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reportaje AMA MX
La caída de un ícono, el nacimiento de otro
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La victoria del francés Dylan Ferrandis debutando en la categoría reina del Pro Motocross el pasado 29 de mayo en Fox Raceway fue un viaje en el tiempo hacia 1989.
Este triunfo por parte del piloto Star Racing Yamaha nos hace revivir uno de los momentos más importantes en la historia del deporte poco más de tres décadas atrás, cuando Jean Michel Bayle ganaba en su primera carrera de Motocross en los Estados Unidos, en Gatorback, consiguiendo 1-3 en las mangas al igual que Ferrandis.
El episodio, que tuvieron lugar el 5 de marzo de 1989 en la primera prueba de la temporada en Gatorback, Florida, aun vive en la memoria de muchos con diferentes emociones. Por aquel entonces, Estados Unidos ya contaba con siete títulos consecutivos en el Motocross de las Naciones, los dos últimos con la ayuda del piloto HRC Honda Rick Johnson, el favorito para la corona de ese año tras su completo dominio en Supercross y Motocross durante las temporadas 86, 87 y 88.
Estaban en la cumbre del deporte: era inimaginable pensar que un extranjero pudiera ganarles en casa. Esa mañana en los entrenamientos libres, una caída era el principio del fin de la carrera deportiva de Johnson. En uno de los giros Danny Storbeck aterrizó sobre el brazo derecho de Johnson cuando éste quedó corto en un salto. El incidente resultó en una compleja fractura de muñeca de la cual nunca pudo recuperarse por completo. La era Rick Johnson había llegado a su final y nadie lo sabía. Ni siquiera él.
A pesar de finalizar tercero en la tabla de posiciones, un año y medio más tarde, en 1991, anunciaba su retirada sin nunca poder recuperar la velocidad de antaño debido a las secuelas de una lesión que, a falta de la tecnología de aquellos años, no pudo tratar correctamente para recuperarse de la manera adecuada. “La muñeca ha ido empeorando progresivamente y me destroza por dentro estar corriendo
por el décimo lugar”. Comentaba Johnson en su momento, “Los doctores dijeron que ya no hay nada que se pueda hacer, así que ¿por qué continuar?”.
Con Johnson fuera de carrera, los candidatos para ocupar el primer lugar del podio eran los compatriotas Jeff Stanton (compañero de equipo de Johnson), Jeff Ward, Jhonny O´Mara y muchos otros talentos en la línea de salida de la competitiva categoría 250cc. Por otro lado, Jean Michel Bayle no era precisamente alguien para tener en cuenta. Si bien venía de lograr el campeonato del mundo de 125cc en el 88 con HRC Honda, las apuestas eran nulas para el francés, quien además debió atravesar una odisea para poder estar allí presente.
Desde finales de 1988 Bayle siempre manifestó sus deseos de ir a competir a los Estados Unidos. Sin embargo, no hubo campeonato del mundo que valiera para recibir el apoyo que necesitaba. El primer inconveniente fue conseguir la licencia de la federación estadounidense que le permitiera correr. En esa época, a diferencia de hoy, el campeonato AMA era puramente Nacional y necesitaba vivir en el país. Para obtener dicha licencia debía dejar la internacional por medio de la Federación Francesa, cosa que los dirigentes interpretaron como una excusa para emigrar por razones extradeportivas, ya fuesen políticas o económicas. Cuando en realidad la única razón de Bayle era demostrar que podía vencer a los estadounidenses. Finalmente a finales del 88 obtiene la tan ansiada licencia, no sin antes abonar la importante suma de cincuenta mil francos que Jean-Pierre Mougin (presidente de la Federación Francesa) le cobró por “liberarlo”.
El otro problema, para nada menor, era conseguir apoyo. Si bien se corona Campeón del Mundo de 125cc con HRC Honda, las plazas del equipo ya estaban completas por Rick Johnson y Jeff Stanton. Aun así la marca le facilita una moto gracias a que Roger De Coster era manager en HRC. En cuanto a las piezas, la ayuda provino de Mitch Payton. De esta manera nacía un hibrido equipo privado / satélite entre Honda y Pro Circuit.



Cabe mencionar que previo a Gatorback disputó las siete primeras pruebas del AMA Supercross logrando el segundo lugar en Miami. De todas formas no era visto como una amenaza real para derrocar el imperio yankee, en cambio era un tanto “exótico” el tenerle en sus series.
Al ponerse en marcha la primera manga, Stanton y Ward tomaron la delantera siendo 1-2 respectivamente en los primeros giros. Bayle rápidamente se ponía a la caza de ambos, primero superando a Ward (quien terminaba quinto) y luego recortando ventajas al líder mientras el tiempo corría rumbo a la bandera a cuadros. Ya en las vueltas finales Stanton comete un error que le sirve en bandeja el triunfo a Bayle, ganando con una ventaja de más de veinticinco segundos. El público no estaba listo para otro mal trago luego de lo sucedido a Johnson.
En la segunda y última manga del día era Bayle quien tomaba el holeshot perseguido por Stanton y Ward, respectivamente. Esta vez el francés no pudo aguantar el ritmo de sus perseguidores por lo que caería a la tercera posición en el trascurso. Adelante, Ward lograba avanzar sobre Stanton para llevarse el triunfo en la manga. Este resultado le daba la general a Bayle tras ser 1-3. El podio lo completaban Jeff Stanton (2-2) y Jeff Ward (5-1). Posteriormente, en esa misma temporada, daba el salto a la categoría de 500cc para disputar un total de cuatro carreras, subiendo al podio en las tres primeras (2-2-3) y cerrando su visita en los Estados Unidos con un triunfo en Unadilla. Quedaba demostrado que los franceses podían estar a la altura.
Las secuelas de semejante hazaña no fueron cien por cien positivas. Ya que al volver a Europa y ser campeón del mundo de 250cc mantiene la licencia norteamericana, cosa que no cayó muy bien en la Federación Francesa, y al entrar en conflicto, Bayle no vuelve a representar a su país en un Motocross de las Naciones hasta 1992. Por otro lado se puede decir con total seguridad que pavimentó el camino del futuro tráfico de pilotos franceses cruzando el Atlántico gracias a aquel domingo de marzo de 1989…



