Mission Report - Simón Vega

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EXPLORACIONES ESPACIALES DEL TERCER MUNDO *** THE MOST PRODUCTIVE THIRD WORLD EXPEDITION

Esta publicación fue realizada para la exposición “Exploraciones espaciales del Tercer mundo. Cálidas utopías de una Guerra Fría” de Simón Vega, exhibida en las salas 2, 3 y 4 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, San José, Costa Rica. Del 17 noviembre de 2016 al 12 de marzo de 2017.

Comandante General de la Base Espacial MADC 1 Dirección: Fiorella Resenterra

General en Jefe de la Base Espacial MADC 1 Curaduría: Daniel Soto Morúa

Comandante Artista: Simón Vega

Camarada Asistente general: Mariam López

Suboficial de misión Producción: Laura Delgado

This publishing was created for Simón Vega’s exhibit: “Third World Space Explorations. Warm utopias of a Cold War”; on display in exhibition halls 2, 3 and 4 of the Museum of Contemporary Art and Design, San Jose, Costa Rica. From November 17 through March 12, 2017.

General Commander of Space Base MADC 1 MADC Director: Fiorella Resenterra

General in Chief of Space Base MADC 1 Curator: Daniel Soto Morúa

Commander Artist: Simón Vega

Comrade General Assistant: Mariam López

Petty Officer Production: Laura Delgado

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Sección 1: Memo. Simon Says

Sección 2: Additional Considerations

Sección 2.1: Tropical Space Proyectos

Sección 2.2: Cálidas utopías de una Guerra Fría

Sección 2.3: Exploraciones espaciales del Tercer mundo

Sección 3: Naves espaciales y submarinas de la Misión Especial “Exploraciones espaciales del Tercer mundo”

Sección 3.1: LK Maizal Vodka-Bar

Sección 3.2: Apollo Beach Rover Photo Booth

Sección 3.3: Submarine-Sound System Centro-América

Sección 3.4: Mission Control (CIA & DIAPER)

Anexo A: Otras misiones espaciales

Anexo B: La Carrera Espacial / Base Espacial MADC 1

- Cohetes / Rockets -

Third

World Space Explorations

Tropical Mercury Capsule (2010)
Foto / Photo: Walterio Iraheta 2015

“Simon says” (Simón dice) es un juego colectivo en el cual uno de los participantes asume el rol de “Simón” y ordena qué hacer; los demás deben acatar. Las órdenes son válidas solo si el líder antepone la frase “Simón dice” (Simon says) antes de la acción. Es decir, el juego no es cuestión de obediencia, sino de la capacidad de discernir entre las indicaciones válidas e inválidas.

Simón Vega entiende la región centro-americana como un juego de poderes, un espacio unido pero fragmentado ¿Contradictorio? Sí. Para él, este territorio es un epicentro que conecta el Norte con el Sur, el Pacífico con el Atlántico; es el punto de encuentro entre el Este y el Oeste; referencia que el artista extrae del libro “Guerras y paz en América-Central” de Alain Rouquié. En ese mismo espacio segmentado, que es además zona de migración, de conflictos y de polarización política, es donde, según su propuesta, se enfrentan los bloques capitalista y comunista y sus ideologías de manera más o menos directa. Esto, guardando las proporciones, pues como él mismo afirma “en Centro-América todo es más chiquito”.

El referente y su punto de partida en esta exhibición es su percepción de la Guerra Fría, su impacto en Centro-América y la vivencia personal desde su El Salvador natal y demás países de Centro-América. Es por ello que esta muestra no tiene la intención de ser una representación literal del conflicto; más bien pretende mostrar la visión “tropical” con tintes casi humorísticos del artista. “Pretendo revisar y revalorar el contexto global bajo el cual se desarrollaron muchas de las guerras y conflictos en Centro-América, cuyos resultados determinan mucho la situación actual de estos países, cada uno a su manera”, expresa Vega. Así, se convierte en una revisión desde un contexto particular, retomando aspectos vernáculos e históricos para construir nuevos imaginarios que combinen elementos de ambos bloques, de ambos pensamientos; maneras de entender el mundo y las sociedades.

El capitalismo y el comunismo en sí mismos tienen muchas visiones y versiones. En nuestros países, esas semillas externas florecieron aun con más diferencias y particularidades. “Creo que el conflicto y sus efectos son violentos y oscuros, pero nuestra gente es también muy inventiva y sobre todo con un humor cálido muy particular, con buen manejo de la ironía y el sarcasmo. Esos elementos los introduzco en la obra”, agrega.

Todas las piezas que conforman la exposición Exploraciones espaciales del Tercer mundo son parte de Tropical Space Proyectos, el cual ha desarrollado desde 2011. El primer símbolo del que echó mano Simón fue el Sputnik que marcó el

inicio de la carrera espacial; otra “guerra” entre los Estados Unidos de América (EEUU) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). “Quien puede poner un cohete en el espacio, puede poner un cohete en otro país”, enfatiza Vega.

La narrativa de esta muestra es como un guión explícito. El artista explica que retoma el concepto de escultura social de Joseph Beuys (artista alemán, 1921-1986) quien proponía las implicaciones políticas de la creatividad de sus propuestas y su vinculación hacia la sociedad. ¿Cómo es que Vega activa estas esculturas sociales? “Se logra retomando el ingenio, el humor y las estrategias encontradas en mercados populares y el comercio informal en Centroamérica, reemplazando el énfasis comercial de estos por el factor lúdico y de descubrimiento; elaborando estructuras abiertas que se convierten en esculturas cuando el público interactúa con ellas”, menciona.

Sus esculturas sociales basadas en cápsulas espaciales de la Guerra Fría, elaboradas con métodos y materiales de construcción provenientes de la arquitectura informal y el comercio ambulante, se funden en un mismo objeto. Las construye a partir de materiales de desecho, objetos encontrados y productos descubiertos en alguna que otra tienda china. Cobran vida a través del público.

El proceso de Vega, al igual que Simon Says, es un juego de “validación” que usa el camuflaje como analogía y “travesea para articular Legos”. Cómo se ven las cosas de lejos y de cerca, reflejo de intentos fallidos de políticas que se inmiscuyen en nuestros territorios.

Simón dice: esto es Centro-América; ahora dice: esto es Centro-América.

November, 2016

“Simón dice” (Simon says) is a group game in which one of the participants plays the role of “Simon” and instructs the others what to do. The instructions are only valid if the leader adds the phrase “Simon says” (Simón dice) before the action. In other words, the game is not a question of obedience, but of the ability to discern between valid and invalid instructions.

Simón Vega sees the Central American region as a power game, a united but fragmented space. Contradictory? Yes. For him, this territory is an epicentre that connects the North with the South, the Pacific with the Atlantic; it is the meeting point between East and West; a reference that the artist takes from the book “Wars and Peace in Central America” by Alain Rouquié. This same segmented space, which is also a zone of migration, conflict and political polarization, is, according to his proposal, where the capitalist and communist blocs and their ideologies confront each other in a more or less direct manner. Although this is relative since, as the artist himself remarks, “in Central America everything is smaller”.

The referent and its starting point in this exhibition is the artist’s perception of the Cold War, the latter’s impact on Central America and the artist’s personal experience in his native El Salvador, as well as other Central American countries. This show is, thus, not intended as a literal representation of the conflict but, rather, it aims to present the artist’s “tropical” view with his quasi-humorous overtones. “My aim is to review and reassess the global context in which many of Central America’s wars and conflicts developed, the results of which very much determine the current situation of these countries, each in its own way” says Vega. It becomes a review based on a specific context, revisiting vernacular and historical aspects in order to construct new imagery that combines elements of both blocs and ideologies–ways of understanding the world and societies.

Capitalism and communism themselves have many visions and versions. In our countries, these outer seeds flourished with even more differences and peculiarities. “I think that the conflict and its effects are violent and obscure, but our people are also very inventive and, above all, have a very particular warm sense of humour, with a good command of irony and sarcasm. I introduce these elements in the work”, he adds.

All the pieces that make up the exhibition Space Explorations of the Third World are part of the Tropical Space Projects, which he has been working on since

2011. The first symbol Simón made use of was the Sputnik, which marked the beginning of the space race; another “war” between the United States of America (USA) and the Union of Soviet Socialist Republics (USSR). “Whoever can put a rocket in space can put a rocket in another country”, Vega points out.

The narrative of this show is like an explicit script. The artist explains that he revisits the concept of social sculpture coined by Joseph Beuys (German artist, 1921-1986) who put forward the political implications of the creativity of his proposals and their links to society. How does Vega activate these social sculptures? “By getting back in touch with the wit, humour and strategies found in popular markets and informal trade in Central America, replacing the commercial aim of these with elements of entertainment and discovery; by elaborating open structures that turn into sculptures when the public interacts with them”, he says.

His social sculptures based on the space capsules of the Cold War, made using the construction methods and materials employed in informal architecture and street vending, merge into one and the same object. He builds them from waste material, found objects and products he discovers in some Chinese shop or other. They are brought to life through the public.

Vega’s process, just like Simon Says, is a game of “validation” that uses camouflage as an analogy and “plays around to articulate Legos”. How things look from afar and close up, reflecting failed attempts at policies that meddle in our territories.

Simon says: this is Central America; now he says: this is Central America.

Desde 2011, Simón Vega desarrolla esta serie que relaciona con los efectos causados por la Guerra Fría en Centro-América y específicamente en El Salvador. Las obras más grandes se convierten en esculturas sociales, como las llama él mismo haciendo alusión a Joseph Beuys; ya que se construyen y cobran vida con la participación activa del espectador. También el formato bidimensional es importante; dibujos sobre papel y tela que presenta en montajes informales en las que incluye plantas vivas, luz y objetos.

La documentación y el proceso forman parte vital de sus proyectos, pues la cantidad de bocetos es sustanciosa y permite comprender la relación que hace el artista entre la política, la discursividad de los ejes Este y Oeste y las disparidades de la vida en el Tercer Mundo, representada por materiales de desecho y objetos encontrados, típicos de la arquitectura informal. “Nosotros somos países volcánicos, volátiles, con economías inestables, pero de gente muy cálida y de gran sentido del humor” afirma Vega al referirse a su visión de Centro-América.

Las cápsulas espaciales -hilo conductor de esta serie- son traducidas mediante un lenguaje povera; resultan parodias que, por un lado, hacen reír, pero por otro invitan al espectador a reflexionar sobre los contrastes entre el Primer y el Tercer mundo. Las mismas “retratan a Centro-América como una región con sueños de progreso tecnológico y la modernidad, que está atrapada en sus propios límites culturales, sociales y económicos, y que no carece de humor y creatividad. Estas obras hablan de la historia de América Central y su relación con el mundo y la historia de la exploración espacial, pero en otro nivel. También hablan del aislamiento humano y las sociedades altamente tecnológicas de hoy en día, a pesar de la ilusión de la interacción social por medio de la tecnología digital”, expresa el artista.

Cuando los estadounidenses y los soviéticos descubrieron este pedacito de tierra, vieron aterrizar sus ideologías más profundas; pretexto perfecto para asentarse. Para unos, el “patio trasero” (concepto que se arrastra desde un siglo atrás); para otros, la base más cercana del enemigo. En este solar exuberante les cultivamos bananos y café a cambio de crueldad, golpes militares, dictaduras, estados contrainsurgentes, política maltrecha, dependiente y partidaria, corrupción ciega y amargura corporativa reflejo de instituciones fachada. Aunque llovieron promesas de un mundo mejor, la historia se podría traducir en dos palabras: guerrillas y revolución.

Centro-América ha sido ajedrez de guerras y paz, así se ha delineado desde épocas de la Conquista, pero la situación recrudeció a partir de 1945 con el inicio de la Guerra Fría, recién concluida la Segunda Guerra Mundial. La región se convirtió en un pastel bicolor que se peleaban Estados Unidos y la extinta Unión Soviética (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas - URSS), el lustre quiso ser color azul pero también rojo. El imperio gringo (o Bloque Occidental, como se le conoce oficialmente) adornó sus triunfos con la globalización (impuesta a través de apoyo armamentista y económico) y los comunistas (Bloque del Este) lo hicieron con iguales herramientas pero con distintas tácticas.

Las cálidas utopías y promesas fugaces fueron desbordantes y la ideología de cada bando “venció”. Este triunfo fue aparente, claro está. El forcejeo entre ambos bandos devino en un cruel baño de sangre y en una polarización que aún hoy se mantiene. El tiempo ha sido cómplice y la misma historia ha callado esa compleja bipartición. El resultado fue el mismo independientemente del color dominante. ¿Por qué?

Desde 1945 y hasta 1991, estas dos superpotencias marcaron el orden del orbe en temas de política económica, operaciones militares, asuntos exteriores, intercambio cultural y hasta deportes. La ciencia y la tecnología (en la cual las exploraciones espaciales fueron un eje central) desenmascararon un aspecto vital. La denominada “Carrera espacial” (desarrollada entre 1950 y 1980) fue el pretexto para investigar tecnología militar de destrucción masiva. La tecnología se convirtió en un eufemismo para la carrera armamentista.

El temor por una escalada nuclear generaba una tensión creciente. La ausencia de un enfrentamiento a escala masiva le mereció al conflicto el calificativo de “frío”. En el ínterin, otras guerras surgieron: Vietnam, Corea, Afganistán y El Salvador. Todas ellas fueron intentos gringos por detener el avance de la ideología comunista. La acumulación de armas atómicas y misiles balísticos (aéreos y submarinos) fue absurda.

A pesar de la disolución de la URSS y el empoderamiento de Estados Unidos como única superpotencia mundial, aquí en el traspatio centro-americano -o el pastel bicolor- el asunto de las guerrillas, dictaduras y revoluciones persistió. “A lo largo de la década de 1990, la estrategia del gobierno de Estados Unidos hacia América Latina hizo hincapié en la integración económica a través del libre comercio, la regulación de la migración, y la guerra contra las drogas. Sin embargo, Cuba y El Salvador parecían ser los dos países de América Latina donde la Guerra Fría se mantuvo.”1 La humillación histórica -con énfasis en lo político y en lo social- ha marcado las “venas abiertas” que no se han curado a pesar del tiempo. Durante décadas, América Central ha sido el ring de luchas ideológicas, pues como bien dice un refrán “ideas quiere la guerra”.

Las utopías de la Guerra Fría, mezcladas con el humor, la creatividad para la supervivencia y la pobreza económica de Centro-América, es lo que da pie al trabajo del salvadoreño Simón Vega. “Los bombardeos y esas ideas espaciales de las grandes y frías superpotencias, aterrizan forzosamente y se desarrollan a medias entre maizales y cafetales del trópico centro-americano”, expresa el artista, quien ha vivido en carne propia la realidad de uno de los países más castigados por los estragos dejados por los bloques capitalista y socialista. Las piezas que se presentan en esta exposición, más que una cronología histórica o documental, son la interpretación de la Guerra Fría vivida por Simón Vega en El Salvador.

Las apropiaciones que hace a través de naves de exploración espacial dejan leer entre líneas los fusilamientos de guerra, la rapacidad económica de los corruptos, la modernización de la economía, las luchas de poder, la represión política, los disturbios sociales y la imposición triunfal de sus modelos de referencia; aunque también lo hacen el humor, la desinformación, el ingenio y funcionalidad del mercado informal y de las ventas ambulantes. Vega hila muy fino entre el antes y el ahora, entre la tecnología de punta y la chatarra reutilizable, entre la comedia y la trágica realidad de nuestros tiempos. Pone en evidencia a los “Macondos erigidos en naciones”, como lo expresó Alain Rouquié2.

Su propuesta, envolvente y sensorial, evoca nostalgia por el mundo de “antes”: antes de los “sucesos”, antes de la guerrilla, antes de los sandinistas… Por la época idílica en la que cada cual conocía su lugar. En la cual el café, el azúcar y el banano se vendían bien, y la “cuestión social” era asunto de la política y los capataces musculosos.3 Su obra divierte, emociona e invita al descubrimiento, pero también valida la realidad de nuestros días y mantiene vigente la carencia de criterio de la política y su inoperancia. Así lo retrata la reciente compra de tanques de guerra que hizo Nicaragua a Rusia (2016), el paso del narcotráfico entre el Sur y el Norte de América, los reiterados golpes militares en Honduras, el analfabetismo, el crimen en las calles fantasma de Guatemala, la pobreza extrema y el hambre, las maras del triángulo norte, la discriminación en Belice, el impacto drástico por el cambio climático, la violencia de género y de grupos vulnerables, al aumento en el costo de la vida de los costarricenses, el paraíso fiscal panameño… secuelas de la Guerra Fría que apenas amenazan con hervir en este solar.

Centro-América es una región difícil. Aquí se encuentran algunos de los países con mayores desigualdades del mundo y para Vega, ser centro-americano “significa vivir en un submarino. Un submarino con una parte que emerge como un paraíso tropical y debajo de la cual suceden todo tipo de situaciones oscuras, escondidas, ilícitas y violentas. Significa ser una sola nave pero desconectada, con compartimientos inaccesibles y otros secretos. En el 2016 las comunicaciones son mejores, sabemos lo que pasa en otras partes del submarino, pero no siempre las podemos accesar. Significa oír sonidos de sirena mezclados con otros de cumbia, significa ver la luz, ser feliz y estar temeroso al mismo tiempo. Estar en el presente y también en el pasado pero hacia el futuro, no poder ver más allá de la propia mano.”

No es posible comprender la realidad centro-americana sin tener en cuenta el conflicto Este-Oeste, transformaciones y trastornos que emergen y se sumergen gracias a la generosidad estadounidense y ruso-soviética. La fascinación que despierta nuestro territorio para estos grandes, es lo que ha permitido su desarrollo, pero, que al mismo tiempo, nos carga con un desafío moral agobiante.

Basado en ello, Vega abandona los ejes Norte y Sur y explora en la dimensión Este y Oeste; toma las épocas de guerra y los tiempos de paz y crea tres esculturas sociales; dos basadas en dispositivos espaciales creados por la NASA y por el Programa Espacial Soviético y otra, en submarinos activos durante la Guerra Fría. Además, presenta una serie de obras bidimensionales en papel y tela, y elementos de referencia que se despliegan como un archivo documental o laboratorio, elaborando un juego entre los conceptos de espionaje y consulta. Inspirado en los mercados informales, en el comercio ambulante y en la arquitectura marginal, reta al espectador para que forme parte de este bello sueño centro-americano de encontrar la paz, que, a la vez, es una angustiosa pesadilla para aquellos poderes a los que les conviene la debilidad y la separación de América Central.

1. Chase, M. (s.f.). The End of an Era: The Cold War in El Salvador and Cuba. NACLA. Recuperado de http://nacla.org/news/end-era-cold-warel-salvador-and-cuba

2. Rouquié, A. (1994). Guerras y paz en América Central. Editorial Fondo de Cultura Económica: México. p.12.

3. Rouquié, A. (1994). Guerras y paz en América Central. Editorial Fondo de Cultura Económica: México. p. 15.

Since 2011, Simón Vega has been developing this series related to the effects of the Cold War in Central -America, in El Salvador in particular. The largest works are social sculptures, as he himself calls them -a nod to Joseph Beuys- as they are built and come alive with the active participation of the viewer. The two-dimensional format is also important, drawings on paper and canvas posing in informal assemblies in which he includes live plants, light and objects.

Documentation and the process are vital to his projects, since the amount of sketches is substantial and allows us to understand the links the artist makes between politics, the discourses of both East and West, and the disparities of life in the Third World, represented by waste material and found objects, typical of informal architecture. “Ours are volcanic, volatile countries with unstable economies, but we are very warm people with a great sense of humour”, is how Vega refers to his view of Central America.

Space capsules - the leitmotiv of this series -are translated using the language of “arte povera”; they are parodies that, on the one hand, make you laugh, but on the other invite the viewer to reflect on the boundaries between the First and the Third World. These “portray Central-America as a region with dreams of technological progress and modernity, which is trapped in its own cultural, social and economic limits, but which does not lack humour and creativity. These works speak of the history of Central America and how it relates to the world and the history of space exploration but, on another level, it also speaks of human isolation in today’s highly technological societies despite the illusion of social interaction through digital technology” says the artist.

When the Americans and the Russians discovered this tiny piece of soil, they saw their most profound ideologies alight, a perfect pretext for settlement. For some, the “backyard” (a concept that has dragged on since a century ago [America’s Backyard]), for others, the base nearest to the house of the enemy. In this lush plot of land we grew bananas and coffee for them in exchange for cruelty, military coups, dictatorships, counterinsurgents states, dependent and partisan politics, indiscriminate corruption, and the institutional bitterness reflected by institutions that were a facade. Although promises of a better world rained down, history could be translated into two words: guerrilla warfare and revolution.

Central-America has been a chess game of wars and peace, and has been marked as such since the time of the Conquest, but this became further entrenched largely since 1945 with the start of the Cold War, as World War II came to an end. Central America became a two-tone pie that the United States and the former Soviet Union (Union of Soviet Socialist Republics - USSR) fought over; the icing wanted to be blue, but also red. The gringo empire (or Western Bloc, as it is officially known) adorned its victories with the imposition of globalisation (through financial support and arms) and the Communists (Eastern Bloc) did so using the same tools but different tactics.

The warm utopias and fleeting promises were plentiful, and the ideological imposition of each side “won”. This triumph was a facade, of course. The struggle between the two sides turned into a cruel bloodbath and a polarization that still remains to this day; time has been an accomplice and history itself has silenced this complex divide. The result was the same, regardless of the dominant colour. Why?

Since 1945, and up to 1991, these two superpowers commanded world order on issues of economic policy, military operations, foreign affairs, cultural exchange and even sports. Science and technology (in which space explorations were a core component) revealed a crucial aspect. The so-called “Space Race” (developed between 1950 and 1980) served as a pretext for research into military technology of mass destruction, and therefore represented an analogy between technology and arms.

The nuclear war issue had created a lot of tension; the fear of nuclear escalation described the confrontation as “cold”. But in between there were several indirect conflicts, such as the wars in Vietnam, Korea, Afghanistan and El Salvador. All of these were attempts by the yankees to stem the advance of Communist ideology. The accumulation of nuclear weapons and ballistic missiles (air and submarine) was absurd.

Despite the dissolution of the USSR and the empowerment of the United States as the only global superpower, here in the Central American yard - or two-tone cake - the issues of guerrilla warfare, dictatorships and revolutions have been a constant. “Throughout the 1990s, the US government’s strategy toward Latin America emphasised economic integration through free trade, the regulation of migration and the war on drugs. However, Cuba and El Salvador appeared to be the two countries in Latin America where the Cold War remained”.1 The historic humiliation - with emphasis on the political and social spheres - has marked the “open veins” that have not healed despite the passing of time. For decades Central America has constituted the ring in which ideological struggles have been played out; as the saying goes “war wants ideas”.

The utopias of the Cold War, mixed with elements of humour, creativity for survival and issues related to the economic poverty in Central America, are the components that make up the work of the Salvadoran Simón Vega. “The bombings and these space ideas of the great and cold superpowers, crash-land and are developed halfway between cornfields and coffee plantations in the Central American tropics”, says the artist, who has experienced first-hand the reality of one of the countries hardest hit by the devastation left by the capitalist and socialist blocs.

The appropriations he makes of spaceships allow us to read between the lines on issues such as firing squads, the economic marauding of the corrupt, the modernisation of the economy, power struggles, political repression, social unrest and the triumphant imposition of their role models; but also with regard to humour, misinformation, ingenuity and the functionality of the informal market and street vending. Vega skillfully interweaves the past and the present, cutting-edge technology and reusable scrap metal, and the comedy and tragic reality of our times. He reveals the “Macondos erected as nations”, in the words of Alain Rouquié2 .

His proposal, at once immersive and sensory, evokes nostalgia for the “old days”: before the ‘events’, before guerrilla warfare, before the Sandinistas... For the idyllic time where everyone knew their place. In which coffee, sugar and bananas sold well, and the “social issue” was a matter of politics and muscular foremen.”3 His work amuses, excites and invites discovery, but it also validates the reality of our time and shows how the lack of political judgment and its ineffectiveness is still relevant, as demonstrated by Nicaragua’s recent purchase of war tanks from Russia (2016), the drug trafficking between South and North America, the repeated military coups in Honduras, illiteracy, crime on the ghost streets of Guatemala, extreme poverty and hunger, gangs in the northern triangle, discrimination in Belize, the drastic impact of climate change, gender violence and vulnerable groups, the increase in the cost of visas for Costa Ricans, the tax haven that is Panama...the aftermath of the Cold War that are only just beginning to bubble up to the surface in this land.

Central America is a difficult region; it is home to some of the countries with the greatest inequalities in the world. In Vega’s opinion, being Central American is “like living in a submarine. A submarine with one part that emerges as a tropical paradise and the other below where all manner of dark, hidden, illegal and violent situations occur. It is like being a single ship but a disconnected one, with inaccessible compartments and other secrets. In 2016, communications are better, we are aware of what happens in other parts of the submarine, but we cannot always access them. It is like hearing the sounds of sirens mixed with others of cumbia music; like seeing the light, being happy and, at the same time, being afraid. Being in the present and in the past but towards the future, not able to see beyond one’s hand.”

It is not possible to comprehend the reality of Central America without taking

into account the East-West conflict, and the transformations and turmoil that emerge and submerge as a result of American and Russian-Soviet generosity. The fascination this land holds for these powers is what has allowed for its development, but that is, at the same time, charged with a huge moral challenge.

Based on this, Vega lays aside the North-South divide and explores the East-West dimension. He takes wartime and peacetime and creates three social sculptures, two based on space devices created by NASA and the Soviet Space Programme, and another in submarines that were active during the Cold War. He also presents a series of two-dimensional works on paper and canvas, as well as elements of reference that are deployed as a documentary archive or laboratory, toying with the concepts of espionage and consultation. Inspired by the informal market, street vendors and marginal architecture, he challenges the viewer to take part in this beautiful Central American dream of finding peace, but a fearful nightmare for those powers for whom a weak and divided Third World is in their interests.

2.

3.

1. Chase, M. (s.f.). The End of an Era: The Cold War in El Salvador and Cuba. NACLA. Recovered from http://nacla.org/news/end-era-cold-warel-salvador-and-cuba
Rouquié, A. (1994). Wars and peace in Central America. Editorial Fondo de Cultura Economica: Mexico. p.12.
Rouquié, A. (1994). Wars and peace in Central America. Editorial Fondo de Cultura Economica: Mexico. p. 15.

Así como las misiones Apollo llegaron a la Luna, en un extremo de la Sala 2 descendió el Sputnik titulado LK Maizal Vodka-Bar, escultura que parece haber aterrizado en cualquier campo de maíz en Centro-América, aunque también pudo haber sido en un frijolar, un cafetal o un bananal. La pieza emitía, como si de un gran parlante se tratara, un discurso en ruso dictado por Nikita Kruschev, acerca de la globalización y del comunismo. Alternado a este, se escuchaba el potente himno de la URSS. La pieza fue construida con materiales de desecho como hojalatas y decorada con frascos plásticos, plantas y demás utilería de uso popular centroamericano.

La escultura, rodeada de una pared roja, se activó durante la inauguración, cuando los visitantes pudieron beber refresco de flor de Jamaica y vodka, como si fuera un bar autoservicio que aludía al estereotipo ruso del consumo constante de este destilado. Durante las semanas, las plantas de maíz nacieron, crecieron, murieron y volvieron a nacer.

Just as the Apollo missions reached the Moon, one end of Hall 2 witnessed the descent of the Sputnik entitled LK Maizal Vodka-Bar, a sculpture that seems as though it could have landed in any Central American cornfield, or, for that matter, any bean field, or coffee or banana plantation. As if it were a huge loudspeaker, the piece broadcast a speech in Russian on globalisation and communism delivered by Nikita Khrushchev. Alternated with this was the powerful national anthem of the USSR. The piece was built out of scrap material such as tinplate and decorated with plastic jars, plants and other props commonly used in Central America.

The sculpture, surrounded by a red wall, was activated during the opening, when visitors could sip on hibiscus flower soft drinks and vodka, as if it were a self-service bar alluding to the Russian stereotype of constant consumption of this spirit. During the following weeks, the corn plants sprouted, grew, died and grew again.

- activación de la pieza / Activation of the work -

Vehículo Lunar LKMZ-VB 2.1

LK Maizal Vodka Bar

Escultura Social Soviética de Comunicación

Panfletaria e Injerencia Social Largo x Ancho x Alto: 3 x 3 x 3 metros

Diámetro (cápsula) 1 metro

Propulsión: Vodka Chan Powered Turbo Jamaica

Gasolina: Vodkas Rostoff, Nikolai, Petrov, Troika, Vladislav & Smirnoff

Secciones: Módulo principal + fully stocked, self-service Vodka Bar

Suspensión: Bambú-Hidráulica

Dispositivo Sonoro de Indoctrinación Comunista

Programa:

-Himno de la U.R.S.S.

-Discurso de Nikita Kruschev acerca de la expansión global del comunismo

-Colección de Polkas rusas

Oficial al mando: Camarada Mariam López

- detalle / detail -
- detalle / detail -
- detalle / detail -

Vehículo Lunar ABRV-PB 2.2

Apollo Beach Rover Photo Booth

Escultura Social de Imagen Física

& Capitalismo Playero

Largo: 3 metros

Ancho: 1.5 metros

Alto: 3 metros (con antenas)

Propulsión: Gaseosa

Gasolina: Coca-Cola y Pepsi

Chasis: madera, 2 asientos playeros + sección de props

Navegación: Manual con sistema de T.V. local

Suspensión: Neumática

Dispositivo Sonoro de Lavado Mental Materialista

Programa:

-Kokomo, Surfin Usa, The Beach Boys

-California Girls, David Lee Roth

-Born in the U.S.A., Bruce Springsteen

-In the Summertime, Shaggy

-Satellite Baby, Skip Stanley

-Sweet Home Alabama, Lynyrd Skynyrd

Oficial al mando: Coronel Johnny Paniagua

Al otro lado de la Sala 2, envuelta por una gran pared azul y con una luz focal muy fuerte, se evocaba una playa estadounidense en la que descansaba un carrito. El Apollo Beach Rover Photo Booth era una estación para descansar, jugar y tomarse fotografías. Los visitantes podían disfrutar de una cantidad de props (implementos) como toallas, gafas, sombreros, collares y cremas bronceadoras, además de consumir Coca-Cola y Pepsi.

La lúdica escultura retumbaba, al mejor estilo playero, con música estadounidense de los años 50 hasta los 90, de carácter divertido, ligero y consumista del capitalismo, de artistas pop como The Beach Boys, Skip Stanley, Bruce Springsteen, Shaggy y otros más. Esta pieza significó un centro de reunión y diversión para los visitantes.

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On the other side of Hall 2, surrounded by a large blue wall and with a very strong spotlight, was an evocation of an American beach with a cart resting on it. The Apollo Beach Rover Photo Booth was a spot for resting, playing and taking pictures. Visitors could enjoy a variety of props such as towels, sunglasses, hats, necklaces and tanning lotions, as well as drinking Coca-Cola and Pepsi.

The playful sculpture reverberated, in the best beach style, with American music from the 50s to the 90s, reflecting the fun, light-hearted, consumer-driven nature of capitalism, and of pop artists such as The Beach Boys, Skip Stanley, Bruce Springsteen and Shaggy, among others. This piece constituted a meeting point and entertainment spot for visitors.

- Dibujo Blueprint / Blueprint Draw -
- Tienda popular / Popular store -

- detalle / detail -

- detalle / detail -

- activación de la pieza / Activation of the work -

Centro América -escrito así, separado- parece ser una región desunida y heterogénea. Esta escultura parecía, a lo lejos, un gran barco diseccionado y oscuro; pero al adentrarse en ella el espectador descubría colores, sonidos, videos, juegos y reliquias cotidianas. Todo entrelazado entre sí.

En la proa se podían observar películas estadounidenses que relataban desde el estereotipo americano, las secuelas de la Guerra Fría. Se trataba de éxitos taquilleros internacionales, tales como Rambo y Rocky. Seguido, un periscopio “comunicaba” con lo que se encontraba en la planta de arriba, la Sala 4, simulando un espionaje llevado a cabo desde las profundidades del Tercer mundo. Debajo de este, se ubicaba un tablero de música que activó el día de la inauguración el artista y DJ Alejandro Ramírez, y emitía sonidos de submarinos y radares mezclados con himnos soviéticos y ritmos bailables tropicales.

El tercer módulo del submarino ofrecía juegos de mesa “hechizos”, o sea, construidos con materiales de desecho o rudimentarios, para que los visitantes pudieran aprovechar ociosamente el viaje por las profundidades de la cultura centroamericana. En la popa se ubicaba un altar metafórico de la cultura popular: una Nigüenta (figura costarricense representativa de la suerte) rodeada de recipientes con arroz, frijoles y maíz, símbolos de prosperidad y buenas cosechas.

Central-America -written thus, separated- appears as a disjointed region and very different internally. From a distance, this sculpture looked like a large dark dissected ship; but on entering it the viewers discovered colours, sounds, videos, games and everyday relics. All intermingled.

At the bow you could watch American movies that showed the stereotypical American view of the aftermath of the Cold War; blockbuster international hits such as Rambo and Rocky. Next up was a periscope that “communicated” with what was on the top floor, Hall 4, simulating espionage carried out from the depths of the Third World. Underneath this was a music board that was activated on the day of the opening by the artist and DJ Alejandro Ramirez, emitting sounds of submarines and radars mixed with Soviet national anthems and tropical danceable rhythms.

The third module of the submarine offered “homemade” board games, in other words, rudimentary ones made with waste material so that visitors could while the time away taking advantage of the trip through the depths of Central American culture. At the stern was a metaphorical altar of popular culture, a Nigüenta (Costa Rican figure representing luck) surrounded by containers of rice, beans and corn, the symbols of prosperity and good harvests.

- detalle / detail -
- detalle / detail -
- 1 Raggafunkyparty bolchevique style. Intervención sonora de Alejandro Ramírez / Raggafunkyparty bolchevique style. Sound intervention by Alejandro Ramírez 2 & 3 detalle / detail 4 & 5 activación de la pieza / Activation of the work -

Vehículo SCASS S/3.0

Submarine Sound System Centro-América

Escultura Social de Paso Seccionado y Entretenimiento Balístico

Largo: 20 metros

Diámetro 2 metros

Propulsión: Sonora Cumbia Mix

Secciones: 5 países, dimensiones variables

Sección I / Proa: Sala de Cine

Ciclo: Cómo entendí la Guerra Fría a través de Hollywood

Programa:

-Rocky IV

-Rambo 2

-Rojo Amanecer

-Invasion USA

-Dr. Strangelove

Sección II y III / Sala de Cumbia Control

Sección IV / Sala de Juegos. Tecnología de punta: Jenga & Battleship tercermundistas

Sección V / Popa / Capilla La Nigüenta. Motor de Fe y Creencias

Oficial Sonoro al mando: Capitán Naval

Alejandro Ramírez

Centro de Investigaciones Amateur (CIA)

División de Archivos Perdidos (DIAPER)

Edificio de Inteligencia Superior

Cuestionable, 4to piso, Sala 4 INSUCU 4/4

Locación: Confidencial

Personal: Confidencial / Polarizado

Paisaje Sonoro: en colaboración con el Capitán Naval Alejandro Ramírez

Programa:

-Grabaciones Clandestinas de Radio

Venceremos, El Salvador, 1984

-Punchis Punchis

Secciones:

Sección I / Oficina Roja de Investigación y Desarrollo Balístico: Cápsulas, diseño, producción, referentes. Se hacen recargas

Sección II / Centro Republicano Nacionalista de Balística y Base de Despegue: rockets, cohetes y cuetes

Sección III / Base Naval de Desarrollo

Submarino y Negociaciones “Debajo de Agua”: submarinos, mercados ambulantes, camuflaje ‘Razzle Dazzle’.

Sección IV - Módulo de Indoctrinación y Educación Investigativa

Oficial al mando: Teniente Coronel Osvaldo López

La sala 4 aparentaba un archivo secreto, a saber, el Centro de Inteligencia Amateur (CIA) y la División de Archivos Perdidos (DIAPER), en donde se dejaba de lado lo experiencial de las salas anteriores y se convertía en un espacio de consulta para el visitante.

Ambientada -también por colaboración de Alejandro Ramírez- traía al presente grabaciones de Radio Venceremos (radioemisora clandestina salvadoreña que, durante la guerra civil, fue la voz del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) mezcladas con sonidos de la campiña y cumbia. Aquí se encontraban fotografías, bocetos y estudios hechos por el artista, tanto para el montaje de la presente exposición como para otras realizadas de la misma serie Tropical Space Proyectos.

Hall 4 looked like a secret file, namely the Amateur Intelligence Center (CIA) and the Division of Lost Files (DIAPER), where the experiential nature of the previous halls was set aside and became a space for consultation for visitors.

Alejandro Ramírez once again collaborated to set the scene, which included recordings by Radio Venceremos (We Shall Overcome) (a secret Salvadoran radio station that was the voice of the Farabundo Marti National Liberation Front during the civil war) mixed with the sounds of the countryside and cumbia. Also included were photographs, sketches and studies made by the artist, both for this exhibition and for others that make up the same series: Tropical Space Projects.

PROJECT MERCURY CAPSULE

Vehículo Espacial TMC 1 & 2

Largo: 2.50 metros

Diámetro: 160 cms.

Tripulante: 1

Propulsión: a chorro

Secciones: 3

Proa y antenas

Media: T.V.; simulador climático (ventilador); receptor de banda ancha, stereo mini componente.

Agarra Canales: 8 y 10 y Radio Nacional

Misiones:

1 Tropical Mercury Capsule

Project sketch. Graphite on paper. 18 x 26 cms. 2012

2 Tropical Mercury Capsule (detalle interior)

3 Tropical Mercury Capsule

Installation at MARTE Museum, San Salvador, El Salvador. 2012-2013

PROJECT VOSTOK / SPUTNIK NY-Z

Vehículo Espacial SNY-Z11, 3WS

Sputnik NY-Z. Mission NY 2011

Diámetro 120 cms.

Third World Sputnik, Mision Venezia 2013 Diámetro140 cms.

Propulsión: Diesel

Tecnología: Análoga. T.V. monitor, stereo radio CD player, sistema de simulador climático (ventilador)

Audio: Soundscape Mercado Central

Misiones:

4 Sputnik NY-Z

El Museo del Barrio, Socrates Sculpture Park, The S-Files NYC. 2011

PROJECT GÉMINIS

Vehículo Espacial GDCC BG

Largo: 4 metros

Diámetro Sección A: 1.60 metros

Diámetro Sección B: 2.30 metros

Propulsión: Gasolina Súper

Tecnología: Artesanal con Lounge tropical

Vajilla: Plata

Misiones:

5 Géminis Dúplex Chanti Capsule

Sint-Niklas, Bélgica, 2016. Coup De Ville 2016

6, 7 y 8 Géminis Dúplex Chanti Capsule

(detalle interior)

- 1 Militar salvadoreño / Salvadoran military 2 Comandante Simón Vega / Commander Simón Vega 3 Afiche ruso / Russian cartel 4 General en Jefe de la Base Espacial MADC 1 Daniel Soto / General in Chief of Space Base MADC 1 - Daniel Soto 5. Belka & Strelka 6 Bosco, perro del Comandante Simón Vega / Simón Vega’s can 7 El vehículo Apollo 15 en la Luna en 1971 (NASA) / The Apollo 15 Lunar Roving Vehicle on the Moon in 1971 (NASA) 8 Apollo Beach Rover Photo Booth 9 Astronautas de la NASA del Apollo 16 y Apollo 17 / Apollo 16 and Apollo 17 NASA astronauts 10 Equipo especial de la Base Espacial MADC 1 / Spacial Base MADC 1’s Special Team -

EQUIPO MADC 2016: Dirección: Fiorella Resenterra | Administración: Susana Cascante Curador jefe: Daniel Soto Morúa | Curadora adjunta: Adriana Collado-Chaves | Comunicación, producción y diseño web: Eunice Báez | Área educativa: Antonieta Sibaja | Diseño gráfico y fotografía: Adriana Artavia | Contabilidad: Jonathan Carrillo | Bienes y contrataciones: Esteban Vásquez | Museografía y registro de colección: Osvaldo López | Recepción: Jossette Zuñiga Encargado de taller: Johnny Paniagua | Custodios y montaje: Sandra Lezcano, André Reyes, Arturo González y Pedro Rosales | Servicios Generales: Leonard Calderón.

JUNTA ADMINISTRATIVA MADC 2016: Presidenta: Sylvie Durán | Vicepresidenta: Karina Salguero Secretaria: Loida Pretiz | Vocal 1: Jurgen Ureña | Vocal 2: María José Chavarría.

JUNTA NACIONAL DE CURADORES: Eunice Báez | Adriana Collado-Chaves | María José Chavarría Rolando Barahona-Sotela | Fernando Ramírez | Marta Rosa Cardoso | María José Monge | Fiorella Resenterra | Daniel Soto Morúa | Diego Van der Laat.

JUNTA FUNDACIÓN PRO MADC 2016: Presidente: Karina Salguero | Secretaria: Adriana Gómez Tesorera: Gisela Salazar | Vocal 1: Jurgen Ureña | Vocal 2: Michelle Giustiniani.

CRÉDITOS DE ESTA PUBLICACIÓN: Conceptualización del catálogo: Daniel Soto Morúa & Simón Vega Texto de presentación: Fiorella Resenterra | Textos: Daniel Soto Morúa | Diseño gráfico: Adriana Artavia & Daniel Soto Morúa | Fotografía: Archivo del artista & Adriana Artavia.

AGRADECIMIENTOS: Quisiera agradecer a Fiorella Resenterra por la invitación a despegar desde el maravilloso espacio del MADC y utilizar todas las salas disponibles, por su trato entusiasta, respetuoso y amistoso. A Daniel Soto en Mission Control por una comunicación clara y un despegue fluido en pro de una serie de misiones productivas. A todo el equipo del MADC, cada una de estas personas merece mi agradecimiento y respeto por su efectividad, profesionalismo y sobre todo su camaradería y buena disposición, en especial a Osvaldo López y Johnny Paniagua; el proceso no solo fue ordenado y efectivo sino sumamente divertido y disfrutable. A Laura Delgado por su ayuda en producción. Un sonoro agradecimiento a Alejandro Ramírez, fabuloso artista y amigo con quien colaboré para el arte-sonido de salas 3 y 4. A Edgar León por organizar un bello taller con niños surfeadores de Limón y Puerto Viejo. A Christian Lesko y Casa Botánica por la apertura y hospitalidad. A mi copiloto de vida y misiones espaciales e incansable asistente y productora Mariam López.

CON EL APOYO: Christian Lesko & Casa Botánica.

MUSEO DE ARTE Y DISEÑO CONTEMPORÁNEO. Ministerio de Cultura y Juventud. Ubicado en el Centro Nacional de Cultura. Avenida 3, calles 11 y 15, San José, Costa Rica. info@madc.cr | www. madc.cr | Teléfonos (506) 22579370, (506) 22223489. Fax (506) 22578702, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS MADC 2016.

El concepto y diseño de este catálogo está basado en los Reportes de Misión de la NASA de los años 60 y en el catálogo Mission Report de la exposición individual de Simón Vega Exploraciones Espaciales del Tercer Mundo en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica, en 2016-2017. Agradecemos al MADC unirse a la continuación conceptual de este diseño.

Comandante General de la Base Espacial Y.ES 2 Fundador / Presidente: Mario Cader-Frech

Tripulantes de la Base Espacial Y.ES 2 Equipo de Y.ES: Patricio Majano & Omar López-Chahoud

Comandante Artista: Simón Vega

Camarada Diseñador gráfico: Daniel Soto Morúa

The concept and design of this catalogue is based on NASA Mission Reports from the 1960s and on the Mission Report catalogue of Simón Vega’s solo show Third World Space Explorations at the Museum of Contemporary Art and Design of Costa Rica in 2016-2017. We thank MADC for joining in the conceptual continuation of this design.

General Commander of Base Espacial Y.ES 2 Founder + Chairperson: Mario Cader-Frech

Base Espacial Y.ES 2 Crew Members Y.ES Team: Patricio Majano & Omar López-Chahoud

Commander Artist: Simón Vega

Comrade Graphic Designer: Daniel Soto Morúa

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Otras ficciones espaciales

Miguel A. López.

Palm 3 World Station Territorio: Coachella, United States of America.

Apollo Soyuz Chapultepec Territorio: Guatemala City, Guatemala.

Tropical Space Hostal Territorio: Mexico City & Tulum, Mexico.

Mercado Modular de Ideas Territorio: Paris, France.

Moon Rabbit Lunar Rover Territorio: Suzu City, Ishikawa, Japan.

Tropical Paradise Colonial Spacesuits

Trash Wars / TrashFormers Exploraciones en la Ciencia Ficción.

Confidencial / anexos ultra secretos Blueprint series & Diagramas Técnicos.

Simón Vega:

Otras ficciones espaciales

Hace quince años, Simón Vega empezó a desarrollar Tropical Space Proyectos, una serie de esculturas que toman como punto de partida las múltiples formas de tecnología espacial surgidas desde 1957. Aquel año, la Unión Soviética puso a orbitar Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, dando origen a la Carrera Espacial –uno de los principales ejes de la batalla política, científica y militar de la Guerra Fría. Si bien las obras del artista se inspiran en los múltiples diseños y sistemas de ingeniería creados durante esas varias décadas, sus obras no están interesadas en el perfeccionamiento científico sino en explorar la cara oculta de esos sueños y fantasías tecnológicas.

Vega observa y reescribe los relatos de la Carrera Espacial desde un lugar específico: Centroamérica, una región que durante esos mismos años fue devastada por conflictos armados, gobiernos militares y dictaduras apoyadas principalmente por Estados Unidos en la defensa de sus intereses imperialistas y la llamada lucha anticomunista. Así, en sus obras, la llamada batalla por la “conquista del espacio” es contrapuesta con los efectos de esa guerra ideológica en las realidades tropicales de los países centroamericanos. Ello incluyó formas de expansionismo y control territorial que socavaron las demandas de soberanía en cada país y modelaron las relaciones sociales con miedo y violencia. Las naves y vehículos que el artista ha venido creando funcionan también como un termómetro de los cambios de nuestro vínculo con el imaginario espacial: desde las promesas tempranas de modernización que abundan en el siglo XX hacia un momento muy distinto, en este siglo, en donde los viajes interespaciales responden a una sensación generalizada de urgencia por escapar de un planeta al borde del colapso ecológico.

Construidas habitualmente con materiales de desecho encontrados en los lugares en donde las exhibe, sus cápsulas espaciales colocan también una reflexión aguda sobre los procesos de (auto)construcción, es decir, la producción de espacios arquitectónicos a través de métodos informales y elementos precarios que muchas familias de la clase trabajadora han implementado en América Latina y el Sur Global. En sus experiencias escultóricas, la tekné responde a un saber popular que surge de la necesidad por encontrar condiciones de habitabilidad frente a la desigualdad estructural que modela la vida de muchos países del continente. Muchas de sus esculturas incorporan así formas estéticas y métodos de construcción que desde la perspectiva del racionalismo occidental fueron consideradas incivilizadas o premodernas.

Una característica importante de sus obras es que estas fueron concebidas desde un inicio como lugares en donde los visitantes pueden ingresar, como si pudieran residir en ellos e incluso activar distintos dispositivos (sonoros, fílmicos, entre otros) en su interior. Las personas no son pensadas como testigos distantes –como si tuvieran que ver nuevamente las misiones espaciales desde la pantalla del televisor–sino invitadas a imaginarse como parte de esas experiencias y preguntarse por su lugar frente a esos procesos de especulación tecnológica.

Si bien muchas de las piezas tempranas del artista se dedicaron a explorar la historia de esos primeros vehículos espaciales de la Guerra Fría, como la estación espacial Mir diseñada en 1971 o el encuentro de las cápsulas Apollo (NASA) y Soyuz (Programa Espacial Soviético) en 1975, sus nuevos proyectos parecen interesados en reinterpretar los proyectos actualmente en marcha, como el diseño de un hotel espacial desarrollado por el Russian Space Agency o el automóvil Lunar Cruiser diseñado por Toyota para acompañar un hipotético primer asentamiento humano en la Luna en 2029. A diferencia de sus esculturas que revisitan el pasado, las nuevas obras de Vega elaboran sobre el deseo renovado de colonización humana del espacio exterior –una idea que en menos de un siglo ha pasado de la ciencia ficción al campo de exploración científica real.

Cargadas de humor y fina ironía, estas obras recientes de Vega subrayan también cómo estos deseos son espejos de anhelos imperialistas históricos. La nueva era espacial multimillonaria que se despliega ante nuestros ojos es impulsada por magnates tecnológicos soñando con colonias en Marte y nuevos métodos para extraer recursos de otros planetas para la supervivencia humana. Pero frente a la visión occidental que entiende, en gran medida, el desarrollo tecnológico como una forma de dominación del planeta, el artista propone otras maneras de pensar la tecnología. Al promover el encuentro, la participación y las relaciones interpersonales, sus esculturas parece insistir en que la única promesa de futuro reside en la creación de nuevas formas de articulación y un reconocimiento de nuestra interdependencia. Frente a la idea de la tecnología como un universal científico, o como una herramienta diseñada para generación de extracción y plusvalía, las esculturas de Vega reclaman una noción de tecnología entrelazada con las personas, la comunidad y la tierra en que habitamos. Un ejemplo de ellos es su Mercado modular de ideas, el cual es una mezcla de arquitectura, mobiliario y plataforma espacial que funciona como jardín y espacio de descanso, encuentro y conversación.

La obra de Simón Vega busca estimular otras fantasías espaciales: fantasías no definidas por las visiones apocalípticas del colapso planetario ni por las lógicas de expansión imperialista que ven en cualquier territorio (terrestre o extraterrestre) un lugar para la extracción y la explotación. Su obra ensaya, en cambio, ensamblajes lúdicos y sensuales en donde la arquitectura, la ingeniería y el cuerpo se entienden como una continuidad viva. Frente a una economía global que bajo el capitalismo neoliberal no para de incrementar su velocidad, las estaciones y vehículos espaciales del artista parecen diseñados para invitarnos a desacelerar. Sus esculturas no son un llamado para abandonar el planeta Tierra sino más bien una exhortación a quedarnos aquí y regenerar los sistemas que hacen sostenible la vida: tocar la tierra húmeda, reconocer nuestra relación con otros cuerpos y entablar una relación fraterna con todo lo que nos rodea.

Fifteen years ago, Simon Vega began developing Tropical Space Projects, a series of sculptures that took as its starting point the multiple forms of space technology that emerged since 1957. In that year, the Soviet Union launched Sputnik 1, the first artificial satellite in history, which initiated the Space Race – one of the principal axes of the Cold War’s political, scientific and military battle. Although the artist’s works are inspired by the multiple designs and engineering systems created during those several decades, his works are not concerned with scientific improvement but with exploring the hidden side of those technological dreams and fantasies.

Vega observes and rewrites the narratives of the Space Race from a specific place: Central America, a region that during those same years was devastated by armed conflicts, military governments and dictatorships supported mainly by the United States in defense of its imperialist interests and the so-called anti-communist struggle. Thus, in his works, the so-called battle for the “conquest of space” is contrasted with the effects of that ideological war on the tropical realities of the Central American countries. This included forms of expansionism and territorial control that undermined the demands for sovereignty in each country and shaped social relations with fear and violence. The ships and vehicles that the artist has been creating also function as a thermometer of the changes in our connection with the space imaginary: from the early promises of modernization that abound in the 20th century to a very different moment in this century, where interspace travel responds to a widespread sense of urgency to escape from a planet on the verge of ecological collapse.

Typically constructed from discarded materials found in the places where they are exhibited, his space capsules also reflect sharply on the processes of (self) construction, that is, the production of architectural spaces through informal methods and precarious elements that many working-class families have implemented in Latin America and the Global South. In his sculptural experiences, the tekné responds to popular wisdom that arises from the need to find habitable conditions in the face of the structural inequality that shapes life in many countries on the continent. Thus, many of his sculptures incorporate aesthetic forms and construction methods that were considered uncivilized or premodern from the perspective of Western rationalism.

An important characteristic of his works is that they were conceived from the beginning as places where visitors can enter, as if they could reside there and even activate different devices (sound, film, etc.) inside. People are not conceived as distant witnesses – as if they had to watch space missions again from the television screen – but rather invited to imagine themselves as part of these experiences and to ask themselves about their place in the face of these processes of technological speculation.

While many of the artist’s early pieces were dedicated to exploring the history of those first Cold War space vehicles, such as the Mir space station designed in 1971 or the rendezvous of the Apollo (NASA) and Soyuz (Soviet Space Program) capsules in 1975, his new projects seem interested in reinterpreting projects currently underway, such as the design of a space hotel developed by the Russian Space Agency or the Lunar Cruiser automobile designed by Toyota to accompany a hypothetical first human settlement on the Moon in 2029. Unlike his sculptures that revisit the past, Vega’s new works elaborate on the renewed desire for human colonization of outer space – an idea that, in less than a century, has moved from science fiction to actual scientific exploration.

Full of humor and sophisticated irony, Vega’s recent works also highlight how these desires mirror historical imperialist yearnings. The new multi-billion dollar space age unfolding before our eyes is driven by technology magnates dreaming of colonies on Mars and new methods of extracting resources from other planets for human survival. However, in contrast to the Western view that broadly understands technological development as a form of domination of the planet, the artist proposes other ways of thinking about technology. By promoting encounter, participation and interpersonal relationships, his sculptures seem to insist that the only promise for the future lies in the creation of new forms of articulation and a recognition of our interdependence. In contrast to the idea of technology as a scientific universal, or as a tool designed to generate extraction and surplus value, Vega’s sculptures call for a notion of technology intertwined with people, community and the land we inhabit. An example is the Modular Market of Ideas, a mix of architecture, furniture and a space platform that functions as a garden and a space for rest, encounter and conversation.

Simón Vega’s work seeks to stimulate other space fantasies: fantasies not defined by apocalyptic visions of planetary collapse or by the logic of imperialist expansion that sees any territory (terrestrial or extraterrestrial) as a place for extraction and exploitation. His work instead practices playful and sensual assemblages where architecture, engineering and the body are understood as a living continuity. Faced with a global economy that continues to increase its speed under neoliberal capitalism, the artist’s space stations and vehicles seem designed to invite us to slow down. His sculptures are not a call to abandon planet Earth but rather an appeal to stay here and regenerate the systems that make life sustainable: to touch the wet soil, to recognize our relationship with other bodies and to establish a fraternal relationship with everything that surrounds us.

Palm 3 World Station

mission 1:

Palm 3 World Station

Territorio: Valle de coachella, estados unidos de américa.

Por: simón vega

La Palm 3 World Station de Simón Vega es la escultura más grande de su serie Tropical Space Proyectos, que habla de los efectos de la Guerra Fría en América Central a través de sus visiones irónicas y humorísticas de la Carrera Espacial. Esta estación espacial del Tercer Mundo representa su interés en los vehículos espaciales que escapan a las catástrofes, así como su preocupación por quién se quedará atrás. La escultura, basada en la estación espacial soviética MIR, mide 45 metros de largo, 24 metros de ancho y 15 metros de alto. Tiene 30 módulos que contienen todos los elementos típicos de los barrios marginales de su natal El Salvador: minimercados, pupuserías, apartamentos con televisores encendidos, tendederos de ropa, luces parpadeantes, silbantes tuberías de gas, sirenas y personas viviendo en una colorida precariedad. Estos materiales y motivos contrastan marcadamente con la tecnología del espacio y resaltan la desigualdad económica y los efectos de una sociedad polarizada.

El proceso de construcción de esta escultura tomó más de 6 meses de investigación, diseño y planificación, mientras que la construcción en sí se llevó a cabo en aproximadamente 4 meses con más de 10 trabajadores en todo momento y un equipo total de más de 40 trabajadores de la construcción y especialistas.

La enorme cantidad de materiales necesarios para esta escultura monumental se obtuvo principalmente de depósitos de chatarra en el Valle de Coachella, así como láminas de metal corrugado nuevas y añejadas. Para surtir la tienda, el mini súper y la ferretería de la esquina, se enviaron materiales específicos desde El Salvador.

Madera, lámina metálica, materiales y objetos encontrados y reciclados, plantas vivas, iluminación, humo. 50 x 24 x 12 metros. 2018.

Fotografías: Heinz Köbernik 2018; excepto en fotografía 4 (Watchara Photo).

territory: Coachella Valley, Usa.

Simón Vega’s Third World space station is the largest sculpture in his Tropical Space Proyectos series commenting on the effects of the Cold War in Central America through his ironic and humorous views on the Space Race. This Third World space station represents his interest in catastrophe-escaping space vehicles as well as his concern about who will be left behind. The sculpture, based on the Soviet space station Mir, is 150 feet long, 80 feet wide, and 50 feet tall. It has 30 modules containing all the trappings of shanty towns in his native El Salvador: mini marts, pupuserias, apartments with TVs left on, clothing lines, flickering lights, hissing gas lines, sirens, and people in “happy poverty.” These materials and motifs draw a sharp contrast to the technology of space and punctuate the economic inequality and effects of a polarized society.

The process for building this 150 feet long and 40 feet high sculpture took over 6 months in research, design and planning, while the construction itself was carried out in approximately 4 months with over 10 workers at all times and a total crew of over 40 construction workers and specialists.

The huge amount of materials needed for this monumental sculpture were mostly gathered from junkyards in the Coachella Valley as well as new and aged corrugated metal sheets. To furnish the tienda, the Mini Super and the corner hardware store specific materials were shipped from El Salvador.

Wood, metal sheet, found and recycled materials and objects, live plants, lighting, smoke. 50 x 24 x 12 meters. 2018.

Photos: Heinz Köbernik 2018; except photo 4 (Watchara Photo).
Palm 3 World Station

mission 2: Apollo Soyuz Chapultepec

territorio: Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Por: simón vega

El histórico encuentro espacial de 1975 entre las cápsulas Apollo y Soyuz de NASA y el Programa Espacial Soviético respectivamente, sirve como punto de partida para esta instalación escultórica, en la que dicho evento se entrelaza con los significativos sucesos que se dieron en El Salvador en julio de ese mismo año, específicamente la celebración del evento Miss Universo y la Masacre de Estudiantes del 30 de julio de 1975, que marcan un grave desencuentro entre las cúpulas de poder y el pueblo, entre capitalismo y comunismo.

En esta obra, parte de la serie Tropical Space Proyectos, en la que el artista explora los efectos de la Guerra Fría en El Salvador contemporáneo, el enfoque está en las tensiones entre el encuentro y el desencuentro, la comunicación, la traducción y el intento de entendimiento entre personas de lugares, lenguajes e ideas totalmente distintas, así como en el intento de alcanzar la paz, que queda simbolizado tanto en apretón de manos entre soviéticos y estadounidenses en 1975 y que marcó el fin de la Carrera del Espacio, como en el que se dio en la celebración de los Acuerdos de Paz en el Castillo de Chapultepec, México, en 1992 entre el gobierno y la guerrilla de El Salvador y que puso fin a la guerra civil de 12 años.

Si bien ambos eventos marcaron un fin de hostilidades en ceremoniosos actos, lo cierto es que tanto la Guerra Fría continuó por otros 14 años como la violencia y la polarización ideológica y política en El Salvador continúan hasta la fecha. Ambos fueron actos de buena voluntad, de unión, de cooperación, que sin embargo nunca se llegaron a concretar del todo.

En la instalación, en la que las cápsulas son elaboradas a una escala más reducida y utilizando materiales y métodos de construcción provenientes de la arquitectura informal y de los puestos de mercados populares, estas no se unen, el encuentro casi se da o si se dio, fue en otro espacio, en otro tiempo...

Madera, lámina metálica, acrílico, objetos, materiales encontrados, luz, 2 videos, sonido, plantas vivas. Medidas variables.

Instalado en el Edificio de Correos para la XXI Bienal Paiz en Ciudad de Guatemala, 2019. Curada por Gerardo Mosquera, Maya Juracán y Laura Wellen.

Fotografías: XXI Bienal Paiz y Guillermo Cárcamo.

territory: guatemala city, guatemala.

The historic 1975 space encounter between NASA’s Apollo and the Soviet Space Program’s Soyuz capsules, serves as the starting point for this sculptural installation, in which said event is intertwined with the significant events that took place in El Salvador in July of that same year, specifically the celebration of Miss Universe and the Students Massacre of July 30, 1975, which mark a serious conflict between the social class in power and the people, between capitalism and communism.

In this work, part of the Tropical Space Projects series in which the artist explores the effects of the Cold War in contemporary El Salvador, the focus is on the tensions between encounter and conflict, communication, translation and the understanding attempt between people from completely different places, with different languages and ideas, as well as the attempt to achieve peace, which is symbolized both in the handshake between the Soviets and the Americans in 1975 that marked the end of the Space Race, and in the celebration of the Peace Accords at Chapultepec Castle, Mexico, in 1992 between the government and the guerrillas of El Salvador that put an end to the 12-year civil war.

Although both events marked an end to hostilities in ceremonious acts, the truth is that the Cold War continued for another 14 years and the violence and ideological and political polarization in El Salvador continue to this day. Both were acts of good will, of unity, of cooperation, which, however, were never fully achieved.

In the installation, the capsules are made on a smaller scale and using materials and construction methods from informal architecture and popular market stalls. These are not connected, the contact almost happened or if it did happen, it was in another space, in another time...

Dimensions variable.

Wood, metal sheet, acrylic, objects, found materials, light, 2 videos, sound, live plants.
Installed at the Post Of fice Building for the XXI Paiz Biennial in Guatemala City, 2019. Curated by Gerardo Mosquera, Maya Juracán and Laura Wellen.
Photos: XXI Paiz Biennial & Guillermo Cárcamo.

mission 3: Tropical Space Hostal

territorio: ciudad de méxico & Tulum, México.

Por: simón vega

El Tropical Space Hostel es un objeto escultórico basado en el diseño de un hotel espacial desarrollado por la Agencia Espacial Rusa que, a partir de 2022, permitiría a algunos turistas pasar algunas noches en el espacio en esta cápsula especialmente diseñada (si se dispone de 40 millones de dólares).

Como parte de su serie en curso Tropical Space Proyectos, para este proyecto el artista se centra no en el pasado, sino en el futuro, en particular en el ‘Colonialismo Turístico’, el desarrollo de nuevas comunidades y formas responsables de viajar, de entender al otro y el concepto simbiótico contemporáneo de utopía/distopía.

Ensamblada con madera usada, metal y materiales encontrados e inspirada en los barrios marginales, los mercados callejeros y la arquitectura informal de América Latina, la escultura combina el diseño ruso altamente sofisticado (de alguna manera surreal), el deseo de escape, libertad y exploración del turismo moderno con los límites y realidades de la vida en las comunidades del tercer mundo de América Latina. Sistemas alienígenas, ideas y demandas son impuestas a las comunidades locales que responden con los recursos, la creatividad y el sentido del humor que poseen.

La cápsula fue instalada inicialmente en la feria ZonaMaco 2019, en Ciudad de México, donde se construyó y luego fue presentada para dos festivales en Tulum, México (Art With Me y Summit 2019), para luego pasar de manera semi permanente al hotel Papaya Playa Project, donde el artista realizó una residencia de investigación en ese mismo año).

Madera, metal encontrado, aluminio, objetos, luz, plantas vivas. 300 x 150 x 250 cm. 2019

Fotografías: Lili Carpinteyro. Cortesía: Maia Contemporary Gallery & Art With Me Festival, 2019; Jackeline Verdugo. Cortesía: Summit Tulum 2019.

territory: Mexico city & Tulum, Mexico.

The Tropical Space Hostel is a sculptural object based on a design for a space hotel developed by the Russian Space Agency which starting on 2022 would allow for a few tourists to spend some nights in space in this specially designed capsule (that is if you have 40 million dollars to spare).

Part of his ongoing series Tropical Space Proyectos, for this project the artist focuses not on the past, but on the future, particularly on Tourist Colonialism, the development of new communities and responsible ways traveling, of understanding the other and the contemporary symbiotic concept of utopia/dystopia.

Assembled with used wood, metal and found materials and inspired in Latin American shantytowns, street markets and informal architecture, the sculpture combines the highly sophisticated and somewhat unreal Russian design, the desire for scape, freedom and exploration of modern tourism with the limits and realities of life in Latin American third world communities. Alien systems, ideas and demands are imposed on local communities which respond with the resources, creativity and sense of humor they might possess.

Initially, the capsule was installed at ZonaMaco 2019, at Mexico City, where it was built. Later it was presented in two festivals in Tulum, Mexico (Art with me and Summit 2019). Afterwards, it went to Papaya Playa Project —where the artist participated in a research residency that year— to be on semi-permanent display.

Wood, found metal, aluminum, objects, light, live plants.
300 x 150 x 250 cms. 2019
Photos: Lili Carpinteyro. Courtesy: Maia Contemporary Gallery & Art With Me Festival, 2019; Jackeline Verdugo. Courtesy: Summit Tulum 2019.
tropical space hostal

mission 4: Mercado Modular de Ideas

territorio: París, Francia.

ESPACIOS HABITABLES: sobre Mercado Modular de Ideas / Space Tianguis

Simón Vega desarrolla su obra en la intersección de fenómenos sociopolíticos, historia y ciencia ficción, articulando diferentes tiempos y espacios que hablan de nuevas posibilidades. También reflexiona sobre la Guerra Civil de El Salvador como subproducto de la Guerra Fría y utiliza la Carrera Espacial de Estados Unidos y la URSS para referirse a lo que en términos generales fue un conflicto entre creencias capitalistas y comunistas. Este terreno de juego político es clave para entender los materiales y símbolos que utiliza.

Su proyecto Mercado modular de ideas / Space Tianguis consiste en cinco módulos conectados entre sí a través de plataformas de madera y fue concebido como una zona de descanso para albergar los talleres programados a lo largo de la exposición.

Dentro de su proceso creativo, prioriza el uso de objetos de segunda mano y materiales recuperados que evocan la arquitectura informal, muebles y vehículos del contexto salvadoreño precario. Su ingenio con los materiales (re)media1 así la realidad de El Salvador y la región Centroamericana. Es al reconocer esta realidad que sus materiales adquieren significado, y es al transponerlos en símbolos de poder y valor que se puede captar el tono satírico en el que él articula las búsquedas relativas de supervivencia. Esta representación de la marginalidad parece inclinarse hacia el pensamiento decolonial y fronterizo. Sugiere que es necesario imaginar nuevas posibilidades, y critica tanto al capitalismo como al comunismo por construir injusticia económica y política global.2

En uno de los módulos, Vega muestra objetos para ilustrar una práctica de trueque que estableció antes de la exposición y con la activación de cada domingo, anima a los visitantes a participar. De esta manera, la instalación de Vega es un eco claro del subtítulo de la exposición “Repensando lo humano”. Él diseña un área hospitalaria que toma y se mueve hacia un lugar de posibilidades, de inclusión, de lo comunitario.

La propuesta de Simón Vega sobrepasa lo visible y tangible, pues se centra en el contacto. De la misma manera en que la arquitectura crea espacios habitables, Vega diseña un lugar de encuentros, un espacio simbólico donde las relaciones “aterrizan y despegan” para imaginar un lugar mejor -donde vivir.

1. Del filósofo y crítico de arte francés Florian Gaité: remediar (remédier) en el arte es la representación de heridas históricas. (Re)mediar, asociado a la mediación en el arte, es la idea de mostrar/presentar lo que necesita reparación para abrir el tema a discusión como un intento de sanar y como una práctica de resistencia.

2. Walter Mignolo, “Geopolitics of sensing and knowing: on (de)coloniality, border thinking, and episepistemic disobedience.

territory: Paris, France.

HABITABLE SPACES: on Mercado Modular de Ideas / Space Tianguis

Salvadoran artist Simon Vega develops his work within the junctions of sociopolitical phenomena, history and science-fiction. He uses aesthetics to articulate different time(s) and space(s) that speak about new possibilities. He also reflects on El Salvador’s Civil War as a byproduct of the Cold War and uses USA’s and USSR’s Space Race to refer to what in general terms was a conflict between capitalist and communist beliefs. This political playground is key to understanding his use of materials and symbols.

His project Mercado modular de ideas / Space Tianguis consists of five modules connected to each other through wooden platforms and it was conceived as a lounge area to host workshops programmed throughout the exhibition.

Within his creative process, he prioritizes the use of second-hand objects and recovered materials that evoke informal architecture, furniture and vehicles from the ‘precarious’ Salvadoran context. His resourcefulness of materials (re)mediates1 the reality of El Salvador and the Central American region. It is by acknowledging this reality that his materials acquire meaning, and it is by the transposition of them into symbols of power and value that the satirical tone in which he articulates relative quests for survival can be grasped. Simon’s re-presentation of marginality seems to lean toward decolonial and border thinking. It suggests that there is a need to think about new possibilities without yet offering solutions, and it critiques both capitalism and communism for building global economic and political injustice.2

In one of the modules, Vega displays objects to illustrate a bartering practice he established prior to the exhibition. With every Sunday’s activation he encourages visitors to participate. In this way, Vega’s installation is a clear echo to the exhibition’s subtitle “Rethinking the human”. He designs a hospitable area that takes from and moves towards a place of possibilities, of inclusion, of the communal.

Simón Vega’s proposal goes beyond the visible and tangible, as it focuses on contact. In the same way that architecture creates habitable spaces, Vega designs a place of encounters, a symbolic space where relationships “land and take off” to imagine a better place - where to live.

1. From French philosopher and art critic, Florian Gaité: remédier (remediate) in art is the representation of historical wounds. (Re)mediate, associated to mediation in art, is the idea of showing/presenting what needs repair in order to open the topic to discussion as an attempt to heal and as a practice of resistance.

2. Walter Mignolo, “Geopolitics of sensing and knowing: on (de)coloniality, border thinking, and epistemic disobedience.

mercado modular de ideas

mercado modular de ideas

Escultura Social/ Mobiliario interactivo y espacios para la exposición Cosmopolis 2.0 en el Centro Georges Pompidou, París, curado por Kathryn Weir e Ilaria Marion. 2019

Social Sculpture / Interactive furniture and spaces for the exhibition Cosmopolis 2.0 at Centre Georges Pompidou, Paris, curated by Kathryn Weir and Ilaria Marion. 2019

mission 5:

Moon Rabbit Lunar Rover

territorio: Suzu, Ishikawa, Japón.

Por: simón vega

El Moon Rover Lunar Cruiser es una escultura transitable basada en el vehículo de exploración presurizado diseñado por Toyota para la Agencia Espacial Japonesa JAXA, que permitirá a los astronautas realizar largos viajes en la Luna, sin embargo, este vehículo está en etapa de diseño y no se completará hasta 2029, por lo que se trata de un futuro. La escultura presentada en Suzu para el Trienal de Oku Noto (curada por Fran Kitagawa), por otro lado, se ha construido con métodos y materiales utilizados de casas tradicionales abandonadas de Suzu, es decir, del pasado de esta ciudad. La escultura es, en cierto modo, una cápsula del tiempo, un puente presente entre el pasado y el futuro, entre la Luna y el planeta Tierra, que fusiona antiguas tradiciones y tecnologías futuristas.

El interior de la escultura está amueblado como una furgoneta de surf espacial. Utilizando materiales y elementos antiguos, el vehículo incluye paneles de control, trajes espaciales de surf, tablas de surf, una pequeña cocina, plantas vivas y otros objetos domésticos y electrodomésticos. Dos de los paneles de control también cuentan con animaciones comisionadas, inspiradas en una antigua fábula mítica japonesa y del Pacífico Sur que explica la silueta de un conejo en la luna y que curiosamente es casi idéntica a una antigua fábula maya y mesoamericana. Esta poética historia conecta dos regiones muy distantes y a sus gentes.

La escultura, aunque conserva las mismas dimensiones y el mismo esquema básico que el diseño conceptual original, se construyó utilizando materiales antiguos y usados de casas abandonadas en la ciudad de Suzu. Madera vieja y baldosas de cerámica que se encuentran en la arquitectura tradicional de las casas de Suzu, así como láminas de metal oxidadas, comprenden los materiales principales para el exterior, mientras que el interior (aún no diseñado por Toyota) incluye dos animaciones realizadas en colaboración con los ilustradores salvadoreños Gabriel Granadino y Cebolla Méndez.

Estas animaciones, que utilizan deliberadamente una producción técnica muy rústica, se basan en los mitos del Conejo en la Luna presente tanto en la mitología asiática antigua como en la mesoamericana y, más concretamente, en el folclore japonés y maya/náhuatl de formas sorprendentemente similares.

Desde el exterior, el espectador encontrará un vehículo de aspecto extraño que fusiona el futuro y el pasado: el diseño futurista construido con materiales antiguos. En el interior del vehículo, la obra pretende crear un diálogo entre la tecnología sofisticada y las leyendas poéticas inspiradas en la pareidolia de la luna.

Al hacerlo, la obra de arte se esfuerza conscientemente por crear conexiones entre elementos comúnmente disociados o entendidos como opuestos en las culturas occidentalizadas, como el pasado y el futuro, la tradición y la innovación, la mitología y la ciencia, el primer y el tercer mundo.

territory: Suzu city, Ishikawa, Japan.

The Moon Rover Lunar Cruiser is a walk-in sculpture based on the pressurized exploration vehicle designed by Toyota for the Japanese Space Agency JAXA, which will allow the astronauts for long road trips on the moon, however, this vehicle is in designing stage and will only be completed in 2029, it is therefore, in the future.

The sculpture presented in Suzu for the Oku Noto Triennial (curated by Fran Kitagawa) on the other hand has been constructed with methods and used materials from abandoned traditional houses in Suzu, in other words, from this city’s past. The sculpture is in some ways, a time capsule, a present bridge between the past and the future, between the moon and planet earth, fusing old traditions and futuristic technologies.

The interior of the sculpture is furnished like a space surf van. Using old materials and elements, the vehicle includes control panels, surf-space suits, surfboards, a kitchenette, live plants and other domestic objects and appliances. Two of the control panels also feature commissioned animations, these are inspired by an ancient Japanese and South Pacific mythical fable that explains the silhouette of a rabbit on the moon and which is curiously almost identical to an ancient Maya and Mesoamerican fable. This poetic story connects two very distant regions and their people.

The sculpture, while retaining the same dimensions and basic outline as the original concept design, was built using old and used materials from abandoned houses in the city of Suzu. Old wood and ceramic tiles found in the traditional architecture of homes in Suzu as well as rusted metal sheets comprise the main materials for the exterior, while the interior (not yet designed by Toyota) includes two animations done in collaboration with Salvadorean illustrators Gabriel Granadino and Cebolla Méndez. Two short animations are projected on a screen inside while a third could be projected on a satellite dish on the roof of the rover.

These animations, purposely using very rustic technical production are based on the myths of the Rabbit on the Moon present in both Ancient Asian and Mesoamerican mythology and more to the point in both Japanese and Maya/Náhuatl folklore in surprisingly similar ways.

From the outside the spectator will find a strange looking vehicle which merges future and past: the futuristic design built with old materials. Inside the vehicle the work aims to create a dialogue between sophisticated technology and the poetic legends inspired in the moon’s pareidolia.

By doing so, the artworks consciously strives to create connections between elements commonly disassociated or understood as opposites in westernized cultures such as the past and the future, tradition and innovation, mythology and science, first and third worlds.

moon rabbit lunar rover

Madera reciclada, baldosas de cerámica y objetos de casas antiguas de Suzu, dos animaciones, dos trajes espaciales, objetos, luz.

322 x 600 x 250 cms. 2020-21.

Recycled wood, ceramic tiles and objects from old houses in Suzu, two animations, two spacesuits, objects, light. 322 x 600 x 250 cms. 2020-21.

Fotos / Photos: Trienial de Oku Noto 2021.

mission 6: Tropical Paradise Colonial Spacesuits

Por: simón vega

En esta serie de esculturas, inspiradas en los trajes espaciales diseñados por la NASA y el Programa Espacial Soviético durante la Carrera Espacial, el artista utiliza camisas recicladas o de segunda mano con estampados estilo Aloha o Hawaianas, así como parches locales bordados y otros transculturales para hablar de la Colonización Turística, un fenómeno moderno en el que turistas urbanos invaden y explotan un área, sus recursos naturales y humanos e imponen sistemas occidentalizados para satisfacer sueños vacacionales, necesidades y comodidades modernas. Las camisas con estampados hawaianos funcionan como una analogía y un símbolo de la forma en que reducimos culturas enteras que no nos interesa comprender para imponer nuestras formas, lenguaje, visiones y expectativas a ellas y a su territorio.

Estos detallados trajes se complementan con cascos espaciales pintados a mano (cascos de motocicleta reciclados), estructuras rústicas de bambú de inspiración tribal, pectorales de inspiración mesoamericana ensamblados con objetos encontrados, lanzas y otros elementos que le dan a estas obras su presencia ritualista y escultórica.

Camisetas ‘Aloha’ de segunda mano, textiles, chapas, cascos de moto reciclados, palets de madera, paraguas, bloques de hormigón, objetos sombrillas y plantas vivas.

Dimensiones variables 2018-2024.

Instaladas en el Parrish Art Museum, para la exhibición individual “Tropical Space Castaways”, Long Island, Nueva York, 2024.

Fotografías: cortesía del artista y el Parrish Art Museum, Nueva York.

In this series of sculptures, inspired by the spacesuits designed by NASA and the Soviet Space Program during the Space Race, the artist utilizes recycled or second-hand Aloha or Hawaiian patterned shirts as well as local and transcultural embroidered patches in order to talk about Tourist Colonization a modern phenomenon in which urban civilians invade and exploit an area, it’s natural and human resources and impose Westernized systems to fulfill vacational dreams, modern needs and commodities. The Hawaiian printed shirts function as an analogy and symbol of the way we reduce whole cultures we do not care to understand in order to impose our ways, language, visions and expectations on them and their territory.

These detailed fabric suits are complemented by hand painted space helmets (recycled motorcycle helmets), rustic tribal inspired bamboo structures, Mesoamerican inspired pectorals assembled with found objects, spears and other elements that give these works their ritualistic and sculptural presence.

Second hand ‘Aloha’ shirts, textile, badges, recycled motorbike helmets, wooden pallets, umbrellas, concrete blocks, found objects and live plants. Variable dimensions. 2018-2024.

Installed at the Parrish Art Museum, for the solo show “Tropical Space Castaways”, Long Island, New York, 2024.

Photos: courtesy of the artist and Parrish Art Museum, New York.

mission 7: Trash Wars / TrashFormers

Exploraciones en la Ciencia Ficción.

Por: Alejandra Josefina Paz manzano*

*Extracto del texto curatorial de “Entrelazos”, Galería 193, París, 2024.

Trash Wars es una serie de obras que están basadas en la saga cinematográfica de ciencia ficción Star Wars. Estas obras parodian a los futuristas vehículos y las gigantescas naves espaciales que representan el poder tecnológico y militar del malévolo Imperio Galáctico, que busca invadir y someter a toda la galaxia, sin embargo, en este caso, el Imperio es el del tercer mundo.

Estas obras presentan, de una manera desproporcionada y humorística, la percepción que los vecinos del norte, los paises desarrollados, tiene de los migraciones del sur: gigantescas invasiones de pobreza, suciedad y desorden.

Estas obras, a pesar de su humorística superficie, buscan confrontar esta percepción, cargada de racismo, intolerancia y xenofobia.

TrashFormers es una serie de esculturas, pinturas, máscaras y cascos que se basan en la serie de dibujos animados de ciencia ficción de los años 80 y la saga cinematográfica Transformers. Junto con Trash Wars, otra serie con una visión similar pero basada en la trilogía original de Star Wars, TrashFormers presenta robots y naves espaciales altamente tecnológicas y fuera de este mundo que el artista subvierte humorísticamente al construirlos con metal oxidado y sandalias de playa coloridas pero desgastadas y materiales encontrados en una remezcla estética del Primer y Tercer Mundo.

El origen extraterrestre de los personajes originales que se transforman en objetos terrenales cotidianos para camuflarse en su nuevo entorno es un factor importante que el artista conecta con los inmigrantes centroamericanos que también están tratando de adaptarse a un nuevo país y cultura, pero no pueden evitar que su ascendencia y orígenes salgan a la luz.

Underdeveloped TrashFormers

Algunos encuentros entre culturas se viven como choques. Simón Vega parodia el choque y la hibridación entre Oriente y Occidente. Interesado en el efecto de las ambiciones políticas y económicas de los países desarrollados, recurre a la historia y las estéticas modernistas para fusionarlas con la iconografía maya. Así, inspirado por la capacidad de los países emergentes para atender sus necesidades tecnológicas frente a las colonizaciones pasadas, presentes y futuras, imagina, con gran ironía, una conquista tropical del espacio.

Fotografías: cortesía del artista.

Explorations in Science Fiction.

*Extract of the curatorial text for “Entrelazos” at 193 Gallery, Paris, 2024.

Trash Wars is a series of works based on the science fiction film saga Star Wars. These works parody the futuristic vehicles and gigantic spaceships that represent the technological and military power of the evil Galactic Empire, which seeks to invade and subjugate the entire galaxy. However, in this case, the Empire is from the third world.

These works depict, in a disproportionate and humorous way, the perception that the northern neighbors, the developed countries, have of the migrations from the south: gigantic invasions of poverty, filth and disorder.

These works, despite their humorous surface, seek to confront this perception, loaded with racism, intolerance and xenophobia.

TrashFormers is a series of sculptures, paintings, masks and helmets that are based on the 1980s science fiction cartoon and later film saga Transformers. Along with Trash Wars, another series with a similar take but on the original Star Wars trilogy, TrashFormers presents highly technological, out of this world robots and spaceships that the artist humorously subverts by constructing them with rusty metal and colorful but worn beach sandals and found materials in an aesthetic remix of First and Third Worlds.

The alien origin of the original characters whom transform themselves in everyday earthly objects in order to camouflage themselves in their new environment is an important factor that the artist connects with the Centralamerican immigrants whom are also trying so hard to adapt to a new country and culture but cannot help how much of their ancestry and origins comes forth.

Underdeveloped TrashFormers

Some encounters between cultures are experienced more as shocks. Simón Vega parodies the clash and hybridation between East and West. Interested in the effect of the political and economic ambitions of developed countries, he draws on modernist history and aesthetics to fuse them with Mayan iconography. Thus, inspired by the resourcefulness of emerging countries to provide for their technological needs in the face of past, present and future colonizations, he imagines, with great irony, a tropical conquest of space.

: courtesy of the artist.

Photos

Blueprint series & Diagramas Técnicos

anexos ultra secretos.

Por: simón vega

Esta serie de dibujos en acrílico sobre tela guarda estrecha relación con las cápsulas escultóricas. Los blueprints son planos o diagramas técnicos detallados utilizados para ayudar al diseño final y a la construcción de máquinas y objetos, sin embargo, en este caso los dibujos son realizados después de las esculturas, invirtiendo el proceso.

Las anotaciones y detalles que apuntan a secciones o materiales en las cápsulas y módulos por su parte implican que la pobreza, el colonialismo y el tráfico ilegal fueron siempre parte del plan. Los nombres de los módulos hacen una doble referencia a la cápsula original que inspiró esta versión y también a elementos de la idiosincrasia, el transporte público y la vivienda informal en El Salvador.

En la obra Third World Space Stations por ejemplo se representan 3 cápsulas que provienen de la escultura monumental presentada en el festival de Coachella en California, el Palm 3 World Station, inspirado a su vez en la estación espacial MIR del Programa Espacial Soviético y un cuarto dibujo de mayores dimensiones a partir del proyecto Apolo-Soyuz Chapultepec presentado para la 21 Bienal de Arte Paiz del 2018 en Guatemala y que se inspira en el módulo Apollo de la NASA.

Fotografías: Cortesía del artista y el Museo Reina Sofía, Madrid, 2023.

ultra secret attachments.

This series of acrylic drawings on canvas is closely related to the sculptural capsules. The blueprints are detailed technical plans or diagrams used to aid the final design and construction of machines and objects, however in this case the drawings are made after the sculptures, reversing the process.

The annotations and details that point to sections or materials in the capsules and modules imply that poverty, colonialism and illegal trafficking were always part of the plan. The names of the modules make a double reference to the original capsule that inspired this version as well as to elements of the idiosyncrasy, public transportation and informal housing in El Salvador.

In the work Third World Space Stations, for example, three capsules are represented that come from the monumental sculpture presented at the Coachella festival in California, the Palm 3 World Station, inspired in turn by the MIR space station of the Soviet Space Program and a fourth larger drawing based on the Apollo-Soyuz Chapultepec project presented for the 21st Paiz Art Biennial in 2018 in Guatemala and which is inspired by NASA’s Apollo module.

Photos: Courtesy the artist and Museo Reina Sofía, Madrid, 2023.

agradecimientos /

Mario Cader-Frech & Robert Wennett

Monica Ramirez-Montagut - Parrish Art Museum

Corinne Erni - Parrish Art Museum

Kathryn Weir - Centre Georges Pompidou

Ilaria Conti - Centre Georges Pompidou

Manuel Segade - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Manuel Borja - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Ana Tomé - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Alejandra Josefina Paz

Christina Chirouze - ACA París

Galería Ernst Hilger - Vienna

Galería Maia Contemporary - CDMX

Alexander Zhang - Summit Tulum

Papaya Playa Project - Tulum, México

Fran Kitagawa - Oku Noto Triennial, Japan

Caroline Lacy & Javier Ramírez ‘Nadie’ - La Única Galería, San Salvador

Patricio Majano – YES Contemporary

Carola Fumero – Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, Costa Rica

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