Maresía 9

Page 4

_____________________ Maresía, cuadernos de naturalistas cantábricos

Nº 9, agosto 2015

Editorial Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención. Un hecho así lo vivimos a diario, bien sea en los medios de comunicación o en nuestra vida cotidiana. Esa es la definición que da la Real Academia Española de la lengua castellana de la palabra “Cuento”. Otra acepción que da nos es más usual: “Embuste, engaño”. ¿Tiene algo que ver con el medio ambiente? Pues sí, ya que la naturaleza nos rodea e impregna nuestra vida. El cuento narra una historia de ficción, tiene un argumento sencillo y un desenlace final rápido, con una finalidad didáctica, una moraleja. Muchas veces está basado en hechos reales. Los personajes humanos son cambiados por ani­ males a los que se les atribuyen ciertas cualidades, y que interactúan entre ellos (y a veces con el hombre), para acabar en una conclusión ejemplarizante, que nos prepare para actuar más sabiamente en una situación similar futura. La mayoría de la gente asociaría hoy la palabra “cuento” a las declaraciones de los políticos y sus técnicos, como los que nos dicen que las incineradoras no contaminan o los que aseguran desde hace años que el centro de recuperación de fauna asturiano solucionará los problemas de recogida de animales silvestres (ver artículo en este cuaderno). La mayoría de los problemas provocados por el hombre en el medio ambiente suelen basarse en cuentos, embustes e historias irreales dis­ frazadas de cordero. Historias falsas no sólo las cuentan los gestores sino también los divul­ gadores: estamos cansaos de ver y oír repeticiones desvirtuadas de conceptos naturales en los medios de comunicación, realizadas tanto por periodistas sin formación como por supuestos naturalistas informados. Gran parte de las publica­ ciones divulgativas no valen para nada, aunque peor es que sean contraproducen­ tes (y no son escasas). Los cuentos que más nos gustan son los relacionados con la tradición oral, transmitidos durante siglos de boca a oreja, y que algunos poco valorados inves­ tigadores culturales recogen para que quede constancia de ellos, y tanto hoy como mañana podamos disfrutarlos. Los cuentos más conocidos son las fábulas de Samaniego, muchos de los cuales están basados en historias populares. Relatos de este tipo los hay en todas partes, normalmente ya sólo depositados en la memoria de la gente mayor, cuya desaparición merma el acervo cultural. En este número de Maresía tenemos la suerte de volver a colaborar con uno de los principales recopiladores de viejas historias y cuentos, que trae una guapa recopilación de fábulas protagonizadas por “animales”. El grupo “Celtas Cortos” cantaba: “Cuéntame un cuento y verás qué conten­ to”. Nosotros decirnos “Sí, siempre que sea Berto Peña quien lo cuente”. Que sigáis sintiendo esta revista vuestra.

­3­


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.