existentes en cierto momento, pero también en el sentido de que es una actividad incesante y de alguna manera inagotable, que se reproduce y se recrea continuamente» (Giglia, 9). Por consiguiente, es mediante la observación, las entrevistas y las fotografías que se intenta hacer visible los diferentes modos de habitar el lugar, esto es, las personas, situaciones, prácticas, acontecimientos y actividades que transcurren en los dos espacios públicos, revelando cómo los usuarios interactúan con el espacio físico y con las personas con quienes lo comparten.
El tiempo y lo público en la Plaza de la República El diseño y la inserción urbana de la plaza favorecen su apropiación y uso de manera continua, pero estructurada en tiempo y espacio. Las personas, las actividades y los usos están asociados al día y la hora en que se viene al lugar. La percepción del lugar se modifica en relación con el tiempo. El espacio de la plaza se percibe seguro de acuerdo a la hora del día y días de la semana que se visite. De igual forma, ciertos comportamientos que se observan en la plaza, como las parejas de novios que demuestran su afecto de manera desinhibida, no son bien vistos por la mayoría de los usuarios, ya que, para ellos, deben respetarse las reglas de copresencia, que suponen un comportamiento acorde a la hora del día y a los grupos de personas que se encuentran presentes en el lugar. La lectura del espacio cambia y la significación del mismo también. El tiempo es una estructura con la que se asocia a ciertas personas, comportamientos y actividades: Trato de venir de 4 a 6 de la tarde, lo muy tarde 7, por medidas de seguridad. Hasta ahora que veo el espectáculo ese [parejitas besándose], porque yo llego en horarios tempranos y el horario no se presta para eso[…] (mujer, 38 años, nivel medio alto).
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Escuela de Artes y Humanidades