

Ilustración de portada del libro Jaque a la Democracia de Joaquim Bosch (Ariel)
El placer de compartir lecturas todos los días en
Escritores de España y América Latina eligen para WMagazín un término o concepto que retrata no solo el primer cuarto de siglo, sino este momento de transición, reordenación e incertidumbre: de Delirante y Desinformación a Uroboros
i el gris es el color de nuestro tiempo, según el filósofo alemán Peter Sloterdijk, ¿cuál es la palabra que mejor define este siglo XXI? WMagazín preguntó a varios escritores cuyas respuestas crean un gran diccionario literario de nuestra época que afronta problemáticas e incertidumbres transversales. Un retrato polifónico hecho por Piedad Bonnett, Ramón Andrés, David Uclés, Clara Obligado, Gabi Martínez, Rodrigo Quian Quiroga, María Isabel Sánchez Vegara, Esteban Mira Caballos, Marbel
Sandoval Ordóñez, Adrià Salas, Juan Gómez Bárcena, Fernando Vicente.
Estos autores definen un mundo emboscado por asuntos esenciales para el futuro, que van del cambio climático y las amenazas a la democracia y las igualdades a las incertidumbres económicas y geopolíticas.
Entre las palabras elegidas están Delirante, Desinformación, Erosión, Esperanza, Inteligencia artificial, Oportunidad, Recogimiento, Turbulencias, Uroboros, Verdad…



WMagazín invitó a varios autores a elegir y explicar tre el primero y el segundo cuarto de siglo. Época que da origen a este diccionario literario de Piedad Obligado, Gabi Martínez, Rodrigo Quian Quiroga, Caballos, Marbel Sandoval Ordóñez, Adrià Salas, términos como Delirante, Uroboros Erosión, Esperanza,
i el gris es el color de la contemporaneidad, según el filósofo alemán Peter Sloterdijk, ¿cuál es la palabra o concepto que define, identifica o describe esta transición entre el primero y el segundo cuarto del siglo XXI, que afronta situaciones, retos, problemáticas e incertidumbres tan variadas? Doce escritores y creadores de España y América Latina responden a esta pregunta de WMagazín y explican el porqué de su elección. Doce retratos literarios, fragmentos del presente condensados en sendos términos que iluminan el pasado y el presente, pero que, sobre todo, miran hacia adelante con retos y desafíos ante un panorama con:
• Cambio climático y demás problemáticas alrededor del planeta y el bienestar del ser humano y su relación con la naturaleza.
• Amenazas a la democracia.
• Avances de la ultraderecha que agitan, por ejemplo, la xenofobia.
• Retrocesos e involución de diferentes derechos y libertades adquiridas.
• Aumento de la pobreza, las desigualdades y las injusticias.
• Migración por múltiples factores.
• Populismos de toda estirpe.
• Brotes de nuevos colonialismos imperiales que se creían olvidados.
• Desinformación y noticias falsas en las cuales ni siquiera nos ponemos de acuerdo en los hechos.
• Avance de la colonización/dominio de las redes sociales como vías informativas sin contrastar, ánimo de alterar la verdad y agitar la polarización.
• Era del algoritmo y la trashumancia al mundo del ciberespacio.
• Religiones y acoplamientos culturales y religiosos.
• Guerras territoriales, económicas, religiosas, ambientales…
• ¿Nuevo orden de la geopolítica y pugna en la división del mundo en tres bloques: Estados Unidos/Europa, China y Rusia?
• Despertar de xenofobia, racismo, etcétera.
• Inteligencia artificial y sus desafíos.
• Negacionismos.
• Luchas por la igualdad y derechos de las minorías.
• La educación despojada, cada vez más, de las humanidades, por ejemplo.
• Cambios de hábitos y concepción de la propia vida de las nuevas generaciones en lo personal, sentimental, sexual, familiar, social o laboral.
• Aumento de la corrupción en todas las esferas.
• Entronización de la llamada oligarquía tecnológica.
• Una sociedad cada vez menos proactiva, más pasiva.
• Desprotección de la ciudadanía ante el desmantelamiento de los estados y la cesión de la salud y la educación a empresas privadas.
• Delirante
El término es de John Carlin, para referirse a los tiempos de Donald Trump (presidente de Estados Unidos), en los cuales “puede pasar cualquier cosa”. Nos reiríamos de lo bufo que hay en tanta decadencia, de no ser porque en el accionar delirante del fantoche vemos rasgos de fascismo. Y porque él, con su mente caótica y peligrosa, es solo la encarnación extrema de una ultraderecha que viene afianzándose en el planeta, y de la plutocracia que lo apoya, y que viola todos los principios éticos con tal de afianzar sus imperios. Todo esto mientras la democracia está en crisis, la izquierda está representada por dictadorzuelos de pacotilla o por gobernantes
explicar una palabra que identifique esta transición ende problemáticas e incertidumbres transversales Piedad Bonnett, Ramón Andrés, David Uclés, Clara Quiroga, María Isabel Sánchez Vegara, Esteban Mira Juan Gómez Bárcena, Fernando Vicente... Hay Esperanza, Desinformación... ¿Qué palabra eliges tú?
AUTORES
populistas, Europa se ve cansada y sin poder, el hambre cunde, las organizaciones internacionales se muestran impotentes, y la IA funciona sin suficientes regulaciones. Como siempre, sin embargo, las fuerzas progresistas sabrán organizarse y resistir, apoyadas en el arte y el pensamiento crítico.
Desinformación
El reto más importante que afronta la humanidad en este segundo cuarto del siglo XXI es el de la desinformación. Huelga decir que siempre ha existido y, tanto el conocimiento como la información han sido usadas secularmente por quienes las poseían para defender sus intereses o los de sus respectivos reinos, imperios o estados.
Sin embargo, la actual combinación de la IA con las redes sociales está generando un problema de unas dimensiones nunca vistas. Se crean masivamente fake news, con la intención de moldear una opinión pública acorde a unas intenciones muy concretas. Son noticias muy elaboradas que llegan a millones de personas que a su vez terminan compartiéndolas y replicándolas indefinidamente. El mundo afronta gravísimos retos, pero nada de eso tiene solución si seguimos masivamente desinformados o, peor aún, falsamente informados. O se consigue controlar este cáncer del siglo XXI o no habrá esperanza.
Eclosión
Eclosión, es la palabra que para mí define este último cuarto de siglo de la humanidad. Lo que se estaba gestando rompió su envoltura y dio paso a un mundo cuya forma futura no es clara todavía. El capital gobierna, con la política a su servicio. Los populismos de derecha e izquierda arrasan. Figuras dictatoriales se consolidan. Las libertades, la democracia y los derechos retroceden y se hace necesario defenderlos. La naturaleza se rebela. Los seres humanos, como hormigas, migran por el planeta en busca de un mejor lugar. Las redes sociales reflejan individuos cada vez más solos y, en simultánea, masas aullantes de emotividad, falta de criterio y pensamiento. Los medios imponen las agendas de sus dueños y se alejan del rigor. El mundo digital, con su inteligencia artificial, y ésta en poder de los poderosos, es amenaza y esperanza. Estamos ante un nacimiento. ¿Cómo será la criatura: monstruo o mariposa?
Erosión
La raíz indoeuropea rēd se asocia a los significados de “rascar”, “roer”, “corroer”. En latín, rōdō refiere la acción de “roer”, verbo que puede emplearse para describir la progresiva y rápida erosión de los fundamentos democráticos: la política, la cultura, la enseñanza. El llamado “capitalismo salvaje” tiene como objetivo refutar los derechos y libertades de cuño democrático, “corroer” el Estado en favor del capital. Así, la devaluación de la democracia es aceptada gracias a una intensa labor de desinformación, que tiene en las redes sociales su mejor alianza. El resultado revierte en un hecho histórico: con su apoyo a regímenes oligárquicos y represores, la población cree que va a vivir en mayor libertad.
(continúa en la página siguiente...)


(...viene de la página anterior)
Esperanza
Por encima del pensamiento apocalíptico, con sus razones y sinrazones, me gustaría destacar, en la transición del primer cuarto de siglo, esa virtud tan poco mencionada y con la que tantas veces me encuentro. La necesitamos para poder crear un mundo en el que la utopía tenga su espacio. Es lo que siento todos los días en algún momento, cuando, en medio del discurso del desánimo, veo un grupo de ecologistas que planta árboles o regenera un bosque, gente que lee en comunidad, mujeres que marchan y avanzan con sus derechos, profesores que, sin caer en el discurso del desánimo, siguen entusiasmados con su tarea, médicos que sostienen una mano, artistas que siguen adelante sin saber por qué. Podría seguir señalando cientos de estas pequeñas acciones casi invisibles. Son las que, a través de la historia, y en las épocas más aciagas, regeneran y sostienen nuestra cultura, la airean, nos permiten crear y que, muchas veces, no señalamos con el énfasis suficiente. Yo quiero subrayarlas, y hago de su persistencia lo más notable del momento. Cuando me cruzo con estas batallas modestas, pienso que son el tejido que nos sostiene y que constituyen un discurso de la esperanza que es, quizá, uno de los pocos ángulos desde los que se puede construir.
Inteligencia Artificial
Hace un par de siglos, la revolución industrial gestada en Gran Bretaña lo cambió todo. El uso de las máquinas no solo supuso un impacto económico, sino que tuvo muy fuertes connotaciones sociales, cambiando radicalmente la estructura de trabajo. A fines del siglo XX vivimos una revolución análoga con el advenimiento de las computadoras y, tiempo después, de Internet. Las computadoras se hicieron cargo de tareas rutinarias, tanto en el hogar como en las grandes fábricas, y pasamos a estar permanentemente online y conectados a través de la web. Hoy día, las computadoras no solo nos reemplazan en tareas que se puedan automatizar, sino que pueden ser entrenadas y aprenden. Los avances son tan notables que sorprenden e incluso asustan por la velocidad estrepitosa a la que se están dando, aquí y ahora, incluso evocando escenarios distópicos de la ciencia ficción. La inteligencia artificial está cambiando no solo la economía y la sociedad, como en las revoluciones anteriores, sino que está dejando patas arriba la neurociencia y la filosofía, porque por primera vez en la historia se hace cada vez más difusa la distinción entre el hombre y la máquina, lo cual nos lleva a replantearnos qué nos hace humanos.
Oportunidad
Perplejidad
Yo creo que la palabra que mejor define mi actual estado de ánimo podría ser desconcierto, asombro o estupefacción ante lo que está ocurriendo en el mundo en este segundo cuarto de siglo XXI, el que nadie pare las matanzas de civiles, las guerras… Pero lo que me tiene absolutamente perplejo es que la gente vote a inútiles, bravucones o simplemente deficientes mentales para que los gobiernen y saquen las castañas del fuego. Ya no son solo los bulos (medioambientales, sesgados o dañinos para el adversario político) las redes sociales o la precariedad de nuestras vidas, sino ese pensamiento obtuso de que esos extremismos les van a arreglar la vida. Creo que el mayor problema no es tanto que existan estos personajes, creo que siempre los ha habido, sino que tantas miles, millones de personas los sigan y los voten. … asisto perplejo!
Recogimiento
Frente a tanto ruido y tanta turbulencia, me quedo con la palabra recogimiento, que hoy siento más necesaria que nunca. Para mí, recogerse —meditar, practicar la lectura reflexiva, conectar con la naturaleza, dirigir la mirada hacia el arte…— es un acto de resistencia ante la confusión y el vértigo exterior. Recogerse no significa ignorar lo que sucede fuera, sino mirarlo con la serenidad y la claridad que solo se encuentran en nuestro interior. Al final, no se trata de alejarse de la vida, sino de reconocer que nuestra vida no es eso que pasa ahí fuera.

Verdad
La avalancha de información, desconfianza y radicalismos que sacuden al planeta desde principios de siglo está propiciando líderes que obviamente no buscan el bien común. Sus decisiones van a permitir que las nuevas generaciones entiendan, sufriendo, las consecuencias de tolerar gobiernos ultraderechistas o sencillamente insensatos. Las libertades conquistadas durante siglos ya sufren evidentes retrocesos, y, ante la agresión, muchos empiezan a comprender que ciertas cosas no admiten relativismos. La palabra libertad va a, más o menos, recuperar su sentido original, apreciaremos mucho mejor sus límites, y esto va a dar la oportunidad de, después de décadas bien confusas, articular resistencias poderosas proponiendo narrativas que construyan y juntando a millones de personas con ganas de crear algo distinto. La oportunidad de, por fin, reaccionar.

Uroboros
Al igual que la mitológica serpiente que muerde su propia cola, estamos abocados a un continuo pasar de ciclos de desarrollo y destrucción. Creo que la democracia corre ahora peligro, pasado este primer cuarto de siglo, y que el nuevo ciclo señala el comienzo de la destrucción, de una caída de los pilares basados en la igualdad, pues hasta las democracias más sólidas están viendo grietas en sus raíces. Decía mi mentor espiritual, José Saramago, que él no era ningún pesimista, sino un optimista bien informado. Siento ser tan agorero, pero no veo otro futuro más que este. Por ello, es urgente que trabajemos, si no para evitar la caída, para retrasarla y hacerla menos atroz.
En la década de los sesenta y de los setenta, la izquierda francesa comenzó a referirse a la verdad como relato, para denunciar los discursos de poder que se ocultaban detrás de afirmaciones supuestamente objetivas. Poco podíamos esperar que, cincuenta años más tarde, los populismos de extrema derecha acabarían usando este concepto no como una forma de emancipación, sino para erosionar el propio sentido de la verdad. Uno de nuestros mayores desafíos es enfrentarnos a esta crisis de nuestra confianza en la realidad, y a aquellos que de manera interesada buscan —a través de la difusión de fake news y del uso perverso de la inteligencia artificial— destruir nuestra capacidad de interpretar el mundo.

on la muerte de Mario Vargas Llosa (Perú, 1936-2025) termina una época de oro de la literatura en español: el último de los cuatro grandes escritores de América Latina del boom junto a García Márquez, Fuentes y Cortázar, que pusieron a leer en todo el mundo nuestra literatura Una mañana de marzo de 2014, en su apartamento de Lima, fui testigo de su generosidad y embrujo para transmitir su pasión por la lectura y su sabiduría de la literatura. Eran los días en que se inauguraba la I Bienal de Novela Mario Vargas Llosa. Fui como enviado especial del diario español El País y allí escribí: “en una terraza frente al Pacífico sin horizonte por la niebla, hablaba entusiasta de una faceta apasionada y anterior a la escritura: la lectura. Un entusiasmo y sabiduría que transmite en La verdad de las mentiras de tal forma que al leer cualquiera de su treintena de ensayos, sobre escritores y obras, el efecto inmediato es ir a buscar dicho libro y leerlo o releerlo”.
Aquella mañana le pregunté qué era lo que lo seducía de un libro, sonrió, y en un par de minutos dio una clase magistral:
“¡Depende del género! En la poesía la clave está en los primeros versos. Si no son buenos, difícilmente remontará y el lector se va. En la novela, en cambio, eso puede retrasarse y no siempre las primeras páginas guardan la maravilla que puede venir. Por eso, de alguna manera, entiendo a Gide cuando rechazó publicar En busca del tiempo perdido, de Proust, lo que lo llevaría a arrepentirse toda la vida. Hay otras novelas que desde las primeras palabras te capturan, como Cien años de soledad con ese comienzo extraordinario; o Moby Dick, con ese ‘Digamos que me llamo Ismael’, tan enigmático; o El Quijote con ‘En un lugar de La Mancha de cuyo…’ con su misterio y musicalidad. Como decía Borges, lo que no es excelente no es poesía, por eso me dediqué a la novela…”.
El Nobel de Literatura peruano, fallecido el 13 de abril de 2025, siempre se consideró un lector antes que un escritor. Recordamos esta faceta y reseñas clave de obras de García Márquez, Gustave Flaubert, Virginia Woolf, Joseph Conrad y Thomas Mann
Por W. M. S.

Tres años después, en 2017, con motivo del medio siglo de Cien años de soledad, de García Márquez, cuya novela admiraba y sobre la cual escribió un libro esencial, Historia de un deicidio, Vargas Llosa dio una charla en los Cursos de Verano de San Lorenzo de El Escorial:
“Entre otras características de Cien años de soledad, que tienen pocas obras maestras, es la capacidad de ser un libro lleno de atractivos para un lector refinado, culto y exigente, o para un lector absolutamente elemental que solo sigue la anécdota. Es un caso muy raro que un libro pueda ser leído por tan distintos lectores. (…) García Márquez no era un intelectual. García Márquez funcionaba mucho más como un artista, como un poeta, que como un intelectual. Es decir, alguien que reelabora conceptualmente aquello que hace y está en condiciones de explicarlo”.
Pero la debilidad de Mario Vargas Llosa era Madame Bovary, de Gustave Flaubert, al que dedicó varios artículos y de cuyo autor dijo: “Sin Flaubert nunca habría sido el escritor que hoy soy”.
A continuación, algunos pasajes de sus reseñas:
Madame Bovary, de Gustave Flaubert

Pero la debilidad de Mario Vargas Llosa era Madame Bovary, de Gustave Flaubert, al que dedicó varios artículos y de cuyo autor dijo: “Sin Flaubert nunca habría sido el escritor que hoy soy”.
“He leído la novela una media de veces de principio a fin y he releído capítulos y episodios sueltos en muchas ocasiones. Nunca tuve una desilusión, a diferencia de lo que me ha ocurrido al repasar otras historias queridas, y, al contrario, sobre todo releyendo los cráteres —los comicios agrícolas, el paseo en el fiacre, la muerte de Emma—, siempre he tenido la sensación de descubrir aspectos secretos, detalles inéditos, y la emoción ha sido, con variantes de grado que tenían que ver con la circunstancia y el lugar, idéntico.
La señora Dalloway, de Virginia Woolf

“Su hazaña no es menor que las similares de Proust y de Joyce, a las que complementa y enriquece con un matiz particular: el de la sensibilidad femenina. Sé lo discutible que puede ser el adjetivo ‘femenina’ aplicado a una obra literaria y acepto que en innumerables casos resulta arbitrario utilizarlo, pero en algunos libros, como La Princesa de Clèves, o en autores como Colette o Virginia Woolf, me parece insustituible. En La señora Dalloway la realidad ha sido reinventada desde una perspectiva en la que se expresan no exclusiva pero sí principalmente la idiosincrasia y la condición de la mujer. Y son, por eso, las experiencias femeninas de la historia las que más vívidamente perduran en el recuerdo del lector, por la verdad esencial que parece animarlas, como el de aquella fugaz y formidable anciana, la tía de Clarissa, Miss Helena Parry, que, a sus ochenta y pico de años, en la turbamulta de la fiesta, sólo recuerda de la Birmania donde vivió de joven, las salvajes y esplendorosas orquídeas que arrancaba y reproducía en acuarelas”.
El corazón de las tinieblas, de J. Conrad

“La extremada complejidad de la historia está muy bien subrayada por la compleja estructura de la narración, por los narradores, escenarios y tiempos superpuestos que se van alternando en el relato. Vasos comunicantes y cajas chinas se relevan e imbrican para edificar un todo narrativo funcional y sutil. El río Támesis y el gran río africano (el Congo, aunque no sea nombrado) son los dos escenarios enhebrados por la historia. Dos ríos, dos continentes, dos culturas, dos tiempos históricos, entre los que va mudando el principal personaje-narrador, el capitán Charlie Marlow, que cuenta, a cuatro amigos, en la noche fluvial londinense, su antigua aventura africana. Pero, en esta realidad binaria, en la que hay dos mujeres asociadas a Kurtz —la negra ‘bárbara y soberbia’ y su delicada novia blanca— hay también dos narradores, ya que Marlow narra dentro de la narración de otro narrador-personaje (que habla de ‘nosotros’, como si fuera uno de los amigos que escuchan a Marlow), éste anónimo y furtivo, cuya función es la de velar la historia, disolviéndola en una neblina de subjetividad. O, mejor, de subjetividades que se cruzan y descruzan, para crear la enrarecida atmósfera en que transcurre el relato. (…) Esta atmósfera, uno de los mejores logros del libro, resulta de la poderosa presencia de una prosa cargada, por momentos grandilocuente y torrencial, llena de imágenes misteriosas y resonancias mágico-religiosas, se diría que impregnada de la abundancia vegetal y de los vahos selváticos”.
La muerte en Venecia, de Thomas Mann

“Leído y releído una y otra vez, siempre se tiene la inquietante sensación de que algo misterioso ha quedado en el texto fuera del alcance incluso de la lectura más atenta. Un fondo oscuro y violento, acaso abyecto, que tiene que ver tanto con el alma del protagonista como con la experiencia común de la especie humana; una vocación secreta que reaparece de pronto, asustándonos, pues la creíamos definitivamente desterrada de entre nosotros por obra de la cultura, la fe, la moral pública o el mero deseo de supervivencia social. (…) Decir que el escritor se enamora o que se incendia de deseo por el bello muchacho sería insuficiente. Le ocurre algo todavía más profundo: cambia su visión de la vida y del hombre, de la cultura y del arte. La sensualidad y los apetitos del instinto cobran una nueva valencia moral, ya no como formas de la animalidad que el ser humano debe reprimir para hacer posible la civilización, sino como fuentes de una ‘embriaguez divina’ que transforma al individuo en un pequeño dios. La vida deja de ser ‘forma’ y se derrama en un ardiente desorden”.


lvaro Pombo está en un rincón del salón de su casa madrileña, que parece el camarote de un gran barco. Allí está su cama. Allí está el escritor recostado con un jersey y un gorro de lana azul oscuro y gafas redondas mirando a la terraza que acoge una mañana luminosa. Allí está el poeta, narrador, ensayista, intelectual español y miembro de la Real Academia Española (RAE) custodiado, a su izquierda y en su cabecera, por pinturas y dibujos de barcos. El mar lo acompaña, cerca del mar nació y en el mar vivió las primeras grandes aventuras literarias que lo conquistaron para la lectura. No así para la escritura porque, “aunque pronto empecé a escribir, no me llevó a escribir ningún autor, me llevé yo”.
Tiene 85 años. Nació en Santander el 23 de junio de 1939. Y el 23 de abril de 2025 recibirá el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2024 por “su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración. A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista, se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios”.
Su memoria parece intacta, al igual que su entusiasmo y apuntes irónicos o anecdóticos que suele terminar con una risa traviesa a pesar de los inconvenientes de salud, sobre todo de la cadera y las piernas.
La pasión, el amor y la fidelidad o las dudas que esta puede generar forman su trinidad literaria. Sobre estos conceptos Álvaro Pombo ha publicado cinco poemarios y una veintena de novelas. Debutó en 1977 con Relatos sobre la falta de substancia. El Cervantes es el más reciente del rosario de galardones que ha recibido en cuatro décadas.
En el rincón de aquel camarote que es su casa, emprende un periplo por sus lecturas favoritas en un recorrido que ayuda a entender el porqué de su estilo e intereses. El imaginador de historias cuenta la suya con voz un poco cansada:
“De pequeño no recuerdo muy bien qué leía, pero cuando tendría unos catorce años, y vivíamos en Santander, mis tíos me regalaron El buscador de tesoros. Fue un libro muy importante porque me descubrió a Stevenson, en una traducción sudamericana. Un libro sobre sus poesías, su vida en Escocia y sus romanticismos, su vida como enfermo tuberculoso, su mar o su escapatoria a Samoa, donde lo más importante es el poema de su tumba. Te lo digo y lo entenderás (Y su voz se eleva con sentimiento):
Bajo el inmenso y estrellado cielo, cavad mi fosa y dejadme morir.
Alegre viví y alegre muero.
Pero al caer quiero haceros un ruego. Que sobre mi tumba pongáis este verso:
Aquí yace donde quiso yacer; De vuelta del mar está el marinero, de vuelta del monte está el cazador.
Eso resume un poco su vida de hombre enfermo, pero era un escritor de aventuras. Un hombre delicadísimo, muy delgado, casado con una chica norteamericana con dos hijos. Estuvo toda su vida buscando la salud en el trópico. Pero estos versos me parecen muy importantes porque revelan una actitud (y vuelve a recitar, ahora, para sí mismo):
Aquí yace donde quiso yacer; De vuelta del mar está el marinero, de vuelta del monte está el cazador.
La memoria de Pombo parece quedarse unos segundos en aquellos años adolescentes cuando descubrió la aventura más allá de su mar cantábrico.
Los otros libros que leía eran de Richmal Crompton, la autora de la serie sobre Guillermo. Me parecía absolutamente hilarante.
A Julio Verne lo leí mucho más tarde. Mi favorito es Veinte mil leguas de viaje submarino. Luego La isla misteriosa La vuelta al mundo en ochenta días me divirtió menos.
En cambio, no leyó a otros autores de la época como Alejandro Dumas. Suena el móvil que tiene a su lado, en la cama. Pide un mechero. Chsss y una débil llama amarilla enciende el cigarrillo.
Más tarde leí a Charles Dickens, Historia de dos ciudades. Después a Bécquer, pero no las poesías, me parecían blandiblú. Las Leyendas son muy superiores a su poesía. La poesía fue muy importante en mi vida. Las de José de Espronceda, la Canción del pirata, El dos de mayo… ¡Rubén Darío! Fue muy importante su Marcha triunfal
¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines, la espada se anuncia con vivo reflejo; ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.
Y después, con unos 16 años, ¿cómo te lo explico?, fue muy importante T. S. Eliot. En casa teníamos una colección de nóbeles, y ahí leí Prufrock. Es un poema con un gran estilo, ya entonces podía leer en inglés, porque somos una familia santanderina anglófila.

El escritor español evoca aquellos libros que lo sedujeron su estancia en Madrid y Londres, en la veintena: Stevenson, Rilke, McCullers, ¡Sartre! o Iris Murdoch.
Por WINSTON MANRIQUE



El otro gran poeta de mi vida es Rainer María Rilke. No lo leí en alemán, pero sí en francés y en castellano en las traducciones de José María Valverde. Las Elegías de Duino y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge
Pombo guarda silencio en lo que tarda en dar una calada lenta al cigarrillo, con la mirada en la terraza donde, tras la puerta de cristal y muchas plantas, se ve a un gato tomando el sol sobre la mesa.


Entre los españoles Cervantes siempre ha estado ahí, al poeta Luis Felipe Vivanco, a don Antonio Machado. De América Latina a César Vallejo:
Amorosa llavera de innumerables llaves, si estuvieras aquí, si vieras hasta qué hora son cua tro estas paredes. Contra ellas seríamos contigo, los dos, más dos que nunca. Y ni lloraras, di, libertadora!
Vallejo fue importante por lo poético y lo humano, por el juego con el lenguaje. Rubén Darío, también, nos deslumbró en España y deslumbró a toda la generación de Valle-Inclán.
Le pregunto que si fue por el arte de desacralizar y jugar con la palabra y mostrar la vida que tiene el lenguaje y Pombo responde rotundo:
No es desacralizar la palabra, ¡es sacralizarla!, en el sentido de que la palabra es para ser usada y machacada. Desacralizar para sacralizar. Como en Luces de bohemia, que me pareció la obra teatral más importante de la historia. Más que Arthur Miller. Leí mucho a Tennessee Williams. Leí con enorme admiración a Walt Whitman… Me gusta la magnitud de la estrofa. Pero uno de mis favoritos es Henry James. Lo conozco de principio a fin. Es un fenómeno literario, lo leí en inglés, no era solo la prosa sino, también, la meditación moral de los personajes. Te puedo hablar de Retrato de una dama, de Washington Square, de La copa dorada… El mundo de James es el de la alta burguesía que conozco porque es donde he vivido yo en España, en Santander. Después leí a Edith Warthon con La edad de la inocencia, maravillosa. Los dos eran amiguísimos y ella era muy rica.
Me gustaba Carson McCullers, El corazón es un cazador solitario me pareció un libro increíble; Reflexions in a Golden Eye, Reflejos en un ojo dorado, con la que hicieron una película esplendida con Elizabeth Taylor y Marlon Brando. Incluso mejor que una película que me gustó mucho: Brokeback Mountain, basada en el cuento de Annie Proulx.
Sus años en Londres los recuerda con entusiasmo. Llegó en 1966, se licenció como Bachelor of Arts en Filosofía por el Birkbeck College. Durante esa estancia, en 1973, debutó con el poemario ‘Protocolos’. A su regreso a España, en 1977, publicó su primera obra de narrativa, ‘Relatos sobre la falta de substancia’, historias homosexuales.
En Inglaterra leí mucho a Jane Austen, a las hermanas Brontë no tanto. Sí a Oscar Wilde y su teatro. A Virginia Woolf, con La señora Dalloway, pero lo que leí fue el Bloomsbury Group. Es un momento estelar de Inglaterra.
De los novelistas fueron importantes para mí Agatha Christie con Diez negritos, Cinco cerditos, también.
Otra novela fue El amante de Lady Chaterley, de D. H. Lawrence. Avanzada para la época. Leí mucho a E.M. Forster con gran satisfacción.
Iris Murdoch la he leído toda. Magnífica novelista, espléndida filósofa e intelectual.
Hace un retrato de una época inglesa interesante.
sedujeron desde su adolescencia, en Santander, hasta Stevenson, Verne, ¡James!, Rubén Darío, Eliot, Proust, Autores que lo han acompañado e influido
MANRIQUE SABOGAL




Después me vine a Madrid, a la Complutense, a hacer filosofía. Me interesaba la Filosofía escolástica y la Filosofía existencial… ¡Sartre! fue importante. También Heidegger, Santo Tomás de Aquino y Ortega y Gasset. Vivía en el Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino en Madrid, con 18 o 19 años. Teníamos una intensa vida intelectual. Leí a franceses como Julien Green y Si yo fuera usted o a Charles Moeller y sus obras de Literatura del siglo XX y cristianismo
Los ingleses son narradores absolutamente buenos, donde hay una gran tradición que no teníamos en España; la tenéis mejor vosotros, los latinoamericanos. Ahí están Cien años de soledad y los cuentos de Gabriel García Márquez…
En España, Nada, de Carmen Laforet. Un autor a quien no me parezco, pero que me fascina es Lorca, absolutamente todo. De los poetas de América Latina, Pablo Neruda.
Su entusiasmo y conocimiento por la cultura anglosajona es innegable. ¿Y los autores rusos, franceses o italianos?
Marcel Proust es muy importante. Leí a George Bernanos, un autor católico. Pero mi autor francés es Sartre, y Simone de Beauvoir.
De los rusos leí a Dostoievski, sobre todo Crimen y castigo o Noches blancas, en cambio, no leí mucho a Tólstoi.
De los italianos, un libro muy importante, cuando tenía veintitantos años fue, El Gatopardo, de Lampedusa. Lo he leído doscientas veces y vi doscientas veces la película de Visconti. Ahora he visto la serie.
El cine me gusta mucho. Películas como Al este del Edén, todo lo que se hizo sobre Tennessee Williams, el cine de Elia Kazan, magnifico Un tranvía llamado deseo. La noche de la iguana, de John Huston, espléndida con Ava Garner y Richard Burton. Veo cine con regularidad en la televisión. Me gustan las series inglesas como The Crown o Downtown Abbey, de las americanas El ala oeste de la Casa Blanca, Mad Men, es estupenda, pero son demasiado hijoputas todos.
Y ríe como un niño travieso. En ese momento Álvaro Pombo pide que le abra la puerta de la terraza a Michi, que se ha cansado de tomar el sol. Entra y, tras comer un poco, salta a la cama donde está el escritor y se pasea por el borde girando la cabeza, hasta que se sienta.
La búsqueda de belleza ha sido mi experiencia fundamental. En Santander la experiencia del mar… Ahí es cuando veo la belleza y soy consciente de ella. A los 16 años me regalaron una barca, yo remaba por la bahía. Luego está la finca de mis padres, La Dehesilla. En ellos veo la belleza sublime.


os hallazgos literarios son una alegría. Conocer a escritores nuevos o poco conocidos amplía el territorio de la literatura y de lo que sucede y preocupa en el mundo. Con el horizonte del Día del Libro 2025, el 23 de abril, recomendamos a algunos autores de diferentes países en una especie de vuelta al mundo con hallazgos literarios. Un periplo por territorios narrativos a descubrir con: Kamel Daoud, de Argelia. Radka Denemarková, de República Checa. Pedro Carlos Lemus, de Colombia. Masashi Matsuie, de Japón. Sara Catella, de Suiza. A continuación, nuestra ruta de hallazgos literarios de abril:
Suiza
Las desdichadas
Sara Catella. Traducción del italiano: Regina López Muñoz (Tránsito)

“Las desdichadas arranca el candado a las historias silenciadas y hace justicia poética”, afirma la editorial. Y es así con lo que tiene que ver con las llamadas y señaladas culpas, pecados, deseos, vergüenza o dolor. Todo empieza cuando en el otoño de 1912 el cura de un pueblo de Suiza cae enfermo y la única que lo puede atender es la partera. Si al comienzo ahuyentaba los silencios con preguntas como ¿quién va a bautizar ahora a los recién nacidos?, ¿quién liberará a las madres de la impureza del parto?, ¿traerá mala suerte alumbrar hijos en un pueblo sin párroco?, poco a poco va saliendo su lado más reflexivo, crítico y reivindicativo: ¿Cómo es posible que en misa solo se hable de pecados y castigos, y no de la miseria, del miedo a quedarse embarazada, de la vergüenza, de la sangre entre las piernas y el dolor?
Fragmento: “Buenos días, padre. Me siento por aquí, ¿eh? Espérese que le coloque bien la sábana, que por este lado está arrastrando por el suelo; ea. Adèss nos las tenemos que apañar así, con la enfermedad esta que le ha entrado en los ojos y en el habla. ¿Me oye? Soy la Caterina Capra.”
Argelia Huríes
Kamel Daoud. Traducción: Lydia Vázquez Jiménez (Cabaret Voltaire)

Ganadora del premio Goncourt 2024, en esta novela adquieren una dimensión especial la violencia de los hombres contra las mujeres, los estragos del islamismo en Argelia y la relación que mantenemos con la memoria y el silencio. Especial por la protagonista, su situación y la voz. Una mujer con marcas físicas y psicológicas que la dejaron muda en la guerra civil de los años noventa espera un bebé y surgen preguntas como ¿tiene derecho a tener a esa niña? ¿Puede dar la vida una mujer a la que prácticamente le arrebataron la suya?
“Con Huríes, la Academia Goncourt corona un libro en el que el lirismo compite con lo trágico, y que da voz a los sufrimientos ligados a un periodo negro de Argelia, en particular a los de las mujeres. Esta novela muestra cómo la literatura, en su gran libertad para auscultar la densidad emocional de lo real, traza otros caminos de memoria al lado del relato histórico de un pueblo”, dijo Philippe Claudel en el anuncio del Goncourt Kamel Daoud nació en 1970 en Mesra (Argelia). Es autor de las novelas La Fable du nain (2003), Ô Pharaon (2005), Meursault, contre-enquête (2014) y como periodista cubrió acontecimientos como la guerra de Argelia. Por su posición muy crítica con el fanatismo religioso, que considera una rémora para Argelia y enemigo de la libertad intelectual y de expresión, en 2014 fue amenazado con una fetua. En 2020 se instaló en París. Fragmento:
“Yo soy la auténtica huella, la prueba más sólida de todo lo que vivimos durante diez años en Argelia. Llevo en mí la historia de toda una guerra, inscrita en mi piel desde que era una niña. […] Mi pequeña Hurí, ¿qué harías tú con una madre como yo en un país que no nos quiere a las mujeres, o solo de noche? Te contaré todo lo que pueda, pero en algún momento tendremos que parar. Soy un libro cuyo final es el tuyo”.
República Checa
Sangre de chocolate
Radka Denemarková. Traducción del checo: Juan Pablo Bertazza (Galaxia Gutenberg)

Una mirada y una crítica acerada al siglo XIX a través de tres personajes cuyas vidas no han dejado de resonar: las escritoras Božena Nemcová y George Sand y el millonario John D. Rockefeller. La recreación de sus biografías permite comprender parte de la historia reciente. Božena Nemcová representa la de una escritora en lengua minoritaria, mujer con obligaciones familiares que le exigía su marido ciego al talento y a la voluntad de su esposa. George Sand, nacida en una familia aristocrática, no aceptó nada que no fuera la igualdad ante los hombres. Fue una de las escritoras más célebres de la Europa de su tiempo y una de las primeras mujeres que se quiso radicalmente libre. John D. Rockefeller es el
Primera entrega de algunos hallazgos literarios: Kamel pública Checa; Pedro Carlos Lemus, de Colombia; Avances para el Día del Libro
primer gran ejemplo del sueño americano, del hombre forjado a sí mismo. Insensible a todo lo que no fuera acumular riqueza y poder, no dudó en eliminar rivales, arruinar empresas y arrasar la naturaleza si ello servía a sus intereses.
Radka Denemarková (1968) es considerada como una de las autoras checas contemporáneas más importantes de su generación. Ha publicado nueve libros, entre ellos seis novelas que se han traducido a más de veinte idiomas. El dinero de Hitler (Galaxia Gutenberg, 2015) mereció, en Chequia, el premio Magnesia Litera por la mejor novela del año (2007) y en Alemania el premio Usedom (2011) y el premio Georg Dehio (2012). Contribución a la historia de la alegría (Galaxia Gutenberg, 2020) ganó en 2019, en Suiza, el Premio Literario Spycher Leuk. En 2024 la escritora fue galardonada con el Premio Franz Kafka de la (ÖGfL), y con el Premio Europeo de la Tolerancia. Es miembro de la Academia Alemana de Literatura y Poesía. Fragmento:
“El tren atraviesa el siglo XIX. Ida y vuelta. Regresa a las mismas paradas. Detrás de la ventanilla se alternan escenas breves. Imágenes completas. Se vuelven rítmicamente más precisas con cada viaje sucesivo. El tren es un rapero”.
Japón
La casa de verano
Masashi Matsuie. Traducción: Lourdes Porta (Libros el Asteroide)

Una inmersión a la vida cotidiana de Japón a través de la historia y las relaciones de los personajes de un estudio de arquitectura, lo que permite una mirada sobre la estética y la concepción japonesa sobre la armonía y la belleza. Un arquitecto recién graduado se incorpora a Murai, un prestigioso pero pequeño estudio de arquitectura fundado por Shunsuke Murai, discípulo de Frank Lloyd Wright. Cuando el caluroso verano llega a Tokio, el estudio se traslada a la casa de verano que Murai tiene en un poblado en las faldas del monte Asama. Allí, entre la atracción por dos mujeres del estudio, trabajará en el concurso para el proyecto de la nueva Biblioteca Nacional de Literatura Contemporánea en Tokio. Masashi Matsuie (Tokio, 1958) estudió en la Universidad de Waseda, en Tokio, y trabajó como editor de ficción en el grupo editorial Shinchôsha, donde fue responsable de publicar autores como Haruki Murakami y lanzó Shincho Crest Books, un sello especializado en literatura de otros idiomas. Su primera novela, La casa de verano (Kazan no fumoto de, 2012; Libros del Asteroide, 2024) recibió el Premio Yomiuri de Literatura. Además ha publicado las obras Shizumu Furanshisu (2013), Yûga-na no ka dô ka, wakaranai (2014), Hikari no inu (2018) y Awa (2021).
Fragmento:
“En la casa de verano, el profesor era el primero en levantarse. Al rayar el alba, acostado todavía en una cama estrecha, yo iba siguiendo con atención, inmóvil, los movimientos del profesor en el piso de abajo. Alargué el brazo para alcanzar el reloj de pulsera que había dejado en la cabecera y miré la esfera, sumergido en la penumbra. Las cinco y cinco de la mañana”.
Colombia
Lo llamaré amor
Pedro Carlos Lemus (Random House)

Los ecos del amor y de las turbulencias del desamor anhelado de las canciones o las telenovelas cobran vida en el protagonista de esta novela. Sueña con su amor y lo vive, como lo vivirá cuando su relación termine. Ilusión y dolor narrados desde la transparencia, casi ingenuidad. El protagonista, alter ego del autor, vuelve a la infancia una y otra vez porque cree que allí está la persona que es y será, para tratar de entender por qué siente lo que siente. Padre Carlos Lemus (Barranquilla, Colombia, 1995), dijo al diario colombiano El Tiempo: “Al decir ‘lo llamaré amor’ se puede entender como un intento de nombrar, que permite leer la historia y que el lector decida qué de lo que ve es amor. Ahí puede haber coincidencias de los episodios entre la madre y con Simón. Para mí era importante que no pasara por la afirmación”
Kamel Daoud, de Argelia; Radka Denemarková, de ReMasashi Matsuie, de Japón; Sara Catella, de Suiza.
Por
SANTIAGO VARGAS
Rusia
Historias del gran Guslar
Kir Bulichov. Traducción: José María Faraldo (Báltica)

Uno de los autores más populares de la desaparecida Unión Soviética se edita por primera vez en España. Bulichov nos lleva a Gran Guslar, una apacible localidad ficticia en el oeste de Rusia, que, inesperadamente, se convierte en escenario de sucesos y fenómenos extraordinarios. «El humor y lo absurdo conviven con la vida cotidiana soviética y los años posteriores a la desaparición de la URSS», destaca la editorial. Una mirada caricaturesca y amable de la sociedad soviética. Aunque los cuentos abordan fenómenos insólitos —como aterrizajes alienígenas, peces parlantes y otras situaciones extravagantes—, también ofrecen un reflejo irónico y agudo de la realidad soviética y rusa.
Kir Bulichov (1934-2003) fue el seudónimo del escritor soviético y ruso Igor Mozheiko, historiador, guionista y autor de ciencia ficción. Adquirió notoriedad en su país en los años sesenta con relatos y novelas, entre ellos su serie sobre la ficticia ciudad de Gran Guslar. También escribió literatura infantil y juvenil, trabajó como guionista en cine y televisión, y tradujo ciencia ficción estadounidense al ruso. Fue el autor soviético más adaptado al cine. Fragmento:
“Y en ese momento se oyó un estruendo que sacudió todo el universo, que hizo encogerse las hojas de los árboles y enmudecer a los pájaros cantores. Algo enorme, brillante, envuelto en vapor y fuego sobrenatural se desplomó exactamente en medio del campo y resultó ser una bola de metal carbonizado».
México
Medea me cantó un corrido
Dahlia de la Cerda (Sexto Piso)

Esta novela retrata la realidad social de la mujer a partir de elementos de la mitología griega. “Medea recorre México al volante de su Jetta ‘toda vestida de negro, con unas trenzas africanas muy perritas’ y con un propósito firme: servir de bastón a las mujeres que habitan estas páginas”, señala la editorial. Unas mujeres que se enfrentan a situaciones límite, inmersas en un fuego cruzado entre la violencia del crimen organizado, el Ejército y los conflictos con familiares y parejas que provienen de estos entornos, y a las que Medea no dudará en auxiliar bien practicando abortos bien acompañándolas en el final de relaciones abusivas. El resultado es esperanzador: “No somos lo que hicieron de nosotras, sino lo que hacemos con lo que hicieron de nosotras”, dice una de estas mujeres parafraseando a Sartre. Dahlia de la Cerda (Aguascalientes, México, 1985) es licenciada en Filosofía, ha sido empleada de un call center, un bar y una fábrica de dulces, y ha trabajado como editora de noticias internacionales y como vendedora de Avon, de ropa de segunda mano y de rosas negras en la calle. Es cofundadora y codirectora de la organización feminista Morras Help Morras y participa en dos podcasts: Escribe como morra y Morras vs fundamentalismos. Su primer libro, Perras de reserva (Sexto Piso, 2023), ganó el Premio Nacional de Cuento Joven Comala y ha sido traducido al inglés, francés, italiano, polaco y turco. «Desde los zulos» es su último libro hasta la fecha.
Francia
La grapa
Maryline Desbiolles. Traducción: Blanca Gago (Las Afueras)

“A mi perro no le gustan los árabes”, le espeta el dueño del animal a la joven a la que que ha mordido y dañado una pierna: Emma Fulconis. Es una adolescente que vive en Niza que, atormentada por aquella frase en medio del dolor, “comprende lo que ya sabe, pero de lo que no se habla”. Empieza un proceso de reconstrucción de la pierna y de la búsqueda de “aquello que le es próximo y ajeno”, la historia de la familia de su madre, la historia de una familia harki, la comunidad argelina que durante la guerra de independencia de su país luchó al lado de las fuerzas coloniales francesas y posteriormente fue abandonada a su suerte. La escritora trasciende la historia de Emma en este conmovedor relato sobre odio y racismo cotidiano, sobre las cicatrices mal curadas de la guerra de Argelia, para ofrecernos un himno a la vida y la resistencia.
España
El vuelo del hombre
Benjamín G. Rosado (Seix Barral)

Fragmento:
La realidad, el azar, la ficción, la literatura… La aventura, el amor, la ilusión, la escritura, las historias… El debut novelístico del español Benjamín G. Rosado es un juego metaliterario en el que un joven filólogo viaja a Valparaíso (Chile) donde un encuentro le proporciona el tema de una novela que triunfa. Pero el éxito lo lleva a refugiarse en Nueva York donde acaba en el olvido; hasta que su editor lo llama para informarle de que un avión ha caído en las selvas colombianas reproduciendo el final de su novela y con un piloto que se llama igual que su personaje. Así es que el joven filólogo viaja a Colombia para ver cómo es posible que la realidad se meta en la ficción.
“Hacía algunos años que el profesor Castro había perdido todo contacto con el mundo. Nadie sabía los motivos que lo habían llevado a donar los libros de su biblioteca y a desaparecer sin dejar rastro. Cuando me decidí a escribirle, ni siquiera estaba seguro de que siguiera con vida. Comencé enviando correos electrónicos a todas las editoriales en las que había publicado, lo intenté también por carta e incluso llamé a la universidad donde había dado clases. «Pierde usted el tiempo», me previno una voz al otro lado del aparato”.
Estados Unidos
El pañuelo de la hija de Pipino Rosmarie Waldrop. Traducción: Blanca Gago (Periférica)

Esta es la única novela de una de las poetas contemporáneas destacadas en Estados Unidos. La narración pivota sobre una pregunta: ¿Qué influencia ha ejercido en la vida de sus tres hijas que Frederika tuviera un amante desde los comienzos de su matrimonio con el —supuesto— padre de las chicas? Cada hermana tiene su opinión y a través de cartas entre ellas empieza a reconstruirse la historia y a cobrar vida la memoria de Frederika. “Frederika, cantante frustrada y femme fatale, se casa, en 1926, con Josef, profesor dado a las elucubraciones metafísicas y veterano de la Gran Guerra. Sin embargo, Frederika inicia una aventura con Franz, judío desaparecido en la Segunda Guerra Mundial, lo que pone la identidad del padre de las gemelas, Andrea y Doria, en entredicho”.
Rosmarie Waldrop (Alemania, 1935) es poeta, traductora y editora, se le considera una de las más influyentes en poesía vanguardista de Estados Unidos. Es autora de más de veinte libros de poesía, ficción y ensayo. Entre sus poemarios figuran Gap Gardening: Selected Poems (2017), Driven to Abstraction (2010), Curves to the Apple (2006) y Blindsight (2003).

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La preservación del planeta de empezar por transmitir a los más pequeños la belleza y la importancia de animales y plantas. Estos libros contienen relatos, historias y álbumes ilustrados que descubren mundos fascinantes
Por MARIBEL LIENHARD
on la primavera, buena parte del mundo y de muchos seres vivos despiertan y se hacen visibles a nuestros ojos. En los jardines, en la calle, en el aire, en el parque, en el bosque se reavivan criaturas que los niños apenas conocemos o han oído hablar de ellas. Hay varios libros divertidos y bellos que ayudan a que los más pequeños descubran la naturaleza más próxima y cotidiana y comprendan la importancia de cuidarla, preservarla y quererla. Con varios libros de esta temática celebramos el Día Internacional del Libro Infantil 2025.
Avecedario
Laura Vila. Ilustración: Violeta Cano (Nórdica Libros)
Desde niños, los pájaros siempre despiertan fascinación y son inspiradores. Una bella incursión en el mundo de las aves a través de un diccionario ilustrado. En este álbum los más pequeños, y los adultos con ellos, pueden descubrir, conocer y saber más de pájaros: desde la A de abubilla, hasta la Z de zorzal. Entre medias los pájaros del vecindario, del parque.
El jardín venenoso de Millie Flor
Autor e ilustrador: Christy Mandin. Traductor: Gabriela Portillo (Edelvives)
Una manera entretenida de acercar a los niños a la naturaleza es descubrirles el mundo de las plantas. Y este Valle Jardín de Millie Flor es el indicado para verlas y aprender de ellas, aunque la gran mayoría son hermosas, amistosas y atractivas algunas tienen tentáculos o son venenosas.
El libro de la primavera
Rotraut Sussanne Berner (Anaya)
Plantas, insectos, aves, animales domésticos y del campo no solo empiezan una segunda vida a partir de la primavera, sino que observarlos y compartir con ellos
permite a los niños no solo apreciar el mundo de otra manera sino a comprender que forman parte de nosotros y que gracias a ellos estamos aquí. Un libro divertido para conocer historias.
El tiempo y las estaciones
Alice Beechman (Usborne)
A los pequeños les encantará saber por qué hay cuatro estaciones, cómo son, qué las diferencia. Todo ello aprendiendo y jugando con más de 180 pegatinas para añadir a las vibrantes escenas, incluyendo ropa y accesorios para ayudar a los personajes a vestirse apropiadamente para cada tipo de clima específico.
Observología
Giselle Clarkson (Libros del Zorro Rojo)
El mundo invisible a nuestros ojos, el de las criaturas pequeñitas es fascinante. Este libro es una invitación a descubrir o redescubrir con serenidad a esos seres que comparten con nosotros el planeta y que son vitales: mariposas, abejas, gusanos, moscas, hongos… Es una especie de microscopio y así sacar el máximo provecho de las expediciones cotidianas.
Tras los pasos de la Luna
Jasmine Mirra. Traductor: Diego de los Santos (Flamboyant)
La realidad y la mitología que pueblan los bosques tienen en este álbum un gran amigo para amar la naturaleza. ¿Has conocido alguna vez a un duende del bosque? ¿Sabías que hoy celebran la fiesta más importante del año? Y para Luna es un día aún más especial. Por primera vez, tiene que tocar con la orquesta delante de todo el pueblo. Pero, cuando se despierta, ¡su flauta ha desaparecido!
El libro La gran transformación traza un mapa sobre los cambios principales de estos cuatro deseos capitales a través de las voces de 250 escritores, filósofos, historiadores, artistas, sociólogos, científicos y politólogos
os cuatro conceptos sobre los que se erige y sostiene nuestra existencia son la belleza, el amor, el sexo y la felicidad que en este siglo XXI viven una metamorfosis sin precedentes. El periodista Winston Manrique Sabogal, director y fundador de WMagazín, analiza esta situación en el libro La gran transformación. La belleza, el amor, el sexo y la felicidad en el siglo XXI. (Galaxia Gutenberg). Un libro polifónico, transversal e interdisciplinar, donde intervienen más de 250 escritores, pensadores, artistas, politólogos, economistas, historiadores, sociólogos y científicos con los que ha hablado a lo largo de sus tres décadas de periodismo. Las siguientes son algunas de las reflexiones de estos autores:
La belleza es una ventana para asomarse no tanto al mundo como a nosotros como individuos y sociedad. Y si en algo le afectó esa tormenta perfecta que se creó en 2007/2008: crisis económica, el auge digital que acercó más el mundo a todos y con una mayor vinculación, a la vez que creó cambios de hábitos –del ocio a las relaciones amorosas–, jubiló modelos de negocio y generó otros de trabajo y movimientos casi imperceptibles del tablero geopolítico, fue para acelerar la normalización y aceptación de su naturaleza mestiza. El yo siempre ha estado, y estará ahí. Sólo que ahora su fuerza inédita ha generado una eclosión de expresiones de belleza que muestran la pluralidad de su universo en expansión.
U mberto e co : “Ya no hay criterios para distinguir. Por lo tanto, la belleza y la fealdad se convierten sólo en hechos de clase: la belleza para los ricos y la belleza para los pobres. (…) Hablo del politeísmo de la belleza, de las distintas épocas en las que había diferentes modelos. Hoy todos ellos son válidos”.
F rank W ilczek : “La búsqueda y la exploración de la belleza han ayudado a descifrar el mundo y sus avances (…) El ser humano tiene una base genética para reconocer la belleza”.
a ntoni t àpies : “La estética del desorden y del feísmo es una insurrección contra todo lo artificioso”.
e nriq U e G il c alvo : “Se rompen moldes para ser singular y el abanico de lo feo ofrece más posibilidades. (…) Las identidades clásicas ya no venden, no son competitivas”.
Cuando parecía más fácil vivir una relación amorosa, esta se ha complicado y convertido en un bumerán debido a la mercantilización y abaratamiento del amor como un atajo hacia la felicidad y a la sobreoferta de promesas de un Cupido en el campo minado del ciberespacio.
t oni m orrison : “Hoy en día, en nuestra sociedad, observamos el amor más con los lentes del sexo”.
Á lvaro p ombo : “La inestabilidad laboral es correlativa a la inestabilidad emocional. La gente no sabe de qué manera vivir ni enfrentarse a ese amor libre de hoy. En parte por la sensación permanente de que nos perdemos algo, lo cual lleva a una vida sentimental de picoteo, aunque, en el fondo, se aspira a lo de siempre, a un amor eterno”.
p eter W atson : “El deseo es el problema central de nuestra vida emocional. Nunca se va. (…) Nos precipitamos alrededor del objeto deseado y terminamos siendo unos extraños de nosotros mismos”.
a ndré a ciman : “El amor va más allá del género masculino o femenino, son las personas, los sentimientos”.
m arta J iménez s errano : “Todo el mundo se ha vuelto más líquido, los referentes son menos unívocos, la vida es mucho más móvil, los trabajos también, y todo eso hace que las relaciones sean más frágiles”.
El multiverso del sexo está en plena expansión. ¿Qué pasa cuando nos acercamos al deseo más allá de las categorías binarias? Estos cambios son liderados por las generaciones Millennial y Z. Ellos ven normales las relaciones abiertas y el poliamor. En medio de la revisión y el reordenamiento de las relaciones tradicionales, la sociedad afronta un cambio sin precedentes, de manera vertiginosa y con un elemento nuevo: el del género, que afecta a todos los sectores de la sociedad y a todas las fases de la vida. Aunque el debate político y público se suele centrar en la ‘genitalización’ o sexualización, la clave es la armonización del individuo con sus emociones y sentimientos.
m ayra m ontero : “Los más jóvenes están experimentándolo todo. Va a venir no un hastío, pero sí una vuelta a una edad de la inocencia”.
d arian l eader : “Deberíamos acoger con agrado los esfuerzos para cambiar los efectos del patriarcado en la vida sexual y en la sociedad en general, pero lo que hoy vemos en las relaciones sexuales es una tensión entre el énfasis en la igualdad y el deseo de crear desigualdad”.
l ionel s hriver : “El movimiento Me Too está en peligro de ser antisexual. Es como si no aceptara el deseo. Se olvida de que a las mujeres también nos gusta. Existe la seducción mutua, es como un baile”.
b b e aston : “Tenemos que elevarnos por encima de miles de años de supresión para abrazar nuestra sexualidad, porque esos miedos y estigmas persisten en muchas de nosotras”.
TODO lo que el ser humano hace tiene como propósito ser feliz, desde buscar un amor hasta la mejora de la democracia, la igualdad y cuidar el planeta, y todo lo que dañe sus objetivos empaña su horizonte de felicidad. De ahí que se busquen atajos de felicidad. Espejismos policéntricos con la irrupción de Internet, impulsados, más tarde, por las redes sociales que nos dejan una sensación creciente de que la felicidad está en otra parte, de que nos estábamos perdiendo algo. Quizás es el concepto que más presión ha recibido en las últimas décadas, hasta hacerla generadora de enfermedades que van del estrés a la ansiedad o la depresión en un mundo sobrestimulado y de validaciones continuas en las redes sociales.
J avier G om Á l anzón : “El concepto de felicidad se ha sustituido por el de la búsqueda de sentido”.
r ay l ori Ga : “La felicidad como obligación parece la causa de los males, una condena. Aunque como anhelo no es mala”.
G Uadal U pe n ettel : “La toma de conciencia del feminismo es de lo mejor que ha pasado en los últimos años”.





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