción nacional), 3,4 millones extra.

“El desarrollo del bioetanol responde a múltiples objetivos estratégicos, y ejemplos como los de Brasil y Estados Unidos muestran que, con un marco regulatorio adecuado y políticas públicas, se puede seguir

La cadena de maíz genera muchos de los puestos de trabajo del campo.

desarrollando el sector, abasteciendo el mercado interno, sustituyendo importaciones e incluso generando un saldo exportador a futuro”, indicó.

Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, ubicó la importancia del bioetanol en el país en el contexto de la catástrofe ambiental y la necesidad de descarbonizar el transporte.

“Aunque se destacan los beneficios económicos y sociales, el contexto principal es el climático: la Argentina tiene un plan de transición energética que prevé un aumento del uso de etanol a un mínimo del 20%, y hasta el 27,5%, alineándose con Brasil”, destacó.

Entre las ventajas del bioetanol de maíz, marcó que provee de octanaje a las naftas de forma más barata que otras fuentes y es ambientalmente sustentable.

Además, en un círculo virtuoso, las plantas generan coproductos valiosos: burlanda (DDGS) a partir del almidón, utilizada para alimentar cientos de miles de animales, in -

tegrando energía y alimentos; CO2, que se trata y purifica para usos industriales; aceite de maíz para biodiesel u otras industrias, y vinaza para producir biogás y biometano. “Las plantas de etanol son centros de producción de energía y múltiples coproductos”.

Adam contrastó el modelo argentino con el de países como Estados Unidos y Brasil. Argentina, al igual que Ucrania, tiende a ser exportadora de materia prima, un modelo que describió como “empobrecedor”. Consideró “insólito” que Argentina solo destine el 3% de su maíz a la producción del combustible renovable, comparado con el 25% en Brasil (recién empezando con maíz) y el 25 a 40% en Estados Unidos.

“El etanol de maíz es el motor del crecimiento del consumo de etanol en Brasil”.

La propuesta de la industria del bioetanol de maíz incluye una suba del corte a un mínimo del 15% como primer paso; desregular el mercado, eliminando fórmulas de precio y cupos; buscar mayor competencia en la fijación de precios, quizás mediante licitaciones públicas; y asegurar que el precio no supere la paridad de importación. “No tengo dudas de que llevando el corte del 12,5 al 15% habría inversiones por USD 400 a 500 millones en el corto plazo, concretas, con nombre y apellido y localización concreta. Hace falta la voluntad política para hacerlo. Si este año tenemos la nueva ley, el año que viene se podría comenzar con el corte al 15%”.

Adam señaló una paradoja: en Argentina se fabrican y exportan a Brasil autos con motor flex fuel (capaces de usar etanol al 100%), pero aún no está autorizado venderlos aquí. Abogó por un mercado libre donde el consumidor pueda elegir su combustible, y dijo que la industria necesita mayor unidad para ser incluida en las mesas de decisión.

Ahorro de divisas: la producción de etanol reduce la importación de naftas mejorando el balance fiscal.

Detalló que, aunque el Gobierno es receptivo, esto aún no se traduce en avances concretos. Indicó que la industria, tanto de maíz como de caña de azúcar, está de acuerdo con las propuestas, como el proyecto del diputado Carlos Gutiérrez. Y sugirió que, si el avance en una ley integral se traba parlamentariamente, una salida podría ser impulsar una ley exclusiva para el bioetanol, dejando que el biodiésel, un sector más complejo, avance por su lado.

Patrick Adam, Dir. Cámara Bioetanol.
Antonella Semadeni, economista de FADA.

1. ¿CUÁL ES TU TAREA DIARIA, COTIDIANA EN LA EMPRESA?

Mi función principal es comandar estratégicamente, por un lado, las decisiones de la empresa en su conjunto, equilibrando intereses e ideas de accionistas y funcionarios, y particularmente dentro del área comercial, orientar al equipo hacia donde la empresa quiere dirigirse de cara al mercado.

2. ¿QUÉ DESTACARÍAS DE LO QUE HACÉS PARA MEJORAR Y FACILITAR EL CONTACTO CON LOS CLIENTES?

Principalmente, busco las herramientas necesarias para que los integrantes del equipo puedan contribuir con su trabajo en el logro de los objetivos comerciales, tratando de ser un facilitador de mecanismos de ventas y financieros útiles que puedan ser apreciados por los clientes, despertando su interés en nuestros productos.

3. ¿QUÉ RECOMENDACIÓN TÉCNICA HARÍAS SOBRE EL USO DE LOS PRODUCTOS QUE MÁS

VENDE LA EMPRESA?

No soy un profesional técnico, pero lo que sí entiendo, es que es sumamente importante y

“El desafío en nuestra industria esa adaptarse al nuevo escenario de país, mutar con éxito de la anterior forma de trabajar”

primordial en cualquier tipo de máquina destinada a la producción agropecuaria, una buena entrega técnica y el asesoramiento inicial en la puesta en marcha, para el correcto uso y aprovechamiento de las bondades del producto.

4. ¿CUÁLES SON LOS DESAFÍOS PARA LA EMPRESA, EL SECTOR Y/O TU ACTIVIDAD PUNTUAL?

En un contexto como el actual, donde las reglas de juego han cambiado rotundamente, es necesario un reacomodamiento de estrategias y de prioridades. Buscando la mejor manera de adaptarse al nuevo escenario, creo que el desafío en nuestra industria es justamente eso. Cómo mutar con éxito de una forma de trabajar a otra bastante diferente. Por supuesto que no todo esfuerzo que hagamos nosotros como empresa dará resultado si el Estado no entiende que existen variables que aún deben ser aggiornadas a la Argentina que tenemos hoy.

Fuera del surco

1. ¿Una película o serie que recomendarías?

“Cinema Paradiso”.

2. ¿Una aplicación que uses mucho?

Whatsapp e Instagram.

3. Si viajaras en el tiempo, ¿adónde irías y por qué o para qué?

Volvería a mi infancia, a vivirla nuevamente casi tal cual como fue la original.

4. ¿Una máquina? Cabezal maicero.

5. ¿Una tecnología que cambió la forma de hacer las cosas en tu actividad?

La conectividad en general fue transformador, hoy se suma cada vez más la Inteligencia Artificial.

6. ¿Un hobbie? El tenis.

7. ¿Qué otra profesión/actividad te hubiera gustado hacer si no estuvieras haciendo lo lo que trabajás hoy?

Si no hubiera orientado mi rumbo hacia la Administración de Empresas, posiblemente podría haberme vinculado a cualquier actividad relacionada al deporte.

MARCOS ARREGUY, INGENIERO AGRÓNOMO DE LA EMPRESA PERSAGRO.

Marcos Arreguy es Ingeniero Agrónomo, nacido hace 37 años en General Pico, La Pampa. Junto a su padre Carlos son socios desde 2015 y desde entonces están al frente de la empresa Persagro. Hoy cuentan con tres equipos de siembra y otros tres de cosecha.

1. ¿QUÉ GENERACIÓN DE CONTRATISTA SON?

Tercera generación de contratistas.

2 . ¿A QUÉ EDAD MANEJARON LA PRIMERA MÁQUINA?

Aprendí a manejar en un tractor, a los 14 años más o menos, nunca me voy a olvidar.

3. ¿CUÁL ES TU TAREA O ACTIVIDAD PREFERIDA COMO CONTRATISTA?

Hacemos las dos actividades para que a la gente le sirva y le rinda, pero me gusta más la cosecha.

4 . ¿CULTIVO PREFERIDO?

Soja y maíz, son fáciles de sembrar y cosechar, me gustan los dos.

5. ¿ALGUNA SERIE O PELÍCULA QUE TE GUSTE?

“Hoy cuesta conseguir gente responsable: es mucha plata en fierros y se necesita gente comprometida”

Películas de acción, comedias, y series: “La casa de papel”, “El abogado del Lincoln”.

6. ¿QUÉ DEPORTE TE GUSTA O GUSTABA MÁS PRACTICAR? ¿Y PARA VER?

Practiqué tenis y me gusta mucho ver a la selección, ver a Argentina jugar al fútbol.

7. ¿QUÉ TE GUSTA HACER UN DÍA DE LLUVIA EN PLENA COSECHA?

El día de lluvia, descansar. Este laburo es muy complicado, sin días ni horarios cuando hay siembra o cosecha. Se anda mucho, así que se descansa cuando llueve, esas son las vacaciones en este rubro.

8 . SI PUDIERAS VIAJAR SIN LÍMITE DE DINERO, ¿ADÓNDE TE IRÍAS, QUÉ LUGAR TE GUSTARÍA CONOCER?

Conozco Estados Unidos, y me gustaría recorrer Europa.

9. ¿TÚ LUGAR EN EL MUNDO?

Las sierras de Córdoba me gustan mucho.

10. ¿USAS REDES SOCIALES? ¿CUÁLES?

Si, Instagram y Facebook.

11. ¿CUÁL ES TU COLOR PREFERIDO DE COSECHADORA?

Verde de John Deere.

12. ¿SOS FELIZ COMO CONTRATISTA, POR QUÉ?

Soy feliz, sí. Se labura bien. Lo que sí, ha cambiado mucho todo en estos últimos años, la forma de trabajar y de manejarse, la gente… Hoy se pone muy difícil, si no es el tema de los empleados, es el tema de los ingenieros agrónomos o dueños de los campos.

13. ¿QUÉ DESAFÍO TIENE COMO CONTRATISTA?

Hoy lo más importante como desafío es el tema de la gente, el personal, también el tema de los ingenieros agrónomos y dueños de campos, que muchas veces te bajan mucho los precios, las formas de trabajar, no te cumplen o no te respetan la palabra, se pierde mucho trabajo. Los empleados tampoco cumplen, cuesta conseguir gente responsable. Es mucha plata en fierros y se necesita gente comprometida.

APORTES DE INDUSTRIALIZACIÓN

El maíz está en todos lados… ¡pero podría estar en más!

Esta en la carne y la leche, alimentos para mascotas, bebidas, papel, cartón corrugado, aderezos, bienes de cuidado personal, productos farmacéuticos, golosinas y muchos otros productos.

Los usos del maíz son casi infinitos. De los conocidos como la carne y la leche, el papel o productos farmacéuticos, todavía hay mucho para crecer industrializando en el país parte de lo que se exporta como grano. Sobre estos temas conversaron Magdalena Ferreira Lamas de Mars; Enrique Duhau, presidente de la firma Duhau; Roberto Domenech, de CEPA, y Mariano Tamborini, de Arcor.

La que fue tejiendo los testimonios fue la presidente de COPAL, Carla Bonito, quien destacó la vastedad de este ecosistema, desde la cantidad de productos, empresas y empleos que abarca, su participación en una amplia variedad de otras actividades e industrias y el espacio de crecimiento que todavía tiene para seguir “escalando la cadena”, mejorar la competitividad y la internacionalización de la economía argentina.

Magdalena Ferreira Lamas, gerente general de Mars South Latam, que tiene a su cargo las áreas de “Pets Nutrition” y Golosinas (con marcas como M&M’s y Snickers) contó el sorprendente fenómeno que está viviendo el área de alimentos para mascotas, incluso en un gigante como Mars, una empresa de origen familiar que tiene más de 120.000 asociados en todo el mundo y, en la Argentina, es un empleador importante en la zona de Mercedes (Buenos Aires), donde tiene su planta de elaboración. Ferreira Lamas contó que en la Argentina hay 32 millones de mascotas y en la región que cubre Mars South Latam el número se eleva a 92 millones. Siete de cada diez personas, contó, considera a las mascotas como miembros de su familia. En la Argentina el número de perros se mantiene relativamente estable, en unos 17 millones, pero creció el número de gatos, que demandan menos cuidados y salidas.

En todo eso, dijo, el maíz es clave, y a medida que crezca la categoría Pets Nutrition, más relevancia cobrará, por su rol nutricional y proteico. En concreto, proyectó que solo el área de mascotas de la empresa requerirá 950.000 toneladas de maíz para productos secos, en lata o snacks.

El mundo demanda sostenibilidad y calidad, explicó la ejecutiva, y en el área de mascotas eso incluye los pilares de seguridad, trazabilidad y control de microtoxinas, para asegurar altos estándares de calidad, teniendo en cuenta la “humanización” de las mascotas. Y lo que es hoy un requerimiento será en el futuro, un mínimo, una exigencia regulatoria. “Lo que queremos para mañana empieza en cómo hacemos las cosas hoy”, concluyó.

Carne y leche

Enrique Duhau, presidente de Duhau SA, que opera más de 130.000 hectáreas en el país, precisó que la empresa

La lista de usos para el cereal es larguísima y poderosa.
Magdalena Ferreira Lamas

produce leche hace más de 40 años y que en el último iniciaron la construcción de tres galpones de ordeñe robótico. “El maíz lo producimos en el mismo campo, porque es importante reducir el gasto logístico”, explicó. Recordó además que hace años la empresa montó un feedlot y tiene frigoríficos que exportan carne vacuna a más de 20 países del mundo. Duhau dijo que prefiere el término de “creación” al de “agregado” de valor, porque a veces -señaló- puede “agregarse” valor destruyendo valor, como el caso de la electrónica fueguina, que, dijo, arma celulares que se fabrican en otros países para venderlos al doble, triple o más de lo que cuestan en el país de origen. También consideró que no tiene sentido reemplazar aceites minerales con aceites vegetales, más costosos. Y aclaró: el caso del etanol es muy distinto, porque genera subproductos valiosos como la burlanda y sirve para mejorar el octanaje de las naftas. La Argentina, subrayó Duhau, necesita que las decisiones surjan de mercados abier-

tos y precios libres, y no de la decisión de los funcionarios. Al respecto, destacó el agregado o creación de valor a partir del maíz que se da en la carne bovina y de pollo, “que fructifican con la exportación”.

Para eso, es preciso un mejor acceso a mercados del exterior. La carne argentina, dijo, es de mejor calidad que la de Australia, pero Australia vende a China y a Estados Unidos con arancel cero, y a Japón con arancel bajo. Tienen mejor reputación. Nosotros producimos carne de mejor calidad que la australiana, pero esta entra a China y a Estados Unidos con arancel cero, mientras la Argentina debe pagar 20% para entrar a la Unión Europea, 35% en Estados Unidos (superado un mínimo cupo libre) y a Japón ni siquiera puede entrar.

Duhau: “Argentina necesita que las decisiones surjan de mercados abiertos y precios libres, no de funcionarios”.

Sucede, contó, que Australia tiene Tratados de Libre Comercio (TLCs) con más de 50 países, incluidos los tres que signó en el último año con Gran Bretaña, la India y Emiratos Árabes; la Argentina, ninguno. Una traba es la pertenencia al Mercosur, que por ser una Unión Aduanera requiere el sí de todos los socios para que cualquiera de ellos firme un TLC.

Duhau consideró la exportación de carne como una “oportunidad” de creación de valor para el maíz. Antes, dijo, vendíamos carne a un frigorífico o granos a un trader, pero no

había trato con el consumidor final. Esto cambia al convertir el grano en carne. “Fuimos a muchos países a preguntar qué tipo de producto querían: hoy hay demanda de carne con mucha grasa intersticial, marmolada. Hoy dicen que los malos son los carbohidratos”, señaló. Su empresa hoy produce carne “de calidad, marmolada”, para exportación, con una dieta de alta energía “con maíz”. Acercarse a los clientes, averiguar qué consumen, dijo, “fue un cambio fenomenal en el negocio”.

Repunte de la avicultura

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), reseñó el desarrollo de la avicultura en el país, que nació en 1961/62, cuando se importaron las primeras variedades de pollos híbridos. Contó que las empresas que los trajeron lo hicieron porque el país tenía maíz. Luego, de la Argentina salieron los reproductores hacia Brasil, que hoy es el primer productor y segundo exportador mundial de carne de pollo.

Al revés que en la Argentina, “en Brasil los pollos desarrollaron el maíz, porque habían empezado alimentándose con maíz argentino”, contó.

Detrás del maíz están la industria aceitera, la molinera, la arrocera (con cuya cáscara se hace la “cama” en que los pollos descansan, para que no se dañe la pechuga), la del papel, el cartón, la siderúrgica, la maderera, la del petróleo y gas, enumeró Domenech, y hay una cadena de valor y trabajo.

Domenech: “En Brasil los pollos desarrollaron el maíz, porque antes compraban maíz argentino”.

Precisó que la industria avícola, sin contar la producción de huevos, genera 75.000 empleos a partir de 48 frigoríficos y 3.700 granjas. Pero podría ser mucho más, ya que el 63% del maíz que produce la Argentina se exporta en grano, precisó. Sólo 21 millones de toneladas quedan en el mercado interno, de las que la industria avícola (incluyendo la producción de huevos) consume unos 6 millones. “El maíz es la energía, lo que genera el desarrollo del músculo”. En parte gracias a ello, se logró tener un pollo de 2,25 kilos en 75 días, contra los 120 a 150 días que necesitaba un pollo de campo para alcanzar ese peso. Así, el consumo de pollo dejó de ser exclusivo, ganó masividad. Domenech comparó el 63% de exportación de maíz como grano de la Argentina con el solo 14 a 16% que exporta Estados Unidos de su cosecha. “Tenemos que trabajar para un mejor aprovechamiento”, dijo, y para eso son clave la

cooperación público-privada, la producción sustentable, las regulaciones de seguridad y sanidad, para lograr competitividad internacional y acceder a programas de financiamiento.

La industria avícola, concluyó, progresó a partir de 1960 pasando de proyectos personales o de empresas aisladas a un desarrollo sectorial, y ahora necesita insertarse como “proyecto país”. De su paso por la Secretaría de Agricultura, dijo que aprendió que para saber qué hacer “un funcionario necesita que le acerquen proyectos, “porque de los proyectos surgen las políticas”.

Dulce y empaque

Mariano Tamborini, gerente general del área de Agronegocios de Arcor, dijo que la empresa busca involucrarse en todas las cadenas de valor y es muy activa en la cadena del maíz en las áreas de consumo masivo (golosinas, alimentos), agroenegocios y packaging. Enfatizó el carácter federal de la empresa, con más de 40 plantas en el territorio argentino, lo que le permite tener una distri-

bución muy federal y ser muy eficiente debido a la cercanía con la materia prima, los clientes y el negocio de exportación. Como ejemplo, señaló que la planta de molienda húmeda de Arroyito procesa 600 toneladas diarias de maíz para la producción de jarabes; la de Chacabuco, 1.200 toneladas diarias para jarabes y almidones, y la de Baradero (donde originalmente se fabrica la famosa Maizena), otras 1.200 toneladas. Arcor exporta a más de 100 países, y la industria de alimentos para mascotas ya es uno de los principales clientes de la molienda húmeda maicera. También abastece de insumos maiceros una gran variedad de productos finales, como gaseosas, jugos, bebidas energizantes, papel, cartón corrugado, aderezos, salsas, caldos, sopas, bienes de cuidado personal, productos farmacéuticos, lácteos, golosinas y mezclas para productos libres de gluten, apenas una parte de un listado mucho más extenso. “Buscamos poner en valor toda la cadena del maíz. Y eso se traduce en valor para los clientes”, indicó.

Enrique Duhau
Roberto Domenech (CEPA)
Mariano Tamborini, de Arcor.
Hasta en las cajas hay maíz.

LOS IMPACTOS VARÍAN SEGÚN LA REGIÓN

¿De qué manera el girasol argentino podría rendir mucho más?

Un estudio reveló que sólo se cosecha hasta un 60% del potencial. La merma se asoció a la poca fertilización con fósforo y nitrógeno, a usar labranzas y a genética de bajo rinde.

El girasol es un ‘jugador clave’ en nuestro agro; se adapta a diversas regiones, accede a mercados diferenciados y aporta estabilidad y diversificación ante los desafíos comerciales y del ambiente. Pero hay un problema: los rindes aún están lejos de su potencial. Un estudio de FAUBA, INTA, ASAGIR y otras instituciones determinó que las brechas de rendimiento —la diferencia entre lo cosechado y lo que se podría lograr— oscilan entre 34% y 40% a nivel país. La producción podría crecer con tres ajustes clave: optimizar la fertilización con fósforo (P) y nitrógeno (N), elegir cultivares de buen potencial de rendimiento y adoptar sistemas de labranza más eficaces.

“El cultivo de girasol es estratégico para el país, y aunque los rendimientos son buenos,

todavía hay margen para aumentarlos. A ese incremento de kilos por hectárea lo llamamos brecha de rendimiento”, dijo Ignacio Rodríguez, primer autor del estudio y profesional del Grupo Don Mario.

“La brecha es la diferencia entre el rinde que el productor obtiene hoy y el que podría lograr aplicando las mejores prácticas de manejo. Es un indicador muy importante porque permite identificar oportunidades para optimizar la productividad, ya sea en kilos por hectárea o indagando en las causas que la determinan”, explicó.

Haciendo un poco de historia, Ignacio señaló que en 2013, el Profesor Antonio Hall —Emérito de la UBA y del CONICET— demostró que entre 2000 y 2007, la brecha había sido del 29%. Sin embargo, ese

trabajo no identificó las causas de ese porcentaje. Por eso, hoy, luego de casi 20 años, se hacía necesario avanzar sobre tales aspectos.

“Nuestro objetivo, entonces, fue recalcular esta diferencia para el período del 2010 al 2016, aplicando una metodología novedosa respecto de la que había usado Hall. Además, también buscamos establecer las causas”, indicó Ignacio.

El girasol es un jugador clave en el sistema agropecuario argentino.

“En el trabajo, primero definimos el rendimiento potencial en base a modelos de simulación, a ensayos comparativos de rendimiento y a los rindes de los productores más eficientes del CREA. Después, comparamos esos rendimientos con los registros de producción del Ministerio de Agricultura. Además, lo hicimos para todas las zonas girasoleras”, puntualizó Rodríguez.

Para Pablo Cipriotti, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA, las brechas son significativas. “Con el modelo de simulación y los datos de CREA obtuvimos valores medios de 34% para todo el país, mientras que con los ensayos comparativos de rendimientos, un promedio de 40%”, informó, y aclaró que las diferencias re -

gionales variaron desde 25% en el sudeste bonaerense hasta 50% en el norte.

La publicación en la revista Field Crops Research también identificó las causas de las mermas productivas. “Las más relevantes son la insuficiente fertilización fosforada y nitrogenada, el uso de labranza convencional y la adopción de genotipos de bajo potencial de rendimiento. Además, varían en importancia según la región girasolera”, afirmó el docente.

“Por ejemplo —añadió Cipriotti—, en el norte, las mayores mermas en los rindes ocurren por emplear labranzas convencionales, mientras que en el sudeste de Buenos Aires se deben, sobre todo, a la poca fertilización con P y N”.

Las brechas de rendimiento oscilan entre 34 y 40% a nivel país.

Hay razones

Jorge Mercau, agrónomo egresado de la FAUBA y profesional del INTA San Luis, destacó dos ventajas de los modelos. “Nos permiten calcular con precisión los rendimientos potenciales en todas las áreas girasoleras y superar las limitaciones de los otros métodos, que dependen de ensayos con diversas restricciones y la subjetividad al seleccionar datos de rinde”.

En el trabajo se usó el modelo CROPGRO por su versatilidad. “Simula el desempeño del cultivo en distintos suelos, climas y prácticas agronómicas. Incluso, considera el alto costo energético de producir aceite, lo cual es crucial en girasol.

Por supuesto, fue necesario un trabajo intenso de calibración para adaptarlo a las variedades nacionales”. Entre numerosos parámetros ajustados, el equipo liderado por Rodríguez priorizó dos aspectos: la capacidad de generar hojas y de profundizar las raíces hasta 3 metros en ciclos de crecimiento cortos. “Quedamos muy satisfechos con los resultados que brindó el modelo”, comentó entusiasmado.

Avances y preguntas

Antonio Hall hizo hincapié en la trascendencia de los nuevos avances. “Logramos refinar la zonificación del cultivo: en nuestro estudio del 2013 eran cuatro, y ahora son doce. Lo hicimos usando el sistema del Global Yield Gap Atlas, que nos permitió analizar con más precisión las brechas. Aquí jugó un papel importante Patricio Grassini, egresado de la FAUBA”.

“Identificamos factores como deficiencias de P y N, pero también debemos señalar que ha -

llamos limitaciones en los datos. Por ejemplo, el ReTAA no brinda información detallada sobre el control de enfermedades, un aspecto crítico en el girasol. Hemos dado un gran paso adelante, pero aún falta para entender cómo cerrar estas diferencias”, aseguró Hall. En cuanto a nuevos experimentos, Cipriotti adelantó que planea realizarlos combinando modelos de simulación con experimentos de campo para validar los resultados obtenidos y explorar de qué forma otras variables como la fecha de siembra y el sistema de labranza pueden influir en el rendimiento del cultivo.

A modo de cierre, Jorge Mercau subrayó: “Este trabajo nos ayudó a entender más el cultivo, asegurando que los resultados fueran relevantes para el sector productivo. Y, por supuesto, siempre con la idea de expandir la superficie girasolera del país”.

El uso de buena simiente es una de las claves, la otra, buena fertilización.
El girasol es un cultivo de gran valor en ciertas zonas, “bastonero” del maíz o la soja.

ESTUDIO DEL INTA, CONICET Y LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

Rotar cultivos mejora hasta un 70% la calidad del suelo

La incorporación de cuatro secuencias de cultivos logró un incremento del 37% en el Índice de Calidad del Suelo, en comparación con el monocultivo de soja. Resultados alentadores.

Un estudio realizado por investigadores del INTA, el Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, determinó que la incorporación de cuatro secuencias de cultivos logró un incremento del 37% en el Índice de Calidad del Suelo, en comparación con el monocultivo de soja. Fundamentalmente, se evidenciaron mejoras de hasta 70% en la infiltración del agua y casi 30% en la disponibilidad de nitrógeno.

La actividad y composición microbiana están directamente influenciadas por las prácticas de manejo agrícolas. Por esto, un equipo de investigadores del INTA CIAP-IPAVE (Córdoba), Oliveros (Santa Fe), UFYMA e IMBIV – Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba determinó que la intensificación de los sistemas agrícolas mediante la rotación de cultivos de grano y el uso de cultivos de cobertura de invierno mejora

significativamente la calidad del suelo. Entre los principales beneficios se destacan el aumento del carbono orgánico, la mejora de la fertilidad química y física y el fortalecimiento de la comunidad microbiana.

“El sector agropecuario afronta el desafío de incrementar su productividad y competitividad, cuidando recursos como el suelo”, señaló Carolina Sasal, coordinadora del Programa Nacional de Recursos Naturales del INTA, y agregó: “Los estudios que llevamos adelante proveen herramientas para valorizar el aporte de diferentes prácticas de manejo sobre la salud del suelo y del ambiente agropecuario”.

De acuerdo con Sasal, “un sistema intensificado, diverso en cuanto a variedad de cultivos, raíces, fertilizantes, enmiendas, mejora la fertilidad del suelo y la eficiencia de la producción”.

La integración del conocimiento en indicadores permite

evaluar tendencias a la mejora o en el deterioro del recurso. Por esto, resulta importante conocer las magnitudes en los cambios que imponen las diferentes estrategias de manejo. Para evaluar estos efectos, se compararon cuatro secuencias de cultivos, donde la más intensificada (trigo/soja-cultivo de cobertura/maíz) logró un incremento del 37% en el Índice de Calidad del Suelo (SQI) en comparación con el monocultivo de soja. También se evidenciaron mejoras de hasta 70% en la infiltración del agua y casi 30% en la disponibilidad de nitrógeno.

Se evidenciaron mejoras de hasta 70% en la infiltración del agua.

Estos indicadores en conjunto pueden utilizarse para calcular un Índice de Calidad del Suelo (SQI), donde los valores más altos denotan mejores calidades del suelo. “Este índice se construyó en base a los indicadores como el carbono orgánico del suelo, el nitrógeno orgánico total, la tasa de infiltración de agua, la respiración y actividad microbiana del suelo”, sostuvo Dannae Serri — investigadora del Instituto de Patología Vegetal (IPAVE)— y agregó que “el experimento de campo a largo plazo se realizó bajo siembra directa, donde se recolectaron muestras de suelo durante tres campañas agrícolas consecutivas”.

Cuatro secuencias

En este trabajo se compararon los efectos de cuatro secuencias de cultivo diferentes: monocultivo de soja (S-S), cultivo de cobertura/soja (CC/S), maíz-trigo/soja (M-T/S) y trigo/ soja-cultivo de cobertura/maíz (T/S-CC/M) con el objetivo de “evaluar el efecto de las secuencias de cultivos sobre los parámetros químicos, físicos y microbianos del suelo y desarrollar un índice de calidad del suelo a partir de un conjunto de indicadores para secuencias de cultivos con diferentes niveles de ocupación del suelo”, afirmó la investigadora.

La actividad y composición microbiana están directamente influenciadas por las prácticas de manejo.

La inclusión de más cantidad y diferentes cultivos aumentó el SQI en comparación con el monocultivo de soja. La secuencia de cultivos T/S-CC/M mejoró el índice en un 37% en comparación con el monocultivo de soja.

Las características físicas del suelo también evidenciaron cambios, la secuencia más intensificada T/S-CC/M, con más

tiempo de ocupación con cultivos registró la tasa de infiltración de agua más alta y los valores de resistencia mecánica a la penetración más bajos. Para los parámetros químicos del suelo se observó que la rotación de cultivos y la inclusión de CC aumentaron el contenido de carbono orgánico del suelo. Así, las secuencias que incluían maíz-trigo y CC, fueron un 18% y un 10% superiores a monocultivo de soja, respectivamente. El nitrógeno orgánico total del suelo promedió 2,55 g kg-1 en las secuencias que in -

cluyeron CC, con incrementos registrados del 38% sobre S y M-T/S.

Entre las propiedades microbianas del suelo, el promedio de carbono de la biomasa microbiana del suelo en monocultivo se redujo en un 32% en comparación con la secuencia de M-T/S para las tres campañas analizadas. A su vez, en el monocultivo de soja, la actividad microbiana general del suelo se redujo un 28,5%.

“Nuestros resultados muestran que las secuencias de cultivos con alta ocupación del suelo mejoraron sus propiedades químicas y físicas, además de aumentar la abundancia y funcionalidad de la comunidad microbiana, lo que se vio reflejado en un mejor SQI. Este estudio reveló que la rotación de cultivos de granos y la inclusión de cultivos de cobertura invernal mejoran la calidad del suelo y promueven beneficios para todo el sistema”, concluyó Serri.

Cultivo de cobertura nabón, vicia y raigrás anual dan vida a los suelos.
“Las secuencias de cultivos con alta ocupación mejoran el suelo física y químicamente”, dicen.
Cárcavas: suelos sin raíces corren el riesgo de lixiviación y pérdida de nutrientes por escorrentía.

Neumático Agro SX Serie 02 para pulverizadores

Como parte del desarrollo de nuevos productos, Prometeon presenta nuevas soluciones a través de Serie 02 Agro. Neumáticos de reconocida marca PIRELLI con la evolución tecnológica que aporta la Ingeniería Prometeon. En esta ocasión se detalla el modelo SX02 para pulverizadores autopropulsados, diseñado para soportar altas flexiones.

ALTA CAPACIDAD DE CARGA

Tiene como principal ventaja su alta capacidad de carga trabajando a baja presión, protegiendo el suelo y proporcionando un excelente rendimiento, mayor eficiencia y maximización de resultados.

PRODUCTIVIDAD

La tecnología VF (Very High Flexion o Flexión muy elevada) permite hasta 40% más de carga en comparación con un neumático standard a la misma presión.

PROTECCIÓN DEL SUELO

La flexibilidad de la SX02 ofrece una mayor superficie de contacto y un 22% menor compactación del suelo.

INGENIERÍA INTERNA

Refuerzo central entre las barras que aumenta la resistencia al desgarro y al picotamiento, barras más anchas y reforzadas y nuevo compuesto lateral que soporta mejor la fatiga, entre otras cualidades.

ESTABILIDAD

La flexibilidad y la mejor distribución de la carga reducen las vibraciones (-20% de vibración en la barra), garantizando una mayor estabilidad y comodidad de la barra de pulverización.

ECONOMÍA

La eficiencia de tracción permite trabajar más consumiendo menos, logrando una reducción de hasta 9% de consumo de combustible.

¿Cómo se apalancan los agronegocios?

Un informe echa luz sobre créditos y financiamiento en el agro

Se pusieron bajo la lupa datos sobre las decisiones financieras de más de 6.600 productores. Un termómetro del uso del crédito para la compra de insumos o hacienda.

El financiamiento en dólares todavía sigue siendo importante entre los producotres argentinos.

para entender cómo, cuándo y con qué instrumentos se financia el agro.

En estos períodos, la gran novedad fue la reaparición de los créditos en dólares, que poco a poco se convirtieron en la moneda más elegida.

A través de Nera, el 65% de los productores financiaron la compra de sus insumos en dólares durante el 2024/2025, resultado principalmente de una oferta con condiciones de tasas atractivas logradas en conjunto con las entidades y los proveedores que operan en la plataforma.

“Los productores argentinos (analizados) financian el 75% de la inversión de su campaña con capital de terceros, en tanto que el 65% de los productores financiaron la compra de sus insumos en dólares durante el 2024/25”. Estos y otros datos arrojó el Informe Nera, un análisis de las decisiones financieras del productor, que ofrece datos y tendencias clave sobre cómo se comporta el crédito bancario para la financiación de capital de trabajo en el agro argentino.

Vale recordar que Nera es un ecosistema abierto de financiamiento digital para el agro que conecta a productores, proveedores y traders con entidades financieras. A poco más de dos años de su lanzamiento, la plataforma facilitó la toma de financiación para más de 6.600 productores, superando los US$1.700

millones de colocación en créditos. Hoy Nera ofrece líneas de cuatro entidades financieras -Banco del Sol, Comafi, Galicia y Santander- para pagar online insumos, hacienda e implementos agrícolas a más de 1.800 proveedores. El financiamiento es una pieza central del negocio agropecuario que no sólo le permite al productor crecer sino también ordenar su flujo de caja

a lo largo del ciclo productivo y sostener la rentabilidad en contextos cambiantes. Si se analizan, por ejemplo, los principales cultivos (soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada), el productor financia el 75% de la inversión de su campaña con capital de terceros. El Informe Nera hace un recorrido del comportamiento dentro de la plataforma durante los últimos dos años

La tendencia se hace más pronunciada al observar los primeros seis meses del 2025, dado que en este período la relación entre dólares y pesos es del 80% y 20%, respectivamente.

El 65% del financiamiento del 2024/25 fue tomado en dólares.

“En el primer semestre del 2025 registramos un 140% más de transacciones respecto del mismo período anterior. Este crecimiento refleja la importancia de la tecnología y la innovación financiera a la hora de desarrollar soluciones para que el productor tenga el producto financiero a medida en el momento que lo necesita. Y también habla de un sector que sigue invirtiendo e impulsando su desarrollo para superarse año tras año”, explicó Marcos Herbin, CEO de Nera.

Los plazos elegidos

La financiación de insumos tiene su preferencia por parte

del productor. En lo que refiere a créditos para compras con destino agrícola, el 70% elige plazos que tengan un mínimo de 12 o más meses. El objetivo es que la finalización del crédito y su vencimiento, sea coincidente con la siguiente cosecha. Los contratos de comercialización de cereales y oleaginosas son otra estrategia de financiación que utiliza el productor como garantía para tomar créditos. Se trata de un acuerdo de venta anticipada o “forward” cedido a la entidad financiera donde se compromete a modo de pago un volumen de su producción a entregar en un plazo determinado. En 2024 Nera logró evolucionar este tipo de financiación, digitalizando el proceso punta a punta a través de “Crédito Grano Futuro” para transformar los activos físicos en activos financieros. Durante el período 2024/25 se originaron créditos de este tipo por más de 330.000 toneladas, el equivalente a unos 11.000 camiones puestos como garantía de financiamiento. En un contexto donde los commodities vienen operan -

do sobre valores bajos, tomar estas líneas con precio abierto es una opción para mejorar los márgenes hacia la cosecha, por eso el 80% de los contratos fueron con “precio a fijar”. Soja y maíz fueron los cultivos más utilizados como respaldo en estas operaciones.

“Vemos una marcada profesionalización financiera del productor agropecuario. No sólo crece la demanda de crédito, sino también su sofisticación: más operaciones en dólares, con respaldo en granos, y con visión de mediano plazo”, señalaron desde el equipo de Nera.

Al momento de usar granos como garantía del crédito, 80% fueron con soja o maíz.

Según el Banco Mundial, el crédito interno al sector privado en Argentina medido por PBI es de los más bajos si lo comparamos con otros países vecinos. Mientras en Uruguay, Paraguay y Brasil el ratio es del 31%, 57% y 75%, respectivamente; en Argentina apenas supera el 15%, lo que muestra el amplio margen que existe para que el crédito siga creciendo.

POR SEGUNDO AÑO EN BUENOS AIRES

Un encuentro multitudinario a “Código Abierto” volvió a superar expectativas y rompió récords

La 33ra. Edición del Congreso Aapresid contó con 12.500 asistentes, 450 disertantes y más de 160 paneles en tres días a todo ritmo, tecnología, novedades e información.

La cita fue del 6 al 8 de agosto bajo el lema “Código Abierto”, una invitación a abrir el conocimiento, compartir aprendizajes, potenciar redes y repensar el futuro del agro con una mirada colaborativa, innovadora y global. La agenda de contenidos se estructuró en torno a siete grandes ejes temáticos que permitieron abordar una amplia variedad de temas clave como seguridad alimentaria, ruralidad, energías renovables, políticas públicas, inteligencia artificial, salud del suelo, cambio climático y biotecnología. Todo esto de la mano de destacados referentes nacionales e internacionales, entre ellos Rattan Lal, Manuel Otero (IICA), Kip Tom, Sharon Megdal, Lucas Garibal-

di, Daniel Miralles, Iván Ordóñez, Hernán Satorre y Jorge Giacobbe. Durante el acto de cierre que tuvo lugar en la Sala Spraytec, el presidente de Aapresid, Marcelo Torres, celebró el espíritu colectivo que marcó esta edición: “Este Congreso fue posible gracias al aporte de todos. La situación del país requiere una verdadera convergencia de ideas, esfuerzos y visiones. Logramos grandes charlas, construidas en conjunto, desde el lote al mundo, pensando en el presente y el futuro. Estamos felices con todo el equipo por este Congreso espectacular y récord”. La directora adjunta del Programa Prospectiva Aapresid, Paola Diaz expresó: “Aapresid se trata de hablar, de decir lo que uno piensa. Después de

municación. El rubro de la maquinaria también se destacó en el hall comercial. Al respecto, Juan Giustteti, asesor del Grupo GR (Indecar, PT Farm, VAF, entre otras unidades de negocio) se refirió a la presencia de Indecar. “Fue súper positiva la participación, dado que nos interrelacionamos con productores, marcas, universidades y asociaciones”.

“Es fundamental estar en el COP30 porque el sector privado mundial estará negociando”.

de contaminar, no podemos quedarnos callados”.

Además, referentes internacionales del agro, la ciencia y la política debatieron el lugar que debe ocupar América Latina en los sistemas agroalimentarios del futuro. La clave: una narrativa común basada en evidencia científica, diplomacia y mirada estratégica.

mucho intercambiar ideas, cuando encontramos “Código Abierto” fue unánime porque pensamos en cómo construir todo esto que se nos viene, ¿es el productor solo? ¿es la empresa? ¿es el investigador? No. Lo importante es el aporte de todas las partes. Creo que es un congreso que invitó a muchas partes, sean los que están cerca de la producción y más lejos también”, dijo Díaz a AGROCONTRATISTAS.

Algunos números

El Hall comercial del evento contó con más de 150 expositores entre semilleros, empresas de insumos y maquinarias, ocho entidades bancarias, instituciones del agro, provincias, empresas del sector ganadero y los principales medios de co -

En cuanto al campo experimental que proponen desde PT Farm, Giustteti dijo: “Nos permitió establecer vínculos y relacionamiento. Se generó un ámbito para poder desarrollar muchas cosas, con una concreción bastante inmediata. La semana que viene, ya tenemos reuniones agendadas para potenciar el PT Farm, seguir introduciendo Indecar y hacer más fuerte el mensaje”.

Cambio climático global

“El 74% de los gases de efecto invernadero proviene de la quema de combustibles fósiles, mientras que la agricultura genera el 11,6% y, aun así, somos los apuntados”, dijeron, como conclusión principal, representantes del agro, la industria, la ciencia y la gestión pública que participaron de un taller para definir el posicionamiento estratégico de la región en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realizará en Brasil.

Marcelo Regúnaga, coordinador general del Grupo de Paí -

ses Productores del Sur (GPS), planteó la necesidad de una postura proactiva porque “la agricultura es parte de la solución: captura carbono, sostiene el desarrollo y aporta seguridad alimentaria”. Y agregó: “Es una oportunidad que no podemos dejar pasar”. Asimismo, advirtió que “es fundamental estar presentes en un foro como la COP30 porque el sector privado mundial estará negociando”, explicó.

Por su parte, Daniel Trento do Nascimento, de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA), recordó el desafío de la agricultura frente al cambio climático, y mencionó como ejemplo de éxito que “Brasil logró una revolución en 30 años basada en ciencia, innovación y crédito; Argentina puede seguir ese camino”.

Desde el Instituto Aaprender, Marcelo Arriola llamó a asumir un rol activo en la construcción del discurso: “Sudamérica puede abastecer al mundo con alimentos de manera sustentable, pero si nos acusan

Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), planteó la necesidad de consolidar un mensaje propio desde las Américas: “Somos la garantía de la biodiversidad y la sostenibilidad del planeta; hay que comunicarlo con fuerza en los ámbitos internacionales”. Además, remarcó la importancia de vincular ciencia, tecnología y productores mediante políticas activas y alianzas público-privadas.

Jack Bobo, director del Instituto para Estudios Alimentarios Rothman de la Universidad de California, alertó:

“Los próximos 25 años son los más importantes de toda la historia para la agricultura; hay que producir más y mejor sin agotar los recursos”. Y recordó que hacia 2050 la población mundial comenzará a estabilizarse, lo cual abre una ventana crítica para garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer la sostenibilidad. Kip Tom, exembajador de Estados Unidos ante FAO y actual vicepresidente de política rural Bobo: “Los próximos 25 años son los más importantes de toda la historia en agricultura”.

Desde la elección de la semilla hasta la venta, todos los eslabones de la cadena son importantes.
Marcelo Regúnaga

en el American First Policy Institute, recalcó: “La seguridad alimentaria es seguridad nacional; las naciones que no desarrollan su agricultura están destinadas a entrar en crisis”.

Walter Baethgen, investigador de la Universidad de Columbia, aseguró que América Latina es el mayor exportador agrícola del mundo y proyecta crecer un 25% en la próxima década.

Otero: “Somos la garantía de la biodiversidad y la sostenibilidad del planeta; hay que comunicarlo con fuerza al mundo”.

Sin embargo, advirtió: “Debemos usar nuestros recursos de manera sostenible; la narrativa actual fue escrita por otros, es hora de que definamos nuestra agenda, con diplomacia y evidencia científica”.

Rentabilidad y biodiversidad

“El manejo al servicio de una mayor biodiversidad es posible y necesario”, fue el mensaje que ofrecieron Lucas Garibaldi del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (INRAD) y Daniel Miralles (FAUBA), durante dos paneles en los que abordó Sistemas Productivos Sustentables.

Lucas Garibaldi señaló que “la pérdida de biodiversidad en los últimos 50 años en Argentina y todo el mundo, representa una disminución en la capacidad del planeta para sostener la vida humana”. De ahí que resulte tan importante encarar la transición hacia paisajes multifuncionales, un uso de insumos menos intensivo, pero intensificado en el uso del conocimiento. En este camino, según el exper-

to, “el cambio sostenible apunta a potenciar interrelaciones que existen en la naturaleza, por ejemplo, incorporar corredores biológicos que conectan parches de hábitat natural y seminatural, y reconocer la heterogeneidad del terreno”.

Garibaldi: “La pérdida de biodiversidad disminuye la capacidad del planeta para sostener la vida humana”.

En cuanto al rol de la biodiversidad en los sistemas ganaderos, Garibaldi afirmó que “la ganadería es una aliada indiscutible y se integra muy bien a los sistemas productivos sustentables, justamente porque promueve coberturas permanentes con pasturas y genera una mayor diversidad de usos y de ambientes”.

En otro de los paneles, Daniel Miralles, Ing. Agrónomo y Dr Ciencias Agropecuarias de la UBA, se refirió a diversos ensayos que alientan la incorporación de cultivos energéticos,

como colza/canola, camelina y carinata, todos de alta calidad destinados a aceite para consumo humano o biocombustible para aeronaves. Miralles

advirtió que estos cultivos “son muy susceptibles al anegamiento, entonces requieren suelos livianos o suelos pesados, pero sin encharcamiento”. En la misma línea aclaró que “la carinata y la colza son muy sus-

Regúnaga: “La agricultura es parte de la solución: captura carbono, genera el desarrollo y aporta seguridad alimentaria”.

ceptibles a las heladas”. Salvando estas limitaciones, el investigador afirmó que en Argentina pueden ser “cultivos invernales en el sur, facultativos en el centro de la zona núcleo y de ciclo corto en el norte”. Otro punto a favor de los cultivos energéticos es que tienen ciclos muy cortos, entonces

donde el barbecho está descubierto estos son ideales para la intensificación. “Son de cobertura con renta”, argumentó. A su vez, si bien no se destacan por su rendimiento, el especialista resaltó que están certificados para el uso del nitrógeno por la huella de carbono. “El desafío es combinar los tipos de fertilización para aumentar su potencial”, sostuvo el investigador. Hacia adelante, los investigadores coincidieron en que es clave promover la generación de conocimiento en estas tendencias y alternativas, en un trabajo sinérgico entre las empresas, las universidades, el INTA y los asesores privados, para reducir la incertidumbre y aumentar la posibilidad de adopción. Llevar el concimiento al campo.

Equipo completo de Aapresid en el cierre del XXXIII Congreso desarrollado en Buenos Aires.
Lucas Garibaldi, del INRAD.
Daniel Miralles, de la FAUBA.
“Debemos usar nuestros recursos de manera sostenible, hoy tenemos tecnologías para hacerlo”.

LA FERTILIDAD EN LA MIRA

Combinar

estrategias mecánicas y biológicas

para que el suelo exprese su mejor versión

La clave pensando en la salud física del suelo, en tanto ecosistema vivo que sustenta vida, es la integración de acciones. Algunos apuntes que pueden ayudar a corto y mediano plazo.

“Sostenibilidad de nuestros sistemas: suelos y más allá”, es la temática que abordaron

Silvia Imhoff, Alberto Quiroga y Rodolfo Bongiovann durante un panel convocado por Fertilizar durante el último Simposio de Fertilidad. Con un abordaje integrado desde diversos enfoques, como la composición del suelo, las estrategias de manejo y las oportunidades de agregar valor ambiental, los expositores brindaron un panorama de las herramientas y tecnologías disponibles que permiten avanzar en el camino para lograr un mayor valor ambiental.

Silvia Imhoff se refirió a la salud física del suelo y a su capacidad continua para funcionar

como un ecosistema vivo que sustenta la vida. La investigadora de la FCA de la UNL- CONICET señaló que, como ecosistema complejo, el suelo tiene cuatro limitantes importantes desde el aspecto físico: temperatura, impedimento mecánico, oxígeno, cantidad de agua/potencial hídrico. Todos actúan en interdependencia, pero el último es el que condiciona el agua junto con los nutrientes disponibles para la absorción por parte de la planta.

“Cuando el suelo se compacta la humedad a capacidad de campo en términos de aire y poros se reduce”, indicó Imhoff. Es decir, puede haber agua, pero la planta no puede aprovecharla porque no puede cre -

terrogante ¿qué hacemos mal, qué hacemos bien? Para pensar en los sistemas de producción y la influencia del manejo de los suelos. “El suelo es lo que es porque se relaciona con lo que hicimos”, sentenció.

cer debido a la compactación. Al respecto mencionó ensayos en campos de Santa Fe con suelos hipercompactados con el uso de la maquinaria disponible sin adaptar. La experiencia general arrojó que, a menor compactación, mayores rendimientos. Además, la investigadora comentó que estos componentes asociados con otros, por ejemplo, el aporte de calcio (como sulfato e hidróxido) mejoraron también los niveles de ph y de zinc.

“La interacción entre la estructura del suelo y los nutrientes es directamente proporcional”, precisó Imhoff. De hecho, “en este sistema complejo con características físicas, biológicas y químicas del suelo, todo está conectado”, agregó.

Desde un enfoque del manejo de los suelos, el consultor Alberto Quiroga, planteó el in-

En este análisis que recupera un bagaje histórico, Quiroga destacó la biomasa de raíces en términos de índice de rotación (IR) y la secuencia de cultivos como un parámetro bastante estable. Otro parámetro de referencia es el tiempo de ocupación (TO), o sea el porcentaje del ciclo productivo en que el suelo está cubierto.

“En lo que respecta a la biomasa de raíces vemos que un buen promedio son las 8 ton/ ha., mientras que un buen índice de TO estaría por encima del 60%”, detalló el consultor.

Sin embargo, reveló que en los últimos 20 años el IR pasó de 8tn/ha. a 4 tn/ha., y el TO se redujo de 70% a 42%. Entonces “¿cómo mantener los nutrientes si hemos bajado el volumen y el tiempo de raíces activas en el suelo?”, consultó Quiroga al auditorio colmado.

Para él, la estrategia es pen-

sar en combinaciones estratégicas de manejo del suelo, por ejemplo, en la falta de macro porosidad hay cinco factores que entran en juego, hay que identificar cuáles son los que interactúan en cada caso y diseñar la estrategia en base a ello, advirtió.

Según el consultor, “en general, los trabajos de descompactación no se están haciendo bien”, afirmó. Y agregó que eso no requiere grandes inversiones, sino mejor conocimiento del suelo,

En general los trabajos de descompactación no se están haciendo bien.

sostuvo el especialista.

A su turno, Rodolfo Bongiovanni (EEA INTA Manfredi), brindó detalles sobre la Huella de C en sistemas agropecuarios, como práctica de base para pensar en la mitigación de emisiones de GEI.

A nivel mundial, la actividad que más gases con efecto invernadero (GEI) produce es la energética, principalmente el uso de combustibles fósiles.

En Argentina, a esta actividad le sigue la agricultura. “En 2018 representaba un 39% del total de GEI y pasó en 2020 al 45%, es decir un aumento de 2,7%, diferencia impulsada por la pandemia”, reveló.

Bongiovanni recomendó informarse sobre las herramientas existentes y la información disponible para evaluar, reducir, secuestrar el carbono de los sistemas. En este sentido, destacó la importancia de contar con información local, ya que los informes europeos, aplican métodos y parámetros que no

son viables o representativos para todas las regiones argentinas por igual, por ejemplo, el índice de deforestación. En esta línea, el referente de INTA señaló que, para los sistemas productivos argentinos, la siembra directa ya no es suficiente, “necesitamos mecanismos que brinden mayor secuestro de C”, sostuvo Bongiovanni. Dentro de las recomendaciones, además de establecer la huella de carbono, a través de calculadores online desarrollados por INTA/INTI y el programa de las bolsas PACN y otras, el especialista mencionó la importancia de comenzar a secuestrar C mediante protocolos y métodos disponibles, como el de FAO (GSOC MRV) o el test IPCC, que son perfectibles a partir de datos locales. Otra alternativa son los bonos de carbono (capturado o evitado), mercado voluntario del que ya participan 170 actores. Del mismo modo, Bongiovanni recomendó conocer sobre las certificaciones y trazabilidad como oportunidades de agregar valor ambiental.

Suelos vivos, la nueva era en la producción de alimentos, más raíces, microorganismos y porosidad.
Silvia Imhoff, FCA de la UNL-CONICET.
Alberto Quiroga
ya no van en el siglo XXI.

DESDE EL LOTE

Agronomía digital: hacia una nutrición más eficiente y predictiva

Expertos mostraron cómo el uso de Big Data e Inteligencia Artificial está revolucionando la nutrición de cultivos. Hasta “gemelos digitales” que simulan escenarios en tiempo real.

“El conocimiento ya no es lo que sabe un individuo, sino lo que fluye en la red a la que pertenece”, dijo Yuval Noah Harari, de Nexus. La cita la trajo Esteban Tronfi, de la empresa Ravit durante un panel en el que se habló de Big Data, Inteligencia Artificial (IA) vinculados a la nutrición vegetal. Allí también estuvo el argentino Ignacio Ciampitti, investigador de la Universidad de Purdue.

Ciampitti inició con la premisa de que “la tecnología avanza más rápido que la ciencia” y planteó que además de contar con datos hay que integrarlos y darles valor para la toma de decisiones. “La agricultura digital no es nueva, pero aún estamos aprendiendo a usarla bien”. En este sentido recordó que hay

herramientas disponibles desde hace décadas -como los monitores de rendimiento- pero recién ahora se usan de forma efectiva “por el desarrollo de plataformas que permiten procesar y transformar esos datos en prescripciones de manejo”. El profesor universitario planteó la necesidad de construir modelos predictivos a partir de múltiples fuentes de información. Puso como ejemplo a los modelos probabilísticos que permiten ajustar la densidad óptima de plantas según condiciones climáticas, como años secos o húmedos. También ejemplificó con el uso de imágenes satelitales para monitorear cultivos, predecir rendimiento y estimar estados fenológicos. Apuntó que,

en ensayos realizados en Estados Unidos y Brasil, el equipo de Purdue logró predecir rendimientos de maíz y trigo con altos niveles de precisión, utilizando índices espectrales de satélites como Sentinel. “Una imagen satelital por semana es suficiente para tomar buenas decisiones”.

Ciampitti compartió avances en colaboración con NASA, donde a partir de vuelos con sensores hiperespectrales en aviones lograron estimar concentraciones de nitrógeno en maíz y construir curvas de dilución de nutrientes. “Lo que buscamos es saber, en cada momento, cuánta biomasa hay y cuánta concentración de nitrógeno, para ajustar la nutrición de forma dinámica”, explicó.

En una línea más ambiciosa, también mostró avances en la predicción de calidad de culti-

vos. Con un trabajo basado en más de 300 lotes de productores en Estados Unidos, desarrollaron modelos que permiten mapear proteína y aceite en soja a partir de imágenes satelitales y algoritmos de inteligencia artificial. “La idea es construir una secuencia de datos que conecte satélites, cultivos y modelos de machine learning (aprendizaje automático) para hacer predicciones útiles y transferibles. La imagen satelital sin interpretación agronómica no sirve”, cerró.

Gemelos digitales

Posteriormente, Tronfi, fundador de la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica- Ravit-, se refirió a la experiencia de agronomía aumentada: “los gemelos digitales”, para aprender y decidir mejor la nutrición de sistemas complejos. Estos modelos de toma de decisión implican “empoderar a quien toma las decisiones, dotarlo de más capacidades”. Para ello -dijo- “necesitamos unir el mundo de las decisiones con el mundo de la realidad”. “Entendíamos que en la tecnología que manejábamos, los

puntos que fundamentaban las decisiones estaban bien, lo que había cambiado era el contexto”. Por eso, dijo que ahora “si queremos aprender de la realidad, tenemos que trabajar en una red de realidades que permitan abordar toda esa complejidad”. Así con el propósito de trasladar esa red de experiencias reales a la toma de decisiones “con datos anclados”, en la Ravit se propusieron construir “tres convergencias”: de la experiencia a partir de los agricultores; la de la inteligencia colectiva con la integración técnica y científica; y la tecnológica con IA y Big Data.

“A partir de estas convergencias desarrollamos modelos regionales con relación entre el ambiente, las decisiones de manejo y los resultados, conformando 750.000 nodos que llamamos tokens”, detalló Tronfi. “Queríamos llegar al decisor en el lote y dentro del lote en los diversos ambientes, así aparecieron los gemelos digitales”, agregó.

De ahí definió que “un gemelo digital es la representación del lote, es el intermediario entre los datos del lote y el conocimiento científico para la interpretación”, similar a una pantalla de simulación “donde se pueden plantear diferentes situaciones en base a datos reales, como la oferta hídrica y establecer variables de rendimiento y alternativas de fertilización nitrogenada en función de los posibles mapeos”. “Con esos mapeos se establecen diversas alternativas de manejo con una proyección muy acertada y con un margen de anticipación que puede funcionar en los diferentes escenarios”, concluyó Tronfi.

Ciampitti: “Una imagen satelital por semana es suficiente para tomar buenas decisiones”.
Ignacio Ciampitti
Esteban Tronfi
Las cabinas de las máquinas son cada vez más parecidas a una cabina de avión.

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