ZIRKÓLIKA #27 invierno 2010

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Reportajes

ZRK 30

La influencia de Internet en los malabares Por

Rafa Peñalver

Como en todas las esferas de la vida, la llegada de Internet a la mayoría de hogares ha supuesto una verdadera revolución, en nuestro caso, la ha supuesto en los malabares. En los poco más de diez años de generalización de la red, se han producido grandes cambios en la difusión y el modo de entender el malabarismo. Hace tan sólo 30 o 40 años, uno apenas podía ver un número profesional de malabares, si no iba al circo o al espectáculo itinerante de turno que pasara por su ciudad, si no se acercaba a algún cabaret de variedades, si no lo emitían en la televisión, o si no conseguía ir a uno de los escasos encuentros de malabaristas que había en Europa o Estados Unidos. Con la popularización de Internet, el proceso de difusión de los malabares iniciado en los 80 ha explotado de una forma asombrosa. Uno puede comprarse unas bolas profesionales a buen precio en una tienda en línea; aprender a hacer malabares gracias a uno de los miles de tutoriales que hay en la red; ver vídeos de los grandes malabaristas del pasado y el presente; informarse sobre las fechas del próximo encuentro de malabaristas cerca de su ciudad, o leer gran cantidad de información de todo tipo en foros y blogs. Aparecen, por tanto, unas nuevas generaciones de malabaristas, gente amateur que entrena simplemente por afición, porque le gusta hacer malabares, alejada del mundo del circo y sin interés profesional. Internet no sólo ha difundido el malabarismo entre la población general, si no que ha permitido a los artistas disponer de nuevas formas de publicidad. Hoy día, prácticamente todos los malabaristas profesionales y compañías tienen página web personal, lo que agiliza la visualización del espectáculo y el contacto por parte de posibles interesados. Con el auge de las redes sociales, la publicación de eventos es mucho más directa y su difusión mucho mayor, cosa que permite informar a muchos posibles espectadores con muy poco esfuerzo. Esta facilidad de difusión ha contribuido a que proliferen los cursos y seminarios de malabares en las ciudades, así como los encuentros de malabaristas a lo largo de nuestra geografía. Actualmente, hay, además, más revistas dedicadas al circo y a los malabares, y todas ellas también disponen de su versión digital, o incluso algunas, como El Circense, se publican únicamente a través de Internet. La versión digital aumenta directamente el alcance de difusión de las revistas y permite consultarlas desde otros países con gran facilidad. Incluso han aparecido interesantes proyectos sin más ánimo que el de difundir los malabares y el circo como Circoforum, Circopedia o Infocirco. Pero lo que de verdad ha marcado esta “explosión malabarística” ha sido la aparición de los vídeos en streaming, o emisión continua. Youtube es el rey en esta categoría, con miles de vídeos sólo de malabares. También destacan otros portales creados por y para malabaristas, como Juggling.tv, que actualmente posee más de 3.500 miembros. En estos portales se pueden encontrar vídeos de todo tipo: desde tutoriales básicos para aprender la cascada hasta guías

Arriba: la sección “A mi m’agraden els malabars” del blog A mi m’agrada el circ. Abajo: el blog Malabares en su tinta.

avanzadas sobre listas de patrones de siteswap realmente complejos. Hay profesionales que han colgado allí sus vídeos, incluso de cuando eran pequeños, como Anthony Gatto. También hay verdaderas joyas que antes eran imposibles de conseguir, como los vídeos de actuaciones de Enrico Rastelli; tutoriales sobre cómo fabricar malabares; vídeos de jóvenes y creativos malabaristas cuya popularidad se ha basado en la difusión por Internet, como Wes Peden; y cientos de vídeos de malabaristas aficionados que desean mostrar al mundo sus conocimientos técnicos y sus rutinas. Como nota curiosa y que nos da una idea de la importancia del vídeo en el mundo del malabar, en la última edición de la Convención Europea de Malabaristas en Joensuu (Finlandia) se pudo ver lo que estaba sucediendo en directo a través de vídeos colgados en su página web. Todo esto supone que la diversidad de estilos de malabarismo ha crecido enormemente y la investigación e innovación que se ven en los vídeos son asombrosas. Por contra, el nivel ha subido y con este exceso de exhibicionismo se pierde parte de la sorpresa al ver un acto malabarista. Se produce un “desgaste” de los trucos y las rutinas, lo que hace unos años podía sorprender ahora en cuestión de años ya “está muy visto” y no produce el mismo efecto, al menos dentro de la comunidad de malabaristas. Antes, ir a ver un espectáculo de malabares era un acto único y casi exclusivo donde se esperaba la magia de lo nunca visto. Ahora, una actuación magistral o malabaristas de grandísimo nivel se tienen al alcance de un clic, cosa que le quita parte de esa magia. Sin embargo, el circo y los malabares han sabido reinventarse cien veces y buscar ese “más difícil todavía” que constituye su motor existencial.


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