Contributing Editors: Rick Kajiura, Elbert Kuhn, Hensley Moorooven, Ricky Oliveras, Karen J. Porter, Claude Richli, Gerson Santos, Karilyn Suvankham, David Trim
Editores asociados: Petras Bahadur, Jose Cortes, Jr., Varaprasad Deepati, Daniel Jiao, Sun Hwan Kim, Wayne Krause, Chanmin Chung, Bledi Leno, Ricardo Palacios, Silas Muabsa, Paul Muasya, Umesh Nag, Josiah Nwarungwa, Joni Oliveira, Brendan Pratt, Bill Quispe, Florian Ristea, Clifmond Shameerudeen, Reinaldo Siqueira, Dragan Stojanovic, Zhan Taraniuk, Samuel Telemaque, Anthony WagenerSmith, Gregory Whitsett, ChanMin Chung
Diseño: 316 Creative
Nota de la editora: Por favor, tenga presente que varias historias contenidas en este número fueron escritas en una fecha anterior. Como resultado, ciertos detalles como los roles, títulos o ubicación de los protagonistas pueden haber cambiado desde el momento cuando fueron escritas.
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Como todas las organizaciones, la Iglesia Adventista del Séptimo Día debe cuidarse constantemente de la “deriva de la misión”. Ahí, donde comenzamos a preocuparnos más de la conservación que de la misión. A través de nuestra historia como iglesia, ha habido momentos claves cuando hemos tenido la necesidad de reevaluar con oración nuestro enfoque misionero.
Ocurrió en la década de 1870, cuando nuestra idea de cumplir la Gran Comisión se limitó a alcanzar a los inmigrantes dentro de Norteamérica. Elena de White nos ayudó a reenfocar nuestra visión y, pronto, misioneros adventistas estaban circundando el globo.
Muchas décadas después, en la década de 1980, llegó el momento de otro reenfoque misionero. Líderes de todo el mundo se reunieron para orar y planificar juntos. Miraron el mapa del mundo y vieron que había áreas donde la iglesia estaba débil o no tenía presencia. Fue un baño de realidad. En respuesta, en 1989 aprobaron una Estrategia
Global. Al año siguiente, en el Congreso de la Asociación General, en Indianápolis, nació lo que conocemos como Misión Global.
Misión Global cambió nuestro enfoque, centrado mayoritariamente en los otros grupos cristianos, para hacernos incluir también a los miles de millones de adherentes a otras religiones y cosmovisiones. Misión Global también se enfocó en establecer nuevos grupos de creyentes entre los grupos de personas no alcanzadas y no solo en áreas geográficas donde no habíamos entrado. Damos gloria a Dios porque el número de iglesias y miembros adventistas se ha más que triplicado en los últimos 34 años.
Pero hoy enfrentamos enormes desafíos misioneros. ¡Es tiempo de otro reenfoque misionero! Hemos identificado tres ventanas de desafíos misioneros de alta prioridad: la ventana 10/40, la ventana urbana y la ventana poscristiana. Es tiempo de examinar con oración nuestro personal, fondos y metas para ver qué podemos hacer para alcanzar estas ventanas. ¿Cómo podemos alcanzar las áreas de la iglesia con los desafíos más significativos, pero la menor cantidad de recursos para alcanzarlos? ¿Cómo podemos redistribuir nuestros recursos para alcanzar a todo el mundo para Jesús?
El misionero William Harrison Anderson dedicó más de 50 años a la obra pionera en África. Enfrentó muchas dificultades, incluyendo la muerte de su esposa debido a la fiebre de aguas negras. “He entregado mi dinero, mi energía, mi esposa e intento dar el resto de mi pobre ser para terminar la obra que Dios me ha encomendado hacer”, escribió más tarde. “Quiero que ustedes que leen estas líneas se pregunten: ‘Señor, ¿qué quieres que yo haga?’”. Esa es la gran oración de reenfoque misionero para nosotros hoy: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”.
Nuestros mayores desafíos misioneros de hoy
La ventana 10/40
La ventana 10/40 se extiende desde el Norte de África, pasando por el Oriente Medio hasta Asia. Es el hogar de más del 60 por ciento de la población mundial, de la mayoría de las religiones más grandes y de la gente más pobre del mundo. La mayoría nunca ha oído el nombre de Jesús.
Gary Krause es el director de la oficina de Misión Adventista.
La ventana urbana
La ventana urbana crece rápidamente. Hoy, hay algunas ciudades de más de un millón de personas donde no hay registros de un adventista, aunque sea de visita.
La ventana poscristiana
La ventana poscristiana incluye Europa, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y partes de Norteamérica; países que ya no se pueden llamar cristianos y están abandonando las creencias y valores cristianos.
Cómo podemos abordar estos desafíos
Plantar iglesias y usar el método de Cristo han probado ser los medios más efectivos para hacer crecer y expandir la iglesia. Elena de White escribió: “Solo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: ‘Sígueme’”. (El ministerio de curación p. 102).
Pioneros de Misión Global
Los pioneros de Misión Global establecen nuevos grupos de creyentes en nuevas áreas y entre nuevos grupos de personas. Los pioneros son, a menudo, laicos que trabajan entre su propia gente, así que conocen bien la lengua y la cultura. Apoyados con una pequeña remuneración, viven por lo menos un año en una comunidad haciendo discípulos que plantarán más iglesias.
Centros de Misión Global
Apoyando la obra de los pioneros, los centros de Misión Global descubren métodos y modelos para hacer que el mensaje adventista sea comprensible y significativo para personas con una cosmovisión radicalmente distinta. Para conocer más, visite GMsda.org/Centers
Centros urbanos de influencia
Elena de White defendió el establecimiento de centros urbanos de influencia para conectar a los miembros de iglesia con quienes viven en las ciudades. Adoptando este concepto, Misión Global ayuda a establecer dichas entidades centradas en las necesidades. Ellos incluyen centros de integración de refugiados, bar de jugos, tienda de artículos de segunda mano, cafés y cuidado infantil. Cada uno sigue
el método de Cristo para establecer nuevos grupos de creyentes. Para conocer más, visite GMsda.org/UCI.
Fabricantes de tiendas
Los actuales fabricantes de tiendas, como el apóstol Pablo, usan su profesión para apoyar la misión. Ellos trabajan en áreas donde la obra misionera es difícil, restringida o prohibida. A diferencia de los misioneros tradicionales, ellos encuentran sus propios trabajos en espacios de trabajo seculares en estos territorios desafiantes, con la meta superior de construir relaciones, compartir las buenas nuevas y establecer nuevos grupos de creyentes. Para conocer más, visite GMsda.org/TE
La Ofrenda de Sacrificio Anual
Esta ofrenda ayuda a Misión Global a establecer nuevos grupos de creyentes entre personas no alcanzadas, a menudo en los lugares más desafiantes del mundo. Usted puede donar indicando en su sobre de diezmos “Ofrenda de Sacrificio Anual” o por internet en AMsda.org/MySacrifice
Las ofrendas misioneras
Sus ofrendas misioneras semanales ayudan a sostener a los misioneros en el extranjero y al trabajo internacional de la iglesia, como son nuestras obras educativa y médica.
Cómo puede usted ser parte del reenfoque de la misión
Sirva
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Ore
Por favor, ore por nuestros pioneros de Misión Global, por los centros de Misión Global, por los centros urbanos de influencia, por los fabricantes de tiendas y por los misioneros.
Dar
Por favor, apoye el ministerio de plantación de iglesias de nuestros pioneros de Misión Global, de los centros de Misión Global, de los centros urbanos de influencia. Haga un aporte financiero seguro escaneando este código QR o visitando GMsda.org/Give77
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Yo estaría muerto
“Si no fuese por nuestro pionero de Misión Global, ahora yo estaría muerto”, dice Kgosana Xase, un miembro recién bautizado de la Iglesia Adventista Bere, plantada en Botsuana. Su joven rostro luce tan dulce cuando canta himnos que es difícil imaginarlo peleando en un bar con hombres a punto de apuñalarse unos a otros. Pero este es el nuevo Kgosana. El que entregó su corazón a Jesús, porque un pionero llamado Ishmael llegó a vivir y trabajar en su aldea.
Sentado en el templo junto a Kgosana está su amigo Basimilwe, recientemente bautizado. “Mi vida cambió dramáticamente cuando me convertí en adventista”, dice con una sonrisa radiante. “Yo solía practicar la adoración ancestral y era un ladrón avezado. Dondequiera que había un delito, podías encontrarme justo en el medio”.
Basimilwe era arrestado frecuentemente, pero su vida comenzó a cambiar el día que Ishmael tocó a su puerta para hablarle de Jesús. “Me entregué a Dios y dejé de beber y robar”, dice.
“Soy un hombre libre en Cristo y, por primera vez en mi vida, me siento feliz de quién soy”.
Cuando el jefe Gorosho escucha hablar a los nuevos miembros, una mirada de satisfacción cruza su rostro curtido. Desde que el primer pionero se marchó hace varios años, ha observado con tristeza cómo la mayoría de la congregación se ha ido. “Estos nuevos miembros me dan esperanza”, dice, palmoteando el hombro de Ishmael. “¡En solo un año, nuestro pionero ha traído de vuelta a muchos miembros y agregó ocho nuevos miembros!”.
El jefe Gorosho se unió a la Iglesia adventista en el año 2000, cuando los miembros de la iglesia Ghanzi realizaron una campaña evangelística en Bere. Recuerda que celebraban los cultos debajo de un árbol mientras se construía la iglesia Bere. “Es difícil adorar en el suelo durante la estación lluviosa”, dice riendo. “En aquellos meses extrañábamos lo inspirador de adorar juntos. Pero con nuestra propia iglesia, ahora podemos adorar juntos todo el tiempo”.
El jefe Gorosho y su esposa no eran cristianos cuando asistieron a las reuniones evangelísticas. “Éramos muy hostiles el uno con el otro”, dice. “Pero cuando conocimos a Jesús, Él nos volvió amables. Ahora, nuestro matrimonio da testimonio de Su poder”. El jefe Gorosho anhela que cada persona de su aldea experimente el poder transformador de Jesús.
Ishmael Rabatho es un pionero experimentado que ha trabajado en muchos lugares donde anteriormente no había presencia adventista. Pero él dice que servir a los basarwa de Bere es el desafío más difícil que jamás ha enfrentado. “La pobreza, la enfermedad y la angustia abundan aquí, pero uno de mis mayores obstáculos es la barrera idiomática”. La lengua de los basarwa es muy difícil de aprender e Ishmael no tiene traductor o literatura disponible en el dialecto de los aldeanos. “Solo puedo comunicarme con ellos, porque unos pocos hablan algo de mi lengua”, dice.
El transporte es otro desafío para Ishmael en este asentamiento remoto. “Su único medio de transporte es una bicicleta”, dice el pastor
Laurie Falvo es la editora de la revista
Misión 360º de la oficina de Misión Adventista
Botsuana
Basimilwe
Jefe Gorosho
Kgosana Xase
Ramasankate, el pastor distrital de Ghanzi que supervisa su trabajo. “¡Y no se puede andar en bicicleta en la arena del Kalahari!”. Para comprar alimento, Ishmael debe viajar hasta Ghanzi, a una distancia de 150 kilómetros (93 millas) de ida. Para emprender ese viaje, él debe caminar 14 kilómetros (9 millas) por un camino donde, a veces, se ven leones. Pero la falta de un vehículo no es un inconveniente para Ishmael. Él anhela llevar el evangelio a quienes viven fuera del asentamiento (un deseo contenido debido a las largas distancias y a los animales peligrosos).
El mayor desafío que enfrenta Ishmael es alcanzar espiritualmente al pueblo basarwa. Ha pasado un año tratando delicadamente de ganarse su confianza, asistiendo a sus funerales, orando con quienes tienen problemas, visitando a los enfermos y jugando con sus hijos.
“Es muy difícil compartir a Jesús con mi pueblo”, dice el jefe Gorosho. “Pero desde que llegó el pastor Ishmael, he notado un ablandamiento gradual de sus corazones. Él está alcanzando a aquellos que nunca habían conocido a Dios y está haciendo un gran trabajo en ellos. He visto un cambio notable en mi comunidad”.
El pastor Ramasankate también está agradecido por el ministerio de Ishmael. “Si no fuese por Ishmael”, dice, “no habría obra adventista aquí en Bere”. El distrito del pastor Ramasankate abarca unos 119 000 kilómetros cuadrados (46 000 millas cuadradas) y puede visitar a cada iglesia solo una vez al año. “Tengo solo tres pioneros, pero necesitamos muchos más para un territorio tan grande”.
A pesar de los muchos desafíos que conlleva el trabajar en Bere, Ishmael es optimista. Ama ser un pionero de Misión Global y cree que Dios lo llamó a este ministerio único. Pero él solicita las oraciones de su familia eclesiástica.
“Por favor, ore para que Dios me dé habilidad para compartir el evangelio sin ningún obstáculo”, pide, “para que los basarwa puedan ver una imagen verdadera de Jesús y comprendan la Palabra de Dios”.
“Y, por favor, ore para que el Espíritu de Dios sea derramado sobre estas personas, para que puedan ser receptivos a Su amor y estén listos para su pronto retorno”.
Los pioneros de Misión Global son laicos enviados a establecer nuevos grupos de creyentes en áreas no alcanzadas o entre grupos de personas no alcanzados. Ellos reciben una pequeña remuneración y, a menudo, trabajan dentro de su propia cultura. Por favor, apoye su ministerio con sus oraciones y con donaciones en dinero para Misión Global.
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El pastor Ishmael visita a un vecino
Los niños de la escuela esperando la visita del pastor Ishmael
El pastor Ishmael canta y ora con los niños de la escuela
Alcanzando corazones a través de las ondas radiales
EEscrita por Apolle Creles
Bohol and Sompong Koonsawang, esta historia fue compartida por Khamsay Phetchareun, director del Centro para las relaciones AdventistasBudistas.
l ministerio radial del noreste de Tailandia sigue siendo un vehículo poderoso para difundir el evangelio y transformar vidas. Es más que solo una radioemisora: es un puente que conecta con individuos que puede que jamás hayan pisado una iglesia, pero que están dispuestos a escuchar el mensaje desde la comodidad de sus hogares. La Sra. Sompong Koonsawang, una líder clave de este ministerio con sede en Fang Thoung, es un brillante ejemplo de dedicación, que usa su voz para tocar corazones y acercar personas a Dios. Su trabajo ha tenido un impacto significativo, especialmente entre aquellos provenientes de un ambiente budista, despertando una curiosidad que conduce a muchos a explorar la profundidad del amor de Dios.
La influencia del equipo del programa de radio se extiende más allá de las ondas radiales. Ellos visitan a las personas en sus hogares para
nutrir las semillas de fe plantadas durante las transmisiones. Estas visitas han dado sus frutos, resultando en bautismos y la creación de dos iglesias en casa: los grupos Nong Lom y NonKha, donde los creyentes continúan creciendo en su relación con Cristo. Muchos auditores cuentan cómo los mensajes de la radio les ofrecen esperanza, ánimo y paz en medio de sus luchas.
Pero el ministerio no se detiene en el evangelio. Por medio de clases de inglés y salud, el equipo corre la milla extra para dotar a las personas de valiosas habilidades para vivir. Estos programas sirven como puentes para profundizar conversaciones sobre la fe. Al combinar las emisiones radiales, las visitas personales en los hogares, los programas educativos y los alcances en salud, este ministerio sigue brillando como un rayo de luz en un mundo oscuro, acercando a muchos a Dios.
Tailandia
La Sra. Sompong Koonsawang, a la derecha, y el pastor Soonthorn Koonsawang, a la izquierda, visitando al Sr. Sangob y la Sra. Chantra
Testimonio
Sr. Sangob y Sra. Chantra Saenthaweesuk
El Sr. Sangob y la Sra.Chantra eran auditores fieles del programa radial cristiano. Al sintonizarlo habitualmente, Dios comenzó a arraigarse en sus corazones profundizando su fe y despertando el deseo de conocer más. Al llegar a la estación de radio, invitaron al pastor Soonthorn y a la Sra. Sompong para que los visitaran. Mientras conversaban con el Sr. Sangob y la Sra. Chantra, estos tomaron la decisión de aceptar a Cristo. Habiendo sido devotos budistas alguna vez, ahora están compartiendo activamente el evangelio con la familia y están completamente involucrados con
su iglesia local. Por medio de visitas constantes, oración y estudios bíblicos su fe sigue creciendo. Por favor, ore por ellos mientras continúan su viaje con Cristo.
El Centro para las relaciones adventistas-budistas es uno de los seis centros de Misión Global operados por la oficina de Misión Adventista. Su propósito es ayudar a los adventistas a aprender cómo compartir sus creencias de manera más efectiva con personas que profesan las principales religiones y filosofías del mundo. Estos centros nos ayudan a entender las creencias y las culturas de otras religiones del mundo y preparan a los adventistas para interactuar con ellos en entornos sociales y comerciales. Para conocer más, visite GMsda.org/Centers.
La Sra. Sompong Koonsawang en su estudio de la radio
Equipo del ministerio radial visitando hogares
El Cielo anota un gol
Sebastián, de siete años, decidió entregar su vida a Jesús en un lugar inusual: ¡en la cancha de fútbol!
Unos pocos meses antes, se emocionó cuando sus padres, Moisés y Angélica, lo inscribieron para recibir clases de fútbol en el centro Esperanza de Vida Lo Prado, un centro urbano de influencia en Santiago de Chile. Sebastián trabajó duro en las clases y sus habilidades mejoraron rápidamente. Pero pronto se dio cuenta de que estaba aprendiendo más que solo fútbol.
Sebastián conoció a Jesús por medio de voluntarios de Un Año en Misión que
trabajaban en el centro Esperanza de Vida y quiso que sus padres también conocieran a Jesús. Así que cada día después de las clases de fútbol, mientras caminaba a casa con sus padres, él les hablaba de su nuevo Amigo.
Por aquel tiempo, la abuela de Sebastián enfermó gravemente. Sebastián estaba preocupado. El pastor Abraham Cabezas, que dirigía los programas de extensión del centro, comenzó a visitar a la familia con su equipo de voluntarios de Un Año en Misión para orar y darles ánimo.
Los padres de Sebastián disfrutaban estas visitas y, con el tiempo, solicitaron estudios bíblicos.
Ricky Oliveras es productor de video de la oficina de Misión Adventista.
Finalmente, el amor de Jesús conquistó sus corazones y fueron bautizados. Pronto, la abuela de Sebastián recobró sus fuerzas.
La familia está eternamente agradecida por la amistad y el cariño mostrado por el equipo de Un Año en Misión. Estos voluntarios continúan entregando generosamente su tiempo para realizar una variedad de talleres y para ser luces de esperanza en la comunidad. “Por medio de estos talleres muchas personas pueden conectarse con los adventistas y, a través de su trabajo, pueden conocer al Señor”, dice el pastor Cabezas. “Deseo expresar mi gratitud a Misión Global por creer y confiar en estos proyectos. En cualquier momento el Rey del Cielo regresará y veremos el resultado de todo el esfuerzo realizado en Chile y en todo el mundo”.
Sebastián es muy feliz cuando escucha a sus padres hablar de su nueva vida. ¡Gracias por apoyar el ministerio de los centros urbanos de influencia por medio de sus donativos para Misión Global y por ayudar a la gente a enamorarse de Jesús!
Centros urbanos de influencia
Misión Global apoya la misión integral hacia las ciudades por medio de los centros urbanos de influencia. Estos centros usan el método de Cristo para suplir las necesidades de la gente y establecer nuevos grupos de creyentes. Por favor, apoye a los centros urbanos de influencia visitando GMsda.org/Give77.
Un Año en Misión es un movimiento misionero para adultos jóvenes diseñado para llevar el mensaje de los tres ángeles a las ciudades del mundo. Conozca más en AMsda.org/OYIM!
Vea el video de esta historia en m360.tv/s2026!
Sebastián y sus padres con el pastor Abraham Cabezas, a la derecha
Un Dios de sorpresas
Estaba disfrutando de un almuerzo tranquilo con mi familia, cuando mi padre anunció severamente: “Vas a llamar al líder del proyecto misionero y le vas a decir que no irás allá”.
En el arrebato del momento, respondí: “No haré eso, ¡iré!”.
Su respuesta hizo correr un escalofrío por mi espalda: “¡Entonces recoge tus cosas y vete de la casa!”.
Todos me miraban, esperando mi reacción.
¿Qué debería hacer? Me pregunté. Yo amaba a mi padre, pero estaba seguro del llamado de Dios a la misión.
Mientras intentaba recomponerme,
pensé en cómo Dios me había conducido hasta ese momento. Por algún tiempo, había sentido el deseo de trabajar como misionero. Le había pedido a Dios que me guiara si esa era Su voluntad y había postulado a algunos puestos. Entonces, recibí un mensaje telefónico que decía, “¡...serás el representante de la Unión-Misión del noreste de Brasil en el equipo de Un Año en Misión de la División Sudamericana!”. Trabajaría con otros 16 jóvenes de Sudamérica para abrir un centro urbano de influencia (CUI). Nos enfocaríamos en llegar a los corazones de los ricos de Belo Horizonte.
¿Habré recibido este mensaje por error?, me pregunté. Yo era un simple trabajador del bazar de una iglesia adventista. No me sentía listo para estas nuevas responsabilidades. Le pedí a Dios que me iluminara. Pocos días después recibí otro mensaje. Este era del Instituto de Missões Noroeste (Instituto de la Misión del Noroeste), felicitándome por haber sido seleccionado para un proyecto misionero en la selva amazónica. Ahora ya no era cuestión de si iría a servir; el asunto era adónde iría a servir. No sabía
El equipo 2021 de Un Año en Misión de la División Sudamericana. Wanderson aparece en la fila de adelante a la izquierda
Wanderson Marcelino fue voluntario en un centro urbano de influencia de su país natal, Brasil.
Brasil
cuál llamado aceptar, pero tenía la certeza de que Dios me estaba haciendo saber que era tiempo de dejar la comodidad y la seguridad y abrazar el servicio.
Finalmente acepté el puesto en el CUI, sabiendo que sería difícil que mi padre aceptara mi decisión. No quería contrariarlo, pero tenía las órdenes de otro Padre, Uno al que nunca podría desobedecer, sin importar las consecuencias.
Llegué a Belo Horizonte ansioso por trabajar. Pero unas pocas semanas después, la ciudad entró en confinamiento debido al COVID-19. Nuestro objetivo era el de entablar relaciones con la gente y suplir sus necesidades físicas y espirituales. Pero ¿cómo podríamos hacer contacto con las personas si estábamos aislados en nuestros propios hogares?
Pedimos fervientemente la dirección de Dios en oración y nos inspiró para ofrecer clases en línea. Luego contactamos a algunos líderes sociales de la comunidad para contarles de nuestros servicios. Después de hacer lo que pudimos, esperamos que Dios actuara. ¡Y Él actuó! Nos contactamos con Miriam, una miembro de la comunidad que tenía un proyecto social pero necesitaba recursos humanos y financieros para continuar. Le ofrecimos lo que necesitaba. Y ella tenía una lista de contactos. ¡Precisamente lo que necesitábamos para llegar a las personas!
Miriam, una cristiana, había clamado a Dios para que enviara personas que le ayudaran con su proyecto. Ella creía que nosotros fuimos la respuesta a sus oraciones. Cuando al fin pudimos ofrecer nuestros servicios en el CUI, muchos asistentes venían regularmente, porque Miriam trajo a personas que eran parte del proyecto social del barrio. Asociarnos permitió que tanto su proyecto como el nuestro prosperaran.
En el CUI ofrecimos cursos de español y clases de pilates, asesoría psicológica y masajes. Paseábamos a los perros de la gente mientras sus dueños participaban de nuestras actividades. También teníamos una tienda de alimentos naturales e impartimos estudios bíblicos.
A fines de 2021, dejé el CUI y fui como voluntario a la Universidad Adventista de Chile. Después regresé a mi hogar, gracias a Dios a los brazos abiertos de mis padres. Mis experiencias como voluntario cambiaron mi vida y me enseñaron algunas cosas importantes. Aprendí que no hay barreras que eviten que la obra de Dios siga adelante; que la misión no se trata solo de ayudar a aquellos que tienen menos (también significa ayudar a los que tienen más) y que Dios a menudo nos sorprende cuando le pedimos que Él intervenga.
Wanderson recibiendo una medalla y un trofeo por su participación en el proyecto Un Año en Misión
Servicio Voluntario Adventista
¿Le gustaría causar un impacto positivo en las vidas de otras personas? Si es así, por favor considere ser un voluntario a través del Servicio Voluntario Adventista que facilita el servicio voluntario de los miembros de iglesia en todo el mundo. Los voluntarios entre 18 y 80 años pueden servir como técnicos en computación, trabajadores en orfanatos, granjeros, maestros, profesionales médicos, pastores y más. Encuentre un llamado en AMsda.org/Call.
VividFaith
Un servicio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, VividFaith es una plataforma en línea que pone en contacto a las personas con las oportunidades para servir, incluido el Servicio Voluntario Adventista. Para conocer más, visite VividFaith.com.
¡Conviértase hoy en una entidad de reclutamiento! Visite AMsda.org/Provider para conocer más.
El perro adventista del séptimo día
Todos los aldeanos corrieron hacia la pista de aterrizaje cantando y danzando, cuando el piloto Gary Roberts* aterrizó en Suminka, una aldea remota en la provincia indonesia de Papúa.
Habían demorado 10 años en derribar y cortar los árboles a mano para despejar el camino y construir una pista de aterrizaje en la aldea montañesa. El avión misionero de Gary era el primero en aterrizar. Era un gran suceso.
Pero cuando Gary salió del avión, la multitud guardó silencio. Los cantos y bailes se detuvieron.
“¿Es este un avión adventista del séptimo día?”, preguntó un hombre.
Los aldeanos habían visto el logo de los tres ángeles en la cola del aeroplano.
Gary se sorprendió. No esperaba que la gente de Suminka, una aldea a la que antes solo se llegaba a pie, hubiese oído acerca de la Iglesia Adventista.
Los aldeanos le contaron que muchos de ellos guardaban el Sábado. La razón, dijeron, era un perro adventista del séptimo día.
¿Un perro adventista del séptimo día?
La historia comenzó muchos años antes en otra aldea, cuando un pastor adventista, Moisés, y un pastor laico llamado Darío tuvieron el mismo sueño, la misma noche. En la mañana uno dijo: “Tuve un sueño anoche”. El otro dijo:
“Yo también, pero no quise contártelo”. Ambos habían visto un ángel en el sueño y el ángel dijo: “Ve a Suminka”.
Los dos hombres emprendieron la caminata de tres días hacia Suminka. Al llegar a la aldea, anunciaron que presentarían unas conferencias evangelísticas todas las noches, durante una semana, desde un cobertizo al otro lado de la aldea. Pero el día de la primera conferencia el pastor Moisés enfermó de malaria. Estaba muy enfermo y los aldeanos dijeron que moriría.
“Pero si mejora, entonces lo escucharemos en las conferencias”, dijeron.
Todo el día, el pastor Moisés estuvo enfermo. Pero a las 5 p. m., repentinamente se sintió mejor. Tomó un baño y predicó. Después,
nuevamente se sintió muy enfermo. Esto sucedió toda la semana. Estaba enfermo hasta las 5 p. m., se recuperaba, tomaba un baño, predicaba y luego caía en cama otra vez.
En las conferencias le habló a la gente acerca del Sábado y les advirtió respecto a comer carne impura, tal como el cerdo. El cerdo es un plato popular en las montañas de Papúa.
Cuando terminó la semana, el pastor Moisés hizo un llamado. Nadie pasó al frente.
El pastor Moisés y Darío regresaron a casa profundamente decepcionados. Se preguntaban por qué habían tenido el mismo sueño sin ningún resultado.
De vuelta en Suminka, la vida volvió a la normalidad... ¡hasta el sábado por la mañana! El mejor perro de caza de la aldea, Dolby, se levantó y se encaminó por el sendero. Su dueño y otros aldeanos pensaron que iba tras algo, quizás un cerdo salvaje, así que lo siguieron. El perro fue al cobertizo donde el misionero había hablado y se sentó frente a él. Los aldeanos pensaron que eso era extraño.
El siguiente sábado ocurrió lo mismo. El perro se levantó, caminó hacia el cobertizo y se sentó.
Esa no fue la única cosa rara que hizo el perro. Los aldeanos también notaron que había dejado de comer cerdo. Se rehusaba a cazar cerdos salvajes y otros animales impuros.
Los aldeanos se dijeron unos a otros: “Dolby se convirtió en adventista del séptimo día. Si él adora en Sábado, nosotros también deberíamos”.
Muchos aldeanos comenzaron a guardar el Sábado y dejaron de comer alimentos impuros.
Gary, el piloto misionero, se impresionó cuando escuchó la historia y llamó al pastor Moisés. El pastor envió a Darío a la aldea para preparar a la gente para el bautismo.
Hoy, casi la mitad de la aldea de 200 adultos y niños adoran en Sábado y 21 personas han sido bautizadas. Dolby sigue evitando los alimentos impuros. Los aldeanos dicen que es un perro muy sano.
* Gary Roberts, misionero por largo tiempo, falleció en 2024.
Oficina de Misión Adventista
Desde 1921, el Informe Misionero trimestral ha destacado las necesidades y proyectos misioneros especiales. Viene en dos formatos: uno para niños y otro para jóvenes y adultos y está disponible en múltiples idiomas. Descubra docenas de historias inspiradoras en AMsda.org/Quarterlies.
Dolby, el mejor perro de caza de la aldea de Suminka en Papúa, Indonesia (Gary Roberts / Aviación Adventista Internacional)
No es mi dinero
No sé a qué hora sonó el teléfono aquella noche, pero era tarde. Mi esposo, Greg, escuchaba atentamente cómo el pastor adventista local explicaba que la policía tailandesa de inmigración había allanado un apartamento donde había unas cien personas en busca de asilo. Veinte de ellas habían escapado y necesitaban refugio desesperadamente. El pastor estaba preguntando si podíamos ayudar.
El momento no podía ser peor para Greg y para mí. Nos estábamos preparando para nuestra conferencia misionera anual y todavía había mucho qué hacer para estar listos cuando las conferencias comenzaran por la mañana. ¿Qué íbamos a hacer? Teníamos una casa de huéspedes junto a la nuestra en el recinto de la Misión, pero no era adecuada para acomodar 20 personas. Nos disculpamos debido a nuestro intenso trabajo y prometimos orar para que pudiesen encontrar ayuda.
Durante los siguientes tres días, nos preguntamos qué habría ocurrido con aquellas personas. Entonces escuchamos que otra familia en busca de asilo había invitado a todo el grupo a quedarse con ellos. Nos sentimos impactados y con cierto remordimiento, porque sabíamos que la familia estaba viviendo en un pequeño apartamento de una habitación, de la mitad del tamaño de nuestra casa de huéspedes.
Temiendo la amenaza de arresto de la policía de inmigración, la familia mantenía cerradas las cortinas y las puertas, y no permitía que nadie saliera del apartamento. Necesitaban provisiones con urgencia, así que compramos y entregamos alimentos durante las dos semanas siguientes hasta que los solicitantes de asilo pudiesen encontrar un nuevo alojamiento.
Luego nos enteramos de que, aunque los invitados se habían ido, las necesidades de la familia anfitriona continuaban. A pesar de su
Sudeste Asiático
estatus ante la Alta Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ellos eran considerados inmigrantes ilegales y, por lo tanto, no podían trabajar. No teniendo ingresos, habían vendido todo lo de valor solo para pagar el alquiler. Así que continuamos ayudándolos, haciéndonos cargo de todas sus necesidades financieras, incluido el pago de la matrícula de sus hijos. Cada vez que les entregábamos ayuda financiera, nuestros amigos exclamaban: “¡Hacen tanto por nosotros y estamos muy agradecidos! Pero de ninguna manera podremos pagarles alguna vez”.
Sus palabras me causaban angustia. Aunque de alguna forma me alegraba ayudarlos, tenía una lucha interna. Una cosa es ayudar a alguien una o dos veces. Incluso podía verme ayudando por algunos meses, en casos extremos. Sin embargo, el proceso de asilo podía tardar hasta ocho años.
Me sentí terrible por mi actitud. Sabía que, aunque ellos eran profesionales capaces de sostenerse por sí mismos, no podían hacerlo. Sabía que no tenían otras opciones. No podían regresar a su hogar, porque probablemente serían asesinados. No podían viajar a otro país, porque su pasaporte había expirado y su embajada no se los renovaría por estar solicitando asilo. Estaban verdaderamente atrapados.
También luchaba con el cambio que nuestro apoyo estaba causando en nuestra relación con esta familia. En su cultura, basada en la vergüenza y el honor, nuestra ayuda significaba que estaban adquiriendo una deuda con nosotros, transformando nuestra amistad entre iguales en una relación patrón-cliente. Eso estaba dañando su dignidad.
Así que comencé a pedirle a Dios que me mostrara cómo aceptar su gratitud de manera que restaurara su autoestima y equilibrara nuestra amistad. También le pedí que me ayudara a estar tranquila frente a un compromiso financiero a largo plazo, si eso era lo que Él nos pedía que hiciéramos.
La respuesta de Dios llegó repetidamente con una fuerte impresión: “Diles que el dinero Me pertenece”. Me confundí con esta instrucción, pero en la medida en que seguí buscando su dirección, Él me enseñó cosas importantes acerca de la mayordomía. Yo había pensado en la mayordomía mas bien en términos de la devolución del diezmo (10%) a Dios. Ahora, Él dirigió mi atención a la parábola de los talentos dicha por Jesús. Revisando cuidadosamente la historia, me di cuenta de que los siervos debían dar cuenta del total del dinero que recibieron. El dueño esperaba y confiaba plenamente en que los
mayordomos actuarían como agentes en su nombre, invirtiendo los talentos como él lo hubiese hecho. Se esperaba que cada decisión que tomaran reflejara el carácter del maestro. La idea de que todo el dinero que teníamos en nuestra cuenta bancaria le pertenece a Dios y de que Él nos lo estaba confiando para usarlo de acuerdo a Su voluntad y carácter fue un cambio de paradigma para mí. Me quitó toda la presión de tener que decidir si una causa valía la pena o no. En lugar de eso comencé preguntando: “¿Cómo quiere Dios que use Sus recursos para responder a esta situación?”. Esta nueva perspectiva me liberó para ser más generosa.
Eso también equilibró nuestra relación con nuestros amigos. La siguiente vez que ellos expresaron su agradecimiento les dije lo que Dios me dijo: “Amigos, el dinero no es nuestro; es de Dios. Él querría que los ayudemos en esta situación”.
También experimenté otra bendición. Cada mes que ayudamos a nuestros amigos, descubrimos que nuestros salarios parecían estirarse para cubrir todas nuestras necesidades. Proverbios 19: 17 dice: “A Jehová presta el que da al pobre; el bien que ha hecho se lo devolverá” (RVR1995).
Estoy muy agradecida por esta experiencia. Las lecciones que aprendí siguen guiándome cada vez que encuentro personas con necesidades. Como administradora de los recursos de Dios, es mi responsabilidad usarlos cuando Él me lo pida. Y cada petición es una oportunidad para revelar su corazón generoso y compasivo.
Amy Whitsett disfrutó vivir y trabajar 16 años como misionera en el Sudeste Asiático. Ella es la gerente de atención y apoyo a los empleados del Servicio Internacional para Recursos y Servicios del Personal Internacional.
Sus ofrendas misioneras generosas y sistemáticas, entregadas en la escuela sabática, ayudan a sostener el ministerio de cientos de misioneros ¡Gracias!
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Revista y TV Misión 360º presentan inspiradoras historias acerca de misioneros, pioneros de Misión Global, centros urbanos de influencia y más. Desde aldeas remotas en la selva hasta megaciudades repletas alrededor del mundo, lo llevan a las líneas frontales de la obra misionera para experimentar los desafíos y el gozo de llegar a las personas con el amor de Jesucristo. Visite AMsda.org/360magazine y M360.tv.
Tu iglesia no te salvará
En Nueva Delhi, India, un furioso grupo de hombres ordenó a los misioneros adventistas del séptimo día que abandonaran su vecindario.
Los misioneros deseaban establecer la primera iglesia adventista aquí, pero había una disputa respecto de los derechos del terreno. Esperando resolver el conflicto, los líderes de la iglesia enviaron a un pionero de Misión Global llamado Suleman a esta área donde no habíamos entrado.
Suleman enfrentó un desafío. Él sabía que el grupo que reclamaba la propiedad de los derechos no le entregaría el terreno sin pelear. Pero como pionero de Misión Global, él no esperaba solamente resolver el conflicto, sino compartir el amor de Jesús y, eventualmente, establecer un nuevo grupo de creyentes.
Cuando Suleman llegó, él y su familia recibieron graves amenazas. “Ellos me dijeron:
‘Tu iglesia no te salvará. Mejor deja la propiedad o nosotros nos vengaremos de ti’”.
Suleman le pidió sabiduría a Dios para tratar de la mejor manera con el conflicto en ascenso. Luego, habló con los enfurecidos hombres que amenazaban con golpearlo.
“Estoy aquí para servir”, dijo Suleman. “Su conflicto es con mi administración, no conmigo. Permitan que me quede. Si la propiedad es traspasada a ustedes, al menos alguien la cuidará mientras el asunto se resuelve”.
Los hombres pensaron que era una propuesta razonable, así que permitieron que
Earley Simon es el gerente de proyectos comunicacionales de la oficina de Misión Adventista.
India
Suleman y su familia en la India
Cuando Suleman comenzó a trabajar en la comunidad de Nueva Delhi, recibió amenazas furiosas
Suleman se quedase mientras estuviese de acuerdo en no hacer ningún cambio a la propiedad.
Durante las siguientes semanas, Suleman y su esposa se dedicaron a conocer a la comunidad que los rodeaba. Visitaron a los vecinos y entablaron amistades que les permitieron compartir su fe. Por la gracia de Dios, la gente fue receptiva al evangelio y quiso escuchar más acerca de Jesús.
Un día Suleman y su esposa conocieron a Sushma. La esposa de Suleman y Sushma se convirtieron en buenas amigas mientras cocinaban juntas y compartían experiencias de vida. La esposa de Suleman le preguntó a Sushma si le interesaría aprender más de la Biblia. Sushma aceptó, así que Suleman y su esposa comenzaron a enseñarle acerca de Dios.
Hoy, debido a que Suleman y su esposa se mezclaron con la gente y le mostraron el amor de Cristo, la escritura de la propiedad pertenece, formalmente, a la Iglesia Adventista del Séptimo Día de la India.
Aproximadamente 25 miembros regulares adoran aquí cada Sábado. A medida que crece esta congregación, Suleman sigue orando en busca de sabiduría.
Por favor, ore por Suleman, pues enfrenta muchas dificultades al compartir el evangelio. Ore, también, por la obra misionera que avanza hacia lugares donde aún no hemos entrado entre las mayores religiones y áreas urbanas del mundo. ¡Y gracias por su apoyo a Misión Global!
Vea el video de esta historia en m360.tv/s1926!
Sus oraciones y donativos financieros ayudan a los pioneros de Misión Global a alcanzar a los no alcanzados para Jesús. Para donar, por favor haga clic en este código QR, o visite GMsda.org/Give77
Enfoque Misionero presenta videos que resaltan los proyectos de la ofrenda del decimotercer Sábado y le muestran a inspiradores misioneros y obreros de la iglesia alrededor del mundo. Venga a ver cómo es la misión en cada rincón de la Tierra. AMsda.org/MS
Suleman y su esposa fueron de puerta en puerta para conocer a sus vecinos
La esposa de Suleman, a la derecha, se convirtió en una buena amiga de Sushma y finalmente pudo compartir a Jesús con ella
Suleman ha plantado una iglesia con unos 25 nuevos creyentes.
¿Alguna vez usted ha pensado en hacer una
inversión
en la misión global de Dios que le rinda dividendos ahora y por la eternidad?
Cuando usted hace un pacto de ofrendas sistemáticas para ayudar a Misión Global, sus ofrendas tienen un impacto creciente en las vidas de personas no alcanzadas en ciudades, pueblos y aldeas que aún necesitan escuchar acerca de Jesús.
Así que si usted está revisando su plan de jubilación, de los existentes en su país; calculando sus ingresos anuales; creando un fideicomiso o redactando su testamento, ahora es el mejor momento para invertir en un acto de amor dejando un legado en dinero para Misión Global.
Por favor, ore y considere una ofrenda sistemática para Misión Global, para ayudar a plantar nuevos grupos de creyentes. Este puede ser el llamado que Dios le hace a involucrarse para cumplir Su Gran Comisión. Para conocer más acerca de cómo causar un impacto duradero, visite GMsda.org/PG o llame al 800.648.5824 y hable con nuestro encargado de ofrendas y fideicomiso sistemáticos.