Bafona: El Potencial Educativo de la Danza. Concejo Nacional de la Cultura y las Artes

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La danza tradicional como fuente de inspiración y creatividad: el Bafona Origen del Ballet Folklórico Nacional (Bafona) Margot Loyola (1918- 2015). Investigadora, compositora y docente; recopiló y divulgó el folclor musical de diversas zonas de Chile. En 1955, a partir de sus cursos de verano, dictados en la Universidad de Chile, se fundó Cuncumén, grupo pionero en la investigación y difusión del folclor chileno. Violeta Parra (1917-1967). Compositora, recopiladora, artista plástica y poeta. Su trabajo se relacionó con el movimiento de la Nueva Canción Chilena y ha sido fuente de admiración e inspiración para Bafona, que ha realizado las siguientes obras a partir de su figura: Romance de Negros (1988), El gavilán (1992), Violeta Parra (1996) y Canto para una semilla (2016).

Durante dos décadas, entre 1950 y 1970, el folclor experimentó un auge en Chile de la mano de dos figuras extraordinarias del género: Margot Loyola, cuya línea de acción estuvo relacionada con la investigación y el estudio de la diversidad cultural y expresiva de las diferentes áreas culturales de Chile, y Violeta Parra, que focalizó su trabajo en la creación y el canto popular. Por ese entonces, en el mundo se vivía una explosión de creatividad juvenil y brotaban nuevas expresiones culturales, como el rock, cuyo tempo estaba asociado al ímpetu juvenil y la oposición al sistema. En el contexto nacional, a ese ambiente se sumó el particular clima de ideas políticas y sociales revolucionarias en el que estaba sumido el país y la influencia del postmodernismo, que trajo consigo un rechazo a la hegemonía imperante en la creación artística, con el consecuente movimiento de reivindicación de lo popular y lo folclórico. De esta manera, la música chilena dio un giro que propició la proliferación de nuevas manifestaciones de la música popular de raíz folclórica. Todo el medio cultural y la industria nacional cooperaban para intensificar este fenómeno comercial de la cultura nacional: artistas, medios de comunicación, disqueras, el mundo académico, la radio y la prensa escrita comenzaron a difundir profusamente la obra y las presentaciones de los folcloristas. Para comprender la relevancia de este auge, es necesario entender lo que significa el folclor. Según el profesor Osvaldo Cádiz —integrante de la comisión artística del Bafona— el folclor es parte de la etnografía, del estudio de las culturas y sus costumbres, y por lo tanto se refiere a las tradiciones de los pueblos transmitidas de generación en generación, ya sea directamente, por vía oral o de la acción, gesto o movimiento, o bien indirectamente, por la imitación. Para el antropólogo e investigador Manuel Dannemann, folclor es una palabra de uso amplio y se confunde con otras acepciones como la proyección, difusión o imitación; sin embargo, su definición más importante es ser cultura. Así, el folclor se refiere a cosas variadas: puede ser investigado a través del estudio científico, por eso se encuentra en los museos, pero también está vivo en una canción, un baile o un poema. “Hubo, desde fines de los cincuenta, sorpresa por la existencia de una cultura que había permanecido en gran parte ignorada, desconocida. Fue más bien un fogonazo y un despertar de la búsqueda y la interpretación de una cultura tradicional, cultura folclórica o cultura popular”, explica Dannemann. En este contexto político y social, Claudio Lobos, en compañía de Mario Baeza, formaron un grupo folclórico para la carrera de Educación Física de la Universidad de Chile; ambos eran miembros de dicho instituto y cultivaban un fuerte interés personal por la música y la danza. Invitaron a Margot Loyola a sumarse a la iniciativa, con la finalidad de incluir algunas danzas tradicionales, así como a Gabriela Pizarro, como asesora. Así surgió Aucamán —“cóndor libre” en mapuzungun— que trabajaría como grupo experimental, realizando presentaciones en varias ciudades, hasta 1961, fecha en que ambos fundadores se titularon. Luego de finalizar su carrera de pedagogía, Lobos fue contratado en calidad de profesor de la cátedra de folclor en la Universidad de Chile, bailó como pareja de Margot Loyola en varias presentaciones, y fundó en 1962 el Ballet Folklórico Experimental Loncurahue, en el que trabajaría hasta 1964. Posteriormente, partiría a Europa con un conjunto folclórico formado especialmente para la itinerancia a pedido del director del coro del Instituto de Educación Física; a su regreso fundó, junto a su esposa Mireya Gallinato, el Ballet Folklórico Nacional Aucamán, el 11 de mayo de 1965. La nueva agrupación, conformada por miembros del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile, ensayaba en un espacio facilitado

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Bafona: El potencial educativo de la danza • Cuaderno pedagógico


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