N O TA D E TA PA Cosecha de jaguareté ka’a.
Siembra de jaguareté ka’a en vivero.
dan a las exigencias actuales del mercado marcan el rumbo de esta iniciativa, que cumplió 5 años con notables resultados. Francisco Amarilla, técnico encargado del campo de parcela experimental de la firma, acompañó el trabajo periodístico en Guayaybí. Recordó que el trabajo arrancó en el 2008. “Actualmente estamos en etapas de reproducción de plantitas. Entre las metas está disponer de materiaFRANCISCO AMARILLA, técnico encargado del campo de parcela experimental.
les suficiente para cubrir una hectárea, por ejemplo, de jaguareté ka’a (Baccharis articulata Pers.)”, comentó. Pero además, la tarea investigativa incluye la búsqueda de otras variedades de hierbas, para aumentar la productividad por hectárea y en algunos casos para conquistar el mercado internacional, explicó. Mientras, ya están en producción comercial el jaguareté ka’a y la rosa mosqueta, con mucha demanda y con la preocupación que en forma nativa la oferta está limitada y si no se renuevan los cultivos, se corre el riesgo del desabastecimiento, advirtió. “El jaguareté ka'a es nativo de Paraguay. Se encuentra en estado silvestre y estamos ensayando cómo se puede reproducir, qué cantidad de kilogramos se puede conseguir en una hectárea, que es lo que ya estamos logrando, gracias de la experiencia adquirida en el vivero”. EXPERIENCIA ÚNICA. Para desarrollar la actividad investigativa, Arasy Orgánica destinó ocho hectáreas a la firma Hierbapar, igualmente propiedad de la familia Stadecker, dedicada al fraccionamiento y envasado de hierbas naturales y especias. Esta superficie fue entregada para el campo experimental de ensayos de hierbas medicinales. “Sobre este tema no hay experiencia. No hay ni texto ni información de internet. A través de nuestra experiencia estamos consiguiendo logros y transferimos información y capacitación a los pequeños productores”, refirió.
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Entre los avances, citó la obtención de plantas madres de jaguareté ka’a, en cantidad suficiente para completar una hectárea. Esto permitiría tener la plataforma mínima para multiplicar y llegar a los productores. El cultivo requiere de riego, por lo que demanda agua, ya que su hábitat original es la zona baja. Para la planta madre se recurrió a materiales traídos del departamento de Caaguazú. “Ahora estamos en la reproducción por estaca. Estamos logrando entre 60% y 70% de enraizamiento. La idea es tener una hectárea de jaguareté ka’a, una hectárea de rosa mosqueta, una hectárea de orégano y ahora estamos encaminando la reproducción de burrito y pimienta”, puntualizó. La meta de completar la hectárea por cultivo permitiría cumplir con el fin comercial. “Ya tendríamos 72.000 plantas de jaguareté ka’a por hectárea. Esto daría de 8 a 9 mil kilogramos por corte y permitiría realizar dos cortes anuales, con lo que por lo bajo se tendrían unos 16 mil kilogramos de oferta anual”. Para el caso de la rosa mosqueta, se avanzó igualmente. En la actualidad cuentan con media hectárea establecida, cuya producción permitiría una cosecha comercial para su venta en Asunción, tras la colecta y el secado del rubro. “Esta planta estaría rindiendo mil kilogramos por hectárea anual. Su principal comercialización se da en invierno, cuando se vende hasta 80.000 el kilogramo”. Plantines de jaguareté ka’a.