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MAY 2016
Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal en Cincinnati.
Las arquitectas retratan a Zaha Hadid
Algunas de las profesionales que más han aportado a la arquitectura reciente en el mundo hispánico apuntan para este blog -“Del tirador a la ciudad”-cuál ha sido la impronta de la fallecida Zaha Hadid en su profesión. El resultado compone un retrato poliédrico y paradójico, una semblanza a 16 manos de la primera mujer en conseguir el Premio Pritzker.
Fuensanta Nieto Española, docente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Europea de Madrid (UEM) y de la Universidad der Künste de Berlín
Quizá el hecho de que Zaha Hadid fuera tan diferente a mi propia forma de ser, modo de pensar y manera de hacer arquitectura sea lo que me hace valorarla con más distancia y objetividad. En ocasiones las obras que más nos sorprenden y hacen reflexionar son, paradójicamente, aquellas que consideramos más alejadas de los planteamientos a los que creemos sentirnos más vinculados. Eso las convierte en motivo de admiración. Me admiró siempre su determinación. Cuando la invité a dar por primera vez una conferencia en Madrid, a finales de los 80, ella aun no había cons-
truido ningún edificio, pero ya se mostraba enormemente exigente y orgullosa. Cuando con el paso de los años, tuve la oportunidad de visitar varias de sus obras, en Alemania, en España, en el Líbano, en Italia o en China, comprobé que esa determinación y enorme talento habían hecho posibles formas y espacios que antes nunca habían sido construidos. Sin duda Zaha es ya parte de la historia de la arquitectura, independientemente de la cuestión de género. Pero también lo es por haber sido la primera mujer en llegar a un lugar hasta entonces reservado solo a los hombres.