Bolsas de trabajo e Inteligencia emocional

Bolsas de Trabajo e Inteligencia Emocional INTEGRANTES: LCDA. MARIBEL D. COLMENAREZ T. ING. VÍCTOR R. RAMÍREZ P.

GRUPO 17

NOVIEMBRE DEL 2015

BOLSAS DE TRABAJO EN TIEMPOS DE CRISIS E INTELIGENCIA EMOCIONAL LCDA. MARIBEL D. COLMENAREZ T.; ING. VICTOR R. RAMIREZ P. BOLSAS DE TRABAJO En la actualidad, buscar empleo se ha adaptado a las nuevas tecnologías, lo que ha facilitado que el aspirante redacte su resumen curricular y lo coloque en Internet en algún portal de empleo; ésta modalidad ha ido en franco aumento, lo que hará que Internet sea uno de los elementos

más

importantes

en

la

captación y selección de personal.

Sin embargo, el proceso de captación de personal es un poco más laborioso para las empresas, pues implica definir el puesto vacante, publicar el aviso clasificado, recibir a los candidatos, crear la base de datos, analizar los candidatos, cruzar los datos de los perfiles con los datos del candidato, realizar entrevistas, llamar a los candidatos tanto aceptados como rechazados, entre otros., supone una cantidad de personal que hay que disponer para llevar a cabo todo el proceso.

En este orden de ideas, hay que estar claro que el mercado laboral venezolano no está en sus mejores tiempos, lo que hace más difícil encontrar empleo, pero no significa que no haya vacantes disponibles. Los tiempos de crisis siempre han existido, lo que diferencia a una crisis de la otra es la intensidad y duración de la misma. En este sentido, es necesario saber cómo conseguir empleo en

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tiempos de crisis y una forma de conseguirlo radica sencillamente en que no se puede esperar encontrar empleo de la misma manera que se buscaba cuando no había crisis, porque las cosas han cambiado.

De acuerdo con García, D. (2014), la mayoría de las personas buscaban trabajo enviando curriculums pero, con la llegada de la crisis financiera mundial en 2008, esta forma forma ya no parece la más efectiva ¿la razón?: exceso de curriculums. Con el advenimiento de la crisis, un problema que se hizo habitual en las empresas a la hora de encontrar candidatos adecuados es precisamente que, no es solamente encontrar el candidato más adecuado, sino distribir correctamente el tiempo invertido en filtrar los curriculums debido a que, en determinadas ocasiones, algunos puestos o posiciones pueden alcanzar a recibir hasta 700 curriculums vitae (CVs).

Ante esta situación, García, D. (2014), explica que entre el 70 y 80 por ciento de las ofertas de empleo no se publican a través de los portales de empleo dedicados en Internet, por el contrario, las empresas han encontrado maneras más eficientes para encontrar el candidato que buscan a través de las ofertas de empleo ocultas. Esto se debe a que las empresas se enfrentan a dos situaciones donde, la primera opción es que publican la oferta de empleo en Internet y se ven obligados a leer entre 600 y 700 CVs o la segunda opción, donde consultan a personas de confianza que trabajan en la empresa si conocen algún individuo que pueda estar capacitado para ese puesto de trabajo. Obviamente, las empresas escogen la segunda opción, por ser más

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rápido, más eficiente, más fácil y cuentan con la confianza que el personal recomendará buenos candidatos, mientras que la primera opción supone un gasto de tiempo hasta encontrar el candidato que cumpla con las expectativas.

BOLSA DE TRABAJO VS ADAPTACIÓN AL CAMBIO

En ese mismo orden de ideas, cabe destacar, mencionar otros modelos de competencia, como la adaptación al cambio dentro de la bolsa de trabajo en estos tiempos de crisis, se define como la capacidad del individuo para adaptarse a los

cambios,

modificando

si

fuera

necesario su propia conducta para alcanzar determinados objetivos cuando surgen dificultades, nueva información o cambios del medio, ya sean del entorno exterior, de la propia organización, del cliente o de los requerimientos del trabajo en sí.

Esta competencia hace referencia a la versatilidad en el comportamiento, a la emisión de conductas adaptativas y no tanto a los cambios de tipo cognitivos o en los sistemas de valores, expectativas o creencias.

Si observamos a nuestro alrededor, vemos como las personas que obtienen el mayor éxito en las organizaciones, no son siempre las que tienen más capacidades, y ni siquiera las que tienen más méritos y eficacia real. Todo eso son parámetros importantes, pero no suficientes: el verdadero éxito requiere algo más: habilidad para tratar de forma conveniente a las personas, es decir quien posee inteligencia emocional reconoce sus sentimientos y esto le permite expresarlos de forma adecuada En los momentos en que vivimos en la actualidad, donde existen constantes reestructuraciones de plantilla, despidos e incluso cambios forzosos, esta competencia laboral se hace más 3

imprescindible que en otros tiempos, porque ante cualquier anomalía en la empresa, debes acudir a tu adaptación al cambio, para afrontar con buenos motivos los cambios que personalmente te afecten.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

La inteligencia emocional se define como el conjunto de habilidades psicológicas que permiten expresar nuestras emociones y comprender las del resto para guiar el pensamiento y comportamiento profesional de acuerdo con un artículo publicado en Universia (2014). Sin embargo, existen diversas maneras de entrenar este tipo de inteligencia y primará en las diferencias individuales en el proceso de aprendizaje de cada individuo.

En más de una ocasión las personas se han preguntado qué lleva al individuo, independientemente de su cultura o historia personal, a reaccionar de una manera u otra ante algún desafío de forma eficiente, pues Cabrera, L. (2012), explica que esto se debe a una teoría planteada por el Dr. Howard Gardner denominada “Teoría de las Inteligencias Múltiples”, que afirma que el ser humano dispone en mayor o menor medida de 7 tipos de inteligencia diferentes, las cuales podemos destacar: 1. Matemática: habilidades para el manejo de números y de relaciones causales.

2. Corporal: habilidades psicomotrices y conciencia corporal 3. Musical: habilidades para el manejo armónico del sonido y el silencio 4. Espacial: habilidades visual- espaciales.

5. Verbal: habilidades para el manejo del lenguaje.

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6. Intrapersonal: habilidades de relación con uno mismo.

7. Interpersonal: habilidades para relacionarse con otras personas.

De éstos 7 tipos de inteligencia, los dos últimos se relacionan directamente con la inteligencia emocional según explica Cabrera, L. (2012), éstas a su vez se dividen en habilidades distintas tales como Liderazgo, Capacidad para cultivar relaciones y mantenerlas, capacidad para resolver conflictos y las destrezas en el análisis social. Asimismo, Cabrera, L. (2012), sostiene que la inteligencia emocional se sustenta en cinco pilares fundamentales, los cuales son: Aptitud Personal

Aptitud Social

(Inteligencia Intrapersonal)

(Inteligencia Interpersonal)

Autoconciencia

Empatía

Autocontrol Habilidades Sociales Motivación

De igual forma, existen diversas maneras de entrenar la inteligencia emocional, tan popular hoy en día, entre las que podemos resaltar: 1. No evitar los pensamientos negativos: Concentrarse en lo positivo es bueno, pero los pensamientos negativos son parte de la vida, por lo que es igual de importante atenderlos.

Darles cierta importancia permitirá controlarlos y con el tiempo eliminarlos de la mente.

2. No juzgar los pensamientos y emociones muy rápido: En algunas ocasiones se puede sentir vergüenza a raíz de un pensamiento, pero es necesario dejar que éste madure para luego aprender a manejarlo. Requiere de tiempo y paciencia y no dejar que el entorno presione.

3. Relacionar los pensamientos y emociones con el cuerpo: Todas las funciones del cuerpo humano se relacionan de algún modo con el estado emocional, es por ello que al padecer enfermedades o molestias, el estado de ánimo decae y se experimenta miedo o depresión.

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4. Preguntar a otro cómo te ve: Muchas veces es difícil juzgar el estado emocional propio, por lo que es mejor preguntar a alguien más para conocer su percepción. Las segundas opiniones son muy útiles ya que no solo fortalecen la empatía del otro, sino que además sirve para confirmar o descartar temores, dudas y sentimientos.

5. Escribir: Para aumentar la inteligencia emocional es bueno escribir lo que se siente.

Poner en palabras las emociones es intentar racionalizarlas, y al hacer esto es más fácil controlarlas. Es un gran ejercicio desde todo punto de vista, ya que favorece la inteligencia lingüística e interpersonal.

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República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Universidad Fermín Toro Decanato de Investigación y Postgrago Maestría en Gerencia Empresarial

Gestión Estratégica del Talento Humano

Integrantes: Lcda. Maribel Colmenarez Ing, Víctor Ramírez

Facilitadora: MSc. Zulay Vega Grupo 17 Noviembre del 2015 7