"LOS MONTES PÚBLICOS DE ÁLAVA: UN RECURSO ESTRATÉGICO PARA EL FUTURO DE NUESTROS PUEBLOS"

Page 173

LOS MONTES PÚBLICOS DE ÁLAVA: UN RECURSO ESTRATÉGICO PARA EL FUTURO DE NUESTROS PUEBLOS

reforma liberal ni siquiera reconocía entidad legal) dejaban de tener capacidad de decisión directa sobre cómo gestionar esos espacios y que la misma recaía en los representantes municipales. Se trataba, en el fondo, de una simplificación propia del liberalismo que pretendía homogeneizar y racionalizar (siempre para sus fines) situaciones de facto mucho más complejas. El proceso paralelo a la municipalización fue el de la “estatalización” que podría resumirse en el hecho de que paulatinamente el Estado fue incrementando su control no sólo sobre aquellos montes que eran de su propiedad, sino también sobre el resto de los montes públicos. Para ello se fueron estableciendo toda una serie de mecanismos que obligaban a los ayuntamientos a contar con el permiso de la Dirección General de Montes para poder realizar aprovechamientos. Obviamente la puesta en práctica de ese proceso presentó sus problemas ya que el Estado no contaba ni con el personal técnico ni de guardería suficiente como para ejercer un control efectivo sobre la totalidad de los montes. Pero la intención estaba clara y, en el largo plazo, se fue saldando con un éxito bastante considerable. En definitiva, el triple proceso que se acaba de resumir (privatización, municipalización y estatalización) y que estuvo detrás de la propia creación del concepto de monte público no se produjo de la noche a la mañana, sino que de una u otra forma se fue extendiendo como mínimo durante toda la segunda mitad del siglo XIX e incluso durante las primeras décadas del XX. De hecho, si bien el momento álgido de las privatizaciones se produjo especialmente durante las décadas de los sesenta y los ochenta del XIX, las ventas continuaron produciéndose hasta mucho tiempo después. Por lo demás, el propio concepto de monte público también fue cambiando e incluyendo nuevas características. En este sentido, la aparición del concepto de “utilidad pública” creado en España en 1899 y desarrollado posteriormente puede considerarse, en este contexto, como una especie de formalización legal de buena parte de los montes públicos. Por lo demás, aunque desde el punto de vista legal puede decirse que todos estos cambios han permanecido bastante cerrados durante la segunda mitad del siglo XX, no ha ocurrido lo mismo con las formas de entender las formas de gestión de los montes públicos. Al contrario, desde hace décadas viene produciéndose a nivel mundial un interesante debate sobre los bienes comunales (estrechamente ligados a los montes públicos) y sobre las formas de entenderlos al que me gustaría referirme brevemente porque creo que aportan datos interesantes sobre el tema que nos ocupa. En 1962 el biólogo Garret Hardin escribía en Science un artículo titulado “The tragedy of the commons” que venía a resumir de manera formalizada algunas de las ideas más extendida sobre los comunales41. Para ese autor los bienes comunales llevan implícita una tragedia que proviene del diferente reparto de costes y beneficios entre los usuarios de esos bienes. Cada uno de los usuarios recibe directamente los beneficios de usar el bien, mientras que los costes quedan diluidos en el conjunto de la comunidad. En este contexto, para Hardin, cada usuario individual elegirá incrementar el uso posible del bien, pero como todos harán lo mismo esa situación llevará

41

Hardin (1962)

173


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.