1 1 xls nuestras luchas epistémicas

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¿Y/osotras? ¿Mi/Nuestras Luchas Epistémicas?1 Xochitl Leyva Solano xls1994@gmail.com Leyva Solano, Xochitl. 2013. “¿Y/osotras? ¿Mi/Nuestras Luchas Epistémicas?” en Obra Colegiada del SVI. México, Seminario Virtual Internacional (SVI) “Creación de Prácticas de Conocimiento desde el Género, los Movimientos y las Redes” de la RETOS.

“No es fácil escribir esta carta. Empezó como poema, un poema largo. Traté de convertirlo en un ensayo, pero resultó rígido, frío. Aún no he desaprendido el lavado de cerebro, la mierda esotérica y el seudointelectualismo que la escuela ha forzado en mi escritura… Cómo empezar de nuevo. Cómo aproximar la intimidad y la inmediación que quiero. ¿Cuál forma? Una carta, por supuesto.” (Gloria Anzaldúa, 1988: 219).

1 de mayo Queridas compañeras y colegas del Seminario Virtual Internacional” (SVI), queridas hermanas zapatistas, mujeres indígenas en pie de lucha, feministas, activistas y académicas comprometidas con esas luchas, escribo estas letras para ustedes en este “Día del Trabajo” siguiendo el ritmo y la cadencia de varias de sus intervenciones en el SVI y también influida y afectada por el texto que escribiera hace exactamente 33 años la chicana feminista lesbiana Gloria Anzaldúa. En su carta, Gloria se dirige a las mujeres de color-feministas de Estados Unidos y del mundo y se pregunta por qué le es tan innatural escribir, por qué su voz, sus lenguas y culturas, son invisibles para los 1

Originalmente este texto lo presenté en el SVI (Xochitl Leyva Solano “Carta-invitación a profundizar las prácticas-téorico-políticas desde el y/osotras de cara al sistema mundo moderno/colonial patriarcal capitalista”. Ponencia presentada en el SVI de la RETOS celebrado el 9 de julio de 2012. Publicada electrónicamente en http://www.encuentroredtoschiapas.jkopkutik.org/index.php/es/ponentes). Luego con los comentarios recibidos lo retrabajé para convertirlo en un capítulo de la obra colectiva del SVI, sin embargo no cambié el formato original de carta por la forma tan positiva en que ésta fue recibida. Dicha carta era originalmente una invitación para las 15 miembros del SVI, para pensar si queríamos trasmitir nuestra experiencia a otras mujeres del mundo. El acuerdo no se hizo esperar y después de varias sesiones y talleres tomamos la decisión colectiva de crear una obra colegiada escrita y oral para las mujeres zapatistas, para las mujeres de las diferentes organizaciones indígenas con las que trabajábamos así como para nuestras hermanas feministas, activistas y académicas comprometidas con las luchas de las mujeres.

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hombres blancos, para las feministas blancas de su país. Anzaldúa continúa preguntándose quién es y de dónde viene. Ella misma se responde con ironía “¿… soy yo una pobre Chicanita del campo…?”2 y agrega que llegó a dominar el inglés escrito y osó escribir para dispersar la impotencia, para confrontar sus propios demonios, para mantener vivo su espíritu de rebeldía incluso contra sí misma. Reconoce que a finales de los años 70 del siglo XX, el escribir y hacer de las mujeres feministas, lesbianas, de color era percibido como peligroso pero afirmaba que en este mero acto ella encontró “su sobrevivencia porque una mujer que escribe tiene poder” y, –agregaba-, “a una mujer de poder se le teme”3. Asunto nada menor de cara a la “América Blanca Patriarcal”4 a la cual también retaba. Gloria Anzaldúa cierra su carta diciéndole a sus compañeras de lucha y de pluma: *** Busca la musa dentro de ti misma. La voz que se encuentra enterrada debajo de ti, desentiérrala. No seas falsa con ella. Ni trates de venderla por un aplauso, ni para que se publique tu nombre. ( Gloria Anzaldúa 1988: 227) *** 3 de mayo En este día de la Santa Cruz diviso desde mi ventana las cruces incrustadas en El Huitepec, el monte sagrado de lxs tsotsiles habitantes del valle de Jobel, al tiempo que tomo mi pluma y como punto de partida la carta de Anzaldúa y la obra colectiva en la que ésta se publica: Esta puente, mi espalda…5. Lo hago siendo conciente de que los puntos de partida que seleccionamos tienen un alto significado no sólo simbólico sino real y práctico en lo que hacemos, pensamos y sentimos y sobre todo en el cómo lo hacemos, lo pensamos y lo sentimos. Pero hay más razones que ahora les comparto. Primero tuve una identificación básica, literalmente a flor de piel pues tanto ellas (las autoras de Esta puente, mi espalda…) como yo, cabemos en la categoría de “mujeres de color”, a más de que varias de ellas y yo, en la de “mestizas”. Segundo, porque las autoras de esa pionera obra, como varixs de nosotrxs, apostaron por un regreso a nuestras raíces como acto político radical para desde ahí construir un cambio, una transformación del mundo que parta de nosotrxs mismxs, de reconocernos tal y como somos o como apuntara la escritora feminista-socialista lesbiana, Merle Woo: “con toda 2

Las citas de los libros y ponencias las mandé a pie de página para no romper la cadencia de la carta y para dar los créditos respectivos. En este caso se trata de Gloria Anzaldúa “Hablar en lenguas. Una carta a escritoras tercermundistas”, en Cherrie Moraga y Ana Castillo (eds.). Esta puente, mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos. San Francisco, ism Press, 1988: 221.

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Anzaldúa Ibid.: 225.

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Como dice Cherrie Moraga Ibid.: 1.

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Moraga y Carrillo Ibid.

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nuestra integridad, tan bellos y llenos como nos vemos desnudos en nuestras recámaras”. O como nos invitara en 2008 el bats’i roquero zinacanteco Damián Martínez Martínez, quien hablaba de “desnudarnos” para elaborar entre todxs nuestra obra colectiva intitulada Sjalel Kibeltik6 en la que, como ustedes ya saben, tomamos en nuestras manos cada unx la tarea de presentarnos ante el mundo, con nuestros sabores, dolores y colores. Tercero, la extracción de clase de la mayoría de esas mujeres de color es como la mía: somos mujeres de abajo que ascendimos por la vía de la universidad a un status que nos permitió adquirir voz propia, un dominio de la escritura y su concomitante poder. Cuarto, estas mujeres de color (latinas, chicanas, negras y asiáticoamericanas feministas, lesbianas en su mayoría) escribieron y lucharon desde el cruce de su arte, su política, su cultura y sus raíces. Cruce que de manera colectiva hemos experimentado también nosotrxs7, dándonos cuenta de que ha sido el más fructífero en cuanto que nos ha permitido aportar un granito de arena al movimiento artístico-político-cultural que jalan lxs jóvenes mayas de Chiapas al tiempo que hacer llegar sus/nuestros aportes a amplias audiencias: de fuera y dentro de las propias comunidades indígenas y movimientos, de afuera y de adentro de la academia. Pero también fructífero en cuanto que nos ha permitido empezar a retar las prácticas del racismo epistémico que se ve reproducido cada vez que ponemos en la punta de la jerarquía del saber/poder a los “expertos” y a los “especialistas” (todos ellos sospechosamente académicos, hombres y mujeres de muchos colores). Fructífero en cuanto que nos permitió ir más allá de lo que en muchas ocasiones experimentamos como las cárceles disciplinarias y académicas. Quinto. Retomo su modo de ellas (me refiero a las autoras de Esta puente, mi espalda…) y me detengo en él. Su modo en el que estas mujeres de color feministas en su mayoría lesbianas, nos mostraron con sus prácticas y su escritura que también creaban teoría política y no sólo una colección de ensayos y poesía presto para ser degluído por el marqueting capitalista. Las rescato, me energetizo, acumulo fuerzas de la forma en que ellas hicieron caminar su teoría práctica-política. En la forma en que hicieron emerger su teoría desde y para su lucha, para un movimiento que empezaba en esos años a tomar forma y fuerza: el de las mujeres de color, el de las lesbianas feministas de color, el de las mujeres “tercermundistas” –como ellas misma se autodenominaban-. Desde su práctica política es que emanó lo que llamaron la “teoría encarnada” oponiéndose tácitamente a la idea de que la teoría “ilumina” a la práctica. Creo que es importante detenernos en los detalles constitutivos de la teoría encarnada a contrapelo de nuestras propias vidas y experiencias porque creo que sigue teniendo mucho que aportarnos y mucho que darnos a reflexionar a pesar de que ya no estamos, como cuando dicha teoría germinó y floreció, en plena guerra fía ni en los tiempos del “sueño americano”, ni en los años del despegue del neoliberalismo global. Tiempos de los que la sui generis teoría es también hija, pero nada más que rebelde e insurrecta.

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Ver Köhler et al Sjalel Kibeltik. Tejiendo nuestras raíces. México, CIESAS, UNICACH, IWGIA, XENIX y UNAM, 2010. O bien el sitio web http://jkopkutik.org/sjalelkibeltik/

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Me refiero a los y las miembros de la Red de Artistas, Comunicadores Comunitarios y Antrpopólog@s de Chiapas (RACCACH) de la que soy miembro fundadora y activa. Ver sitio web http://jkopkutik.org/sjalelkibeltik/

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Se quiere montar de nuevo sobre el papel el formato “artículo”, “ensayo académico”. Lucho contra él tratando de adherirme al modo “carta”. Se da una lucha permanente que me hace transitar a punta de jalones de un formato a otro. Descubro dentro de mi misma lo incrustado que está el lenguaje académico dominante. Vuelve a mi como agua de mayo: Esta puente, mi espalda, Principio Potosí Reverso, Sjalel Kibeltik, Bajo la sombra del Guamúchil. En tono de plegaria repito para mis adentros: adelante, adelante, adelante con el contraestilo. Sigue cabalgando a contrapelo, por favor … no mueras en el intento. (Leyva 2012: 4-5) ***

5 de mayo Si esto fuera una novela sobre alguna batalla (como esa del 5 de mayo) esta parte sería un capítulo y se llamaría “La teoría encarnada: pócima contra la violencia epistémica”, por suerte si trata de varias batallas pero es sólo una pequeña carta, así que mejor les cuento algo que tal vez ya saben o ya pensaron porque siendo varias de ustedes feministas (de Chiapas, D.F., Colombia, Nicaragua, Alemania, Francia, Italia y no se de cuántos lugares más) de seguro conocen requetebien la obra a la que me refiero y tienen sus propias notas, vivencias y reflexiones que sería súper si me/nos las comparten para seguir trenzando nuestros haceres, pensares y sentires en el marco de nuestros movimientos y redes altermundistas. Ahora les cuento cómo le hice para armar el rompecabezas de la teoría encarnada, me regresé a la Declaratoria emitida en el año de 1977 por La Colectiva del Río Combahee formada por feministas lesbianas negras, quienes afirmaban que la política más profunda y radical viene de nuestra propia identidad. Como dijera Audre Lorde (poeta, negra, lesbiana feminista): “… Del conocimiento de las condiciones genuinas de nuestra vida tenemos que sacar la fuerza para vivir y la razón para actuar…”8. Y así vi que lo 8

Audre Lorde Ibid.: 92.

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iban haciendo cada una de las 30 escritoras de Esta puente, mi espalda…, quienes de manera clara, sencilla, profunda y creativa nos introducen en sus raíces, en sus heridas y en las formas concretas que toman en carne propia las opresiones sufridas por su raza, su clase y su sexo. Así se oponen a lo universal, rígido y frío de la teoría que podríamos llamar por antagonismo: “des carnada”. Es decir, aquella que no tiene “envoltura emocional sentida en el corazón”9; aquella que no funde nuestra experiencia personal y nuestra perspectiva del mundo con la realidad social en la que vivimos10. Aquella que nos impide llega a tocar al enemigo que todas llevamos adentro porque con ello tocaríamos nuestros propios privilegios –señalaba la chicana, poeta, editora, dramaturga y feminista Cherrie Moraga11. Un camino como el caminado por las autoras de Esta puente, mi espalda… nos invita a “desatar el nudo” de las fuerzas que nos han formado –como dice la escritora feminista puertorriqueña-californiana Aurora Levins Morales12. Invita a revisar la forma en que hemos sido “encampadas” por los “desastres innaturales” como le llama la feminista escritora asiáticoamericana Mitsuye Yamada13. Nos invitan a visibilizarnos, reconocernos y afirmarnos como mujeres de un cierto color, crecidas en tiempos y espacios particulares. Encampadas ellas en las calles, en los campos de cultivo (the field), en los llanos, en los barrios, en las reservaciones indias. ¿Encampadas nosotras dónde? Ellas nos convidan a revisar ¿cómo hemos internalizado nuestra propia opresión?, ¿cómo hemos oprimido?, ¿cómo hemos internalizado el clasismo, racismo y (hetero)sexismo? y ¿cómo los hemos vuelto objeto de opresión de nosotras mismas y sobre otrxs?14 Nos invitan a tocar nuestras heridas, a ver la pesadilla que hay dentro de nosotras mismas pero también a reconocer que necesitamos una de la otra para tener alegría en nuestras vidas y para vencer nuestros miedos15. Nos convidan a responsabilizarnos de nuestros propios racismos, (hetero)sexismos y clasismos. A salir de nuestras “vistas limitadas” y a despertar entre nosotrxs las “potencialidades atrofiadas”16 . ¿No les parece queridas mujeres que leen esta carta, que éste es un llamado bien poderoso y hasta hoy día válido? ¿Qué reacciones levantan entre nosotras estas palabras encarnadas? ¿Cómo la vida/trabajo/lucha de estas mujeres nos puede inspirar, alentar, energetizar en lo que ya estamos construyendo juntas o en lo que podríamos construir juntas?.

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Cherrie Moraga Ibid.: 21.

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Gloria Anzaldúa Ibid.: 224.

11

Cherrie Moraga Ibid.: 21.

12

Levins Morales Ibid.: 65.

13

Yamada Ibid.: 43.

14

Cherrie Moraga Ibid.: 22.

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Cherrie Moraga Ibid.: 27 y 28. André Lorde Ibid.: 90. Levins Morales Ibid.: 65.

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Gloria Anzaldúa Ibid.: 167.

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Desde el snopel ta o'tanil, o sea el “pensar en el corazón” como se dice y se hace entre lxs mayas de Chiapas17, me/les pregunto: ¿y si nos espejeamos en la teoría encarnada que practica Esta puente, mi espalda…? ¿y si nos espejeamos en el sentipensar desde el corazón, la co-razón y la raíz que practican y teorizan lxs coautorxs de Sjalel Kibletik? No creen que tal vez valdría la pena preguntarnos personal y colectivamente: ¿quiénes somos? ¿cuáles son nuestras raíces? ¿desde dónde hablamos y escribimos? ¿para qué lo hacemos? ¿cómo lo estamos haciendo en lo personal y en lo colectivo dentro y más allá del SVI?. En lo que toca a mi, empecé a hacerme muchas de esas preguntas, no desde las teorías, ni desde la academia, ni desde el escritorio sino al calor del levantamiento zapatista de 1994 y caminando en colectivo con los hombres y las mujeres mayas de Chiapas18 y, más recientemente he venido bebiendo a sorbos y a destiempos algunos de los muchos legados que nos han dejado los distintos feminismos de Abya Yala y de allende los mares. Todo ello me ha ayudado a visibilizar y nombrar las diferentes opresiones, dominaciones, violencias (y también las alegrías) que in-surgen de la intersección de nuestra raza, clase, sexo-sexualidad, género, status, etnia, nacionalidad y edad. Me ha ayudado a hacerme conciente de cómo vivimos esos cruces adentro de nuestros cuerpos y afuera de ellos, cuando nos toca ser mujeres, investigadoras, alumnas, profesoras, universitarias, compañeras de lucha, colegas, artistas, militantes, activistas, adherentes, pintoras, feministas, madres, hijas. Y todo eso junto y al mismo tiempo. Me inspiro de nuevo en Gloria Anzaldúa y m/les pregunto queridas lectoras: ¿qué tal si nos vamos hacia el fondo de nosotras mismas al tiempo que nos extendemos hacia el mundo19?: *** Expando mis ideas buscando llegar a sus corazones. Buscando entusiasmarlas para juntas sacarle tiempo al no-tiempo capitalista neoliberal globalizado. Ese que nos agobia y nos quiere saturadas, divididas, compitiendo entre nosotras. 17

Para incluir esta frase consulté a mi colega antropóloga tseltal María Patriacia Pérez Moreno quien desde Quito amablemente me contestó: “La fase en tseltal ‘pensar con el corazón’ … se necesita poner en un contexto específico que permita conjugarlo. Pero podría ser snopel ta o'tanil: ‘pensar en el corazón’… tal y como aparece en nuestra comunicación. Se podría también snopel sok o'tanil, ‘pensar con el corazón’, pero aquí hay una pequeña diferencia … pues esto implica un esfuerzo de pensar con el corazón, mientras que la primera frase es como se hace… como se dice y se vive en tseltal. Un abrazo. Mary” (comunicación electrónica, 2012).

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Esta historia se puede leer en el capítulo 10 de la obra colectiva Sjalel Kibeltik (en español) y en inglés en la parte de Bibliografía (“Walking and doing…) del sitio web http://www.encuentroredtoschiapas.jkopkutik.org/.

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Gloria Anzaldúa (Ibid.: 157-168) le llama a este modo de cambiar el mundo, emprender el viaje por el camino del “mundo zurdo”. Y retomándola, Moraga y Carrillo (Ibid.: 151-152), nos aclaran que el “mundo zurdo” se refiere a “los marginados…, los de color, los jotos, los pobres, la hembra, los incapacitados …”.

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Separadas como individuas consumidoras, como máquinas productoras de papers, de hijos, de libros para quiensabe que lectorx. Criadoras de “profesionistas” emcampadxs en salones de clase con luz amarilla las 24 horas. Profesionistas predestinadxs al desempleo calificado, a convertirse en un frío número estadístico del recuento mundial de la crisis civilizatoria. (Leyva 2012: 7) *** 10 de mayo Este “Día de las Madres” me resisto a celebrarlo de manera consumista prefiero seguir escribiéndoles para de esa manera regalarnos un homenaje y regresar la mirada a lo que ya hemos vivido juntas en estos 22 meses de trabajo en red en el SVI. Me detengo en el impacto tan fuerte que tuvo sobre todas nosotras el debate que puso sobre la mesa la colega feminista de raíz ch’ol Georgina Méndez20 acerca de las formas ventrílocuas que predecedieron a la voz y la escritura actual de las propias mujeres indígenas en pie de lucha. Creo yo que no hubiera sido igual el impacto de su texto si no fuera ella misma una investigadora mujer de raíz maya ch’ol y “una puente” entre las mujeres indígenas de tres organizaciones (de Ecuador, México y Guatemala) y, entre ellas y nosotras. Un impacto similar tuvo la ponencia de la colega-compañera de raíz negra Mariolga Reyes quien se preguntó: “¿Qué tal si sólo cito a Graciela?”. Pregunta que increpaba a la academia dominante que nos conduce a volver dato a todos(as). Esa academia dominante que nos conduce a cosificar a las mujeres y a los hombres con lxs que trabajamos. Nuevamente la profundidad de la pregunta sólo puede comprenderse si tomamos en cuenta desde dónde habla Mariolga: desde su ser de raíz afrocaribeña, descendiente de esclavas negras21, desde su ser de investigadora precarizada quien vive hoy en una finca del medio rural puertorriqueño cultivando con sus propias manos la tierra para poder seguir sosteniendo su trabajo intelectual y su vida material. Las experiencias y reflexiones situadas de Georgina y Mariolga me llevaron a pensar en las luchas epistémicas que hoy se dan en diferentes partes de América Latina y el Caribe desde las mujeres de los pueblos originarios y afrodescendientes como parte de la reconstitución de sus pueblos, nacionalidades y comunidades. 20

Ver Georgina Méndez Torres. “El ventriloquismo y el largo caminar de las mujeres indígenas”. Ponencia presentada en el SVI de la RETOS celebrado el 10 de octubre de 2011. Publicada electrónicamente en http://www.encuentroredtoschiapas.jkopkutik.org/index.php/es/ponentes

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Ver Mariolga Reyes ¿Qué tal si sólo cito a Graciela? Ponencia presentada en el SVI de la RETOS celebrado en febrero de 2012. Publicada electrónicamente en http://www.encuentroredtoschiapas.jkopkutik.org/index.php/es/ponentes

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Ahora bien, los caminos de la descolonización epistémica, ético-política buscados por nuestras jóvenes colegas-compañeras Mercedes Noemy Castellanos y Andrea Fajardo también pueden ser vistos como una conversa con Mariolga a quien parecen susurrarle modestamente al oído: nos fue posible hacer un trabajo de otro modo que buscó no cosificar, no hablar por el otrx sino con el/la otrx. Pero creo que estos trabajos que buscan hacer realidad un modo-otro pudieron cocinarse gracias a que se trata de mujeres jóvenes activistas22 que hicieron de las ciencias sociales, una herramientas para fortalecer primero que nada, las luchas dadas desde La Otra Campaña. Luchas de las cuales ellas y varias de nosotras somos parte. Estos haceres y otros que he sistematizado en otros escritos23, podrían ser vistos como parte de algo a lo que llamo las luchas epistémicas de y desde los movimientos anticapitalistas. Lo que también encontramos al discutir varias de nuestras ponencias en el SVI es que las que somos al mismo tiempo activistas y académicas tenemos sin resolver varios conflictos y muchas tensiones. La joven feminista colombiana Diana Marcela Gómez nos invitó a revisar nuestras formas de acción y no solamente de enunciación y representación así como a ver con pelos y señales cómo estamos construyendo lenguajes comunes como mujeres “activistas-académicas orgánicas” –como ella nos/se llama. La joven feminista francesa Marion Salin a rajatabla nos dijo en su ponencia: “… hablo desde una localización como mujer blanca, occidental, heterosexual de clase media alta” al tiempo que afirmaba que posicionarse para ella es romper con los sujetos universales y las generalizaciones, transformar las epistemologías dominantes y transformar la academia en campo de lucha. Pero también Marion mencionó que no es suficiente posicionarse que hay que entrar en relaciones con colectivos, personas y redes. Marión con lujo de detalle nos compartió en su ponencia la forma en que ella misma lo ha hecho desde Francia hasta Chiapas usando el teatro del/a oprimida, el feminismo decolonial, la academia comprometida y la escritura que podría llamarle ahora aquí yo, encarnada. Marion se preguntaba sobre la posibilidad de retar la carga colonial/imperial de la escritura de su propia tesis de posgrado y se proponía vivir la escritura como un “lugar de experiencia”, como un “tejido en movimiento”, sin dejar de estar conciente y mostrándonos siempre que ésta (la escritura) es también parte de la guerra en curso entre academia y activismo. Conversando con Marión durante su estancia en CIESAS y revisando juntas sus avances en el campo, surgió por vez primera el concepto y/osotras, el cual luego alimentó su ponencia y la mía. El concepto era muy importante porque permitía resaltar la parte dialogada de la creación personal-colectiva que luego en el 22

Recuerdo al salir de una sesión del SVI cuando comentaba a Andrea Fajardo lo difícil que veía que era para estudiantes de posgrado (frente a las de licenciatura) romper las formas dominantes de hacer y escribir la investigación. Ella sonriendo me decía algo que ahora fraseo así: “es que entre más avanzas vas en los grados más te tienen ya formateada”. Claro no trato de generalizar ni buscar universales pero estamos viendo ésto sucederse muchas veces y sin duda que tiene que ver con el funcionamiento de lo que llamamos “el sistema académico” parte del sistema mundo moderno/colonial/patriarcal.

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Leyva, Xochitl. “Luchas autonómicas y epistémicas en tiempos de crisis y guerras múltiples”. En Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (coordinadoras). Movimiento indígena en América Latina: resistencia y proyecto alternativo. Vol. III. México D.F., UAM-I e Instituto de Puebla, en prensa, pp. 209-225.

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SVI se volvió un tema de reflexión epistémica y ético-político, un asunto polémico y un punto de tensiones varias. Por su parte el hacer/sentir/pensar de Diana y Marión lo veo ahora como parte de lo que llamaría las luchas epistémicas de mujeres puentes, es decir, de mujeres que tenemos una pata puesta en el activismo político y otra metida en posiciones diversas y a veces cambiantes, en la jerarquía saber/poder de las instituciones de educación superior a las que pertenecemos, en donde a veces somos: estudiantes de posgrados, profesoras adjuntas sin plaza, profesoras por hora semana-mes, asistente de investigación o flamantes profesoras-investigadoras con plaza y de tiempo completo. Diana, Marion y Rosalba Icaza hablaron desde su ser feministas pero a diferencia de las dos primeras, Rosalba enfatizó su ser mexicana radicada en Holanda y su ser profesora de un instituto de ciencias sociales allá. Ellos nos condujo a visibilizar otro lugar de enunciación: el de la academia hegemónica. A ella llegan, como nos dijo Rosalba24, estudiantes de diferentes partes del mundo que cuestionan lo neoliberal no sólo de los gobiernos de sus países de origen sino de los posgrados a los que se inscriben. Sabemos muy poco o casi nada de cómo se dan a detalle ese tipo de rebeliones. Es más, muchas veces, no las concebimos ni siquiera como “luchas” (parte de otras más grandes) a pesar de estar varias de nosotras mismas en medio de ellas y a pesar de que se están dando en un montón de partes del mundo porque el modelo de universidad (centro e instituto de investigación) entendido y funcionando como “corporativo” -como empresa al servicio del capital-, está en todas partes de la aldea global “…es un monstruo grande y pisa fuerte…” parafraseando el canto de Mercedes Sosa. En fin que este tipo de revueltas estudiantiles podrían ser entendidas como luchas epistémicas que se están dando adentro de las propias instituciones hegemónicas de educación superior.

9 de julio La colega Georgina Méndez en la reunión del SVI del 9 de julio de 2012 en la que me tocó dar mi ponencia, se preguntaba ¿si eso de las luchas epistémicas eran sólo discusiones mías y no de las demás? De alguna manera sí eran mías porque yo las venía pensando desde tiempo atrás al trabajar con organizaciones de hombres y mujeres indígenas/campesinos y con jóvenes indígenas artistas y comunicadores comunitarios, pero a la vez esos pensamientos, sentimientos y haceres los fui afianzando, aclarando, puliendo gracias también a mi involucramiento en el SVI y a los diálogos profundos y críticos que ahí se dieron en estos dos años de trabajo en red y en colectivo. Les cuento. A mí me tocó hacer un tanto de nodo articulador del SVI, saliendo en 2010 del II Encuentro Internacional de la Red RETOS, me di cuenta que era altamente probable que regresando cada unx a sus países de origen, la RETOS se dispersara y perdiera carne y vida, a la vez, como resultado del encuentro entre lxs miembros de los nodos de Chiapas, D.F., Perú, Chapel/Colombia y Puerto Rico de la RETOS había salido evidente que algo que todas estábamos ya trabajando eran las cuestiones de conocimiento situado, el legado feminista y las cuestiones de género en nuestros movimientos. De esa convergencia me agarré para invitar a varias miembros de los 24

Agradezco a Rosalba Icaza su compartir de su caminar en la sesión celebrada por skype el 8 de junio de 2012 como parte de los enlaces de trabajo realizados para y desde la RETOS.

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nodos para armarnos un seminario que sería más que todo virtual por no poder ser presencial para todas. La base de las participantes vino de RETOS (Noemy, Mariolga, Diana y Xochitl) pero fue creciendo con invitaciones que extendi/mos a otras colegas que andaban en cuitas similares y que en su mayoría eran o bien activistas, posgraduantes inscritas en programas de maestría o doctorado o bien profesoras investigadoras. Así tejimos en la red a Andrea, Rita, Elena, Lia, Georgina, Rosalba Icaza, Dolores, Marión, Rosalba Tadeo, Anahí y Kristina. A todas yo las conocía en persona porque había trabajado con ellas algún aspecto de sus tesis o de sus investigaciones/creaciones en curso, pero sólo las mujeres de la RETOS se conocían entre sí. Así que por esa razón pasamos casi un año y medio celebrando sesiones mensuales en las que nos enteramos desde dónde hablaba cada una y cuáles eran en concreto sus prácticas de conocimiento. Y fue en ese irnos conociendo que nos fuimos en-redando, haciendo eco unas de las otras a partir de contar nuestras experiencias de trabajo (en la academia o en los posgrados académicos), de lucha política y de vida. De ahí fue naciendo nuestro y/osotras que por lo vivido en el SVI podríamos decir que más que la suma de un yo y un nosotras, se trata más bien de un campo de solidaridad epistémica en el que te identificas con otras que han pasado por experiencias similares de violencia epistémica. Violencia epistémica a las que, muchas veces no te has atrevido ni siquiera a nombrarla así, a concebirla así por encontrarte desarticulada, aislada, acorralada por el propio sistema académico. Muchos de los capítulos que componen esta obra colegiada hablan exactamente de esa violencia y de cómo cada una la fue experimentando y enfrentando. Llegamos incluso a ponerle un nombre: “El Calvario”. Término que al principio nos pareció bien a muchas pero que luego generó polémica porque tenía una carga cristiana demasiado pesada. Mucho de eso que ahora nos atrevemos a contar y a nombrar es gracias a que logramos ese estado de y/osotridad, algunas lo reconocemos ahora claramente en nuestros textos, a otras les ha costado trabajo visibilizar en sus propios capítulos ese caminar y construir en colectivo, a otras más aún no les es fácil reconocer que los diálogos que logramos las ha movido del lugar en que estaban, les ha permitido destapar su creatividad y salir del hoyo miserable del “marco teórico”, del “discurso neutro”, del competir para entrar en la espiral del compartir. Esta dificultad se presenta creo yo porque hemos sido domesticadas, adiestradas, disciplinadas por los saberes dominantes que nos educan para invisibilizarnos o bien para movernos competitivamente en el yo-yo individualista capitalista.

8 de agosto El 8 de agosto de 2003 lxs zapatistas daban un pasito más en su largo caminar en la búsqueda y construcción de su autonomía, así veo el trabajo en red en el SVI como un pasito más que hemos dado en la búsqueda de la autonomía personal-colectiva y en la descolonización de nuestras mentes, corazones y vidas. El camino que hemos llevado ha estado lleno de alegrías y de desazones, de esperanzas y de desilusiones quisiera cerrar esta carta que les comparto retomando algunas de las respuestas que me mandaron varias de las compañeras del SVI y que me han permitido aquí reproducir ellas mismas. Estas cartas-respuestas fueron uno de los momentos más felices de mi vida porque me permitieron confirmar que si uno siembra creatividad y compromiso recibe reciprocidad y gratitud. Las carta-respuestas fueron en muchos casos el inicio de procesos creativos

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que luego siguieron su camino en los capítulos, pero sobre todo fueron otro momento de solidaridad ya no sólo epistémica sino también afectiva y creativa. Después de ese momento de felicidad las cosas se tornaron grises, la gente empezó a tambalearse y a no poder amarrar sus aportes escritos, empezó de nuevo a luchar con el tiempo, con ese tiempo capitalista que como ya dije las/nos tiene encampadas como se tiene a los pollos en las granjas. Unas por unas cosas, otras por otras, pero casi todas empezaron a excusarse y a dejar que el no-tiempo capitalista dictara sus vidas, aplastara su creatividad y su compromiso con el SVI, su compromiso con ellas mismas, su compromiso con el y/osotras. No sabemos qué va a pasar, puede haber un desenlace trágico e infeliz que nos lleve a darle al sistema la razón y a concluir a coro: ¡nada se puede hacer!, ¡no hay esperanza!, ¡no hay compromiso en serio y a fondo!, regresemos al yoyismo, al marco teórico, a la competencia abierta y descarnada. Pero antes que esa tragedia pase –ojalá que no pase- quiero quedarme con el sabor a felicidad que nos/me dio la y/osotridad epistémica y creativa contenida en esas cartas-respuestas enviadas en aquel día en que se conmemoraba el noveno aniversario del nacimiento de los caracoles zapatistas.

Posdata. Carta-respuesta 1 Pongo en primer plano la mirada profunda de los ojos brillosos de Rita al momento de leer su carta que comienza así: “Querida Xochitl y queridas todas. Respondo a la carta/texto/provocación lanzado por la querida Xochitl. Creo que una carta debe de ser respondida por otra carta y ése es entonces el formato que elijo. Antes y a manera de preámbulo quiero celebrar este encuentro, es decir, esta forma en la que las que conformamos este seminario hemos creado un espacio que es, sin duda alguna, otro espacio. Explico las razones que tengo para celebrar dicho encuentro: Por un lado, desde el bajo mundo de la academia, me parecía casi imposible forjar relaciones que no estuvieran permeadas de jerarquías y competencias. En mi escaso andar en ése mundo, puedo hablar de dos o tal vez tres relaciones personales que se encuentran relativamente libres de jerarquías y competencias. Y de repente me encuentro con un espacio, que es este, en donde se hace un esfuerzo consciente y constante por salirse de esa forma de relacionarnos que es tanto impuesta como asumida. Por otro lado, en el mundo del activismo/militancia existen también otras formas de jerarquías y competencias, sólo que existen ocultas. En el nivel discursivo estamos todos por la igualdad, la horizontalidad, el mandar obedeciendo y el preguntando caminamos. Pero la práctica política de muchxs sigue siendo otro rollo. Sé que no es el lugar ni el momento para ventilar mis frustraciones – que también sé compartidas- pero baste decir que también he encontrado pocos, muy pocos, espacios en donde no estemos en la pugna por el capital político… Pues sí, baste decir que desde donde estoy parada veo que en este espacio de construcción colectiva, pasamos de ambos rollos y por eso celebro este encuentro”. “Paso entonces, al tema de esta carta. A manera de collage recojo las partes que me brincan, que me asaltan de un todo que me tardaré un rato en desmenuzar y digerir. Empiezo entonces por decir que me dio mucha emoción encontrarme con la reflexión que haces, Xochitl, sobre el granito de arena cuando hablas del aporte fructífero resultado del cruce entre política, cultura y raíces. Acá quiero dejar dos reflexiones”.

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“La primera tiene que ver con la común y corriente frase del ‘granito de arena’. Por muchas cosas que me han estado cruzando por la cabeza, el ánima y el cuerpo, esta frase como que resuena mucho. Por un lado, me recuerda la cuestión del imperativo moral del que nos ha hablado la compañera Elisa. Es decir, ante las cosas que pasan y de las cuales somos testigos, ¿qué es lo que nos toca hacer?, ¿cómo debemos de reaccionar?, ¿cómo podemos hacer algo para que las cosas cambien, para poner nuestro granito de arena? Estas preguntas se convierten en un imperativo moral cuando nos damos cuenta de que no se trata de una opción, de una decisión. No se trata de elegir entre no hacer nada y hacer algo, sino más bien de qué es lo que se tiene que hacer. La figura del granito de arena habla también de un esfuerzo colectivo. En la inmensidad del mar un grano de arena no es nada, se requieren millones de millones para hacer el conjunto. Esto no es minimizar lo que hacemos, sino reconocer la importancia de la complejidad del sistema. La metáfora alcanza para las prácticas políticas de la vida cotidiana. No hay un solo acto que sea suficiente para acabar con la opresión, la injusticia que vivimos. Pero sí existe la suma de muchos actos en la vida diaria, de cientos de miles de personas que dicen no, que dicen basta. Acá les quiero compartir un fragmento de un artículo que encontré hace un rato y que me hizo y me hace mucho sentido, tanto por el viaje que he tenido por vida personal, como por las reflexiones que me sigue generando. Se trata de un párrafo de un texto que proviene de la revista de Geografía Radical Antípode. Paul Chatterton, un inglés que llegó a Chiapas para hacer trabajo de solidaridad narra una historia que sintetiza estas búsquedas. Basándose en su propia experiencia de apoyo a la construcción de sistemas de agua en una comunidad zapatista a través del trabajo solidario del colectivo de Bristol Kiptik, Paul relata un diálogo que sostuvo con el compañero Manuel en un momento de descanso y mientras tomaban pozol”: ¿Cuántos Zapatistas hay en tu pueblo?, me preguntó Manuel, así, de la nada. ‘No muchos’ le contesté, resistiendo la tentación de decirle que yo soy de una ciudad y no de un pueblo. ‘¿Por qué no?’ ‘Bueno, supongo que a nadie le importa lo suficiente o están muy ocupados’ Dije e inmediatamente me arrepentí de haberlo dicho. Con el silencio que siguió empecé a pensar acerca de las luchas inspiradoras que conozco y la gente que había conocido en mi país, el Reino Unido, en los últimos años. Gente que arranca plantas transgénicas de los campos, que irrumpe en bodegas o bases militares para desmantelar jets y aviones de guerra, que bloquean las carreteras para parar su expansión y hace fiestas en estas carreteras. El ejército silencioso de gente que organiza clases gratuitas de inglés para los inmigrantes o eventos de solidaridad con otras luchas, que desarrolla software de acceso libre, laboratorios de hackers y medios de comunicación alternativos. Había empezado a olvidar cuántas personas continúan resistiendo al neoliberalismo, al impasse del fundamentalismo del mercado y el cerco condescendiente de la democracia representativa; estas personas que frecuentemente ponen su libertad en juego en la lucha por una sociedad más igualitaria, mejor, donde todos contribuyamos a su construcción. Manuel, que parecía seguir mis pensamientos, rompió el silencio y me dijo: ‘Hay más zapatistas de los que crees, Pablo. Tener a güeros como tú apoyándonos acá es muy bueno. Pero en algún momento tienes que regresar a tu casa y encontrar a los zapatistas que están donde tú vives. Ya los encontrarás. Y ellos te encontrarán a ti. Sólo necesitan encontrar un lenguaje para hablar entre ustedes’ (citado en Chatterton 2010: 898).

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“Estas palabras pronunciadas en 2010 cobran todavía más validez en nuestros días cuando los que resistimos somos cada vez más. Resistimos poniendo nuestro granito de arena, casi invisible, todos los días y ahí vamos, dando tumbos, navegando a contracorriente. Y es en este navegar a contracorriente en el que nos damos cuenta de que el cruce política, cultura y raíces se vuelve una maraña que da fuerza y norte (¿o sur?). Es así como llego a la frase rescatada de la colectiva del Río Combahee que, tú querida Xochitl, nos traes para cortar ansiedades: ‘La política más profunda y radical viene de nuestra propia identidad’. Y creo también que por más difíciles que sean las cosas, nuestra identidad tanto personal como colectiva, está hecha de memoria, de recuerdos, pero también de sueños y esperanzas. Y es ahí donde la teoría se queda corta, no alcanza, porque nunca puede hablarle a la emoción. Aquí lo que necesitamos es arte, emoción y gozo estético. No hablo de galerías o auditorios, sino de lo que hacemos, grande o pequeño que nos produce este placer, esta catarsis estética que a veces impide que perdamos la razón y a veces nos obliga a abandonarla. Según sea el caso o la necesidad…”25

Posdata. Carta-respuesta 2 La carta-respuesta de Lia lleva un tono especial brasileño de su hablar, de su hablar no sólo con la palabra sino con todo el cuerpo. Lia me/nos dice: “He leído la cartainvitación de Xóchitl y las respuestas de Anika, Rita y Hanna. En la palabra escrita de ustedes he encontrado inquietudes que igual calan en mi corazón y que me ayudan a ir pensando más fuertemente la invitación de Xóchitl y las preguntas planteadas por Rita. Pensando en mi trayectoria, en el marco de una educación elitista, colonizadora y clasista, rasgo presente en la educación brasileña, me recuerdo cómo fue el proceso de dominación simbólica e ideológica al cual somos todas y todos sometidos desde em campo educativo y más: aún su capacidad de penetranos a profundidad sin que siquiera nos demos cuenta o quizás ¡sí! nos damos cuenta pero nos cuesta mucho trabajo irrumpir los formatos que nos imponen, de forma sutil o impositiva. En mi país, en la universidad, sufrimos la privación de expresarnos desde nuestro lugar, desde nuestra identidad, desde nuestra voz, lucha y dudas. Aprendemos a ‘pensar academicamente’ desde los referentes europeos (hay que reconocer los aportes que nacen desde Europa, pero también desde otros múltiples lugares) y ahora, estando en México, empiezo a reflexionar sobre mi misma y sobre mi país, a preguntarme por qué Brasil sigue (aunque empiece a cambiar tantito) con una mirada y un anhelo que niega Latinoamérica. Y estando acá en México veo, muy claramente, como es difícil tejer la crítica desde adentro, desde mi país, razón que me hizo querer hacer el doctorado en México y no en Brasil. Y respondiendo a la pregunta de Hanna, el zapatismo fue una de las razones de mi llegada a México, pero también mi desilusión en no conocer mi continente, sobre todo desde la universidad”. “Llegando en México, tanto en la UNAM, como en Sancris, me encontré con

experiencias no vividas en Brasil, entre ellas, el derecho de reivindicar la propia voz, una identidad socio-cultural y política. En México escuché por primera vez la palabra ‘decolonial/decolonialidad’. En Brasil empieza esta reflexión, pero sólo porque Boaventura de Souza Santos (que es portugués) la mencionó como ‘temática relevante’ 25

Carta-respuesta de Rita Pérez a la carta-invitación de Xochitl Leyva. SVI de la RETOS.

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en el campo de las ciencias sociales y como allá, en mi país tropical, la voz europea es la materialización de la verdad, entonces ‘¡orale! somos nosotros, los brasileños, latinoamericanos, tratemos de estudiar estas cosas!’. Comparto con ustedes estos ejemplos, no para demarcar un allá, un acá, un arriba o un abajo. He aprendido a valorar el internacionalismo existente en las luchas anti-sistémicas, en la resistencia que existe y está muy viva en todas partes del mundo. Señalo estos ejemplos desde mi país para mostrarles que en Brasil no se reconoce la multiplicidad de voces y esta negación es fortalecida a través de nuestros sistemas educativos, los cuales niegan el ‘ser mujer’, el ‘ser hombre’, ‘niño’, ‘indígena’, el ‘ser afrodescendiente’, ‘homosexual’, etc., Todos ellos hoy día banderas de lucha de muchos movimientos y redes de mi país. Movimientos que están en diálogo con otras luchas del mundo”. “Esta síntesis incompleta de algunos elementos que me ‘formaron’ en Brasil entran en

erupción en el momento en que me encuentro con ustedes, en el SVI. Empiezo a interpelar estos referentes impuestos y a pensar el proceso de decolonización propia y de liberación, pensándome ya como mujer-activista-investigadora. ¿Qué desafíos se presentan?, ¿qué senderos seguir? ¿cómo empezar un otro camino? Poco a poco me voy dando cuenta de que es dificil, pero no imposible iniciar este proceso de liberarse y hacerlo colectivamente nos fortalece en las decisiones, en los intentos…”26

Posdata. Carta-respuesta 3 Vienen a mi mente Hanna y Lumi, casi no puedo despegarme de esa imagen de la mamá y la hija recién nacida y el esfuerzo de Hanna para no perderse las sesiones del SVI y seguir avanti con nosotras. Ella nos/me dice: “Al leer la carta-invitación, me acordé de repente de una reunión de nosotras (Xochitl y yo) que tuvimos el verano del 2011 cuando yo estaba con la idea de escribir sobre el zapatismo pero saliéndome del formato académico usual. Mi idea de entonces fue poder encontrar otras formas más creativas y accesibles de escribir desde la academia. Me acuerdo que Xochitl me preguntó si me/nos sería posible. En ese momento, estaba convencida de que sí, después la idea se me fue olvidando por varias razones, pero ahora al leer el texto de Xochitl, me doy cuenta que a ella no se le olvidó…” “También quiero agradecer a Xochitl por introducirme en los escritos de mujeres de color y de feministas… que no conocía antes y que definitivamente me gustaría conocer más y a profundidad. Sobre el posicionarse hemos debatido muchos en el SVI, y tengo que decir que siendo yo una mujer blanca nórdica y académica, vivo muchas tensiones que creo nunca serán posibles de eliminar … aunque ellas siempre estarán presentes, nunca matarán el compromiso que tengo de acompañar, física o espiritualmente, las luchas de abajo y de izquierda que emergen en diferente partes del mundo, pero sobre todo en México y en Chiapas…”. “Mis antecedentes están bastante enraizados en las izquierdas europeas de la ‘vieja guardia’; en las izquierdas de trabajadores, campesinos y gente humilde de Finlandia que tuvieron sus propias luchas, sobre todo, en la guerra civil de 1918, en donde hubo familiares nuestros muy cercanos involucrados. Eso tal vez ayuda a explicar por qué lucho desde la academia, es decir, es más fácil de entenderlo si anoto que fui educada 26

Carta-respuesta de Lia P. Barbosa a la carta-invitación de Xochitl Leyva. SVI de la RETOS

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según las viejas ideas de la izquierda socialdemócrata que creía en la necesidad de ‘subir en la escalera social’, de hacer ‘el viaje de clase hacia arriba’. Dicho viaje se haría a través de la educación. Por ello la investigación para mí ha sido una forma de lucha, una forma de conocer más de ese mundo y de poder pasar algo de lo explorado hacia la gente”. “Con estas ideas en mi cabeza, mi plan original universitario era llegar a investigar (= conocer) las voces de las mujeres ‘rojas’ que lucharon en la guerra civil de mi país en 1918. Voces que no habían sido entonces, en los años 19(90), suficientemente escuchadas ni exploradas. La idea era poder llegar a estas voces antes que desapareciera esa generación de mujeres y conocer algo sobre sus experiencias y cómo éstas interpelaron la política nacional e internacional. Con esa idea en mente, busqué entrar a la universidad… sin embargo, el plan no se materializó y tomé otro camino… Pero a pesar de ello lo que veo como una constante en todo mi hacer académico-políticopersonal, es el interés en las luchas de la gente humilde y cómo logran/mos luchar y sobrevivir en sus/nuestras vidas cotidianas en el marco de los grandes trastornos de la política mundial. Dos cosas que nunca están separadas… Sin embargo, sigo enfrentándome con el hecho de que para la academia mainstream, eso es lo que menos importa. Parece que desde el principio, yo y la academia mainstream no nos entendimos… porque ni pienso y ni actúo como debería hacerse en ese sistema-mundo capitalista, colonial y académico. Veo que mas bien me localizo en las fronteras de varios mundos. Ahí estoy balanceándome y criticando, tal vez esa es una de las razones por las que vivo hoy aquí en la Frontera Sur…”27

Posdata. Carta-respuesta 4 La carta-respuesta de Rosalba Icaza llega desde los Países Bajos en forma de un audio, su voz firme y profunda nos deja saber que grabó su carta aprovechando que su bebé estaba en esos momentos tranquilo y sin fiebre. Rosalba arranca así: “… Xochitl acabo de leer tu carta, primero te comento que estoy profundamente emocionada has tocado fibras muy fuertes y profundas de mi pensar y mi sentir. Celebro la claridad de tu punto de partida, me quedo muy llena de saber que existen formas de nombrar lo que estamos tratando de hacer en el SVI, y de saber que otras ya han recorrido esos caminos, me refiero a las compañeras negras, feministas, lesbianas de E.U. Me tranquiliza saber que existen esas voces, esos sentimientos porque a veces las palabras faltan para tratar de explicar lo que quiere uno decir”. “Encuentro en tu carta un punto de partida muy hermoso y fuerte el cual suscribo. Creo que la obra colectiva puede ser algo muy fuerte en donde nos podamos encontrar y a mí lo que más me interesa es inspirar a otras personas que llegan a mis oficinas, a mis clases para tratar de expresar lo que están viviendo, sintiendo, por ejemplo a causa de las diferencias entre las teorías y sus activismos en sus lugares de origen.” “Inspirada por la teoría encarnada… repienso los tres tiempos o momentos coloniales de mi vida: el primero como mujer educada en una clase media, media baja, por padres muy religiosos y conservadores pero muy trabajadores quienes tenían ya un rol preparado para mí. El segundo se dio cuando fui a estudiar el doctorado en Inglaterra y 27

Carta-respuesta de Hanna Laako a la carta-invitación de Xochitl Leyva. SVI de la RETOS

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pasé por un proceso de objetivización, deshumanización, des-encarnación. El tercero cuando me voy a Suecia y leo a las feministas hegemónicas y me transformo en una feminista liberal, radical que no comprende nada más allá de la patriarquía violenta. Hoy me encuentro en un giro decolonial en donde es muy importante para mi nuestras genealogías… en donde cuestiono ese éxito que otros quieren ver en mi… en donde valoro a mi madre, a mi abuela que me impulsaron a volver a mis raíces… en donde parece que regreso al punto de partida porque mi genealogía es circular, o como dijera Formet Betancourt nacemos en relación con otros(as), somos una relación… eso me mueve a regrersar, me impulsa a comprender a muchas estudiantes que tienen esa necesidad de volver y devolver…”28

Posdata. Carta-respuesta 5 Anika siempre presta a aportar al espacio colectivo sus saberes, es quien me/nos compartió en el SVI la ficha de la obra Esta puente, mi espalda… lo cual siempre agradeceré recordando que la gratitud es la pócima más anticapitalista que conozco. Espero haber reciprocado algo cuando le regalamos nuestra hija Sjalel Kibeltik. Gratitud que extiendo a la compañera bibliotecaria Guadalaupe Salazar quien nos consigió el libro de Esta puente... en el D.F. Decía yo, Anika arranca su carta-respuesta así: “Mil gracias por tu carta-invitación que nos impulsa a revelar y analizar nuestra experiencia en la investigación comprometida de manera informada. ¿O es más correcto decir ‘elucidar la investigación comprometida desde la categoría de la experiencia’?” “Tu paper en forma de carta me anima a responderte también en forma de carta. Son dos los aspectos que me hacen mucha resonancia, y sobre los que quiero elaborar un poco mis asociaciones, el concepto de “desnudarnos”, y también la cultura de citarnos mutuamente en nuestros textos académicos, que tú practicas rigurosamente en tus textos, y que para mi es una propuesta muy, muy importante para una nueva cultura de escritura académica”. Por cuestiones de espacio sólo trenzo ahora el segundo aspecto con la finalidad de que con las palabras de Anika, pueda yo redondear la idea central de esta mi carta: el cómo fuimos construyendo el y/osotras y nuestras luchas epistémica ético-políticas. Cómo fuimos visibilizando y nombrando juntas lo naturalizado, lo encarnado, lo que muy pocas se atreven a nombrar y muchas menos se atreven a cambiar. La voz de Anika continúa diciendo: “Una práctica que me gusta mucho en tu carta (y en tus otros escritos) es que realmente haces referencia a las personas que te dieron diferentes ideas en las conversaciones del SVI y otras ocasiones. Espero que en la escritura de nuestra obra colectiva podamos apropiarnos de esta práctica o ética, hacerla una marca nuestra, el dar cuenta del trabajo intelectual de las otras, sea o no publicado anteriormente”. “Hacer visible el camino del conocimiento a través de las conversaciones y conectes con las personas para mi es contraponer otra cultura de generar conocimiento, alternativa a la mente monolítica, un autor-genio al que se le ocurre todo solo. Me ha 28

Carta-respuesta de Rosalba Icaza a la carta-invitación de Xochitl Leyva. SVI de la RETOS

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dolido ver que muchos de los grandes autores que he leído y algunos machos escritores que he conocido no sólo absorben los discursos contemporáneos y luego los captan y representan en la escritura, sino también absorben, captan y representan también conversaciones filosóficas con amigos y amigas, sin luego citar las fuentes, y presentando las ideas como ideas suyas”. “El acto creativo, el acto que trae méritos en nuestra cultura dominante parece ser el saber escribir. En esta cultura, el pensamiento de las otras personas se considera, usa, explota, emplea como puro ‘material’ para la propia escritura. Un material frente al que no se asume una postura ética”. “Pero el pensamiento que está detrás, el pensamiento que se refleja en la escritura muchas veces tiene atrás otros autores.29 Esto es lo que buscamos hacer transparente en nuestros trabajos de investigación con actores sociales. Mirar críticamente y con sensibilidad nuestra relación con sus palabras. Para que esta relación no sea marcada por un patrón que usa el conocimiento de otros para fines nuestros. Asunto que hacemos muchas veces por obedecer inconcientemente los encargos académicos… Quizás la práctica de dar a conocer el origen de nuestras ideas es otra variante del desnudar, o, como me gustaría decir, del revelar lo insólito, del revelar lo callado”. “Mucho más se podría decir, y se debería decir a partir de tu carta. Pero ya rebasé las cinco páginas. Te agradezco profundamente tu ejemplo y tu valor de practicar una nueva forma de escritura académica. Y tu constancia y perseverancia en impulsarnos, guiar y acompañarnos en este camino.”

Jobel, al cierre-renovación del 13 Baktun

29 Carta-respuesta de Anika Meckesheimer a la carta-invitación de Xochitl Leyva. SVI de la RETOS. Anika agrega en su carta esta cita: “Casos extremos de esta actitud son el mismo Einstein, quien fue el que desarrolló y publicó su pensamiento a partir de la relación pasional con su novia y esposa. O el famoso Paolo Freire, quien estudiaba derecho, mientras su entonces compañera enseñaba alfabetización a adultos y se las ingeniaba para acercarles a los adultos desprivilegiados el acceso a la palabra escrita. De allí, Freire elaboró la pedagogía de los oprimidos, sin nunca citar a su compañera”.

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