SUR DE ASIA
El pionero de Misión Global, Balvindra, con su esposa, Gurmeet, y su hijo, Ajeet.
Un viaje de fe Esta historia fue escrita por un miembro del equipo de El Mensajero Adventista de Canadá. Edición Sudasiática.
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Mi camino hacia Jesucristo
Desde niño me enseñaron el valor de mi religión. Desarrollé el interés por asistir a las reuniones religiosas y disfrutaba del compañerismo con los sacerdotes. Al graduarme de la universidad, comencé a trabajar y luego me casé con una joven llamada Gurmeet*. Vivíamos felices y Dios nos bendijo con cinco hijos. Nunca pensé en otra religión, aparte de la mía. No quería escuchar acerca de otro dios. Luego descubrí que mi esposa y una hija habían estado asistiendo, en secreto, a unas reuniones cristianas de oración durante un mes. Ellas estaban buscando paz y prosperidad para nuestra familia que, en ese momento, tenía muchos problemas. Me enfurecí con ellas. Acusé a mi esposa y a mi hija de destruir la paz de nuestra familia y de
quebrantar las tradiciones y cultura de nuestra religión. Algún tiempo después, un amigo me invitó a una iglesia el día de Navidad. Tenía muchas preguntas acerca del cristianismo, así que acepté ir. Después del servicio religioso, el pastor compartió su testimonio conmigo y me preguntó si quería aprender más acerca de Jesucristo el Creador, Redentor y Salvador de la humanidad. Más tarde, mi amigo me preguntó acerca de mi primera experiencia en una iglesia. Le dije que no me había gustado la actitud del pastor, porque parecía que estaba tratando de convertirme al cristianismo. Sin embargo, acepté asistir regularmente a la iglesia con mi familia.
Mi camino con Jesucristo
Mis finanzas eran bastante sólidas, pero surgió la tensión cuando los miembros de