La Inclusión – Un Modelo que Funciona Nuestro querido hijo cumplió seis años en enero y es un niño feliz. Su desarrollo ha sido distinto al que muchos llamarían típico de la infancia. Nació prematuro y tiene biparesia espástica. Desde los tres años de edad asiste a IMAGINE, el centro de educación inicial de la Academia Cotopaxi, y esto ha sido una experiencia maravillosa. ¡Cuando él ingresó a IMAGINE se movilizaba gateando y ahora entra caminando a su clase! Utiliza apoyo, pero su caminar es cada vez más sólido. La apertura de IMAGINE para trabajar con nosotros ha sido completa. Nos han guiado en todos los aspectos de su vida y cuando se encuentran con preguntas, investigaban para asegurar lo mejor para él. Las necesidades de nuestro hijo se atienden de manera integral. El colegio ha tomado la iniciativa de reunirse con los fisioterapeutas que trabajan con él para apoyarlo en sus ejercicios y posturas. Han adaptado la clase para facilitar su movilidad. Siempre lo motivan por medio de juegos a que camine y alcance otros logros. Me da risa por las mañanas; ahora camina más rápido con sus bastones para evitar con picardía el beso de una profe. El año anterior, los días viernes el entraba y salía en bicicleta. Como por lo general, entra con bastones, se tarda un montón, y ese era su día especial de la semana en que podía ganarle en velocidad a todos. Los niños me han demostrado desde pequeños, que aceptar las diferencias es lo más natural. Recuerdo que nos contaban, que cuando tenía tres añitos, en clase de expresión corporal, una manito que no sabemos de dónde salió, lo ayudaba a subir en uno de sus ejercicios. Ahora tiene su mejor amigo, y muchos amigos en la clase que lo quieren mucho. Se desenvuelve dentro de un modelo de inclusión siguiendo un programa personalizado. Las expectativas del colegio son altas, y también nos han ayudado a nosotros a esperar lo mejor de nuestro hijo. Lo vemos como ha progresado con sus dibujos, letras, y hasta en una segunda lengua. El enfoque siempre está en lo que él sí puede hacer. Realmente no paramos de sorprendernos. Con el trabajo en conjunto, veo un niño feliz e independiente, que no siente que tiene ningún tipo de barreras. ¡Seguro de sí mismo! Su hermano mayor, le ha dicho que si viene alguien a hacerle daño, él va a salir a defenderlo… Él le responde, que atraparía sus piernas y lo haría caer…que se puede defender solo.
Tener a un niño con necesidades especiales, es una experiencia enriquecedora para todos. Desde cómo cambia la mirada de los padres cuando recién lo conocen, hasta el lograr fortalecer los valores como el respeto hacia las personas y la lucha diaria. Tenemos un largo camino por recorrer… ¡Nuestro hijo es nuestro ejemplo y nos sentimos afortunados de seguirlo! Escrito por una madre de familia de IMAGINE