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Internacionales
Una pareja, con los uniformes del Ejército de Estados Unidos, se abraza durante un acto que se realizó en Praga, República Checa, por el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Guatemala, lunes 4 de mayo de 2015
Winston Churchill, ex primer ministro del Reino Unido, sale del búnker de Adolf Hitler.
El nazismo sucumbió ante la fuerza de los países aliados.
Conmemoran 70 años de caída del Tercer Reich E Gemma Casadevall EFE fotos AFP, EFE y Archivo
ntre el suicidio de Adolf Hitler y la capitulación del Tercer Reich, el 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi vivió una suerte de claudicación por capítulos, que comenzó en el búnker del führer y se consumó en el extrarradio de Berlín, bajo mando soviético. “No había nada que negociar, fue una rendición incondicional. Esta sala se llenó esa noche de representantes de las cuatro potencias, más lo que quedaba del mando nazi, más mucha prensa”, recuerda Margot Blank, subdirectora del Museo Germano-Ruso de Karlshorst, lugar donde se suscribió la capitulación. Fue una ceremonia breve, “todos tenían en su mesa su botella de vodka, de coñac o de champaña”, ya que “realmente había algo que celebrar; finalizaban 12 años de nazismo y 6 años de guerra”, resume la representante.
Cápsula del tiempo
El recinto de Karlshorst, en un tranquilo barrio periférico, muestra en las vitrinas los facsímiles de esa rendición, que firmó, por par-
La rendición nazi se firmó en Reims por el coronel Gustaf Jodl y por el almirante alemán, Karl Doenitz, jefe del Estado Mayor.
El presidente Francois Hollande coloca una rosa, en recuerdo de los caídos, en la ciudad francesa de Natzwiller.
te alemana, el mariscal general Wilhelm Keitel. La Sala de la Capitulación conserva el mobiliario de entonces, presidido por las banderas de las cuatro potencias vencedoras -la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido- y jarras de agua, no de alcohol, repartidas sobre sus mesas, que entró en vigor a las 23:01 horas del 8 de mayo, según la hora local de Berlín. Berlín estuvo bajo los bombardeos estadounidenses y británicos, el más devastador, el 3 de febrero, y el 21 de abril las tropas del general soviético Nikolai Berzarin
llegaron a los límites de la ciudad, desde el este.
Amarga victoria Con la caída del Tercer Reich, en 1945, hubo saqueos y no menos de 860 mil mujeres, incluyendo niñas, fueron violadas por los aliados, de acuerdo con datos del recién publicado libro Als die Soldaten kamen (Cuando llegaron los soldados), de la historiadora Miriam Gebhardt.
Tras el deceso
El agónico Reich quedó a cargo de Karl Dönitz, quien, por no querer entregarse al poder soviético, negoció una rendición parcial con los aliados occidentales. El presidente estadounidense, Dwight D. Eisenhower, vio en ello un intento de minar la alianza vencedora y exigió una capitulación total e incondicional a Dönitz, como quería el líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Iosif Stalin.
Hasta el acto de Karlshorst hubo rendiciones parciales. El comandante Helmuth Weiding firmó la capitulación de Berlín el 2 de mayo, tres días después de que las tropas soviéticas colocaran su bandera en el Reichstag. El 4 de mayo, en Lüneburg (en el centro de Alemania) se firmó otra rendición entre el mariscal británico Bernhardt Montgomery y el almirante alemán Hans Georg von Friedeburg; y continuó el 7 de mayo la de Reims, donde Dönitz envió a su general Alfred Jodl a negociar el cese de hostilidades con las tropas estadounidenses.