Guatemala, viernes 5 de enero de 2018
Gavetas
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Hemeroteca del Diario de Centro América
Antiguos almanaques DCA.- 31 de diciembre de 1934. La costumbre de adquirir un calendario en vísperas de Año Nuevo, data de épocas remotas, pero estos no se popularizaron hasta que se inventó la imprenta. Durante la Edad Media se pegaban en los libros de misa o se les copiaba en hojas sueltas para indicar los días festivos. En 1476 apareció un almanaque impreso en folio y que presenta la particularidad de ser el primero que contaba con portada, título, orla, indicación de contenido, nombre de la ciudad, fecha y nombre de los impresores. Fue el calendario de Juan de Monterregio. El Calendrier des Bergers (Calendario de los pastores) empezó a publicarse en 1510 y tuvo un éxito enorme. Lo editó en Troyes (Francia), un tal Larrivey y todavía se publicaba a principios del siglo XX conservando intacta su presentación, sirviéndose del lenguaje primitivo de los signos para indicar a los campesinos los días en que debían vender, comprar, limpiarse el cuerpo, cortarse el pelo, tomar medicinas y otras indicaciones por el estilo. Los primeros autores de almanaques impresos eran astrólogos y médicos, así que enlazaban las predicciones sobre cambios de temperatura y aún de sucesos políticos con consejos higiénicos y recetas de medicina popular.