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Justificación: Fortuny y Reus, una relación desconocida

Cromo de la serie «Hombres célebres» de Chocolates Juncosa, dedicado a Marià Fortuny. Barcelona, c. 1915

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Litografía Madriguera, Barcelona Colección particular

Es innegable que en la sociedad reusense, sobre todo en el último cuarto del siglo XIX y buena parte del siglo XX, era muy presente el papel relevante, el éxito económico y el prestigio artístico que había tenido Fortuny, un referente en el panorama artístico europeo decimonónico. A su sombra emergieron tres pintores reusenses que lo admiraron, siguieron y recibieron ampliamente su influencia: Baldomer Galofre, Josep Tapiró y Josep Llovera. Todos ellos representaban un tipo de arte de factura precisa y temática anecdótica, que era muy popular y exitosa comercialmente.31

En este sentido, es sorprendente como el rostro del pintor se hizo presente en la iconografía local, de manera constante, a partir tanto de su propia máscara funeraria, como del busto de su monumento funerario en Roma y de los encargos y homenajes que se le rindieron en su ciudad natal. Aunque la tendencia natural de las ciudades nativas es convertir en símbolos de identificación a sus personajes más destacados, hay que reconocer, como hacen los biógrafos y críticos de Fortuny que, en su caso, se une a esta valoración cierta influencia en la formación de su personalidad, aunque la ciudad fue incapaz de crear las condiciones favorables para crear un ambiente artístico propio, y apenas pudo canalizar las aptitudes de un conjunto de jóvenes artistas.

A pesar de la exaltación mitificadora de estas figuras, en el caso de Fortuny, y de la mas que abundante bibliografía existente sobre el artista, en todos los estudios publicados hasta la actualidad faltaba

30. Los paralelismos con la construcción mítica de la figura de Gaudí son notables, como se puede comprobar en el brillante análisis de FIGUERAS & PALOMAR: «La vida...», donde se constata perfectamente mas de una concordancia en los respectivos procesos de mitificación. 31. Esta es la tesis que sustenta la exposición permanente del Museu de Reus titulada «Reus i els seus artistes (1850-1939)». Véase la referencia a https://www.museudereus.cat/reusi-els-seus-artistes-1850-1939. En este sentido, M.A. [Maria Tarragó], a «El Fortunyisme a Reus, va existir?», Revista del Centro de Lectura, VIII-1974, en una interesante visión crítica, afirma que su obra y su éxito ocasionaron en su ciudad natal «un gran impacte, que queda reflectit en el nombre de seguidors que hi varen aparèixer per aquelles dates i que, molts cops, posen de relleu en la seva obra, més els defectes que les qualitats del mestre. Els més importants d’ells, Galofre, Tapiró i Llovera, arribaren a Roma enlluernats per l’auréola del seu amic i de seguida se situen en una ruta molt ben marcada». Se pregunta que trayectoria habrían seguido estos artistas, y cual habría sido su futuro si, en vez de dirigirse a Roma hubieran ido a formarse a París: «I si Fortuny, en lloc del seu fàcil triomf, hagués conegut algun fracàs ¿què hauria succeït amb aquests pintors de Reus, que tan aviat van conèixer la glòria, però que actualment estan en tela de judici?» Al morir, Fortuny «acusava ja en la seva paleta un gran afany per encarar-se amb els nous problemes de la llum i del color, fet fàcilment comprovable en una de les seves últimes obres i potser la més autèntica: La platja de Portici. En canvi els deixebles, amb tota la vida per davant, no saberen evolucionar, repetint-se constantment. Tampoc no saberen incorporar-se al moviment general que sorgia a Catalunya, desentenent-se de la seva renaixença artística. D’una manera quasi accidental, miren novament cap a la seva pàtria i en no comprendre-la, se n’aparten d’una forma definitiva, perdent així l’ocasió magnífica que tenien d’incorporar-se a la gran manifestació pictòrica paisatgista que irradia el seu mestre Martí Alsina, i quedant al marge dels corrents universals». Concluye que «Queden dins la història de l’art com un grup de bons pintors, nascuts a Reus,com Fortuny, sense formar veritable escola, evadits completament dels imperatius de la seva sang catalana i aconseguint que la seva influència en el futur de la nostra pintura sigui nul·la.» Una argumentación que, en su momento, sacudió, como veremos, el pequeño mundo cultural de la ciudad en el tardo franquismo.

Retrato de Marià Fortuny,

c. 1857

Fotografía de autor desconocido Museu de Reus (IMRC 01856)

Marià FORTUNY «El conde Federico»

Litografía a punta de lápiz, 19,5 x 12 cm Lit. C. Labielle, Barcelona En el libro de Alejandro DUMAS (hijo) El mendigo hipócrita. Barcelona, 1857 Biblioteca del Centre de Lectura de Reus una visión exhaustiva de sus primeros años y de su relación con la ciudad que lo vio nacer. A menudo, esta etapa inicial es despreciada y las informaciones que se utilizan no han sido contrastadas o son erróneas, incluso por instituciones de tanto prestigio como el Museo Nacional del Prado, que en la biografía del pintor firmada por María Teresa Martín Bourgon dice que «al quedar huérfano a la edad de catorce años (...). Gracias a una pequeña ayuda económica de dos eclesiásticos de Reus, en 1850 se trasladan a Barcelona»,32 cuando en realidad se quedó huérfano a los 12 años, quienes le ayudan económicamente para poder marchar a Barcelona no eran clérigos, y marcha en septiembre de 1852, no en 1850. Y en la ficha de autor de la colección se afirma que su primera formación artística fue en la Escuela Llotja de Barcelona. Es sólo un ejemplo de la poca rigurosidad en que han sido tratados los momentos iniciales de este pintor de prestigio internacional.

En este sentido, confirmamos absolutamente la constatación realizada ya hace unos años por el estudioso de Fortuny Francesc M. Quílez (Blancas, Teruel, 1958), del Gabinete de Dibujos y Grabados del Museo Nacional de Arte de Cataluña, cuando escribió que el periodo de formación durante los años de actividad en Reus «no ha sido estudiado con el necesario rigor que requeriría, y nos seguimos moviendo entre una abundante recopilación anecdótica, inciertamente documentada, y narraciones pseudohistóricas que, en la mayor parte de las ocasiones, tienden a derivar en el relato hagiográfico escasamente verificado». 33 Es este vacío historiográfico el que he intentado enmendar en esta apasionante investigación.

Y es que, aunque a partir de enero de 1860 las referencias al artista a la prensa de Reus, publicadas en vida de él y en los años posteriores, son relativamente frecuentes, no habían sido utilizadas en absoluto, tal como ya hizo notar en 1989 el historiador y crítico de arte catalán Joan Ainaud de Lasarte (Barcelona, 1919-1995).34 Estos fueron los detonantes para iniciar la investigación, enfocada a solucionar estas importantes carencias. Y con estas valiosas fuentes hemerográficas junto con bibliografía coetánea poco conocida y material archivístico inédito, he construido esta monografía que tienen en sus manos, comenzada a escribir en Reus, en Cataluña, en 2012, y terminada en diciembre de 2020 en Ibarra, en la República del Ecuador.35 •

32. MARTÍN BOURGON: «Fortuny Marsal, Mariano», en https://www.museodelprado.es. 33. QUÍLEZ: «Marià Fortuny i Marsal. Els anys de formació», en DOÑATE-MENDOZAQUÍLEZ (dirs.): Fortuny (1838-1874) (2004), pp.17-31. 34. AINAUD DE LASARTE: «La fortuna de Fortuny», 1838 Fortuny 1874 (1989), pp. 65-97. 35. Una primera versión con el título Marià Fortuny i Reus. La construcció d’un mite (I) y (II), fue publicada en la revista de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat Autònoma de Barcelona, Locus Amoenus, n. 11: 2011-2012, pp. 257-282 y n. 12: 2013, pp. 177-207. Y un brevísimo resumen en el catálogo Fortuny, el mite (2013), pp. 23-38, publicado por el Ayuntamiento de Reus y el Museu Nacional d’Art de Catalunya, en el «Año Internacional Fortuny», con motivo de los 175 años del nacimiento del pintor. Y también un breve resumen, en castellano, en la ponencia «El pintor Marià Fortuny y su ciudad natal, Reus (Cataluña): La construcción de un mito» en las III Jornadas Internacionales de Investigación Científica UTN, Editorial Universidad Técnica del Norte, II-2020, pp. 359-378. La edición de la versión que tienen en las manos ha sido realizada como investigación propia en la Facultad de Educación, Ciencia y Tecnología de la Universidad Técnica del Norte, durante los años 2018-2020.