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La «memoria mítica»

realizaciones presentes. En fin que Reus no tenga que recordar tan continuamente a Fortuny y a Prim, ni España tanto a los Reyes Católicos», escribía, contra corriente, Joan Boronat Serra, en 1953.28

La biografía pública de los personajes ilustres es siempre el resultado de la selección de algunos rasgos y hechos alrededor de una vida que puede ser ejemplar, y unas obras que son singulares o representativas de una época, una memoria del personaje asumida por la comunidad. Según el profesor y antropólogo Joan Prat Carós (Celrà, 1947) esta se sitúa en el campo de lo que denomina memoria mítica:

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Estado actual de la habitación donde nació el pintor Marià Fortuny, en la casa conocida como «La Boella», recreada por el Centre d’Amics de Reus

Fotografía Aleix Arnavat 28. BORONAT: «Contestando ya de una vez», Reus Semanario, 13-VI-1953. Incluso el editorial «Hijos ilustres» de Reus Semanario, 14-II-1953, se plantea que «la floración extraordinaria de personajes ilustres que han visto la luz primera en nuestra Ciudad, ha venido a darnos un halago tan excepcional para el espíritu de los reusenses, que quizás en ocasiones puede llegar a constituir un peligro para nuesfro futuro. El volver el rostro atrás puede convertirnos en estatuas de sal», en un llamado a la élite dirigente para que se implicara mas en los asuntos colectivos «los patricios de hoy, que también existen, [están] como aletargados y adormilados, despreocupados en demasía de todo aquello que afecta al interés general».

«Mariano Fortuny y Carbó [sic] 1838-1874»

Tarjeta postal, Barcelona, c. 1914 Colección Francesc Olesti Prats «Un procés de familiarització, coneixement i interiorització progressiva que cada subjecte fa del panteó mític específic de la seva cultura, integrat per aquells deus/deesses, herois/heroïnes, líders, grans homes/dones i altres figures exemplars, que ens son presentades –ja sigui de manera formal o informal– com a models que cal seguir».29

En el caso de Fortuny, el es el genio, una figura superior en su capacidad creativa innata, y en su capacidad de sumar el éxito social, partiendo de un origen humilde, sencillo y austero, magnificado por la mayoría de los biógrafos y estudiosos del pintor. Pero en general su infancia es un período obviado de la que se destacan solo algunas anécdotas como el mal rendimiento escolar –una anécdota que refuerza la idea de una fuerte personalidad que no encaja en las formalidades del sistema de enseñanza– con una gran capacidad creativa, hecho muy valorado en la sociedad actual. Muchas de las anécdotas recogidas por sus biógrafos destacan su capacidad artística creativa precoz y sus primeras biografías incluyen afirmaciones sobre la su manera de ser basadas en testimonios de compañeros y amigos de infancia, conciudadanos coetáneos y personas que evidencian su admiración o adoración incondicional, generando así una percepción selectiva del personaje, sin contraste ni disonancia respecto la imagen mitificada. Las alusiones a su pobreza infantil en Reus, humanizan el mito y su vida de adulto de éxito social y económico cosmopolita.

Asimismo, el hecho de su nacimiento en Reus significaba –y significa– para algunos una especie de «propiedad local» de la genialidad de un personaje conocido en todo el mundo. Ni que contara poco, o nada, profundizar en el conocimiento del personaje sobre todo en su relación con la ciudad donde había nacido, a pesar de que la principal línea argumental del reusenquismo sea el sentimiento. En este sentido, es importante la necesidad de contar con espacios de referencia simbólica que a la vez sean espacios físicos, referentes tangibles de la etapa vivida por el «genio» en la ciudad, espacios para ser mostrados a un público deseoso de acercarse a los lugares que vieron y donde vivieron los personajes ilustres de la localidad. La creación pues, de una especie de geografía fortunyista es necesaria, más aún cuando los lugares que aparecen vinculados al artista tienen poco o relativo interés patrimonial -con excepción de la iglesia gótica de San Pedro- y habían sido durante mucho tiempo olvidados. Por ello el impulso mantenido para marcar con placas, lápidas, monumentos y topónimos su relación con la ciudad. Y, en el caso de la casa natal, de reconstruir de una manera bastante idealizada y de escenario teatralizado, el cuarto donde nació el pintor. Respecto a los monumentos que no se lograron concretar en el espacio público hasta 1939 y 1961, representan la concreción física de esta pertenencia, una materialización del símbolo.

29. Según notas de Joan PRAT CARÓS al «Seminari del Grup de Memòria Biogràfica de la Universitat Rovira i Virgili» (2002), citado por FIGUERAS y PALOMAR: «La vida imaginada de Gaudí» (2003), pp. 82-93.

Fachada de la casa donde nació Marià Fortuny, conocida como «La Boella», en el arrabal Robuster de Reus

Fotografía Deosringas

La infancia de los grandes personajes se suele describir a menudo de una manera idealizada y la de los tres principales mitos locales no ha sido una excepción. Hoy día, más de un siglo y medio después resulta imposible saber qué hay de cierto y qué de fábula en estas descripciones y recuerdos. Uno de los aspectos que no encaja, sin embargo, es la visión idealizada de la destacada vida cultural que tenía la ciudad decimonónica, ya que en realidad era imprescindible irse de la ciudad para poder prosperar profesionalmente, y se deshace el mito que Fortuny, o Gaudí, eran producto de su ciudad, de una ciudad que tiene la cultura como seña de identidad, una ciudad cultural por excelencia, productora en todas épocas de personajes que destacan por su capacidad innovadora o por su genialidad , que triunfan en todo el mundo, pero que no olvidan sus orígenes. En realidad, ninguna de las grandes obras de Fortuny está en Reus y el artista dejó de visitar la ciudad -lo que parece lógico– cuando empezó a disfrutar de éxito comercial y a no tener allí familiares directos.30