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Aprendiz de poeta
Carretera De Bugarra
He vuelto a venir al campo, con las ansias de costumbre, he vuelto a cerrar los ojos, te he visto junto a la lumbre.
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Te he visto y nos hemos visto : alegres, sin pesadumbre; tú, tu mujer y tus hijos allá por el mes de Octubre.
Los cuatro allí reunidos, con gozo, como es costumbre, cenando la humilde cena mientras la noche nos cubre.
He vuelto a cerrar los ojos, jugando a saltar, brincando, me he visto sobre tus hombros, como el niño y el caballo.
Y me bajabas al suelo, y yo cogido a tu mano, por aquel corto camino llegábamos al barranco y nos tirábamos cantos, y seguíamos jugando, y volvíamos a casa a dormir en los camastros.
Y llegó aquel mes de abril, y a la noche no jugamos: Te arrancaron los civiles, con esposas maniatado.
Ya nunca pude ir contigo, jugando hasta aquel barranco y nunca pude saltar, en tus hombros columpiado se me han abierto los ojos: ya todo estaba cambiado, ya no está nuestra casica, ya no están allí los amos y ya no se ven los surcos que hacías con tu caballo, con aquel caballo negro, percherón, forzudo y manso.
Sólo hay melocotoneros que José Luis ha plantado, una cadena a la entrada, hierba, zarzales y cardos.
No hay caballos en las cuadras ni ovejas, carros ni machos los caballos se murieron, vilmente te asesinaron.
Se me fue lejos mi padre, desapareció entre nardos pero tras luchas y luchas, por fin he vuelto a encontrarlo.
Por Adolfo Pastor
Río Turia
Río Turia, río Turia, nadie se baña en tus aguas, no chapotean las chicas, no lavan la ropa blanca ni la tienden, que se seque en las ramas de las sargas. En tus riberas las zarzas se han hecho dueñas y arañan y no dejan acercarse ni mirar en tus espejos los reflejos de las caras.
Ya no se pescan las luinas ni los cangrejos se sacan de las oscuras toperas ni los barbos con las mangas...
Qué triste es tu vida, solo, sin nadie que se divierta contigo, por las riberas, sorteando remolinos o limpiándose en tus aguas el tamo de todo el cuerpo, después de acabar la parva.
Ya no te muestras alegre, saltarín y chispeante y ocultas, triste, tu cara, debajo de la maleza, carrizos, zarzas y cañas.
NADA TUVE, TODO TENGO
Nada tuve, nada fui, Ni padre, ni riquezas...
Hasta los besos y los abrazos me faltaron...
La vida fue pasando
Y mi vida se fue colmando, Y ahora tengo de todo, Casas, coche, manzanos...
Mujer, hijos y nietos
Y amigos infinitos, como estrellas en el cielo de Orchova...allá en lo alto.
Y besos incontables y sinceros abrazos...
Y todo en mi vida ya me sobra
Quiero dar lo que tengo
Besos y abrazos quiero dar
Y mi cuerpo y mi corazón, Sin esperar nada a cambio.