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«La Vicaría» en Reus (1922

Marià FORTUNY

«El Lagartijo en la capilla» Esbozo para «La Vicaría»

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Madrid, 1867 Óleo sobre tabla, 41 x 53 cm Museu de Reus (IMRC 00003)

La Vicaría de Fortuny, en Reus (1922)

Cuando en 1912 el emblemático óleo La Vicaría era puesto a la venta en París, el Ayuntamiento de Reus solicitó al Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona su adquisición. A pesar de que la Junta de Museos de la capital catalana manifestó su deseo de comprarla, fue adquirida por un coleccionista, por 150.000 francos. Es significativo del gran negocio que representaban las obras de Fortuny, el hecho que el marchante Goupil había pagado a Fortuny 25.000 francos por la pintura, en 1870, y al cabo de pocos días la vendió por 70.000. La compradora, la tuvo hasta su muerte en 1912, cuando la adquirió el conde de Pràdere.170 Diez años después, este la puso a la venta y fue adquirida en mayo de 1922 por la Junta de Museos de Barcelona por 300.000 francos, cifra conseguida en parte por donaciones particulares y suscripción pública. En Reus, esta suscripción tuvo su principal aval en el Centre de Lectura, que aportó 3.080,15 ptas, de las 4.085,15 recaudadas en la ciudad.171

En junio de 1922 el Ayuntamiento de Reus a petición del Centre de Lectura inició las gestiones para que la obra fuera expuesta en Reus, con una comisión dirigida por el concejal de cultura Ramon Pallejà. El 26 de junio Joaquim Folch i Torres (Barcelona, 1886–1963), director del Museo de Arte de Barcelona, comunicaba al Ayuntamiento de Reus el acuerdo de ceder por unos días La Vicaria para ser expuesta en la ciudad. La comunicación califica Reus de «culta ciutat sortosa i fecunda patria de grans homes, honor de la terra», La Vicaría de «prodigiosa pintura universalment coneguda i celebrada com una de les que més extesa fama i envejable renom donáren a son genial autor». El Museo acordó

«d’accedir de molt bon grat a que pugui la ciutat de Reus retre el degut homenatge d’admiració i estima a son excels fill, disfrutant a l’ensemps del llegítim goig que ha de proporcionar-li el contemplar la magna producció fortuniana, motiu d’inmens orgull per als compatricis de qui sabé dotar d’una de les més remarcables pintures la producció artística mundial del segle XIX, i que ha quedat consagrada com a obra definitiva i a admirar les generacions presents i de l’esdevenir».

trial herrero reusense Gabriel Padrós, que conoció y mantuvo relación y correspondencia con Fortuny, que vio un busto «romano» en mármol de Carrara de Fortuny propiedad de Federico de Madrazo –posiblemente se refiere al de yeso que Madrazo regaló a Reus en 1877, cuando se planeaba erigir un monumento al pintor– y que considerándolo muy poco expresivo, le pidió permiso para «fundirlo en hierro y modelarlo a su gusto», lo que hizo y trabajó en su fundición de Madrid durante ocho domingos, con gran admiración de Madrazo que quedó impresionado. «Exposición minero-metalúrgica», El Imparcial, Madrid, 29-IX-1883. Citado por AZCUÉ: «De Gemito...», pp. 160-161. 170. Actas Municipales, 10-V-1912, f.257. 171. El Ayuntamiento aportó 500; el presidente de la Cámara de Comercio y las sociedades El Círcol y El Olimpo, con 100, fueron las principales aportaciones. El Sindicato de Riegos del Pantano de Riudecanyes, La Industrial Harinera y Gas Reusense, aportaron 50 ptas cada una; la Sociedad la Palma, 25; Joan Figueres, 25 y el notario Francesc Sostres, 5 ptas, que fueron enviadas a la Junta de Museos de Barcelona el 14 de septiembre de 1922. Legajo «Suscripció de la Junta de Museos de Barcelona per «La Vicaria» de M. Fortuny a Reus. 1922». Diario de Tarragona, 16-V-1922.

Lógicamente ponían como condición que se contratara un seguro con una entidad solvente y de confianza, por el valor del precio que se había pagado por el cuadro.172 El 22 de julio una comisión de la Junta de Museos de Barcelona, encabezada por su presidente el escultor Josep Llimona (Barcelona, 1867–1934), junto con Pau Olivella y

172. El seguro se contrató con el Banco Vitalicio de España, con una prima de 2.275 ptas. Legajo «Exposició del quadre la Vicaria de M. Fortuny a Reus». Las Circunstancias, 22 y 23VII-1922, que hacía un llamado a engalanar la fachada del Ayuntamiento y de las casas de Reus, especialmente las de las calles por donde pasaría el cuadro.

Marià FORTUNY

«La Vicaría»

Roma, 1868-1869 / París, 1870 Óleo sobre tabla, 60 x 93,5 cm Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC 10698) Ramon Pallejà, llevó en el tren exprés La Vicaría a Reus. Una comisión municipal, con sociedades y corporaciones locales lo esperaba en la estación, mientras la fachada del Ayuntamiento era engalanada con damascos. Un aplauso recibió los portadores del cuadro y una comitiva la llevó hasta el Ayuntamiento y de allí al Centre de Lectura, donde al día siguiente, domingo, se inauguró la exposición, que permaneció abierta durante ocho días. Después de los parlamentos de Llimona y de Pallejà, un gentío empezó a desfilar ante el cuadro:

«Pot dir-se, sense temença d’exagerar, que desfilà per davant de «La Vicaria», tot Reus. [...] Gent de totes les edats i condicions, barrejats amb maravellosa promiscuitat, formaven pacientment la llarga cua esperant els hi toqués el torn de poguer permaneixer uns curts minuts davant la famosa taula, i això sens interrupció durant totes les hores del día». Diu que «no era aquell un públic intel·ligent que anava a admirar una obra d’art; eren, per damunt de tot, reusencs que anaven a tributar el seu homenatge a un compatrici il·lustre i que sentien davant d’aquella joia artística, créixer son amor per les nostres coses».173

Todo ello es una muestra de la admiración que la ciudad sentía por Fortuny y sus éxitos. Diario de Reus dedicó a La Vicaría un número especial con articulos sobre el pintor y obsequió con una reproducción del cuadro.174 Pero no todos lo veían igual. El escritor, librero y editor catalanista Salvador Torrell i Eulàlia (Reus, 1900-Barcelona, 1990), se mostró muy crítico y publicó, en Boira en agosto de 1922, la nota «Amb motiu de «La Rectoría», una reflexión sobre el tema de la pintura y de sus seguidores reusenses –siendo quizás el primero que los ve como escuela pictórica reusense, desde una óptica nacionalista catalana:

173. El éxito de la exposición, dice, «feia reviure en nosaltres falagueres experanes de que les velles energies sorgiran de nou i Reus tornarà a ésser lo que fou». «La Vicaria a Reus», Revista del Centre de Lectura, VIII-1922, que publica también un texto de Joaquim Folch i Torres, y un fotograbado del óleo. Las Circunstancias, 19 y 25-VII-1922. También La Vanguardia, 27VII-1922 se hacía eco del éxito: «Todos los días es visitadísimo el famoso cuadro «La Vicaría», que inmortalizó el nombre del gran pintor reusense Mariano Fortuny. (...) La entrada es gratuita, pero son muchísimas las personas que se suscriben en las listas de donativos para contribuir a la adquisición de aquella obra de arte por la Junta de Museos de Barcelona». 174. Diario de Reus, 26-VII-1922. También La Revista de Oro, Barcelona, VI-1926, recoge la presencia de La Vicaria en Reus, en un articulo de Apel·les Mestres. Aquellos días el publicista y agrónomo aragonés Bonifacio Garcia Menéndez (1899–1961) maravillado por una acuarela de Fortuny, El calabrés, propiedad de un amigo suyo, envió tres fotografías a Reus, para el Ayuntamiento, para Evarist Fàbregas y para el periódico que, por el contenido de la carta veía posibilidades de llevarla a Reus y adquirirla. Las Circunstancias, 19-VII y 30-VIII-1922. La Vicaría era sin duda el cuadro más popular en Reus. La Banca Vilella, en 1955, editó una copia que fue un éxito ciudadano y en muchas casas lució en las paredes durante años. Todavía hoy, en alguna entrada de edificio de vecinos se puede ver reproducciones del cuadro de Fortuny. Y se llegó a utilizar como ilustración en cajas de galletas y otras aplicaciones comerciales. ARNAVAT: Publicidad... (1996). Siguiendo con la tradición, la Banca Vilella editó en 1956 un calendario con una reproducción de «El Condesito» de Fortuny. Reus Semanario, 31-XII-1955. Estas reproducciones de fueron muy populares y llegaron incluso a países latinoamericanos, como Ecuador. Como experiencia personal me sorprendió que, paseando en 2013 por la majestuosa Hacienda Chorlaví de Ibarra –fundada en 1620 y que en 1852 fue adquirida por la rica familia Tobar– uno de los aposentos era decorado con una reproducción de La Vicaría. O que el escritor ecuatoriano Juan Montalvo (Ambato, 1832–París, 1889), uno de los mejores ensayistas americanos en castellano del siglo XIX, sentenció en su obra mas famosa «Ingres, Delacroix, Fortuny tienen genio para la pintura», MONTALVO: Siete tratados (1912).

Asistentes a la conferencia de Joaquim Ciervo sobre «Fortuny y sus obras», en el Teatro Fortuny, Reus, 1922

Fotografía de autor desconocido Arxiu Fundació Teatre Fortuny, Reus «Fortuny, Galofre, Tapiró i Llovera... tanmateix podem dir que tenim una escola pictórica reusenca, tota pero a base del primer, només que aquesta escola, es la menys catalana de totes les escoles pictòriques de Catalunya. Flamenquisme, heu’s-aquí ço que es el comú denominador dels nostres pintors; i tan bell com és el nostre Camp! Es trist haver-ho de dir, pero cal que vingui un Mir, un Mercader, un lu Pasqual a interpretar-nos el paissatge. El nostre Fortuny, el nostre Galofre, el nostre Tapiró, el nostre Llovera, preferiren una manola a una fembra ben plantada d’ací. Quina vergonya que sentim una insinuació de dolçor quan volem creure en el sentit d’altificament d’aquests pintors, que no hi podem creure que sien nostres perqué tenen l’ánima exilada... A l’admirar «La Rectoría» fent cua al seguici de bocabadants, poques penes i cretins, sentim l’enrogiment de les nostres faccions i pensem, maldejant aquesta malversació de sentits i l’epitet mes accentuat podriem signarhi, creient que no per solvencia artística, no per sentit de poble s’admírat, sino per les 300.000 pessetes de la taula, que’n aquests dies de convulsions comercials i trontolls de comerços fan obrir les menors ambicions. No hi podem creure que sien fills d’ací!»175