AAA042: avances editoriales, retos urbanísticos

ARCHIVOS DE ARQUITECTURA ANTILLANA

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Casa Las Hamacas en Cap Cana.

Antonio Segundo y Oscar Imbert Fotografía de Ricardo Briones para AAA.

ARCHIVOS DE ARQUITECTURA ANTILLANA Director/Editor Gustavo Luis Moré Coeditora Melisa Vargas Sección Biblioteca Marcos Blonda / Mauricia Domínguez Sección Interiores Julia Virginia Pimentel Consultor de Diseño Massimo Vignelli Directora de Arte Chinel Lantigua Asistente Gráfico María del Mar Moré / John Noyola Fotografía Ricardo Briones Fotografía portada Pro_File Luis Nova Fotografía de archivo Pro_File Ricardo Briones / Fernando Calzada Jochy Marichal / Eddy Guzmán Articulista invitado Pro_File José Enrique Delmonte Gerente Administrativa María Cristina de Moré Gerente de Ventas y Mercadeo Patricia Reynoso Consultora de Mercadeo María Elena Moré Secretaría Nathalie Castillo Corrección de Estilo María Cristina de Moré Asistente Luis Checo Preprensa e Impresión Editora Corripio Santo Domingo, RD

Suscripción, venta y publicidad Santo Domingo, RD Patricia Reynoso Tel 809 687 8073 / Fax 809 687 2686 Miami, Fl Laura Stefan Cel 786 553 4284 San Juan, PR Emilio Martínez Tel 787 726 7966 Santiago de Chile Humberto Eliash 56 22 480 3892

AMÉRICA LATINA Y GRAN CARIBE

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Antillas Francesas: Gustavo Torres, Serge Letchimy, Jack Sainsily, Bruno Carrer Argentina: Ramón Gutiérrez, Fernando Diez, Jorge Ramos, Mario Sabugo, Cayetana Mercé Bahamas: Diane Phillips Bolivia: Javier Bedoya Brasil: Roberto Segre, Ruth Verde Zein, Hugo Segawa Chile: Humberto Eliash, Sonia Tschorne, Sebastián Irarrázabal, Horacio Torrent Colombia: Silvia Arango, Carlos Niño Murcia, Alberto Saldarriaga Roa, Claudia Fadul, Daniel Bermúdez, Michel Pineda Costa Rica: Bruno Stagno, Luis Diego Barahona Cuba: Mario Coyula, Eduardo Luis Rodríguez, José Antonio Choy, Omar López Curazao: Ronald Gill, Sofía Saavedra, Ronny Lobo, Michael Newton Ecuador: Sebastián Ordóñez El Salvador: Francisco Rodríguez Guatemala: Blanca Niño Norton, Ana Ingrid Padilla, Cristian Vela, Raúl Monterroso Jamaica: Patricia Green, Jaquiann Lawson, Patrick Stanigar, Mark Taylor, Robert Woodstock México: Carlos Flores Marini, Louise Noelle, Ernesto Alva, Jaime García, Eliana Martínez Panamá: Silvia Vega, Eduardo Tejeira Davis, Sebastián Paniza, Carlos Morales Paraguay: Jorge Rubiani Perú: Pedro Belaúnde Puerto Rico: Manuel Bermúdez, Segundo Cardona, Luis Flores, Emilio Martínez, Ricardo Medina, Andrés Mignucci, Jorge Rigau, Enrique Vivoni Rep. Dominicana: Rafael Calventi, Eugenio Pérez Montás, Esteban Prieto Vicioso, Mauricia Domínguez, Omar Rancier, José Enrique Delmonte, Lowell Whipple, George Latour Suriname: Jacqueline Woei A Sioe Trinidad y Tobago: Mark Raymond, Jenifer Smith Uruguay: Sebastián Schelotto, Conrado Pintos Venezuela: Francisco Feaugas, Ramón Paolini, Enrique Larrañaga, Martín Padrón, David Gouverneur ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Honolulu: William Chapman Miami: Roberto Behar, Andrés Duany, Rafael Fornés, Carmen Guerrero, Elizabeth Plater-Zyberk, Luis Trelles, Teófilo Victoria, José Gelabert Navia, Jean François Lejeune New York: Joaquín Collado, Rafael Albert, Germán Pérez, Rafael Álvarez Washington D.C.: Aurelio Grisanti, Francisco Ruíz COMUNIDAD EUROPEA

Austria: Mayra Winter España: Antonio Vélez, Lluis Hortet, Oswaldo Román, Víctor Pérez Escolano, Juan Antonio Zapata Francia: Patricia Tolentino, Kyra Ogando Inglaterra: Adolfo Despradel Italia: Carmen A. Corsani, Stefano Topuntoli, Julia Vicioso Suiza: Marilí Santos Munné ASIA

Japón: Cathelijne Nuijsink AAA © es una edición trimestral. Publicada en marzo, junio, septiembre y diciembre.

Santo Domingo: Número 42, Marzo 2012.

Para envío de colaboraciones, cartas o informaciones favor contactar al editor en: Gustavo Luis Moré / AAA, E.P.S. P-4777, 8260 NW 14th st. Doral, Florida 33126 USA. Dirección oficinas de redacción: Calle Benigno Filomeno Rojas #6, Penthouse 7 Norte, Torre San Francisco. Santo Domingo, República Dominicana.

Tel.: 809 687 8073. Fax: 809 687 2686.

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El editor no se hace responsable de los conceptos emitidos por los articulistas.

Publicación registrada con el No. 83238 del 15/4/96 en el Ministerio de Industria y Comercio de la República Dominicana ©. ISSN 1028-3072.

LCCN 99110069 sn 98026218 OCLC number (OCoLC) ocm 40640773

EDITORIAL AAA42: avances editoriales, retos urbanísticos Gustavo Luis Moré Caribbeana Biblioteca: Basílica Catedral de Santo Domingo Marcos A. Blonda Reseña: Puesta en circulación AAA041: AAA, UNIBE y Puntacana presentan a Danny Forster Ensayo: Arquitectura cubana, hasta luego Nelson Herrera Ysla Folklore: Personajes efímeros del Carnaval de La Vega Joel Martínez Arquitectura Comercial en Santo Domingo, 2012 Supermercado Bravo Avenida Nuñez de Cáceres Ricardo Martínez R. / Sarah Hernández Food Court Núñez de Cáceres Antonio León / Rosalinda Báez Farmacia Carol Avenida Winston Churchill Sánchez & Curiel Arquitectos Ilumel 4 Avenida Abraham Lincoln Dante Luna G. / Texto de Julia Pimentel Torre D28 Andrés Sánchez & César Curiel DOSSIER: Supermercado Nacional Avenida Tiradentes Ja’el García / Patricia Duval / Elizabeth Alcántara AAA Pro_File 01: Oscar Imbert & Antonio Segundo Imbert La contemporaneidad enraizada de la arquitectura dominicana Gustavo Luis Moré Entrevista: Conversación con Antonio Segundo y Oscar Imbert Gustavo Luis Moré y Melisa Vargas Oscar y Antonio Segundo en la línea del tiempo nuestro José Enrique Delmonte Bocetos de presentación y estudio Oscar Imbert / Simples Arquitectura Aeropuerto Internacional Puntacana Casa Imbert en Puntacana Casa Aurelio en Puntacana La casa de al lado en Puntacana Casa Giacinti en Santo Domingo Casa Las Hamacas en Cap Cana Club de Playa Caletón en Cap Cana Restaurante La Palapa en el farallón de Cap Cana Agua Resort Hotel Boutique Viva Residences en Samaná Showroom Audi & Volkswagen en Avelino Abréu, Santo Domingo Ilumel 2 y 3 en Santo Domingo Edificio Hylsa en Santo Domingo Apartamento privado en Santo Domingo Cronología de proyectos y obras AAA / Oscar Imbert / Simples Arquitectura Colaboradores 1980-2012 AAA / Oscar Imbert / Simples Arquitectura

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AAA042: avances editoriales, retos urbanísticos Gustavo Luis Moré

AAA042 ha de ser en el tiempo, un número antológico. Al menos así esperamos. Con esta edición iniciamos un proceso de aparición de mayor frecuencia, después de haber recorrido en nuestro trayecto desde mayo de 1996, por una frecuencia de apariciones semestrales, originalmente, y cuatrimestrales, unos años después. Algunos lectores se preguntarán el porqué de esta innovación, las razones son muchas. En primer lugar, el enorme respaldo brindado por el mercado nacional e internacional a la iniciativa, sin el cual sería absolutamente imposible sostener una revista con nuestras dimensiones y calidad de contenido; en segundo lugar la siempre creciente cantidad de material recibido en nuestras oficinas que no puede ser publicado o que se hace obsoleto con el paso del tiempo. La realidad de un mercado exigente, que reclama una presencia continua de los medios de promoción publicitaria, tiende a ser un motivo adicional nada despreciable, aunque en realidad AAA ha tenido la fortuna de existir con cierta independencia de los aspectos meramente comerciales, basada en su representatividad y prestigio profesional.

Este comentario, lejos de parecer arrogante, quisiera manifestar la enorme gratitud que sentimos hacia nuestros colaboradores, lectores, anunciantes y al público en general, por más de 16 años de relación fructífera y grandemente satisfactoria para nosotros.

Por otra parte, esta edición representa un cambio sustantivo en nuestra política editorial.

Durante los años que hemos operado, hemos definido una ruta de especiales dedicados a conocer la mejor arquitectura realizada en los países de la región del Gran Caribe, extendiéndonos, con la ayuda de nuestra creciente red de colaboradores internacionales, hasta reseñar obras de casi todos los países de América Latina. Si bien es cierto que la condición dinámica de la arquitectura permitiría una continuidad editorial, hemos decidido cambiar el rumbo, y colocar en sitial protagónico, a partir de esta edición, al arquitecto, en vez de a la arquitectura.

La razón fundamental de este cambio, obedece al tema de la promoción profesional del talento regional. Hemos sido poco exitosos en la exportación de talento nativo.

Hemos fracasado en la identificación del talento nacional ante las crecientes inversiones extranjeras en nuestros territorios. No hemos construído puentes para el desarrollo laboral de los arquitectos del Caribe, en otros países. Apenas la escasa excepción de algunos arquitectos colaborando entre territorios próximos interegionales, ha sido posible. Frente a la realidad casi inevitable de las firmas de tratados de libre comercio e intercambio de servicios de los arquitectos del Caribe con los de Europa, o de otras partes del mundo, resulta más que conveniente comenzar a construir esta plataforma de identificación. Para esto, y para el reconocimiento de nuestros propios valores, ha nacido el formato de los AAA Pro_Files. Esta serie de especiales, ha creado una posibilidad de participación dentro de las mismas páginas de cada edición de AAA, pero además, la paralela realización de una serie monográfica, que, inspirada en la serie SomoSur, ideada por los SAL, materializada por Carlos Morales y distribuída por la editorial bogotana Escala, durante más de 30 años —a partir de aquel célebre primer número dedicado al arquitecto limeño Juvenal Baracco—, construya un archivo vivo de la mejor práctica de la arquitectura, el urbanismo y los interiores en la región del Gran Caribe. Más allá de contemplar obras de singular belleza o de auspiciar vacías representaciones del autor como exitoso profesional “de moda” quisiéramos priorizar un enfoque antropológico que sitúe a cada hombre en sus

circunstancias vivenciales, que lo amarre al momento en que le ha tocado vivir y dejar su huella en el espacio-tiempo de la historia. Quisiéramos aprehender las complejas realidades en las que se desempeña la práctica de la arquitectura en las actuales sociedades antillanas. Esperamos que esta iniciativa logre seducir a nuestros lectores y anunciantes, creando un incentivo profesional adicional al ya existente, y permita en poco tiempo, configurar una serie clásica de monografías de la más alta calidad editorial, y la mayor penetración en las redes mundiales de bibliotecas.

AAA042 también presenta una serie interesante de proyectos de índole comercial, recientemente ejecutados en la capital dominicana, Santo Domingo. De la más amplia gama, tanto habitacional como abiertamente comercial, estamos acudiendo inadvertidamente al establecimiento de una imagen casi articulada entre los mismos autores —no parece incluso ser un producto casual, sino concertado—, en el que la paleta de materiales y terminaciones, por un lado, y algunos aspectos morfológicos, aparecen en las más indistintas operaciones. El color rojo, las fachadas frontales transparentes a plena altura, los voladizos horizontales en los primeros planos, —cada vez más recubiertos en placas metálicas ligeras— los quiebrasoles de aluminio, los recubrimientos de gres porcelánico de gran formato en fachadas más o menos ventiladas, son solo algunos de los reiterados recursos que se distinguen en el grupo de obras que se han seleccionado para la edición. No son las únicas, dicho sea de paso. Hay otras que, con gran simultaneidad, presentan acomodos cromáticos, matéricos y formales similares. La verdad es que el origen de este caso puede ser fácilmente atribuíble a la oferta de un mercado de productos que se ha abierto notablemente en los últimos años a suplidores extranjeros y locales, enriqueciendo las oportunidades de elección de materiales para la arquitectura criolla.

Este hecho, siempre presente en toda la arquitectura planetaria, se ha agudizado en la última década, a la par de la oferta de mano de obra especializada en muchas operaciones constructivas no conocidas antes, generalmente protagonizada por obreros sudamericanos y europeos.

Es interesante, además, observar cómo estas instalaciones comerciales han asumido el papel de piezas de identidad casi cívicas en el de otra forma amorfo tejido urbano de zonas, hasta hace pocos años, periféricas de la creciente ciudad de Santo Domingo.

Con una población cercana a los 3 millones de habitantes, según algunas estadísticas, la capital dominicana se ha convertido en la urbe más populosa de la región, organizada en un distrito central y 3 municipios pericentrales, cada uno de ellos administrativa y funcionalmente independientes. Esta presencia de proyectos arquitectónicamente sensibles, manejados por la empresa privada, ha sido una de las imprevisibles marcas recientes de la estructura político geográfica nacional.

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Caribbeana

Marcos A. Blonda Nelson Herrera Ysla Joel Martínez y Guillermo Ricart

Marcos Blonda produce una reseña del extraordinario libro recién publicado en Santo Domingo, que reúne textos y documentos del proceso de investigación, diagnóstico y restauro que ha sido realizado por más de 20 años en el monumento colonial más importante de la República Dominicana, la Catedral de Santo Domingo. Otros libros de relevancia cultural regional acompañan a Blonda en esta edición, a destacarse la enjundiosa monografía producida por David Adyaje sobre la arquitectura moderna en el continente africano, estructurada en base a sus particularidades geográficas. También digna de mención es la hermosísima selección de acuarelas y dibujos que el arquitecto Martín Vegas ha publicado recientemente y que su hijo, el escritor también arquitecto y caraqueño Federico Vegas, ha remitido a la dirección editorial de AAA, para nuestro deleite.

AAA introduce en AAA042 un resumen de varias actividades y eventos vinculados al acontecer acedémico y profesional de la arquitectura en la República Dominicana en los últimos meses, entre los que se destacan la presencia de AAA en el Festival Cultural del Caribe, en Veracruz, México, y la resonada puesta en circulación de la edición AAA041, celebrada en UNIBE con los auspicios de la Fudación Ecológica Puntacana, y con la presencia del Arq. Danny Forster como conferencista invitado.

El destacado arquitecto y curador cubano Nelson Herrera Ysla, produce un trabajo de gran importancia, al transparentar desde el mismo interior de la isla, la calamitosa situación actual que sufre la práctica arquitectónica en Cuba. Este tema ha sido evidente internacionalmente al observar una reducción paulatina y preocupante de las obras, proyectos y publicaciones cubanas en la escena, áreas en las que tradicionalmente Cuba ha protagonizado un ejercicio continuo, brillante y de gran impacto regional.

Estimulado por el colorido del cada vez más lucido Carnaval de la ciudad dominicana de La Vega, y por las estupendas imágenes que nuestro amigo Guillermo Ricart logró captar del mismo, el Arq. Joel Martínez, uno de los más reconocidos autores de esa histórica ciudad nos obsequia su texto sobre ese admirado evento.

Biblioteca

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Marcos A. Blonda

Pérez Montás, Eugenio/ Prieto Vicioso, Esteban Chez Checo, José

Basílica Catedral de Santo Domingo 606 pp., 2011 ISBN: 978-99934-67-67-0

En el siglo XIX James Anthony Froude comentaba, cómo los españoles habían traído a América sus obispados y su inquisición. Allí donde hay obispos, hay necesariamente catedrales. La iglesia conformó una parte importante del sistema de apropiación del territorio, apropiación que no fue sólo física sino además ideológica. Santo Domingo será la primera de las ciudades fundadas por los europeos en el Nuevo Mundo y será a la vez la primera en tener un obispo y una catedral. Es de la historia de la catedral de Santo Domingo que trata el voluminoso libro Basílica Catedral de Santo Domingo, obra de varios autores y editado por el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español con el auspicio del Fondo para la Protección de la Ciudad Colonial y con motivo del Quinto Centenario de la Arquidiócesis de Santo Domingo. Se trata sobre todo de un libro profundamente erudito y minuciosamente documentado. Es quizás uno de los más recientes volúmenes sobre las catedrales iberoamericanas. Eslabón de una cadena a la que pertenecen títulos como La Catedral de México de Manuel Toussaint de 1948, La Catedral de Lima, estudios y documentos de Antonio San Cristóbal Sebastián de 1996 ó la obra titulada Salvaguarda de la Catedral Primada de Quito de R. Marcela Alemán. En el ámbito local el antecesor más temprano, aunque de menor profundidad y envergadura sería el libro La Catedral de Santo Domingo de Luis E. Alemar de 1933.

El libro se divide en cinco partes que abarcan los diferentes aspectos de la Catedral Primada, su historia, su arquitectura, las diferentes obras de restauración a lo largo de los años, su polígono y sus colecciones de arte y el marco histórico de la catedral. Todo esto conformado por una recopilación de ensayos de diversos autores, algunos escritos especialmente para este libro y otros reproducidos de publicaciones anteriores. En la primera parte, que trata de la historia de la catedral se ilustran los aspectos jurídicos, publicando de manera íntegra el Acta de Erección de la sede episcopal, luego se relatan los actos de bendición del solar y la consagración de la catedral. Fray Vicente Rubio dilucida las controversias alrededor del nombre de la iglesia en un ensayo publicado en 1976 y reproducido en este interesante libro. Merece especial mención el documento dedicado a la vida de Alejandro Geraldini, interesante personaje quien fuera el primer obispo residente y primer gran propulsor de las obras de fábrica de la iglesia catedral. Los demás textos que componen esta parte arrojan luz sobre aspectos desconocidos para los que no son especialistas. El ensayo de José Luis Sáez sobre las inscripciones funerarias de las sepulturas existentes en la catedral, las cuales abarcan desde el siglo XVI hasta el siglo XX, nos proporciona una especie de hilo conductor a través de la historia de la importante

iglesia. La presencia de Francis Drake en la catedral, tan teñida por matices legendarios es seriamente tratada en un ensayo de la autoría de José Alfredo Rizek Billini. La segunda parte, más unitaria en sus aspectos temáticos y dedicada a la arquitectura de la catedral es de la autoría íntegra de Virginia Flores Sasso, que en una prosa precisa nos lleva a través de la historia de la construcción de la catedral. Es quizás la parte más interesante del libro, resultando importantes los aportes de los planos que muestran las fases de la construcción dibujados a partir de las descripciones de la época y de otros textos que sirven de base bibliográfica al capítulo. El tono es fácil, no cae en la tentación de ser grandilocuente y demuestra un profundo y minucioso conocimiento del tema. Sin duda alguna un gran aporte de este libro. Esteban Prieto Vicioso se hace cargo de la tercera parte que se concentra en los trabajos de restauración, campo en los que el autor posee una amplia experiencia. Ofrece un recuento pormenorizado de todos los trabajos de restauración que se han realizado en la catedral desde el siglo XVII, para reparar los daños causados por la invasión de Francis Drake, hasta la fecha. Se trata de un capítulo sin desperdicios dedicado a informar de manera concisa y precisa sin giros ni metáforas innecesarias.

“La Catedral, su polígono y sus colecciones de arte” es el título de la cuarta parte de esta extensa obra. En ella no solo se hace una descripción detallada de las colecciones mobiliarias y de orfebrería sino que además se detallan las acciones, los alcances y las prospecciones del Plan Catedral II enumerándose sus componentes. El mobiliario catedralicio, los ornamentos y todos los elementos que enriquecen la liturgia católica son descritos detallándose sus aspectos estéticos y de restauración. El capítulo se cierra con la descripción del Museo de la Catedral en la Real Cárcel. Este museo, resultado del Plan Catedral II tendrá como finalidad dar a conocer al público los tesoros artísticos de la arquidiócesis. Como final de la obra José Luis Sáez, S.J. provee un extenso recuento de fechas sobresalientes de la historia dominicana y europea que ayudan a explicar mejor los quinientos años de la vida eclesial dominicana, de la cual la Catedral de Santo Domingo ha sido un escenario central. Basílica Catedral de Santo Domingo es una obra que hacía falta en la bibliografía dominicana. Un libro comprehensivo que va más allá de la descripción arquitectónica o el relato histórico y que nos muestra a la catedral de Santo Domingo como algo vivo, con un pasado interesante, un presente en el cual se eleva a alturas jamás alcanzadas en cinco siglos y con un futuro que iluminará a las próximas generaciones que visiten esta iglesia, patrimonio de la humanidad.

Vegas, Martín

Ibáñez, Jesús

Henning, Randolph C.

Adjaye, David

Croquis de Viajes

PUNTACANA Resort & Club

The Architecture of Alfred Browning Parker: Miami’s Maverick Modernist

African Metropolitan Architecture

191 pp., 2011 Caracas ISBN: 978-980-12-5138-5

Buena parte de los croquis de Martín Vegas son obra de un hombre que ya tiene el pelo blanco. No es ya el arquitecto que va tomando ideas, más bien parece reintegrarlas, agradecer lo que han significado en su vida. Asume el eclecticismo de asistir con inocencia y libertad al espectáculo de la vida, al concebirla como un viaje que abarca tanto el exterior como su propio interior, desde lejanos mares y pueblos hasta la vista de El Ávila que contempla todos los días en su balcón, o de una flor que está en la misma mesa donde dibuja. Sus libretas de croquis son un ejemplo generoso de cómo “todo nuestro ser entra en acción, y es esta acción la que cuenta”. Son actos sin más propósito que el placer del acto, de establecer un vínculo con el alma del lugar, con la obra de la naturaleza y de los hombres. No está en juego ni es relevante el resultado, la recopilación, los registros, las recetas, el futuro arsenal. La belleza del dibujo surge de la sinceridad del acto, de su afable desprendimiento, de la ausencia de segundas intenciones. Quienes, gracias a este libro, asistan a la ceremonia de un hombre que se detiene a observar y rendir homenaje a lo observado, quizás sientan la fuerza de su invitación al viaje, a ser realmente capaces de exclamar “¡Yo vi!”, que puede y debe ser una forma abreviada de decir “¡Yo viví!” (De la introducción, ed.)

225 pp., 2008 Blake y Helseym España S.L. Editores ISBN: 978-84-935183-1-8

Estimados amigos: Cuando Jesús Ibañez nos presentó la idea de realizar este libro, abrió en nuestras mentes un mundo de posibilidades para compartir “nuestro paraíso” más allá de sus fronteras.

En cada uno de estos jardines, diferentes y a la vez homogéneos, apreciamos la fusión del ingenioso arte del paisajismo con la belleza y simplicidad de la naturaleza.

Dios ha sido pródigo con nuestra tierra y ha dotado a Puntacana con un mar color turquesa, una vegetación exuberante y un esplendoroso cielo azul.

Pero sobre todo nos ha dado la oportunidad de desarrollar una comunidad de variadas nacionalidades: familias que han venido a enriquecer nuestra cultura y nuestro país, disfrutando a su vez con la calidez de nuestra gente y la belleza de nuestra tierra.

Nuestro profundo agradecimiento a los miembros de esta comunidad PUNTACANA Resort & Club por permitirnos entrar en sus hogares y a Jesús Ibáñez por este libro excepcional .

Frank y Haydeé Rainieri

356 pp., 2011 University Press of Florida ISBN: 978-0-8130-3677-9

Alfred Browning Parker (1916-2011) was one of the twentieth century’s most famous Florida-based architects. A principal leader of tropical organic architecture, he was arguably the most renowned and honored architect in the history of Florida architecture, and his influence has been felt throughout the United States and the Caribbean. Attaining an almost rock star-like status in his home city of Miami, Parker was granted rare public praise by Frank Lloyd Wright. When Parker began his practice in the mid-1940s, South Florida architecture was dominated by Spanish Mediterranean elements, especially in residential and civil design. Parker’s work ran counter to this popular derivative style and is characterized as modernist or midcentury modern, or —because of Wright’s influence— as tropical organic modernist.

Presented in four main sections, this volume displays the great range of this work. Randolph Henning’s overview of the life work of this modernist master features sixty-nine of the more than five hundred residential and commercial structures Parker created between 1942 and 2001.

The descriptions are accompanied by nearly four hundred color photographs, more than a third of which are vintage images from renowned architectural photographer Ezra Stoller.

(De la solapa, ed.)

2011 Rizzoli International Publications, Inc. ISBN: 978-0-8478-3716-8

... This book surveys some of Africa’s great cities, seeing them connected with a long history that includes the colonial and the postcolonial but begins long before those eras. (Kwame Anthony Appiah) In Africa, the concept of the “metropolitan” has had a different history and trajectory from other continents and carries a distinct meaning. Africa has always been a continent of kingdoms and empires, each with its own centre of power and administration. There are many examples, but in all of these places the idea of difference and of negotiating difference was an integral part of their reality. For me, this history has immediate relevance as it gives strong clues to what the concept of a metropolitan identity might be in Africa.

Different people coming together in a metropolitan situation is not new. In Africa it was originally associated with the consolidation of these empires –unlike the western idea that concerned mercantile, industrial or capitalist centres. In this context, the African city is a construction to organize power and make identity, and many families have both urban and rural homes. This is not part of a flight from the countryside, which happened in the West, but a side-by-side existence of urban and rural communities, which feed one another and reinforce each other’s identity.

(David Adjaye, de la introducción, ed.)

Reseña de eventos

Afiche del evento del ICOMOS, uno de los más estables acontecimientos del mundo cultural dominicano, y mesa directiva del mismo.

El afiche del 2do. Encuentro Iberoamericano de Diseño de Ambientes y Productos Artesanales, y una de las conferencistas.

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ICOMOS: “Arquitectura y Arte Sacro en la República Dominicana”

“Segundo Encuentro de Diseño de Ambientes” en UNAPEC

El Comité Dominicano del ICOMOS, uniéndose a las celebraciones de los 500 años de la creación de las Diócesis de Santo Domingo y de la Concepción de La Vega, celebró en Santo Domingo, del 4 al 5 de noviembre 2011, su 30º Seminario Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos y Sitios, el cual tuvo como tema la Arquitectura y Arte Sacro en la República Dominicana. El encuentro contó con las palabras de apertura de S. Em. Rvdmo. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Miembro de Honor del ICOMOS, y fue celebrado en el auditorio del Centro Cultural de las Telecomunicaciones de Santo Domingo.

La Universidad APEC (UNAPEC) celebró su Segundo Encuentro Iberoamericano de Diseño de Ambientes y de Productos Artesanales, del 16 al 18 de noviembre de 2011 en el Salón La Mancha del Hotel Lina.

Los bienes culturales de la Iglesia son un patrimonio que se debe conservar materialmente, tutelar jurídicamente y valorar pastoralmente en el ámbito de cada comunidad cristiana, para cultivar la memoria del pasado y expresar en el presente lo que está dirigido a la misión de la Iglesia. Los objetivos de este seminario fueron analizar y valorar críticamente la situación de la arquitectura y arte sacros en la República Dominicana y valorar la importancia que los bienes culturales de la Iglesia Católica han tenido y tienen en la formación del patrimonio cultural de nuestro país en particular. Se presentaron ponencias con las más recientes intervenciones y restauraciones en diversas catedrales e iglesias dominicanas. También se presentaron los proyectos de museos de Arte Sacro actualmente en ejecución.

El seminario estuvo divido en subtemas, los cuales abarcaron los siguientes campos: situación actual del estado de conservación; intervenciones recientes; nuevos proyectos a desarrollarse (museos, investigaciones y restauraciones, entre otros) y tráfico ilícito de bienes culturales.

Destacaron proyectos como el levantamiento tridimensional de la Iglesia de Santa Bárbara como parte del proyecto de restauración a cargo de la arquitecta Linda Roca; el proyecto IBEROEKA en la restauración de la Catedral Primada de América, encabezado y presentado por el Dr. José Luis Oteo; y la participación del arquitecto ruso Alexander Ivanov presentando el tema “La escuela rusa de restauración y los trabajos de restauración en los monumentos de herencia cultural en Rusia”. El seminario finalizó con un panel moderado por Dr. Arq. Esteban Prieto Vicioso y compuesto por la Dra. Arq. Virginia Flores (ICOMOS), Arq. Leticia Tejeda (DNPM), Museógrafa Luisa de Peña (ICOM), Arq. Teódulo Blanchard, Arq. Orquídea Martín y Dr. Arq. Cesar Iván Feris en el que dichos expertos analizaron el estado actual de la Arquitectura y Arte Sacro en la República Dominicana, tomando en cuenta las ponencias presentadas durante el Seminario. Otras actividades como el “Bonche del ICOMOS en la Plaza España de Santo Domingo de Fiesta”, actividad conjunta del Ministerio de Turismo y el “Festival Internacional Liborio Mateo 2011”, que también tuvo lugar en la Plaza España, enriquecieron el encuentro con manifestaciones artísticas y culturales.

Para este congreso, Unapec convocó a todas las instituciones académicas, a profesionales independientes, profesores y estudiantes de diseño de interiores y arquitectura, diseño de productos, artesanos de todos los países iberoamericanos, y aquellos de habla hispana en los Estados Unidos; con el propósito de abogar por la reflexión y el diálogo constructivo sobre la práctica profesional y su influencia recíproca con la enseñanza del diseño de interiores y de productos, como máxima expresión del desarrollo socio-económico y cultural de nuestras sociedades, haciendo énfasis en expresiones novedosas, innovadoras y actuales, acordes a esta época.

Este encuentro fue, sin lugar a dudas, el espacio de coincidencia idóneo para debatir temas de trascendencia nacional e internacional, brindar los fundamentos de actuación en la formación de un futuro diseñador y el fortalecimiento del ámbito laboral y profesional en un país con un crecimiento arquitectónico acelerado y con una alta demanda de diseñadores.

El evento consistió en un seminario, talleres y exposición de trabajos de los estudiantes; y se caracterizó por un alto grado de organización general y una participación activa y entusiasta de los estudiantes. El seminario se desarrolló con destacadas personalidades del diseño de interiores y de productos artesanales nacionales e internacionales que presentaron temas trascendentales que constituyen paradigmas de estas manifestaciones del diseño para el Siglo XXI. El taller No.1 con el tema “Las técnicas del mural y su aplicación en el diseño actual” fue impartido por el Arq. Msc. Carlos Despradel, ceramista; y el taller No.2 , por Alexandra Hasbún con el título “La magia del polymer clay y sus múltiples aplicaciones”.

Esta actividad contó con el sello de respaldo de la Asociación Dominicana de Profesionales del Diseño (ADOPRODI) y de la Asociación Latinoamericana de Diseño (ALADI).

Grupo de participantes en la Conferencia Veracruz también es Caribe, celebrada en esa ciudad durante el Festival de la Cultura Caribeña, con la presencia de la Arq. Melisa Vargas como representante de la revista AAA.

Aspectos del montaje de la tercera edición del colectivo de arquitectos fotógrafos Escritura del Espacio, celebrada en el Centro de la Imagen, Santo Domingo, en diciembre de 2011.

AAA en “Veracruz también es Caribe”

Exhibición “Sombras y Reflejos” Colectivo Escritura en el Espacio

El intercambio cultural entre las naciones que forman el Gran Caribe y su impacto en el territorio veracruzano a través de la historia fueron temas centrales del encuentro académico y artístico “Veracruz también es Caribe”, así como del encuentro “Son tradicional veracruzano de raíz cubana”, que el Gobierno del Estado a través del Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec), llevó a cabo del 16 al 19 de noviembre en las ciudades de Veracruz, Orizaba y Coatzacoalcos en México.

El Colectivo Escritura del Espacio, conformado por un grupo de entusiastas arquitectos fotógrafos, ha desarrollado su tercera exhibición la cual ocupó las salas del Centro de la Imagen desde el 2 de diciembre 2011 al 10 de enero 2012, bajo la curaduría de Sara Hermann, quien introdujo la entrega con el siguiente texto: “Esta exposición muestra el trabajo fotográfico de un colectivo de arquitectos que utilizan el lenguaje fotográfico como un medio de expresión y articulación de perspectivas visuales que refieren al espacio. ‘Sombras y Reflejos’, el título de la muestra y su sombrilla conceptual, muestra la amplitud de las dimensiones y la multiplicidad de niveles desde las que se puede abordar un tema genérico. Para esto, se plantearon una serie de ejercicios de reconocimiento que les permitieron explorar lo que significan estas dos ‘categorías’ a la hora de abordarlas, ya sea fotográficamente o desde otra perspectiva. En el conjunto de fotografías reunidas, la sombra y el reflejo actúan fundamentalmente como referencias metafóricas. Más allá de sus definiciones correctas y adecuadas y las des-ambiguaciones que podríamos encontrar, sombra y reflejo funcionan desde el planteamiento curatorial, en dos espacios fundamentales del acto fotográfico: la representación y la re-creación”.

Centro de la Imagen

Esta muestra del colectivo arquitectónico denota gran madurez en sus propuestas temáticas. Los valores expresivos y museísticos de la misma van en consonancia con los objetivos que se ha trazado el Centro de la Imagen de la ciudad Colonial de Santo Domingo. En “Sombras y Reflejos” se observan múltiples maneras de interpretar el espacio a través de las visiones de los 30 artistas que plasman sus propuestas en diferentes medios y soportes.

Soporte técnico/ Montaje

El encuentro en torno al Caribe, que pretendía abrir un espacio de análisis e intercambio de experiencias, contó con la participación de investigadores, artistas y músicos provenientes de Cuba, Venezuela, Haití, Colombia, Puerto Rico y República Dominicana; esta última representada por la revista Archivos de Arquitectura Antillana.

Las actividades se inauguraron el miércoles 16 en el edificio sede del Ivec del puerto de Veracruz, donde posteriormente se rindió un reconocimiento a la fundadora del Ivec, Ida Rodríguez Prampolini, como parte del cual se hizo la proyección del documental “Ida”. Más adelante fueron inauguradas las exposiciones “Haití: el reino de este mundo, arte popular de Haití”; “La tercera raíz: presencia africana en México”; “Imaginario del Caribe: cartografía de la complejidad”, de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra; y “Tierra negra”, de la fotógrafa Maya Goded. Con relación al proceso que ha caracterizado al Gran Caribe, destacaron las conferencias magistrales “Martí y el Caribe”, a cargo de Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de Las Américas y director de la Academia Cubana de la Lengua; y “Reflexiones sobre los afrodescendientes y su reconocimiento en México”, impartida por la afro-mexicanista y doctora en etnología, Luz María Martínez Montiel.

Si bien el Estado de Veracruz no se ubica geográficamente en el Gran Caribe, sí está ligado geopolítica, histórica y culturalmente a la región, de acuerdo con las participaciones magistrales “El Caribe fortificado”, sustentada por el presidente del ICOMOS mexicano el Arq. Carlos Flores Marini, especialista en arqueología y restauración. Carlos Véjar Pérez-Rubio presentó su charla “El Gran Caribe: consonancias y disonancias de su cultura” y encabezó la mesa “El papel de la cultura y la comunicación en la dinámica de El Caribe” en el que participaron tres publicaciones caribeñas: Archipiélago, cuyo editor es el mismo señor Véjar, Exégesis revista de poesía puertorriqueña editada por Marcos Reyes Dávila y Archivos de Arquitectura Antillana representada en la actividad por su co-editora Melisa Vargas.

Este extraordinario encuentro no pudo tener mejor escenario, ya que Veracruz es una ciudad verdaderamente caribeña y su riqueza cultural se hace evidente tanto en la arquitectura del centro histórico, en su cercanía con el mar, en la calidez de su gente, como en el son y la guaracha que encienden sus noches.

Carlos Acero Ruiz / Director Supervisión general

Mayra Johnson Curaduría/ Coordinación

Sara Hermann Mauricia Domínguez Museografía

Carlos Acero Ruiz Guadalupe Casasnovas Mayra Johnson Sarah Hermann Material audiovisual/ Programa educativo

Guadalupe Casasnovas Asesoría

Sarah Hermann Iluminación

Guadalupe Casasnovas José M. Aponte

Yania Guzmán Mauricia Domínguez Línea gráfica / Diseño

Juan Carlos Guzmán Navarro Copiado de obras

Artistas: Alex Martínez, Alexy Cordones, Amado Hasbún, Ángel Gabriel Hernández, Carluis Pérez Abreu, César Payamps, Constantinos Saliaris, Edwin Rodríguez, Eric Michelén, Guadalupe Casasnovas, Fausto Ortiz, Esteban Prieto, Ico Abreu, José Antigua, José Constanzo, Juan Carlos Guzmán, José Then, Juan Mubarak, Lina Vargas, Linda Rocca, Maritza Álvarez, Mauricia Domínguez, René Mateo, Risoris Silvestre, Rodolfo Rodríguez, Roddy Pérez, Victoria Thomén, Victor Durán, Virginia Flores.

Félix Sepúlveda Enmarcado

La Artística Española

Reseña de eventos

En las imágenes inferiores, el Arq. Vencián Ben Gil se dirige al público asistente en ARQTUR Caribe, UNIBE 2011. Fotos cortesía de UNIBE.

Abajo, grupo de estudiantes participantes en el Taller del Arq. Juan Herreros en la PUCMM de Santo Domingo. Herreros mientras se dirigía al Taller.

AAA 042/10

ARQTUR Caribe UNIBE 2011: “La Vivienda Avant Garde”

Conferencia-Taller PUCMM: Juan Herreros, “De la periferia al centro y viceversa”

Con el objetivo de potencializar y consolidar su eje internacional, la Universidad Iberoamericana (UNIBE) inauguró el congreso-taller internacional “ARQTUR Caribe UNIBE 2011, La vivienda avant garde”, en donde destacados profesionales nacionales y extranjeros expusieron sobre la arquitectura turística.

El campus de la PUCMM Santo Tomás de Aquino, fue el escenario de un emocionante Taller-conferencia, el cual mantuvo a la Escuela de Arquitectura, en un ambiente de creatividad y de trabajo durante una semana. Con el propósito de dinamizar las actividades extra-curriculares y reforzar el proceso educativo de los estudiantes, la escuela de Arquitectura de la PUCMM acoge la iniciativa del Despacho de Arquitectura DINA4, con sede en Madrid, para formalizar una serie de conferencias en República Dominicana, con reconocidos arquitectos internacionales, iniciando con este Taller-conferencia, idea a la que se suman el centro educativo Caedro y la revista de arquitectura Future Architecture.

La actividad, que inició en la sede de UNIBE, estuvo encabezada por su rector, el doctor Julio Amado Castaños Guzmán, y otras autoridades académicas.

La actividad académico-profesional, de orden internacional, tiene como objetivo general, reunir académicos y profesionales multidisciplinares para abordar directamente el enfoque de la arquitectura de tipología turística en la región del Caribe, teniendo como anfitrión a UNIBE. El congreso que se inauguró el 9 de noviembre, potencializa y consolida el eje de internacionalización de UNIBE y de su Escuela de Arquitectura, asumiendo el liderazgo de los temas de arquitectura y turismo en este gran cónclave internacional, el cual se constituye como el más trascendente evento académico sobre estos temas en la zona del Caribe en el presente año. El congreso-taller reúne diversas delegaciones de varios países del Caribe.

El congreso también se estuvo desarrollando el 10, 11 y 12 de noviembre, en UNIBE Recinto Cap Cana, en la Provincia La Altagracia. El evento integró participantes internacionales en plenarias, conferencias, mesas de trabajo y talleres de diseño, donde se trataron temas de: Arquitectura Turística Sostenible, La Ciudad como Producto Turístico, El Turismo y el Desarrollo Social, Instalaciones Turísticas y Servicios, Tipologías Habitacionales y Desarrollo de Territorios Turísticos, enfatizando las características sociales, culturales, económicas y geográficas del contexto caribeño. Durante el evento expusieron importantes conferencistas en representación de diversas instituciones de Educación Superior del Caribe en alianza con UNIBE, y presentaciones de proyectos de profesionales del sector de la arquitectura turística de la región.

Igualmente, se presentaron los arquitectos Darwin Marrero, de la Universidad de Puerto Rico; Angelo Fegali, de la UNIPILOTO de Colombia; Charley Granvorka, de la Universidad Autónoma de Guyana; Alberto Negrini, de la Universidad de Véritas de Costa Rica; Eric Brewer, de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela; y en representación dominicana, Gamal Michelén, Marcos Barinas, Aleshiang Ben e Ysel Jáquez, de UNIBE. Además, Tony Demorizi, de Caño Hondo, y Emiliano Despradel del paradigmático complejo de Cap Cana. Las reflexiones y resultados de este congreso serán recogidos y publicados internacionalmente por la Escuela de Arquitectura de UNIBE.

52 estudiantes del 3er. año de la carrera de Arquitectura, distribuidos en 10 grupos, dirigieron todos sus esfuerzos intelectuales y académicos en la participación de dicho taller, que consistió en la producción de un diseño arquitectónico de un hotel en las manzanas al oeste de la puerta de la misericordia, límite de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.

Los estudiantes estuvieron desde las 9 de la mañana del día 16 de noviembre dedicados a la elaboración de una propuesta arquitectónica acorde con el entorno y el contexto presentado, dando inicio a 5 días de intenso trabajo y colaboración, el cual fue constantemente supervisado por profesores del Departamento de Arquitectura.

El Taller-conferencia gozó de varios ingredientes que le otorgaron un sabor especial, no solo académico sino también profesional e internacional: El reconocido arquitecto español, Juan Herreros, Catedrático de Proyectos y Director de Aula Fin de Carrera de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y Professor in Practice de la Universidad de Columbia en Nueva York, electo ganador en diversos proyectos internacionales desde Bogotá hasta Oslo, participó de manera entregada en las correcciones y observaciones realizadas a los estudiantes. Para los estudiantes esta ocasión constituye un gran incentivo académico, una excelente oportunidad de conocer de cerca la forma de pensar y de diseñar de un arquitecto de renombre internacional, además de una extraordinaria experiencia, situación en la cual los proyectos de tres grupos serían seleccionados, consistiendo en un ganador y dos menciones de honor que recibirían divulgación impresa en la edición americana de la revista Future Architecture, sirviendo para enriquecer el curriculum y el portafolio académico de dichos estudiantes.

Este taller culminó con la presentación de los 10 grupos y con una conferencia magistral “De la periferia al centro y viceversa” del arquitecto Juan Herreros, realizada en el Auditorio del edificio A, Campus Santo Tomás de Aquino, donde frente a un concurrido público de profesionales y estudiantes de arquitectura, Herreros presentó sus últimas obras y la base conceptual y filosófica sobre las cuales fundamentó cada una de ellas. Dentro de éstas cabe destacar el Museo de Munch en Oslo, la Torre Banco en Panamá, el Centro de Convenciones “Ágora” en Bogotá, Colombia. Al finalizar el evento fue anunciado el grupo electo ganador y los dos grupos seleccionados en mención de honor.

Un aspecto de la exposición realizada durante el evento ARKIFORUM 2011. A la derecha, el destacado arquitecto guatemalteco radicado en San Diego, USA, Teddy Cruz, mientras se dirijía al concurrido auditorio.

En las imágenes, el creador del SAL y su motor principal por 25 años, Arq. Ramón Gutiérrez, comparte socialmente con Erika Schnitter, de la Escuela Isthmus, de Panamá. Al centro, las destacadas arquitectas Silvia Arango, Louise Noelle y Ana Elvira Madriñán. A la derecha, la mesa de arquitectos practicantes, dirigida por Roberto Segre.

Match Talent: ArkiForum 2011

XIV Seminario de Arquitectura Latinoamericana, “SAL Campinas”

Por segundo año consecutivo, la compañía Match Talent celebró, en las instalaciones del Hotel Meliá Santo Domingo, el encuentro ArkiForum que ofreció a los profesionales dominicanos de la arquitectura, el diseño de interiores y la construcción las últimas tendencias y temas de actualidad del sector.

El XIV Seminario de Arquitectura Latinoamericana fue desarrollado en Campinas, Sao Paulo, Brasil, del 8 al 11 de noviembre de 2011, celebrando su XXV aniversario y con el propósito de reflexionar y generar nuevas pautas sobre su futuro. El SAL ha sido un movimiento de ideas, en un marco institucional flexible, que ha establecido el diálogo y la reflexión respecto a la Arquitectura Latinoamericana.

Durante la actividad se desarrolló un completo programa de conferencias y exposiciones con sobresalientes expertos locales e internacionales.

Este año, la agenda de contenidos estuvo protagonizada por la conferencia “Building Patterns”, a cargo del arquitecto estadounidense Lawrence Scarpa, considerado pionero y líder del diseño sostenible en Estados Unidos y ganador del recién entregado premio American Institute of Architects Firm Award. También, vino al país el arquitecto guatemalteco de influencia internacional, Teddy Cruz, especialista en urbanismo y ganador del premio “James Stirling Memorial Lecture”. Por último, se puso en marcha el panel de “Planificación Territorial y Arquitectura Turística”, a cargo de los arquitectos Maribel Villalona y Antonio Segundo Imbert.

“Estamos muy complacidos con la acogida que tuvo el evento este año”, destacó Oscar Guzmán, organizador y ejecutivo de la compañía Match Talent. “El tema resultó ser muy atractivo, en tiempos donde los nuevos materiales y tendencias respetuosas del medio ambiente están tan en boga”, agregó.

Con esta segunda edición, ArkiForum se posiciona como el cónclave internacional más importante de arquitectura desarrollado en la República Dominicana. Dirigido a arquitectos, desarrolladores de proyectos, inversionistas, diseñadores de interiores, ingenieros civiles y a todas las personas relacionadas a la construcción. Es organizado por la empresa Match Talent, especializada en programas de educación continuada para el sector de la construcción, con el apoyo de Cemex Concretos, Lanco Dominicana, Mapei, Cielos Acústicos, La Ibérica, INDUCA, Arquitexto y La Etnoteca.

El XIV SAL, organizó la memoria de los encuentros pasados y la reflexión sobre la vigencia de las cuestiones suscitadas en los pasados debates, tales como: la crítica de la arquitectura, los proyectos de arquitectura pública y el urbanismo de las ciudades latinoamericanas contemporáneas. Sin duda, en las últimas décadas, los distintos SAL han ejercido un importante papel en la construcción del pensamiento crítico de la arquitectura y el urbanismo del subcontinente latinoamericano.

Este evento nace en 1985 como un encuentro de arquitectos latinoamericanos en el marco de la I Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, organizado por el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) y por la revista de arquitectura Summa +. En el seminario inaugural fueron definidos los conceptos de modernidad e identidad como temas centrales, constituyendo, desde entonces, un cuerpo de doctrina a manera de “teoría de la arquitectura latinoamericana”. La primera reunión cubrió asuntos como: la herencia precolombina y europea y su influencia en la arquitectura latinoamericana; la incidencia del estilo internacional en la región; la arquitectura como respuesta a la identidad regional; la confrontación con las tecnologías propias e importadas; y un balance y prospectiva de la arquitectura latinoamericana. Estos análisis marcaron los tres siguientes eventos.

En su tercera edición, el SAL, en Manizales, Colombia, divulgó la concepción teórica de “modernidad apropiada”, desarrollada por el arquitecto chileno Cristián Fernández Cox, que proponía la existencia de modernidades culturalmente diferenciadas, en contraposición a la idea eurocéntrica de una modernidad universal. En esta tercera entrega del SAL, se crea el Premio América, el cual fue atribuido al Arq. Luis Barragán.

Los temas de identidad, regionalismo y universalismo, presentes en las primeras ediciones del SAL, son revistos en el presente, resaltándose la necesidad de relacionar este continente con el Caribe y delinear pautas convergentes; y a la vez, promover la actualización de los discursos latinoamericanos en arquitectura y urbanismo, puntualizando en el uso de la tecnología con una actitud crítica.

Premio América 2011 / XIV SAL En esta edición los premios fueron asignados a: João Filgueiras Lima (Lelé) (Categoría Obra Construida) · Cristián Fernández Cox (Categoría Historia, Crítica y Teoría) · Carlos Morales Hendry (Categoría Difusión).

Reseña de eventos

Algunas de las personalidades presentes en el encuentro: Frank Rainieri, durante su participación; al centro, Danny Forster, de Megaconstrucciones. Abajo, el grupo conformado por Jake Kheel (PCEF), G.L. Moré (AAA), Vencián Ben Gil (UNIBE), Frank Rainieri (Puntacana), Danny Forster, Oscar de la Renta y el Lic. Julio Amado Castaños Guzmán, rector de UNIBE.

Puesta en circulación AAA041: AAA, UNIBE y Puntacana presentan a Danny Forster

La revista Archivos de Arquitectura Antillana cerró el año 2011 con broche de oro el martes 13 de diciembre, al organizar y co-patrocinar el evento de arquitectura más relevante del año: el lanzamiento de su edición AAA041 y la conferencia “Lo moderno, lo vernáculo, lo sostenible”, impartida por el reconocido arquitecto norteamericano Danny Forster, quien es anfitrión del programa Mega-Construcciones de Discovery Channel, profesor de Harvard y Syracuse University, y director de Danny Forster Studio en Nueva York.

Este importante evento fue realizado en coordinación con Jake Kheel, presidente de la Fundación Ecológica Puntacana, y contó con la presencia de una selecta audiencia en la que se destacaron invitados como el señor Frank Rainiei, presidente y fundador del Grupo Puntacana; el Dr. Julio Amado Castaños Guzmán, rector de UNIBE; el Arq. Vencián Ben Gil, director de la Escuela de Arquitectura de la misma institución; y el afamado diseñador Oscar de la Renta.

El Arq. Gustavo L. Moré, editor de AAA, tuvo a su cargo la presentación de la edición AAA041, en su ponencia además hizo un recorrido por su trayectoria editorial, resaltando las publicaciones De Arquitectura y Arquivox, pioneras en el ámbito de revistas de arquitectura en el país. Esta última edición AAA041 ofrece una amplia cobertura de la mejor Arquitectura del Perú, obras dominicanas recientemente inauguradas, un Dossier Especial del Centro Cultural Perelló en Baní, y los proyectos e investigaciones del Taller Grupo Puntacana 2011 por la Universidad de Syracuse dirigido por el Arq. Danny Forster.

Precisamente por medio de esta colaboración editorial entre AAA y la Fundación Ecológica Puntacana fue posible la realización de este interesante evento en el que el Arq. Forster presentó los proyectos que los estudiantes de Harvard y Syracuse realizaron durante sus visitas al Grupo Puntacana. Fue un programa intensivo de 10 días con intercambios, talleres y diálogos con los ingenieros y arquitectos dominicanos que han trabajado en la empresa desde sus inicios y con altos directivos del Grupo.

Esta ocasión también fungió como escenario para la puesta en circulación del libro Sustainable Architecture, valioso documento sobre arquitectura sostenible del Grupo Puntacana que recoge las aportaciones de dichos estudiantes bajo la coordinación de Jake Kheel y el arquitecto Danny Forster.

Archivos de Arquitectura Antillana actualmente prepara una serie de transformaciones que nuevamente revolucionarán el panorama arquitectónico del país y la región durante el 2012, entre las que confirmamos el nuevo Pro_File01 de esta edición AAA042.

AAA 042/12

Varios aspectos de la concurrida y exitosa actividad organizada por AAA, con los auspicios de la Puntacana Ecological Foundation, celebrada en UNIBE. Arriba a la izquierda, Jake Kheel, María Cristina de Moré y Gustavo Luis Moré. Abajo al centro, Moré, editor de AAA, presenta la nueva edición.

Arriba, los arquitectos Oscar Imbert, G.L. Moré, Ninouska Nova, Juan Caro y Melisa Vargas, de AAA.

Ensayo

AAA 042/14

Nelson Herrera Ysla

Arquitectura cubana, hasta luego

Hablando claro, la arquitectura cubana que se produce hoy está en el peor momento de su historia. Exagerando un poco, sólo un poco, diría que no existe como expresión de la cultura material y espiritual de nuestro país. Ha desaparecido del espacio ciudadano, rural, del paisaje global de Cuba, de manera lenta y progresiva ante los ojos de todos nosotros.

Nada que ver y apreciar, nada que comentar desde hace más de 20 años a no ser algún ejemplo aislado debido al Arq. José A. Choy y su estudio, y sí mucho que recordar con nostalgia, desde los libros editados por Eduardo Luis Rodríguez (su importante The Havana Guide, Modern Architecture 1925-1965, publicada por Princeton Architectural Press, NY, 2000), sobre todo el más reciente, en colaboración con varios autores, cuya compilación estuvo a su cargo y publicado en 2011 por Ediciones UNION en su colección Do.Co.Mo.Mo, capítulo Cuba: “La arquitectura del Movimiento Moderno: selección de obras del Registro Nacional”.

Atrás han quedado aquellos tiempos en que el profesor, historiador y crítico Roberto Segre trazaba extensos e intensos panoramas de lo acontecido en específicas décadas de la cultura cubana, que servían como instrumentos para reflexionar acerca de un fenómeno que se cristalizó ejemplarmente en los años 60 mediante las Escuelas de Arte, la Ciudad Universitaria José A. Echevarría, la Habana del Este, las obras de Walter Betancourt en el oriente del país, y posteriormente, en ejemplos aislados de escuelas vocacionales, instituciones científicas, parques y plazas públicas de ciudades capitales provinciales, monumentos conmemorativos. Atrás ha quedado también el espacio conquistado por el pensamiento de Fernando Salinas y Eliana Cárdenas, lamentablemente fallecidos, en varias direcciones de la historia y la actualidad arquitectónica, aunque por suerte contemos hoy con las incidencias críticas de Mario Coyula, en especial aquellas que abordan la significación de la ciudad y ciertas áreas de su geografía en la cultura nacional y universal.

Desde los años 80, la crisis de la arquitectura cubana contemporánea se extendió a lo largo y ancho de la Isla, donde apenas sobresalía una que otra obra con marcado interés formal y espacial aunque sin llegar al nivel expresivo que aquellas iniciales edificaciones y conjuntos representaron. Los años 90, por su lado, desencadenaron una importante reacción constructiva en el sector turístico con vista a satisfacer las demandas planteadas por ese sector y la reinserción de Cuba en el panorama internacional. Muchos vieron en ese arranque inicial magníficas posibilidades para alcanzar una superior calidad en el orden conceptual, constructivo, ambiental, en su sentido cultural general, que elevara las esperanzas de renovación en el maltrecho paisaje edilicio que nos rodeaba. Pero poco a poco se desvanecieron. Sería difícil hoy destacar logros en la arquitectura hotelera y recreativa: más bien lo usual es constatar el grado de homogeneidad de la mayoría de los proyectos realizados, intrascendentes por sus propuestas a pesar de contar con los mejores materiales y recursos disponibles en el país para la elaboración de cada obra.

Tal ventaja —por no decir privilegio— sobre otros programas constructivos no fue lo

suficientemente aprovechada por arquitectos, diseñadores de interiores y paisajistas a fin de propiciar el ansiado salto cualitativo. Se perdió así una oportunidad, quizás la única, de revertir la situación lamentable en la que se encuentra la arquitectura cubana, distante en mucho de lo que en un momento dado de nuestra historia edilicia de la mitad del siglo xx, acaparó la atención y admiración de expertos y público en general. Edificaciones anodinas, plagadas de esquemas al uso en cualquier región del Caribe y del Mediterráneo, inundan algunos de nuestros mejores escenarios urbanos, en su mayoría costeros, y principalmente en cayos adyacentes del archipiélago cubano. Un patético afán por parecernos a cualquier lugar del mundo, motivado quizás para no levantar demasiadas sospechas de originalidad, innovación y búsquedas en lo autóctono que pudieran molestar o desencantar a los turistas que nos visitan —y en igual medida a las empresas patrocinadoras que los sustentan—, permea la casi totalidad de los proyectos. En la propia ciudad de La Habana, sobre todo en El Vedado y en la zona de Miramar, esos ejemplos remedan imágenes trasplantadas de otros contextos con total ausencia de razones para estar ubicados en uno de los conjuntos urbanos más atractivos de esta región tropical y latinoamericana. Paradójicamente se vuelven transparentes tales conjuntos hoteleros pues nada en ellos es apreciable: pasan inadvertidos en tanto moles de hormigón y vidrio, “adornados” algunos a última hora con obras de importantes artistas cubanos, en un intento desesperado por imprimirles una peculiar atmósfera cultural local, o ubicarlos “correctamente” en los estándares internacionales.

En líneas generales, se construye poco en toda la geografía insular: el mayor porcentaje, sin embargo, en los últimos años, recae en iniciativas por cuenta propia de remodelación y creación de viviendas, y en soluciones aisladas de organismos e instituciones locales a reclamos muy específicos de escasas dimensiones. Por otra parte, surgen con fuerza aquí y allá reestructuraciones urbanas de antiguas calles y edificaciones en ciudades capitales provinciales como ingenuas simulaciones de bulevares, centros comerciales, calles peatonales y otras especies ligadas a una precaria gestión comercial en ese intento por “recuperar divisas”, tal cual reza el slogan de una destacada cadena de tiendas (TRD).

Nombrar aquí las causas de la escasa construcción reinante a nivel general, y a nivel individual, sería redundante y, además, inútil: por un lado, todos sabemos la situación económica por la que ha atravesado. Por otro, una impresionante burocracia ha reinado en los diferentes niveles del sector de la construcción, desalentando sistemáticamente ideas renovadoras en materia de diseño —incluso en materia de enseñanza, pues en un momento se quiso que los futuros arquitectos se reconocieran a sí mismos como constructores y, en el mejor de los casos, tecnólogos— o ha impedido intervenciones acordes con nuestras circunstancias culturales específicas, pese a todo lo discutido y propuesto por profesionales honestos, entusiastas y optimistas hasta la saciedad en congresos y seminarios en cualquier rincón de la Isla, pero especialmente en la capital. Recordamos recientemente la polémica vía email en torno a la planeada demolición del hotel Internacional de Varadero que levantó

Interior del Hotel Telégrafo, en el Parque Central. Diseño de Eduardo Rubén. Años 90. Foto R. Segre.

Diseño espontáneo de las fachadas de las nuevas viviendas realizadas por los propietarios “maceta”. La Habana, 2010.

Fotos Nelson Herrera Ysla.

una ola de indignación dentro y fuera de Cuba. Sería cosa de llenar numerosas páginas de cualquier revista u otras publicaciones con elucidaciones insólitas, anécdotas divertidas, dramáticas y hasta absurdas y, para finalizar, abundantes lamentaciones. Todo para arribar a las mismas conclusiones de siempre pues los responsables directos de esta lamentable situación no se quieren enterar, y brillan por su ausencia en los análisis, afanados, como suelen estar siempre, de una reunión en otra. Resulta imposible en este texto, pues, hilvanar un sencillo análisis crítico de la arquitectura y el urbanismo recientes… ya que no existen, a no ser lo escasamente vinculado al programa hotelero.

Sin embargo, en medio de este complicado panorama resulta admirable saber que se desarrollan talleres impartidos por arquitectos con el fin de mover ideas, no dejarnos aplastar por realidades duras, y mantener viva la llama del diseño arquitectónico y ambiental aún cuando no sea posible por el momento llevarlos a vías de hecho. Me refiero al ejercicio teórico de refuncionalizar y rediseñar diversas escalas (desde el mobiliario urbano hasta intervenciones en edificios existentes) de ciertos espacios consagrados de la capital cubana, como es el caso del Taller llevado a cabo por el Arq. Augusto Rivero Más —y en el que participan arquitectos, diseñadores industriales y gráficos graduados del ISDI, sociólogos, historiadores— respecto a diversas áreas o nodos urbanos de la capital como son el parque de El Curita, el parque Trillo, el Parque Maceo, en Centro Habana, el centro histórico de Cojímar y, por último, el nodo importante de Cuatro Caminos. Pueden incluirse en este esfuerzo los Coloquios Nacionales por la Arquitectura Cubana, convocados por la UNEAC de Camagüey dedicados a la “noble profesión de arquitecto”, con el fin de examinar la difícil situación en que se encuentra la arquitectura y el urbanismo actual, la profesión misma y su influencia en la comunidad. Y no dejar de mencionar la perseverancia en la formación universitaria de los nuevos profesionales a la que se consagran tantos arquitectos y expertos de distintas ramas del conocimiento, y el constante desvelo de instituciones especializadas del sector de la construcción y la planificación física, y las que tienen a su cargo la restauración y conservación histórica.

En el lado opuesto de estos esfuerzos hechos a puro corazón, alimentados por utopías dignas de elogio, observamos con pasmosa tranquilidad la proliferación creciente de una arquitectura “espontánea” —oficializada en muchos casos aunque ilegalizada en otros—, relativa al campo de la actividad constructiva privada en el sector de la vivienda. Día a día podemos ver como en barrios de cualquier ciudad cubana aparecen de la noche a la mañana muros de cierre exteriores con balaustradas de copas en cemento, torsos de mujer o faraónicos, remates de pretiles a base de ánforas antiguas, delfines y leones coronando pórticos y techos, enrejados de diseño geométrico y vegetal para balcones y portales, retahíla de sapitos o ranitas, enanitos a lo Walt Disney y hongos decorando jardines minúsculos, fuentes, etcétera, y la escandalosa red de garajes, naves, habitaciones, terrazas y almacenes fabricados en fachadas de edificios múltiples y viviendas, ocupando

parte del espacio público, denunciadas ya por diversos medios de comunicación y hasta por las más altas instancias de gobierno.

Se trata de una “arquitectura”, construida sobre la base de remesas familiares, y como consecuencia de nuevos negocios por cuenta propia que socavan la tradicional variedad y la fuerza del eclecticismo imperante en casi todas las ciudades de Cuba: se trata de una “arquitectura de nuevos ricos” sin apoyatura de profesionales del sector (aunque esto no me consta del todo). De hecho, sin pánico ni exageración, puede corroborarse hoy el auge y expansión de la mayor epidemia de baja intensidad cultural (o mal gusto) jamás vista. Lo reconocido años atrás en Cuba y en gran parte del planeta por expertos de toda índole, y mediante guías y libros como los ya nombrados, tiembla hoy ante el avance impetuoso de un repertorio formal inusitado, que le debe más a la necesidad de renovación de viejas y depauperadas construcciones —así como a forjarse un status simbólico inédito— que al desarrollo edilicio que correspondería a cualquier grupo humano, comunidad y sociedad.

Burdas imitaciones de un pasado colonial (que no alcanza siquiera el calificativo de “neocolonial”) y de otro republicano reciente (ejemplificado en casas y mansiones de El Vedado de las primeras décadas del siglo XX y otras de la zona de Miramar bordeando los años 50), más la posible influencia de ciertas imágenes de lo latinoamericano rural (pienso en México) y lo norteamericano de las periferias urbanas del medio oeste, se condensan en un imaginario colectivo sin precedentes. Los que poseen cierto poder adquisitivo requieren, por supuesto, de una imagen que así los distinga en el entramado arquitectónico citadino, tal como correspondía en el pasado a cada clase social. Para explicar pronto y mal este fenómeno, me decía un querido amigo: “El dinero es una de las pocas cosas que no se puede ocultar”, los nuevos, o renovados propietarios, necesitan expresar la nueva condición asumida, el nuevo status adquirido… y qué mejor que “nuevas casas”, y nuevos muebles, autos, adornos, etc. Aclaro que esto no me parece indecente, indigno, inmoral, ni mucho menos: es el resultado natural de quienes tienen la posibilidad de invertir su dinero en algo que les sea útil para satisfacer necesidades apremiantes acumuladas a lo largo de décadas. Hemos vivido demasiados años con escasez, sin posibilidades de remodelar el espacio privado y único de la vivienda que poseemos (o ampliarla debidamente); años sin que las autoridades municipales de cualquier tipo ofrezcan a plenitud a la población materiales o nuevos espacios para vivir. Excluyo aquí ciertos planes de vivienda, mayormente construídos con sistemas prefabricados de pobrísimo valor arquitectónico, y las delirantes propuestas de viviendas de “bajo consumo” de materiales, que han satisfecho una ínfima parte del déficit nacional.

Lo que está en juego ahora es la aparición súbita y añorada de recursos financieros en determinado sector poblacional, que no encuentra de inmediato un respaldo cultural apropiado en términos de asesoría profesional, para encauzarlos del mejor modo posible.

Monumento de un prócer cubano realizado por los vecinos del barrio, organizados en el CDR (Comité de Defensa de la Revolución).

Foto Nelson H.Y.

Fachada de un restaurante popular privado (paladar) en un barrio de La Habana. Foto Nelson H.Y.

Tales recursos son utilizados rápidamente sin tomar en cuenta tradiciones, historia, contexto social. Los propietarios, al no disponer de fuentes documentales contemporáneas en consonancia con los avances de la arquitectura, acuden a los repertorios formales que mejor puedan proporcionarle, de cierta manera, los símbolos adecuados a su “nueva condición”, independientemente del lugar y entorno. Y cuál mejor opción entonces que imitar las imágenes arquitectónicas de la pequeña y alta burguesía, incluso de la aristocracia criolla, persistentes todavía en la mayoría de nuestras ciudades debido a la riqueza de sus materiales, durabilidad, prestancia, y que popularmente son invocadas —con cierto grado de admiración— no como viviendas ni casas sino como castillos, palacios, mansiones.

Sin ir muy lejos de La Habana y su periferia (Jaimanitas, Santa Fe, Baracoa), se encuentran hoy también en Matanzas, Camarioca, Varadero, Santa Marta, Cárdenas; es decir, dentro y alrededor de nuestros mayores emporios turísticos, por lo que no estaría mal preguntarnos: ¿Se trata de una consecuencia natural, y artificial a la vez, de la creciente actividad de este sector de la economía? ¿Son las instalaciones turísticas “nuevas” las que han creado y exacerbado en la población este resurgimiento de viejos símbolos arquitectónicos y estéticos? ¿Volveremos a ese pasado cultural? ¿No avanzaremos hacia delante como lógicamente nos correspondería, con imágenes visuales acordes con una nueva cultura? ¿No hemos sabido desarrollar una nueva cultura en términos arquitectónicos, materiales, formales en general? ¿Nos hemos detenido fatalmente en el tiempo? ¿Nos corresponde solo imitar? ¿Es ese el pasado lo que nos espera?

Debo aclarar que este no es un fenómeno privativo de Cuba: se expande sin cesar por zonas de la geografía centroamericana como resultado también del envío de remesas familiares, provenientes de los Estados Unidos en primer lugar, y que ha dado lugar a reflexiones de arquitectos, diseñadores y sociólogos de esa región e, incluso, exposiciones fotográficas de ejemplares connotaciones culturales que mucho pueden servirnos como material de estudio si decidiéramos encarar este asunto en un futuro inmediato.

La situación económica que atraviesa dicha región no parece estar lejos de la que actualmente tenemos en nuestro país: algunos, los más agudos, hablan en términos de una centroamericanización de las ciudades cubanas, cuando ya el término “ruralización” había sido aplicado años atrás a expresiones formales conocidas como “ranchones” para cobijar sillas y mesas donde comer y beber en pleno entramado urbano de hormigón, aluminio y acero; o para definir variantes del legado indígena nuestro como soporte de ferias y exposiciones transitorias, y de cafeterías y restaurantes en ciudades y a lo largo de carreteras, o también como soluciones formales provisionales y permanentes a cualquier programa constructivo o evento que se realice.

Las tribulaciones de la arquitectura y el diseño ambiental ligados al turismo han encontrado eco también en el entorno de La Habana Vieja, emplazamiento ejemplar manejado

Dibujo popular para ilustrar la visita de Fidel Castro a la URSS en los años sesenta.

Con Nikita Jruchov. Foto R. Segre.

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por la Oficina del Historiador de la Ciudad y que le ha valido reconocimiento nacional e internacional justamente merecido, y que sitúa a la mejor arquitectura patrimonial en los terrenos de la contemporaneidad, por aquello de que toda buena arquitectura, no importa su época, es contemporánea en su sentido cultural cabal. No digo de lo realizado para la estricta remodelación y refuncionalización de los edificios patrimoniales sino de objetos e imágenes “añadidas” al espacio público urbano, cuya proliferación en los últimos años, paradójicamente, impide el goce pleno de la arquitectura legada y rescatada con rigor y profesionalidad por arquitectos y constructores de la institución: me refiero a la cadena de mesas y sillas que obstruyen el paso en determinadas callejuelas y pasajes del área principal del centro histórico, a macetas y arecas en abundancia de orden y tamaño, a muros bajos para la protección de murales, a profusos afiches e infografías montadas sobre estructuras metálicas en fachadas, esquinas y plazas.

Precisamente, lo extraordinario de ese centro histórico (y de áreas aledañas cuando pensamos en El Prado y su extensión hacia el Parque de la Fraternidad) radica en una balanceada heterogeneidad estilística de sus edificaciones (que a veces parece homogénea) en cuanto a detalles exteriores en tanto elementos simbólicos de piedra, madera y herrería; en esa atmósfera umbrosa y soleada que asoma a ciertas horas del día por sus calles para resaltar estos y otros elementos; en las variantes de color aplicadas a muros y fenestración; en su pavimentación diversa; en la asombrosa variedad de pórticos, balcones y remates de techo, cenefas, arcos, escaleras, pisos, en fin. Por eso me resulta incomprensible el abigarramiento propiciado por un mobiliario urbano que no permite disfrutar a plenitud esos acentos privilegiados que posee nuestra arquitectura colonial, nuestro extraordinario Centro Histórico. Fotografiar la Plaza de la Catedral, por ejemplo, es en la práctica casi imposible pues las sombrillas y mesas extendidas del restaurante El Patio lo impiden, así como la Plaza de San Francisco, debido a numerosas estructuras metálicas anunciando museos, emisora de radio, revistas. Algo similar ocurre en la Plaza Vieja, en los bordes del Museo de la Ciudad con la extensión hacia el exterior del restaurante La Dominica y en los cruces de las calles Mercaderes y Obrapía. Mención aparte merece el tinglado permanente de estantería para libros que obstaculizan la visión global y particular de la Plaza de Armas, donde se halla uno de los mejores conjuntos arquitectónicos más importantes del período colonial, aún con sus añadidos de principios del siglo veinte. Y no me refiero solo a las dificultades vinculadas al hecho fotográfico sino a veces al más sencillo acto de caminar y observar lo que a nuestro alrededor se muestra con persistente belleza.

No albergo dudas de que la actividad comercial vinculada al turismo que inunda el Centro Histórico requiera de soluciones capaces de satisfacer a todos y cada uno de los visitantes lo mejor posible, pero siento una excesiva invasión de elementos arquitectónicos, ambientales, de mobiliario y diseño gráfico, en espacios por lo general pequeños, discretos,

Taxi-bicicleta decorado en La Habana, años 90.

La Habana. Fachada del ex–Ministerio de Educación (años 50) remodelada a inicios de este siglo, con falsa portada colonial del convento de Sto. Dgo.

atentos a la escala humana, nada comparables a los grandes espacios patrimoniales que gozan Europa, Asia, Medio Oriente donde esos mismos elementos no constituyen un problema. Tampoco debo obviar la plaga de atriles, cordelería, mesas, tablillas, anuncios, colocados indiscriminadamente en fachadas de viviendas para anunciar la venta de comida y bebida, adornos y objetos personales, instrumentos musicales, discos, libros, artesanía de todo tipo. Aún cuando sospecho toman en cuenta regulaciones propias del centro histórico habanero, y de otros pertenecientes a Trinidad, Camagüey, Matanzas, los propietarios de los nuevos negocios y oficios comerciales se extienden más allá de lo establecido en su “lucha” por atraer clientes, como si fuese imposible, por momentos, zafarnos de ese “maleficio” visual, de esa sal que nos ha caído encima sin apenas darnos cuenta.

No está de más señalar que oportunidades no nos faltaron en los últimos años para recuperar parte de lo extraviado para contribuir al mejoramiento de nuestro entorno. Sin embargo, muchas de ellas no supimos aprovecharlas: me refiero específicamente a la experiencia de las microbrigadas en La Habana, donde se suponía que un espíritu de verdadera transformación formal y ambiental —si se prefiere: arquitectónica a secas— enriquecería los ambientes deteriorados o habituales de El Vedado, Centro Habana, Habana Vieja, Playa, Santa Fe. No fue así: la mayor parte de las soluciones dadas a edificios de 3, 4 y 5 plantas, desde los años 80 hasta hoy, se mantiene muy por debajo del nivel de proyecto alcanzado en los años 40 y 50 (ni qué decir de los 60) para edificios con similares propósitos y que permanecen a la vista de todos. Todavía, hoy, a 11 años del siglo XXI, los proyectos realizados en estos y otros enclaves habaneros padecen de extremas debilidades en su concepción y articulación en el contexto urbano, de interés formal aunque se atisban soluciones audaces e inteligentemente contemporáneas en el Nuevo Vedado, las cuales prometen dar un vuelco total a ese estado de cosas, al menos en la capital del país. ¿Cómo puede ser posible tal retroceso o estancamiento? ¿Qué esperar entonces de nuevos desafíos y oportunidades en estos y otros programas constructivos?

Y me refiero también a proyectos de animación urbana llevados a cabo en barrios de La Habana hacia fines de los 70 y principios de los 80 —con sus supergráficas, intervenciones y objetos escultóricos, entre otros elementos— de sencilla realización y ejecutoria que no han continuado desarrollándose. ¿Por qué se detuvo esa experiencia de diseño ambiental si en la práctica requería de tan exiguo financiamiento? ¿A qué se debió tal indiferencia?

Lo único que nos sacude de vez en cuando, y que trae a colación el asunto de la arquitectura cubana contemporánea entre profesionales y expertos en nuestro país, y fuera del mismo, es el entusiasmo internacional aún existente por las Escuelas de Arte (ENA) construidas, a medias, a principios de los años 60. Seminarios y coloquios así como un reciente documental exhibido en un Festival norteamericano vuelve de nuevo a debatir la importancia cultural, y ya histórica, de tal conjunto arquitectónico. Sus principales

Nuevo anexo del Hotel Parque Central., Arqs.

José Antonio Choy y Julia León. La Habana, 2010.

Hotel Parque Central. Edificio kitsch, proyecto de una empresa española que substituyó el bello palacio neoclásico del siglo XIX. La Habana, años 90.

protagonistas, y críticos de un lado y otro, argumentan sus orígenes, propósitos, y su compleja significación como paradigmas simbólicos de la polémica relación entre contexto cultural y político, contexto arquitectónico y social, economía y estética, vanguardia artística e historia, a partir de los proyectos específicos para cada escuela. Desde su inicio, las ENA han provocado a más de una generación de expertos en casi todo el mundo y sobre ellas se ha tejido un número considerable de teorías y juicios de valor que colocan, a ese complejo edilicio, en el cénit de lo producido a nivel global en esa década, con repercusiones hasta hoy. Lamentablemente, su influencia desapareció en el ámbito nuestro a partir, sobre todo, de dudosas argumentaciones en torno a su costo de producción: es más, las ENA se ignoraron y hasta se despreciaron durante los siguientes años cuando una oleada de prefabricación insulsa y anodina dominó el paisaje rural y urbano de la Isla en el que hoy muy poco de ese gigantesco esfuerzo merece ser valorado. Una leyenda negra se tejió en su torno, las opacaba cuando en realidad 2 de ellas terminadas y 3 inacabadas, ruinosas y maltrechas hoy, se alzan todavía con fuerza y entereza para admiración y asombro de muchos… como si hubiesen sido “abandonadas” para ese fin último.

Para finalizar: ESBEC, comunidades rurales, microdistritos y distritos urbanos prefabricados (recordemos solo Alamar y San Pedrito como los más grandes del país), policlínicos, hospitales, vaquerías, viviendas de microbrigadas, hoteles, círculos infantiles, escuelas primarias, sedes universitarias… ¿Qué queda de todo ese impresionante esfuerzo constructivo en nuestra memoria? ¿Qué recordamos de manera ejemplar en lo arquitectónico y cultural? ¿Cuál ha sido su significación en términos estéticos, en producción de sentidos, en valores a tomar en consideración, más allá de urgencias constructivas que en un momento pudieron satisfacer?

Si hiciésemos un repaso de algo más de 50 años de arquitectura y urbanismo a lo largo y ancho de la isla, ¿Qué podríamos mostrar como una contribución verdadera a la formación de las nuevas generaciones de profesionales del sector? ¿Qué podríamos mostrar al mundo más allá de importantes ejemplos del pasado colonial y republicano y las ENA? ¿Cómo devolverle a la arquitectura en nuestro país su espacio históricamente alcanzado en la cultura desde los siglos pasados? ¿Cómo hacer para que se comprenda el rol de la arquitectura en nuestro país en igualdad de condiciones que la música, la danza, la literatura, y no como mera actividad constructiva condenada a la mediocridad? ¿Qué hacer para que se entienda que ese espacio físico y poético del hombre (al decir de Ricardo Porro), es decir la Arquitectura, debe ser concebido y elaborado para que éste desarrolle su vida a plenitud, a puro goce? Las respuestas se hallan por doquier. Todos las conocemos. No es necesario nombrarlas ni insistir en ellas. Solo me asiste la esperanza, pues se trata de un proceso reversible, sin dudas. Hemos superado cosas peores en otros campos de la cultura. Tal vez por ahora lo mejor sería recordar aquella famosa y vieja canción norteamericana: … no es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós.

Folklore

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Joel Martínez / Fotografía de Guillermo Ricart

© Guillermo Ricart

Personajes efímeros del carnaval de La Vega

El carnaval de la ciudad de La Vega, corazón del fértil valle del Cibao, en la República Dominicana, data de los inicios de la fundación de esta emblemática ciudad. Muchos historiadores afirman que en la época colonial, aparece por primera vez una manifestación carnavalesca durante el mes de febrero de 1514. Correponde al clérigo Álvaro de Castro tomar la iniciativa de llevar por las calles de la Concepción de La Vega, una representación de la lucha entre “el bien y el mal”. Surge así la tradición transformada en la escena americana, de la lucha entre moros y cristianos de las festividad de San Sebastian. (1)

Entre los principales grupos de “diablos cojuelos” se distinguen: los Broncos, las Fieras, las Hormigas, los Cavernarios, los Panitas, los Chihuas, los Panzudos, los Figueres del Parque Hostos, los Bichos, los Bufones, los Truenos. A la fecha se conocen más de un centenar de grupos.

La Vega que en otros tiempos fue denominada ciudad culta, olímpica e histórica, alberga en un espacio mágico lleno de música, color, fantasía y alegría, toda la diversidad de la cultura popular dominicana.

© Guillermo Ricart

Al día de hoy, el carnaval vegano es un fenómeno urbano que convoca a cientos de miles de dominicanos y ciudadanos del mundo, todos los domingos del mes de febrero concluyendo el 27 del mismo mes. La pasión por lucir las mejores galas, los mejores disfraces y caretas, llevan a distintos grupos de diversos estratos sociales, a realizar grandes esfuerzos durante todo un año para vestir de color y especial creatividad, esta tradición popular declarada patrimonio folklórico de la nación dominicana.

© Guillermo Ricart

Nota: (1) Estrella Guzmán, Lic. Hugo Máximo. En Las Rutas del Carnaval Vegano. Ensayo sobre el Folklore. Imprenta Enriquillo. La Vega, República Dominicana. Enero 2003

© Guillermo Ricart

© Guillermo Ricart

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Piezas cívicas: Arquitectura comercial en Santo Domingo, 2012

Ricardo Martínez R. / Sarah Hernández

Supermercado Bravo Avenida Núñez de Cáceres

Antonio León / Rosalinda Báez

Food Court Nuñez de Cáceres

Sánchez & Curiel Arquitectos

Farmacia Carol Avenida Winston Churchill

Dante Luna G.

Ilumel 4 Avenida Abraham Lincoln

Sánchez & Curiel Arquitectos

Torre D28 Avenida Roberto Pastoriza

Ja’el García / Patricia Duval / Elizabeth Alcántara

Supermercado Nacional Avenida Tiradentes AAA042 expone una primera selección de obras recientes de índole comercial, realizadas en Santo Domingo. Con una población cercana a los 3 millones de habitantes, según algunas estadísticas oficiales, la capital dominicana se ha convertido en la urbe más populosa de la región antillana, organizada políticamente en un distrito central y 3 municipios pericentrales, cada uno de ellos administrativa y funcionalmente independientes. Esta presencia de proyectos arquitectónicamente sensibles, manejados por la empresa privada, actúa ante el retraso que la obra de gestión pública ha demostrado en los últimos años, y ha sido una de las insospechadas marcas recientes en la estructura urbana capitalina. Muchas de estas instalaciones comerciales han asumido, en consecuencia, el papel de piezas cívicas de identidad referencial en el de otra forma amorfo tejido urbano de zonas hasta hace pocos años periféricas de la energética ciudad de Santo Domingo.

Este hecho de presencia urbana se enfatiza incluso más, ante el establecimiento de una imagen casi articulada entre los mismos autores —las diversas intervenciones no parecen ser un producto aislado o casual, sino concertado—, en el que la paleta de materiales y terminaciones, por un lado, y algunos aspectos morfológicos por otro, aparecen en las más indistintas operaciones. El color rojo, las fachadas frontales transparentes a plena altura, los voladizos horizontales en los primeros planos, —cada vez más recubiertos en placas metálicas ligeras— los quiebrasoles de aluminio, los recubrimientos de gres porcelánico de gran formato en fachadas más o menos ventiladas, son sólo algunos de los reiterados recursos que se distinguen en el grupo de obras que se han seleccionado para la edición. Son varias las obras que, con gran simultaneidad, presentan acomodos cromáticos, matéricos y formales similares. El origen de este caso puede ser posiblemente atribuíble a la oferta de un novedoso mercado de productos que se ha abierto en los últimos años a suplidores extranjeros y locales, enriqueciendo las oportunidades de elección de materiales para la arquitectura criolla. Este hecho, siempre presente en toda la arquitectura, se ha agudizado en la última década, a la par de la oferta de mano de obra especializada en muchas operaciones constructivas inéditas, tanto la edilicia como en los interiores, generalmente protagonizada por diestros obreros sudamericanos y dominicanos de vanguardia.

Supermercado Bravo Avenida Núñez de Cáceres

© Ricardo Briones

Ricardo Martínez R. / Sarah Hernández

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Supermercado Bravo Avenida Núñez de Cáceres

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Ricardo Martínez R. / Sarah Hernández

El más reciente establecimiento de la cadena de supermercados Bravo, ubicado en la Avenida Núñez de Cáceres de Santo Domingo, es un edificio, especie de skené urbano, cuyo vuelo porticado de estructura metálica y vértices agudos, define una delicada transición entre el exterior y el interior del mismo. La escala de este gesto es acompasada con su arquitectura por medio del control de los materiales, texturas, dimensiones y ritmo de los elementos estructurales: una serie de esbeltos pilotes generan la galería sin bloquear la ligereza de la segunda fachada ni interrumpir el funcionamiento del parqueo.

En ese segundo plano la entrada es definida y demarcada por un volumen de color rojo que se diferencia claramente de la cortina de cristal que funge como cerramiento del local y que, además, se eleva por encima de la altura general del conjunto para alcanzar la dimensión urbana del resto.

Plantea un esquema ajustado a un solar marcadamente irregular y al requerimiento específico de ubicar sus 115 plazas de estacionamientos a nivel de suelo.

La solución arquitectónica negocia ágilmente con estas condicionantes, retirando el volumen edificado al fondo del lote. Esta decisión permite que el acceso y flujo vehiculares dentro del solar no entorpezcan el entorno urbano inmediato a la vez que ubica los estacionamientos en la zona del mismo cuya geometría permite una distribución y circulación eficientes.

En su interior se establece una circulación en la que se entra y se sale por el mismo punto, en un zaguán que define accesos separados, organizando así el área de anaqueles en la isla que se forma dentro del circuito. Las direcciones y ángulos planteados por la irregularidad del solar, determinaron un espacio interior de perspectivas y fugas interesantes, balanceadas por la luminosidad y amplitud que proporcionan tanto la gran altura del espacio como la luz natural que entra a través de las cortinas de vidrio y el patio posterior. La relación de alturas en la fachada permite un clerestorio de iluminación hacia el sur, de gran eficiencia en la percepción del espacio interno del local.

El proyecto consta de 2,200 m2 de tienda, 1,500 m2 de almacén dentro de un solar de 5,000 m2. Contiene además área de carga y descarga y área administrativa.

Elevación frontal

Sección

Planta

© Ricardo Briones © Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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Proyecto

Supermercado Bravo Ave. Núñez de Cáceres Diseño arquitectónico

Ricardo Martínez R. Sarah Hernández Colaborador

Jorge Santiago Encargado construcción

Miguel Llodrá H. Asistentes construcción

Juan Novas Arelis Mones Raymundo García Guillermo Aquino (maestro) Sistema de aires acondicionados

Allan Samuels

© Ricardo Briones

Diseño interiores y señalética GHA Instalaciones eléctricas OTEICA

Food Court Núñez de Cáceres

© Ricardo Briones

Antonio León / Rosalinda Báez

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Food Court Núñez de Cáceres

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Antonio León / Rosalinda Báez

Ubicado en la avenida Núñez de Cáceres en la ciudad de Santo Domingo, este food court plantea una propuesta innovadora dentro de la tipología de restaurante de comida rápida. El conjunto se genera por medio de una caja rectangular, con elementos tropicales de fabricación y solución contemporáneos, que se subdivide en un juego de volúmenes intersectados y morfológicamente unidos por dos trazos horizontales que simulan la típica capucha a cuatro aguas que cubre la mayoría de las franquicias de comida rápida alrededor del mundo. El baño de colores y texturas que revisten los espacios sólidos, brindan escala a cada uno de ellos dentro de sus múltiples actividades.

En su interior se conjuga una variedad de espacios en el que resalta la doble altura del restaurante principal. Es aquí donde elementos decorativos y el mobiliario se combinan para dar sentido a diferentes ambientes preparados para el disfrute del usuario. Los revestimientos, degradaciones de colores y texturas no se limitan a las superficies del suelo y el mobiliario, se integran de manera ágil y fresca, el ritmo y movimiento en el techo y los elementos estructurales. El espacio para el branding tiene un papel importante en la estructura y se llega a mostrar como parte de los elementos que definen la geometría y marcan el recorrido dentro de la edificación.

El edificio fue concluido en noviembre de 2011 y consta de una superficie de 2,200 m2 distribuidos en 3 niveles en los que se desarrollan el lobby, terraza, restaurante, área de juegos múltiples, baños, cocinas, 4 locales comerciales, almacén de alimentos, producción & preparación de alimentos, oficinas administrativas, salón multiusos, comedor empleados, sala de capacitación de empleados, recepción & aseo empleados. Por otro lado su entorno exterior comprende 1,600 m2 distribuidos entre accesos, drive thru, estacionamientos, cuarto de máquinas y zona de carga & descarga.

Planta primer nivel

Elevación frontal Núñez de Cáceres

Elevación lateral derecha

Elevación lateral izquierda

Planta de techo

© Ricardo Briones / Retoque fotográico: Chiel Lantigua

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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Proyecto

Food Court Núñez de Cáceres Diseño arquitectónico, interiores y supervisión

Antonio León Rosalinda Báez Diseño cocinas

Rosalinda Báez Osiris Pimentel Encargados construcción

Daniel Camarena Jahaira Rivera Diseño estructural

Rafael Rosario Diseño sanitario

Magda Duarte Diseño eléctrico

© Ricardo Briones

Iván Jiménez

Farmacia Carol Avenida Winston Churchill

© Ricardo Briones

Andrés Sánchez & César Curiel

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Farmacia Carol Avenida Winston Churchill

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Andrés Sánchez & César Curiel

Farmacia Carol es una cadena de farmacias de gran reconocimiento nacional y ha construido su tienda más emblemática en la esquina formada por las avenidas Winston Churchill y Gustavo Mejía Ricart en Santo Domingo. El proyecto debía reflejar el liderazgo de la marca y su compromiso con la ciudad, la arquitectura y el diseño.

Con esas premisas, la farmacia integra el entorno comercial a la ciudad por medio de una plaza que plantea un libre acercamiento a peatones y conductores. Este gesto acentúa la escala urbana del proyecto.

Para lograr los objetivos se recicló una modesta estructura existente de un fast food para convertirlo en un edificio significativo de referencia, de unos 600 metros cuadrados. Una “L” de doble puntal abraza la parte existente a modo de galería comercial renacentista con total transparencia hacia la plaza y la ciudad, y evoca un ambiente cálido y confortable; por lo que, desde el interior, el límite de la tienda es el entorno urbano.

El edificio es un volumen simple, de textura limpia y con fachada ventilada en terracota, que incorpora los elementos tradicionales de la marca Carol. En términos funcionales plantea un área comercial con sistema de góndolas, área de recibidor para la farmacia y al exterior habilita el servicio de drive-thru.

Planta

Elevación

Sección

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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Proyecto

Farmacia Carol Ave. Winston Churchill Diseño arquitectónico

Sánchez & Curiel Arquitectos Colaboradores

Ernesto Morel Andrés Eduardo Sanchez Aybar César Antonio Curiel Patricia Núñez Dirección y supervisión general de obras

Ernesto Morel Elio Fernández Ejecución estructuras metálicas

Ingeniería Metálica Ejecución instalaciones eléctricas GPA & Asoc.

Ejecución instalaciones mecánicas

Clima Confort Cálculos estructurales

Reginald García Instalaciones eléctricas

Pedro Julio Polanco

© Ricardo Briones

Diseño de interiores y señalética GHA Design Studios

Ilumel 4 Avenida Abraham Lincoln

© Ricardo Briones

Dante Luna G.

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Ilumel 4 Avenida Abraham Lincoln

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Dante Luna G. / Texto de Julia Pimentel

Pocas veces tenemos la oportunidad de escuchar la historia contada por su protagonista, tal es el caso en el que he disfrutado las palabras de entusiasmo y orgullo, de boca del propio arquitecto Dante Luna, creador del nuevo edificio de Ilumel, el lenguaje de su nuevo diseño interior, la actualidad de la marca y la proyección a futuro de esta tienda de mobiliario y accesorios que es toda una tradición en el mundo de los suplidores del diseño de interiores nacional, propiedad de la familia Camblor.

El Arq. Luna tuvo a su cargo la intervención de la nueva expansión de la tienda, el solar de la Ave. Abraham Lincoln No. 918, ya que la misma había crecido orgánicamente según la empresa se consolidaba en el mercado y se fueron adquiriendo solares, que no necesariamente colindaban, y a través de soluciones puntuales se fueron comunicando los mismos.

Con la experiencia de usuario y asiduo cliente de Ilumel, para Luna estuvo muy claro desde un inicio, que la principal meta de diseño consistiría en eliminar el tortuoso recorrido obligatorio que conectaba los cuatro pisos de exhibición, y organizar mejor la circulación entre los edificios para hacerla cómoda e intuitiva, sin que la tienda dejara de operar, sobre todo porque cuenta con un alto flujo de usuarios y una intensa venta diaria en un tiempo récord de año y medio bajo estas condiciones.

Gracias a la visión de los propietarios, se pudo lograr la propuesta que abarcó los 2 solares de la Ave. Abraham Lincoln No. 916 y el nuevo solar. Se diseñó una estructura modular metálica con cierres en muros de poliestireno y un área de 4,000 m2 de plafond de sheetrock, que permitió comunicar todo el edificio en todos los niveles y adicionar 5,200 m2 a la tienda ya existente, donde la escala es agradable y donde prima la calidad espacial.

Se tomó como referencia para el envolvente de la propuesta y su estética, el edificio de numeración 914, que es una fachada casi ciega con entradas de luz horizontales y una geometría simple y limpia, dejando de lado los detalles decorativos, para centrarse en la arquitectura del lugar; logrando que los volúmenes parecieran ser parte el uno del otro y crear la idea de un solo bloque que presenta una fachada bastante imponente hacia una de las avenidas principales de la ciudad de Santo Domingo.

Así se creó un nuevo espacio de exhibición, con una arquitectura significativa, con un aire estilo industrial, de vigas vistas y detalles de madera de maple o arce, donde el aire urbano toma gran protagonismo; que permitiera enmarcar y puntualizar la entrada al parqueo soterrado hacia el exterior, además de expresar el liderazgo indiscutible del mercado creado por Ilumel a través de los años, una experiencia de diseño y decoración única; mejor dicho, el concepto de “experiencia de marca” (flagship store) donde el cliente ve la tienda desde la calle y no espera encontrarse con un atrio a doble altura al cruzar el pórtico en color rojo, que confiere gran carácter a la entrada, y una planta libre con una variada selección de mobiliario exclusivo, creando un recorrido en el edificio que permite apreciar de manera general todo lo que se ofrece en la tienda en todos sus niveles y donde desde cada ángulo se obtiene una nueva e interesante perspectiva.

La estética silente de este nuevo edificio de 6,200 m2, en las propias palabras de Luna, debía ser superada por un recorrido eficiente; sin embargo, la calidad de los materiales y su terminación impecable, hacen de este “contenedor de muebles contemporáneo” un espacio interior dinámico, una geometría que invita a caminar toda la tienda de esquema

de planta libre, ir subiendo a los diferentes pisos tan cuidadosamente ambientados, explorar cada rincón desde una vista panorámica…

El mayor reto de diseño y construcción pesa sobre la caja vista del elevador y una impresionante escalera helicoidal de 5 niveles en hormigón visto y acero, sin estructura visible; de pasamanos de metal y paneles de cristal, como pieza central. Se escogió para el interior una paleta de colores diferente al exterior, hormigón visto, blancos, negro, grises…, para una integración más dinámica entre ambos, que mantuviera la imagen de la marca y cuidara de la integridad de la mercancía.

Otro punto focal interesante es una tarima escalonada de esquina que permite visibilizar los muebles que quedan al fondo de la tienda. Igual las claraboyas que coronan la escalera y la vista de doble altura, que permiten pasar la luz de manera velada, pero que confieren un agradable baño suave de iluminación natural.

Es un edificio sostenible, ya que todos los equipos son de alta eficiencia y tecnología de punta: aparatos para la climatización de última generación; alrededor de 1,500 luminarias de LED, insulación para bajar el consumo de energía eléctrica, controles centralizados de iluminación, tanto en el exterior como en la fachada, cableado de fibra óptica para transferencia de data, baños de bajo consumo de agua con sensores de movimiento para apagar las luces cuando están desocupados.

Esta nueva propuesta cuenta con espacios de exhibición abiertos, enmarcados solamente por una serie de paneles movibles que permiten flexibilidad de ambientación para una empresa que constantemente se reinventa. El área de caja se encuentra convenientemente cerca de la entrada, baños de fácil acceso y un café en el último piso, junto a la exhibición para exteriores y la propia área al aire libre que aportan una nueva forma de interactuar en un interior comercial, único en el país.

Planta nivel 1

Planta nivel 2

SECCION S-1 1:100

PROYECTO:

AMPLIACION EDIF. ILUMEL DIRECCION:

AV. ABRAHAM LINCOLN # 914 SANTO DOMINGO, DISTRITO NACIONAL

PROPIETARIO:

ABRAHAM LINCOLN 914,S.A.

CONTRATISTA:

Jose A. Soler #58, Ens. Piantini Santo Domingo, DN Republica Dominicana tel 809.683.0068 fax 809.683.0068 siteconstructora@gmail.com

DATOS:

SECCION S-1 1:100

Sección 1

SECCION S-3 1:100

Sección 2

PROYECTO:

AMPLIACION EDIF. ILUMEL

COLABORADORES: JOSE ANTONIO RECIO. HECTOR JOSE SANTANA.

REVISADO POR:

DIRECCION:

ARQUITECTO

ARQ. DANTE LUNA GUERRERO

AV. ABRAHAM LINCOLN # 914 SANTO DOMINGO, DISTRITO NACIONAL

PROPIETARIO:

ABRAHAM LINCOLN 914,S.A.

CODIA : 18145

INGENIERO ESTRUCTURAL

ING. MIGUEL LUNA CONTRATISTA: CODIA : 6627

INGENIERO ELECTRICO

ING. JOAQUIN AYBAR CODIA: 2102 INGENIERO SANITARIO

ING. MIGUEL LUNA CODIA : 6627 NOTA:

CONTENIDO:

ESCALA

SECCION S-3 1:100

GRUPO

HOJA

FECHA:

TODO EL CONTENIDO DE ESTE DOCUMENTO ES PROPIEDAD INTELECTUAL DE SITE CONSTRUCTORA. S.A., SU USO INCONSULTO SERA PENADO POR LA LEY.

Elevación frontal

ALZADO FRONTAL ILUMEL 1:100

Jose A. Soler #58, Ens. Piantini Santo Domingo, DN Republica Dominicana tel 809.683.0068 fax 809.683.0068 siteconstructora@gmail.com

DATOS:

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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© Ricardo Briones

© Ricardo Briones © Ricardo Briones

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Proyecto

Ilumel 4 Ave. Abraham Lincoln Diseño

Dante Luna G. Colaboradores

José Recio Héctor Santana Contratista general

Site Constructora S.A. Construcción

Dante Luna E. Residente

Víctor Sosa Cálculos estructurales

Miguel A. Luna Contratista eléctrico DJM Luminotécnico

Hjalmar Gómez Música y sistema centralizado de audio

AG Audio Diseño Contratista escalera

Pedro Porrello Colombina Lovatón Ebanistería TER, S.A.

© Ricardo Briones

Talleres Aldauca Taller Sergio Polanco

Torre D28 Avenida Roberto Pastoriza

© Ricardo Briones

Andrés Sánchez & César Curiel

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Torre D28 Avenida Roberto Pastoriza

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Andrés Sánchez & César Curiel, Arquitectos

Ubicado en una esquina del creciente sector de Evaristo Morales de Santo Domingo, el edificio de apartamentos D28 atiende a la demanda de unidades de tamaño compacto y eficiente en esta cotizada zona céntrica de la ciudad de Santo Domingo.

Es un edificio cuya identidad formal surge de la rítmica disposición de los elementos de fachada y de la jerarquía volumétrica que adquiere el bloque contenedor de los apartamentos, con el color terracota que le fue asignado.

Esta obra presenta cualidades canónicas, como su clara composición tripartita de base, torso y coronamiento. No deja al azar la terminación y recubrimientos de sus cerramientos perimetrales incluso en el área de parqueos: allí plantea un límite ligero, una malla metálica vegetal articulada al cierre mismo del predio urbano.

El uso del vidrio en sus distintas tonalidades de gris y grados de traslucidez, los elementos en acero de tonos carbón en combinación con los tonos cálidos elegidos para los colores, hacen que el edificio presente una modernidad acogedora.

Tiene 7 niveles de planta típica con 4 apartamentos de 125 m2 por nivel, y 2 niveles de penthouse con 4 unidades con terrazas independientes. En el nivel nueve también cuenta con un salón de actividades común.

Planta típica

Elevación Sur

Planta penthouse

Elevación Este

© Ricardo Briones / Retoque fotográfico: Melisa Vargas

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

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A la izquierda, dos vistas de Ricardo Briones realizadas en el apartamento propiedad del Arq. Apolinar Fernández de Castro. El interior de naturaleza muy arquitectónica, está aún en proceso de diseño, y ha sido habilitado preliminarmente para estas tomas de AAA. La residencia anterior de Fernández de Castro fue presentada en portada y detalladamente dentro del especial sobre Gazcue realizado en AAA040.

Proyecto

Torre D28 Ave. Roberto Pastoriza Diseño arquitectónico y construcción

Sánchez & Curiel Colaboradora

Karina García Supervisión general

Roberto Prieto Diseño estructural

Reginald García Diseño eléctrico

Cadelec Iván Cabral Diseño sanitario

Sánchez & Curiel Supervisión sanitaria

Adolfo Rodríguez Mecánica

© Ricardo Briones

Prietonouel

Ja’el García / Patricia Duval / Elizabeth Alcántara

© Ricardo Briones

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Supermercado Nacional Avenida Tiradentes

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Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Supermercado Nacional Avenida Tiradentes

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Ja’el García / Patricia Duval / Elizabeth Alcántara Texto de Ja’el García

Este local del Supermercado Nacional tiene el reto de ser un “edificio-manzana”, donde toda su periferia tiene contacto directo con el espacio público. En un acuerdo hecho con el Ayuntamiento del Distrito, desde el origen del proyecto, se determinó que el proyecto haría una ampliación significativa del espacio público a nivel de calle, al tiempo que asumía los lineamientos definidos en las ordenanzas del Polígono Central.

Acomodar el programa propio de un supermercado con un área de venta de aproximadamente 2,000 m2 en un lote con tantas limitaciones se resolvió al decidir que el mismo estaría propiamente localizado en el segundo piso, de manera que las áreas conexas no restaran al área útil de venta. Esta estrategia replantea la composición típica de un supermercado y da oportunidad para explotar algunas potencialidades que refuerzan su marcado carácter urbano. En este sentido, lo más relevante es que se decidió consolidar el total de ampliación del espacio público hacia el frente de la avenida Tiradentes, creando una plazoleta peatonal abierta y ajardinada, acompañándola de locales comerciales de alquiler.

En el lateral de la calle Rafael Augusto Sánchez, se dispusieron a lo largo, todos los elementos de circulación, de manera que este frente también tuviera actividad y presencia humana permanente. De esta forma se aminora el impacto que provoca el hecho de tener algunos estacionamientos en planta baja, los cuales sólo son perceptibles, matizados por una membrana vegetal, desde la calle Octavio del Pozo. Para completar el programa se resolvió el área de recibo y el contacto con los almacenes de modo que todo quedara dentro del edificio.

Elevación

Elevación 2

Todo este arreglo configura un edificio de dos pisos altos sobre la calle, más un piso soterrado de estacionamientos y almacenes. Se completa una composición que presenta un volumen “enmarcado” que destaca el área del supermercado, el mismo flota sobre la calle, apoyado en pilotes en los laterales y sobre un “bloque verde” en el extremo opuesto a la avenida y que se abre hacia una plazoleta pública frontal donde el enmarcado se extiende para cobijar parte de este espacio. Se crea finalmente un gran balcón café, donde el espacio fluye de un piso al otro.

Es relevante observar que los cierres del volumen enmarcado del segundo piso están coordinados para que las necesarias paredes sólidas que esta tipología requiere, eviten una lectura de big-box. Esto se logra componiendo las paredes como volúmenes sueltos, separados entre sí, y separados del techo, generando suficiente cierre acristalado donde convenga, sobretodo en la banda superior, lo que aportó al espacio interior una garantía de iluminación natural en toda la periferia.

Sección

Planta nivel 1

Planta nivel 2

© Ricardo Briones © Ricardo Briones

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

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© Ricardo Briones

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Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

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© Ricardo Briones

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Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

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Proyecto

Supermercado Nacional Ave. Tiradentes Diseño arquitectónico

J. García & Asociados Ja’el García, principal Arquitectas asociadas

Patricia Duval Elizabeth Alcántara Diseño interiores y señalética

Manuel Cordero Encargado construcción y supervisión

Michel El-Hage Diseño estructural

Luis Abbot Instalaciones sanitarias

Nelson Rodríguez Instalaciones eléctricas

Cermira Díaz Instalaciones mecánicas

© Ricardo Briones

Joel Pérez

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Hage Constructora, S.R.L.

Hage constructora, S.R.L., es una empresa del sector inmobiliario que ofrece servicios de diseño y construcción con importante incidencia en los mercados de proyectos habitacionales, comerciales, eclesiásticos y corporativos.

Fundada en 1991, en Santo Domingo, República Dominicana, por su Gerente, Ing. Michel El-Hage, con objetivos claros de ofrecer un servicio íntegro y de calidad a sus clientes logrando con el paso de los años entablar relaciones duraderas y constantes.

Las unidades de negocios de Hageco abarcan en la actualidad servicios de diseño, ingeniería, alquiler de equipos pesados, suministro y transporte de agregados.

En la búsqueda de seguir ofertando un servicio con los más elevados requerimientos de calidad, recientemente incursionamos en el sector TILT-UP de la mano de una de las empresas más grandes del mundo en este renglón, CON/STEEL. Nuestra alianza HAGECO / CON/STEEL permitirá ofrecer edificaciones con estándares norteamericanos en territorio nacional, contando siempre con la garantía, respaldo y representación local de nuestra empresa.

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Experiencia en la construcción del Supermercado Nacional Para Hageco el proyecto Supermercado Nacional Tiradentes encerraba retos, los cuales fueron superados en cada una de sus etapas.

Corto plazo de entrega: 11 meses de construcción.

Elevados niveles de terminación: Una vez concluida la obra gris la presencia de aluminio compuesto, vidrio, fachada ventilada y mallas ecológicas presentes en las cuatro fachadas, conllevaron una coordinación meticulosa para el desarrollo armónico de las mismas.

Limitaciones de espacio: Con una utilización del terreno máxima permisible, el proyecto, desde su etapa inicial, implicaba un dedicado trabajo de logística y programación a fin de poder orquestar las labores de hormigón in-situ y prefabricados de hormigón.

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes Av. Núñez de Cáceres No. 106, Mirador Norte Tel. 809-482-7071 / fax 809-482-7510 gerencia@hageco.com www.hageco.com

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

GFX Internacional

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Su Imaginación sobre el Negocio del Retail (consumo masivo) es Nuestra Realidad El Desarrollo del Diseño para el mercado del Caribe GFX Internacional es una empresa de servicios con clientes en Estados Unidos, Canadá y el Caribe, que garantiza la ejecución de sus diseños gráficos decorativos y de señalizaciones internas y externas. Comprometidos en mantener altos estándares de calidad en la producción, un excelente manejo de los recursos globales y una gestión de logística eficaz que son incomparables en el mercado.

GFX ha trabajado tres grandes proyectos con Centro Cuesta Nacional en los últimos años, Jumbo Luperón, Remodelación de Jumbo La Romana y el nuevo proyecto, Supermercado Nacional Tiradentes. Al finalizar los trabajos en el Supermercado Nacional Tiradentes, logramos hacer realidad la visión de nuestro cliente, con la utilización de ingeniería única de producción y un manejo de la gestión de proyectos que proporcionaron gráficos de clase mundial, recubriendo las paredes de manera personalizada, señalizando los parqueos, la instalación de luminarias LED y el letrero exterior del Nacional sobre una torre de 15 metros de altura.

Con una trayectoria ascendente de más de 23 años en la ejecución del diseño en el mercado del consumo masivo, GFX cuenta con el respaldo de un gran equipo de profesionales que tienen la experiencia y capacidad en la instalación y el manejo gráfico, además de los extensivos trabajos realizados para CCN en la República Dominicana, permitieron terminar el proyecto de Supermercado Nacional Tiradentes dentro de los tiempos estimados. Desde el concepto hasta la ejecución final, GFX trabajó estrechamente con la aclamada empresa de diseño PDT Internacional, para ejecutar las innovadoras ideas y estrategias del diseño.

Supermercado Nacional Tiradentes muestra las fotografías originales producidas y artísticamente dispuestas en los estudios de GFX. Los elementos gráficos del diseño incluyen una pared de palmeras decorativas que cubren el perímetro de la tienda.

Cada departamento de la tienda está señalizado con letras metálicas con volumen y un minucioso acabado, a manera de guía interna que identifica todos los rincones de la tienda mostrando el camino a los compradores. El manejo de ventanas con gráficos transparentes aplicadas en las áreas del estacionamiento inferior contienen el diseño de las palmeras decorativas utilizadas en las paredes de la tienda. GFX utilizó su vasto conocimiento y experiencia en el diseño de las cajas de luces, fabricándolas para este proyecto con luces LED integradas y en forma de esfera para la señalización de las cajas registradoras.

Centro Cuesta Nacional suma con gran éxito una nueva tienda a su amplio portafolio y GFX tuvo el honor de ser elegido como socio en la producción e instalación de sus dinámicos y cautivadores entornos comerciales.

GFX es el hogar de los mejores talentos y el desarrollo gráfico de la industria de las comunicaciones del consumo masivo.

GFX ofrece producción de fotografía original y diseño gráfico.

GFX produce gráficos de gran formato con nuestros equipos de última generación.

GFX crea ingeniería que diseña y fabrica elementos y accesorios de grandes dimensiones.

GFX puede hacer el diseño de su sueño realidad.

Nuestros clientes tienen licencia para Soñar en Grande.

Héctor Padilla Director GFX International, Inc. 333 Barron Blvd. Grayslake, IL 60030 847.543.4600 | 800.274.3225 | Celular: 847.902.0183 www.gfxi.com

Nuestra empresa fue Fundada en 1996 y somos los representantes exclusivos de la Corporación KONE, dedicándonos a la venta, instalación y modernización de elevadores, escaleras eléctricas y montacargas.

Ofrecemos todo tipo de soluciones de transporte vertical y estamos comprometidos con ofrecer un servicio de post-venta eficiente y a la altura de sus requerimientos.

- Dos escaleras eléctricas Travelmaster que cuentan con la tecnología Stand By Speed (únicas en República Dominicana) que reducen la velocidad en un 80% cuando no están siendo utilizadas, reduciendo a la vez el consumo energético y los desgastes y por tanto alargando considerablemente su vida útil.

- Tres montacargas de hasta 3,000 Kgs para transportar las mercancías a sus almacenes.

Para el Supermercado Nacional nos encargamos de instalar los siguientes equipos: - Tres elevadores Monspace con capacidad de 26 pasajeros. Estos elevadores funcionan a base de imanes permanentes; estos son los más eficientes en el mundo y de menor consumo energético, ya que no requieren de cuartos de máquinas.

Estamos a su disposición para ofrecerles asesoramiento con estudios de tráfico desarrollados por KONE. Les garantizamos el éxito en sus importantes proyectos.

Calle Félix Mota No. 66, Los Prados, Santo Domingo, República Dominicana Tel.: 809-732-6858 Fax: 809-732-6813

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Servicios e Instalaciones Técnicas, SRL

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Spectro Lighting

Spectro Lighting es una empresa en búsqueda de la excelencia, a través de los productos y servicios de iluminación que comercializamos, diferenciándonos en el mercado por ser un aliado integral de los proyectos en los que participamos, contribuyendo con ideas y conceptos que agregan valor a la obra arquitectónica, logrando así superar las expectativas de nuestros clientes. Nos enfocamos en proveer eficientemente nuestros recursos, conocimientos y determinación, así como los más altos estándares internacionales en la industria. Creamos relaciones de largo plazo con nuestros clientes, atendiendo al detalle cada uno de sus requerimientos, desde la etapa creativa del proyecto hasta la entrega del mismo.

Para Supermercado Nacional Tiradentes adoptamos fuentes de energía eficiente para el ahorro de consumo eléctrico sin menospreciar la calidad estética del producto, las luminarias fueron elegidas de nuestras marcas exclusivas: Delta Light de Bélgica y Leds-C4 de España, garantizando así la duración del producto y la calidad.

Las luminarias de exterior utilizadas cumplen con las funciones requeridas por el arquitecto, resaltan las características arquitectónicas del edificio y brindan seguridad en todo el perímetro, esto hace sentir confiado al usuario que visita el supermercado.

La luminaria Delta Light Kubix, fue utilizada en las columnas de la parte frontal para

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destacar la estructura utilizada, las columnas se acentúan dando una impresión de monumentalidad. La luminaria Delta Light Monostep se utilizó en la acera colindante a la avenida Tiradentes, proporcionando la luz necesaria para el tránsito peatonal. La luminaria Delta Light Leds Go In fue utilizada para demarcar las jardineras piramidales de la plaza de entrada. La Lumiaria Delta Light Genie se utilizó en los laterales del edificio, proporcionando iluminación a un entorno que es usualmente oscuro. Por último, la luminaria Delta Light Puk XL está ubicada en lo que sería la parte posterior del edificio, creando efectos de luz geométricos y modernos, que a su vez mantiene la iluminación del entorno.

Para el interior se eligieron productos que permiten destacar la arquitectura y al mismo tiempo los productos a la venta, por ejemplo la luminaria de techo Delta Light Outfit, es excelente para denotar elementos, ya que su fuente de luz es halógeno tipo reflector, esto aumenta el brillo de la luz y garantiza la buena reproducción cromática del espacio. Para destacar los productos de frutas y vegetales, así como de panadería y Deli, utilizamos la luminaria Cardex de Leds-C4, con fuente de luz de Metal Halide, que tiene la cualidad de reproducir una imagen fresca y colorida de los artículos.

Para complementar la iluminación vial y peatonal, se instalarán unos postes de luz de doble nivel, los Urban Elipse de Leds-C4, construidos en acero cilíndrico galvanizado.

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes C/ Haim López-Penha No.11, Ensanche Paraíso.

Santo Domingo. República Dominicana.

Tel:809.476.9117 Mail: info@spectro.com.do

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes

Suplitecdom

Suplitec Dominicana, empresa pionera en el revestimiento y comercialización de paneles de aluminio compuesto, fue elegida para el recubrimiento de diferentes áreas del Supermercado Nacional de la avenida Tiradentes.

Garantizamos que los paneles utilizados en esta obra cumplen con los más altos estándares de fabricación de los Estados Unidos y a la vez ofrecen los últimos avances en la tecnología de pintura y revestimiento, aportando al medio ambiente aire puro a través de la transformación de la luz solar en oxígeno (hidrólisis) y cambiando el dióxido de carbono, reduciendo la contaminación en el medio ambiente.

Colores elegantes como el blanco programático y el anódico satinado, tuvieron el protagonismo en todo su esplendor. Columnas y vigas tanto en el interior como en el exterior fueron recubiertas con este color anódico y a la vez todo el techo frontal

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apanelado y los elementos laterales que convergen en rectángulos a todo lo largo de la obra, fueron cerrados y recubiertos con el color blanco. El techo del lobby principal fue revestido en color blanco, dándole un toque de metal y conjugando las áreas y curvas del mismo, propiciando un noviazgo perfecto entre el aluminio y la luz. Los pórticos anodizados dan el toque perfecto en la balanza de la óptica y la arquitectura, permitiendo a la vez una entrada elegante y sumisa, aportando una opción simple y con mucho gusto en la parte del diseño.

Suplitecdom, empresa líder del mercado en paneles de aluminio compuesto, va acorde y cumple con los ideales de Centro Cuesta Nacional, ofreciendo a sus clientes un espacio agradable y acogedor para sus necesidades, mezclando un solo y vital principio de oferta y demanda: “el servicio”. Para Suplitecdom es un placer poder servir una vez más a Centro Cuesta Nacional.

Dossier Supermercado Nacional / Tiradentes Ave. Charles Summer #53 Plaza Charles Summer, Local 30 B, 2da. Planta Los Prados, Santo Domingo, R.D. T.: 809-541-1971

© Luis Nova

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Oscar Imbert & Antonio Segundo Imbert La contemporaneidad enraizada de la arquitectura dominicana

Es un hecho muy frecuente en la arquitectura, producto de la actitud revisionista de los años 80 en América Latina, referirse al inventario tradicional de las construcciones vernáculas, coloniales o republicanas de las respectivas naciones, en las que un número importante de autores desarrolló su labor, mucho antes de que los encargos globales se pusieran en boga, generalmente, al igual que en tiempos anteriores, siguiendo un camino de una sola vía desde las metrópolis a los territorios colonizados. Oscar Imbert es un arquitecto nacido y formado en la República Dominicana, con estudios de posgrado en Pratt Institute NYC, hijo de uno de los heroicos justicieros del dictador Trujillo —evento de gran trascendencia local e internacional—, el General Antonio Imbert Barrera. Esta condición familiar ha de tener, como se verá en la fascinante entrevista que inaugura este primer Pro_File AAA, ecos personales de trascendencia. Antonio Segundo Imbert, dupla de Oscar e hijo de su hermano mayor, Tony, se hace arquitecto en la misma universidad, la UNPHU, diez años más tarde, y siguiendo un proceso orgánico de afiliación profesional, se integra a la dirección de la oficina, hasta dirigirla hoy en día, y obtener gran reconocimiento como autor a la vez independiente y entroncado con las posturas visionarias de Oscar. La transición entre posmodernidad —apelativo en gran medida inútil frente a la autenticidad de los trabajos tempranos de Oscar— y la modernidad actual de los más reconocidos trabajos de Antonio Segundo, al timón de su equipo abierto de coloboradores llamado Simples Arquitectura, queda bien definida. Esta transición opera desde una misma visión compartida entre ambos autores: más allá del estilo, o de la tendencia, la obra posee una actitud cultural profundamente enraizada en la evolución de una arquitectura netamente dominicana, representativa de sus virtudes y de su paleta matérica, que asume y se adapta a los reclamos de una sociedad en pleno acto de transformación, como es la dominicana de inicios del siglo XXI. Este AAA Pro_File 01, ha querido hacer evidente, como se pretende hacer en esta serie de ediciones dedicadas a los más representativos autores de la Arquitectura Contemporánea del Gran Caribe, la realidad en la que se desempeña la práctica en las actuales sociedades antillanas.

Más allá de contemplar obras de singular belleza o de auspiciar vacías representaciones del autor como exitoso profesional “de moda”, predominará un enfoque antropológico que sitúe a cada hombre en sus circunstancias vivenciales, que lo amarre al momento en que le ha tocado vivir y dejar su huella en el espacio-tiempo de la historia. Es en este sentido que Oscar y Antonio Segundo Imbert han participado, junto al equipo editorial, en la construcción de un andamiaje que se valga de la revisión de toda la documentación del estudio, de las memorias personales más recónditas, y de la apreciación crítica de su legado, para demostrar la verdadera dimensión en la que el arquitecto caribeño contemporáneo ha de operar contracorriente y concretizar su obra, sea ésta doméstica o pública. Los Imbert han realizado un extraordinario catálogo de proyectos, aquí organizados por primera vez en su larga trayectoria de más de 30 años, principalmente orientado a satisfacer las crecientes demandas de vivienda vacacional de una sociedad en la que la vida abierta al aire libre forma parte de una tradición que se establece desde los tiempos prehispánicos en la cotidianidad de los pobladores indígenas de Quisqueya. Es en este flujo dentro del cual los Imbert actúan, con plena consciencia y con la esperanza de aportar, desde su realidad, un capítulo trascendente en la evolución cultural de la arquitectura dominicana.

Entrevista

Abajo, una de las fotos de la sesión realizada en el estudio del artista Luis Nova, especialmente para este Pro_File 01dedicado a los arquitectos dominicanos Oscar y Antonio Segundo Imbert.

20 de enero y 07 de febrero de 2012 Gustavo Luis Moré y Melisa Vargas

Conversación con Antonio Segundo y Oscar Imbert Simples Arquitectura Edificio Galerías Comerciales, Santo Domingo, RD

Antonio Segundo, ¿cuál fue tu primer trabajo profesional realizado?

Antonio Segundo Imbert: Fueron los interiores para las oficinas presidenciales del Banco Latino, donde está hoy la Superintendencia de Electricidad, en la calle Gustavo Mejía Ricart. Ya no existe, fue mi primer trabajo. Lo hice con mobiliario moderno de D’Arquín, ayudado por Américo Martínez.

Iniciaste pronto tu recorrido profesional. Una vez obtenido tu título universitario, no te interesó estudiar fuera de la República Dominicana, no te hizo falta?

AI: Sí, me hizo falta, siento que hoy sería más organizado en mi práctica. Tal vez no fuera tan espontáneo, todo tiene sus pros y sus contras. Tal vez hubiera regresado afiliado a alguna corriente de pensamiento... hubiera querido ir a Europa, no quería ir a EEUU. Pero me hizo bien no irme, al final. ¿Quieres decir que te hubiese hecho más daño que bien?

AI: Sí… a veces actuar de forma natural, con pocos prejuicios intelectuales te hace cReídor, no seguidor de una corriente; esto sin querer sonar arrogante… ¿Dónde tenías tu oficina?

AI: Yo empecé la oficina aquí (en el edificio de Galerías Comerciales), de forma independiente, pero siempre con Oscar (Imbert) y Eduardito (Domínguez), en el local de al lado. Ellos la mantenían en realidad, yo tenía mi propio espacio. Me ayudaron a despegar. ¿Quiénes fueron tus primeros empleados?

AI: Mis primeros empleados fueron los que me ayudaron a terminar mi tesis… José Placencia, Josefina Díaz, María Alejandra González Auffant, Ramón, William Paulino, José Bidó, Carlos Felipe Cabrera… varios de aquellos amigos coloboradores han fallecido, penosamente.

¿Cuáles han sido los trabajos más placenteros que has desarrollado junto a Antonio?

OI: Fíjate, yo pensaba sobre eso esta mañana… el aprendizaje en épocas anteriores, era con un esquema más personalizado, tipo maestro y aprendiz.Yo tuve la oportunidad de desarrollarme en la época de oro de los arquitectos creativos

© Luis Nova

Oscar, ya que no estás de manera permanente en la oficina, ¿cómo desarrollas la dinámica de trabajo para definir las obras junto a Antonio?

Oscar Imbert: Antonio y yo nos reunimos todos los martes en el Consejo del Aeropuerto de Puntacana, del que somos miembros. Ésta es quizás la única actividad que llevo a cabo regularmente y es donde se planifica y organiza el funcionamiento del aeropuerto. Esa ocasión nos sirve para organizarnos y discutir muchas de las actividades conjuntas que llevamos a cabo en la oficina.

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Como parte del personal de colaboradores, en las fotos se destacan los arquitectos Oscar Eduardo Imbert, Miguel Risk, José -Chelo- Antigua, Antonio León, Adelina Leira, Evelyn Rosario, Marisela Tió y Mildred Tejada.

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Melisa Vargas

© Melisa Vargas

En esta página, varias tomas casuales realizadas por Melisa Vargas y Ricardo Briones, durante la serie de entrevistas llevadas a cabo en el despacho de Simples Arquitectura, en la ciudad de Santo Domingo.

dominicanos porque, no es un secreto para nadie que Micky Vila, Jochy Ruso, Orlando Menicucci y yo, prácticamente vivíamos juntos y colaborábamos como equipo creativo en todos los proyectos que emprendimos en los años 80’s. Esa fue la época en Puerto Plata en la que realizamos los interiores de Costa Atlántica, proyecto propiedad de los Ginebra, allí usamos colores intensos: amarillo, rosado; hicimos el paisajismo y el restaurante La Chichigua. También hicimos Eurotel, un importante proyecto hotelero de esquema pionero en todo el país.

Mi relación con Antonio Segundo ha sido de trabajo. El gran dominio de Antonio de los interiores, viene de sus experiencias de trabajar en esos interiores conmigo. Él amaneció poniendo cuadros en Eurotel y en Costa Atlántica. Viene de unos inicios principalmente trabajando en interiores… supongo yo que es por eso que él domina tan bien ese tema hoy en día, porque viene de una época donde se trabajaba de forma diferente. Eran tiempos donde lo que se iba a hacer al otro día, se decidía en una reunión a las 4 ó 5 de la mañana en un cañaveral montado en una jeepeta, y a las 8:00 de la mañana se arrancaba a ejecutar las ideas a pié de obra. Esos eran los proyectos en los que en cada rincón se quedaba una parte de uno… cada obra se convertía en una historia personal…

Ahora bien, en términos de satisfacción profesional, el Aeropuerto de Puntacana ha sido nuestro proyecto más exitoso, sin duda alguna. Por ejemplo, te cuento esta anécdota: En un viaje a España fuimos al Mesón de Cándido, en Segovia, el hijo de Cándido nos comienza a hablar… entre una cosa y otra se puso el tema de la Repúlica Dominicana y de Puntacana, y él se emocionó, hablando de la experiencia que fue para él llegar a nuestro país: “¡Qué aeropuerto!” decía. ¡El pensó que había llegado al hotel y quería quedarse ahí! Todos nos quedamos callados, a todo esto mi mamá, que estaba presente, tan pronto él hizo una pausa…

AI: … tan pronto tuvo la oportunidad!

OI: Sí… dijo, “qué coincidencia, el arquitecto que diseñó ese aeropuerto está aquí sentado!” (risas).

Ese es el mejor cumplido que puede haber, ¿no? Un comentario así, espontáneo…

OI: La verdad es que han habido momentos muy gratificantes con respecto a ese lugar. Desde que surge el Internet, el aeropuerto tiene varias páginas dedicadas a él, hechas por los usuarios que lo visitan.

AI: Sí, en Youtube hay muchísimos videos subidos por los mismos usuarios, de forma espontánea.

La gente lo entiende como algo que quiere compartir con los demás que no conocen el lugar.

AI: Es un tópico de conversación “… arriving to Puntacana Airport”. Por ejemplo, hay

Miguel Vila, arquitecto dominicano de enorme influencia en la generación de la vanguardia posmoderna de los 80s.

El reconocido galerista dominicano Lyle Rietzel, junto a Antonio Segundo Imbert, durante las sesiones de terminación y montaje de la Galería de Arte Contemporáneo, en Santo Domingo.

videos tomados por los pilotos, desde la cabina del avión…

OI: … Sí, hubo uno que lo sacó por el taxi way y lo filmó completo…

Y en tu caso Antonio, ¿cuál es el proyecto que más te ha impactado?

AI: El Aeropuerto, definitivamente. Es que a diferencia de cualquier obra que al terminar se la entregas a la Administración, el Aeropuerto, por su condición mutante, no lo hemos podido abandonar nunca. Aunque no tengamos en un momento determinado alguna obra en curso, somos parte activa del Consejo. Porque es como una ciudad, una obra continua, nunca acabada por completo, siempre en crecimiento y transformación.

OI: Y es que desde un principio hemos estado atrás de las necesidades… ellas surgen y nosotros las vamos resolviendo.

AI: Además de todas las condicionantes específicas de cada proyecto, toda arquitectura tercermundista está siempre muy condicionada. El público sólo ve el resultado final, pero las interioridades son complejas: las personalidades involucradas, los tiempos, las posibilidades de expansión, los usos de materiales… el Aeropuerto es un trabajo a tiempo completo. ¿Cómo se manejan ustedes, en la práctica, con el cliente?

AI: Nuestra cartera de clientes casi siempre termina siendo, en gran parte, una cartera de amigos. Como hacemos muchas residencias, la relación debe profundizarse, manteniendo el respeto. Son procesos casi siempre largos, pero por suerte no han sido pedregosos, generalmente.

OI: ¿Cómo que no? En los procesos hay baches, piedras y a veces hasta derrocaderos! (risas) AI: Bueno sí, en los procesos hay inconvenientes, pero siempre se libran. El balance final es positivo. Nosotros tenemos una política de entrada, y es que nuestra primera propuesta es siempre incondicional, no es facturada. El perfil de nuestro cliente se parece a como pensamos, son buena onda y eso, a la corta o a la larga afecta lo que la gente obtiene de nuestros servicios. Hasta ahora no nos hemos tocado nunca con un pedido que nos parezca incorrecto o descabellado. ¿Qué tipo de arquitectura prefieren hacer, de vivienda, comercio, institucional?

OI: Las casas son de los proyectos arquitectónicos más complicados que hay.

Indudablemente cuando uno diseña algo comercial, muchas veces no se crean esos vínculos personales tan cercanos, principalmente por el tipo específico de casa que nosotros hacemos. Es como dice Robert Venturi en el libro Shingle Style: “El mundo entero hace arquitectura, los menos somos los arquitectos, que pensamos que somos los únicos que hacemos arquitectura”, pero no es así.

AI: La experiencia residencial es más enriquecedora.

Vista aérea del conjunto original de Eurotel, en Playa Dorada, Puerto Plata, uno de los primeros proyectos reconocidos internacionalmente del Arq. Oscar Imbert.

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OI: Ahora… algo que no me gustaría, sería trabajar para la obra pública del gobierno.

AI: Nuestras experiencias en ese ámbito han sido amargas, como por ejemplo con la Avenida de Circunvalación de Puerto Plata, que de hecho, fue el proyecto en el cual yo empecé a trabajar a tiempo completo con Oscar. Me pidió que dejara todo lo que estaba haciendo y me fuera con ellos para Puerto Plata, en 1994. Poco después, una tarde que estábamos en casa de una señora muy distinguida amiga, —ella era clarividente— y le dijo a Oscar “te va a llamar un importante señor español, muy pronto”. Esa misma semana lo llamó Julio Iglesias, a través de Frank Rainieri, para hacer su casa en Punta Cana. Ahí comienza otra historia.

OI: Esa fue una experiencia y un conjunto de vivencias muy bonitas. Nos dio una dimensión de la práctica que no teníamos. Por ejemplo, él (Julio Iglesias) nos pidió que cada vez que él viniese al país nos reuniésemos a su llegada, así lo esperábamos.

A veces venía de Japón y a las 3 de la mañana lo recibíamos en el aeropuerto, no como una exigencia, sino como una petición. Este tipo de circunstancias nos abrió la mente a experiencias de otra escala, de una cierta universalidad profesional. ¿Cómo se manejó este proceso?

AI: Todo admirablemente bien, hasta un día que llegamos a la propiedad y él había tumbado todos los árboles del terreno porque a él no le gustaba la flora costera original. Esta flora en realidad era una respuesta a su medio, era bajita, acostada, los cocos torcidos. Julio quería imponer otro paisajismo… no quería el sea-grass en la playa… Ahí se acabó la cosa. Pero aprendimos muchísimo… ese fue el primer cliente nuestro que entendía que en arquitectura, el dinero lo puede casi todo. En el mundo en que vivimos, esa es la realidad. Las obras recientes más relevantes se desarrollan en los lugares ricos del mundo.

Sin embargo, la arquitectura siempre, quiérase o no, tiene un vínculo con el tema social. ¿Cuál es la relación de ustedes con la cultura dominicana, local?

OI: Mira, cuando venía de camino hacia esta reunión, justamente andaba con los cristales del carro abajo y los niveles de ruido y desorden a los que estamos expuestos en Santo Domingo, son extraordinarios… es un concierto… desde un motorista que se atraviesa en la calle, la respuesta de otro transeúnte; se apaga el motor y el motorista lo tira al piso… en fin, es un reality-show, un sketch de comedia urbana…

AI: Mira, nosotros en esta oficina somos la antítesis de la intelectualidad. Esa es la realidad, sin máscaras. Yo tengo amigos que no ven televisión nacional, se niegan a eso. Yo, en vez, aprendí a jugar dominó antes que a hablar bien, jugando en un patio lleno de guardias ayudantes de mi abuelo y de mi padre.

OI: La primera relación que tú tuviste con los números fue por el dominó (risas)…

AI: Por ejemplo, nosotros estamos haciendo un apartamento, y por más que

Conjunto formado por varias de las residencias diseñadas por los Imbert en Puntacana, La Altagracia, entre las que se destaca por su cubierta cónica la propia residencia de Oscar Imbert, a la izquierda.

Aspecto original del edificio para restaurante y áreas sociales del Punta Cana Beach Resort.

queramos, el producto final nunca se va a parecer al de una revista. En la forma, la cotidianidad se refleja… nunca jugamos a seguir las corrientes de moda, todo surge sin ser forzado, surge de manera natural, como respuesta al cliente mismo.

OI: Yo diría que nuestra arquitectura es sencillamente honesta, auténtica, como el baile o cualquier otra expresión, se convierte en una sublimidad personal y compartida.

A eso iba con la pregunta sobre la relación cultural. Por ejemplo, esa arquitectura actual de enclaves petroleros que no está ligada a la historia cultural del lugar…

AI: Sí, pero el tiempo se encarga de darle dimensión a eso…

Además, eso es lo que ellos son ahora… Quisiera tocar otro tema, relacionado con el pasado familiar. De qué forma, ser familia cercana de don Antonio Imbert y haber vivido su experiencia histórica, en el ajusticiamiento de Trujillo en el 61, los ha marcado personalmente. ¿Cómo ese hecho define su visión del país y del mundo?

AI: Bueno, hasta el hablar de nosotros que es refranero, viene de él, es típico de mi abuelo… En su casa de Santo Domingo todavía uno va y es un jardín frutal… ahí aprendí a comer granada, cajuilito, aguacate, guanábana, caimito… todo eso en el medio de la ciudad capital de hoy.

OI: Ahí en ese patio quedan quizás las dos últimas matas de caimito de esta ciudad: una de caimito morado y otra de caimito blanco.

AI: … y bueno... el no trabajarle al Estado viene de él, pues mi abuelo nunca apoyó, ni promovió que trabajásemos para el gobierno para subsistir profesionalmente. … es una actitud muy ética de su parte.

OI: De hecho, el otro día yo pensaba, en que tanto mi papá como toda mi familia, han tenido que tolerar mis actitudes, mi comportamiento, mis amigos artistas, y hasta la decisión de ser arquitecto, que en gran medida han sido cosas que he hecho con el fin de diferenciarme de su enorme figura de héroe nacional, de establecer una identidad personal, propia. Me decía un día el buen amigo Félix Germán… “lo que hizo don Antonio fue dejarlos ser a ustedes lo que ustedes son”. Nos dejó a nosotros y a todos los dominicanos la democracia… lo más sublime y lo más importante, y eso no se toca en el discurso político del día a día. La democracia es algo idílico e inexistente en el mundo real, que solamente existe en el momento en el que cada uno va y echa su voto. Es un privilegio del cual no se nos hace concientes como ciudadanos libres.

Oscar, qué te influencia en la elección de los materiales? ¿De dónde sale trabajar con la paleta vernácula? ¿Fue en la universidad, fue tu relación con Miguel Vila y Jochi Russo? ¿Los viajes en el Caribe?

OI : Yo supongo que eso es algo que nació con mi tesis en la UNPHU. Siempre quise

Local comercial para la empresa Celco Comunicaciones, en Santo Domingo, una de las primeras obras de Antonio Segundo Imbert, hacia 1995.

hacer una tésis que se llamara “El color como un elemento determinante de los espacios arquitectónicos”, yo estaba muy interesado en el tema del color en ese entonces. Los asesores opinaron que ese tema iba a ser muy difícil de evaluar. Yo incluso fui a hablar con Antonio Prats Ventós (artista dominico catalán) y él me dio la idea de coger un espacio cualquiera y pintarlo de distintos colores y en la medida que variara el color, grupos de personas entrarían y darían sus impresiones de lo que cada color les hacía sentir. Todo esto yo lo iría registrando. Pero, eso no se pudo, por temas logísticos. Ahí yo cambié de rumbo, recuerdo que había una gallera que siempre veía en la carretera camino a Jamao, que tenía un techo de cana y tomé la decisión de incorporar ese material en mi proyecto, que fue un complejo hotelero que llamé “La Aldea”. Nadie había usado ese material en una tesis académica hasta entonces.

Luego mis amigos y maestros me influyeron en la práctica, todos compartíamos el interés. Ya la tradición de la madera natural y la cana se había perdido. Recuerda que Trujillo prohibió el uso de esos materiales después del ciclón de San Zenón en 1930.

Sobre ese tema, recuerdas la experiencia de llegar a Puntacana y construir con los materiales del lugar virgen?

OI: Realmente esta fue una cuestión de pura necesidad. Frank Rainieri, inversionista y promotor del proyecto y empresario pionero en la zona Este del país, me llamó con la propuesta de hacer un aeropuerto regional e internacional, sin dinero, sin infraestructuras, sin suplidores. Imagínate. En esas circunstancias hubo que usar todo lo que encontráramos en el lugar, los muros fueron hechos con las piedras del sitio, la madera vino de la vegetación que se cortó para hacer la pista, etc. Es una obra arquitectónica nacida de la tierra. Es un edificio que no se puede hacer igual en otro sitio, solo pertenece al lugar donde nació, y todavía existe, aguantando dignamente todas las calamidades y cambios imaginables. ¿Encontraste artesanos que supieran interpretar tus ideas?

OI: Hay una persona crucial en todo esto y es el maestro Don Juan Eve. El se mostró interesado y entrenó a los maestros constructores y artesanos que trabajaron en el proyecto, él es el protagonista de esa serie de edificios que hemos estado realizando a través de los años con una paleta muy similar, en todo el Este del país. ¿Lo conocías antes de esa experiencia?

OI: Don Juan conocía a mi familia desde Puerto Plata. Cuando yo estaba en 3er. semestre de Arquitectura en la UNPHU, tuve que amanecer en mi casa, parado dibujando en una mesa de comedor, que no era de dibujo. Se me hincharon las rodillas a causa de eso. Entonces le encargué mi primera mesa de dibujo a Don Juan, que fue hecha en madera y la base ajustable, se inclinaba o se ponía plana, era una réplica de una mesa K+E de Don Salvador Dájer, con la diferencia de que el tablero

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Casa “Kayantá” en Cap Cana, La Altagracia.

Residencia Fundadores 27 en Puntacana, La Altagracia (en terminación).

de dibujo era más grande, incluso era tan grande que la apodamos “el portaviones”.

Cada vez que había un proyecto donde había que hacer un dibujo grande, se usaba esa mesa. Cuando Don Juan me entrega la mesa le pregunto que cuánto le debo y su respuesta fue: “No me debes nada, porque de esa mesa algún día yo voy a comer”. Así, yo duré 10 años en la universidad (1971-1981) y ya cuando estábamos comenzando la primera etapa del aeropuerto y vaciábamos la torre de control con un trompito de dos o tres fundas de cemento (o sea que durábamos la noche y el día enteros en eso), en un momento Don Juan se me acerca y me dice: “Oscar, te acuerdas lo que te dije hace muchos años?” Yo le contesté que no… y me dice: “Yo te dije que algún día yo iba a comer de esa mesa que te regalé... y ya mira, estoy comiendo”. Es un hombre muy sabio y ha estado con nosotros a lo largo de los proyectos, como un colaborador insustituible.

funcionalidad del elemento arquitectónico y al final los edificios no se corresponden con nuestra condición, ni cultural, ni climática de isla caribeña.

¿Cómo han manejado la logística de trabajar en distintas zonas del país y tener su oficina en Santo Domingo?

OI: La aviación ha influenciado mucho nuestro trabajo en República Dominicana.

Cuando estábamos haciendo Eurotel y Costatlántica yo me iba en un Cessna 172 piloteando desde Santo Domingo a Puerto Plata y desde allá a Puntacana a supervisar el aeropuerto. Realmente eso por carretera, incluso hoy, es imposible en un solo día. O sea que la aviación siempre ha sido un gran apoyo para nuestros trabajos fuera de la ciudad. Antonio no es piloto pero en su caso también él opera de esa forma. A él lo llaman “el hombre del bultito rojo” en el aeropuerto (risas) porque muchas veces anda con él en sus trajines, esperando la oportunidad de un aventón gratis en el vuelo de alguien.

La arquitectura turística dominicana y caribeña ha cambiado desde lo que hizo Guillermo González en los años 40, hasta lo que ustedes han hecho, ¿cómo ves esa evolución, sobre todo con la influencia extranjera en el país? ¿Y qué falta por hacer?

OI: Yo no creo que falte gran cosa por hacer, creo que lo que hay que hacer es retomar la tradición centenaria y romper con esa arquitectura empacada que no toma en cuenta el lugar. Esa que nos llega de estudios de arquitectura de cualquier lado del mundo, penosamente. Más que lo que falta por hacer, lo importante es recapturar y retomar cosas que ya por experiencia se sabía que funcionaban e incorporarlas en la arquitectura actual…. ¿Cómo qué por ejemplo?

OI: Como los aleros, la protección de amplias cubiertas… una cosa tan sencilla! Uno ve algunos apartamentos de los que se construyen actualmente en las ciudades, con las fachadas al oeste sin protección y los aleros puestos en el norte, donde no son necesarios. Los detalles se hacen por moda, no conservan ni la esencia, ni la

Anteproyecto de Light House en Costa Blanca, Metro.

Antonio, qué opinas de Oscar?

AI: Bueno, nadie cuando se sienta a diseñar tiene la libertad de diseño que tiene Oscar. Cuando él se sienta a diseñar, lo bueno y válido para él sólo son sus ideas y esa libertad se extiende hasta la obra misma. A veces peleamos porque podemos estar diseñando una planta y a él no le importa cómo vamos a resolver el techo, o de repente entiende que un elemento que se supone debe ir en el programa no debe estar, por ejemplo un clóset en una habitación, o una circulación diferente, que sube y baja para luego subir. Esa libertad que sale del patrón, de lo regular y que hace las cosas especiales, aparece en los rincones, en la riqueza de las experiencias. La casa de los Aurelio fue una casa complicada, ahí experimentamos muchas ideas novedosas, por ejemplo. Oscar no quería que la casa se saliera del patrón de altura y de masa de la vegetación. Además la casa tiene un techo a dos aguas que termina en una terraza a la cual también Oscar le quería poner un techo a dos aguas. Para resolver ese encuentro de techos tuvimos que usar una canaleta especial y la entrada es una “Y”, y tuvimos que buscarle la vuelta a la puerta, colocada en un sitio inédito.

De estos procesos salen piezas de arquitectura verdaderamente únicas. Oscar nunca le ha tenido miedo a la escala, ni al material. Es una enseñanza muy directa de la escuela de Miguel Vila, el perderle el miedo a la escala, o a la transformación de los materiales, en su uso. Nosotros nunca hubiéramos imaginado que íbamos a hacer techos de cana de la escala y la sofisticación que hemos trabajado.

Por otra parte, de él yo he heredado la costumbre de producir planos y documentos de construcción con información meramente edilicia. Pero es en la obra donde verdaderamente se terminan los detalles, donde se deciden las particularidades arquitectónicas.

OI: ¡Los trucos!

AI: Así es… eso no se plasma en los dibujos de taller. Al contrario de los planos ejecutivos, por ejemplo, de Eduardo Selman, donde yo trabajé muy temprano, que son planos detallados y completos, listos para construirse. Nosotros hemos incluso decidido no definir partes del proyecto adrede, por ejemplo, hasta que la estructura no estuviese hecha…

OI: … así la expresión final se hace en la obra, es el caso que te comentaba de Eurotel…

AI: … hay un gran componente artístico. Por ejemplo, decidíamos visitar un proyecto en obras y Oscar me decía que fuéramos sin los dueños, a hacer una visita que era más para nosotros, de evaluación interna, de creación en el sitio. Luego iríamos con los clientes. De su generación, es el único arquitecto-escultor. Los demás nos preocupamos más por el programa, por el carácter formal, por los aspectos gerenciales…

Arriba, propuesta no realizada para la franquicia del restaurante Johnny Rocket en Santo Domingo. Al centro, vista de conjunto para la propuesta de Las Américas Business Park. Abajo, render del anteproyecto para la Villa Infinita, residencia privada en lo alto del Farallón de Cap Cana.

Casa Isla Grande, Marina Cap Cana, La Altagracia.

Abajo, propuesta para la sede de la empresa Price Waterhouse en la avenida JFK en Santo Domingo.

Vista general de Punta Cana Beach Resort en sus inicios.

Apartamento Camblor en Santo Domingo.

Es un cReídor muy intuitivo, muy vivencial. Y tú Oscar ¿qué opinas de Antonio?

OI: Ese es mi mánager… eso quiere decir muchas cosas.

AI: Bueno, yo cobré por primera vez en la oficina. Oscar empezó trabajando de forma romántica, prácticamente sin cobrar por su trabajo. Claro está, esto ha dado grandes frutos, visto a la larga.

OI: Antonio es un arquitecto muy talentoso, un excelente diseñador. Maneja situaciones que yo a mi edad, soy incapaz de manejar. Además, tiene un magnífico don en cuanto al trato con los clientes. Yo siempre he sido muy independiente y cuando esa independencia la he sentido comprometida con un cliente, he tendido a romper la relación, no negocio mi posición artística. Hay anécdotas verdaderamente memorables, sierras, bloques, que prefiero no reiterar aquí… (risas). Con mis amigos, elijo seguir siendo amigo, en vez de arquitecto, si veo que el proceso no dará resultados satisfactorios. Antonio por otro lado, ha sido un equilibrio clave, porque ha sido flexible y de excelente trato.

(Se integra el Arq. Miguel Risk).

OI: Miguel ha sido un elemento importante y ha estado desde los inicios en todos estos procesos… en el hotel Puntacana usamos el tema taíno para el manejo de los interiores. Recuerdo ver a Miguel con un palito haciendo a mano los grabados y pictografías del lobby…

Miguel, en qué proyecto empezaste a trabajar con Oscar? ¿Cómo has visto el desarrollo de la oficina?

Miguel Risk: En el hotel de Puntacana, llegué cuando ya estaba terminando, antes de irme a Japón a hacer mi posgrado… también trabajé en Bayside Hill, Puerto Plata.

Ha sido un proceso muy interesante. Cuando Oscar Imbert inicia los trabajos de diseño aquí en la oficina, vivíamos con mucha presión, todo era dibujado a mano, decíamos que éramos “arquitectos taínos”, no existía el CAD… luego entra Antonio y empezamos a trabajar a computadora. Antes de la llegada de Antonio precisamente, era notoria en la arquitectura de Oscar el uso de la cana, del palo de monte, y esos materiales que como dice el mismo Oscar, “nacen de la tierra”. Cuando llega Antonio se nota ese toque de modernidad contemporánea que trajo consigo. Algo muy evidente en el Aeropuerto, que luego del huracán de 1998 tuvo que ser intervenido y ahí se implementan las estructuras metálicas, generándose ese eclecticismo tan característico de la obra compartida entre ambos.

Hay una evolución muy orgánica. Antonio le ha seguido los pasos a Oscar y ha aprendido de sus actitudes ante los proyectos, usando la expresión por ejemplo: “Según el maco, la pedrá”, refiriéndose a la particularidad de cada cliente, de cada proyecto. Nunca ha sido un asunto de estilos, sino de actitud, de ajustarse a cada requerimiento… y cada proyecto tiene su identidad… aquí se genera arquitectura muy variada, pero auténticamente contextual, no cosmética. De Oscar hemos aprendido

Apartamento de Antonio Segundo Imbert en Santo Domingo.

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aquello de que “yo no le trabajo a nadie que no conozca”. Eso quiere decir que el contacto con el cliente es vital.

(Se integra el Arq. José -Chelo- Antigua) Miguel y Chelo, de los proyectos en los que se han involucrado, ¿cuál han disfrutado más?

José -Chelo- Antigua: Bueno, sin dudas… la casa de Nérsida Giacinti.

MR: Yo disfruté mucho con Antonio la casa de los Sosa, en Capcana, fue un buen experimento, un buen trabajo y el Hotel Boutique Agua.

AI: ¡Tú gozaste con ese!

MR: Sí… Y con Oscar, toda esa época de proyectos iniciales, como aquél extraordinario realizado en Uvero Alto. En ese momento entró Chelo al taller.

AI: Bueno, pero algo que se ha mantenido en la oficina es la dinámica de trabajo: primero la chercha y después el rendimiento! Ese es el espíritu desde hace 25 años hasta el día de hoy. El carácter familiar ha estado por encima de todo, es lo que define el ambiente de trabajo entre nosotros. No importa si es mujer u hombre, somos todos compañeros.

MV: Y cada arquitecto que ha pasado por la oficina habrá dejado algo de sí en cada proyecto, como cuando estuvo Christian Ricart, o cuando un proyecto tiene mucho trabajo de Chelo o de Antonio León…

AI: Sí… es que llevar una oficina, organizar la tropa, es como mover las fichas en un juego de ajedrez.

OI: Y sobre todo, cuando hay libertad y apertura en el trabajo. Yo recuerdo que cuando trabajaba en mi casa de Puntacana, la mesa del comedor de mi apartamento era la mesa de trabajo, abierta a que nuestros amigos y allegados participaran del proceso de diseño. Hemos siempre diseñado con una actitud abierta. Esto viene mucho de la influencia de Miguel Vila, él decía que si uno veía una maqueta en la que había algo que cambiar, uno directamente tomaba una cuchilla y le cortaba esa parte… siempre hemos sido un taller abierto, multidisciplinario. La escalera de mi casa en Puntacana fue una sugerencia de mi hijo Oscar Eduardo, mucho antes de que estudiara arquitectura. Así se hizo.

AI: Desde siempre ha sido así… había música, fotografía, artes visuales, ciencia, escultura, paisajismo… en los picadillos de Yolanda… ahí estaba Jaime Piña, el Che Castellanos, Vitico Víctor, Caché, Carlitos Fernández, Peyi Guzmán, Isidro Bobadilla, Juan Luis Guerra, William Read… son todos personajes parte de nuestra historia y nuestras vivencias más queridas.

(Risas…)

Tienda principal para la franquicia de Hugo Boss, en la avenida Abraham Lincoln, Santo Domingo. Abajo, vista digital de la Casa Club del Portillo Beach Resort and Spa, Las Terrenas, Samaná.

Franquicia principal de los productos Häagen-Dazs, en la avenida Abraham Lincoln, Santo Domingo. Al centro, el proyecto inmobiliario de casas Jagüey, en el Puntacana Golf.

Hylsa, escultura en la terraza de la oficina de la oficina VARMA, en Santo Domingo. Abajo, una vista desde la playa del popular restaurante La Choza, en el Puntacana Beach Resort.

La Choza

Crítica

José Enrique Delmonte Soñé

La Estancia Casa Club.

Detalle de cubierta triangular en el Agua Spa, Hotel Boutique.

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Oscar y Antonio Segundo: en la línea del tiempo nuestro

La huella de los Imbert es, quizás, la más internacional de la arquitectura dominicana contemporánea. Cargada de una imagen evocadora de tierras de ensueños y libertades, las propuestas que han salido del taller de Oscar y de Antonio Segundo se han convertido en estandarte de un emblema que identifica al Caribe. Son una especie de figuras que perviven en el subconsciente de la mayoría de los que habitan otras latitudes y aspiran algún día a visitar este archipiélago de energías inmensas. La experiencia de llegar al Caribe y recibir el impacto de una estructura refrescante, atrevida, novedosa y distinta, es irrepetible. De alguna forma, los Imbert han logrado acercar la ingenuidad de la arquitectura popular a la complejidad que ameritan las obras de cierto nivel de exigencia.

Lo que comenzó siendo una búsqueda terminó convertido en un sello que marca el trayecto de unos arquitectos que, a fuerza de enfrentar adversidades y carencias en los emplazamientos de las obras, lograron superarlas con un espíritu de innovación. La personalidad de estos dos reconocidos diseñadores dominicanos ha quedado impregnada en cada una de sus propuestas, más allá del uso de materiales vernáculos, de insólitas combinaciones espaciales o de ingeniosas soluciones estéticas. En uno se refleja la libertad de mostrarse diferente y rechazar convencionalismos, mientras en el otro está la sucesión de facetas y experiencias estimulantes. Sin embargo, en ambos persiste esa capacidad de decir algo nuevo, de mostrar una jugada que estuvo reservada para el momento preciso y de saberse responsables de entregar una obra respetuosa con el programa, con el lugar y con las necesidades del cliente. No importará jamás si se inserta en la vaguedad de un escenario inhóspito y virgen o si forma parte del conglomerado urbano lleno de ruidos y caos, la propuesta Imbert siempre surgirá refrescante, capaz de justificar su presencia mucho antes de que fuese construida, como si siempre estuvimos a su espera deseosos de saber qué sigue en ese guión que parece no tener fin.

Sin lugar a dudas, se trata de una obra de autor en una cultura de improvisaciones, de inmediatez y de escaso contenido, donde este dúo actúa con esa conciencia de marcar un paso delantero y obligar a los demás a reubicarse. Pocas veces en la cultura arquitectónica local se puede percibir la presencia de una obra de autor tal y como ocurre en otras áreas de la cultura dominicana, en especial las artes plásticas. Los antecedentes de una obra de autor escasean y los nombres de González, Pou, Batista, Baquero o Vila suenan tan solitarios que sorprenden. Oscar Imbert, evidentemente, ha marcado la senda para definir una obra que se inició a principios de la década de 1980 y que ha insertado otros talentos y discursos compositivos a lo largo de treinta años.

Producto de una generación que se cuestionó la falta de identidad y el establecimiento de una arquitectura dominicana, Oscar incursionó, desde sus años en la academia, en la incorporación de códigos estéticos y espaciales que forman parte de la arquitectura popular, inclusive, aquella arquitectura desprovista de elementos decorativos.

Precisamente, en esas construcciones sencillas diseminadas en lo más profundo de la geografía dominicana, aparece siempre la idea de las proporciones, las soluciones tecnológicas, la respuesta al medio, la conciencia del espacio y el deseo de presentar un elemento diferente que las identifique. En ellas, construidas con la técnica del balloon frame y con los materiales del lugar, hay tiempo para colocar un símbolo, señalar los ambientes aún en espacios unitarios y utilizar el color como estandarte.

Muchos años fueron gestando esa arquitectura que hoy define lo popular en República Dominicana, que ha sido el producto de una suma de experiencias locales con incursiones externas. Sin embargo, la superposición de momentos ha permitido conformar una arquitectura tradicional cuya técnica constructiva se ha preservado con la presencia de artesanos con amplio dominio del oficio y gran sensibilidad. La riqueza intrínseca que posee el hábitat dominicano, en especial el desarrollado en las áreas rurales y en los puntos más recónditos del territorio, ha servido de repertorio y estímulo a un puñado de diseñadores dominicanos para la conformación de un discurso propio. Más allá de una repetición de ese repertorio, algunos de esos diseñadores, como es el caso de Oscar Imbert, han filtrado sus detalles para incorporarlos en la arquitectura formal del presente.

Se trata de una destacada capacidad de selección de esos elementos para validarlos en una obra que no prescinde de confort ni de goce estético.

Desde sus inicios, Oscar mostró un interés persistente en reivindicar la arquitectura vernácula y popular en sus trabajos profesionales. Su primera obra emblemática, Eurotel, en Puerto Plata, es un reflejo de esto, donde pudo experimentar con los grandes espacios abiertos, la introducción de las zonas de sombra tan importantes en la región, el uso de tragaluces y detalles en madera, el juego de techos como un reflejo de la arquitectura angloantillana, la utilización de materiales tradicionales y el desarrollo de paseos conectores entre los diferentes ambientes, trabajados como pabellones para reducir el impacto de los volúmenes grandes, tan propios de la arquitectura turística moderna dominicana hasta ese momento. Para Oscar, el escenario turístico fue la oportunidad para experimentar con esas inquietudes que lo acompañaron en sus años de búsqueda de un lenguaje de expresión.

Punta Cana, sin lugar a dudas, fue la zona donde la imaginación y el atrevimiento se pusieron de manifiesto en ese proceso, donde logró perfilar su forma de hacer arquitectura cada vez más apegada a los elementos tradicionales del país. De alguna forma, Oscar se enfrentó a las limitaciones de una zona despoblada y árida, sin comunicación con el resto del país y con escasez de todo tipo, para convertirla en un destino turístico de alcance mundial. En ese escenario de oposiciones para el desarrollo de una arquitectura formal, Oscar sintió la libertad de proponer parte de las ideas que le acompañaban siempre con la aplicación de técnicas constructivas vernáculas, el uso de materiales que abundaban

Las Palmas 99.

Terraza cubierta en canas y murales en piedras de la residencia Ginebra, en La Romana.

en el entorno y la creación de espacios abiertos con una escala monumental. Es en el Aeropuerto de Punta Cana (1983) donde pudo llevar a cabo estas ideas que logró resumir sus inquietudes y marcó la senda que definiría su trayectoria. A partir de aquí las obras sucesivas, la mayoría en la misma zona, presentaron las características del aeropuerto pero adaptadas a distintos usos y con un manejo espacial y de la escala cada vez más depurado. Libre de las limitaciones que la función aeronáutica y de flujo de personas impone un aeropuerto —además de las constantes modificaciones y ampliaciones—, Oscar incursionó en arquitectura residencial donde el cuidado de los detalles y las oportunidades de crear una ambientación intimista y ensoñadora —ligada a un contexto turístico— le permitieron lograr su pleno desarrollo.

La lista de sus residencias en Punta Cana es un ejercicio de descubrimiento de soluciones y gestos que se incrementan —en cantidad y calidad— en la medida que avanza la cronología. Su propia casa es una oportunidad para descubrir el mundo íntimo de Oscar que se reproduce en cada una de sus obras. En ella sorprende la organización en la distribución con escasos cierres y gran dinamismo espacial, la ligereza de los elementos y la utilización de materiales tradicionales dominicanos, todo esto en una comunión con la vegetación y las visuales estratégicas. Muchas de sus plantas arquitectónicas han surgido del lugar, la “arquitectura de la tierra” como él mismo señala, que determina la preservación de todo elemento natural por encima de cualquier consideración arquitectónica predeterminada. De esta forma surge una arquitectura mimetizada con el entorno y en completa armonía con aquellos recursos naturales que son tratados como parte integral de la solución final.

Si hay un punto notable en la obra de Oscar Imbert es el uso de la cana como material representativo de sus cubiertas. A pesar de que la cana ha formado parte de la cultura arquitectónica popular dominicana desde antes de llegar la conquista europea, pocas veces ha sido considerada para proyectos formales y académicos. La insistencia en su uso y la diversidad en las formas ha terminado con ligar su producción con ese material vegetal de abundancia en el país y en consecuencia, le ha conferido una imagen particular dentro de la arquitectura contemporánea local. La fuerza de esta imagen ha traspasado su propia obra y ha sido considerada como la característica más destacada de la arquitectura regional por los miles de visitantes que llegan al Aeropuerto de Punta Cana. Las múltiples anécdotas y testimonios que circulan con relación a esta obra refuerzan su condición de imagen internacional de la zona, la cual resume parte de la cultura dominicana y su respuesta a las condiciones geográficas existentes. Oscar Imbert ha dominado los secretos de esta fibra —gracias a su estrecha relación con los campesinos y artesanos— y la exalta como material idóneo para ser usado en la arquitectura, debido a su abundancia, su belleza y su respuesta a las agresiones tropicales y a situaciones de emergencia.

Villa Corazón -Vizcarrondo- en Puntacana. Al centro, propuesta para la residencia Las Velas, Juanillo y abajo, Villa Marina 1, también en Puntacana.

Detalle del espacio interior en el restaurante La Yola, en la Marina de Puntacana.

Grupo de bungalows adjuntos a la Casa Club de Playa Caletón, en Cap Cana.

Sus obras parecen ser una oda a la cana, una promoción que se percibe como una relación de verdadero afecto hacia ese material, cuya credibilidad le ha permitido utilizarla lejos del contexto rural o paisajístico. La realización del pabellón de exhibiciones de vehículos Opel, en pleno corazón de la ciudad de Santo Domingo, provocó la admiración y el asombro cuando incorporó una cúpula forrada en cana en un gesto de osadía frente a una sociedad que consideraba este material de tercera categoría e impensable para su uso en una arquitectura de cierto nivel. A partir de aquí, la cana fue incluida en varios de sus proyectos urbanos (Radio Shack y Barrauno, por ejemplo) y creó una tendencia a su uso por otros profesionales que antes no lo consideraban una alternativa confiable.

La personalidad irreverente de Oscar —reconocida en sus propias palabras en la sugerente entrevista que nos antecede en este Pro_File— y la seguridad en sus ideas ha contribuido a la conformación de un equipo profesional que comprende y sigue sus lineamientos. Un ambiente de apertura y de aportación de talentos ha permitido el logro de una obra que siempre ofrece novedades y defensas hacia el estancamiento y la repetición, tan nocivas en cualquier ámbito de las artes. En el caso de Oscar la sumatoria de colaboradores de alto nivel profesional y desprovistos de prejuicios a la hora de proponer ideas ha contribuido a su trayectoria. En su taller han convivido individuos claves, tales como el paisajista Jochy Russo, el artista Orlando Menicucci, los arquitectos Sergio Scarfullery, Alfredo González, Miguel Risk, José -Chelo- Antigua y Christian Ricart, quienes junto a la dinámica aportada por Antonio Segundo Imbert, han conformado uno de los equipos con notables resultados en las encomiendas a las que se enfrentan.

La incorporación de Antonio Segundo ha sido uno de los impulsos más importantes de esta firma. Antonio introdujo virtud, juventud y energía, cargado de ideas propias y pudo sumar al grupo otros talentos que marcaron toda una época. A partir de aquí el grupo Imbert incursionó en una diversidad de proyectos que, sin abandonar los lineamientos iniciales, introduce nuevos códigos de expresión con materiales más industrializados, inclusive, en pequeños proyectos que adquirieron personalidad propia. De esa etapa se destacan Celco y el Taller Mitsubishi, dos propuestas refrescantes para usos empresariales en la ciudad de Santo Domingo —ya desaparecidos—, donde el manejo del color y la notoriedad de las formas aportaron un imagen distintiva.

En paralelo, la proliferación de residencias turísticas en Punta Cana se mantuvo en auge con obras tan particulares como la Casa Aurelio, la Casa de al Lado, la Casa Vizcarrondo, la de Jake Kheel y la renombrada residencia de Julio Iglesias. El estudio de este conjunto de viviendas es importante por la diversidad en las soluciones y la sensibilidad que presentan para crear efectos estéticos y calidad ambiental. Es en este conjunto de residencias donde se destaca un abandono de la regularidad de las formas para adentrarse en las complejidades del espacio y la exaltación del balance de la luz

Vista digital de la Villa Mestiza, Cap Cana.

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y la sombra como recurso ambiental. Aquí es significativa la evolución de la escala y la secuencia espacial en busca de una personalidad propia, gracias a la seguridad en la combinación de los materiales y a la libertad que significa insertar estas obras en un entorno seguro. De nuevo se percibe la ligereza de los cierres y la sensación de amplitud y apertura que, lejos de producir un efecto de vulnerabilidad, conducen al usuario en un territorio reconocido, acogedor y confortable. Muchas de estas propuestas surgieron a partir de un elemento preexistente o de un intento personal del autor por transmitir una idea o compartir una experiencia. En la Casa Aurelio, por ejemplo, una visión de la planta indica que en la distribución primó la intención de preservar los árboles e incorporarlos a la propuesta como parte intrínseca de la misma. El resultado fue una casa de planta irregular cuyos giros permiten una dinámica especial y la existencia de recursos “sorpresa” dentro del recorrido, sin prescindir de la conciencia climática ni la protección de las visuales. En la Casa Giacinti, en Santo Domingo, el equilibrio de una arquitectura abierta y expuesta al exterior y una arquitectura introvertida es evidente, donde los patios interiores y la exaltación de los árboles que generan estos espacios se explota a favor de la riqueza interior de la vivienda.

Estas herramientas de diseño que marcaron un momento en la producción del taller no se convirtieron en trampas que impidieran la adaptación a nuevos requerimientos de clientes con necesidades disímiles. La propuesta para el edificio Hylsa, en la Av. Winston Churchill y las piezas que se insertaron al conjunto Ilumel, en la Av. Abraham Lincoln, ambas en Santo Domingo, son reflejos de una obra que adquirió una madurez y una seguridad encomiables. El Edificio Hylsa, por su parte, es una estructura que en su momento significó un rompimiento con las propuestas estéticas predominantes en el entorno y aportó un lenguaje novedoso que arrojó luz en el camino que transitaba la arquitectura dominicana del momento. Realizada con la colaboración de Christian Ricart, el edificio es una caja rectangular aligerada por un panel de vidrio en su fachada que juega a la sensación de suspensión sobre una base recortada y una esquina triangular soportada por una columna redonda colocada de forma inclinada. En esta propuesta se incursiona en la quinta fachada o techumbre como solución más allá de su condición de cobija, en una reivindicación de los cánones del Movimiento Moderno.

La propuesta para Ilumel, por otro lado, fue una solución atrevida realizada en dos fases.

En la primera, se transformó una estructura existente y cercana al edificio original de Ilumel (realizado por el taller de Ángel Giudicelli) para convertirlo en el departamento de ventas de mobiliario moderno de la empresa. La propuesta se caracterizó por la conversión de la fachada en una vitrina de grandes módulos vidriados donde se exhibía parte de la mercancía que se expendía en el interior. El conjunto de rectángulos de esta fachada fue un ejercicio de arquitectura con tendencia al marketing al considerarla como un gran escaparate a escala urbana, solución pocas veces trabajada en Santo Domingo.

Edificio Empresarial Paseo de los Locutores, ensanche Piantini, no construído.

Torre de apartamentos Anabela, en el sector de NACO, S.D. No construída.

Abajo, Edificio Empresarial Lincoln 1051, actualmente en obra, en sociedad con la Arq. Ninouska Nova.

A la derecha, Edificio Martí PG, en proceso, Ave. Winston Churchill, Santo Domingo.

En una etapa posterior, el grupo Imbert fue encargado de unificar todo el conjunto Ilumel con la inserción de una nueva estructura entre el edificio original y la unidad de muebles contemporáneos, un intento complejo si se considera lo disímil en los estilos que caracterizan ambas estructuras existentes. La solución aportada por el taller fue la de crear una gran pieza sólida con fuerte presencia de un muro forrado de porcelanato gris y conectarla mediante una pasarela suspendida por columnas cilíndricas en movimiento.

De esta manera, el nuevo edificio neutralizó la competencia estilística y apostó por una armonía pasiva cuya fuerza estaba en la limpieza de la nueva pieza y su vocación urbana.

La renovación generacional del taller ha contribuido al mantenimiento de las propuestas novedosas y actuales en los proyectos desarrollados. Más allá de los materiales vernáculos y de la riqueza en las composiciones para las áreas turísticas, la firma ha incursionado en otros lenguajes contemporáneos con igual fuerza. Tal es el caso del salón de exhibición de los vehículos Volkswagen y Audi, en Santo Domingo, donde se desarrollaron grandes espacios de planta libre bajo una estructura metálica, techumbre en media luna con cerramientos en grandes vidrieras. De igual modo, un sinnúmero de proyectos de tipo comercial también han formado parte del inventario de obras urbanas bajo una tendencia neo moderna y con cierta influencia minimalista. En paralelo, la firma ha mantenido su vocación para los proyectos turísticos con conjuntos de cierta importancia desarrollados en Cap Cana y en Samaná. En el primero, merece mención aparte la propuesta para el Club de Playa de Playa Caletón, un ingenioso bloque circular de grandes estructuras en madera y cana con un alto cuidado en el confort y la elegancia de los interiores. En este Club es notable el trabajo de los techos en cana que cobijan unos espacios curvos como si se tratara de un homenaje a los bohíos taínos y la insistencia en transmitir una personalidad propia en un escenario de alcance mundial. Uno de los puntos más destacables es la capacidad de generar puntos estratégicos de atractivos visuales, ya sea hacia la playa o hacia las áreas artificiales que forman parte de la riqueza ambiental del conjunto. Una vez más la vegetación, el agua, los pasadizos y conectores se muestran protagonistas en una obra que resume los elementos más representativos de la arquitectura de los Imbert.

En Cap Cana Antonio Segundo ha podido desarrollar villas privadas de importancia que forman parte del catálogo de sus residencias en la zona. Sin embargo, el proyecto del restaurante La Palapa (en colaboración con Adelina Leira), también en Cap Cana, muestra una tendencia distinta al incursionar en una propuesta con fuerte influencia oriental. En este proyecto se percibe una serenidad pocas veces trabajada por los Imbert, como si se tratara de un templo para la meditación y la contemplación, en un intento de hacer del lugar un escenario para disfrutar del paisaje sobrecogedor que se observa desde la altura del farallón donde está enclavado. Aquí la madera fue empleada con terminaciones industrializadas y acompañadas de elementos que de alguna forma luchan por no hacer ruido y respetar la solemnidad del lugar.

Esta experiencia fue tal vez el punto de arranque para los últimos proyectos de la firma, en especial en las propuestas para la zona de Samaná y en los trabajos de interiorismo en las que han incursionado. En el proyecto Viva Residences, por ejemplo, se observa una regularidad en las formas y una riqueza estética apegada a lenguajes más académicos y contemporáneos, a pesar de que en los puntos de interacción social permanece el uso de la cana como distintivo tanto de la firma como del tipo de arquitectura que representa.

Aquí la combinación de superficies blancas con elementos en madera, el cuidado en los materiales de terminación y la transmisión de un espíritu de glamour no disminuyen en lo absoluto los rasgos que han caracterizado a este taller: los espacios abiertos, la secuencia espacial, el aprovechamiento de los atractivos naturales existentes, la respuesta al clima y a las inclemencias del trópico, el uso de detalles artesanales y soluciones tradicionales y el logro de ambientes equilibrados en beneficio del confort de los usuarios. Atrás, sin embargo, han quedado la profusión del color o los detalles superlativos ricamente elaborados, o los cierres calados y los gestos inesperados que formaron parte de su catálogo original y que fueron empleados en parte en el proyecto del Hotel Boutique Agua Spa & Resort en años recientes. Lo importante es que Oscar y Antonio Segundo Imbert han logrado hacer una obra comprometida con la calidad, concientes de su momento histórico y opuestos a toda solución que pueda limitar la creatividad que se destaca en cada una de sus propuestas. Es evidente que el sello de ambos ha quedado marcado en cada una de sus intervenciones. Un sello que, inclusive, ya no les pertenece, porque forma parte de la imagen recordada por aquellos que han tenido el privilegio de recorrerlas, de usarlas y de intimar en sus espacios. De alguna forma, es parte ya de la imagen que define el universo dominicano.

Bocetos de presentación y estudio Dibujos de Alfredo González, Sergio Escarfullery, Miguel Risk, Oscar y Antonio Segundo Imbert

En la columna de la izquierda, planta de la tesis de Oscar Imbert para el Hotel La Aldea.

A la derecha, dibujo de Oscar Imbert para la casa Ginebra en la Romana. Al centro un boceto para Eurotel y la perspectiva original del Aeropuerto de Puntacana, de Sergio Escarfullery, en Puntacana. Abajo, casa Islamar, boceto de Oscar Imbert.

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A la izquierda, dibujo de Miguel Risk para la casa Dugarte en Cap Cana. A la derecha, maqueta de estudio para el showroom de la Opel, en Santo Domingo. Abajo, un lindo dibujo de Alfredo González para el hotel Uvero Alto.

Bocetos de presentación y estudio Dibujos de Alfredo González y Miguel Risk

En la columna de la izquierda y a la derecha arriba, varios bocetos de presentación para el proyecto de Hotel en Uvero Alto. En esta columna, abajo, perspectiva de presentación de Mirabal para el proyecto de Eurotel.

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Dos espléndidos bocetos de Miguel Risk, arriba para la residencia de tía Merce, en Puntacana, y el Extreme Hotel en Cabarete, abajo.

Aeropuerto Internacional Puntacana

© Ricardo Briones

Oscar y Antonio Segundo Imbert

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Aeropuerto Internacional Puntacana

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Oscar y Antonio Segundo Imbert

El aeropuerto internacional de Punta Cana es una de las instalaciones más frecuentadas en el creciente turismo de costas en el Gran Caribe. Inaugurada hace apenas unos 20 años, ha sido el motor para viabilizar el notable desarrollo de la zona Este del país, identificada por el eje Punta Cana / Bávaro, de tanta resonancia internacional. Al momento de su realización original, en los tempranos años 80, el volumen base alojaba las operaciones de un pequeño grupo de naves y líneas aéreas.

Hoy en día hospeda docenas de vuelos diarios nacionales e internacionales, en lo que ha resultado ser una de las piezas emblemáticas de la arquitectura turística dominicana. No sólo la escogencia de materiales le confiere el carácter pionero regional, sino la sugerente atmósfera abierta y tropical, imposible de lograr en otras terminales de tal envergadura en otros lugares del mundo.

El arquitecto Antonio Segundo Imbert y su equipo en Simples Arquitectura, han sido responsables de ampliar en varias ocasiones el proyecto de partida, siendo ésta una de las intervenciones de mayor calado en su desarrollo. Aunque sin dudas se mantiene el espíritu seminal producto de la fluidez del espacio, los sinuosos muros de piedra local rústica, las estructuras de palo de eucalipto, los recorridos difusos, etc., esta vez Antonio (sobrino y colaborador actual de Oscar Imbert, el arquitecto del proyecto original) integra nuevos materiales, terminaciones y equipamientos de factura contemporánea.

Las áreas sociales han sido trabajadas en base a unas estructuras de pilares a manera de árboles, con iluminación y decoración verde integrada, que le distinguen de los ambientes originales. Uno de los logros mayores de esta arquitectura, es el haber resistido no sólo a la rigurosa normativa internacional que generalmente exige terminaciones lisas, pulcras y pulidas, sino el haber también resistido a los frecuentes embates de los ciclones que atacan la zona anualmente. En una ocasión, Oscar, al encontrarse bajo la cubierta durante el paso de un fuerte huracán, recuerda haberse emocionado con “el baile de los techos de cana con los vientos del ciclón”. Las cubiertas están intactas... (Ver AAA02 y AAA35, editor).

Sección 1

Sección 2

Elevación lateral

Sección 3

Elevación frontal

© Eddy Guzmán/ Archivo AAA © Eddy Guzmán / Archivo AAA

A la izquierda y en las páginas siguientes, varias vistas del estado original que presentaban las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Puntacana, prácticamente realizado con los materiales autóctonos obtenidos y procesados en el terreno mismo de la obra. Este audaz sistema de construcción implicó serias dificultadas en su tramitación ante las autoridades, tema que fuera eventualmente superado debido a las virtudes y disposiciones del pionero diseño de Imbert, y de la integridad de su promotor principal, Frank Rainieri.

La instalación ha sido intervenida en múltiples ocasiones posteriores, siguiendo con empeño las demandas del crecimiento impresionante de la población turística en esa atractiva zona de la República Dominicana, uno de los polos de mayor empuje en el turismo regional.

Planta conjunto Aeropuerto Internacional Puntacana

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AAA Pro_File/22

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1. Terminal 1 2. Food Court 3. Sala de espera 4. Área de counters 5. Rampa hacia terminales 6. Torre de control 7. Área de counters Terminal 2 8. Correas de equipaje 9. Acceso a Terminal 2 10. Estacionamiento general 11. Oficinas Grupo Puntacana 12. Terminal VIP 13. Terminal aviación general 14. Facilidades para empleados

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

AAA Pro_File/24

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/26

Proyecto

Aeropuerto Internacional de Punta Cana Diseño arquitectónico

Oscar y Antonio Segundo Imbert Colaborador

José Antigua Diseño estructural

Ramsés Sánchez (DESCON) Diseño eléctrico

Gabriel Aldebot (ALDEBOT & ASOC.) Diseño sanitario

Magda Duarte (ISCO) Contratista

Oscar Pérez

© Ricardo Briones

(SADIRNI)

Casa Imbert en Puntacana

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

Oscar Imbert

AAA Pro_File/28

Casa Imbert en Puntacana

AAA Pro_File/30

Oscar Imbert

La Casa Imbert en Punta Cana es ejemplo de una arquitectura tropical, autóctona en sus procesos y materiales pero innovadora y original en su contenido. Evidencia “una verdadera inteligencia arquitectónica que trata de obviar influencias formales de la arquitectura occidental y en cambio establecer relaciones específicas con la naturaleza, el clima y la realidad caribeña”. (Segre, 2001) El interés por la arquitectura tropical y caribeña ha generado un sinúmero de intentos de crear una arquitectura autóctona y regional, muchas veces adoptando tipologías tradicionales poco adecuadas para la vida moderna, obviando la calidad tectónica de los materiales al construirse, dejando sólo la imagen de una herencia arquitectónica del pasado. Lo interesante de este ejemplo es cómo se utilizan las condiciones específicas, tanto climáticas, como socioeconómicas, con una conciencia arquitectónica experimental que parte del pleno conocimiento de la vanguardia arquitectónica internacional para hacer una arquitectura creativa, diferente tanto al vernáculo tradicional como a las tendencias dogmáticas de la arquitectura actual.

La casa consiste en una serie de espacios organizados de una manera irregular sin orden aparente dentro de un lote rectangular, enfrentando el mar en su lado este. En realidad la disposición de los espacios está directamente relacionada al sitio respetando la posición de los árboles existentes y las vistas al paisaje. Hay una marcada diferencia entre los lados este y oeste de la casa tanto en su organización, como en sus materiales. La parte oeste de la casa esta construída con muros en hormigón y techos de madera y cana. Esta área contiene las habitaciones, baños y cocina. Las cinco habitaciones están repartidas en dos niveles, entrelazadas por espacios de circulación, puentes y rampas, dándole un carácter particular a cada una.

Elevación

Elevación 2

La parte este de la casa es un espacio centralizado: una suerte de cono invertido, un tanto piranésico totalmente construído en madera y cana. Una rampa helicoidal abraza el área de comedor en el espacio central permitiendo el suave acenso circular a diferentes espacios públicos, culminando en una terraza con vista panorámica del paisaje. Las dos zonas —este y oeste— están conectadas tanto por el acceso en el patio del primer nivel como por una rampa y un puente que articulan en dos niveles las dos áreas de la casa. La parte oeste, —donde se encuentra el acceso a la propiedad— es una especie de laberinto de circulación.

Su recorrido es uno de curiosidad, sospecha y encuentro, donde las áreas privadas del hogar se confunden entre pasillos abiertos al paisaje. La fluidez de los espacios es importante, facilitando la circulación de la luz y el aire y haciendo posible la compenetración del paisaje y la arquitectura. La parte este de la casa es, al contrario, una geometría con circulación tangencial centrífuga, una organización más euclideana, donde el recorrido es claramente marcado por la arquitectura: se comprende lo público y se confunde lo privado.

Debido a la naturaleza personal del proyecto, esta invención lúdica para uso exclusivo de su autor y sus íntimos, el diseño y la construcción de la casa ofreció libertades que le convierten en un ensayo o divertimento arquitectónico de gran experimentación espacial, material y tectónica que seguramente no hubiera sido posible de ser un proyecto comercial destinado a satisfacer los requerimientos de diseño de clientes particulares. Es interesante sin embargo, comparar este proyecto con la casa Vizcarrondo, de factura posterior, que posee una organización muy similar en su diagrama de circulación y de funciones, pero con resultados formales y espaciales notoriamente diversos, o con la Aurelio, realizada paralelamente a la Imbert en el lote adyacente al sur. (D. Meyreles, ver AAA12, editor).

Planta primer nivel

Planta segundo nivel

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

AAA Pro_File/32

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

AAA Pro_File/34

Proyecto

Casa Imbert Diseño arquitectónico

Oscar Imbert Tessón Arquitectos asistentes

José Antigua Diseño de estructuras

Magaly Eve Contratista

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

Don Juan Eve

Casa Aurelio en Puntacana

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

Oscar y Antonio Segundo Imbert

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© Eddy Guzmán / Archivo AAA

Casa Aurelio en Puntacana Oscar y Antonio Segundo Imbert

La Casa Aurelio fue diseñada para una pareja de intelectuales neuyorquinos, que utilizan frecuentemente la zona de Punta Cana como escapada junto a familiares y a algunos célebres amigos.

La casa posee un control y una precisión muy especiales, a pesar de la aparente informalidad de su planta. Todo el planeamiento fue realizado para acomodar los árboles existentes en la propiedad, algunos de los cuales fueron incluso integrados a los espacios interiores. Los recorridos internos están llenos de misterio, como esas casas memorables de la infancia llenas de rincones, donde la luz juega un papel primordial en la vida familiar.

La manera en la que se han dispuesto las secuencias espaciales invita a perder un poco el sentido de orientación, algo interesante si se toma en cuenta la idea de retiro respecto al mundo de compromisos que se persigue dejar atrás en estas viviendas vacacionales.

De particular interés es el borde en contacto con el mar, donde se levanta un gazebo sensiblemente proporcionado y de gran sugestividad, mecido por las brisas. Toda la tecnología constructiva responde a los ensayos realizados por Imbert en la región, iniciados con el destacado Aeropuerto Internacional de Punta Cana en los años 80. Materiales naturales y confort moderno parecen coexistir sin contradicciones en esta casa, que invita, cual refugio y paraíso, a una entrega a las delicias del olor marino.

La Casa Aurelio se encuentra en el lote inmediatamente ubicado al sur de la Casa Imbert, también reseñada en esta edición. (D. Meyreles, ver AAA12, editor).

Planta

AAA Pro_File/38

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

AAA Pro_File/40

Proyecto

Casa Aurelio Diseño arquitectónico

Oscar y Antonio Imbert Arquitectos asistentes

Joselyn Vásquez José Antigua Diseño de estructuras

Julio Checo Diseño eléctrico

Pablo Aybar Diseño sanitario

Julio Suero Contratista

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

© Eddy Guzmán / Archivo AAA

Alberto Logroño

La casa de al lado en Puntacana

© Ricardo Briones

Oscar Imbert / Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/42

La casa de al lado en Puntacana

AAA Pro_File/44

Oscar Imbert / Antonio Segundo Imbert

Denominada así debido a la localización de la misma: un solar medianero contiguo a la casa del arquitecto Oscar Imbert en la Marina de Punta Cana. Una planta cuadrada de dos niveles conforma el esquema de la casa en cuya parte superior están contenidas las áreas sociales y en la inferior, los dormitorios. Se accede al área social por una rampa vehicular bajo la cual se ubican las áreas de servicio, que no son visibles desde el exterior pues a los costados de la rampa se dispone un área de jardín que suaviza el efecto de la misma, integrándola al paisajismo; ésta se desarrolla de tal modo que preserva los árboles existentes. De particular atractivo son dos guayacanes extraordinarios destacados en el borde marino de la propiedad.

El área social tiene dos flancos unidos por pasarelas alrededor de un pequeño patio techado con un material transparente que aporta iluminación natural; la terraza, que ocupa todo el frente de la casa, es el elemento que unifica los espacios, logrando que se filtren las vistas al mar en todos los ambientes.

Sección

En el primer nivel, una amplia terraza, a la vez jardín, domina el espacio y a sus lados están los dormitorios que debido a su disposición obtienen inmejorables vistas al mar.

Elevación Lateral Derecho

Planta de Conjunto

Elevación Posterior

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/46

Proyecto

La casa de al lado Diseño arquitectónico

Oscar Imbert Antonio Segundo Imbert Colaborador

José Antigua Asistente

Carolina Mansfield Diseño estructural

Ramsés Sánchez Diseño eléctrico

Abel Fernández Diseño sanitario

Simples Arquitectura Diseño de interiores

Mario Desangles Janet Desangles Paisajismo

Rosángela Bobea Ejecución

© Ricardo Briones

Rhina López Marranzini

Casa Giacinti en Santo Domingo

© Fernando Calzada

Oscar Imbert

AAA Pro_File/48

Casa Giacinti en Santo Domingo

AAA Pro_File/50

Oscar Imbert

El diseño de esta casa para una pareja, parte del principio de mantener siete palmas y un árbol de níspero existentes en la propiedad.

El gesto más significativo dentro de la lógica organicista de la vivienda, queda expresado en la escalera que comunica los dos niveles de la misma. Ubicada en el centro de la casa, este elemento arquitectónico enmarca un patio y gira en torno al escultórico árbol de níspero mencionado.

Los demás espacios se acomodan a la dinámica que generan las palmas. Algunas se dejan al exterior y otras quedan dentro de espacios interiores: una palma se integró a uno de los baños del segundo nivel y en la marquesina una viga se ajusta en forma curva para mantener la palma.

Las sutiles transiciones entre espacios abiertos y cerrados, y la predominante iluminación natural generan un sentido de permeabilidad y frescura en el conjunto. Los distintivos colores de la vivienda conjugan, al igual que la mezcla de materiales como el hormigón, bloques, tabla de palma, cana y piedra, un eclecticismo tropical. Ciertas terminaciones se trabajaron de forma artesanal, las superficies en ocre, por ejemplo, fueron logradas tiñendo el pañete con tierra.

Sección 1

Decisiones manieristas como el ventanal de arcos hacia el espacio exterior de la piscina y la velaria que cubre la entrada aseguran la unicidad de su arquitectura.

Sección 2

Sección 3

Sección 4

© Fernando Calzada

AAA Pro_File/52

Planta nivel 1

Planta nivel 2

Elevación lateral izquierdo y posterior

Elevación lateral derecha y frontal

© Fernando Calzada

© Fernando Calzada

AAA Pro_File/54

Proyecto

Casa Giacinti Diseño arquitectónico

Oscar Imbert Colaboradores

José –Chelo- Antigua Victor Durán Nora Suberví Diseño estructural

Leonardo Reyes Madera Diseño sanitario

Francisco Castro Diseño eléctrico

Ramón B. Amaro C. Supervisión de obra

Wilfredo Fanjul Fotografías

© Fernando Calzada

Fernando Calzada

Casa Las Hamacas en Cap Cana

© Ricardo Briones

Oscar y Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/56

Casa Las Hamacas en Cap Cana

AAA Pro_File/58

Oscar y Antonio Segundo Imbert

Esta casa resume 30 años de práctica en la que las ideas originales de Oscar Imbert, ensayadas con tanta resonancia en sus primeras obras domésticas en La Marina de Punta Cana, son traducidas y perfeccionadas en un proyecto abierto, de marcada ensoñación lúdica.

Tomando como punto de partida las hamacas coleccionadas por la propietaria, la casa se convierte en una serie de palafitos que se elevan para generar espacios inferiores techados cuyo sistema porticado provee soporte para que cuelguen las mismas. Estos espacios abiertos, rodeados por la vasta vegetación tropical de los jardines, invitan a la relajación y el descanso al estilo de nuestros ancestros taínos y arahuacos, evocando esa herencia cultural tan propia de la región como en otra ocasión lo hiciera Lucio Costa en su famoso pabellón titulado “Tempo Livre” representando a Brasil en la Trienal de Milán en 1964.

La articulación de volúmenes de escala reducida, los recorridos cómplices de la naturaleza del lugar, integran una pasarela elevada que conecta todos los espacios superiores, el manejo de códigos neo-vernáculos y de la arquitectura popular, y un sentido espacial esencialmente caribeño, constituyen los leitmotivs fundamentales de esta casa.

Planta nivel 1

Las proporciones monumentales de sus espacios interiores, la sinuosidad del paisajismo, los enmarques de vistas al mar y a sus jardines son complementados con materiales y técnicas de modestísima procedencia —como el eucalipto, la soga y la cana— elevados al más alto nivel de sofisticación a través de un diseño diestro, consciente y maduro, dirigido en relevo por Antonio Segundo Imbert y su talentoso equipo actual de colaboradores.

Planta nivel 2

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/60

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/62

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/64

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/66

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/68

Proyecto

Casa Las Hamacas, Fundadores de Playa, solar #2, Cap Cana Diseño arquitectónico

Antonio y Oscar Imbert Colaboradores

José Antigua, Miguel Risk Interiores

Juan Montoya Consultoría sanitaria e hidráulica

Magda Duarte Consultoría estructural

Reginald García Rafael Taveras Consultoría electricidad y aires acondicionados

Iván Jiménez Paisajismo

Jesús Ibáñez Contratista general

Miguelángel Herrera Constructora HECO Contratista estructuras de madera y techos canas

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

Manolo Despradel Fotografías

Ricardo Briones

Club de Playa Caletón en Cap Cana

© Jochy Marichal Archivo AAA

Antonio Segundo y Oscar Imbert

AAA Pro_File/70

Club de Playa Caletón en Cap Cana

AAA Pro_File/72

Antonio Segundo Imbert / Oscar Imbert

Ubicado cerca del mar, con un área total de construcción de 4,500 m2 aproximadamente (área techada, terrazas y jardines), el Club de Playa Caletón provee a sus visitantes la oportunidad de disfrutar del relajante sonido de las aguas del mar Caribe.

El concepto del Club de Playa Caletón refleja un ambiente tropical con elementos autóctonos, que integrado a la calidez de su diseño interior brinda una grata sensación de armonía, elegancia y serenidad, destacando siempre la belleza de su entorno. El diseño de sus altos techos forrados de cana y sus pasarelas al aire libre preparan a los visitantes para disfrutar de una experiencia única.

El exclusivo y elegante club posee un amplio vestíbulo de recepción ambientado con una cascada y espejo de agua, jardines tropicales, área de exhibición, spa, restaurante, bar, grill, área de piscina con terraza, entre otras facilidades.

Elevación 1

Elevación 2

El Grupo Cap Cana contrató a la diseñadora de interiores Patricia Reid Baquero para ambientar el exclusivo y elegante Club de Playa Caletón, considerado el más grande del área del Caribe. (Ver AAA023, editor).

Elevación 3

Elevación 4

Sección 1

Sección 2

Sección 3

Planta nivel de llegada

Sección 4

© Jochy Marichal Archivo AAA

© Jochy Marichal Archivo AAA

© Jochy Marichal Archivo AAA

AAA Pro_File/74

© Jochy Marichal Archivo AAA

© Jochy Marichal Archivo AAA

© Jochy Marichal Archivo AAA

AAA Pro_File/76

Proyecto

Club de Playa Caletón Cap Cana Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Oscar Imbert Asistente

José Antigua Diseño de interiores

Patricia Reíd

© Jochy Marichal Archivo AAA

© Jochy Marichal Archivo AAA

Contratista general SINERCON

Restaurante La Palapa en el farallón de Cap Cana

© Ricardo Briones

Antonio Segundo Imbert

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Restaurante La Palapa en el farallón de Cap Cana

AAA Pro_File/80

Antonio Segundo Imbert

Ubicado en un punto estratégico del Farallón de Cap Cana, posee una de las vistas más impresionantes de todo el conjunto. Concebir una estructura arquitectónica en este lugar fue un reto que nos llevó a emplazar su juego de techos flotantes sobre columnas de madera.

Los techos se convierten en volúmenes que parecen volar sobre el farallón, techos que, conjugados con la ligereza de las pérgolas, la expresión de los materiales naturales, texturas, colores... hacen que la presencia de la mano del hombre se estreche con el escarpado paisaje del extraordinario risco.

Un gazebo articula la circulación desde la marquesina hasta el restaurante, convirtiéndose en un eslabón arquitectónico que, más que un elemento funcional, constituye un punto focal que establece una relacion visual con el entorno.

El concepto minimalista del jardín japonés está presente en los estanques geométricos que funcionan como espejos de agua, dándole al conjunto serenidad y armonía. (Ver AAA029, editor)

Planta

Sección 1

Elevación

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones © Ricardo Briones

AAA Pro_File/82

Proyecto

Restaurante La Palapa en el farallón, Cap Cana Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Colaboradora

Adelina Leira Asistente

Mónica Almonte Diseño estructural

Leonardo Reyes Madera Diseño eléctrico

Iván Jiménez Diseño sanitario

Magda Duarte Diseño de interiores

Alexandra Guzmán Paisajismo

Norio Matsunaga Ejecución

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

José A. Rojas & Asocs.

Agua Resort Hotel Boutique

© Ricardo Briones

Antonio Segundo Imbert / Miguel Risk

AAA Pro_File/84

Agua Resort Hotel Boutique

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Antonio Segundo Imbert / Miguel Risk

Agua Spa & Beach Resort ha sido desarrollado en un terreno de 33,358 m2 de la parcela 206-H, ubicada en Uvero Alto, provincia de Higüey. El proyecto consta de 50 habitaciones, cantidad que está dentro del requerimiento de densidad máxima de habitaciones por hectárea. Debido a que la configuración geométrica del lote se estrecha, dividiendo en dos porciones el terreno comprendido entre la carretera y la playa, los arquitectos aprovechan al máximo esta configuración para hacer el emplazamiento de los diferentes componentes de este Hotel Spa. En la porción colindante a la carretera de acceso fueron ubicados el lobby, las oficinas administrativas, sala de conferencias, lounge bar, baños, etc. Esta zona se aloja bajo una estructura techada de cana, que se convierte así en el emblema arquitectónico del proyecto. El lobby se abre a un gran jardín donde se localiza el spa con sus diferentes dependencias: salas de masajes, sauna, baño de vapor, salón de belleza, gimnasio, juice bar, etc.; áreas éstas conectadas con pasarelas que articuladas con los diferentes volúmenes arquitectónicos se integran a los jardines circundantes. Como punto importante del conjunto, un restaurante fue ubicado para ofrecer servicios de comida ligera durante el día y en las noches funciona como piano bar. En la parte estrecha del solar está dispuesto el volumen de tiendas y servicios, captando así la atención del observador.

El restaurante principal se convierte en un punto privilegiado entre las villas y los bloques de habitaciones, abriéndose visualmente a lo largo de la piscina hasta alcanzar el horizonte marino. Además, su ubicación permite un fácil acceso desde los servicios generales hasta la cocina del mismo.

Agua Spa & Beach Resort nace como sueño caribeño de sus propietarios y arquitectos que unieron esfuerzos para dar forma a este conjunto arquitectónico. La imagen que ha prevalecido desde antes de dar inicio al proyecto ha sido la de reflejar la arquitectura antillana, con sus paramentos naturales, techos de cana conjugados con el mar, el cielo y la arena, entrelazados con el cocotal existente. El proyecto fue concebido como un conjunto de volúmenes articulados por pasarelas pergoladas que van sinuosamente esquivando los cocoteros y engendrando espacios exteriores que se convierten en jardines integrados a la arquitectura misma. El singular techo de cana del edificio de recepción es el producto de la intersección de dos naves que se levantan hacia el cielo, dando la bienvenida al visitante y permitiendo el dominio visual del proyecto. (Ver AAA029, editor).

Planta conjunto

Planta villa

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/88

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/90

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/92

Proyecto

Agua Spa & Beach Resort Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Miguel Risk Asistentes

Mónica Almonte Yelhidá Lora Ramani Bueno Diseño estructural

Leonardo Reyes Madera Diseño eléctrico

Iván Jiménez Diseño sanitario

Magda Duarte Diseño de interiores

Patricia Reid Baquero Ejecución

© Ricardo Briones

Juan Más

Viva Residences en Samaná

© Ricardo Briones

Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/94

Viva Residences en Samaná

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Antonio Segundo Imbert

Desde su incorporación en enero de 1997, Viva Resorts se ha convertido en una de las cadenas de más rápido crecimiento en el área de manejo y operaciones, con nueve resorts en el Caribe, México y Bahamas.

La adición más reciente de la cadena a sus proyectos en la isla es Viva Residence Las Terrenas, un complejo turístico ubicado en Playa Cosón, Las Terrenas, Samaná, República Dominicana.

Cuenta con alrededor de 70 unidades entre apartamentos y villas frente al mar, casa club, gimnasio, área de niños y lobby conserje. Tiene un área de construcción de 11,246.00 m2 Como elemento organizador central cuenta con una enorme piscina con fuente flanqueada por dos canales paralelos, estos elementos recorren todo el proyecto. Sobre estos canales se ubican pequeños gazebos que parecen flotar a lo largo de este gran elemento de agua.

Los detalles constructivos en madera rústica en combinación con el uso de la piedra otorgan a los bloques de apartamentos un carácter tropical y fresco. Consta de 120 apartamentos cada uno de una habitación de unos 56 metros cuadrados. (Ver AAA040, editor).

Planta primer nivel, villa

Planta conjunto

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/98

Proyecto

Viva Residences Las Terrenas Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Asistente

Randol Mercedes Diseño interior/decoración

Homeset Aurora Obra civil

Golden River Diseño estructural

Ramsés Sánchez Diseño eléctrico

Ivan Jiménez Diseño sanitario

Magda Duarte Diseño sistema de A/A

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

Iván Jiménez

Showroom Audi & Volkswagen en Avelino Abreu, Santo Domingo

© Ricardo Briones

Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/100

Showroom de Audi & Volkswagen Avelino Abreu

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Antonio Segundo Imbert

Una de las esquinas más intensas de la ciudad, dos de las marcas más famosas en el mundo del automóbil, uno de los dealers de vehículos más renombrados del país, uno de los arquitectos más prestigiosos de la nueva camada de jóvenes dominicanos: Antonio Segundo Imbert y su equipo asumen las normativas de diseño de Audi y de Volkswagen y traducen sus exigencias en una instalación de gran frescura y representatividad urbana.

Ante todo, preservar la imagen de cada marca, como dirían los mercadólogos. Luego, dotar a cada una de ellas de un showroom capaz de evidenciar las virtudes y fortalezas de ambas por separado, creando un conjunto articulado y armónico, enfrentado a la gran curva de intersección, frente a uno de los puentes elevados del corredor este-oeste de la Ave. John F. Kennedy, esq. Ave. Ortega y Gasset. Así, se determina definir dos volúmenes, uno casi en diagonal con el otro, permitiendo el aparcamiento en el territorio difuso de la esquina. Cada volumen dotado de las exigencias de las casas matrices y funcionales en sí mismos.

Exponer carros bellos se ha convertido en una forma del arte contemporáneo… es una estrategia de seducción. El acero, el aluminio, el vidrio, la porcelana. Los materiales se incorporan con su eterna capacidad de sorprender, más allá de los conceptos. Sutiles y ligeras estructuras de acero, curvas abiertas de aluzinc, limpias láminas de vidrio son disciplinados por la imaginación del arquitecto en volúmenes de pequeña escala pero potente resolución. Uno longitudinal, asomado a una doble altura, casi producto de la extrucción del corte típico, notable a pesar de los accidentes de la solución planimétrica; el otro radial, orquestado a manera de cúpula renacentista en doce gajos cual doce apóstoles, cuñas ocupadas por Beetles, Jettas, Passats, Polos, Golfs, y otros nombres productos del imaginario motorizado alemán. Las áreas de servicio resultan en verdad secundarias, anecdóticas dentro de este esquema de prioridades.

Planta primer piso

Sobresaliente es el resultado de un proyecto de iluminación a la vez modesto y poético. La curva, el plano de luz natural que baña los interiores desde el plano cenital y les dota de una presencia fantástica, los detalles de los quiebrasoles y de los recubrimientos de piedra, los vocablos del lenguaje, se apersonan y se identifican con soltura y transparencia, con la misma amabilidad propias del suave temperamento de Imbert.

Los edificios existentes previos a la intervención pasan a un segundo plano, o son admitidos a la función como coristas, asumidos por el nuevo guión. Estos locales son en el fondo dos galpones metálicos de nueva factura —dicho sea de paso, de impecable factura— representantes de esa nueva modernidad de la industria y el comercio global, que hoy es susceptible de traspasar fronteras y denotar, tanto en Frankfurt como en Santo Domingo, las mismas particularidades del objeto de consumo. (Ver AAA024, editor).

Elevación

Sección

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA AAA PRO_FILE/104 Pro_File/104

Proyecto

Avelino Abreu / Audi & Volkswagen Diseño arquitectónico

Diseño Corporativo Audi & VW Contraparte local

Simples Arquitectura S.A. Diseño estructural

Tony Hernández Diseño eléctrico

Iván Jiménez Contratista eléctrico CONELCA Contratista aire acondicionado

Prieto Nouel & Asoc.

Contratista general de obra civil

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

Imbert Domínguez & Asoc.

Ilumel 2 y 3 en Santo Domingo

© Ricardo Briones

Antonio Segundo Imbert / Christian Ricart

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Ilumel 2 y 3 en Santo Domingo

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Antonio Segundo Imbert / Christian Ricart

Constantemente, en ciudades que evolucionan a ritmo rápido y desordenado como la nuestra, nos encontramos que en un período de 10 años, lo que constituyó una calle de tipología mayormente residencial, se ha convertido en la avenida comercial principal.

Por eso, un gran porcentaje de viviendas han mutado sin un criterio de conjunto, en incómodos e ineficientes locales comerciales. A partir de los años ’90, la idea de vitrinas verticales, introducidas por la marca de vehículos Smart, como solución a la limitante de espacio, sirvió a los arquitectos como fuente de inspiración para la realización de una estructura que como máscara, le diera un nuevo semblante a esta tienda.

De igual forma, con esta estructura propuesta por Smart, donde el objeto ocupa el valor principal del conjunto, el Arq. Imbert desea mantener lo más sencilla esta máscara. Así, el color y la composición dependen de la organización diaria de esta vitrina, haciendo de este edificio una experiencia diferente durante todas las estaciones de la tienda.

En el interior, luego de hacer una limpieza de los muros remanentes de la vivienda que allí existía, se creó un muro longitudinal en ambos niveles, que marca el recorrido de toda la tienda.

Isométrica

Materiales sencillos en todo el interior y una iluminación generalizada sin ningún acento, excepto en la entrada, permiten la flexibilidad de organizar de formas diferentes los “sets” dentro de la tienda. (Ver AAA014 y AAA024, editor).

Sección

Puente

Planta conjunto

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

© Ricardo Briones

AAA Pro_File/110

Proyecto

Ilumel 2 y 3 Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Christian Ricart Arquitectos asistentes

Carolina Mansfield Yelhdá Lora Diseño estructura metálica

Antonio Hernández Diseño eléctrico y sanitario

Gamei C x A Construcción

© Fotos de Archivo Imbert

© Fotos de Archivo Imbert

© Fotos de Archivo Imbert

© Fotos de Archivo Imbert

Imbert Domínguez & Asocs.

Edificio Empresarial Hylsa en Santo Domingo

© Eddy Guzmán/ Archivo AAA

Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/112

Edificio Empresarial Hylsa

AAA Pro_File/114

Antonio Segundo Imbert

El diseño de este edificio depende del gran valor de su localización. La importancia de la Ave. Winston Churchill y las tipologías comerciales dominantes que a lo largo de ésta se suceden, es lo que nos ayudó a generar un edificio, con elegancia y discreción, que extiende el preciado lindero frontal que aquí se propone, y que de forma sorprendente la mayor parte de los arquitectos se resiste a integrar a sus edificaciones, exprimiendo en forma abusiva la capacidad de metraje constructivo en cada uno de los solares que a lo largo de esta avenida se disponen. El gran vuelo, como sombrilla, involucra tanto al espacio y vegetación de la avenida, como al transeúnte. Este elemento llamativo de la volumetría que se apoya en lo moderno, es fuente de inspiración formal, donde las líneas rectas y las terrazas nos recuerdan la importancia de la sencillez en la arquitectura.

Este edificio no pretende hacer límite a la gran avenida, sino servir de transición en cuanto escala, entre el polígono central y el ensanche Evaristo Morales.

La internacionalidad de la arquitectura, es algo que poco a poco nos envuelve. Las imágenes corporativas importadas, la tecnología, la comunicación, el gran afán de metrópolis, hacen que nuestros gustos se orienten hacia lineamientos que a veces no son lo más cercano al carácter vernáculo de nuestra arquitectura. Sin embargo, siempre que podamos orientar las edificaciones correctamente y las mismas desempeñen eficientemente la función para las cuales fueron diseñadas, no importará el vestido, la arquitectura será apropiada. (Ver AAA014, editor).

Planta de conjunto

Planta tercer nivel

Sección 2

Elevación frontal

Proyecto

Edificio Hylsa Diseño arquitectónico

Antonio Segundo Imbert Arquitectos asistentes

José Antigua Christian Ricart Diseño estructura metálica

Ramsés Sánchez Diseño eléctrico / sanitario

Desconsa S.A. Construcción

© Eddy Guzmán/ Archivo AAA

© Eddy Guzmán/ Archivo AAA

Diógenes García

Apartamento privado en Santo Domingo

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

Antonio Segundo Imbert

AAA Pro_File/116

Apartamento Privado en Santo Domingo

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Antonio Segundo Imbert

Ubicado en el sector de Naco, en la céntrica Torre M, con 590 m2 como resultado de la fusión de dos apartamentos, este proyecto de diseño interior cuenta con un carácter propio, muy cosmopolita.

El cliente confió plenamente en nuestras decisiones y dimos rienda suelta al trabajo creativo de diseño, tratando en todo momento de que los espacios no parecieran un anuncio de mobiliario. Creamos así ambientes únicos que reflejan fiel y funcionalmente la personalidad y las costumbres de nuestros clientes.

Utilizamos las tonalidades grises como color base, contrastadas con el uso de la madera en revestimientos de techos y paredes, así logramos dar calidez a los ambientes. En todo momento se percibe el predominio de la línea recta en el diseño del mobiliario empotrado y en la seleccion de sofas, mesas y accesorios. El sutil aporte de algunos elementos decorativos ayudan a completar el ensemble. Nos propusimos lograr una imagen donde el eclectisismo jugase un papel primordial, sin dejar de mantenerse en todo momento un ritmo propio, una carácter original dentro del diseño. (Ver AAA037, editor).

Detalles

Detalles

Planta

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

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Proyecto

Apartamento privado en Santo Domingo Diseño de interiores

Antonio Imbert Marisela Tió Adelina Leira Proyecto arquitectónico de Torre M

Jordi Masalles Fotógrafo

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

© Robert Álvarez/ Archivo AAA

Robert Álvarez

Cronología de proyectos y obras

Casa Imbert Barreras, Sosúa, Puerto Plata, 1981 Casa Leandro Guzmán, Santo Domingo, 1982 Eurotel Playa Dorada, Puerto Plata, 1982 Aeropuerto de Punta Cana, La Altagracia, 1982-2012 Punta Cana Beach Resort, Punta Cana, La Altagracia, 1982 Publicitaria Cumbre, Santo Domingo, 1984 Electrom, Santo Domingo, 1984 Oficinas del Banco del Comercio, Santo Domingo, 1986 Edificio JR, Santo Domingo, 1986 La Sarona, Higüey, 1987 Hotel Bayside Hill, Puerto Plata, 1987 Casa de la Loma, Arroyo Frio, Constanza, 1987 Casa de Sosúa, Puerto Plata, 1988 Torre La Aguja, Santo Domingo, 1987 Hotel Uvero Alto, La Altagracia, 1989 Radio Shack, Santo Domingo, 1991 Talleres Mitsubishi, Santo Domingo, 1991 Discoteca La Pila, Santo Domingo, 1991 Residencia Jiménez, Casa de Campo, La Romana, 1992 Residencia Giacinti-Polanco, Arroyo Hondo, Santo Domingo, 1992 Residencia Lama-Canaán, Santo Domingo, 1992 Barrauno, Santo Domingo, 1992 Apartamento Peyi Guzmán, Santo Domingo, 1992 Discoteca Gasoline, Santo Domingo, 1992 Bus Stop, Santo Domingo, 1992 Showroom Gomas Hylsa, Santo Domingo, 1993 Celco Comunications, Santo Domingo, 1994 Showroom Opel, Santo Domingo Motors, Santo Domingo, 1994 Masterplan Punta Cana Beach Resort, 1995 Galería Lyle Rietzel, Santo Domingo, 1995 El Cocotal, Hotel Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 1995 Punta Cana Caribe, La Altagracia, 1996 Avenida de Circunvalación de Puerto Plata (con Miguel Vila),1996 Cabrera Motors, Santo Domingo, 1997

Casa La Balconada, Corales de Punta Cana, La Altagracia, 1997 Agencia de Viajes Temptation, Santo Domingo, 1997 Tiendas Hotel Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 1997 Rancho Corales de Punta Cana, La Altagracia, 1997 Oficina de Ventas, Corales de Punta Cana, La Altagracia, 1997 Restaurante La Yola, Punta Cana, La Altagracia, 1997 Sala de Presentaciones Punta Cana Beach Resort,La Altagracia, 1998 Salón Yaúya Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 1998 Franco Pizzería Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 1998 Centro de Actividades Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 1998 La Confusa Bendecida, Punta Cana.

La Altagracia ,1998 Casa Aurelio, La Marina de Punta Cana, La Altagracia, 1998 La Escuelita, Punta Cana Village, La Altagracia, 1998 Villa Los Mangos 17, Casa de Campo, La Romana, 1998 Villa Corazón, Corales de Punta Cana, La Altagracia, 1999 Comedor Empleados AIPC, La Altagracia, 1999 Estación de Bomberos AIPC, La Altagracia, 1999 Torre Paraíso, Santo Domingo, 1999 Centro de Biodiversidad Universidad Cornell, Punta Cana, 1999 Residencia Mejía-Rivera, Arroyo Hondo, Santo Domingo, 1999 Meads Bay Hideway, Anguila, 2000 Radio Cadena Comercial, Santo Domingo, 2000 Antena Latina, Santo Domingo, 2000 Häagen Dazs, Santo Domingo, 2000 Publicitaria Inter-América, 2000 Palacio de Cine Av. Venezuela, Santo Domingo, 2000 Casa de Sueños, La Marina de Punta Cana, La Altagracia, 2000 Edificio Hylsa, Santo Domingo, 2000

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Le Petit Village du Anie et Rene, Las Terrenas, Samaná, 2001 Fantasy Mall, Santo Domingo, 2001 Ilumel 2, Santo Domingo, 2001 Häagen Dasz, Acrópolis Center, Santo Domingo, 2001 Häagen Dasz, Malecón Center, Santo Domingo, 2001 Apartamento Camblor, Santo Domingo, 2002 Apartamento Giovanni Herrera, Santo Domingo, 2002 La casa de al lado, La Marina de Punta Cana, La Altagracia, 2002 Residencia Despradel-Tolentino, Punta Cana, La Altagracia, 2002 Bungalows de Cap Cana, La Altagracia, 2002 Palacio de Cine Bella Vista Mall, Santo Domingo, 2002 Club de Playa Caletón, Cap Cana, La Altagracia, 2002 Showroom Volkswagen, Santo Domingo, 2002 Showroom Audi, Santo Domingo, 2002 Oficinas Varma, Santo Domingo, 2002 Marina Bayahibe, La Altagracia, 2002 (con Gianfranco Fini) Autozama, Santo Domingo, 2002 Terminal Aviación General, AIPC, La Altagracia, 2003 Terminal VIP, AIPC, La Altagracia, 2003 Casa Isla, Corales de Punta Cana, La Altagracia, 2003 Restaurante El Barrio, Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 2004 Mueller Bay, Saint Thomas, Virgin Islands, 2004 Proyecto Cofresí, Puerto Plata, 2004 Arrecife 49, Villas de Golf Punta Cana, La Altagracia, 2004 Apartamento Imbert-Rivas, Santo Domingo, 2004 Edificio Empresarial Paseo de los Locutores, Santo Domingo, 2004 Terminal Aérea, San Juan, Puerto Rico, 2004 Casa Kayantá, Cap Cana, La Altagracia, 2004

Delta Airlines, Acrópolis Center, Santo Domingo, 2004 La Choza, Hotel Punta Cana Beach Resort, La Altagracia, 2004 Arrecife 2, Arrecifes de Punta Cana, La Altagracia, 2004 Residencia Privada, Saint Thomas, Virgin Islands, 2005 Casa Marina 1, La Marina de Punta Cana, La Altagracia, 2005 Arrecife 68, Villas de Golf Punta Cana, La Altagracia, 2005 Arrecife 71, Villas de Golf Punta Cana, La Altagracia, 2005 Ilumel 1.5, Santo Domingo, 2005 Residencia Verde Azul, Casa de Campo, La Romana, 2005 Villa del Barrio, Punta Cana Village, La Altagracia, 2005 Cambita Delight, Cambita Garabitos, San Cristóbal, 2005 Casa Marina 3, La Marina de Punta Cana, La Altagracia, 2005 Restaurante La Palapa, Cap cana, La Altagracia, 2005 Extreme Hotel, Cabarete, Puerto Plata, 2005 Arrecife 50, Arrecifes de Punta Cana, La Altagracia, 2005 Villas Jagüey, Arrecifes de Punta Cana, 2005 Hotel Boutique Agua Spa & Resort, Uvero Alto, La Altagracia, 2005 Residencia Dugarte, Cap Cana, La Altagracia, 2006 Hugo Boss, Santo Domingo, 2006 Cayuco 25, Cap Cana, La Altagracia, 2006 Arrecife 34, Arrecifes de Punta Cana, La Altagracia, 2006 Torre Anabela, Santo Domingo, 2006 Villa Arrecife 64, Arrecifes de Punta Cana, La Altagracia, 2006 Lote 33, Corales de Punta Cana, La Altagracia, 2007 Ecobeach, Cana Bay, La Altagracia, 2007 Las Hamacas, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Fundadores 19, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Villa Almendro, Arrecifes de Punta Cana,

Equipo de Colaboradores 1980-2012

La Altagracia, 2007 Palma Azul 1, Cana Bay, La Altagracia, 2007 Club de Playa Juanillo, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Caletón 66, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Fundadores 27, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Viva Residences, Samaná, 2007 Villa Isla Grande, Cap Cana, La Altagracia, 2007 The Blue Green Club, Cana Bay, La Altagracia, 2007 Centro de Actividades Acuáticas, Cap Cana, 2007 Arrecife 39, Arrecifes de Punta Cana, La Altagracia, 2007 Portillo Beach Resort & Spa, Samaná, 2007(con Esteban Prieto y Gustavo Luis Moré) Villa Yararí 35, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Las Palmas 99, Cap Cana, La Altagracia, 2007 Las Américas Business Park, Santo Domingo, 2008 Villa Infinito, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Villa Mestiza, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Villa Las Velas, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Arena Dorada, Puerto Plata, 2008 Villas Costa Blanca, Juan Dolio, 2008 Villa Caracola, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Viva Wynham Resorts, Bahamas, 2008 Villa Mangle, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Hard Rock Café, AIPC, 2008 Caletón 67, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Villa Las Palmas 121, Cap Cana, La Altagracia, 2008 Torre de Oficinas Sarasota, Santo Domingo, 2008 Torre JFK, Santo Domingo, 2009 Palma Azul 2, Cana Bay, La Altagracia, 2009 Torre MG, Santo Domingo, 2009 Las Palmas 73, Cap Cana, La Altagracia, 2009

Proyecto Turístico Albacore, Samaná, 2009 Casa Club de Golf Costa Blanca, Juan Dolio, 2009 Sky Bar, Holiday Inn, Santo Domingo, 2010 Villa J15, Metro Country Club, 2010 Johnny Rocket, Santo Domingo, 2010 Villa Solar 283, La Estancia Golf Resort, La Altagracia, 2010 Villa Solar 138, La Estancia Golf Resort, La Altagracia, 2010 Puerto Baní, Peravia, 2010 (con Rafael Selman) Edificio Lincoln 1057, Santo Domingo, 2010 (con Ninouska Nova) Apartamento Familia Mella, Santo Domingo, 2010 Edificio Modesto y Compañía, Santo Domingo, 2011 Showroom Seat, Santo Domingo, 2011 Torre Juan Dolio, San Pedro de Macorís, 2011 La Nacional Home Gallery, Santo Domingo, 2011 Casa Entrepatios, Casa de Campo, La Romana, 2011 La Catalina 10, Casa de Campo, La Romana, 2011 Residencial Caletón, Casa de Campo, La Romana, 2011 Palacio del Cine Agora Mall, Santo Domingo, 2011

* En gris: proyectos no realizados

Adelina Leira Aída Jiménez Alexandra Guzmán Alfredo González Alfredo Medina Altagracia Fernández Andrés Sánchez Anne Marie Sánchez Antonio León Belkis García Candice Mauad Carlos Peña Carlos Taveras Carolina Mansfield Christian Ricart Cristina Hernández Denia Del Rosario Denisse Español Eduardo Domínguez Elayín Lozada Elvira Valera Evelyn Rosario Francisco Castro Catrain Francisco Moore Gabriel Aldebot Gabriel Ardila Gricelys Rosario Humberto Castellanos Iván Jiménez Jochy Russo José Antigua José Ariza José Bidó José Helena José Isidro Bobadilla José Molina José Plasencia Josefina Díaz Joselyn Vásquez Juan Uve Julia Grommas Julián Haché Julio Suero Karla Joubert Leah Grullón Leonardo Reyes Madera Magda Duarte María A. González A. María González Marisela Tió

Mayra Guzmán Miguel Risk Mildred Tejada Minerva Mirabal Mónica Almonte Norah Suverbí Norkys Decena Orlando Menicucci Oscar Eduardo Imbert Osvaldo Santana Pablo Yermenos Paola Peña Patricia Núñez Patricia Reid Pedro Guzmán Radhimil García Rafael De la Cruz Rafael Rodríguez Ramani Bueno Ramón Hilario Ramsés Sánchez Randol Mercedes Reginald García Rosalinda Báez Salvador Pérez Sandra Gautreaux Sergio Escarfullery Teresa Núñez Tony Hernández Víctor Durán Víctor Féliz William Paulino William Read Yelhidá Lora Yolanda Pirovino

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Este Pro_File 01 se valió de una exhaustiva investigación de archivo, realizada en colaboración con el equipo de Simples Arquitectura. Uno de los más interesantes documentos fue un cuaderno de notas del Arq. Oscar Imbert, del que extraemos estos textos y gráficos.

Planes de viajes, listas de teléfonos, apuntes para proyectos, y sobre todo, inspirados comentarios sobre la arquitectura que se estaba produciendo, vinculada al contexto geográfico, cultural y a la práctica profesional, abundan en este asombroso libro de sorpresas.