






Ser papá no es fácil, pero tú lo haces ver como la mejor
aventura del mundo. Hoy te quiero decir cuánto te admiro, te necesito y sobre todo… ¡cuánto te amoooo!
¡Siempre el mejor!
Eres el tipo de papá que convierte una tarde común en una aventura y una plática cualquiera en una gran lección de vida.
¡Gracias por todo!
Siempre estás ahí: apoyando en silencio, abrazando con fuerza y dando todo de ti sin pedir nada a cambio.
Gracias por tu paciencia infinita, por tus consejos sabios, por tus abrazos que calman y por tu amor incondicional. Eres un ejemplo de esfuerzo, integridad y cariño.
Eres mi fuerza en los momentos difíciles, mi risa en los días tristes y mi apoyo en cada paso que doy. ¡Gracias por siempre creer en mí!
No hay trofeo que te alcance, papá. Eres nuestro campeón en abrazos, consejos, asados y arreglos con alambre.