ESE FATÍDICO 6 DE JUNIO

E S E F A T Í DI C O 6 D E J UN I O

BELALCÁZAR, JUNIO 6 DE 2014

Relatos e historias para que el recuerdo no muera

Manuel José Escobar Castañeda

Vista aérea de Tóez al otro día de la avalancha / Foto revista SEMANA

E SE F A T Í DI CO

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D E J UN I O Relatos e historias para que el recuerdo no muera Manuel José Escobar Castañeda

Belalcázar, Páez - Cauca

Texto impreso para la VI Bienal - celebrada en Belalcázar, Cauca por el Servicio Geológico Colombiano Marzo de 2022

Con cariño, al recuerdo de esos 1.100 paisanos que ese seis de junio ofrendaron su vida: y a los otros 33.900 que quedamos penando y llorando en este valle de lodo, lágrimas y desesperación.

SUMARIO PRESENTACIÓN

Para que no muera el recuerdo Para entrar en materia 20 AÑOS DESPUÉS Luis Ignacio Escobar Castañeda

La voz de la experiencia RECUERDO IMBORRABLE Mons. Jorge García Isaza

ANTECEDENTES ¿Qué dicen los expertos en la materia?

AQUÍ ESTÁN LOS HECHOS Entre la vida y la muerte VIVOS DE MILAGRO Rescatado de entre el lodo Padre Mario García Isaza

La noche más larga del mundo Manuel José Escobar Castañeda

Fumarolas CRONIQUILLA DEL 6 DE JUNIO Luis Ignacio Escobar Castañeda

Cruzrojistas de Páez Entregaron la vida sirviendo a los demás Jorge Eliécer Quintero Rodríguez

Durante 10 días fuimos noticia mundial ASÍ TUTULARON LOS MEDIOS ESCRITOS Suban que el nevado explotó Bibiana Mercado y Jorge Parga Vanegas - EL TIEMPO

Avalancha sepultó Irlanda y Tóez Redacción Nacional - EL TIEMPO

Movilización nacional de apoyo a Belalcázar Redacción Nacional - EL TIEMPO

Una avalancha de desorden Redacción Nacional - EL TIEMPO

Primera lista de desaparecidos Redacción Nacional - EL TIEMPO

“Es peor de lo que pensé”, Gaviria Ernesto Cortés - EL TIEMPO

La tragedia del río Páez sigue viva Redacción Nacional - EL TIEMPO

Murieron cumpliendo su deber

Escritos con el corazón ASÍ RECUERDO ESE 6 DE JUNIO “En ese momento yo era periodista”

Redacción Nacional - EL TIEMPO

“A veces uno ya no daba más”

Solo fantasmas quedaron en Páez

“Sálvese quien pueda”

El Ciudadano y Eucha NUESTRA PRENSA ESCRITA EN LA TRAGEDIA Corporación Nasa Kiwe Nace la Corporación Nasa Kiwe “Soy paez y no lo he negado. . .”

El Magistrio presente - Escama . . . A clases - Fabio Ramos Para mi hermano necesitado Es bueno hacer balances Nos volvimos exigentes

Miguel Ángel Palomino Sánchez Padre José Samuel García Isaza

Emperatriz Migdalia Pantoja Quibano

“Afortunadamente Dios me conservó la vida” Rodrigo Tenorio Perdomo

“Para que el sol vuelva a brillar” Maritza Quibano Sánchez

“Nos queda la vida para construir sueños” Nidia Yasnó de Gacharná

“Solo quería ver a mi familia” María Eugenia Mosquera Puchicué

Por fuera del epicentro

ASÍ VIVIMOS ESE 6 DE JUNIO

A mis amigos que vivieron y murieron por servir Óscar Ospina Quintero

“Desaparecidos es sinónimo de. . . “ Jesús Orlando Chilito Cabezas

“!Uy, qué rico, está temblando!”

Próspero Muñoz Sáenz

“Tan cerca de mi hijo, pero a la vez tan lejos” Claudia Isabel Mañosca Palomino

Historia de una fotografía “Ustedes están muertos” Míller Rubio - EL TIEMPO

José Luis Valencia - EL TIEMPO

Homenaje sincero !GRACIAS, MUCHAS GRACIAS! Una vida tendiendo puentes La Defensa Civil de Páez 20 AÑOS SIRVIENDO A LA COMUNIDAD Así nació la Corporación Nasa Kiwe LOS HIJOS DE LA AVALANCHA Óscar Fernando Cobo y Omaira Calvo Giraldo

Jairo Bermeo

A pesar de todo, la tierra siempre tira DOS DÉCADAS DESPUÉS - Liborio Güegia

Álvaro Enrique Puchicué Narváez

LA TRAGEDIA Y LA LITERATURA

“Son unos valientes”

“¡Belalcázar desaparecida! ¡Tóez desaparecido!” “¿Por qué la naturaleza golpea tan duro a los pobres?”

La furia del río Páez

Nace una estrella nasa - Nidia Yasnó de Gacharná Seis de junio de 1994 - Hugo Efraín Dorado Zúñiga Lunes seis - Hugo Efraín Dorado Zúñiga Cuando el rio suena. . . - Luis Ignacio Escobar Castañeda Agridulce - Luis Orlando Peña Homenaje a los cruzrojistas - Ing. Manuel Yasnó González Tierradentro - Jairo E. Gordillo M. Nostalgia - Manuel Yasnó González Avalancha en Tierradentro - Las águilas de Cristo

“Lloré al ver la magnitud de la tragedia

ANECDOTARIO DE LA TRAGEDIA

Orlando Ortiz Ordóñez

Más allá de las fronteras ASÍ RECUERDAN ESE 6 DE JUNIO La tragedia de mi pueblo Fredy Losada Lemus - Estados Unidos

Recordando la avalancha 20 años después Jesús Enrique Casas Cruz - Ontario, Canadá

“El nevado explotó”

Martín Emilio Isaza Espinal - Santiago de Chile Angélica María Escobar Caicedo - La Plata, Argentina Pablo Ramos Velasco - Barcelona, España

BIBLIOGRAFÍA

PR E S E N TAC I Ó N PARA QUE NO MUERA EL RECUERDO

E

l 6 de junio de 1994, a las 3: 47 minutos de la tarde, la historia de Páez se dividió en dos.

Después de este “fatídico día”, todas nuestras referencias temporales se enmarcaron dentro de un: “eso ocurrió antes de la avalancha” o un “eso fue después de . . .”.

Como ocurre casi siempre, en los primeros años la conmemoración de esta fecha se hizo con mucha pompa y solemnidad. Por aquí desfilaron muchas personalidades; políticos, periodistas, religiosos. . ., hubo proliferación de discursos, romería de paisanos a sus sitios de origen y las rosas alcanzaron hasta para lanzarlas al río Páez. Mientras las heridas de las montañas estuvieron abiertas y las huellas destructoras de los ríos estuvieron frescas, la tragedia estuvo en nuestras memorias.

Pero con el paso inexorable del tiempo, todo fue cayendo en el olvido. Tristemente hemos visto cómo en los últimos años la conmemoración se ha reducido a una Celebración Eucarística y un ramo floral en la tumba simbólica de los cruzrojistas y acompañantes inmolados, actos a los que asisten los miembros de la Cruz Roja –Unidad Operativa de Páez-, los pocos familiares de los fallecidos que quedan en Belalcázar y uno que otro curioso.

Afortunadamente la conmemoración de los “primeros 20 años” ha vuelto a poner el recuerdo de la tragedia en primer plano. Con anticipación se han hecho reuniones, se ha nombrado una junta coordinadora, se han conformado comités y se han propuesto actividades para este 6 de junio.

Y me parece que este es el momento preciso para hacer realidad una idea que desde hace varios años me viene rondando en la cabeza: hacer una recopilación de todas esas historias vividas por muchas personas ese 6 de junio y que brotan con mucha fluidez cuando el tema se pone sobre el tapete. No hay paisano mayor de 24 años a quien esta fecha no le haya quedado marcada en lo más profundo de su ser.

Es pues, el objetivo de esta cartilla virtual no dejar que el recuerdo muera. Que aun cuando pa-

sen los años, tengamos siempre presente una fecha que dejó hondas cicatrices en la vida de los paeces, pero también, grandes lecciones. La naturaleza nos enseñó, con lágrimas, sangre y muertes, que no podemos invadir sus terrenos; que el nevado y el río tienen sus espacios reservados y que en ellos no nos podemos asentar; así mismo, nos dijo con anticipación lo que estaba por venir, pero nosotros hicimos oídos sordos. Que los errores que nosotros pudimos cometer, sean corregidos por las generaciones futuras, y que los aciertos tenidos, sean fortalecidos con el paso del tiempo.

Esta será una cartilla que estará en permanente construcción, por eso sus páginas quedan abiertas para todos aquellos que quieran irla engrosando poco a poco con sus vivencias, con sus apuntes, con sus imágenes. . .

El agradecimiento sincero a todas las personas que respondieron afirmativamente la invitación a compartir sus recuerdos. Como en el pasaje bíblico, muchos fueron los invitados pero. . . algunos no respondieron. Y de manera especial, un “Dios les pague” a don Írner Ceballos Salas, Manuel Jaír Cardozo Arteaga y José Vicente, por haber puesto generosamente a mi disposición sus archivos; a don Carlos Alfredo López Garcés, quien desinteresadamente nos compartió muchas de las fotografías con que ilustramos estas historias y a la doctora Adriana Agudelo, Coordinadora del Observatorio Vulcanológico y Sismológico - Popayán por hacer posible la imprsión de este texto .

Mientras haya personas que estén dispuestas a contar, a escribir, el “recuerdo no morirá”. Y este “fatídico 6 de junio” debe permanecer indefinidamente en el alma y en la mente de los paeces, ya no como una fecha para recordar con tristeza, con odio. . . sino como ese día en que Dios a muchos nos dio una segunda oportunidad. A los que murieron, que Él mismo los tenga en su santa gloria.▲

Manuel José manueljoseescobarcastaneda@gmail.com

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PARA ENTRAR EN MATERIA

20 AÑOS DESPUÉS . . .

Palabras leídas en la catedral de Belalcázar, el viernes 06 de junio del 2008, por Luis Ignacio Escobar Castañeda cuando se conmemoraban l4 años de la tragedia y que nos caen como “ayuda a damnificado” para dar inicio a esta revista.

E

l recuerdo y la memoria de los seres caídos, aquel fatíAquel seis de junio, el día estaba un tanto soleado y dico seis de junio de 1994, nos citan desde el más allá, sucedió lo que nadie esperaba, para lo que no estábamos para que nos congreguemos a conmemorar un año más de su preparados: el terremoto de epicentro superficial de 6.4 en inmolación. la escala Rítcher. Algunos relojes marcaban las 3:47 de la Algún psicólogo anotó con certeza que “El olvido im- tarde, bastaron unos 30 segundos para que se propagara el plica el recuerdo”, y esta afirmación a manera de sentencia, pánico, se corría, se gritaba, se lloraba, se rezaba y algunos para todos nosotros es válida. Cuántos no hemos querido bo- maldecían. El caos fue total, al final de la tarde, el cielo se rrar de nuestras mentes aquel trágico episodio, pero este se tornó plomizo, oscuro y una llovizna pertinaz hizo más cruel resiste y se enraíza, no sólo en el pensamiento, sino que se la situación. profundiza en nuestros corazones. ¿Cuántos coterráneos nos Hacia las 4:20 los ríos San Vicente, Moras, Símbola, arrancó el fenómeno natural…? Las cifras dicen que 1.100; todos afluentes del Páez, habían sembrado de muerte y desopero la cantidad cuenta poco, nos importa la calidad de gen- lación cuanto encontraban a su paso. La quebrada de Musetes que la tragedia se llevó para siempre. quinde -en Irlanda- había aca¬bado con aquella floreciente Hijos, padres, hermanos, parientes, estudiantes, pro- población, igual había sucedido con Huila, Tóez, Cuetandifesores, amigos… en fin, indios, negros, mestizos, campe- yó y parte de Tálaga. Mosoco, Moras, El Cabuyo, La Troja, sinos, hombres, mujeres, niños, adultos, ancianos, fueron El Cuartel, Botatierra, Salamanca, San José, Vitoncó, otrora atrapados por los deslizamientos capital del imperio Nasa o Paez, o arrastrados por las aguas furio- “Esta catástrofe le mostró a la faz de la tierra habían sido borrados por efectos sas de nuestros ríos y quebradas, las condiciones de vida de muchos de nuestros del terremoto, los deslizamienal norte y occi¬dente del municitos o las avalanchas. pio. Páez, en la catástrofe natural coterráneos, las tantas limitaciones en que nos Miles de nuestros hermanos encontrábamos, el olvido en que el gobierno de territorio ya no estaban con más descomunal de su historia, en 30 minutos, quedó convertinacional nos tenía sumidos; fue una dura y nosotros. Belalcázar y sus más do en un inmenso Campo Santo, penosa forma de contarle al mundo que sí exis- cercanos caseríos: Zanja Seca y que tenía sus confines en el río La Símbola habían desaparecitíamos y cómo vivíamos.” de La Magdalena en la represa do. El cementerio, el hospital, el de Betania. Lo que conmemorabarrio “La Floresta”, parte de la mos hoy, es una catástrofe nacional, solo comparable a la de Normal, el campamento de Obras Públicas y el estadio de Armero, en 1985. Considero necesario a esta altura de mi fútbol “Luis Arnulfo Medina” eran cosa del pasado. intervención, recordar cómo el río ya nos había advertido Esta catástrofe le mostró a la faz de la tierra las condide su capacidad de destrucción, cuando acabó con tarabitas ciones de vida de muchos de nuestros coterráneos, las tantas y puentes, entre ellos los de Yuseyú, Chachucue y “El Si- limitaciones en que nos encontrábamos, el olvido en que el llón”, que nos comunicaba con San Miguel; semidestruyó el gobierno nacional nos tenía sumidos; fue una dura y penosa matadero municipal y atentó contra el estadio de fútbol de forma de contarle al mundo que sí existíamos y cómo vivíaBelalcázar. mos.

Si no recuerdo mal, en 1990, se dictaron algunos talleres A partir del martes 7, Belalcázar y Páez se convirtieron y se conformó un equipo de personas que inició desde el mu- en el centro de las miradas de la nación entera; gobernantes, nicipio de Tesalia, en el departamento del Huila, un estudio políticos, militares, organismos de socorro. . . empezaron a de la población ribereña en altísimo riesgo. Esta comisión hacer presencia en la zona. No puedo olvidar a Carolina Górecorrió la cuenca del Páez, casi hasta su nacimiento y ad- mez, por aquellos días reina Nacional de la belleza, quien virtió a los pobladores del riesgo en que se encontraban, en aterrizó en helicóptero privado y en medio de besos y abracaso de una creciente de mayores proporciones; muy pocos zos, convocó a los niños para prometerles regalos que nunca atendieron al llamado, la mayoría no creíamos llegaron. También aprovecharon la oportunidad los candidaEn mayo del 94, y a las puertas de la gran tragedia, aquí tos presidenciales Andrés Pastrana Arango y Ernesto Samper en Belalcázar hubo un simulacro de evacuación, organizado Pizano quienes llegaron a pescar en río revuelto, utilizando por la Cruz Roja y el Hospital San Vicente; muchos se mofa- como carnada unos exiguos mercados, en cuyo interior veron de aquella simulación, inclusive hubo quienes ofendieron nía la publicidad política y el número de su tarjetón. a los protagonistas, gritándoles que cogieran oficio. Éramos La cancha de la escuela Urbana y los helipuertos de la incrédulos, como los de Sodoma y Gomorra, pueblos sordos región, eran los espacios de esperanza, que politiqueros y a las palabras de los profetas del Antiguo Testamento. mentirosos colmaron de incertidumbre, agrandando la desA pesar de las advertencias, todos esperábamos una cre- gracia que ya era suficiente. Así pasaron muchos días. ciente del río o una avalancha, pero los fenómenos naturales Hoy tenemos que reconocer el trabajo tesonero de la son impredecibles, los científicos se aproximan, pero no lle- prensa escrita, la radio y la televisión. Cómo olvidarnos de gan. En todo el territorio había arreciado el invierno, el suelo Eduardo Lozano -de RCN-, de la gente de Todelar y de otras y el subsuelo, estaban cargados de toneladas de agua. cadenas de radio, pero sobre todo del “Caracol del aire”, con

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don Guillermo Rodríguez Muñoz, el periodista más acucio- bién a Álvaro Plazas “Morón - Viejo Rey”, a Húbert Gutiéso en los días difíciles, en compañía del capitán Bayona, rrez, “mi amigo Fresquey”; a Humberto “Pipo” Valencia y a el piloto fiel del Caracol. Cómo no reconocer el trabajo de Benjamín Sánchez Quintero, estos cuatro últimos acompaMons. Jorge García Isaza, Prefecto Apostólico de Tierra- ñaban al grupo de socorro, como reza en la ranchera inédita dentro, quien asumió aún más su misión de Pastor, para de Manuel Yasnó González, en homenaje a los amigos que conducir al pueblo a la organización. Al médico Orlando hoy recordamos con el afecto y el cariño que siempre nos Ortiz Ordóñez, quién con sus gentes del Hospital, rescató prodigamos.

Las manifestaciones del Volcán Nevado del Huila, que lo poco que quedó e improvisó una Sala de Urgencias en el Club Juvenil. A un buen número de maestros que se resis- se intensificaron desde febrero del año 2007, nos tienen que tieron a abandonar sus sitios de trabajo, haciendo célebre mantener en alerta máxima. Tenemos hoy que felicitar a toaquella consigna: “porque ¡PAEZ VIVE!”. Al alcalde Abe- dos los organismos de socorro: la Defensa Civil, el benemérito lardo Güegia Perdomo, ausente por esos días del territorio Cuerpo de Bomberos Voluntarios y la Cruz Roja Colombiana.

Por ningún motivo podemos bajar la guardia, no vaya y en misión oficial y quién perdió gran parte de su familia en el resguardo de Mosoco. A Fabiola Piñacué Achicué nos suceda como en la fábula de “El Pastorcito Mentiroso”. (tesorera), quien asumió la alcaldía en los momentos más Que el Dios de Colombia tenga en la mansión del cielo a aciagos; a David Curtidor. Tiene que hacer parte también de todas las víctimas de la tragedia del Páez y que a nosotros esta semblanza “Tony” el Suizo, quien puso al servicio sus nos proteja por siempre.▲ conocimientos de ingeniería, construyendo los puentes provisionales de Avirama, y del río Símbola, tomando como materia prima, tubería en desuso de las refinerías de petróleo del Ecuador.

Esa tragedia permitió a los políticos que andan a la caza de oportunidades, crear la Ley Páez, que tan solo nos ha permitido que se nacionalicen algunas de nuestras carreteras, mientras los grandes dividendos, y no es envidia, los disfruten dos o tres municipios nortecaucanos y las multinacionales asentadas en ese sector.

“Pero. . . la semilla tiene que descomponerse para que germine y dé frutos”; a costa de todas las vidas perdidas y de los estragos que la tragedia trajo consigo, y mientras reverdecían las vegas de los ríos y los ramales de la cordillera, mostrando sus heridas, nuevamente se poblaban de arbustos y montes nativos, en Páez renacía la esperanza. Así se iniciaba el segundo capítulo de la historia del Municipio: nació la Defensa Civil. La inmolación de los cruzrojistas, caídos en el puente de La Símbola, fortaleció con su sangre de mártires, el Comité Operativo de Páez.

Por iniciativa del periodista Yamid Amat, director del noticiero CM& y el apoyo decidido del grupo Sarmiento Angulo, se logró la construcción del hospital “San Vicente de Paúl”, con unas modernas y bien dotadas instalaciones, en el centro de la población y considerado en su nivel, como el mejor del departamento. Sobre las ruinas del barrio “La Floresta”, se construyó el estadio “Seis de Junio”. Se remodeló la cancha de baloncesto dando paso a un moderno coliseo cubierto, en la Avenida Santander.

Adentrarnos en los pormenores de aquel episodio, nos haría interminable este sucinto relato, igual sucedería si nos remitiéramos a nombres y familias, baste citar a estos titanes; los cinco primeros de la Cruz Roja, que entregaron su vida por salvar las de otros: Carolina Gómez Herrera, Reina Nacional de la Belleza 1993, uno de los tantos perFrancisco Javier “El Monito” Castro”, el sonajes que visitó la zona de la tragedia. Aquí posa junto a doña Marina Isaza, Her“Inquieto” Eladio Vargas, Luis H. Ledezma, nán Montero Molina, Rodrigo Escobar Castañeda y Fabio Ramos / Foto Miguel Ángel “La Gorda” Otero, el “Loquito” Cano. Tam- Palomino Sánchez

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LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

RECUERDO IMBORRABLE Por Monseñor Jorge García Isaza Exvicario Apostólico de Tierradentro

Monseñor Jorge, primer Vicario Apostólico de Tierradentro y miembro de la Corporación Nasa Kiwe en sus primeros años, desde Manizales nos hace un relato de aquellos “Recuerdos imborrables” que le quedaron de esta fecha.

E

s imposible borrar de la mente la fecha de aquel mes de junio de 1994 y el acontecimiento que sin lugar a dudas cambió la historia de Tierradentro. Ahora cuando “ManuelJota” me pide escribir algunos recuerdos de lo acontecido, se agolpan en la mente multitud de personas, que escribieron páginas heroicas de abnegación y de entrega que quizá nunca saldrán a la luz pública aquí en la tierra pero que tendrán en el cielo el merecido reconocimiento y llegan al recuerdo escenas imborrables que marcaron la vida de quienes vivimos aquellos días.

Pero ahora después de los años, y desde la distancia, pienso que hay ciertos valores que vale la pena destacar, como que fueron en aquellos momentos las fuerzas que permitieron superar dificultades y trazar caminos de superación y que hoy y en el futuro, si se cultivan, serán baluarte y garantía de progreso. Y ciertos contravalores, que de no cuidar-

los serán un serio obstáculo para el desarrollo armónico de la región.

La solidaridad fue ciertamente una virtud que brilló espontánea, cada cual olvidaba el problema propio para ayudar a solucionar el del vecino; en esto los maestros fueron modelo, y qué decir de los miembros de la Cruz Roja y de la Defensa Civil que por entonces se inició. Se trabajaba poniendo en práctica aquello que se repetía continuamente en Radio Eucha “Todos con todos, para el bien de todos”.

En Tierradentro, caracterizada por la plurietnia, el sentido de pertenencia fue otro de los valores que afloraron; pasado el problema, todos pensaron en la reconstrucción y cada uno se sintió parte de un todo, de esa tierra propia que ahora todos querían más, y así con la ayuda, ciertamente muy eficaz del gobierno a través de la Corporación Nasa K’iwe, se dio comienzo con inusitado entusiasmo, no solo una reconstrucción de lo que existía, sino una verdadera renovación de progreso.

“La solidaridad fue ciertamente una virtud que brilló espontánea, cada cual olvidaba el problema propio para ayudar a solucionar el del vecino”.

Cúpula de la iglesia de Inzá averiada por el sismo. La iglesia particular de Tierradentro fue una de las instituciones que más pérdidas materiales tuvo durante esta tragedia ./ Foto Alfredo López.

La Iglesia jugó un papel importantísimo en ese trabajo, vale la pena anotar que aún cuando ella fue una de las instituciones que sufrió las mayores pérdidas, sin embargo, no quiso beneficiarse de las ayudas oficiales del desastre que para ella fueron mínimas.

Sin embargo, creo que uno de los que he llamado “contravalores” que se produjo o que se manifestó fue un cierto enfrentamiento entre los diferentes grupos étnicos que son una riqueza y no una limitación. Esto afectó la educación, resquebrajó la mutua confianza, aumentó cierto egoísmo para pensar en el bien común y pienso que al futuro será uno de los puntos que necesitará mayor reflexión y diálogo por parte de todos los dirigentes.

En la tierra, hoy todos vivimos un cierto grado de riesgos. Si estamos junto a los grandes ríos, estamos expuestos a inundaciones; en las montañas, expuestos a derrumbes; cerca a los mares, expuestos a las marejadas; cerca a los volcanes, expuestos a las erupciones y en todas partes, expuestos a temblores y terremotos. Esta es nuestra realidad y ante ella, y según las circunstancias, en cada región debemos vivir con optimismo, con prudencia, pero sin dejarnos invadir por un pesimismo estéril.▲

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A NT E C E D E N T ES “Cuendo el río suena, piedras lleva” dice el viejo adagio popular; pero en Belalcázar a partir de 1994 se empezó a decir “cuando el río suena, es porque viene una avalancha”. Para llegar al “fatídico” 6 de junio de 1994 muchas veces sonó el río, desafortunadamente la gran mayoría hicimos oídos sordos y no nos preparamos de la manera adecuada para enfrentar lo que estaba por venir. A continuación algunos “botones” que nos muestran que sí estábamos advertidos, pero como Tomás, el apósotol incrédulo, hasta no ver pasar el río enfurecido llevándose todo a su paso, no creímos.

1.

En 1827 se produjo un terremoto que fue sentido en todo el suroccidente colombiano y que represó por muchísimos días el río Páez. Así se registra este hecho en la página http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/modosycostumbres/crucahis/ crucahis46.htm “El 16 de noviembre de 1827 a las seis y cuarto de la tarde se sintió en Bogotá y en todo el sur-occidente colombiano un sismo que ocasionó cuantiosos daños y víctimas, tuvo su origen en los volcanes del Huila y Puracé represando los ríos Páez y Suaza. Este se represó durante cincuenta y cinco días y al romperse el dique inundó el valle del alto Magdalena ocasionando a su paso destrucción; se calcula que sólo en Neiva hubo más de doscientos muertos.

El 6 de junio de 1994 un temblor grado seis en la escala de Richter, produjo el represamiento del río Páez y la consiguiente avalancha con saldo de mil cien muertos”.

2.

El lunes 21 de mayo de 1990 se presentó una “creciente” (aún no se hablaba de avalancha) del río Páez que arrasó con cinco de sus puentes y el matadero de Belalcázar que estaba ubicado metros más abajo de la cancha “Luis Arnulfo Medina Rocha”. Este hecho hizo que muchos empezaran a pensar seriamente en la reubicación del hospital San Vicente de Paúl y de las familias que habitaban las riberas del río. Aparece en el vocabulario de los paeces la expresión “zonas de riesgo”. En el recuadro adjunto puede leerse lo que en la edición No. 12 del CIUDADANO, del 12 de septiembre de 1992, escribe el doctor Paco Quintero: A raíz de esta creciente, el 17 de septiembre de 1990 reporteros del No-

LOTE PARA URBANIZACIÓN Y HOSPITAL.

H

ace tiempo se viene buscando un lugar dónde hacer una urbanización para ciento veinte viviendas y no mucho, para construir el nuevo hospital.

La ciudadanía ha hecho diligencias para hallar un lote adecuado en Gualcán, en La Mesa y en la parte alta del Hogar Infantil, hacia el norte.

Todo el mundo coincide en considerar que el mejor sitio es La Mesa, incluyendo a sus propios habitantes. Solamente una familiar, propietaria de la mayor parte de las mejoras, se opone.

El Municipio no puede tomar acciones directas porque ese territorio se encuentra en régimen de Resguardo. Le corresponde al Cabildo de Belalcázar segregar y luego entenderse con el Municipio.

Si Cabildo, Alcalde y ciudadanía se ponen de acuerdo y se le reconocer mejoras a quienes tengan parcelas en el lugar, sería posible construir tal sitio. !Qué bueno sería que el hospital y la urbanización se construyeran allí!

Y no se siga gastando tiempo, trabajo y dinero en zonas de riesgo”.

ticiero Nacional visitan la zona y realizan varias entrevistas en las que es notoria la preocupación por lo que viene ocurriendo con el nevado. Transcribimos algunas de estas entrevistas:

el río Páez está a orillas del pueblo de Belalcázar”.

Moisés Pardo Poche, para ese entonces estudiante del Seminario Indígena Paez: “Últimamente hemos escuchado una explosión y nosotros pensamos que sea el nevado porque aquí ha sido raras veces que escuchemos un ruido de esos que fue como en forma de una dinamita”.

Ligia Orozco Campo, funcionaria de la Normal Nacional de Belalcázar: “Se oyó un ruido y fue como el estadillido de una bomba, en ese momento se oyó como en forma de un totazo y el ruido se fue yendo poco a poco, como suavecito se fue mermando. Nosotros pensamos que fue una bomba pero después con los rumores de la gente decían que era el nevado del Huila.

Al analizar que el río Páez nace en el nevado sí tengo bastante miedo porque

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Técnico agrícola de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de Páez (desconocemos su nombre): “Corre el rumor de que ha ocurrido un deshiele del nevado en las visitas de trabajo que hacemos por la zona hemos confirmado que es realidad, que el nevado está muy despejado hacia este lado y existe la preocupación de que si eso es así porqué el río Páez no ha crecido, siendo que el río Páez nace acá.

El hospital, por ejemplo, se encuentra en alerta amarilla, porque si llega a haber un represamiento que es lo que se supone que existe ahorita, en cualquier momento esa avalancha inundaría completamente el pueblo de Páez casi en un 95 por ciento. La preocupación mayor es esa y las comunidades que quedan cerca a la ribera del río también desaparecerían”.

En el programa “En Línea”, emitido el martes 7 de junio de 1994 y dirigido por Pablo Laserna Philips, dice

el doctor Mauricio Puerta Restrepo, de la Fundación Antropológica de Tierradentro y miembro de la Corporación Nasa Kiwe: “(La avalancha) Era algo que ya en la imaginación habíamos vivido durante muchos años. Esta creciente nos la imaginamos muchas veces, pero no sabíamos cuándo. La gente estaba emocionalmente advertida, cada uno sabía que esto algún día iba a suceder. No se tomaron medidas por-

que tal vez fue más fuerza de la misma comunidad de tratar de convencer al gobierno de lo que iba a suceder”.

3.

La noche del viernes 1o. de abril de 1994 (pleno Viernes Santo) se producen en el municipio de Páez fuertes aguaceros que ocasionan graves derrumbes en diferentes partes, especialmente en la zona de La Florida, resguardo indígena de Cue-

tando, poniendo en gravísimo riesgo a todos sus moradores. Varias familias son reubicadas temporalmente y esto hace que se reactive el Comité de Emergencia del Municipio y los miembros de la Cruz Roja Colombiana -Unidad Operativa de Paez-, se ponen al frente de la situación. Para mal o para bien, esta tragedia de La Florida, nos puso a pensar seriamente en que deberíamos preparanos adecuadamente para enfrentar una tragedia de mayores proporciones.

4.

Jorge Eliécer Cano Torres, uno de los miembros fundadores de la Cruz Roja -Unidad Operativa de Páez-, colabora en las acciones de atención a las familias damnificados por los derrrumbes en La Florida / Foto cortesía José Vicente Escobar Castañeda.

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Del lunes 9 al viernes 13 de mayo de 1994, se lleva a cabo en Belalcázar una capacitación dirigida por la Cruz Roja Colombiana que tiene como fin “Reactivar el Comité Municipal de Emergencias”, a la que asisten representantes de las diferentes entidades que hacen presencia en el Municipio y de las instituciones educativas que se encuentran en las riberas de los ríos Páez y Símbola. Este taller termina el viernes 13 con un gran simulacro que involucra a toda la población de Belalcázar, pues se atiende una gran emergencia causada por un derrumbe ocurrido en el barrio Villas del Norte (curiosamente, cinco años más tarde, el 10 de abril de 1999, un derrumbe en este sector llevaría a la evacuación de todos sus habitantes). De esta capacitación quedan tareas por cumplir a sus asitentes como son: 1o. La socialización de lo aprendido en cada una de las instituciones; 2o. La conformación en cada vereda del “Comité local o veredal de emergencias”; y 3o. La realización del “inventario de recursos humanos y materiales” con que contaba cada una de las instituciones o empresas.

En la máquina de escribir de Jorge Eliécer Cano Torres, quedó un comunicado fechado el 2 de junio de 1994, dirigido a representantes de todas las entidades e instituciones participantes en el taller, en el que se les recordaban los compromisos asumidos en el mismo. Tiene la firma de puño y letra de Luis Hernando Ledezma Paruma, como Presidente del Comité Cruz Roja de Páez; de Jorge Eliécer Cano Torres, Coordinador docencia - difusión Cruz Roja de Páez, Belalcázar; y el visto bueno de la Dra. Amanda Paz Ramírez, personera mpal. de Páez.

A continuación presentamos una fotocopia de uno de los comunicados que quedó listo para ser enviado y que nos fue compartido por José Vicente Escobar Castañeda:

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Qué dicen los expertos en la materia?

Aquí están los hechos

Para entender en términos técnicos qué fue lo que pasó, aquí está lo que dijeron los entendidos en la materia.

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l 6 de junio de 1994 a las 3:47 p.m. se registró un sismo con una magnitud de 6.4 en la escala de Richter, cuyo foco fue situado a una profundidad inferior a los 10 kms, con epicentro en cercanías del sitio llamado Dublín en la parte alta del río Páez, municipio del mismo nombre, en el departamento del Cauca.

Sus efectos directos o indirectos, afectaron 15 municipios, 9 pertenecientes al Cauca y 6 al Huila, cuya extensión alcanza los 10.000 km2. El 94.76% correspondió al Cauca y el 5.24% restante al Huila.

El municipio de Páez, bañado por el río del mismo nombre, fue el más afectado por el sismo, el represamiento y posterior avalancha, con un porcentaje del 50% seguido del municipio vecino de Inzá, con un 15% de afectación.

Los cálculos aproximados hablan de 1.100 personas muertas, una cifra considerada relativamente baja en relación con las enormes proporciones de los deslizamientos y avalanchas que afectaron la cuenca del río Páez.

El número de familias directamen-

te afectadas, según el censo del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, fue de 7.511 en el departamento del Cauca y 414 en el Huila, lo cual significa que aproximadamente 45.000 personas sufrieron directamente el influjo del terremoto y posterior avalancha. La inestabilidad de los suelos en algunas zonas habitadas por campesinos e indígenas, expulsó a 1.600 familias de sus tierras, las cuales debieron ubicarse en asentamientos temporales en ambos departamentos.

En materia ambiental 40.000 Has de tierras con su riqueza ecológica y faunística, la mayoría de ellas ubicadas en jurisdicción del Parque Natural Nevado del Huila, fueron arrasadas.

Características socioeconómicas y culturales de la zona afectada

La zona afectada se caracteriza por ser heterogénea desde el punto de vista de su población, lo que se traduce en diversidad de actores sociales, de visiones del mundo, de problemas, de necesidades, intereses y conflictos, que demandan respuestas institucionales

Esta era la población de Belalcázar hasta el 6 de junio de 1994. El cementerio, el hospital SVP, el barrio La Floresta, parte de la Normal y la cancha “Luis Arnulfo Medina” fueron borrados del mapa / Foto Luis Hernando Ledezma P.

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igualmente complejas y diversas con el fin de apoyar la recuperación de las distintas comunidades afectadas procurando conservar su identidad cultural, potencialidades y fortalezas, y solucionando sus carencias y sus necesidades.

Tierradentro, como se conoce a la región, se caracteriza por ser un territorio fundamentalmente indígena en el que habitan Paeces, Guambianos, Coconucos y Totoroes. Sin embargo confluyen en él mestizos y negros y solo el 20% de sus habitantes habla lengua Páez.

La Región ha sido históricamente epicentro de conflictos y tensiones entre indígenas de distintos grupos étnicos; entre indígenas, negros y mestizos; entre indígenas, campesinos y colonos; entre católicos y protestantes y, lo más importante, entre autoridades civiles indígenas y nacionales, lo cual hace de esta zona un territorio muy especial para el manejo de los distintos intereses de las entidades que hacen presencia en ella.▲

Entre la vida y la muerte

Vivos de milagro Dos meses después de la avalancha (agosto 10 de 1994), cuando ya habíamos reanudado las actividades académicas del Seminario Indígena Páez, en la finca Bethel del Vicariato Apostólico de Tierradentro, en La Plata, Huila, como terapia nos pusieron a escribir los recuerdos que teníamos de ese 6 de junio en Irlanda. Compartimos aquí dos de esos relatos, escritos con el recuerdo fresco de lo vivido en el caserío más cercano al epicentro del sismo.

Rescatado de entre el lodo

Por el padre Mario García Isaza - sacerdote vicentino, rector del Seminario Indígena Páez -SIP-. Este relato fue publicado en el periódico Avance Vicentino. No. 252 de Julio - Agosto de 1994, pág 68.

F

ue el 6 de junio, hacia las 3:45 de la tarde, hace ya un mes. Y aunque más de uno me insinuaron, poco después de la tragedia, que narrara lo acontecido y vivido por nosotros, no he sido capaz de hacerlo. Lo digo con humildad, porque tal vez sea esta una prueba de mi pusilanimidad. He vivido este lapso en un esfuerzo por recuperar la serenidad; por detener una máquina imparable, que proyecta, día y noche, en la memoria, las imágenes horripilantes. Y pensé que hacer la narración sería volver a vivir todo aquello.

Si, ahora lo hago, y narro, como yo le viví, el cataclismo de Tierradentro, es porque me lo han hecho ver como un deber con la historia de la Prefectura y del Seminario Indígena: a esa amada Iglesia y a esa obra estaría dispuesto a ofrecer cualquier cosa, por difícil que ella fuera.

En esos primeros días de junio, quienes formábamos la comunidad del SIP, vivíamos un momento de mucha ilusión, y al propio tiempo de serio compromiso. No sólo, y no tanto, porque un nuevo semestre tocaba a término, con las evaluaciones intermedias tanto en el Seminario Menor como el Mayor; sino especialmente porque el 12 de junio, en ceremonia para la cual estábamos convocando gozosos a toda la comunidad de la Prefectura, tres jóvenes Paeces, de los que en 1983 habían sido fundadores del Seminario Indígena, serían instituidos Lectores en orden a su futuro sacerdocio.

Para nosotros se trataba de algo profundamente significativo y rico en la historia de esta Iglesia misionera. Ya Monseñor Jorge García, previo concepto del Consejo de Formadores, los había aprobado; y ellos se disponían a hacer su retiro espiritual los días 10 y 11.

A las 3:30 de la tarde salí del Seminario Mayor, por los potreros que

Padre Mario García Isaza, salvado milagrosamente en Irlanda, luego de que un derrumbe lo arrastró por varios metros. Su experiencia fue vital para la evacuación de los damnificados de esta zona. 72 horas después del sismo, aterrizó en Belalcázar / Foto Imágenes Noticiero Nacional

mediaban; me dirigí al Menor, donde a las cuatro tendríamos una reunión de Profesores. Pese a que por las intensas lluvias de esos días el sendero estaba sumamente fangoso, y contra mi costumbre, no utilicé el carro: de haberlo hecho habría sin duda quedado sepultado por un inmenso alud que cubrió todo ese tramo de carretera… me calcé botas pantaneras y salí a pie.

Llegaba ya al último potrero, cerca a las instalaciones del Menor, cuando sobrevino el terremoto. Fue algo indescriptible. La violencia del sacudimiento no es posible imaginarla sin haberla vivido. Me tomó en el instante mismo en que yo sobremontaba un “paso peatonal” de los que son usuales en la región sobre las cercas de alambre. Y, literalmente, me lanzó por el

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aire; caí de bruces, varios metros adelante; me incorporé y traté de correr, y caí de nuevo. Cuando alcé la cabeza, alcancé a ver que una nube de polvo se levantaba, al desplomarse como castillo de naipes todas las edificaciones del Seminario Menor, en la parte que comprendía capilla, aposentos del vicerrector, comedor y cocina, casa de la Hermanas, etc. Y que sobre mí, a pocos metros, se abatía un alud inmenso de tierra. Un ruido sordo y estremecedor atronaba el espacio; ya por el cauce del Páez avanzaba la incontenible avalancha, en una simultaneidad con el terremoto que jamás podré explicarme.

Las montañas de toda la cuenca hidrográfica se habían desprendido con el cataclismo; rodaban laderas y vertientes, arrastrando consigo toda vida

Instalaciones del Seminario Mayor. Como se aprecia, las paredes cedieron y el techo quedó completamente extendido en el suelo. Allí no murió ninguno de los seminaristas ./ Foto padre Mario García Isaza.

ue el 6 de junio, hacia las 3:45 de F la tarde, hace ya un mes. Y aunque más de uno me insinuaron, poco

Indígena, serían instituidos Lectores en orden a su futuro sacerdocio.

Para nosotros se trataba de algo profundamente significativo y rico en la historia de esta Iglesia misionera. Ya Monseñor Jorge García, previo concepto del Consejo de Formadores, los había aprobado; y ellos se disponían a hacer su retiro espiritual los días 10 y 11.

te mismo en que yo sobremontaba un “paso peatonal” de los que son usuales en la región sobre las cercas de alamdespués de la tragedia, que narrara lo bre. Y, literalmente, me lanzó por el acontecido y vivido por nosotros, no aire; caí de bruces, varios metros adehe sido capaz de hacerlo. Lo digo con lante; me incorporé y traté de correr, y humildad, porque tal vez sea esta una caí de nuevo. Cuando alcé la cabeza, prueba de mi pusilanimidad. He vivido alcancé a ver que una nube de polvo se este lapso en un esfuerzo por recuperar levantaba, al desplomarse como casla serenidad; por detener una máquina tillo de naipes todas las edificaciones imparable, que proyecta, día y del Seminario Menor, en la parnoche, en la memoria, las imáque comprendía capilla, apo“Es necesario serenarnos; tenemos tesentos genes horripilantes. Y pensé que del vicerrector, comedor hacer la narración sería volver a y cocina, casa de la Hermanas, que abandonarnos en las manos de vivir todo aquello. etc. Y que sobre mí, a pocos meSi, ahora lo hago, y narro, Dios; démosle gracias porque estamos tros, se abatía un alud inmenso como yo le viví, el cataclismo milagrosamente vivos. Imploremos su de tierra. Un ruido sordo y estrede Tierradentro, es porque me mecedor atronaba el espacio; ya lo han hecho ver como un deber por el cauce del Páez avanzaba la misericordia; pidámosle perdón”. con la historia de la Prefectura y incontenible avalancha, en una del Seminario Indígena: a esa amada A las 3:30 de la tarde salí del Se- simultaneidad con el terremoto que jaIglesia y a esa obra estaría dispuesto a minario Mayor, por los potreros que más podré explicarme. ofrecer cualquier cosa, por difícil que mediaban; me dirigí al Menor, donde Las montañas de toda la cuenca ella fuera. a las cuatro tendríamos una reunión de hidrográfica se habían desprendido con En esos primeros días de junio, Profesores. Pese a que por las intensas el cataclismo; rodaban laderas y verquienes formábamos la comunidad del lluvias de esos días el sendero estaba tientes, arrastrando consigo toda vida SIP, vivíamos un momento de mucha sumamente fangoso, y contra mi cos- vegetal y animal sobre el valle del “Yu ilusión, y al propio tiempo de serio tumbre, no utilicé el carro: de haberlo Wala” (río Páez). En ese momento, en compromiso. No sólo, y no tanto, por- hecho habría sin duda quedado sepul- que me vi inminentemente sepultado, que un nuevo semestre tocaba a térmi- tado por un inmenso alud que cubrió recuerdo con vívida nitidez, que lo únino, con las evaluaciones intermedias todo ese tramo de carretera… me calcé co que acerté a decir fue: ¡Oh María, tanto en el Seminario Menor como botas pantaneras y salí a pie. sin pecado concebida¡ el Mayor; sino especialmente porque Llegaba ya al último potrero, cerY el alud llegó sobre mí. Entre los el 12 de junio, en ceremonia para la ca a las instalaciones del Menor, cuan- múltiples hechos que considero absocual estábamos convocando gozosos do sobrevino el terremoto. Fue algo lutamente inexplicables si no se quiere a toda la comunidad de la Prefectura, indescriptible. La violencia del sacu- recurrir al milagro, está este: ¿por qué tres jóvenes Paeces, de los que en 1983 dimiento no es posible imaginarla sin ese alud no me sepultó, yacente como habían sido fundadores del Seminario haberla vivido. Me tomó en el instan- yo estaba en el momento en que se

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abatió sobre mí?

Antes que a mí, tomó y sepultó reses y caballos; a mí, -y yo sigo reviviendo con nitidez de escalofrío y sentimientos de gratitud hacia María Inmaculada esos instantes,- el alud me empujó sin cubrirme. No es fácil describir cómo fue. ¿Han visto cómo, en una playa de arena, la ola que viene arrastra y rueda un madero liviano, y lo va llevando hasta dejarlo como resaca en el límite en que la ola misma se desvanece?

Sería lo más parecido a lo que me sucedió.

La tierra fangosa y pesada me fue empujando, medio cubierto apenas, haciéndome a veces girar como un rodillo, y al irse desvaneciendo me dejó sobre su borde, contra una cerca de alambre. Padres Jesús María Vargas Nasayó, José Miguel Martínez Leguizamón y Rubby Alberto Torres Guerrero, No podría precisar con sacerdotes vicentinos que laboraban como docentes en los seminarios menor y mayor de Irlanda. Aquí exactitud cuántos metros esperan el vuelo de las 2: 00 p.m. En sus rostros se refleja la tristeza y en sus ropas el lodo de la tragedia.

Al fondo, como en la Sagrada Biblia, las maletas ligeras del viajero, que aunque se va para siempre, debe me arrastró, 60, tal vez.

Uno de los profesores llevar liviano su equipaje. / Foto Jesús Javier Chávez Yondapiz del Menor (Hugo Marino prendí que quienes estábamos allí nos pel que nos correspondía jugar en esa Velasco), que en esos momentos corría desolado, alcanzó a ver- hallábamos en real e inminente riesgo comunidad, sumida en tal abismo de aflicción y zozobra. me y me acudió, halándome me sacó de morir.

Allí me encontré y abracé, entre Sólo dos de los alumnos del Madel fango y me instaba, llevándome lágrimas, con dos de los cohermanos, yor estaban allí. Me estremecí imagicasi arrastrado, a correr. “¡Corramos, padrecito, yo muero Rubby Alberto Torres y Jesús María nando a los demás bajo los escombros. con usted!”. Recuerdo que me gritaba. Vargas, y me di cuenta de que 30 o 40 Pero uno de los dos me aseguró que El barro que me cubría no me permitía personas, -mujeres, niños, alumnos-, todos habían corrido hacia la colina, y correr con la presteza que hubiera de- nos rodeaban gritando y entre sollozos; con ellos la mayor parte de los alumseado. Empezaba a presentir, en medio y que esperaban de nosotros cualquier nos del Menor.

Tras breve deliberación, decididel pánico, la magnitud de la tragedia palabra, alguna señal…

Entonces, me sobrepuse un tanto, mos hacer todos lo propio. La avay de sus consecuencias.

En la huida alcanzamos a otros de y les hablé: “es necesario serenarnos; lancha del riachuelo seguía cobrando los profesores, alumnos y empleadas tenemos que abandonarnos en las ma- fuerza y ya sus bordes amenazantes del Menor, que corrían en la llegaban a lindes de la placita en misma dirección, y los animaque nos encontrábamos.

“Nos dimos clara cuenta de que mos a correr hacia el Mayor.

Al ascender hacia la colina, Al acercarme allí, vi que nadie sabía de nosotros; más de nos percatamos de que la ladesólo había ruinas. A escombros tenía enormes grietas; pero no 12 horas después de lo acontecido, rahabía estaban reducidos el seminario otro sitio en donde buscar Mayor, la capilla, la escuela y refugio.- Ya anochecía, y seguía Colombia no sabía lo que había lo poco aún visible del poblacayendo lluvia copiosa. Al llegar do, que casi en su totalidad esal primer “descanso” era ya casi pasado allí, en la montaña”. taba siendo sepultado por una noche; ahí estaban el Padre Miincontenible avalancha que descendía nos de Dios; démosle gracias porque guel Martínez, las Hermanas Francisaterradora por la hondonada del ria- estamos milagrosamente vivos. Implo- canas, los demás profesores, los chicos remos su misericordia; pidámosle per- del Menor casi en su totalidad, y otras chuelo que antes cruzaba a Irlanda.

Seguía temblando, con intervalos dón. El peligro en que nos hallábamos personas de las que se habían salvado de minutos. La marejada de lodo y es realmente grave. Yo voy a impartir- en la población. Era un espacio redupiedra, incontenible, seguía creciendo les, a todos los que quieran recibirla, la cido y sumábamos casi 150 personas. y creciendo, allá abajo; las faldas con- absolución general; y le pido al Padre Ya no había luz para saber si convenía Jesús María Vargas que me absuelva él seguir ascendiendo. tinuaban precipitándose, y llovía…

Cuando me acerqué a las ruinas a mí”.

Esa noche interminable fue una Guardamos unos minutos en silen- sobrecogedora pesadilla. Múltiples del Mayor, y del templo, no sé lo que sentí. Pero creo que fue en ese mo- cio; recitamos el acto de contrición; y factores aunaban para hacerla más larmento cuando tomé conciencia de lo las palabras de la absolución fueron un ga y terrible: la absoluta oscuridad; los sucedido; cuando tuve, súbitamente, baño de indecible paz. Creo que a partir sacudimientos telúricos que, precediel estremecimiento que nacía de la de ese momento, mis cohermanos y yo dos de un sordo rumor, se repetían con inimaginable tragedia; y cuando com- tuvimos más clara conciencia del pa- breves intervalos; la lluvia pertinaz; el

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En esta imagen puede observarse la isla a la que quedó reducida la población de Irlanda. Medio pueblo fue borrado por la avalancha de la quebrada Musequina (chorro de arena, en el lenguaje de los nasas) / Foto padre Mario García Isaza.

rugido, por momentos más fragoso del Páez a lo lejos y de la quebrada Musequina a pocos metros de nosotros; el temor de que la colina en que nos encontrábamos se precipitara, arrastrándonos a su ruina, o bien que la montaña que desde allí se empinaba más, cayera sobre nosotros; el frío intensísimo, calados como estábamos hasta los huesos; y más que todo lo anterior, la percepción que ya teníamos de la magnitud de la tragedia: el pensamiento lacerante de los familiares, amigos, alumnos, compañeros por cuya suerte nos preguntábamos en silencio… porque no estaban allí….

En ese océano de pena y terror, bien sentíamos que sólo nos asistía y confortaba el valimiento de Dios, y a Él acudimos como jamás lo habíamos hecho, tal vez. Las horas interminables de esa noche transcurrieron, íntegras en plegarias y cánticos.

Clareando apenas el martes 7, descendí, con algunos alumnos, hasta las ruinas del Mayor. No pude contener el llanto. Pero había que pensar en lo que debíamos hacer. Un receptor de radio, que ya alguien tenía por ahí, transmitía

información nacional; se hablaba de una tragedia en el municipio de Belalcázar, ocasionada por una enorme creciente del río Páez, debida quizá a erupción del Volcán Nevado del Huila; de daños causados por un fuerte temblor en el mismo Belalcázar y en otros pueblos de Colombia. Nos dimos clara cuenta de que nadie sabía de nosotros; más de 12 horas después de lo acontecido, Colombia no sabía lo que había pasado allí, en la montaña.

La única esperanza de que alguien llegara a saber de nosotros, radicaba en que yo lograra rescatar de entre los escombros el equipo de radio-transmisión, que estuviera en condiciones de ser utilizado, y que pudiera hacerme oír. Gracias a Dios, removiendo ruinas encontramos el equipo; la caja de madera en que lo mantenía lo había protegido: De la antena quedaban trozos, que unimos lo mejor que se pudo. Al campero del Seminario, aplastado bajo enorme mole de piedra y ladrillo, le sacamos con dificultad la batería; en dos palos largos, que sostenían los muchachos, templé la antena… y comencé a llamar.

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Ya casi toda la gente había descendido de la colina y se agolpaba a mi alrededor. Creo que comencé a transmitir a eso de las seis y media de la mañana. Y tal vez fueron aquellas las horas de mayor tensión: nadie me escuchaba y las horas corrían; la batería empezaba a agotarse.

La red de emergencia de los radioaficionados de Colombia, puesta en marcha desde la noche anterior, transmitía y pedía información. Pero evidentemente nadie sabía de nosotros; y no lograba hacerme oír. Así hasta las nueve y media, ¡a esa hora¡ y después en dos o tres ocasiones, percibimos el ruido lejano de helicópteros, y agitamos trapos y gritamos insensatamente, como si desde las naves nos pudieran escuchar. . . Pero giraban, muy alto y lejos, y se perdían de vista.

Imposible describir la angustia.

No era fácil conservar la propia serenidad, y menos tranquilizar a quienes me rodeaban, acallar su llanto, impedir su desesperación.

Poco antes de las diez, alguien me oyó, por fin, cuando ya empezaba a desalentarme en la brega y estaba ronco de tanto gritar. Si mal no recuerdo,

el primero fue un radioaficionado de Neiva: “me parece -dijo- que alguien pide socorro y hace llamada de emergencia; pero su señal es muy débil; por favor todas las estaciones permanezcan Q.A.P, para ver si logro captarla” – ¡Entonces grité con toda mi fuerza¡; me identifiqué, pedí comprendido y pase el cambio, anhelante. – “Lo copio, Padre Mario, su señal es muy débil, pero lo copio!“ Y todos lanzamos un grito y lloramos de alegría.

A partir de ese momento, la red de emergencia se ocupó de nosotros. Pidieron detalles; me insistieron en que ahorrara la poca carga que ya guardaba la batería; nos alentaban, dándonos la seguridad de que recibiríamos socorro.

Las horas que siguieron tenían un tinte diferente. Permanecía la angustia, los temblores continuaban, nos sentíamos encerrados; pero al propio tiempo nos alentaba la seguridad de que vendrían a rescatarnos.

Entre otras cosas que nos ocuparon, los alumnos del Seminario Mayor, con el Padre Miguel Martínez, rescataron dos cadáveres, bastante destrozados de los escombros de la escuela, y otro más decapitado, en los bordes de la avalancha del riachuelo; y los se-

pultaron en el antejardín del Seminario Mayor. Otro tanto hicieron con el cuerpecito de la pequeña hija de María Eva Chávez, la ecónoma del Seminario Menor; había muerto atrapada por una pared en su casita, y Orlando Anrango, el papá, había mantenido en brazos su cadáver desde la víspera.

A estas alturas, ya estábamos convencidos, con qué profundo dolor, de que Hilario Aquite Fince, seminarista, había muerto. De la Cruz de Vitoncó, era alumno del segundo año de Teología. Y, ciertamente, un auténtico valor como persona, y como aspirante al Sacerdocio. Había pedido, como señalé al principio de este relato, su admisión canónica. Inteligente; inquieto, laborioso en su proceso intelectual; celoso, y con especial “carisma” para querer a los niños y trabajar con ellos. Hacía poco que el Prefecto Apostólico lo había nombrado como Delegado para la animación de la Infancia Misionera en toda la Prefectura. Fue, milagrosamente, la única víctima fatal de esta tragedia en el Seminario Indígena Páez “SIP”. Sentimos que su recuerdo estará vivo entre nosotros y por mucho tiempo.

Hacia las once de la mañana, me anunciaron por radio que los helicópte-

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ros saldrían a buscarnos; que debíamos encender fogatas, para que la columna de humo guiara a los pilotos, desconocedores de la región. Aproximadamente a la una de la tarde, se acercó una nave; pero no venían en plan de rescate; se trataba de periodistas: era el “Caracol del Aire”; descendió unos momentos; quedaron sobrecogidos por la situación en que nos hallábamos, y partieron, con la promesa de urgir a quienes debían socorrernos.

Posteriormente aterrizó el helicóptero de un candidato en trance de campaña presidencial, Andrés Pastrana, prometió correr a gestionar ayuda… y se fue.

Sólo a las dos de la tarde llegó el primer vuelo de rescate. Ahora se trataba de organizar la evacuación. Éramos en total unas 150 personas. Desde el primer momento traté de hacer entender a todos que era imperativo establecer y respetar un orden de prioridad para el rescate. Ante todo, los heridos, que gracias a Dios no eran muchos; las señoras luego, los pequeños, las personas de más edad. Muy explícitamente, después de 24 horas de angustia, frío, hambre y miedo, todos deseábamos salir de allí cuanto antes, dejar aquel infierno, reunirse con sus familiares o

El padre Mario posando en los escombros de lo que fuera el Seminario Mayor Indígena. De entre estos escombros logró salvar la caja de madera en la que guardaba su radio de comunicación con el que informaría al mundo la tragedia que se vivía en Irlanda ./ Foto padre Mario García Isaza.

al menos ir a indagar por ellos, sentirse seguros.

Esa tarde, en vuelos sucesivos, fueron evacuados unos 95. No recuerdo bien si en el segundo o tercer vuelo, subió el Prefecto Apostólico (Monseñor Jorge García). El encuentro con mi hermano y pastor fue, al propio tiempo, desgarrador y reconfortante. Yo sabía de su angustia, y él, de nuestra tragedia que era también suya. Y sus sollozos al ver la ruina del poblado y la destrucción del SIP me llegaron al alma y provocaron los míos y los de quienes nos rodeaban.

A las cuatro de la tarde, quedábamos todavía unas 50 personas cuando aterrizó un helicóptero en que venía, una vez más Jorge, mi hermano. Y el comandante de la nave nos notificó que ya no había más vuelos, porque oscurecía, y que no era posible llevarnos a todos. Pasar otra noche en aquel sitio y tal situación, nos parecía una perspectiva aterradora. Al otro lado del río, que todavía bajaba arrastrando piedra y lodo, la extensa meseta de Yusayú se divisaba, amplia y mucho menos insegura. Rogamos al piloto que, si era inevitable esperar hasta el día siguiente para ser rescatados, al menos nos trasladaran a aquel sitio, donde nos sentiríamos en menos peligro.

No sé lo que pensó aquel aviador;

lo cierto es que comenzó a hacernos subir al aparato, y nos apiñó a todos en él. Y tomó altura. Cuando había alcanzado tal vez unos 25 o 30 metros, seguramente por exceso de carga y con el fuerte viento que soplaba, se precipitó a tierra, casi a orillas del río. “Nos matamos! “ gritó alguien; y el ingeniero de vuelo abrió la portezuela y se lanzó a tierra. El aparato se golpeó con fuerza contra algo (una torre de energía).

El piloto forzó la máquina, que traqueteaba y se sacudía; con admirable destreza logró estabilizarla, tomó de nuevo altura indispensable para cruzar a la otra margen del cauce anchuroso, y asentó al borde de la meseta de Yusayú. Nos hizo descender rápidamente; desembarazó de ramas el tren de aterrizaje, y vimos que el depósito de combustible estaba roto; trató de taponarlo, no sé con qué, y emprendió vuelo, con la nave vacía…

Allí quedamos, pues, -y con nosotros el Prefecto Apostólico, Monseñor Jorge, abocados a una segunda noche de frío y desamparo; aunque, ciertamente, nos sentíamos mucho mejor allí.

La vereda de Yusayú era extensa, y muy poblada. Allí la tragedia tenía características mucho menos dramáticas; pero de todas maneras las familias habían quedado aisladas, con sus

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casitas en ruinas, y en espera de ser rescatados también. Y al ver aterrizar allí cerca el helicóptero, comenzaron a confluir y a reunirse con nosotros; al caer la noche, éramos nuevamente más de 150 personas.

En el último accidentado vuelo nos habían, por fin, llegado provisiones y agua potable. Improvisamos, con plásticos, un pequeño rancho, en que se guarecieron esa noche unos pocos. Allí también, tuvimos una vez más la experiencia de la bondad y generosidad de los pobres para compartir lo poco que tienen; a poco andar ya habían encendido fuego; reunieron las provisiones; sacrificaron, incluso, algunos animalitos, y nos ofrecieron comida caliente.

A fe que la necesitaba.

Seria inacabable el relato pormenorizado de cómo transcurrió esa noche del martes 7 al miércoles, el miércoles mismo, la noche del miércoles al jueves y el día jueves nueve de junio: porque todo ese lapso se necesitó para que todos fuésemos rescatados. El mal tiempo a veces, diferentes urgencias otras veces, hicieron que nuestra evacuación sólo terminara cuando el nueve, hacia las 4:30 de la tarde, fui llevado con el último grupo. Los padres Jesús María y Alberto acompañaron poco antes otros viajes.▲

La noche más larga del mundo Por Manuel José Escobar Castañeda

E

se 5 de junio de 1994 había comprado el periódico El Tiempo y en la revista de Lecturas Dominicales había encontrado un extensísimo artículo titulado “EL DÍA MÁS LARGO DEL MUNDO está cumpliendo 50 años”. Me llamó mucho la atención pero dejé para leerlo más tranquilamente al día siguiente en Irlanda.

Y así fue, el lunes 6, después de hacer la acostumbrada siesta – ese día con mayor razón pues Paco Así quedaron las instalaciones del SIP después del sismo del 6 de junio de 1994 a las 3: 47 p.m. Me encontraba Castro, el lechero dialogando con otros compañeros en el corredor junto a la puerta del lado izquierdo y del sismo vine a dar de que nos transpor- bruces al patio central./ Foto padre Mario García Isaza. taba, nos había hecho levantar antes de las 4: 00 de la mañana-, tomé el maga- faltaban tres minutos para terminar el primer alambrado y cuando iba unos zín y alcancé a leer una media plana recreo, cuando un violento movimien- cinco metros más adelante escuché los cuando sonó la campana para iniciar to de tierra lo destruyó todo. No sé gritos de la profesora Carmiña Velasco cómo, pero fui a dar de bruces al cen- que me pedía ayuda. Regresé y con su las clases de la tarde.

El tema era interesantísimo y tro del patio. Me incorporé y pude ver esposo, el profesor Juan Hely, la ayutrataba del desembarco de las tropas cómo todas las instalaciones del plan- damos a pasar la cerca. Debimos boraliadas en Normandía el 6 de junio de tel se derrumbaban como un castillo dear el derrumbe que se había venido 1944, como uno de los golpes decisi- de naipes. El padre Alberto trataba de sobre nosotros. Ya se había detenido vos de los aliados al ejército alemán imponer la calma pidiéndoles a todos pero había tapado el caminito por donpara dar término a la segunda guerra que se quedaran quietos; nadie le hacía de diariamente transitábamos.

El último potrero que debíamos mundial. Suspendí. Tenía clases con caso, todos huían despavoridos.

Traté de correr hacia la loma pero pasar estaba convertido en un lodazal. los estudiantes del grado séptimo hasta vi cómo esta se venía sobre nosotros; El barro nos llegaba hasta las rodillas. las 3: 30 y hacia ese salón me dirigí.

Salimos como de costumbre a la me devolví en dirección al río y en ese Al tratar de levantar los pies, los zamerienda. Todos los orientadores del instante recordé lo que tantas veces nos patos se quedaban clavados; no imporSeminario nos reuníamos en el come- habían dicho de una posible avalancha taba, a seguir corriendo descalzo, lo dor y alrededor de una taza de café y del río Páez. El instinto de superviven- importante era llegar a Irlanda.

De pronto escuché que me llamaun pan, departíamos alegremente has- cia es muy fuerte y en esos momentos ta finalizar el descanso. Extrañamente estaba pasando la prueba más dura de ban nuevamente y me pedían auxilio; ese día cada uno al terminar su merien- toda la vida. Corrí, entonces, por el miré y era la hermana franciscana Beacorredor donde segundos antes había triz Rúa completamente enterrada y da se fue retirando. ¡POR DIOS, MANUEL, Y estado charlando. Ya no había sino es- por más que el padre Alberto trataba de AHORA QUÉ HACEMOS. . . !En combros: ladrillos, varillas de hierro, ayudarla, nada conseguía. Me devolví uno de los corredores del plantel, ane- pedazos de hojas de eternit. El objetivo unos seis o siete metros y con pavor xo al comedor, me reuní con Hugo era uno solo: correr por los potreros del pude contemplar cómo la avalancha Marino Velasco y los padres vicenti- Seminario hacia el caserío de Irlanda ya había llegado a los potreros del Senos Alberto Torres Guerrero –quien que se encontraba a unos 700 metros; minario, más o menos donde quedaba oficiaba como vicerrector- y Chucho caminando normalmente se gastaban la cancha de fútbol –300 metros arriba de donde estábamos en ese momento-.

Vargas –profesor del Seminario Ma- 10 minutos. Nosotros volábamos.

Era una competencia contra el Era la muerte. Como pude, sacando yor- a seguir charlando. Eran exactamente las 3: 47 minutos de la tarde, reloj, contra la vida misma. Pasé el fuerzas de donde no tenía, agarré a la

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En esta fotografía, tomada desde el helicóptero, puede apreciarse la magnitud de la tragedia. En el centro las instalaciones del SIP; por las márgenes occidental y norte los derrumbes que se vinieron sobre el plantel y por el oriente la avalancha del río Páez. Nótese que en la parte sur, entre el derrumbe y la avalancha quedó un espacio de unos siete metros (marcado por la flecha) por el que pudimos evacuar hacia la población de Irlanda. / Foto padre Mario García Isaza.

hermana y la ayudé a salir. Iba completamente exánime.

Fue allí donde el padre Alberto Torres recordó que 24 días antes me había dado permiso para que asistiera a un curso sobre “Prevención y atención de desastres” en Belalcázar y queriendo encontrar la fórmula mágica para salvarse, con voz lastimera me preguntó: “¡Por Dios, Manuel, y ahora ¿qué hacemos?, ¿qué fue lo que usted aprendió en ese curso. . .?” Yo, totalmente descompuesto, sólo atiné a responderle: “Haga lo que pueda, Padre, que esto no nos lo enseñaron. . .”

Cuando llegamos a lo que había sido el caserío de Irlanda –habrían pasado unos siete minutos desde que se inició todo- fue la desazón. No quedaba nada de lo que había sido el pueblito. Una inmensa masa de lodo, piedras, palos y arena lo cubrían todo. Allí enterradas debían encontrarse unas 150 personas. Las casas que no habían sido cubiertas por la avalancha de la quebrada Musequina, estaban totalmente destruidas por el sismo. Era un espectáculo dantesco: zozobra, llanto, ruinas y muerte lo cubrían todo. Las

instalaciones del Seminario Mayor, la capillita y la escuela primaria donde estudiaban unos 60 niños, estaban en el suelo.

Cerca de 30 personas logramos reunirnos alfrente de la capilla; las demás que habían logrado salvarse, huían hacia una mesetica cercana. Empezaba a llover y los fuertes movimientos de tierra no cesaban. Unos rezábamos, otros blasfemaban, otros lloraban y otros desesperados gritaban. El desconcierto era total.

El padre Mario García, rector del Seminario, y quien había sido arrastrado cerca de 50 metros por uno de los derrumbes, embarrado hasta la coronilla, tomó la palabra y nos invitó a hacer una confesión general y a ponernos en las manos de Dios y de la Santísima Virgen. Todos nos arrodillamos, rezamos algunas oraciones, el Padre dijo algunas palabras y luego, con la ayuda del padre Chucho Vargas, a todos nos dieron la absolución. Sentí cierta tranquilidad, cierta paz; estaba a disposición de Dios y lo que siguiera de allí en adelante lo recibiría como un mandato de Él. Recordé, entonces, ese pasaje

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bíblico: “Si Dios está conmigo, ¿quién podrá estar contra mí. . .?”

¿LA MUERTE, DÓNDE ESTÁ LA MUERTE. . .?

Empezaron a caer las primeras sombras de la noche. Los que habían subido a la mesetica comenzaron a llamarnos a los que aún seguíamos abajo, argumentando que allá estaríamos más seguros. Antes de iniciar el penoso ascenso, entré en las destruidas instalaciones del Seminario Mayor y saqué algunas cobijas y trapos que encontré, pensando en algunos bebés que había dentro del grupo y en el frío que nos esperaba. La lluvia no paraba.

Cerca de 150 personas nos reunimos en la pequeña explanación.

Repartí las cobijas y las mantas entre algunas madres que tenían niños de brazos y dejé una para mí. Rostros desencajados, ojos llorosos y miradas tristes como queriendo exigir una explicación a todo cuanto estaba sucediendo se cruzaban por todas partes.

Algunos estudiantes consiguieron hojas de zinc y empezaron a improvisar enramadas para guarecerse de la

lluvia; con hojas de plátano buscaron defenderse del frío. El sitio no ofrecía mayor seguridad: por detrás teníamos un inmenso derrumbe; por la derecha, un abismo y sobre la base de éste golpeaba la quebrada Musequina; y por el frente, grandes grietas provocadas por los constantes movimientos telúricos.

A las 6: 30 de la tarde me recosté sobre un tronco. Alrededor se fueron haciendo algunos: Carmiña con su pequeña hija, Lina María, quien milagrosamente se había salvado de morir cuando una de las paredes de la pieza donde dormía se había caído hacia la parte de afuera; Juan Hely, Hugo Marino y los padres Mario y Chucho. Para todos alcanzó la cobija.

Empezaba la tétrica noche. De vez en cuando encendíamos un pequeño radio que habíamos logrado salvar de los escombros para oír que comentaban. Era muy poco lo que decían las emisoras. Noticias fragmentarias, incompletas, equivocadas que lo único que lograban era acabar de bajar nuestra moral. Ignoraban completamente lo que había sucedido. Luego ponían música o se ponían a hablar bobadas.

Apagábamos el radio para no gastar las pilas.

Las hermanas franciscanas dirigían el rezo del Santo Rosario, luego cantábamos; cantos de fe, de esperanza, de misericordia, de confianza en Dios, de perdón, de vida. Sí, de vida, cuando la nuestra estaba allí pendiendo de un hilo. Me angustiaba sobremanera cuando entonábamos aquella canción que en uno de sus apartes dice: “La muerte, dónde está la muerte?, dónde está la muerte? Dónde su victoria?” Valientemente la desafiábamos cuando en realidad todos estábamos allí “muertos de miedo”.

Pero cuán valioso fue en esos agónicos momentos el canto, el rezo, la oración, el confiar en un Ser Superior en quien poníamos toda nuestra existencia. Cuánto agradecimos el haber recibido el Don de la fe.

Luego venía el silencio, interrumpido de vez en cuando por el llanto de un niño hambriento o de una madre que había perdido a sus hijos o a todos sus seres queridos, que estaban allá abajo enterrados en medio de ese mar de lodo.

La lluvia había cesado, las nubes empezaban a desplazarse y aparecían en el firmamento algunos luceros. Pero los temblores seguían y el susto se

acentuaba por el permanente represamiento de la quebrada, que al reventar, parecía que se fuese a llevar de un tajo toda la planadita donde nos encontrábamos.

Frecuentemente preguntábamos por la hora y con tristeza teníamos que resignarnos a la respuesta. Parecía como que si el tiempo no quisiera avanzar, como si también se hubiera confabulado contra nosotros y se hubiese detenido para hacernos más grande el sufrimiento. Todos anhelábamos ver la luz del nuevo día. Contamos una a una las horas, fueron once y media. Sentimos pasar uno a uno los minutos –690-; escuchamos el tic-tac de cada uno de los segundos –41.400-.

La noche se resistía a morir. Fue en ese instante cuando se me vino a la memoria el artículo que había empezado a leer en horas de la tarde. ¡Qué ironías de la vida! Hacía exactamente 50 años, en Normandía, habían vivido el día más largo de la historia. Ahora éramos nosotros quienes padecíamos la noche más larga de nuestra existencia.

Y al fin vimos los primeros albores del 7 de junio. Eran las 5: 30 de la

Con llantas los estudiantes provocan humo para informar a los pilotos de los helicópteros el sitio de nuestra ubicación. Al fondo, las ruinas del Seminario Mayor y la capilla de Irlanda. En las lomas se observan los múltiples derrumbes que se vinieron sobre el poblado / Foto Jesús Javier Chávez Yondapiz

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el doctor Andrés Pastrana Arango, candidato a la Presidencia de la República y quien se encontraba en plena campaña política. Como seguidor suyo lo saludo efusivamente. Nos pregunta que con qué queremos que nos ayude y al unísono le respondemos que sacándonos de allá, que en ese momento no necesitamos comida ni frazadas ni drogas pues lo que más nos interesa es seguir viviendo, lo demás vendrá por añadidura. Él, promete regresar inmediatamente a Neiva y enviarnos dos helicópteros para que todos seamos sacados.

Como buen político, no nos cumplió.

Ya empieza a acercarse la nueva noche. Vivir otra allá es para mí la muerte.

Quiero salir cuanto antes, Capilla de Irlanda. En este lugar nos reunimos muchas personas y rezamos; luego iniciamos el ascenso irme en el próximo viaje.

Cuando este llega, me acerhacia una mesetica donde pasamos la noche / Foto Alfredo López. co y veo a Monseñor Jormañana. Empezábamos nuevamente la Pero el tiempo pasaba y los helige quien va allí y me hace vida; acabábamos de resucitar. Todos, cópteros no aparecían por parte algu- señas para que me suba, pero cuando como impulsados por una fuerza ex- na. Ya las emisoras nacionales empe- lo voy a hacer me detiene uno de los traña, nos paramos. Queríamos cono- zaban a darse cuenta de la magnitud de pilotos y me dice que los adultos socer, comprobar toda la magnitud de la la tragedia y le dedicaban más espacio. mos los últimos en salir. Él no tenía por tragedia. En una sola noche habíamos 11: 00 de la mañana. Por la cadena qué saber lo que yo estaba sufriendo. sentido cerca de cien temblores.

Caracol pasan la lista de las personas Afortunadamente el padre Alberto que desaparecidas en Belalcázar y entre conoce mi situación intercede por mí UNA COMUNICACIÓN MILA- ellas está mi hermano Vicente. Se me va y me dice que me monte. Ya alzando GROSA: la moral al suelo y a todo el llanto que vuelo el helicóptero logro treparme.

Desde arriba contemplo bien el El padre Mario, en medio de todos había logrado reprimir para mostrarme su dolor, tuvo tiempo para planear la fuerte le doy rienda suelta. Pienso en panorama. Veo la magnitud de la traforma como nos iba a salvar: debíamos mi mamá, en el viejo Jota Jota, en mis gedia, veo los rostros tristes y desconde los que se quedan. Dejarlos encontrar en medio de los escombros hijos, en Nora, en mis hermanos; en solados a ellos en esa situación y dejar a Irlandel Seminario Mayor, su transistor de todo lo que ellos estarán padeciendo y da –quizá para siempre-, la tierra que radioaficionado; rezar para que la bate- lloro desconsoladamente. me dio albergue durante seis años y ría del carro del plantel al que le había Por fin llega el primer helicóptero. medio, me parte el alma; pero en Becaído una mole de cemento de la capi- Aterriza y todos corremos. No venían lalcázar los míos me están esperando lla estuviese en buenas condiciones y por nosotros; es el Caracol del Aire di- y ellos también están sufriendo y me templar de nuevo la antena. rigido por el periodista Guillermo Ro- necesitan.

Esa fue la primera labor de ese dríguez Muñoz quien va a recoger las A las 5: 15 aterrizamos en Belalmartes. Y las cosas nos salieron a la primeras informaciones y a hacer las cázar. Me esperan mis hermanos Ignaperfección. Recuperado el radio, la ba- primeras tomas. Entrevista a algunas cio y Rodrigo y con ellos me dirijo a tería con energía y lista ya la antena. personas y yo aprovecho para enviarle La Mesa, el lugar donde está albergada A eso de las 7: 00 de la mañana, un saludo a mi familia; ellos también toda la gente de mi pueblo. Me comendespués de ingentes esfuerzos, logró deben estar preocupados por mi suerte. tan que continúan desaparecidos Decio la primera comunicación. A las 7: 30 A la 1: 30 de la tarde llega el pri- y Vicente y que lo más probable es que se comunicó con la Cruz Roja de Cali mer vuelo para iniciar la evacuación. este último esté muerto pues después y estos a su vez por vía telefónica con Sacan a siete personas; prefieren a he- del temblor partió con los cruzrojisel comando de la Tercera Brigada. Nos ridos y a niños. Hago cálculos mate- tas hacia el puente de La Símbola a prometieron que a más tardar a las 9: máticos: si a ese ritmo nos van a eva- rescatar a algunos que supuestamente 00 de la mañana llegarían los prime- cuar, los últimos iremos saliendo en habían quedado atrapados en un derrumbe. En un improvisado cambuche ros helicópteros para iniciar las labores unos quince días. de rescate y evacuación, que produjéLlegan luego dos helicópteros; de plástico encuentro a mi familia. Los ramos humo con leña y llantas viejas uno es un ruso y en este ya salen 35 abrazo y lloro con ellos. ¡Acabo para que los pilotos pudieran dar más personas, preferiblemente ancianos y de nacer, he vuelto a la vida. . !▲ fácilmente con el sitio. Así lo hicimos. mujeres. A las 4: 00 de la tarde llega

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FUMAROLAS

Croniquilla del 6 de junio Por Luis Ignacio Escobar Castañeda

Luis Ignacio, quien por aquella época se desempeñaba como docente en la desaparecida Escuela de Cuetandiyó, Tálaga, hace una crónica de lo que vivió ese 6 de junio y cómo gracias a que lo dejaron “los lecheros” su susto fue menor y quizá hasta pudo salvar su vida. Este escrito fue publicado en EL ENJAMBRE el 6 de junio de 2008, cuando la tragedia estaba cumpliendo 14 años.

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:00 a.m: Ya había cantado el gallo en el mandarino del solar y me disponía a preparar el tinto mañanero para salir a coger el vehículo que me llevaría hasta la escuelita de Cuetandiyó, en el resguardo de Tálaga.

Tomada la pócima de cafeína, me dirigí hasta la pieza, le dí la bendición a mis hijos que dormían plácidamente, me despedí de la mujer entre dormida y subí hasta la esquina de Don Naval. El reloj corría gastándole los minutos al nuevo día y los carros no aparecían por ninguna parte.

5:00 a.m: Se acerca el policía Luis Ignacio posa en las ruinas de la Escuela Rural Mixta de Cuetandiyó, Tálaga, donde laboraba en el año 1994.

Rivas y me dice: En la pared se alcanza a leer “Aquí fue la escuela Cuetandiyó 74 - 94” / Foto Luis Ignacio Escobar Castañeda “Profe, Reynel y 7:30 a.m: Desayunamos y me fui 11:00 a.m: Llega Jorge Eliécer Paco ya se fueron”. –“¿Cómo así?”, Cano Torres, “El Loco Cano”, como le pregunto. “Seguro, profe, se fueron a dejar a Julián Andrés, al prejardín de jamás lo había hecho: callado, parco. antes de las cinco”. “¿Se fueron los la Normal. Cuando pasábamos frente No aceptó el ofrecimiento etílico que lecheros?”. “Van lejos”, me confirmó a la casa de Oscar Collo, llegaba este, le hizo Gustavo, argumentando que el uniformado. Entonces regresé a la con su primo Gustavo Adolfo, aperahabía que guardar energías para el casa, la de don Drigelio Ferro o doña dos de “Niquelado”, como decía HelSampedro. Cano tomó unas revistas de Alba Valencia, abajo frente a la Urba- muth Montero. “Tómese uno Nacho”, TV y Novelas, se sentó diana. Pensé conseguir una moto gonal a nosotros e inició la que me transportara, pero no “Llega “El Loco” Cano, como jamás lo había he- farandulera lectura; mienla hallé.

5:30 a.m: La mujer se cho: callado, parco. No aceptó el ofrecimiento etí- tras leía, nos escuchaba y celebraba con una carcajasorprende y me pregunta “¿y luego no se madrugaba para lico que le hizo Gustavo, argumentando que había da.

11:30 a.m: Aparece en la escuela?”. “Me madrugaque guardar energías para el Sampedro”. escena Daniel Valencia Ceba, pero los lecheros me deballos –Danielito-. “Espéjaron”, le respondo. Entonces renme, voy por el hijo y regreso, cuensaqué un libro de Psicología General, me dicen. “Pásenlo” y me lo tomé. ten conmigo ya vengo”, les digo. Bajé que me había facilitado mi hermano Dejé el hijo en la Anexa y regresé a la hasta la Anexa y volví con el niño.

Vicente (aún no se lo he devuelto) y casa de Oscar, se inició una alegre y Daniel ese día estaba sediento, se los me dispuse a resolver unas evaluacio- emotiva tertulia, la mañana transcurría entre risas y anécdotas. apuraba en serie. nes de la Universidad de La Sabana.

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12:15 p.m: “Voy a dejar el hijo a la esquina, donde hoy queda el Coliseo, damos el carro de don Mario López, no la casa, no me demoro”. “Nacho, no nos detuvimos, el río ya se había lle- había gente, las calles estaban solas, se vaya, aquí hay almuerzo para to- vado el puente de “El Sillón” y estaba tampoco había energía, seguimos con dos -replicó Blanquita Ferro detrás de acabando con el barrio “La Floresta”; rumbo al norte, pero enseguida de la la cortina-, deje que los muchachos cuando vi que se llevó la casa de Ma- casa de don Gerardo Ipia, en el barrio jueguen, ellos están entretenidos en el nuel Vargas, me entró el miedo y apura- “Los Guaduales”, una palizada y enormos el paso en busca de la casa paterna mes piedras nos impidieron el paso, ensolar”. Desistí de marcharme.

12:45 p.m: Blanca nos sirve unas en el Panamericano. Hileras de gentes tonces nos regresamos y nos enrumbabuenas porciones de torta. La tertulia se ascendían hacia el alto de “El Limón” y mos hacia el sur, corrimos igual suerte, hacía más intensa. El caldo de pollo no “La Mesa”. En la esquina de de don He- en lo que fue el campamento de Obras tardó, nos lo tomamos. “Eso sí los va a raclio, estaba papá José, sentado, fresco Públicas era imposible pasar; Belalcápasmar”, nos aseguró Cano. “Creo que y tranquilo: “¡Esto ya pasó, mijito!, su zar estaba sitiada por toneladas de lodo, mamá y todos ya están en ‘La Mesa’”. árboles y gigantescas piedras. Regresano”, replicó Gustavo. mos al parque, Monseñor se re2:00 de la tarde, el Loco tiró hacia la Prefectura y yo me Cano nos desea suerte, se desquedé cuidando carros en compide y sale. El anfitrión y su pañía de Hernando Trujillo, primo, cabecean y rápido renentre ellos el de don Parmenio didos por el sueño, duermen Andrade. Esa noche fue larga e en la poltrona. Danielito y yo, intensa; no cesaban las réplicas continuamos con la ingesta báquica, pero aún había una buena pro- Continué el camino, unos metros más del terremoto. adelante me llamó don Ezequiel GutiéMartes 7 de junio: Se empezaba visión.

3:00 p.m: “Se durmieron los ca- rrez, “Paquete” y me invitó a seguir a a conocer la magnitud de la tragedia. seros -dijo Daniel- vámonos”. “Pero… su casa: “No se lleve esas criaturitas a Mis hermanos no aparecían. Cientos nos queda todavía una roñosa, acabe- sufrir por allá arriba, quédese aquí y de amigos habían fallecido. La veremos con eso”, le repliqué. Dicho y he- nos hacemos compañía”. Acepté y allí da de Cuetandiyó había sido arrasada por completo, llevándose nueve de mis cho, tres traguetines para Daniel y tres permanecimos por más de un semana.

5:30 p.m: Volví donde papá quien estudiantes, entre ellos los hermanos para mí y el festín ha terminado. Zigzagueando salimos a la calle, Daniel co- ya estaba dentro de la casa. “¿Y los Inseca, los hijos de Marciano; a los gió camino de su casa y yo hice lo pro- muchachos?”, me interrogó. “¿Cuá- hermanos Lectamo; al cumplido campio. Ahora era mi hijo quien me llevaba les muchachos? -le contrapregunté-. panero, al inquieto Secundino Perdode la mano. Para evitar el femenino e “Pues Manuelito, en Irlanda; Decio, mo, entre muchos otros.

Desde las 2:00 p.m. de ese fatídiinevitable discurso de la consorte, entré en Togoima y Vicente, dicen que se fue y me acosté; Julián se fue hasta el solar con los de la Cruz Roja”. “Tranquilo, co lunes festivo, no volví a ver a mi mañana tendremos noticias”. “¡Oja- entrañable amigo,… al Loco Cano. a saludar a Marcela y a la mamá. ¡Bendito sea Dios que me dejaron los 3:47 p.m: El hijo me llama, me lá!”, me dijo el viejo.

7:00 de la noche: Monseñor Jorge lecheros! Paz en la tumba de todas las despierta: “Papi, papi, la tierra se está moviendo”. Efectivamente, no sentí el me invitó a que lo acompañara y abor- víctimas.▲ primer sacudón, pero para el segundo ya estaba en pie, saqué la familia hasta las gradas de la escuela Urbana y regresé para cerrar las puertas. Vi subir de la orilla del río a un policía, a don Vicente Sánchez y al profesor Wilfredo Mulcué; venían a la estampida. Arriba, en la “Casa Gardeliana”, había algunos enguayabados, recuerdo a Pedro Osorio (hijo) que me gritaban: “Nacho, muévase viene la avalancha”. El etílico me había adormecido los nervios, estaba tranquilo, no me afané. Llegamos hasta la esquina de don José Mulcue y continuamos por el andén de la casa de doña Ma- Panorámica del paso de la avalancha por el resguardo indígena de Tálaga. La escuela de Cuetandiyó fue ría Polanco. Al llegar a destruida por el sismo e igual suerte corrió el poblado de Tálaga Centro / Foto Alfredo López.

“No se lleve esas criaturitas a sufrir por allá arriba, quédese aquí y nos hacemos compañía”.

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Escritos con el corazón

Así recuerdo ese 6 de junio

Le hemos pedido a muchos paisanos, de nacimiento y por adopción, que nos compartan qué recuerdos tienen de ese 6 de junio. Las historias de don Miguel Ángel Palomino Sánchez, el padre José Samuel García Isaza y el médico Orlando Ortiz Ordóñez son tomadas del texto escrito por las profesoras Sor Graciela Rodríguez Junco, Maritza Quibano Sánchez y Edith María Valencia Lucumí para su Especialización en Comunicación y Creatividad para la docencia de la Universidad Surcolombiana. Cada historia es una fotografía tomada a la tragedia desde diferentes ángulos.

Muchos esa imagen la vimos sólamente desde nuestra posición; aquí, un buen ejercicio para mirarla y comprenderla, desde diferentes posiciones. Estas son sus historias:

“En ese momento yo era periodista”

Don Miguel Ángel Palomino Sánchez laboró por muchos años en la Educación Contratada de Tierradentro. Junto a Hildebrando Achipiz, fueron los únicos paeces que con sus cámaras pudieron registrar esos momentos de la avalancha pasando por Belalcázar, dejando para la historia un material fílmico de incalculable valor. En este relato don Miguel nos descubre a ese periodista gráfico que siempre ha llevado en su interior.

El 6 de junio estaba en la Avenida Santander donde doña Amelia tomándome un tinto; esa tarde estaba muy calurosa y estresante, estábamos en la parte de afuera cuando se viene el terremoto y la señora se puso muy nerviosa, traté de calmarla, pero ella mucho más nerviosa; vi que se rodaba la peña de El Águila, se levantó mucho polvo. Inmediatamente me acordé de la filmadora que acababa de comprar y dije: “No pierdo esta, me voy a traer-

la para filmar por ahí lo que valga la pena”. Llegué a la casa y encontré a mi hija Piedad porque todos los demás estaban en la Normal en clase; entonces saqué la máquina, calmé a Piedad; en ese momento hubo otra réplica y Piedad dizque a tener el televisor para que no se cayera, yo le dije: “No, jovencita, sálgase que de pronto se cae esto”.

Salí a la carrera, me encontré con Hélmuth y le dije: “Sáquese el carro que vamos a La Símbola a ver qué fil-

Hélmuth Montero maniobrando el carro de don Miguel junto a la cancha de la Avenida Santander mientras la polvareda anuncia que ya la avalancha se está acercando a Belalcázar / Foto tomada del video filmado por don Miguel Palomino

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mo”; me dijo: “Lis- Don Miguel Ángel Palomino / to”. Le pasé Foto Asceneth Molina las llaves y me vine a la plaza; allí estaba la gente aterrada, Benicia, el padre Hernández; vi que el frente de la casa de las hermanas se había caído, ahí estaban los escombros. Todos estaban aterrados esperando quién sabe qué. Filmé esa parte cuando en eso se me atravesó Hélmuth en la esquina de la municipal ya con el carro y dije: “Me voy hasta arriba a ver qué alcanzo a filmar”. En eso salió Monseñor.

No me acordé de los hijos; en ese momento yo era periodista, me olvidaba de todo o tal vez tenía la creencia de que no había pasado nada; la parte dura apenas venía 20 minutos arriba; entonces tomé el carro e invité a Monseñor, pero por una diligencia que él debía realizar no subió. Arrancamos para La Símbola y la gente estaba afuera de las casas, del cementerio para allá todo el mundo a la expectativa, comentando y mirando para arriba, para todas partes; la clásica situación del que está expectante. Íbamos a pasar pero. . . antes nos habían dicho que a unos muchachos los había cogido un derrumbe que se había venido después del puente de La Símbola en todo el Boquerón; entonces, cuando llegamos preguntamos y nos dijeron: “No, ellos alcanzaron a pasar”.

En vista de que se había tapado la carretera con una roca bastante grande

y no había paso, entonces nos devolvi- les de abajo se levantaban, dije: “Tire de la gente, los gritos, cosas impredecimos. Antes del puente, nos encontra- ese carro, vámonos”. Y nos subimos a bles; se veían unas cuestiones de coraje mos con los de la Cruz Roja, primero la cancha de básquet, y no me asusté insólitas; algunos muy solidarios, otros iba una moto, posteriormente iba Le- porque vi las gallinas tranquilas, a mí se quedaban completamente petrificadezma con toda la gallada; le dijimos al me han dicho que los animales son los dos, los que uno cree como muy ma“Loco” Cano que iba con Valencia ade- primeros que alertan y salen, como las chos se veían demasiado deprimidos. lante: “No suban que los muchachos veía ahí, pensé: “Esto no es más”. Le Allí terminamos la tarde y a las pasaron, no hay novedad; no suban, no hice unas tomas a la Normal cuando se siete de la noche bajamos con Hélmuth suban” y les hacíamos sea subir unos plásticos (robañas, pero no se detuvieron, mos), que Monseñor compró continuaron; ya la iban a “Yo muy seguro de mi papel de camarógrafo, aun- cuando la tragedia de Caloto buscar, eso estaba en el des- que demasiado nervioso, captaba las situaciones de en Cuetando. Le dije: “Pero tino de ellos. hay toque de queda, en fin, Pasaron. No nos para- terror de la gente, los gritos, cosas impredecibles; vámonos por detrás de la ron ni cinco de bolas. Le- se veían unas cuestiones de coraje insólitas; unos loma que los policías ni se dezma ni siquiera nos voldan cuenta”; cuando bajáteó a mirar, no hizo caso a muy solidarios, otros se quedaban petrificados”. bamos, subía toda la policía lo que le decíamos; detrás aterrada, también a guarecerde ellos pasó otra moto y se allá, luego no quedó nadie nos vinimos. Yo con ganas de hacer iba llenando ese charco que se represó abajo; las puertas de las casas estaban unas tomas por ahí y Hélmuth no me en Gualcán en La Gruta. Ahí recordé abiertas porque lo importante era libeparaba el carro; entonces me puse bra- que tenía familia. rarse de la avalancha más grande que vo y tampoco me hizo caso. Le dije: Me bajé y encontré a Piedad en el iba a subir hasta Togoima, según los “Al menos, déjeme en la cancha de callejón mirando la avalancha, la hice expertos (ja, ja, ja). fútbol para hacer una toma de la peña subir y me fui a averiguar por los muEl nivel de la avalancha duró hasta de El Águila” y cuando empecé a ha- chachos. Alguien me dijo: “Don Mi- los 2:00 a.m.; por el ruido uno sabía, cerla escuché unos gritos lejanos que guel, no se preocupe que ellos están cuando se quedaba quieto no sonaba, decían: “Avalancha”; pero no, yo lancé subiendo, no sé por dónde, ya van to- estaba represado, de pronto reventaba hasta una expresión: “Estos bárbaros dos los de la escuela”. Me tranquilicé la represa y sonaba y se iba, hacía un de dónde sacan que avalancha”. Y es- y me devolví para subir por la Policía, ruido brutal y se represaba nuevamentaba filmando cuando efectivamente: hice otras tomas desde la torre de la te. Al otro día, salimos al filo a ver la “Brrrrr” pasó una cosa, iba a filmar el emisora. Yo muy seguro de mi papel de desolación más terrible, no se veía napuente y cuando volteé a mirar, ya no camarógrafo, aunque demasiado ner- die, la gente estaba en las lomas. ▲ había puente. Cuando vi que los árbo- vioso, captaba las situaciones de terror

“A veces uno ya no daba más, pero. . .”

El padre José Samuel García Isaza era párroco para ese entonces de Belalcázar. Yendo en bicicleta hacia la comunidad de La María sintió los remezones de la última parte del temblor; por poco una piedra que se desprendió de la montaña acaba con su vida. Hizo parte del Comité Local de Emergencias y en esos días aciagos fue la mano derecha de su hermano, Mons. Jorge. Actualmente se encuentra en la casa de los padres vicentinos en Chinauta, Cundinamarca.

Yo viví la avalancha y el terremoto en carne propia, nadie supo cómo fue.

Era un día de fiesta, iba viajando en bicicleta hacia la comunidad de La María donde tenía una reunión; había pasado el puente de La Símbola cuando el terremoto. Inicialmente no lo sentí: lo oí, rugía la tierra, pensé que era un avión o una moto que pasaba detrás de mí; cuando ya no vi ninguna explicación, me bajé de la bicicleta y sentí los remezones de la última parte del terremoto.

En ese instante vi que una piedra gigante cayó de la peña, cerca de don-

de yo estaba, desboquinetó la carretera, entonces supe que estaba en gran peligro; salí corriendo, subí otra cuadra hasta quedar en un lugar distante del barranco; me tocó ver venirse los derrumbes de la vertiente de El Símbola.

Una vez transcurrió el terremoto esperé que me pasara el susto, decidí devolverme y bajé al punto de La Símbola; ya convencido de que todo había pasado, comencé a animar y consolar a la gente que lloraba y gritaba fuera de sus casas en la carretera. Me fui viniendo con la bicicleta en la mano, cuando

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venía al frente de Avirama me encontré con los de la Cruz Roja quienes decidieron seguir prestando ayuda.

Cuando arrancaron ellos, a nosotros nos gritaban y nos señalaban el río por encima de la ladera de Avirama y estando en esas, vimos aparecer la cabeza de la avalancha en la curva de La Símbola; alcanzamos a correr unos 50 metros hacia Belalcázar y a subirnos porque encontramos por dónde hacerlo. Cuando habíamos subido unos 20 metros sobre la barranca, pasó la avalancha, más o menos a 10 metros de

donde estábamos; nos tocó muy triste y patéticamente ver arrancar las casas, unas que las arrancaba en el primer embiste de los oleajes.

Hubo una casita que en el momento en que la arrancó la gente salió de las piezas y la arrastró con ellos, naturalmente se los llevó. Subimos muy, pero muy asustados; no necesitábamos haber subido tanto, pero subimos unos 300 metros huyendo porque la avalancha nos iba a alcanzar por esa falda “pa´rriba” a bajarnos. Al fin de cuentas, uno no sabía ni qué pensar, si el nevado u otra avalancha.

Bajamos a Belalcázar por donde está el acueducto; aquí en el pueblo no parecía que hubiera pasado nada, a no ser que se habían caído o roto algunos muros, había casas agrietadas, lo más grave no alcanzaba a verse. Me quedé de una vez en el pueblo visitando gente y ayudando para que se comenzara a subir hacia La Mesa de Belalcázar. Esa tarde fue muy hermosa en cuanto que la gente nos buscaba muchísimo. Todo el tiempo fue aconsejando, calmando, ayudando; las personas todas lloraban muchísimo y luego el resto de la noche la pasamos al abrigo de los árboles.

Al clarear bajamos a recorrer el pueblo y vimos las consecuencias que había dejado hacia el sector de La Símbola y el barrio La Floresta; fue el momento más doloroso porque quedaron completamente arrasados. Fue tal vez el momento en que con más tiempo pude sentir en dolor en toda su dimensión y medí la magnitud de la tragedia.

Luego fueron terribles esos días; el alcalde estaba traumatizado, había perdido casi a toda su familia, pues él estaba en Tóez; esa mañana nos reunimos a las 8:00 en el comando de Policía: En la imagen la peña de El Águila en donde se produjo un derrumbe por el fuerte sismo; y helipuerto el comandante, el doctor Daza, algu- a donde acudieron muchísimas personas para evacuar la zona de riesgo / Foto Alfredo López. nos maestros y mi persona y A ratos, uno no daba decidimos sin que nadie nos más, pero Dios da enernombrara, organizar el Comi“Aquí se vivió la solidaridad, primero del pueblo gías; aquí se vivió la soté Local de Emergencias para primero del ayudar al pueblo. En ese moy luego del mundo entero. Los cuatro primeros lidaridad, pueblo y luego del munmento llegaban los helicóptemeses fueron muy duros porque la ayuda no po- do entero. Los cuatro priros con gente y salvamentos. meros meses fueron muy Fueron días de un trabajo terrible, ingente; ya estaba tam- día llegar debido a la destrucción de las carreteras duros porque la ayuda no bién al frente Monseñor, nos y puentes. . . eso hizo muy terrible la situación, podía llegar debido a la destrucción de las carreteacostábamos a la una, dos, tres de la mañana para madru- dando una sensación de aislamiento muy fuerte”. ras y puentes, entonces las guardaban en Popayán, La gar a las cinco.

Plata, Neiva, Cali, Inzá y La Iglesia y el hospitro partes y los psiquiatras que vinietal, sin duda, tomaron el comando del ron de Bogotá, se dedicaron conmigo Bogotá; lo poco que entraba lo traían rescate. La Casa Cural se convirtió en a dar consejería, convencidos de que en helicóptero; eso hizo muy terrible la centro de organización y comunica- uno de los grandes problemas estaba en situación, dando una sensación de aisción; se instalaron radios, teléfonos, ahí la salud emocional, en donde las lesio- lamiento muy fuerte.▲ se reunió el Comité de Emergencia. El nes eran muchísimas, más grave que en despacho parroquial se dividió en cua- cualquier otro aspecto.

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E

sé cuánto tiempo, pero creo que fue muy corto pues coloqué una olla para hacer el tinto de la tarde y no alcanzó a hervir porque se produjo el terremoto que hizo caer una placa de la llamada Peña del Águila; el susto se apoderó de los vecinos que salimos a la calle y nos hacíamos la pregunta del millón: “¿qué pasó?”, sin obtener una respuesta certera.

Lo más inmediato que pensamos fue en recoger los niños de la escuela por lo que mi esposo, Urbano Quevedo, se dirigió hacia allá con este propósito. Magda Zarelly estaba en el Kiosco en clase de danzas con el profesor Sofannor Argüello, quien en medio del pánico que estaban viviendo, les pedía a los niños dirigirse hacia la cancha de fútbol ubicada en la parte baja, cerca del río; afortunadamente, los padres de familia llegaron muy pronto y evitaron que esto sucediera. Recuerdo que el señor Jorge Caicedo la trajo a casa en su motocicleta. Los niños de la primaria se tardaron en salir porque no se les abría el portón para evitar una tragedia, sin embargo, algunos pequeños, y entre ellos el mío Anderson, escalaron el portón y se escaparon, pero la llegada de muchos padres de familia obligó a quien correspondía abrirlo y permitir que los estudiantes se retiraran a sus casas. Todo fue muy rápido, ya en ese momento los miembros de la Cruz Roja nos pedían subir a lo alto de la montaña, por lo que hacia allá corri-

“Sálvese quien pueda”

MPERATRIZ MIGDALIA PANTOJA QUIBANO. Por

más de 30 años se ha desempeñado como docente en muchas escuelas del municipio de Páez. Actualmente labora en la Normal Superior, en donde tiene bajo su responsabilidad la dirección del VOCERO NORMALISTA.

En la memoria de nuestro pueblo debe quedar consignada la trágica historia del 6 de junio de 1994 como la crónica de un evento anunciado, pero nunca esperado. En nuestras mentes no tenía cabida la idea de que realmente esto sucediera, y menos con tal magnitud. Para ese entonces, yo había sido trasladada de la Escuela Rural Mixta de Taravira a ocupar la comisión sindical que disponía la Administración Municipal para quien ocupaba el cargo de presidente de la Asociación de Maestros de Páez, ADEPÁEZ, así que me encontraba en Belalcázar.

Como se trataba de un lunes festivo, yo no laboré, pero en muchas instituciones educativas como la Normal este se convirtió en un día laboral como cualquier otro; recuerdo que se trabajaba en dos jornadas. Mis dos hijos estudiaban allí: la niña en el grado sexto y el niño, en cuarto por lo que se encontraban en sus respectivas aulas de clase. Después del almuerzo, acompañé a mi mamá y a otra de sus amigas, que ahora no recuerdo, a una caminata a la vereda de Guapió en son de visita. De regreso, como a eso de las 3:20 de la tarde aproximadamente, en el cruce del puente de La Símbola, frente a una cantina pequeña reconocida popularmente por el nombre de “La Silla Eléctrica”, no sé la razón de su nombre, nos encontramos con algunas docentes, entre ellas la señora Cecilia Vargas, que regresaban a sus casas después de haber cumplido con su deber.

A la profesora Cecilia la fue a recoger su hijo Francisco Javier en un jeep de propiedad de don Francisco Castro, su padre. Y por supuesto, como nos invitaron a subir en él para evitarnos el cansancio, pues así lo hicimos. Pasó no

mos ya todos junticos. En la retirada, recuerdo que Gisela o más conocida como Cielo Polanco, llevaba, me parece que en silla de ruedas, a doña María, su madre, hacia la cancha de la Escuela Urbana y cuando escuchó que la orden era subir y no bajar se encontró en un aprieto porque ella solita no podía manejarla por el peso, fue entonces cuando acudió en su auxilio don Luis Gonzaga, de allí no supe más porque el miedo me dominaba y lo único que quería era estar fuera del campo de acción de la avalancha que se anunciaba con un ruido ensordecedor y una nube de polvo inmensa.

Una cosa me llamó la atención y fue encontrar en la esquina donde hoy tiene el garaje don Luis Cebay, a don Miguel Palomino, a quien parecía no causarle ningún temor el evento porque se había dedicado a filmar cada cosa; creo que gracias a él existe la primera evidencia de dicha tragedia; no sé si tiene nervios de acero, pero su rostro expresaba una tranquilidad inaudita, que yo no alcanzaba a comprender y aún no entiendo. Como el caso era “sálvese quien pueda”, yo simplemente le dije que corriera, que qué esperaba allí parado y seguí mi camino. Subí y subí, pero de vez en cuando me paraba para mirar el paso de la avalancha, sin embargo mi pequeño hijo casi no me lo permitía, él iba detrás de mí empujándome, porque mis fuerzas como que no daban más. Lo cierto es que esa tarde subí, no sé ni por dónde hasta lle-

Calle solitaria de la Avenida Santander, las gentes ya han corrido y se han ubicado en las partes altas de las montañas; solamente don Miguel Palomino con su cámara, trata de dejar grabado para la historia ese momento. Al fondo se observa la polvareda que anuncia la avalancha del río Páez/ Foto tomada del video de don Miguel Ángel Palomino Sánchez

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gar a un lugar que después supe que se día creer que hubiera sido capaz de necesidades especialmente de niños y llamaba Los Pinos, creo que de propie- subir tan alto, no reconocía el camino adultos mayores por lo que nos organidad del señor José María Castañeda, y me preguntaba como lo hago ahora, zamos en equipos con la colaboración lugar al que nunca había pensado lle- cómo lo hice. Una vez allí, cada fami- de maestros, empleados de la alcaldía, gar porque queda en la cima de la mon- lia hizo su propio cambuche con plás- la Cruz Roja y otros líderes, y con la taña, ni conocía ni nunca más volví por ticos o toldas o lo que fuera con tal de ayuda del ejército nacional que hizo allá, pues es un lugar muy alto. En uno protegerse del frío y de la lluvia, por- presencia en cuanto pudo, se inició el de los momentos en que me detuve a que hasta eso nos atacó duramente esas rescate, en helicóptero, de las personas descansar, logré ver cómo la avalan- largas noches de zozobra y de temor. que se sabía estaban en los diferentes cha arrastraba las casas del barrio El Por favor no me juzguen mal, pero lugares donde laboraban y querían reJardín por donde vivía doña Uvaldina de mi mente no se borra que a la noche unirse con su familia. Después de alFalla, arrancándolas de raíz gunos días, una vez que los para luego voltearlas con su niños de la familia estaban fuerza hasta desaparecerlas. “. . . de mi mente no se borra que a la noche si- en el departamento del HuiEn Los Pinos pasamos la la, yo también me fui y de noche, casi sin dormir, por guiente se organizaron momentos de oración, pero allí pasé a Popayán desde las continuas réplicas, pero donde seguimos apoyando apoyándonos mutuamente no entiendo qué palabras se pronunciaban porque a los docentes con quienes con todas las personas que yo no quería escuchar y no significa que no sea nos reuníamos diariamente llegaron allá y sobretodo en Fesutrac que nos abrió tratando de dar tranquili- católica; no, por el contrario, creo firmemente en las puertas y nos acogió con dad a los niños. De esa noDios, pero en ese momento yo sentía muchísimo bondad. che recuerdo que la señora Luego, en el momenAnálida Medina le pidió a to en que mi presencia fue temor, que aún no sé explicar”. su esposo que subiera garequerida, me regresé a lletas y otros alaimentos de acompañar el trabajo en la la tienda para repartirlos entre quie- siguiente se organizaron momentos de biblioteca de la Escuela Anexa con la nes estábamos allí; también nació una oración, pero no entiendo qué palabras profesora Marina Valencia; allí terminiña, pero de ella no doy razón porque se pronunciaban porque yo no quería né el resto del año y al siguiente me inno participé de su nacimiento por acu- escuchar y no significa que no sea ca- tegraron, temporalmente, en la Normal nar a los míos para que descansaran y tólica; no, por el contrario, creo firme- como docente. Esta es mi historia y la calmaran su miedo. mente en Dios, pero en ese momento historia de muchos que como yo, hoy Al día siguiente, los miembros de yo sentía muchísimo temor, que aún no vivimos para contarla.▲ la Cruz Roja nos pidieron que bajára- sé explicar. mos y nos estableciéramos en La Mesa Poco a poco se fue recobrando la de Belalcázar, en ese momento no po- calma y pensando con cabeza fría en las

R

“Afortunadamente Dios me conservó la vida” ODRIGO PERDOMO TENORIO. Natural del resguar-

do indígena de Mosoco.

Fue candidato a la alcaldía municipal de Páez para el periodo 2004 - 2007 y uno de los gestores del Programa Tierradentro que vinculó a la Unión Europea en el dearrollo de la región. Actualmente se desempeña como docente de la Institución Educativa de Mosoco.

Fue un día lunes, a las 3:47 de la

tarde del 6 de junio de 1994 cuando ocurrió un terremoto y las posteriores avalanchas en Tierradentro y zonas aledañas. Yo laboraba como docente en el Instituto Agrícola del Norte “Juan Tama” de Mosoco. En ese momento ya me encontraba en la casa. Se sintió un remezón muy fuerte que me pareció haber durado pocos segundos y aunque intenté salir corriendo, me alcanzó parte de las paredes de la casa que se precipitó, quedé bajo los escombros y fui rescatado por unos vecinos. Afortunadamente Dios me conservó la vida.

Me senté a observar lo que estaba ocurriendo, y digo me senté porque no podía hacer nada más, en realidad me había lastimado una pierna. Sentí una tristeza muy grande en lo más profundo de mi corazón al ver destruidas absolutamente todas las edificaciones, de las cuales no quedaba sino una espesa

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nube de polvo. En seguida no hubo agua, pues la bocatoma había sido destruida completamente. Las réplicas del terremoto no cesaban, enormes áreas de bosques se deslizaban por completo generando un estrepitoso ruido, como si se dispararan simultáneamente centenares de cañones, al tiempo que observaba que las montañas se iban quedando desnudas adquiriendo un nuevo perfil de solo rocas y tierra amarilla. En definitiva, nos dio la sensación de que todas las montañas se iban a venir sobre nosotros.

La gente corría llorando y rezando de un lugar a otro, buscando un lugar seguro y parecía que no había ninguno, pues igualmente el suelo quedaba surcado de inmensas grietas en todas las direcciones. Sin que nos diéramos cuenta, había llegado la noche y amanecimos en los potreros. A este infortunio lo presidió una temporada de enormes lluvias, vientos, nubes y un intenso frío, de modo que solo al tercer

día sobrevoló la región el denominado helicóptero de “Caracol en el aire”.

En nuestro resguardo hubo alrededor de 60 muertes humanas y desaparecieron dos veredas: Salamanca y Gargantilla. Se destruyeron innumerables parcelas y murieron muchos animales domésticos. Desapareció por completo el tramo de carretera desde la quebrada de Chupadero hasta el río Moras y su respectivo puente, en la vía a Silvia; sucedió igual con la carretera y los caminos de herradura hacia Belalcázar.

Mosoco quedó incomunicado.

Creo que fue como al tercer día cuando aparecieron los miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Silvia quienes ayudaron a la mayor parte de la gente para salir hacia el sitio de Mina Flores, que los medios lo registraron como Escalereta por equivocación. Para llegar a Mina Flores, la gente tuvo que cruzar sobre las enormes avalanchas con ayuda de sogas y palos en lo que quedaba de la desaparecida vereda de Salamanca y el enfurecido rio de Moras, que más que flujo de agua era una gran corriente de lodo.

Muchos días después la gente fue sacada con ayuda de helicópteros hacia el mismo sitio.

Desde entonces algunas familias se resistieron a salir de Mosoco. Mina Flores. que se consideró un lugar seguro como refugio temporal, en cuestión

de días comenzó a ser habitado no solo mientos del proceso de restauración por la gente de Mosoco, sino por fami- material al interior de los territorios. lias de otros territorios como San José, Por espacio de seis meses Mina Vitoncó, Lame, y Hulia. De modo que Flores estuvo habitado por no menos de entre otras, hasta Mina Flores podían mil personas y se hubiesen quedado por llegar los vehículos con las ayudas hu- más tiempo a no ser por la inclemencia manitarias como alimentos, frazadas, del clima que con sus fuertes lluvias carpas, medicamentos, etc y en ese y vientos arremetió todos los días. La mismo sitio comenzaron a llegar los he- gente permaneció prácticamente sobre licópteros, también con misión humani- el lodo y bajo precarias condiciones de taria. En este lugar se instalaron carpas salud. Por estas razones muchas famide todos los colores y formas, pequeñas lias buscaron nuevos refugios temporay grandes que se utilizaron para dormir “Aún queda mucho por hacer, pero también es y guardar los mucho lo que se ha hecho debido a la pujanza alimentos.

M i n a de los nasa de Mosoco, creyentes de la fuerza Flores se convirtió así Divina y de los espíritus de la Madre Tierra”. en un importante asentamiento temporal de referen- les en los municipios de Silvia y Totocia para los medios de comunicación e ró, de modo que hacia el año 1996, en información, organismos de socorro, Mina Flores solo quedaban 50 familias entidades del Estado, organizaciones de Mosoco y en ese mismo año estas se no gubernamentales, entre otros. Des- desplazaron hacia el municipio de Mode Mina Flores nos comunicamos por rales, a la vereda de Santa Rosa, lugar primera vez con el resto del país a tra- en donde hoy son un resguardo y cabilvés de un teléfono satelital que instaló do legalmentes constituidos y se llama el Ejército Nacional. En este lugar se Cabildo de Muse Ucue.

Las familias que nos quedamos realizaron innumerables reuniones de algunos cabildos para construir las ba- en Mosoco comenzamos una ardua ses de una política de reasentamiento labor en la gestión para reabrir las de las familias hacia otros municipios vías y construir los puentes, despejar o departamentos y también los linea- los escombros, edificar las viviendas, construir la infraestructura social, realizar las obras de saneamiento básico y la promoción de la producción agrícola.

Todas estas obras se han podido realizar a lo largo de estos años gracias al esfuerzo de la comunidad, al liderazgo de nuestras propias estructuras, al concurso decidido de las entidades oficiales y no oficiales del Estado y al apoyo significativo de los recursos de Cooperación Internacional. Vamos a cumplir ya 20 años de aquel infortunio, y aún queda mucho por hacer, pero también es mucho lo que se ha hecho debido a la pujanza de los nasa de Mosoco, creyentes de la fuerza Divina y de los espíritus de la Madre Tierra.▲

Ruinas de Mosoco, población al occidente del municipio de Páez, destruida completamente por el sismo. Allí funciona el colegio “Juan Tama” del Norte / Foto Alfredo López.

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en casa, vi cómo se acercaba a su casa de habitación James Yasnó, quien angustiosamente y sin decir nada, sacó a su mamá y a su tía Alina de la casa y tomaron la vía que conduce al centro del pueblo; al ver que pasaba mucha gente, cogí mis tres hijos y salí corriendo, cuando escuché que alguien grito: ¡¡Viene la avalancha!!! Confieso que en mi vida había escuchado esta palabra, no entendía pero cuando llegué a la esquina de la señora Delia, vi una enorme columna como de polvo y humo que se aproximaba rápidamente por el cauce del río Páez, dejé en ese sitio mis sandalias y con mi hijo en brazos, Madelen y Sandra tomadas de la mano, salimos a correr detrás de las personas que también lo hacían como huyendo de un gran monstruo, solo miré atrás en la mitad de la loma y en ese preciso instante el lodo cubría lentamente gran parte de nuestra querida Normal. No sé en qué momento las fuerzas me faltaron y pedí que por favor me ayudaran a llevar a Juan Pablo.

Ya en La Mesa, mucha gente lloraba, gritaba, buscaba a sus seres queridos y las miradas se perdían en el horizonte como queriendo encontrarlos o verlos llegar en medio de la gente que aún subía al sitio de encuentro. Pronto oscureció y el llanto de Juan Pablo me hizo regresar a la realidad, ya tenía hambre y no había nada para ofrecerle,

“Para que el sol vuelva a brillar”

M

ARITZA QUIBANO SÁNCHEZ. Natural de Belalcá-

zar.

Docente egresada de la Normal, laboró en diferentes escuelas del Municipio.

En la década del 80 se desempeñó como directora de la Escuela Nacional Urbana Mixta. En la avalancha perdió a su esposo, Humberto Valencia Ceballos. Actualmente trabaja como docente de primer grado en el Colegio Comercial del Norte - Sede La Paz, de Popayán.

así que después de mucho llorar se quedó dormido…

Cerca de las 9 de la noche, mientras nos encontrábamos orando con un grupo de personas, escuché cómo el profesor Marino Pardo manifestaba que se había salvado de milagro, pero que los que sí no alcanzaron a devolverse –dijo- fueron los de la Cruz Roja.

Al momento le pregunté: ¿quiénes iban?, -aún recuerdo la cara de Marino: “¿Cómo? ¿usted no sabe?” -me preguntó – el que iba manejando la camioneta era “Pipo”. Solo hasta ese momento entendí porqué nunca llegó con las niñas de la escuela, y por más que esperamos. . . jamás regresó.

Hoy después de no sé cuántos años, he puesto el espejo retrovisor para recordar ese episodio que dejó en mi vida familiar tantas experiencias y tantas preguntas sin respuesta, y aunque nunca creí necesaria una terapia para mí y para mis hijos, pienso que es, en esos momentos difíciles, en los que aprendemos a reconocernos, a encontrarnos a nosotros mismos, a saber de qué estamos hechos y a entender que ni una hoja de los árboles se mueve sino es por el poder de Dios.

No importa las situaciones que pasemos, siempre encontraremos personas dispuestas a ayudarnos, a tendernos la mano para salir adelante. Hoy ya no pregunto: “¿Por qué suceden las cosas?”, sino “¿Para qué suceden?”.

Para que, como en otros tiempos, el sol vuelva a brillar.▲

El caluroso lunes festivo, transcurría casi normal. Por decisión de última hora no fui a trabajar como habíamos quedado con los niños de La Mesa de Togoima en donde laboraba como docente de primero, así que muy temprano en la mañana me desplacé hasta la emisora del pueblo, Radio Eucha, para que les informaran a los padres de familia que no enviaran los niños, pues la profesora no iría a trabajar.

Utilicé la mañana para hacer algunas labores en casa, pues mis dos pequeñas hijas sí estaban estudiando en la Anexa. Cerca de las 3:00 de la tarde, la tierra se sacudió fuertemente, y como en ese momento estaba en casa de la señora Ayela de Yasnó, corrí a la puerta buscando la salida para llegar a la casa en busca de mi hijo de 14 meses que se había quedado dormido; casi no llego caminando pues la tierra se movía muy fuerte; tambaleando, alcancé la puerta de mi casa y recogí a Juan Pablo como estaba y salí a la calle esperando que este temblor pasara, no obstante escuchaba los gritos de los estudiantes de la Anexa que pedían los sacaran pronto de la escuela; en ese mismo momento llegó de Avirama la profesora Rosa Elvira Piñacué en la camioneta manejada por Humberto (mi esposo), quien rápidamente pensó en ir a recoger a sus hijas, para ponerlas a salvo.

El tiempo pasó…. Y la camioneta no regresó. Mis hijas fueron traídas por la profesora Carmenza Panorámica del río Páez; al fondo se observa el sitio de La Símbola, donde se une con el Buitrago y cuando ya estábamos río del mismo nombre. A la derecha, lo que quedó del barrio Los Guaduales y las ruinas del hospital San Vicente de Paúl / Foto Alfredo López

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N

cipábamos todos; en ella se ponía en escena los ires y venires de profesores amigos de la “beca-Clausen” (chicha) que querían entrar al cielo y se valían lechero de Don Reinel Palomino.

- Posteriormente, en convenio con hasta de las cinco mil vírgenes para que el Señor Rector; se nos daban los com- intercedieran por ellos para no caer en pensatorios en vacaciones, porque la el infierno. Reímos, ensayamos, hicimayoría de los profesores tenían sus mos chistes, aumentamos y quitamos familias en Pasto, Popayán, La Plata, del texto. A las tres de la tarde todo estaba listo, como teníamos otras acIbagué, Tumaco, Belalcázar.

- El Colegio prestaba un buen tividades por hacer, nos encaminamos entre chistes servicio de restaurante escolar, y los En la obra de teatro. . . se ponían y risas a nuestras niños de las vere- en escena los ires y venires de pro- comisiones: Nindas y aún del pue- fesores, amigos de la “Beca-Clau- fa Muñoz, Landis blo, disfrutaban sen” (chicha) que querían entrar Blanco y Adela Mulcué, elaborade este beneficio. al cielo y se valían hasta de las ban las piñatas; Los maestros de esas zonas cono- cinco mil vírgenes para que inter- Mery Gordillo y cemos muy bien cedieran por ellos para no caer Nydia, preparaban para los pequeños estos casos. en el infierno una dramatización - El colegio era el centro de atracción de todas de los Siete Enanitos; Marta Giraldo, las actividades: en la biblioteca, en las Gerardo Gacharná, Rosa Quina y Wilcanchas, en el laboratorio que estába- son Muñoz, ensayaban el baile “La mos estrenando, en el taller de tejidos, Macarena”; Chucho Uzuriaga, Jairo en el taller de carpintería, en los pro- Patiño y Nicolás Castillo, a amarrar yectos pecuarios (curíes, conejos, abe- tamales y a asar el pan, con Juanita, jas, bovinos), constantemente perma- María, Juliana y Ángela (QEPD); Jaír necían estudiantes de todos los grados. Cifuentes y Sigifredo Muñoz (QEPD) - Precisamente ese día lo había- a terminar y a ubicar las carteleras; mos destinado para preparar la cele- Hébert Molina (QEPD) y Floresmiro Tenorio, a decorar el teatro. bración del Día del Estudiante.

Los estudiantes, con el ánimo de Hacia las 2:00 de la tarde nos reunimos para organizar el programa; el curiosear lo que estábamos haciendo, profesor Hugo Dorado, era el director no se habían ido para sus casas; de vez de la obra de teatro, en la cual parti- en cuando Adela y Ninfa les lanzaban

“Nos queda la vida para construir sueños” IDIA YASNÓ DE GACHARNÁ. Natural de Ricaur-

te, Páez. Egresada de la Normal, promoción 1968.

Laboró en la Escuelas Rural Mixta de Huila y en el Núcleo Escolar de Tóez, donde la encontró la avalancha de 1994.

Excelente poestisa, actualmente disfruta de su pensión después de muchos años en el Magisterio.

“Era día festivo y según las normas, ese día no debieron dictar clase”; esa fue la respuesta que reiteradamente escuchamos los docentes del desaparecido I.E. Tóez-Cauca al reclamar nuestros derechos. Nosotros, 18 docentes y seis administrativos que conformábamos la planta de personal de esa Institución, trabajábamos los festivos por varios motivos: - Estábamos muy alejados de la cabecera municipal, lo cual dificultaba el transporte pues solo contábamos con el carro de Javes Rivera y el

Panorámica de la población de Tóez después de la avalancha. Desde la década del 60 funcionó allí el Instituto Agrícola, que luego sería reubicado en el resguardo indígena de Ricaurte, Páez / Foto Alfredo López.

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Ruinas del puesto de salud de la comunidad de Tóez que se encontraba ubicado en una esquina de la plaza del pueblo. Curiosamente allí la avalancha giró a la derecha, dejando en pie la hilera de casas que había en la entrada sur de la población / Foto padre Mario García I.

dulces por las ventanas, la mayoría de intemperie, el frío, la lluvia y el braComo forma preventiva, al día siellos deambulaba por los corredores. mar de las montañas, quedaba un pue- guiente nos marcaron a los enfermos y La gente del pueblo no estaba ajena a blo que sin distingos de raza, religión, a los niños con esparadrapo en las muesta actividad, vimos algunos padres credo político, posición social, cla- ñecas de las manos con el nombre, el de familia rondando por el colegio, maba al cielo protección en “Noches número de la cédula, los medicamentodo transcurría dentro de la normali- eternas de oscuridad y fango” (Morir- tos que algunos consumíamos, algudad.

Vivir. Autora: Nydia Yasnó). nos números telefónicos; a los niños, A las tres y cuarenta y cinco de La labor de mis compañeros en La el nombre de sus padres o un familiar aquel día, la naturaleza hizo un alto a Meseta, fue loable; Miguel, Gerardo, porque no sabíamos a donde nos iban su quietud y cual fiera enardecida se Hugo, Jaír, Hébert y demás profesores a evacuar. sacudió y destruyó el puePara nosotros, como blo. . . docentes en esos instanAlgunos profesores “Allí, indefensos mirando la playa de arena, tes, sumados al dolor y a la quisieron auxiliar a los ante la intemperie, el frío, la lluvia y el bra- incertidumbre que vivían estudiantes que habían nuestras familias, quedaquedado atrapados entre mar de las montañas, quedaba un pueblo que ban sepultados entre el los escombros, lo mismo lodo nuestros estudiantes, hicieron los habitantes del sin distingos de raza, religión, credo político, la niña de nuestros compueblo con sus familiares; posición social, clamaba al cielo protección”. pañeros docentes Felipe y pero el furor y la rapidez Mercedes, la niña de nuescon que sucedieron los tra compañera de servicios hechos, hicieron inútiles generales Ángela Rivera, todos los esfuerzos. Jesús Uzuriaga que no estaban heridos, se dedicaron la profesora Ruth Mery Tejada esposa desde el estanque del agua nos grita- en compañía del cabildo y el gober- del mayordomo del colegio, nuestros ba: “AVALANCHA, AVALANCHA” nador Jorge Eliécer Inseca y una pro- exalumnos, padres de familia, persoy los que quedamos con vida, fuimos motora de Salud a hacer hogueras y nas que vivían y convivían en nuestra arrastrados por entre las zarzas hasta cambuches para protegernos del frío comunidad. el cerro de la Meseta de Tóez. y de la lluvia, a remover las paredes Quedó sepultada la planta física Dolor, pánico, terror, tristeza, de- de una escuela para sacar Bienestari- de nuestro hermoso colegio, al igual sastre, sufrimiento, miedo, angustia, na para hacerle colada a los niños, a impotencia, aflicción, zozobra, son elaborar la lista de los sobrevivientes, que nuestros bienes materiales. Pero palabras que no alcanzan a medir la a prestar los primeros auxilios a los eso no importaba en ese instante: NOS gravedad de la tragedia. Allí, indefen- heridos, a la inhumación de cadáveres QUEDABA LA VIDA PARA CONSsos mirando la playa de arena, ante la rescatados.

TRUIR NUEVOS SUEÑOS”.▲

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M

tando nía valor para asistir a acompañarlos. d e Solo pensaba en salir de allí, salir de s a c a r allí como fuera; así fuera cruzando las m i s montañas. . . ¿Cuáles montañas? tamestudiantes que pedían auxilio. Y bién me preguntaba, esas que alguna cuando pude salir de aquellas ruinas vez lo fueron.

Yo solo quería ver a mi hijo, que ver que todos están tan consternados y no encontrar respuesta rápida. Traté de lo había dejado con mi mamá en Tóez volver al sitio de donde salí y empecé y por un radiecito que le fallaban las a sacar a mis estudiantes; allí estaba pilas y había que darle golpes para que el hijo de una compañera de trabajo. funcionara, escuchamos que de Tóez Con gritos y llantos saqué a unos po- no quedaba nada; quería ver a mi escos, quizá tres o cuatro; me pedían poso, a mi madre y demás familiares ayuda, pero cual sorpresa: todos co- si era que estaban vivos. Después del rrían de un lado para el otro; la tierra cuarto día apareció un helicóptero comida, ropa y cobijas!! ¿Y se abría como si estuviera enojada; las trayendo para qué me servía eso?? Yo no tenía lomas se venían abajo; todo era caos. hambre. . . no . . yo me volví no tenía frío. . .

“No sentíamos hambre, ni sed.

No sé cómo, pero me solo quería ver vi corriendo luego sentíamos nada. . . nada porque solo a mi familia. detrás de todos. estábamos rezando, esperando la hora Solo quería Nos fuimos hacia en que nos tocara morir a nosotros” saber de mi una montaña muy familia, por alta, muy alta y Dios!! luego no podíamos bajar porque ya se Los helicópteros llegaban pero había desaparecido el camino. Cami- cerca de la escuela y alli no había nanamos por cuatro días todos los que die pues todos estábamos arriba y hapudimos sobrevivir en ese día. No ciamos banderas con la ropa y las mosentíamos hambre ni sed; no sentía- víamos para que los pilotos nos vieran. mos nada. . . nada porque solo estába- Fue así como ya el jueves alguno nos mos rezando, esperando la hora en que vio y subieron por nosotros. Recuerdo mucho que Hernán Montero me dijo: nos tocara morir a nosotros.

Amanecía y encontrábamos al “Profe, venimos por ustedes”. Él fue lado y lado muertos; algunas personas para mí, mi gran heroe, mi salvacion.

Perdonen, pero quería escribir los enterraban; yo, perdonen, no teun poco, quería desahogarme. . . ▲

“Solo quería ver a mi familia”

ARÍA EUGENIA MOSQUERA PUCHICUÉ. Natu-

ral de Tóez, Páez. Egresada de la Normal, promoción 1991. Se desempeñó por varios años como docente de la Educación Contratada de Tierradentro. En la actualidad está residenciada en la ciudad de Cali, Valle y labora en la Institución Educativa “Senón Fabio Villegas” de Villa Rica, Cauca.

Este escrito lo publicó María Eugenia en su página de Facebook el lunes 2 de junio, a las 3: 40 p.m. faltando pocos minutos para, por día, cumplirse los 20 años de la tragedia.

Empecé a trabajar en enero de 1994 en la Escuela Rural Mixta de La Troja; era mi primer año en la docencia. Allí tenía como compañeras a las docentes María Elvía Oteca (ya fallecida) Flor María Pardo Tumbo y Lidia Chávez Ossa. Y quién lo supiera. . . ese 6 de junio estaba a punto de cambiar mi vida. Faltaban solo unos minutos para que sucediera la gran tragedia que marcaría el rumbo de nuestras vidas.

Estábamos en clase continuando la jornada de la tarde, porque en ese entonces trabajábamos mañana y tarde, me encontraba haciendo los preparativos para el Día del Niño, nos sorprendió un gran temblor que no paró sino en días. Fueron días eternos y horrorosos para todos, viendo todo aquello que sucedió. Sentir que se acaba el mundo para todos era lo único que podíamos pensar!.. Ver que todo se nos venía encima y lo peor de todo, ver que nuestros estudiantes estaban atrapados al lado de uno, no hay palabras para describirlo.

Traté de salir como pude, sintiendo el dolor de lo que sería la comunidad de La Troja. Muchas de las familias de esta vereda fueron reubicadel cuerpo y del alma, tra- Ruinas das en la comunidad de Itaibe, Páez / Foto Alfredo López

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Por fuera del epicentro

Así vivimos ese 6 de junio

Muchas personas vinculadas con nuestro Municipio, vivieron esta fecha fuera de Páez, pero aún tienen frescos los recuerdos de ese 6 de junio. Aquí nos comparten sus memorias: con mayor riesgo, en su leal saber y

Ó

A mis amigos, que vivieron y murieron por servir

SCAR OSPINA QUINTERO.

Natural de Caicedonia, Valle. Llegó en 1985 al hospital SVP donde se desempeñó como Enfermero Jefe.

En 1990 regresó como Director. Durante ocho años ejerció la dirección de la clínica Susana López de Valencia de donde pasó a la dirección de la Secretaría de Salud del Cauca. Fue elegido Representante a la Cámara por la Alianza Verde, cargo que ejerció del 2014 al 2018.

Actualmente es el secretario de Salud de Popayán.

entender, decía que en Tóez una posible avalancha perdería fuerza porque había espacio para extenderse.

No sabíamos que una avalancha en acción tiene fuerza de misil y a su paso deja su inmensa y terrible huella de destrucción. Eduardo mapeó que una posible avalancha podía afectar toda la zona baja de la cabecera, desde La Símbola, pasando por el cementerio y partiendo la calle principal. Y desde luego pronosticaba el daño absoluto al Hospital -acertó-.

Desde esa época recuerdo que alertamos sobre la necesidad de reubicar el Hospital, el Nevado del Huila había eructado varias veces y varias crecientes de ríos y quebradas

era un lote en la parte alta, aledaño al barrio Panamericano, un mirador maravilloso. El Hospital postavalancha no quedó allí pero si muy cerca.

Esta avalancha ya estaba visualizada y alguna idea teníamos de los riesgos y posibles daños, pero muy poco se hizo y terminó como toda tragedia anunciada: dolor, desolación y muerte.

Para la época de la avalancha yo era coordinador técnico -Subdirector- del Servicio de Salud del Cauca y Temistocles Ortega Narváez, era el Gobernador. Las primeras informaciones que nos llegaron de los daños fueron a través del radioteléfono que la Prefectura Apostólica de Tierradentro tenía. Por allí conocimos los primeros datos. Estuve muchas horas frente al radioteléfono obteniendo información, pues no permitieron que viajara a Páez en ese momento.

En la primera avanzada de salud viajó el jefe del Servicio de Salud del

“He logrado hilar algunos recuerdos, y de una manera corta los he puesto en éste escrito que espero sirva de homenaje a mis amigos socorristas de la Cruz Roja. Mis afectuosos saludos Cuando me contaron que había ocurrido una avalancha en Belalcázar, se me vino a la cabeza un mapa de riesgo empírico y sin mucha estética que hizo el MD Eduardo Cruz Fernández1, cuando fuera Director de la Regional Oriente de Salud con sede en Belalcázar, era de promotoras de salud del municipio de Páez con el Dr. Eduardo Cruz Fernández, direcel año 1989 y yo hacía parte del Grupo tor. Entre otras está Gloria Dindicué Bravo (QEPD) / Foto Óscar Ospina Quintero. equipo de salud como coordihabían causado daños menores, pero Cauca, Leonidas Camacho Pisaminador de enfermería. Eduardo repocos escuchaban. Con Monseñor na. Yo discutí mucho sobre mi precorrió desde la zona alta de Irlanda, Jorge García Isaza cuando fui Direcsencia inmediata en Páez porque cobajando por Llano Buco, a Tóez y tor del Hospital2, buscamos lotes, e nocía todo el territorio y sus gentes y por todo el cañón del Páez hasta Beincluso pensamos que el mejor sitio podía aportar ese conocimiento a la lalcázar. En el mapa señaló las zonas

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atención inmediata del desastre. No aprobaron mi viaje y en cambio me asignaron el trabajo de coordinación de ayudas desde Popayán, para la atención en salud en la zona y el contacto permanente con los directores de los hospitales de Páez e Inzá.

Uno de los primeros escándalos que se presentaron fue que los directores de los hospitales de la zona del desastre no se encontraban en su sitio de trabajo.

Y una de mis tareas fue ubicarlos -para la época no usábamos celular- y ponerlos en Tierradentro.

Los doctores Orlando Ortiz Ordóñez -alias Bocadillo- y Javier Gutiérrez, eran los directores de los hospitales San Vicente de Paúl y Luis Adriano Pérez de Belalcázar e Inzá, respectivamente. No recuerdo cómo los ubicamos, pero al día siguiente de la avalancha fueron montados en un pequeño Ruinas del hospital San Vicente de Paúl, en donde se desempeñó como enfermero jefe y direchelicóptero y enviados rumbo a tor, Óscar Ospina Quintero / Foto Alfredo López su trabajo; ese helicóptero casi se que tanto me enseñaron y con quieEl trabajo en salud fue un traestrella, o por las malas condiciones nes tanto compartí en mis caminatas bajo maravilloso, ejemplo mundial. climáticas o por falta de pericia del por Tierradentro.

No se tenía experiencia en Colombia piloto, en una pequeña colina en la de atención de un desastre en el cual Autorizaron mi ida a Tierrazona de Córdoba, aterrizó con muquedaran tantas personas atrapadas dentro dos semanas después de la cha dificultad en una pequeña planien medio de islas terrestres. Toda la tragedia, llegué el 20 o 21 de junio, cie al lado de uno de los restaurantes población fue atendida, unos equirecuerdo que Colombia jugaba por de la zona y de allí fueron llevados a pos ingresaron por Inzá, otros por esos días con Estados Unidos en el Inzá. La calamidad nos acompañaba la Plata y otros por Silvia. En el resMundial de Futbol de USA 1994. y casi nos quedamos sin autoridades guardo de Mosoco se hizo un gran Partido que vimos con muchos amisanitarias en la zona. campamento de atención en salud gos en Belalcázar, en medio del ruipara la población de la zona norocEl reto principal de nosotros era do de los helicópteros y de la concidental del municipio de Páez. Muorganizar la atención sanitaria para fianza en nuestro seleccionado, pero chas islas por atender y equipos hutanta población que quedó aislada o perdimos 2-1, con autogol de Andrés manos de todo el Departamento. La por la avalancha o por los derrumEscobar (QEPD). ¡Qué desdicha! gente de salud de los hospitales del bes. Mi trabajo de apoyo durante Ya en la zona, coordinamos traCauca se solidarizó y vino trabajar; 15 días desde Popayán fue a través bajo con “Bocadillo”, recuerdo que estudiantes de salud de la Unicauca de radioteléfono. Desde allí coordiasumimos además de las tareas de y organismos de socorro estuvieron né muchas ayudas que organismos coordinación de la atención sanitahasta que se fue mejorando la mode salud y de socorro de Colombia ria, muchas tareas que no eran de savilidad. y de otros países ofrecían, además, lud. Asumimos tareas de la autoridad hice monitoreo al trabajo inicial en Nadie nunca pensó que un delocal. Atendimos muchos visitantes. la zona. sastre de esta magnitud nos enfrenrecuerdo dos visitas: la de la reina taría al reto de atención sanitaria de En realidad yo quería estar en la de belleza Carolina Gómez, a la cual muchos núcleos humanos separados zona trabajando. Tenía mucho dolor, “Bocadillo” le dijo que estaba muy por derrumbes o escombros de avaen la avalancha murieron muchos bonita, pero que en vez de estar gaslancha.

Recuerdo que hubo más de amigos y compañeros. Recuerdo tando plata en helicóptero para venir 70 núcleos, conformados por pedaa mis amigos y compañeros de la a hacer una visita, esos recursos los zos de veredas, grupos de vecinos, Cruz Roja -yo ayudé a fundarla en necesitábamos urgentemente para gente que nunca quiso ser evacuada.

1986-: a Luis H. Ledezma3, Jorge habilitar la vía Inzá - Belalcázar. Y Una tarea que significó mucha gente Eliecer Cano, Norma Otero “La Mola visita del Embajador de Israel en y mucho recurso. Una tarea que se cha”, Heladio Vargas “El Cortico”, Colombia, quien de manera concrerealizó con todo el lujo de detalles Francisco Javier Castro, quienes ta ofreció una beca en Israel para y que demostró su eficacia y efectimurieron por su solidaridad, por su estudios en desarrollo agrario para vidad. No hubo ni muertos ni epideabnegación, por su inmenso espíritu una persona, nosotros escogimos al mias de magnitud durante el período de servicio. Murieron buscando seralcalde Abelardo Güegia, sin consulpostavalancha. La atención en salud vir. A compañeros de la salud como tar con nadie, incluso ni el Alcalde fue un éxito. La atención en salud en Húber Gutiérrez y Gloria Dindicué4 estaba en ese momento.

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la zona afectada había sido históricamente aceptable. Muchos programas de atención primaria. Buena cobertura en vacunación. Era una zona con muchos problemas de mortalidad infantil por diarrea y desnutrición, la tuberculosis era muy frecuente, sin embargo un detalle que demostró la gran cobertura de vacunación en la zona fue que las madres indígenas evacuadas llevaban en sus cuetanderas los carnets de vacunación de sus hijos. Esto fue reconocido y exaltado por la gran prensa nacional y por el ministerio de Salud. No hubo necesidad de hacer grandes jornadas de vacunación porque los niños estaban ya inmunizados. Eran los resultados de tantas jornadas de vacunación que hicimos en Tierradentro durante varios años.

En el trabajo realizado por el sector salud merecen mención especial, además del Dr. Orlando Ortiz Ordoñez, el Dr. Rodrigo Quiñones, -Gerente del Hospital San José de Popayán por ocho años- quién lideró por varios meses los equipos que atiendieron los campamentos de salud; el Dr. Julio César Campuzano, hoy en México, quien en nombre de

la Universidad del Cauca trabajó en el equipo coordinador; y el Dr. Víctor de Currea Lugo5, en nombre del ministerio de Salud. El Dr. de Currea era consultor en emergencias y desastres del Minsalud y escribió unos años después un pequeño libro sobre la experiencia de atención en salud en este desastre. Un desastre anunciado, en una tierra olvidada por el Estado, con características impensadas y en medio de una gran diversidad étnica y cultural. Una lección aprendida.

Me atropellan los recuerdos de tanto sufrimiento sentido, de los amigos nunca encontrados, de las experiencias vividas y del autorreconocimiento que la vida es una y que hemos llegado al mundo a dejar huellas y ser felices, aunque a veces tratemos de olvidarlo”.▲ REFERENCIAS: Eduardo Castro Fernández, cambió su apellido al fallecer su padre, Gilberto Cruz Villegas, quien fuera gobernador del Cauca entre 1978 y 1980, por eso ahora se llama Eduardo Cruz Fernández.

1.

Retorné a Belalcázar como Director de la Regional Oriente -Inzá y Páez- en los años 1990 - 1992, mientras su titular, Marco Tulio Chávez, adelantaba su maestría.

2.

Con Luis Hernando Ledezma, - un gran fotógrafo-, Jorge Eliecer Cano Torres y otros amigos, fundamos la Cruz Roja de Belalcázar. Una institución que no solo ofreció a muchos de sus mejores hijos por la entrega y servicio a la humanidad, sino porque ha sido una entidad clave en la educación y movilización comunitaria para la prevención de desastres. Luis H. se fue de esta tierra haciendo una de las cosas que más quería: servir a los demás.

Su padre, Luis H., llegó a Páez a buscarlo durante una semana y no lo encontró.

Nuestros afectos por siempre a nuestros socorristas que murieron por servir.

3.

Gloria Dindicué murió en Irlanda junto a su pequeño hijo, se le vino la montaña encima. Era hija de Benjamín Dindicué, uno de los más importantes líderes indígenas de Tierradentro, asesinado en 1979 en el resguardo de Huila, delante de su esposa e hijos.

4.

Victor de Currea Lugo es hoy un experto en temas del medio oriente, en atención humanitaria y en atención de desastres. Tiene múltiples escritos sobre diversos temas.

5.

Integrantes de la Cruz Roja -Unidad Operativa de Páez- 1987. Írner Ceballos Salas, Nora Caicedo, Edgar Valencia Ceballos, Marleny Achipiz, Óscar Ospina Quintero, Flor Ángela Muñoz Muñoz, Luis H. Ledezma Paruma+, Nidia Helena Quintero Arroyo+ y María Elcy Muñoz / Foto Nora Caicedo.

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decidí esperar lo primero que me dijo fue que mi para acompaesposa estaba bien, fue una noticia ñarlos. Como muy alentadora, ¡¡¡qué descanso!!!, “Desaparecidos es sinónimo de. . .” mi esposa pero Óscar me aterrizó con un dato María Nirza estremecedor: “Hay un grupo de no pudo viajar, mandó a mi hija con socorristas que está desaparecido, ESÚS ORLANDO CHILITO mi amigo el médico Orlando Ortiz. entre ellos Luis H. Ledezma, HúCABEEl domingo 5 de junio, por solicitud berth Gutiérrez, Jorge Cano”. Con de mis padres y hermanos, viajé con mucho temor le pregunté: “DesapaZAS. Bolmi hija para mi tierra natal, Bolívar recidos es sinónimo de. . ?” “Que siverde.

- Cauca. El lunes 6 en la tarde, al están muertos”, me dijo. Un frío Docente, igual que en muchas partes del terrirecorrió mi cuerpo en ese momento humoristorio colombiano, tembló y bastante pero tenía la esperanza de que todo ta, mamafuerte; pasado el susto me pregunté fuera falso. Pregunté a Oscar sobre gallista, dónde sería el epicentro. Como a las la posibilidad de viajar a Belalcázar i m i t a d o r.

6 de la tarde mi madre fue quien me y me respondió que no existía parte Laboró en informó que en las noticias habían de la carretera y que por el contrario, el Hospital dicho que el desastre tenía como necesitaban evacuar gente de allá. El SVP y lueprotagonista al municipio de Páez. miércoles 8 pude comunicarme por go como Inmediatamente traté de comunicarfin con mi esposa y ella fue quien me me con mi esposa pero fue imposiconfirmó la muerte del grupo de la docente en Cruz Roja. Después, poco a poco, ble, busqué algún contacto en Pola Normal de Belalcázar. Actualme fui enmente trabaja en el colegio “Franterando de cisco José de Caldas” del municipio más y más Por cosas del destino no estuve presente en el de Totoró, Cauca. detalles sositio del desastre. . . pero más tarde me tocó bre la tra“Recuerdo que el 3 de junio de gedia y la vivir en carne propia otro evento igual.

1994 terminé el quinto semestre de magnitud mi carrera. En mis planes estaba viade todo este desastre najar ese mismo día para Belalcázar a tural.

Pude regresar a Belalcázar en visitar a mi familia y pasar unos días payán y nuevamente misión fallida. el mes de septiembre cuando parte de de mis vacaciones, pero los empleaHasta el miércoles 8 pude hablar vía la carretera se había recuperado. Por dos hospitalarios estaban invitados telefónica con mi amigo Óscar Ospicosas del destino no estuve presente a una olimpiada a realizarse en el na, él laboraba en ese entonces en la en el sitio del desastre, pero como no Hospital Susana López de Popayán Dirección Departamental de Salud y fue el único, años más tarde me tocó durante ese fin de semana; entonces,

J

estaban realiEl día del sismo estaba yo en zando los estuPopayán, recostado en la cama, jun“Uy qué rico, está temblando” dios de factibito a mi hijo que tenía un mes y cualidad. Para ese tro días de nacido, leyendo una reRÓSPERO MUÑOZ SÁENZ. fin de semana teníamos preparada la vista de Condorito. A la hora en que Exfuntercera salida hacia la laguna, pues empezó a temblar, Juan Manuel, que cionario siempre viajábamos desde Popayán tenía nueve años, desde su pieza, en de la desa las cuatro de la mañana del sábamedio de su inocencia dijo: “Uuuuuaparecida do para estar en la laguna tipo 2 de yyyyy qué rico, está temblando”. Se la tarde. El hizo más Secretaria viernes en fuerte el sisde Agrila noche es- “Pros, Pros, Pros el niño, el niño, el mo y la secultura y taba alistanñora Maryi, Ganadería niño”.

Yo para el momento, do mi maque estaba del Cauleta cuando en dieta, ya lo tenía cargado y protegido ca. Como me llamó se levantó, monitor el jefe del pasó por con mi cuerpo. deportivo programa, encima del laboró en Ing. Agróniño y de Inderpáez. nomo Jesús Aurelio Chávez y me mí, bajó al primer piso y fue a parar Actualmente está radicado en la ciudijo: “Próspero, llame a los demás al parqueadero que tiene el sector. y dígales que no hay viaje porque Ya ella a salvo y temblando todadad de Popayán. acabo de llegar de Guapi con fievía, desde la calle me gritó: “Pros, “Para esa época yo trabajaba en bre de dengue y aplazamos el viaPros, Pros el niño, el niño, el niño”. la Secretaria de Agricultura y estábaje para el próximo fin de semana”.

Yo para el momento, ya lo tenía carmos adelantando un proyecto en la (Empecé por este comentario porgado y protegido con mi cuerpo y laguna del Páez que consistía en la que sino también hubiese sido vícparado en el umbral de la puerta de cría de trucha en jaulas y por ende se tima de la furia de la naturaleza). la pieza de nuestro dormitorio”.▲

P

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presa!, todo era un caos, la gente en las esquinas comentando lo sucedido; el hecho más importante era que el río se había llevado el puente que comunica a Tesalia con Paicol. A mi mente llegó la imagen de mi pequeño hijo de año y medio que había quedado del otro lado y pensar que tan cerca que estábamos pero tan lejos al mismo tiempo. Enseguida nos preguntamos qué habría pasado con Luis Armando ¿lograría pasar? Pero vaya sorpresa que otro de los temas de conversación era él, debido a que al llegar al puente y por falta de señalización solamente los gritos de la gente diciéndole que no pasara fue el último carro en pasar el puente antes de que la avalancha se lo cargara. Ya estaba cayendo agua en el puente.

“Tan cerca de mi hijo, pero a la vez tan lejos”

CLAUDIA ISABEL MAÑOSCA PALOMINO. Nacida en Paicol, Huila, se graduó en la Normal Nacional de Belalcázar en el año 1980. Trabajó por varios años en el Idema y luego se vinculó a la educación en la I. E. “Luis Edgar Durán Ramírez”. Actualmente es tutora del programa “Todos a Aprender” en la Institución de Tesalia.

Llegan a mi memoria tristes recuerdos de aquel 6 de Junio, un lunes festivo que pensábamos pasarlo en Tesalia y asistir en horas de la tarde al sitio recreacional “Picapiedras” donde había una fiesta con orquesta.

Pasadas las tres nos encontrábamos todavía en Paicol, cuando sentimos un temblor muy fuerte, se movía todo, en la calle los postes de la luz y las cuerdas parecían caer al suelo, la gente salía muy asustada a las calles. El ambiente se tornó triste, todo se volvió gris, como miedoso.

Pese a las advertencias de nuestros padres decidimos viajar a Tesalia, dejando a su cuidado nuestros hijos; viajé con mi esposo, uno de mis hermanos y su esposa. Todo parecía normal y transcurría el tiempo en un ambiente muy agradable.

Estábamos en plena fiesta cuando mi hermano Luis Armando, que venía de Íquira de recoger un viaje de badea, arrimó a saludarnos porque esa noche viajaba para Cali sitio donde vendía la fruta. No se demoró mucho y partió rumbo a Paicol.

Entrada la noche se empezó a rumorar sobre una avalancha del rio Páez, la fiesta se detuvo y la gente empezó a desplazarse al casco urbano de Tesalia a recibir información sobre el rumor. Nosotros, muy preocupados por nuestras familias, también salimos, sobre todo sabiendo que mi hermano hacía poco tenía que haber pasado por ese sitio.

Al llegar al pueblo ¡vaya sor-

En esos momentos pensábamos qué debíamos hacer, viajar a Neiva que era el sitio donde trabajábamos, pero no nos lo permitieron las autoridades debido a que en el sitio La Angostura el agua estaba pasando por la carretera, regresar a Paicol donde nuestra familia tampoco teníamos por dónde, lo único fue quedarnos en una finca de unos amigos cerca a Tesalia.

Fue muy poco lo que pudimos descansar, muy temprano, casi madrugados, salimos de nuevo para el pueblo y de allí fuimos a observar el sitio del desastre. Las autoridades no dejaban arrimar mucho debido a la creciente de lodo que todavía estaba bajando, pero el panorama era muy desolador, el ambiente era desagradable.

Mi hermano y su esposa que sí vivían en Paicol averiguaron y decidieron irse para la vereda Las Orquídeas del municipio de Paicol donde había una tarabita para poder pasar a tierras paicoleñas. Nosotros sí nos desplazamos a la ciudad de Neiva con la tristeza de dejar a nuestro hijo, pero con la responsabilidad de nuestro trabajo. De camino se pudo apreciar la magnitud del desastre.

Al fin de semana siguiente regresamos a nuestra tierra, pero vaya odisea que vivimos para poder llegar a Paicol a visitar a nuestra familia y a nuestro hijo. La pasada por tarabita en la vereda fue terrible, muy miedoso; llegamos al otro lado del rio y nos tocó utilizar hasta caballo en un

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tramo del viaje que fue aproximadamente de dos horas.

Ya de regreso a Neiva, se instaló una tarabita metros adelante del puente arrasado por el río. Así duramos mucho tiempo en ese trajín hasta que se construyó el puente que hay actualmente”.▲

“!Son unos valientes!”

JAIRO BERMEO.

Exalumno de la Normal de Belalcázar, Ingresó a la Caja de Crédito Agrario en febrero de l977 y se pensionó en l996; luego me vinculó al transporte urbano por 10 años, Actualmente disfruta tranquila y deportivamente en la ciudad de Neiva.

“Recuerdo que para la fecha en que sucedió la catástrofe ocasionada por la avalancha del río Páez, me encontraba en la ciudad de Neiva, disfrutando de un agradable baño de piscina. Eran pasadas las 3:30 de la tarde, cuando sentí un movimiento sísmico, en el momento viví solo el susto, pero no más, no hubo más trascendencia. Al otro día, ya martes, escuché por la radio los estragos causados por el terremoto y posterior avalancha.

Las noticias eran alarmantes y desoladoras; yo me sentía impotente por no poder prestar algún tipo de ayuda a las gentes de esa región; me llené de mucha tristeza, pues quienes me conocen saben el amor que siento por Páez. Seguidamente me pegué a los canales televisivos y las imágenes eran aterradoras, el desastre era de tal magnitud que no podía comprender el sufrimiento de las gentes. Pero tengo que reconocer que todas las personas que vivieron en carne propia la tragedia, son unos valientes, se nota que la raza paez es de mucho aguante, pues a pesar de la situación en que quedaron han salido adelante y siguen luchando por construir un futuro mejor para el Municipio”.▲

mencionando los pueblos desaparecidos. Pero en mi mente estaba el paisaje especial de Irlanda, en donde hasta el 24 de noviembre del año 93 laboré como docente del Seminario Indígena. Allí estaban cada una de sus estructuras y proyectos, pero especialmente mis queridísimos amigos de luchas y batallas: Carmiña, Juan Helí, Manuel José, Joel, Raúl, Liborio, María Eva, las hermanitas franciscanas, el padre Alberto Torres, el padre Mario García y todos quienes hasta el año anterior habían sido mis estudiantes.

“¡Belalcázar, desaparecida! ¡Tóez, desaparecido!”

ENRIQUE PUCHIÁLVARO CUÉ NARVÁEZ. Inzá, Cauca, donde se desempeña actualmente como docente en la I. E. “Sagrada Familia”.

Durante cinco años laboró en el Seminario Indígena Paez, orientando el área de Agropecuarias.

Natural de

El día 6 de junio de 1.994, siendo las 3:08 p. m. la tierra ruge en Tierradentro como cansada de soportar el peso de las culpas de su pueblo. Me trasportaba a esa hora en mi motocicleta de tantas batallas por tierras paeces, especialmente, cuando veo que en la vía que de Inzá conduce a San Francisco, la gente corría desesperada buscando refugio; entonces hice un pare obligado en la vía y escuché un ruido estruendoso como por todo el cañón del río Ullucos. Me bajé del vehículo y me acerqué a la orilla de la vía y en ese instante sentí que la tierra se sacudía de nuevo y rodaban rocas gigantes por las laderas de enfrente. Entonces tomé la decisión de devolverme pues en casa habían quedado mis tres pequeños hijos solos.

Pensaba en cada uno de ellos y en la suerte que les hubiera tocado,

pues cuando escuchas por la radio decir “desaparecido”, tu imaginación vuela y crees realmente que todo ha acabado. Rogaba a Dios porque en medio del caos hubiese una luz de esperanza para ellos y que pudiera volver a mirarlos de nuevo para disfrutar de su camaradería como lo hacíamos hasta el año anterior.

Solo hasta el día siguiente, en horas de la tarde, pude enviar un mensaje escrito en un pequeño papel a través de un helicóptero de rescate que ya hacía viajes desde Inzá hacia el territorio afectado por la avalancha. El mensaje iba a nombre de Carmiña Velasco, para que pudieran identificarlo y en él esperaba alentar a todos estos amigos, de quienes

La primera imagen que vi de regreso fue la cúpula del templo del Amo Jesús casi destruida en su totalidad y vienen a mi mente imágenes de destrucción por todos lados.

Afortunadamente llegué a casa y mis hijos, junto con muchos vecinos de barrio, estaban en la calle, asustados pero a salvo, al igual que mi vivienda.

Pasaron los minutos y empezaron a escucharse comentarios del terremoto, pero solo hacia las 4:30 p.m. la radio informa del desastre en Tierradentro. Como era en ese momento el único medio de comunicación, pues la energía eléctrica sufrió daños y la telefonía igual, solo esperábamos noticias nuevas a través de la radio, pero para mí, eran bien desalentadoras pues las únicas frase que se escuchaban eran: ¡Belalcázar, desaparecida!, ¡Tóez, desaparecido!, ¡Irlanda, desaparecida! y así seguían

Iglesia de Inzá que también resultó afectada por el terremoto. / Foto Alfredo López.

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hasta ese momento desconocía su suerte.

Fueron muchas horas de angustia, no obstante que en Inzá no hubo muchos daños. Pero sí se sabía de la magnitud de la catástrofe en Páez y eso dolía mucho, tanto más cuando no sabía nada de mis amigos por lo que esperaba verlos en cada vuelo que llegaba a la cancha de fútbol de Inzá con personas rescatadas. Por fin, luego de tres días, supe de la suerte de mis amigos, quienes gracias a Dios se habían salvado y ya habían sido rescatados a base de puras peripecias, (como las que acostumbrábamos realizar, especialmente cuando subíamos al volcán nevado del Huila); algunos llevados a La Plata, otros a Neiva, otros a Belalcázar; pero solo pude conocer la realidad de toda la catástrofe, cuando me encontré con el padre Alberto Torres en Inzá, quien me dio detalles de las angustias de todos y hasta de las anécdotas que quedan después de tremendo susto, porque ya salvados no había porqué perder esa bonita cualidad de la jocosidad.

Posteriormente, y como una forma de ayudar a tantas personas

damnificadas y necesitadas de rehabilitación, estuve colaborando como coordinador de uno de los albergues instalados en Inzá, dentro de las instituciones educativas, y desde luego, llevando también alegría y ánimo a los otros albergues, (pues en su gran mayoría se encontraban personas que me eran conocidas), mediante la música, las ayudas que llegaban y, sobre todo, la compañía amena.

Hoy parece todavía no haber borrado el tiempo todos esos momentos, primero de alegría compartidos en la gran Irlanda, con todos mis colegas, amigos y estudiantes; pero también de angustia el día del terremoto y la avalancha porque creí haberlos perdido para siempre. Pero Dios nos sigue dando la oportunidad de continuar con este bello lazo de amistad y es así que con cariño dedico este relato como prueba de ese sentimiento.

Quiero aportar, por último, el siguiente soneto, compuesto para todo ese pueblo de paeces, quienes hoy, gracias a su tesón y perseverancia, han hecho que las huellas de aquella avalancha, no sean más que huellas, porque el presente es próspero y digno.

LA AVALANCHA DEL PÁEZ

Solo bastó de la tierra brutal rugido cual león hambriento de solaz para devastar el suelo fértil y elegido del gran Tierradentro, solícito de paz.

Fueron solo segundos desastrosos, que entre ondas sísmicas pasaron y que al Páez agónicos despojos, en atroz avalancha reposaron.

Transformó así, la paz y aquel paisaje, la voraz avalancha encarnecida, arrasando pueblos, selva y cultura.

Aún vive entre sueños y recuerdos, las sombras del lodo desbordante, que apagó ilusiones en instantes. Álvaro Enrique.▲

“¿Por qué la naturaleza golpea tan fuere a los pobres?”

ORLANDO ORTIZ ORDÓÑEZ. Llegó en el año 1987 a traba-

jar como médico en el hospital San Vicente de Paúl; luego se desempeño como director del mismo. Hizo parte del Comité Local de Emergencias donde jugó un papel importante en el proceso de reconstrucción. En la actualidad trabaja en Popayán.

La verdad, el día de la avalancha nosotros nos encontrábamos en Popayán, casi con el 70 por ciento del personal de salud que trabajaba en el hospital, en unos intercambios deportivos a nivel departamental.

En el momento en que escuchamos la noticia, veníamos ya en camino a unos 10 km de Popayán; cuando escuchamos que al hospital se lo había llevado la avalancha, inmediatamente nos devolvimos a conseguir suministros, sobre todo drogas, porque nos imaginábamos un desastre, pero

Luis Daza, Camilo Cifuente y Orlando Ortiz, tres de los médicos que laboraron durante la época crítica de la tragedia, aquí celebran en el sitio que se acondicionó en el Club Familiar de Belalcázar. En la actualidad, el médico Cifuentes es un prestigioso humorista nacional / Foto Tito Noel Meneses

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no de la magnitud del que realmente fue. . .

Estando en Popayán me dirigí al Servicio de Salud; reporté lo escuchado al jefe de servicio; nos dirigimos donde el gobernador; él citó rápidamente al Comité Departamental de Emergencias y se organiza lo que hay que hacer. Salimos de la reunión a las 3: 30 de la mañana y a las 6:00 salimos para Belalcázar con tan mala suerte que en ese primer vuelo nos accidentamos a la altura de Riosucio, afortunadamente no nos pasó nada. Nos devolvimos para Popayán, nos montamos en otro helicóptero y llegamos a Belalcázar a las 11:00 de la mañana del día martes.

La impresión es de tristeza, de impotencia, de dolor; falta de explicación por qué la naturaleza golpea Funcionarios del Hospital San Vicente de Paúl departiendo en las insstalaciones que fuetan fuerte a gente pobre como lo es ron cedidas por la Prefectura Apostólica; los acompaña Sor Graciela Rodríguez, docente la de este Municipio; todos estos de la Normal. Valiosa la función desempeñada por todo el personal de salud para hacer sentimientos e impresiones crean más llevadera la situación durante todo el tiempo de emergencia / Foto Alfredo López incertidumbre y automáticamente las lágrimas se le caen a uno. Apenosotros dispusimos de muchos esautoridades, es que en vez de venir nas nos bajamos, estaba Monseñor pacios propiedad de la Prefectura. a ayudar, a meter el hombro, llegan García y empezamos allí a trabajar Allí montamos el hospital de campaes de turismo, a curiosear y quieren organizando el Comité Local de ña inicial, las divisiones eran imagique el poco tiempo que uno tiene sea Emergencias en vista de que no estanarias, luego las hicimos en tela y fipara atenderlos a ellos, lo que impiba el Alcalde porque a él también le nalmente en madeflex. Allí duramos de el rendimiento en el trabajo por tocó sufrir muy duras consecuencias tres años y fue una experiencia boniestar atendiendo visitas, caso que me en Tóez. . . Conformamos el Comita porque se pudo atender a la gente. ocurrió con el jefe de salud. té: Monseñor Jorge, el comandante En cuanto a la infraesde la policía Norman León tructura es “desastrosa” y Arango, José María Hurta“Otra situación bien notoria, y especialmente más cuando este desastre do, José Samuel García (el estaba avisado cinco años párroco), Sor Soledad Be- entre las principales autoridades, es que en vez antes de la avalancha. Ya el doya, tres o cuatro docentes Ministerio había dado 400 más, representantes de la de venir a ayudar, a meter el hombro, llegan de Cruz Roja. . . Se hace una turismo, a curiosear y quieren que el poco tiempo millones para la reubicación del hospital, pero por evaluación y se organiza la que uno tiene sea para atenderlos a ellos.” falta de decisión política directiva para actuar. de nuestros gobernantes, La gente quería salir nunca fue posible. La úniporque continuamente seguía temca que influyó para que hubiese un Algo que nunca volveré a hacer blando y esperaban algo peor, que nuevo hospital fue la naturaleza. en mi vida es llegar desde el primer si bien eso había sido una avalancha momento a exigir trabajo sin preoEl envío de heridos y enfermos esperaban el deshielo del nevado del cuparme por la parte humana, porfue más rápido a Neiva por la ruta Huila; convencidos de que el pueblo que varios de los empleados habían aérea. Las primeras noches fue dese había acabado. . . perdido familiares y todos sus enmasiado difícil porque no había luz, seres, o sea que quedaron sin nada.

Empezaron a llegar ayudas, se temblaba mucho, sonaba el río o alYo en ningún momento les pregunté: vio la solidaridad de Colombia y gún ruido y la gente pensaba que era “¿Cómo están ustedes? ¿En sus cade otros países solo que aún no se la avalancha, salían corriendo y así sas qué pasó? Sus familias también ha podido superar la forma de ser no era posible tenerlos hospitalizanecesitaban ser atendidas; mi error solidarios por cuanto en las ciudados. La gente dormía con pantalofue muy grande, entonces dejé mardes mucha gente empacó en bultos nes, alistaban su “chivito”, especialcada otra cicatriz que fue el resentilo que no sirve y fue así como llegó mente cada que crecía el río. miento. Eso lo aprendí a las malas. mucha basura, lo que crea conflictos Por último, para mí los profeentre los que administran y los que En el aspecto psicológico vino sores son la pieza fundamental de reciben y el Comité de Suministros el primer equipo de psiquiatras de la educación en salud y se les debe queda como el que roba más.

Bogotá y se quedaron donde Monpreparar en la prevención de desasseñor, a quien el sector de Salud le Otra situación bien notoria, y tres.▲ debe sus servicios incondicionales; especialmente entre las principales

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Más allá de las fronteras

Así recuerdan ese 6 de junio

Muchos paisanos emigraron hacia otras latitudes buscando mejores condiciones de vida; no obstante, el recuerdo de ese seis de junio no lo pudieron dejar en Colombia: viajó con ellos. Aquí nos comparten sus historias:

La tragedia de mi pueblo -

F

REDY LOSADA LEMUS.

Exsacerdote vicentino, nacido en Belalcázar, en donde se desempeñó como párroco a finales de la década del noventa.

Actualmente está radicado en los Estados Unidos en donde se encuentra estudiando Inglés y trabajando en “ Family Mediation” (“Mediador en casos de familia”), en una de las cortes del Estado donde vive. Su próximo paso será estudiar “ Family Law” (Derecho de Familia) con miras a ayudar a muchas familias que se encuentran en dificultades viviendo en ese país. Trabaja con los hispanoparlantes tratando de ayudarles a encontrar una mejor manera y forma de vida.

Permítanme manifestarle mi agradecimiento al profesor Manuel José Escobar Castañeda por tener el detalle de pedirme que comparta unos cuantos renglones con ustedes, manifestando la experiencia que viví en esos primeros días de la avalancha del rio Páez.

Había llegado a Belalcázar a visitar a mi familia. Yo me encontraba trabajando en La Apostólica en Santa Rosa de Cabal, Risaralda. Estuve dos días en Belalcázar y luego emprendí mi viaje de regreso a Santa Rosa.

Cuando llegué a la Plata, Huila no encontré bus directo a Neiva, era día festivo y el transporte estaba escaso. De repente un Jeep campero apareció en el antiguo terminal avisando que iba para Tesalia y entonces resolví irme ahí porque me aseguraron que era más fácil conseguir transporte de Tesalia a Neiva en ese momento. Mientras esperaba transporte para Neiva, me entré a una tienda a tomarme una gaseosa pues hacia un calor endemoniado, había unas 15 personas en ese lugar; como a eso de las cuatro o antes no recuerdo bien, de repente vi que un jeep que estaba al frente de la puerta de la

Desde Estados Unidos

tienda saltaba y luego otros dos carros que estaban frente al parque. La gente gritó “temblor” y muchos salieron corriendo y gritando. Como cosa rara yo me quedé ahí adentro mirando lo que pasaba pero cuando me vi solo corrí hacia la calle, ya el parque de Tesalia estaba lleno de gente.

La angustia y la preocupación empezaron a reinar, de pronto una buseta de Cootranshuila encendió motores y gritaban, “ Neiva, Neiva.” Yo me fui corriendo y me subí; ese carro salió totalmente lleno. Llegué a Neiva a eso de las 7:00 p.m. Como el bus de Expreso Bolivariano que salía para Pereira lo hacía a las 11:00 p.m. resolví llamar por teléfono desde el terminal de transporte a mi hermana Aura María y

ahí pero nada se podía confirmar.

Lo primero que se me ocurrió fue llamar a la Casa Provincial del los Padres Vicentinos en Bogotá; tenía la certeza de que ellos ya habrían recibido algunas noticias nuevas y podrían confirmar otras. Me respondió la llamada el padre Aurelio Londoño quien en ese momento era el Visitador Provincial. Yo le pregunté: “qué sabe de Tierradentro, que noticias hay, lo que escucho aquí en Neiva es que toda esa región desapareció”. Y él me respondió: “No sabemos nada, no hay contacto vía telefónica con Tierradentro y estamos pegados a un radio escuchando lo que nos narran, pero la cosa se ve fea, ¿Y usted dónde anda?”. le dije: “en Neiva, voy camino a Santa Rosa pero dadas las circunstancias voy a

La avalancha pasa frente a Belalcázar, las aguas alcanzan niveles inimaginables y el ruido es ensordecedor / Foto Miguel Ángel Palomino Sánchez

vaya cuál sería la sorpresa, apenas la saludé empezó a decirme “Desapareció Belalcázar, no hay sobrevivientes, desapareció Tóez, Tálaga. . . eso es lo que dicen”. De inmediato cogí un taxi que me llevara a la casa de Aura, cuando llegué ya había algunos paisanos

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esperar”. Entonces me acordé que en la Casa Provincial había un radio para comunicarnos con la Prefectura Apostólica en ese momento; fue entonces cuando le pregunté al padre Aurelio: “el radio que sirve para comunicarnos con Tierradentro funciona?” Me

dijo: “ sí, pero no hay nadie que sepa manejarlo, más bien no viajes a Santa Rosa vente de inmediato a la Casa Provincial porque es urgente que nos comuniquemos con Tierradentro”. Y efectivamente, viaje a Bogotá esa misma noche.

Llegué a la mañana siguiente a la Casa Provincial. De inmediato me puse a organizar el radio, a calibrar la antena y como a eso de las 9:00 a.m. salí al aire como radioaficionado buscando contactar a algún colega en la frecuencia. Todo calmado, de pronto escuché la señal de alguien y de inmediato identifique la estación. Era don Miguel Palomino quien me respondía desde la Casa Cural de Belalcázar.

Sentí una emoción muy grande, lo primero que me dijo fue “Padre Fredy, no se preocupe toda su familia se encuentra bien, hace unos minutos saludé a Marco Abel y sus abuelos están bien ahí, los miré hace un ratico. Los monos de la Primavera están bien; una parte

del pueblo se lo llevó la avalancha, lo que estaba cerca al hospital, el barrio Los Guaduales; el resto del pueblo sigue en pie, y mucha gente se salvó, a Dios gracias”. Y luego empezaron a llegar otras estaciones de radioaficionados para apoyarnos. En un tiempo muy corto alcancé a escuchar al padre Mario García que desde Irlanda contaba la tragedia.

Juan Gossaín, director de noticias RCN Radio en ese momento, pedía que si alguien tenía comunicación con Tierradentro lo contactara; de inmediato lo hice y le di los números de los teléfonos de la casa Provincial. Cuando él los dio a los radioescuchas, se volvió un verdadero caos; fueron tantas las llamadas que a eso de la 1:00 a.m. del día 8 de junio hubo que desconectar los teléfonos para que pudiéramos dormir un rato. El día 9 recibí una llamada del ministerio de Gobierno donde me pedían el favor que les ayudara a localizar a un grupo de técnicos de Ingeominas que estaba en la zona, nadie daba razón de ellos, fue entonces cuando aproveche el momen-

to y pedí al funcionario del ministerio de Gobierno que me diera una credencial para viajar en avión hasta Neiva y en helicóptero a Belalcázar, para poder ayudarles ya que me encargaría de las comunicaciones, ellos sin vacilar un instante me dieron la credencial; a los cinco días de la avalancha llegué a Belalcázar a apoyar a las personas que estaban en la casa cural manteniendo la comunicación por radioaficionados.

Estuve una semana colaborando y luego regresé a Santa Rosa de Cabal a continuar los preparativos para la celebración del Centenario Escuela Apostólica, Seminario Menor de los padres vicentinos.

Al recordar estos momentos siento nostalgia desde estas lejanas tierras de Norteamérica, por el no poder estar ahí donde me corresponde; sin embargo, sigo orando por mis paisanos y con la esperanza de retornar algún día a esa querida región de Tierradentro. Son muchas las cosas que extraño de mi pueblo y que deseo revivirlas cuando pueda estar con ustedes nuevamente.

Dios los bendiga a Todos.▲

Recordando la avalancha, veinte años después - Desde Ontario, Canadá

J

ESÚS ENRIQUE CASAS CRUZ. Mé-

dico egresado de la Universidad Nacional de Colombia.

Fue director del Hospital Local San Vicente de Paúl y luego de la ESE Tierradentro. Actualmente está radicado en Ontario, Canadá , donde labora siendo medico-legal assessments in Karmy Chronic Pain Clinic medio tiempo.

Terminó un curso de certificacion para realizar evaluaciones medicas para companias de seguros.

S

on muchas las anécdotas que vienen a mi memoria cuando pienso en todo lo que sucedió el día de la avalancha; El doctor Leonidas Camacho Pisamina (q.e.p.d.) Director Departamental de Salud del Cauca y el licenciado Oscar Ospina Quintero, Coordinador Técnico Departamental, organizaron las primeras (y creo que las únicas) olimpiadas de salud del Cauca. Un evento que permitió la integración de los funcionarios de los hospitales del

Cauca en varias disciplinas deportivas entre las que se encontraban futbol y volibol; para este evento el hospital San Vicente de Paúl de Belalcázar, bajo la dirección del doctor Orlando Ortiz, participo con una numerosa delegación. Viajamos a Popayán el día sábado 4 de junio después de finalizada la consulta y estuvimos participando en los diferentes encuentros durante los días domingo 5 y lunes 6 de junio.

El evento terminó como a las 2 p.m. y salimos para Belalcázar a eso de las 04:00.

En la salida de Popayán, frente al hotel Chayaní, el bus estaba esperando un personal cuando se sintió el terremoto, fue muy duro y nos asustamos mucho por lo que se me ocurrió decir: “vámonos de Popayán rápido porque acá tiembla mucho”. Como a las 6 de la tarde estábamos en Gabriel López comprando mecato y aguardiente, cuando la señora de la tienda extrañada de ver un bus de Sotracauca a esa hora nos preguntó de dónde veníamos, le dijimos que éramos un grupo del Hospital de Belalcázar que estábamos en un campeonato deportivo. La señora nos dijo que si no sabíamos que Belalcázar había desaparecido por causa de un terremoto y una avalancha. En ese momento yo estaba con Eulogio y le dijimos que con esas cosas no se juega. La señora nos dijo: “si no creen, oigan las noticias” y nos puso el radio, al escuchar lo que decían, quedamos

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anonadados, sin qué decir; salimos en silencio de la tienda. Cuando nos subimos al bus le pasé la botella a la primera persona que vi y me senté a llorar, igual pasó con Eulogio. Los compañeros en el bus que estaban muy alegres se quedaron en silencio sin entender y cuando les dijimos, allí fue Troya, como dicen.

Le dijimos al conductor del bus que siguiera pero al llegar al páramo nos detuvo un derrumbe; cogimos maletas y seguimos a pie, en total atravesamos como tres derrumbes hasta que llegamos al restaurante de Riosucio.

Allí, después de esperar un buen rato, logramos transbordar y llegar a Inzá bien tarde en la noche. Al llegar al hospital de Inzá, alguien en un campero me dijo que toda mi familia estaba bien, incluyendo a mi Papá, esto me tranquilizó.

El Dr. Ortiz viajaba en la camioneta Toyota Hilux, pero antes de salir de Popayán se enteró de la noticia por lo que inmediatamente se fue a la Dirección Departamental a coordinar la entrada a Belalcázar. Él viajó con el Dr. Javier Gutiérrez en un helicóptero “mosquito”, nosotros vimos pasar el helicóptero por Inzá como a las 10 a.m.

Como el día estaba muy nublado, ellos pasaron derecho y llegaron a Toribío.

Les tocó devolverse a Popayán y volver a salir; al Dr.Gutiérrez se le ocurrió la idea de que no volaran muy alto y fueran siguiendo el curso de la carre-

tera. El problema se presentó cuando entraron al páramo y todo quedó totalmente nublado, el piloto trató de maniobrar a ciegas pero cuando logró ver algo estaba de frente a una montaña, según lo que nos contó “Bocadillo” esto fue en frente del primer restaurante (en ese tiempo no existía). El piloto logró esquivar la montaña pero el helicóptero golpeó un árbol con la cola y quedó sin posibilidad de maniobrar, afortunadamente no estaban tan alto y el aparato cayó en la zona plana que queda al frente del actual restaurante.

Hasta allí el Dr. Ortiz tuvo el pelo negro. Las personas que vivían en la casita que ahora es un restaurante, los ayudaron a salir y los dos se devolvieron a Popayán, y nuevamente viajaron en helicóptero para Belalcázar, llegando sin más novedades en hora de la tarde.

Al grupo de empleados que estábamos en Inzá nos alojaron en el hospital. Organizamos grupos para recibir a gente que llegaría en helicóptero de Belalcázar. El Dr. Ortiz no autorizó a ninguno de los que estábamos en Inzá para ser transportado a Belalcázar, por lo que nos tocó quedarnos dos días (martes 7 y miércoles 8 de junio). El día jueves 9 yo me encontraba en el helipuerto de Inzá ayudando a la gente que llegaba, cuando vi aterrizar al Dr. Javier Gutiérrez, decidí irme para Belalcázar en el mismo helicóptero y al mismo tiempo toda mi familia estaba llegando a Inzá, o sea que nos cruzamos en el aire.

Estando en Belalcázar nos pusimos en la tarea de rescatar los elemen-

tos del hospital y ayudar a clasificar medicamentos que llegaban como donación.

En la noche del jueves me encontraba con el doctor Luis Miguel Daza (sería bueno localizarlo porque a él le tocó atender solo los primeros dos días) en el salón del Club Juvenil donde se había organizado la atención y nos avisaron que iban a bajar una señora de La Mesa porque estaba en trabajo de parto.

Unos médicos del Huila y personal de enfermería de esa región, se apoderaron de los paquetes de ropa estéril para cirugía que nosotros habíamos rescatado del hospital en la mañana y colocaron la paciente en la camilla (como 10 personas para atender un simple parto).

Alguien de la prensa llegó a la reja del salón pretendiendo entrar y filmar a la señora que estaba en trabajo de parto.

Yo no lo dejé y le solicité a esa persona y a quienes lo acompañaban que nos dejaran trabajar. Al final de cuentas, el personal de salud del Huila se cansó de esperar, ensució toda la ropa que teníamos destinada para una posible cirugía de emergencia y no atendió ningún parto. El doctor Daza recibió él bebé como a las cuatro de la madrugada, solo como era habitual para quienes trabajábamos en el hospital.

Luz Alexandra, mi esposa, no practicaba ningún deporte por eso no pudo viajar a Popayán y le tocó vivir toda la emergencia sola. Cuando empezó el terremoto ella estaba en el apartamento donde vivía (en casa de doña Eliacid Medina), salió corriendo al parque muy asustada y sin zapatos.

El Hospital SVP y la camioneta de la misma entidad, cubiertos por el lodo. Allí laboraba el médico Jesús Enrique Casas Cruz / Foto revista SEMANA - junio 12 de 1994

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“El nevado explotó” EMILIO MARTÍN ZA ESPINAL.

ISA-

Natural

de Jericó, Antioquia.

Llegó como negociante a Páez a comienzos de la década del 80 y aquí formó su hogar.

Actualmente está radicado en Santiago de Chile y trabaja en la Importadora “Kahtry” de Nueva Dely, India.

“Ese 6 de junio estaba yo al frente de la Cooperativa Indígena (actualmente casa del cabildo de El Centro) con mi amigo “Cajón” (para los que no saben: Oswaldo Tejada Pardo) cuando ocurrió el terremoto. Yo me asusté mucho y me fui para mi casa, en el barrio Bello Horizonte, a ver a mi esposa y a mi hija; ya en la casa, como buen paisa, saqué el radio que tenía y sintonicé Caracol.

Estaba oyendo la radio cuando miré hacia el cañón del río Páez y pude ver la columna de humo de diferentes colores que venía.

Yo le grité a la gente que estaba por allí: “el nevado explotó y los gases nos van a matar”. Tomé a mi hija de la mano y les dije: “corramos hacia La Mesa”. Recuerdo que todo el pueblo estaba en shock, la gente no sabía qué hacer. Pasando el alambrado para coger ya la loma de la señora Julia Ramos, la mamá de los Piles, bajó ese monstruo que arrasaba con todo a su paso; parecía una serpiente. En la loma una señora me entregó una niñita recién nacida porque ella llevaba varios niños más; yo iba tan asustado que no me di cuenta a quién se la había recibido. Hasta el otro día custodiamos la bebita, cuando apareció la mamá y resultó que era una vecina mía, hija de Don Juan Velasco”.▲

Jorge Cano y Norma Otero la tranquilizaron solo unos minutos antes de salir en el carro de la Cruz Roja en el que fallecieron después. Alex se quedó sola en el parque y fue donde Monseñor García y le preguntó por qué la

gente estaba corriendo para La Mesa, Monseñor le dijo que era mejor subir para allá; Rogelio Vanegas le consiguió unas chanclas que se quedaron en el primer barrizal que pasaron. Durante la subida a La Mesa ella ayudó a doña

La furia del río Páez -

A

NGÉLICA MARÍA ESCOBAR CAICEDO. Química,

egresada de la Universidad del Cauca; en la actualidad estudia en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, donde adelanta un Doctorado en Ciencias Químicas.

“El lunes 6 de junio de 1994, fue un día que quedó grabado en la memoria de todos los que tuvimos que vivir la furia, no solo del río Páez, sino también de sus montañas. Fue un lunes festivo, pero tuvimos que ir a estudiar por razones que desconozco. Yo tenía seis años y medio y cursaba el grado primero de primaria en la entonces Escuela Anexa a la Normal, donde la profesora Zoila Molina era la directora del curso.

Eran cerca de las 3: 30 de la tarde, estábamos en clase de Educación Física en la cancha del colegio jugando “Ardillitas a cambiar de casa” cuando la profesora Zoila empezó a gritar ¡¡ESTÁ TEMBLANDO!! ¡¡ESTÁ TEMBLANDO!! Yo, en mi inocencia, creí que era una nueva adaptación del juego, pero entonces oí un sonido muy fuerte, lo recuerdo como un tractor pasando, mis compañeros se reunieron todos alrededor de la profesora, la tierra se sacudía fuertemente, era difícil mantenerse en pie, un grupo de estudiantes de un grado superior se encontraba en la zona de árboles que había cerca a la cancha, uno de ellos señaló hacia la Peña del Águila y vi como se derrumbaba su parte superior, fue entonces cuando realmente me asusté al no entender qué pasaba, sin imaginar que era el inicio de un gran desastre natural. De pronto los demás grados empezaron a llegar a la cancha, pensando que era una zona segura, libre de paredes y cables.

La portería del colegio la man-

Cilia Etna Palomino que iba un poco fatigada y luego se reunió con mi Papá y mis hermanas con los cuales se mantuvo hasta el jueves que pudo salir en helicóptero hasta Inzá.▲

Desde La Plata, Argentina

daron a cerrar con candado para que no se fuera ningún estudiante. En eso llegaron algunos socorristas de la Cruz Roja y dieron la orden de que nos mandaran a todos para nuestras casas.

Gracias a Dios hicieron eso porque minutos más tarde, esta cancha sería arrasada completamente por la fuerza del río. Mi primo Edilson Caicedo le pidió al profesor Patrocinio Víquez que me llevara a casa, en ella se encontraban mi mamá Nora Caicedo, quien hacia menos de un mes había dado a luz a mi hermanito menor Jorge, y mi hermano Juan, quien se encontraba en una fiesta de cumpleaños de uno de los vecinitos del barrio.

No llevaba ni 10 minutos en mi casa ubicada en el barrio Bello Horizonte cuando vimos muchas personas corriendo por la Avenida Santander gritando ¡¡AVALANCHA!! ¡¡AVALANCHA!!, yo no sabía ni qué significaba esa palabra. Mi mamá me man-

vió a buscarla. En ese momento, al ver hacia el río, vi una gran nube de polvo y barro que me estremeció y corrimos sin mirar atrás hasta llegar mucho más arriba de La Mesa de Belalcázar; una subida que normalmente me llevaba una hora, ese día la hicimos en cuestión de minutos.

Ahí alguien dijo que era peligroso seguir subiendo porque más arriba había una laguna que con el temblor también se podía desbordar (la verdad no sé si en verdad existe tal laguna).

En eso mi madre llegó hasta ahí y me regaño por haber subido tanto, el resto de la familia estaba acampando en La Mesa y se había asustado al no encontrarme. Volvimos hasta La Mesa, eran cerca de las 6 de la tarde, ahí estaban mis abuelas, tíos, primos, hermanos y bueno, la mayor parte de las personas del pueblo que improvisaban cambuches con palos de madera, guaduas y plásticos. Se hicieron diferentes ollas

La peña de El Águila, uno de los símbolos de Belalcázar, cede ante la furia del terremoto / Foto Miguel Ángel Palomino Sánchez.

dó a correr con mi tío Chucho Caicedo mientras ella llevaba a mis hermanos; avanzamos hasta la subida del Panamericano, pero mi tío al ver que mi mamá no venía, me dijo que siguiera con una de las hijas del profesor Orlando Quibano y su tío, y él se devol-

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comunitarias con caldo y arroz para la comida.

Sor Graciela, quien dirigía el grupo “Estrellitas y Rayitos de María” nos reunió a los niños a rezar y a cantarle a la Virgen para distraernos un poco, en eso cayó la noche y para completar

un día trágico, donde la furia de la naturaleza se hizo sentir como nunca antes en la historia reciente del Municipio, empezó a llover. Esa noche, todos nos acomodamos como pudimos, la solidaridad de la gente se hizo ver al compartir cobijas, comida e incluso leche materna, pues recuerdo que mi mamá, del susto al salir corriendo, no sacó nada de la casa y la profesora Gimena Ceballos amamantó a mi hermano; pero también fue una noche larga, el río sonaba como si pasara a dos metros, se oía cómo chocaban fuertemente las piedras; y la lluvia y las réplicas del temblor no pararon.

Al salir el sol, el paisaje era desolador, gris, el río se había llevado el cementerio, parte de la Escuela Normal y la cancha de fútbol; no Instalaciones del hospital SVP cubiertas por el lodo. Al fondo alcanza a divisarse la casa de don quedaban puentes ni partes Esteban Pito también afectada por la avalancha / Foto Alfredo López. de la carretera y lo más triste, la cantidad de desaparecidos trajeron a los niños y mujeres y mi cóptero que me llevó, junto a mi mamá eran numerosa. Las mujeres organiza- padre no llegaba; si mal no recuerdo, y mis hermanos, hasta Inzá. Mi papá ron el desayuno, agua de panela y café. casi a la tarde cuando ya me empezaba se quedó con el resto de la familia. En Recuerdo ver a mi abuela, a mis tías a desesperar por la espera, oí una voz Inzá ocurrió el cuarto milagro en mi fay a mi mamá llorando al no tener nin- que me dijo: ¿por qué llora la niña?, milia de esta tragedia: mi hermano Jorguna noticia de la suerte de mi tío Vi- Y era mi papá, lo abracé como una ga- ge se había quemado la cara con el sol cente quien había salido con un grupo rrapata y no lo quería soltar, hasta hoy mientras esperábamos el helicóptero, de cruzrojistas a ayudar a las personas no recuerdo haber sentido mayor ale- por lo que llegamos directo al hospital de La Símbola pues con el terremoto gría y felicidad en mi vida que la que y ahí una enfermera que no sé quien hubo un derrumbe y en eso fue la ava- sentí en ese momento al volver a tener fue, me dijo que la acompañara a ver a alguien que me iba a alegrar lancha. Tampoco teníamos noticias de mis tíos Decio y Luis Como dice el lema que nos animó mientras ver, fuimos al parque de Inzá y en una tienda estaba mi tío ViIgnacio quienes habían tenido que trabajar ese lunes. Y lo se reconstruía el pueblo: “PAEZ VIVE”, cente, nuevamente la felicidad me invadió, fue uno de los poque más triste me ponía a mí, pero nunca su vida volvió a ser igual. cos socorristas sobrevivientes y el no tener noticias de mi papá con él mi familia paterna estaba Manuel, quien se encontraba completa. trabajando en el Seminario de Irlanda, a mi papá con nosotros, fue realmente Tiempo después, cuando dimenlugar en el que había sido el epicentro un milagro hermoso que él y sus com- sionamos bien lo que fue esta tragedia del terremoto y que quedaba en las pañeros del Seminario sobrevivieran a y aún ahora que vienen a mi mente tofaldas del Volcán Nevado del Huila, esta tragedia. También aparecieron mis dos estos recuerdos, experimento una donde una de las hipótesis era que éste tíos Nacho y Decio y nos faltaba tener mezcla de sentimientos: tristeza por tohabía hecho erupción. das las personas que murieron, amigos, noticias del tío Vicente.

Ese día empezó a llegar ayuda Cayó la oscuridad, nuevamente familias que quedaron incompletas y humanitaria, la cancha de la Escuela una larga noche de lluvia en la que héroes socorristas que dieron sus vidas Urbana se convirtió en un helipuerto siguieron las replicas del temblor. Re- por ayudar a los demás, seres que todo donde constantemente llegaban y sa- cuerdo que cada vez que se sentía uno Páez recuerda cada 6 de junio; pero a lían helicópteros como mosquitos. El fuerte, el profesor Hugo Velasco reza- la vez agradecimiento por los milagros padre Mario García, quien también tra- ba una decena del Rosario que todos de vida, por el reencuentro con nuesbajaba en el Seminario de Irlanda, lo- seguíamos. Llegó el miércoles, la gen- tros seres queridos, por esta segunda gró comunicarse por un radioteléfono te se amotinaba en la cancha de la Ur- oportunidad que nos dio la vida. Sin pidiendo ayuda e informando que en bana esperando conseguir un cupo en lugar a dudas, este desastre de la naIrlanda había sobrevivientes, desde ese turaleza fue algo que partió en dos la momento me senté en una piedra de la los helicópteros que salían hacia Inzá y vida de todos los paeces y la historia que se veía hacia el improvisado heli- hacia La Plata. Esa noche ya nos que- de Páez. Como dice el lema que nos puerto esperando que en uno de esos damos en el pueblo, en la casa de Doña animó mientras se reconstruía el puehelicópteros bajara mi papá. Primero Benicia Molina y fue hasta el jueves blo: “PAEZ VIVE”, pero nunca su vida que conseguimos un cupo en un heli- volvió a ser igual”.▲

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“Lloré al ver la magnitud de la tragedia”

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ABLO RAMOS VELASCO.

Administrador de Empresas de la Universidad Santiago de Cali. Desde el año 2001 viajó a la ciudad de B a rc e l o n a , España, en donde realizó un Máster en Comercio Exterior y Finanzas Internacionales en la Universidad de Barcelona.

Labora en la empresa International Forwarding SL de la misma ciudad.

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Desde Barcelona, España

bíamos nada de nuestras familias, pero que esperábamos que parte de esas plegarias a Dios fueran elevadas por ellos también.

Esa noche no dormí, y me fui muy temprano en la mañana del martes 7 de junio a la Universidad, pues tenía que presentar el último examen de fin de semestre; lo hice y una vez presentado el examen, me fui a la casa donde alquilaba una habitación, preparé mi mochila y me fui a encontrar con mi hermano en Popayán. En esta ciudad todos estaban volcados con PAEZ, era el tema que se comentaba en cada rincón de la Ciudad Blanca; mi hermano me contó que mi padre ese día lunes había tomado el bus de las 3:00 p.m. hacia Popayán, un gran alivio pues sabía que estaba bien; no me vi con mi viejo en Popayán pues él muy temprano del martes se había

Inzá que mi papá había sido trasportado en helicóptero a Belalcázar. Yo estuve esperando hasta las 5:30 de la tarde de ese día martes la oportunidad (favor) de que en alguno de los vuelos pudieran llevarme a Belalcázar, pero fue imposible.

Decidí caminar desde Inzá hasta San Andrés a la casa de mi abuela. Necesitaba comer, descansar, encontrar un poco de sosiego e idearme un plan B para continuar el camino. Y así fue.

El miércoles después de desayunar me despedí de mi abuela y en una moto, uno de mis primos sanandresano me llevó hasta el antiguo puente de Cuetando, donde habían instalado una tarabita; el panorama era aterrador pero en ese momento era mi única alternativa de continuar el camino. Haciendo cola para pasar, un indígena de

“Es un placer sacar un momento para pensar en mi gente, en mi pueblo, en su historia, aunque esta vez trágica, pero es parte de la historia de Páez.

Recuerdo que ese año estaba cursando mi segundo semestre de Administración de Empresas en Cali, y por ser lunes festivo había ido a pasar el día a Palmira; ahí el temblor se sintió muy fuerte, la tierra se meció tan duro que parecía que se formaban olas. No exagero.

A partir de ese momento, a través de la radio, me enteré que el epicentro había sido en el norte de Páez, haciendo hincapié en una posible avalancha del río que aún los medios de comunicación no confirmaban.

Fue ya con el noticiero de las 7 de la noche de ese 6 de junio donde La nueva foto de Belalcázar, la que recuerda desde Barcelona, Pablo Ramos Velasco y que pudimos estimar la gravedad de la tra- reemplazó la tradicional de Luis H. Ledezma / Foto Jorge González Gutiérrez gedia; sabía que mi hermano estaba en Popayán, pero no sabía nada de mis regresado a Inzá, a encontrar la forma la Mesa de Togoima, compadre de mi padres y de mi hermana menor. Des- de saber algo de nuestras dos mujeres: papá, me reconoció y me dejó su pode este momento me enganché a la ra- mi madre y mi hermana, de quienes lea, me la puso, me dio instrucciones dio a escuchar las noticias y recuerdo hasta ese momento no sabíamos nada. de cómo tirarme, me eché la bendición perfectamente cuando los periodistas Hablé con mi hermano y le dije y me lancé. . . y “juemadre”, un poco informaban acerca del nivel que había que me iba para Inzá; quería llegar a más allá de la mitad del rio se paró; alcanzado la avalancha en su paso por Belalcázar como fuera y en un jeep lle- me dio un susto el verraco y tuve que el pueblo; trazaba una línea imaginaria no de provisiones que enviaba la Cruz echar brazo para impulsarme y contipara establecer las probabilidades de Roja, me empaquetaron; llegué a Inzá nuar hasta el otro lado. Fue un alivio que mi casa desapareciera. Era duro a eso de las 2:00 p.m. del martes. El enorme sentirme del otro lado del río y imaginar en la medida que seguía ca- revuelo por la situación era tremenda, junto con otros cinco señores empezayendo la noche, cómo estaba la gente, y me dirigí al improvisado helipuer- mos a caminar hacia el pueblo. mi familia, mis vecinos, mis amigos, to que se había instalado para recibir Después de unas cuatro horas de mi pueblo. Sobre la media noche creo a las personas que estaban evacuando camino llegamos a Gualcán, me senté que pudieron establecer comunicación principalmente de Belalcázar; empecé a admirar la fuerza de la naturaleza, con la radio y pude escuchar las ora- a enterarme de la situación por fuentes el poder de la tierra y lloré al ver la ciones de la gente que se había congre- de primera mano, de la gente que ve- magnitud de la tragedia. “No es justo”, gado en la meseta de la torre de Radio nía del pueblo y que me dijeron que mi pensé, y a partir de ese instante quedó Eucha; un momento conmovedor, des- madre y mi hermana estaban bien, pero grabada en mi memoria una nueva foto garrador, pero también lleno de espe- que las condiciones del pueblo eran la- de Belalcázar”.▲ ranza para muchos que como yo, no sa- mentables; también me informaron en

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Cruzrojistas de Páez

“Entregaron su vida sirviendo a los demás”

Por Jorge Eliécer Quintero Rodríguez – Coordinador del Proyecto Dipecho y de la Emergencia CVNH y actual director de la Cruz Roja -Unidad Operativa de Páez-.

Cinco socorristas de la Cruz Roja Colombiana, Unidad Municipal de Páez, fallecieron el 6 de junio de 1994 mientras alertaban a las gentes de las orillas del río Páez para que subieran a las partes altas. Con ellos también murieron tres acompañantes. Este es un homenaje a estos voluntarios que entregaron sus vidas tratando de salvar las de otros.

U

na vez ocurrido el sismo del 6 de junio de 1994, los miembros de la Cruz Roja, Unidad Operativa de Páez, se desplazaron por los diferentes sitios de Belalcázar alertando a las gentes de lo que estaba pasando; uno de los primeros lugares en acudir fue a la Normal Nacional en donde lograron evacuar a muchos estudiantes. Pero de pronto llegó una noticia según la cual junto al puente de La Símbola se había venido un derrumbe y era posible que algunas personas estuvieran allí atrapadas.

Los socorristas Luis Hernando Ledezma Paruma, Jorge Eliécer Cano Torres, Eladio Vargas, Francisco Javier Castro Vargas y Norma Otero Gil abordaron los carros que conducían Hum- Histórica foto en la que se observa a los cinco cruzrojistas fallecidos, junto a otrso compañeros, en una berto “Pipo” Valencia y Ál- de sus habituales jornadas de preparación. De izquierda a derecha: Jorge Eliécer Quintero Rodríguez, varo Plazas, y armados de Norma Otero Gil, Luis H. Ledezma Paruma, Jorge Eliécer Cano Torres, Heladio Vargas, Francisco un megáfono se dirigieron a Ceballos Salas, Félix Ossa, Larrarte Restrepo y Francisco Javier Castro Vargas. El niño es el hijo de la La Símbola alertando a todas profesora María Eugenia Mosquera / Foto Rodrigo Escobar Castañeda las gentes de las riberas del Páez para que se desplazaran hacia las Benjamín Sánchez quienes fueron tiva de Páez.

Jorge Eliécer se integró a la Cruz partes altas. A ellos se unieron también arrastrados cerca de un kiló-metro Don Benjamín Sánchez Quintero y los aguas arriba por el río Símbola. En este Roja en la segunda promoción de voprofesores José Vicente Escobar Cas- mismo sitio también murieron los her- luntarios. Fue todo un personaje en manos Benjamín y Javier Pardo Tum- Belalcázar: líder deportivo, animador, tañeda y José María Hurtado Penagos.

Fueron muchas las vidas que lo- bo, Húberth Lorenzo Gutiérrez Pena- árbitro, dirigente cívico. . . Ejerció vagraron salvar pero una vez ubicados en gos –funcionario del hospital SVP- y rios cargos en la adminis municipal y el puente de La Símbola fueron arrasa- muchas personas del sector de La Sím- a pesar de comulgar con las ideas del partido Liberal, nunca ejerció la polídos por la avalancha de agua, piedras, bola que no alcanzaron a evacuar.

Luis H. había llegado de Popayán tica. lodo y palos que se desplazaba por el Y Eladio, Francisco Javier y Norrío Páez. De ellos únicamente salvaron en 1981 a desempeñarse como Inspector de Sanidad en el Hospital “San ma tres jóvenes llenos de ilusiones que sus vidas José Vicente y José María Vicente de Paúl”, pero su gran afición se habían vinculado a la Cruz Roja quienes se desplazaban en la moto de era la fotografía y en Páez encontró un para hacer realidad su deseo de servir este último y lograron pasar un poco más allá del puente para luego ascen- campo expedito para desarrollar todo a través del socorrismo y que ese 6 de der por la loma y después de mucho su arte. Muchísimos paisajes, capillas, junio se embarcaron en ese viaje sin caminar ubicarse en el sitio de Peña panorámicas, quedaron registrados regreso.

A todos ellos, lo mismo que a Horqueta donde se encontraron con para la historia con su lente prodigioso. más de cien personas que habían llega- Pero quizá la foto que lo inmortalizó “Pipo”, “Morón”, los “Benjamines”, do de los lados de Casas Viejas, Vica- fue esa panorámica de Belalcázar con Húberth y Javier que el Señor los tenel nevado al fondo y el río Páez –ese ga en su reino porque hicieron realidad nenga, Guaquiyó y Tálaga.

Días después se encontraron los mismo río que se lo tragó-. En 1986 aquello de “entregar la vida sirviendo cuerpos de Jorge Eliécer Cano y Don hizo parte del grupo de 11 voluntarios a los demás”.▲ fundadores de la CRC, Unidad Opera-

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Durante 10 días fuimos noticia mundial

Así titularon los principales medios escritos En las primeras horas, después de ocurrida la avalancha, fue muy poco lo que se informó. Pero una vez llegó el Caracol del Aire en la mañana del 7 de junio y se mostraron las primeras imágenes por TV de la magnitud de la tragedia, los ojos de Colombia y del mundo se posaron en Páez. Por espacio de 10 días ocupamos las primeras páginas y emisiones de los principales medios de comunicación.

Hasta que el 17 de junio se inauguró en Estados Unidos el mundial de fútbol y fuimos relegados a un segundo plano. Así titularon e informaron algunos de los principales diarios de Colombia.

El Tiempo - junio 7 de 1994

AVALANCHA EN HUILA POR TEMBLOR

Un angustioso estado de emergencia vivían anoche La Plata y otras tres poblaciones del Huila y Cauca por el represamiento del río Páez, que amenazaba a miles de sus habitantes. El fuerte temblor que sacudió a medio país, especialmente en el sur, suroccidente, centro y zona cafetera, provocó el desprendimiento de un enorme bloque de hielo del nevado del Huila, que a su vez alimentó las corrientes de varios ríos. Anoche se temían desbordamientos del Páez, La Plata y Magdalena. La avalancha y el temblor arrasaron varios caseríos.

-----------------------El País de España - junio 8 de 1994

Más de 250 muertos por avalanchas de piedras y lodo tras un terremoto en el sur de Colombia “Primero fue un sacudón brutal y después la montaña se vino encima.

Todo se desplomó y al pueblo lo sepultó la avalancha”, recordó el sacerdote Jorge García, director del seminario indígena de Irlanda, uno de los tres poblados que el lunes desaparecieron de la geografía colombiana en la región selvática y montañosa de la Bota Caucana, al sur del país, como consecuencia de un terremoto que alcanzó los seis grados en la escala de Richter. Al menos 250 personas han muerto bajo una avalancha de piedras y de lodo, según los primeros informes, y otro medio minar de desaparecidos dibujan una de las mayores catástrofes de los últimos años de la historia de Colombia.

-----------------------El Tiempo - junio 8 de 1994

La avalancha y el temblor arrasaron varios caseríos

Muertos y desaparecidos por centenares en Cauca

Los caseríos de Tóez e Irlanda, en el municipio de Belalcázar, fueron borrados del mapa en cuestión de minutos.

Por lo menos una docena de pequeñas veredas sufrieron destrucciones.

-----------------------Sobrevivientes buscan a familiares desaparecidos

El río Páez, una cinta de luto que bajó del nevado

“La masa de lodo llenaba cada rincón y no dejaba nada a su paso en más de cien metros de ancho” dijo un campesino que sobrevivió.

-----------------------El PAÍS - junio 8 de 1994

Temblor y avalancha: 370 muertos y 500 desaparecidos en Cauca y Huila

Catástrofe!

Cuatro poblaciones borradas de la faz de la tierra. Gaviria visita hoy la zona. Miles de damnificados viven su drama. Destruida la red vial. Dantescas escenas de rescate. Centenares de familias lloran sus muertos. Dolor.

-----------------------Testimonios arrancados de la zona de tragedia

“Dios mío, llegó la muerte”

Sobrevivientes relatan su pesadilla.

Muchos quedaron cubiertos de barro, como momias milenarias. El Cauca y el Huila están de luto. Un desastre cuyas proporciones aún es imposible precisar. Dramas humanos.

-----------------------El PAÍS - junio 9 de 1994

En la zona de desastre, Gaviria anuncio plan de emergencia

El Páez, río de muerte

Primer reporte oficial dice que son 253 los muertos, pero admite que pueden ser 350. Subsidios de vivienda para los damnificados. El río fue una

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montaña de agua, subió 40 metros.

-----------------------Los sobrevivientes de la avalancha en Irlanda

“Todo quedó borrado”

“Aunque uno quisiera correr, no podía. Era como si se estuviera pegado al piso” dice uno de los sobrevivientes.

-----------------------El PAÍS - junio 10 de 1994

Gaviria reconoce falla en Atención de Desastre; decretada Emergencia Económica

La ayuda en emergencia

A 259 asciende número de muertos por avalancha. Policía: 4.550 daminificados y más de 500 desaparecidos. El Presidente vuelve hoy a Tierradentro para vigilar la operación rescate. Popayán llora a socorrista héroe.

-----------------------El PAÍS - junio 10 de 1994

Luis Hernando Ledezma, uno de los socorristas sepultado por la avalancha del Páez

Murió en su ley, salvando vidas

El día de la tragedia recorrió la zona gritándole a la gente que se saliera de sus casas y que su-biera a la parte alta.

Miles de personas se salva-ron antes de que la avalancha de agua, piedra, lodo y palos alcanzara al socorrista.

-----------------------El Tiempo - junio 12 de 1994

Panorama

Las huellas del dolor Un temblor de tierra de seis grados en la escala de Richter zarandeó el Nevado del Huila. La nieve líquida se derramó por el cauce del río Páez y le trajo al país recuerdos dolorosos de Armero.▲

Así registró el periódico EL TIEMPO, en los días siguientes, los principales hechos que iban ocurriendo en la zona de la tragedia. Advertimos que hay muchas imprecisiones y errores, principalmente en los nombres de las personas y los sitios. Los textos se transcriben al pie de la letra.

Luis Castañeda alcanzó a ver el soplo de la avalancha

!Suban. . . que el nevado explotó!

La alarma del pueblo, según algunos habitantes de Belalcázar, estaba guardada. La avalancha que bajó por el río Páez no solo sepultó y desapareció a decenas de personas sino que separó a los sobrevivientes de la tragedia.

Por BIBIANA MERCADO y JORGE PARGA VANEGAS Enviados especiales de EL TIEMPO, miércoles 8 de junio de 1994

“F

ue algo terrible y dramático que apenas alcanzamos a observar quienes conversábamos a esa hora en el parque. Eran las 3 y 47 de la tarde y nos encontrábamos en el parque cuando sentimos un fuerte temblor que derribó las casas. La tierra se abría. Eran inmensidades de piedras que se venían encima de nosotros.

La Policía alertó inmediatamente para que las gentes salieran a lugares donde no hubiera peligro y a las construcciones que estuvieran alejadas”.

Así vivió los primeros treinta segundos de esta tragedia Luis Castañeda, habitante de Belalcázar que se salvó milagrosamente de la tenebrosa avalancha del río Páez, que destru- BARRIO LOS GUADUALES DE BELALCÁZAR. Por la pérdida de todas las vías carreteables, los cabayó medio pueblo: arrasó llos volvieron a convertirse en el medio de transporte de los paeces / Foto Alfredo López. con 24 casas, se llevó Olga Marín de Sánchez, madre de lodo que arrasaban todo lo que se parte del hospital y sepultó el cemenencontraba a su paso, cuenta Castañe- de siete hijos y esposa de Benjamín tario.

Sánchez, uno de los integrantes del da.

Habían transcurrido unos diez miSegún su relato, al parecer las pri- grupo de la Cruz Roja que se encuennutos. La gente pensaba que el peligro meras víctimas de la avalancha fueron tra desaparecido, relato que cuando había pasado, cuando sentimos, a unos los miembros de la Cruz Roja, cinco sentimos los temblores, todos nos cinco kilómetros, que se venía encima socorristas y seis acompañantes, que salimos de la casa. En ese momende nosotros una polvareda negra con salieron en una camioneta a alertar a to, pasó la ambulancia conducida por un fuerte ventarrón. los pobladores de las riberas del Páez. Daniel Valencia. Entonces le dijeron De pronto gritaron de la parte alta, No sabemos si ellos alcanzaron a ga- que les colaborara en el rescate de alsuban... suban, que el nevado se explonar la parte alta donde se unen los ríos gunos heridos. tó! . Nosotros cogimos los niños, pero El subió al carro y partieron a Símbola y Páez. El barrio Los Guaotros no los alcanzaron a llevar . duales, según Castañeda, fue comple- gran velocidad. Al llegar a un recodo Ante la estampida que provocó el tamente borrado del mapa, así como un de la ribera, los cogió la avalancha angustioso llamado, algunos menores caserío de indígenas ubicado sobre el y no tuvieron tiempo de nada , dice intentaron cruzar el río pero fueron alOlga María. cañón del Paéz. canzados por los primeros borbollones

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Este , sin embarlos damnificados. go, no es el único draPermanentemente ma de de la tragedia estuvo en el teLISTA OFICIAL DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS que enluta a cientos rreno destapado de familias caucanas al que arribaban Las autoridades confirmaron la landa, Floresmiro Gutiérrez, Angel y huilenses, las cuales constantemente identidad de cuatro víctimas de la Gutiérrez, María Rosa Vidal, Noraún esperan encontrar los helicópteros avalancha en la población de Tóez. bey Armando Guido, María Elvia con vida a sus seres de las autoridades Ellos son Silvio Cuetecué, Fabio Cuene, Wilson Gildardo Tombé, queridos. y de los medios de Muycué, Nelcy Amparo Donás y David Cuetecuto, Leider Cuetecuto !Allá está Clara! comunicación.

José María Insecá. y Lidia Mireya Embús. !Si, si, esa es Clarita!

Explicó que Los organismos de socorro esLa Unidad de Investigaciones , le gritó uno de los hasta el lunes tablecieron que más de 1OO persode la Fiscalía Seccional del Huila moradores de Belalpasado vivía en nas desaparecieron en las poblaciofue comisionada para recibir la ayucázar a otros vecinos Irlanda, vereda nes de Belalcázar y Tóez. da en especie con destino a los damque se encontraban a donde quedaba Ayer se conoció una primera nificados de las poblaciones más su alrededor, indaganel único Seminalista de 35 desaparecidos, de acuerafectadas, en la zona limítrofe con do por lo que sucedía rio Indígena del do con información suministrada el Cauca. en la otra orilla del país. Irlanda quepor sus familiares. Ellos son MaAyer en la tarde, la Policía desrío. Quien relataba lo dó prácticamente ría Elvia Cayapú, Lilián Amparo pachó alimentos, agua y varias planPuene, Edison Muelas, Luis Javier sucedido, era un homdesaparecida del tas eléctricas a la zona del desastre.

Cuene, Juliana Silva, Ilde Jeovanni Así mismo, fue desplazado personal bre de unos 55 años de mapa , relató.

Cuene Silva, Dora Lilia Cuene Silmédico y paramédico. edad, de facciones inMonseñor va, Gloria de Pavi, NN Pavi, Wilson Se informó que los sobrevidígenas quemadas por García comenFuental Aletamo y Juanita Calle. vientes de la tragedia, en la zona del el sol. El acababa de tó, además, que También, Jesús María Tombé Cauca y el occidente del Huila, durdescender de uno de otra de las poblaHurtado, María Angélica Pechene, mieron a la intemperie. los helicópteros de la ciones afectadas Florentina Tombé Pechene, Gladys Los líderes de los comités de Policía Nacional que era Tóez, vereda Angélica Tombé Pechene, Ligia emergencia locales pidieron ayer, a se aprestó a rescatar caucana donde Alexandra Tombé, Neyfi Alexandra través de radioaficionados, carpas, a los damnificados de funcionaba un Tombé, Faustina Puchien, Sabina frazadas, alimentos, drogas y linla avalancha del río colegio agrícola Cuene y Deissyi Campo. ternas. También solicitaron helicópPaez, desde temprapara indígenas.

Además, Luis Alfonso Muycué, teros para trasladar a los heridos a nas horas del martes.

Calculó que en Carlos Omar Muycué, Lubín Emhospitales y centros de atención.

Habíamos anuntotal unas ocho bús, Vicenta Calambá, Vicenta Yaciado la tragedia Prácmil personas se ticamente, la masa de encontraban a la barro que arrastró el intemperie y que río que recorre esta es posible que la cabecera municipal cifra de las víctiseparó a las familias mas se dispare si del pueblo. Unas se las autoridades no encontraban del lado lograban evacuar de la comarca. Otras, a quienes quedaen la montaña, agiron atrapados en tando una bandera las colinas bajas blanca, echa provide la montaña. cionalmente con una Ya habíacamisa. La distancia mos anunciado no permitía escuchar esta tragedia hace ni divisar con certeza cuatro años cuana quienes estaban de do ocurrió una uno o del otro lado avalancha mucho de la orrilla. Por eso, menor. En esa cuando este hombre época vinieron descendió del helimuchas comisiocóptero, la gente del nes de Bogotá y pueblo no escatimó en ZONA AFECTADA POR LA AVALANCHA / Gráfico Diseño Editorial / EL TIEMPO hasta hoy no llegó hacerle preguntas. nada de lo prometiContó que arriba (sobre la monta- no llega ni el Gobierno ni los medios do , dijo monseñor García. ña) estaban con él cerca de sesenta per- de comunicación sino cuando ocurren El hospital del pueblo quedó inutisonas, que todos durmieron a la intem- tragedias. Fue la sentencia de monse- lizado y de las casas cercanas al río no perie y que comieron lo que pudieron . ñor Jorge García, Prefecto Apostólico había ni rastros. El río Páez arrastraba Le pedimos a los medios de co- de Tierradentro. lentamente el barro que se apoderó de municación que nos ayuden a difundir Ayer el prelado estaba a la cabeza sus aguas. este problema, porque quedaron miles de los operativos para dar asistencia a Otra Omaira? Hacia las 3 de la de familias sin techo y por esta región los enfermos y cobijas y alimentos a tarde un señor repetía y repetía que

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había visto a una niña a unos dos kilómetros de la cabecera municipal que gritaba auxilio. Relató que la pequeña, de unos 9 años, estaba de pie e inmovilizada porque a su espalda estaba la pared de la montaña y al frente un cerro de tierra que le cayó del otro lado.

El propio morador se le acercó al candidato presidencial Andrés Pastrana, quien arribó en esos instantes, y le comunicó que la niña desde tempranas horas allí.

Pastrana ordenó al capitán de la aeronave en la que llegó ir al lugar donde presuntamente estaba la pequeña. Sin embargo, veinte minutos después regresaron con las manos vacías.

Al parecer, la avalancha se tragó la niña, según palabras del morador.

En Belalcazar no se veía despliegue de autoridades civiles. Si acaso la única persona del Gobierno Nacional que estaba al frente de los operativos era jefe de emergencias del Huila, Luis

Alfonso Albarracín, quien en su agenda llevaba el reporte de la tragedia.

Hasta el momento se cuentan 120 personas desaparecidas en Irlanda; 49 desaparecidos en Tóez y allí mismo veinte heridos. También sabemos que ya fueron enterrados seis cadáveres. El reporte provisional salió de sus apuntes.

Los pobladores comentaron que saben de la existencia de una alarma para estos casos de emergencia pero la tienen guardada. Al preguntárseles quiénes, contestaron que los que mandan en ese pueblo (las autoridades) a quienes no se les pudo preguntar porque estaban pasando el puente en Popayán.

Cuatro puentes destruidos Para normalizar el tránsito en cuatro vías afectadas por el derrumbe de cuatro puentes, el ministerio de Transporte concentró en Neiva y La Plata (Huila)

maquinarias y operarios para iniciar sus reconstrucción. Las carreteras y puentes fueron destruidos en las últimas horas por la avalancha del río Páez, en los departamentos del Huila y Cauca.

De acuerdo con el reporte suministrado por dos distritos de obras, cuatro puentes metálicos fueron arrasados por la creciente del río, dejando fuera de servicio las rutas La Plata-Valencia, Puente Nolasco-Nataga, LaberintoPaicol y La Plata-Belalcázar.

Para superar la emergencia en las citadas carreteras, el Instituto Nacional de Vías adecuará la carretera Cruce de Tesalia-Pacarní, aprovechando el desvío que existe en El Dave, para conectar las poblaciones de El Moral y Nátaga. Igualmente se utilizará la vía Garzón-Agrado-La Plata-Paicol para solucionar la intercomunicación con esta última población.▲

Confirman muerte de 78 personas

Avalancha sepultó a Irlanda y Tóez

La estela de muerte y desolación que hoy cubre varias veredas, inspecciones y corregimientos de los municipios caucanos Páez-Belalcázar, Toribío, Santander de Quilichao, Inzá y La Plata (Huila), entre otros, alcanzó a ser vista por algunos de los sobrevivientes de la tragedia que ayer dejaba centenares de personas muertas, desaparecidas y heridas. Una oscura y rauda nube de polvo, que bajaba de la Cordillera Central, le abrío el camino a la avalancha de lodo, piedras y árboles que bajó por los ríos Páez y Símbola.

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO, miércoles 8 de junio de 1994

A

l cierre de esta edición, la Policía confirmó la muerte de 78 personas, 44 heridas y la desaparición de las localidades de Tóez e Irlanda. Sin embargo, la Oficina para la Atención y Prevención de Desastres de la Presidencia de la República informó que oficialmente son seis las personas muertas, 12 desaparecidas y 34 heridas.

Entre las comunidades más afectadas están las inspecciones de Cohetando y Tóez y los corregimientos de Irlanda y Mosoco, del municipio de Páez; la inspección de Mondomo, jurisdicción de Santander de Quilichao; su similar de Usenda, en jurisdicción de Silvia; y la inspección Noanamito, del municipio de López.

Belalcázar, capital de Páez, también fue afectado.

Las estadísticas suministradas por el Departamento de Pla- Ruinas de lo que fuera la casa cural de la comunidad de Wila, Páez. Al fondo se observa parte de neación del Cauca señalan que las instalaciones de la escuela primaria/ Foto Alfredo López

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Panorámica del Seminario Indígena Páez, tomada desde la comunidad de Irlanda. El Seminario no fue tapado por la avalancha pero sus edificaciones fueron destruidas por el sismo / Foto Alfredo López

en Irlanda viven 302 habitantes; en La res de edad fueron internados ayer en das por tres menores como consecuenSímbola, 530, y en Toéz 980. el Hospital General de Neiva. cia de un alud. Otros dos menores muEl 70 por ciento de los caseríos de El general Roso José Serrano, rieron en el cabildo de Guambía.

Mosoco e Imbalá también desaparecie- comandante operativo de la Policía Entre las viviendas afectadas fueron por la avalancha, informó el gene- Nacional, dijo hacia el mediodía de ron reportadas 27 en Toribío, epicentro ral Carlos Humberto Pulido Barrantes, ayer a la cadena Caracol que tenía in- del temblor; cuarenta en Morales y 45 subdirector de Participación Ciuda- formación que en Tóez había cerca de en Mondomo. En esta última pobladana de la Policía, quien coordina la 64 muertos, 25 heridos y un número de ción, 62 casas quedaron totalmente operación de rescate y auxilio de esta desaparecidos no precisado. destruidas. institución desde Neiva.

El general Serrano agregó, adeLa situación es grave , le dijo el También desapareció un barrio más, que en lo que fue el caserío de mayor Carlos Espitia, uno de los pride 24 viviendas de Belalcázar, un blo- Irlanda no se observaban señales de meros pilotos que sobrevoló la zona de que del hospital local y el cementerio, vida. Allí, unos cincuenta sobrevivien- desastre, a la cadena Caracol. En las agregó Pulido Barrrantes. tes encabezados por el sacerdote Mario horas de la mañana, según el gobernaLos 65 kilómetros de la vía Tóez- García, director del seminario de Irlan- dor de Cauca, Temístocles Ortega, no Belalcázar-La Plata se encuenfue posible aterrizar en el munitran obstaculizado por el des- El rescate de los heridos y sobrevivientes se cipio de Páez. prendimiento de la banca en 12 El rescate de los heridos y sitios, la caida de dos puentes efectuaba en unos ocho helicópteros, cuatro sobrevivientes se efectuaba en grandes y cuatro pequeños. de ellos de la Policía, uno de la Gobernación unos ocho helicópteros, cuatro Además, las crecientes se llede ellos de la Policía, uno de la de Antioquia y el de Caracol. varon ocho pasos colgantes.

Gobernación de Antioquia y el Extraoficialmente se informó que da clamaban que alguien los rescatara, de Caracol. Sin embargo, el gobernaalgunos buses y sus pasajeros habrían pues la colina en la cual pasaron la no- dor Ortega pidió el envío de más aerosido atrapados, en las vías de la región, che se continuaba agrietando debido a naves, con la potencia necesaria, para por la avalancha de lodo y árboles de nuevos movimientos telúricos. realizar la difícil labor debido a las robles, encenillos y palmas de cera.

Treinta y dos de estas personas condiciones del clima, entre ellas las Un equipo de la Fiscalía trabajaba fueron evacuadas ayer por la tarde, se- fuertes corrientes de aire. ayer, en medio de las dificultades para gún información obtenida por la Red Las comisiones de rescate tienen desplazarse, en la identificación de los de Emergencia de la Liga Colombia- previsto iniciar hoy, en las primeras muertos. Entre los desaparecidos se na de Radioaficionados. Así mismo, horas, el rescate y la entrega de ayuencuentran cinco socorristas de la Cruz fueron puestas a salvo 16 personas de da a los sobrevivientes. Sin embargo, Roja Colombiana.

Tóez. su labor dependerá del buen tiempo, La cantidad de heridos tampoco En las veredas Palmar y Turminá. pues la nubosidad hizo que ayer en la había sido precisada anoche. Sin em- del municipio de Inzá, se confirmó la tarde se suspendiera esta labor por vía bargo, 36 de ellos incluidos 14 meno- muerte de una niña y las heridas sufri- aérea.▲

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Movilización nacional de apoyo a Belalcázar

El país se movilizó ayer para ayudar a los damnificados del Huila y Cauca. Desde distintos lugares fueron enviados cargamentos de medicinas, frazadas, alimentos y equipos médicos y de rescate. Los departamentos del Eje Cafetero se comprometieron a rehabilitar uno de los corregimientos arrasado por la tragedia del lunes. Antoquia construirá un campamento para albergar a unas 250 personas, anunció el gobernador Juan Gómez Martínez, después de una reunión con representantes de la gobernación, el municipio de Medellín, la Cruz Roja, Defensa Civil, Antioquia Presente, Comité Intergremial, Comité Metropolitano de Emergencia y la Liga Colombiana de Radioaficionados.

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO, jueves 9 de junio de 1994

G

ómez dijo que fueron desplazadas dos comisiones hacia la zona de emergencia para evaluar sobre el terreno la situación y definir el sitio en qué quedará ubicado y sus especificaciones. El campamento será por tres meses.

También se montará un centro de acopio de elementos de emergencia en el Centro de Operaciones del Programa Aéreo de Salud, en el hangar del aeropuerto Olaya Herrera, desde el cual se hará la recepción de implementos de primera necesidad y nuevos que se vayan entregando para las comunidades afectadas.

Así mismo, con el fin de apoyar las actividades de rescate, salvamento y traslado de personas heridas o afectadas se estableció un puente aéreo con apoyo de los helicópteros de la gobernación y dos aeronaves más que puso a disposición una empresa privada.

Fueron despachados 500 mercados y 400 láminas de teja cartón plast y el municipio envió ocho toneladas de alimentos.

Por vía terrestre los miembros de la Cruz Roja de Cali trasladaron varios carros cargados con provisiones para atender a cerca de 900 sobrevivientes del corregimiento de Mosoco (Cauca), una de las zonas afectadas con las avalanchas del los ríos Páez y Moras. Así mismo, diez socorristas y un jefe médico se desplazaron ayer a Toribío, en donde un temblor que se presentó hacia las diez de la mañana de ayer provocó el desplome de las construciones que habían quedado averiadas tras el fuerte movimiento telúrico del lunes.

Las ayudas para los damnificados se reciben en la sede de la Cruz Roja, en el barrio San Fernando y en la Fundación Solidaridad por Colombia en la carrera 26 número 6-56 de Cali.

Las necesidades prioritarias son alimentos no perecederos como granos y leche en polvo; también se requiere ropa, plásticos y mantas.

Una estación portátil de medición de sismos fue enviada ayer por el Observatorio Sismológico del Suroccidente (Osso) de Cali, para registrar los temblores que se presentan en la región.

El Osso también reparó en Silvia la Estación Sismologíca , averiada a causa del sismo, hecho que permitió detectar que en los últimos dos días se han presentado más de 1.300 réplicas en la zona.

Marino Yunda, gobernador del resguardo de Mosoco .

Esta es la carta, escueta y lacónica, enviada ayer a los gobiernos nacional y departamental por el gobernador de Mosoco, José Marino Yunda, luego de realizar un censo sobre los estragos dejados por la avalancha que bajó el lunes por el río Páez y varios de sus afluentes.

La misiva fue transmitida por la cadena Caracol.

Un parte trágico

La población de Mosoco desapáreció totalmente; no quedó ni una sola casa.

Las veredas aledañas como JORGE ELIÉCER CANO TORRES, uno de los Moras, Santa Marta, Ra- cruzrojistas de Páez, fallecido en el puente de La Símcuando acudieron a salvar las personas atrapadas paló, San José, La Hoja, bola en un derrumbe / Foto archivo IMÁGENES DE PÁEZ Pitancó, Icabuyo, Lame, Guapel y Chinos han sido también tremendamente azotadas. En el mo- SOLIDARIDAD LIBERAL La Dirección Nacional del Partido mento tenemos un reporte de cincuenta muertos oficialmente y un Liberal lamentó ayer el desastre ocuen Cauca y Huila, luego de los gran número de desaparecidos. Por rrido movimientos sísmicos y la avalancha favor pedimos auxilio porque esta- del río Páez. mos incomunicados con Belalcázar Los liberales se solidarizaron con y no quedó carrretera Mosoco-Be- los damnificados de la tragedia e invilalcázar. De Moras a Silvia hay vía, taron a todos los colombianos a dar su pero faltan víveres, drogas, carpas apoyo para las personas que sufren los frazadas y ropa. Atentamente, José rigores de la naturaleza. ▲ -57-

Una avalancha de desorden

En Belalcázar, Mosoco y sus caseríos vecinos -en donde hace tiempo científicos pronosticaron una tragedia- no ha cesado de llover un instante. Y la amenaza de nuevas crecientes en los ríos Paéz y Simbolá continúa ahí como un sino pavoroso. Indígenas paeces semidesnudos, congelados y hambrientos y campesinos pobres -en un número indeterminado, únicos sobrevivientes de toda una familia- esperan frazadas, alimentos, medicinas y una asistencia que aún no llega..

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO, jueves 9 de junio de 1994

L

a lluvia a cántaros sólo ha hecho más evidente la tragedia. Cientos de damnificados claman por agua, antes que por comida o ropa, pero no hay una olla en donde recolectar agua lluvia para tomar.

Algo más de 48 horas luego del sismo, con epicentro en Toribío (Cauca), la falta de coordinación entre entidades del Gobierno, organismos de ayuda humanitaria y socorristas voluntarios, no ha permitido una asistencia oportuna a centenares de damnificados. según han testificado hasta por las cadenas radiales varios afectados.

De la Oficina de Prevención y Atención de Desastres nadie da razón en Belalcázar y en Mosoco, aunque el Presidente César Gaviria y un cuarto de su gabinete estuvo Desde el miércoles 8 de junio se inicia el éxodo de paeces hacia otros lugares de la geografía colomen la zona epicentro del de- biana; lo importante es encontrar un lugar seguro. / Foto Periódico EL TIEMPO sastre. Las gentes acuden báhan estado desde el martes en tareas de tir de hoy a las 8 de la mañana. Entre sicamente a la Policía, pero la ayuda sigue siendo precaria , verifi- rescate y evacuación de víctimas, pero tanto la hambruna y la desolación han có personalmente un periodista de EL únicamente hasta ayer llegaron avio- marcado la pauta. Y ha sido así por nes de la Fuerza Aérea Colombiana y muchas razones.

TIEMPO en la zona.

En la mañana de ayer, cuando un En Belalcázar la gente sigue dur- aeronaves de la Patrulla Aérea de Resmiendo a la intemperie, en carpas que cate. Por desgracia, solo un helicóptero funcionario de la Patrulla Aérea se coha improvisado y ha ido ampliando la de la Gobernación de Antioquia traía municó con la Oficina de Prevención y Policía, a medida que los helicópteros víveres y frazadas, según se informó Desastres y explicó que 25 aeronaves privadas y personal especializado esrescatan de diversas zonas a los damni- desde la zona de la tragedia.

Y es que apenas ayer, en las prin- taban en Guaymaral listos a colaborar, ficados. Paradójicamente, en medio de desastre, éstos se han convertido en un cipales ciudades del país, por cuenta toda la respuesta que recibió fue que no de entidades privadas, empezaban a se sabía de la existencia de ese cuerpo. grupo de privilegiados.

Una mujer que en Medellín salió Hay un número incierto de grupos compilarse recursos para atender la humanos diseminados en más de 60 ki- tragedia. La Fundación Matamoros D temprano en la mañana para adquirir lómetros a la redonda de la zona de la Costa, Solidaridad por Colombia y el 2 cobijas y algunos tarros de leche en tragedia (municipios caucanos de Páez, City Bank, entraron en contacto con la polvo tuvo que llamar a una cadena Belalcázar, Toribío, Santander de Qui- Policía para que ésta se hiciera respon- de radio solo para denunciar que en la Cruz Roja nadie le había querido recilichao, Inzá y La Plata, del Huila). La sable de la asistencia.

Ayer en la noche, según el Ejérci- bir la asistencia que llevaba. atención a las víctimas se ha concenAnte la incertidumbre sobre los trado en las poblaciones de Belalcázar, to, habían 17 toneladas de alimentos, Tóez y Caloto a donde poco a poco han medicamentos, polietilenos y carpas, sitios de recolección y las agencias en Bogotá, Medellín y Cali. Pero esa oficiales responsables de coordinar trasladado a los damnificados.

Siete helicópteros de la Policía ayuda sólo empezará a llegar a par- las tareas de rescate, a las 9:30 de la

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mañana. La firma Thomas de la Rue y hoy se organice el rescate de otros bién, pilas, linternas, velas, elementos tuvo que hacer pública su disposición damnificados y el oportuno suminis- de aseo personal, machetes y piola.

Entre las entidades que reciben de recibir ayuda en cualquiera de sus tro de asistencia-, lo único cierto es sucursales y lo propio hizo la cadena que según un oficial del Ejército en la la colaboración de la ciudadanía eszona: Faltan helicópteros y ayuda para tán: Oficina de Atención y prevención radial Caracol. de desastres. Sede de Corferias. Cruz Mientras tanto, en Belalcázar y aumentar la cobertura... .

Y es que hasta oficiales de la Po- Roja Colombiana Avenida 68 #66-31.

Mosoco, los periodistas de radio poFondo de solidaridad, Presidencia nían al micrófono a niños que decían licía admiten que el balance parcial haber recibido un pan como único de- -110 muertos, 212 desaparecidos, 51 de la República, Teléfonos 2843300 sayuno y a hombres que habían pasado heridos y 1.353 damnificados- es ex- Ext 3578 y 2819899 fax # 3371386.

Defensa Civil Calle 55 10 46 la noche en la intemperie, sin probar cesivamente modesto. Anoche un heun solo alimento desde el lunes a las licóptero avizoró otra vereda destruida 2122700.

Fundación Solidaridad por Co3:53 minutos de la tarde cuando la ava- y apenas descubierta. Allí hay 30 o 40 muertos y 32 familias desaparecidas , lombia Cra. 6A #86A38 2566829 lancha lo aplastó todo.

2567810 y sede Patio Bonito Calle 38 El caos de la tragedia Ayer en la dijo un testigo.

Quiere ayudar? A las 11:49 de sur #93-40 tel 2656565. tarde, Juan Manuel Uribe, asesor del Ejército Nacional teléfono Director de la Oficina de Prevención ayer, mientras el presidente César Gay Atención de Desastres, admitió a viria anunciaba que la prioridad era 2222737.

A nombre de los damnificados inEL TIEMPO, que hasta las 5 p.m. ese garantizar que las víctimas de la avadespacho no tenía siquiera una bodega lancha obtuvieran los alimentos, aten- dígenas se abrió en el Banco de Bogotá para recibir los alimentos y la ayuda ción médica y alojamiento y desechó, sucursal Las Aguas la cuenta No. 021recolectada por organizaciones priva- por ahora, la ayuda internacional, gran 06327-9.

En la sede de la Onic, Organidas. zación Nacional Indígena del CauSegún Uribe el terremoto nos ca 3423054. Fax 284 34 65 o al tomó por sorpresa y si los datos báCRIC. Tels. 283 19 29 ó 286 65 59. sicos acerca del número de muerPatrulla aérea. Aeroclub Guaytes difiere de los que han dado los maral tel. 6760964. medios de comunicación es porque Adicionalmente, la Policía Nanosotros debemos dar datos oficiacional inició ayer una campaña de les comprobados . solidaridad para recepción de meEn lo que hace a la falta de dicamentos, ropa y otros elementos coordinación, entre tanto, Uribe repara ayudar a los damnificados por conoció que hasta el martes la hubo la avalancha registrada el pasado pero que dijo que ayer ya estaban domingo en las diferentes localidatodas las fuerzas de socorro unifides de los departamentos de Cauca cadas. Reconoció, además, que nos y Huila. hizo falta establecer un puesto de La campaña, rotulada bajo el mando organizado para centralizar nombre de Solidaridad Policía Nala información . cional-Comunidad de los DamnifiUribe explicó a la vez: La lacados del Cauca y Huila, empezó a bor nuestra no es de ejecución de funcionar ayer con la instalación de cosas, ni de atención de emergenun centro de recepción de ayuda en cias, en el sentido de que nosotros la escuela de cadetes General Sanno tenemos que atender heridos. tander.

Nuestra labor es de coordinación .

Otros puestos de recepción de Con respecto a las quejas de elementos también fueron instalala Patrulla Aérea dijo que no sabe si su director se comunicó con al- Las tragedias hacen llorar hasta el más fuerte. Imagen dos en las estaciones II, XIII y en guien de la Oficina de Prevención y del popular Yalo Velasco Palomino, todo un prsonaje la dirección general de esa instituen Tálaga, que no disimula su dolor ante el fotógrafo. ción. La Policía ordenó, además, a aclaró que con él no ha sido. los comandos de departamento del EL TIEMPO habló con un vo- / Foto AFP El País cero de la Patrulla Aérea y éste dijo cantidad de entidades ofrecían servir país adecuar centros para recibir drolacónicamente: nos ha tocado trabajar de intermediarios entre las personas gas y ropa.

En desarrollo de la campaña, la solo pero no vamos a entrar en discu- que ofrecían sus donaciones y las vícsiones. Igual opinaron las directivas de timas Entre los elementos que se re- Policía abrió la cuenta No. 050-07002quieren con mayor urgencia son: los 8 del Banco Ganadero, sucursal CAN, la Cruz Roja.

De otro lado, Uribe precisó que sacos de lana, camisetas, pantalones de para que la ciudadanía deposite allí rela alarma existente en Belalcázar tenía dril o algodón, medias, botas de cau- cursos económicos para auxiliar a las por objeto controlar erupciones volcá- cho pantaneras y de cuero de amarrar, víctimas de la avalancha.

La campaña cuenta con dos líneas nicas y aseguró que la única forma de pañales desechables, ruanas, mantas, de solidaridad [2222100 y 980010112] evitar una tragedia como la sucedida el ropa de cama y toallas.

Otros elementos requeridos por para que las personas que deseen colalunes es mejorando las condiciones de la población son: utensilios de cocina, borar se comuniquen a fin de que revida de los pobladores de la zona.

Por lo pronto -mientras se espera como ollas medianas, cucharas, cu- cepcionar las ayudas.▲ que exista una coordinación central biertos, sartenes, platos y tasas, tam-

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Primera lista de desaparecidos

Las identidades de 84 personas desaparecidas y 13 heridas en tres poblados caucanos fue suministrada ayer por la Cruz Roja del Valle del Cauca y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). En la vereda La Símbola se encuentran desaparecidos Cecilia Gutiérrez, Emma Penagos, Liliana Gutiérrez, Carmén Díaz, Flor Díaz, Elvira Díaz, Janet Dorado, Jorge Cano Torres, Alvaro Plazas, Luis Ledezma junior, Norma Otero Gil, Francisco Javier Castro, Benjamín Sánchez, José Vicente Escobar, Eladio Vargas, Benjamín Pardo, José María Hurtado, Hoober Gutiérrez, Faustina Muñoz, Manuel Muñoz, Janet Arango, Manuel Armando Pito, Hernán Andrade, Juan Cumbichique, Mario Muñoz, Y tres personas N.N..

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO, jueves 9 de junio 9 de 1994

E

n el reguardo indígena de Tóez están desaparecidos Gloria Quintero, Javier Apio, Carmén Rosa Martínez, Cristián Chávez, María Teodora Muelas, Elizabeth Triana, Alvaro Valencia, Juan Carlos Chávez, Juana de Yacuechime, Carmén Via, Maricel Via, Mabel N.N., Nubia Gutiérrez, Nubia Penagos, Ines Dorado, Herney Dorado, Fredy Perdomo, Flor Via, Rebeca Pencué, Lándiz Blanco, Ramiro Camacho, Himilda Gutiérrez, Leonar-

do Jorge, Justiniano Piñacué, José María Tombé, Angelica Pechené, Laurentino Tombé, Ignacio Tombé, Arcadio Tombé, Casilda Tombé, Leonor Trujillo, Severo Occa, Ligia Visus, Parmenio Occa, Arbey Occa, Jhon Jairo Gómez, Miller Medina.

Reinaldo Medina, Diego Medina.

Y un N.N. En la verda Moras, cerca a Mosoco, están desaparecidas Sara Mulcué, dos niños de apellido Perdomo, Elsa Tumbo y dos niñas,

Florinda Basto, Rosa Elvira Tumbo y una niña, Ventura Chávez, Tulio Menza, Rodrigo Cuene, Isabel Tenorio y Juan Vivas De otro lado, resultaron heridos en Tóez Ismenia Embus, Nelly Rivera, Alvaro Valencia Collo, Luis Tejada Hurtado, María Angel Rivera, Felisa Altillo, Jesus Usuriaga, Monica Milena, Lucía Eugenia Meneses, Bernabé Quintero, Fabila Petete, Melida Valencia, Daisy Lorena Petete.▲

“Es peor de lo que pensé”, Gaviria

Cuentan quienes se desplazaron en el helicóptero presidencial hasta la zona del desastre ocasionado por la avalancha del río Páez, que el presidente César Gaviria quedó impresionado cuando empezó a divisar desde el aire la magnitud de la catástrofe. Esto es peor de lo que dicen las noticias, le comentó a uno de sus colaboradores mientras abajo un grupo de personas no dejaba de agitar una bandera blanca.

Por: ERNESTO CORTÉS - EL TIEMPO jueves 9 de junio 9 de 1994

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inutos más tarde, acompañado de su médico personal, los ministros de Gobierno Fabio Villegas y de Defensa, Rafael Pardo; el director de la oficina para la prevención de desastres, Omar Cardona y el comandante de las Fuerzas Militares, general Rmón Emilio Gil, arribaron a un sitio despoblado entre Irlanda y Belalcázar, dos de las poblaciones más afectadas por la ira de la naturaleza.

Gaviria dialogó con algunos de los habitantes de la región, quienes presurosos salieron a su encuentro para hacerle una reseña de lo ocurrido: que eran damnificados -le dijeron- que acababan de ser trasladados hasta la zona, que ya habían sepultado a nueve personas, que hacía mucho frío y que se encontraban totalmente aislados y con hambre.

El Presidente les dijo que el Gobierno ya estaba actuando para atender las necesidades más urgentes de los afectados, pero que la reconstrucción de la zona iba a ser la parte más difícil. Luego, cambió de helicóptero y dejó el suyo para que pudieran transportarse algunos damnificados de la zona.

Más tarde, Gaviria ofreció una rueda de prensa en el aeropuerto La Manguita, Neiva, en donde hizo un balance de lo ocurrido. Realmente no alcanza uno a imaginarse cómo en pocas horas pueden producirse avalanchas de este tamaño - dijo-.

Toda la infraestructura regional quedó destruida y hay muchísimos damnificados a los cuales se le ha dado alguna atención, pero estoy preocupado porque pienso que estamos obligados a darle una mayor -60-

protección .

Gaviria ordenó igualmente a sus ministros de Gobierno y Defensa que permanecieran en la capital huilense, a fin de coordinar las tareas de asistencia del Gobierno y prometió que hoy volvería al lugar.

De lo que se trata es de garantizar que vamos a dar todo el apoyo necesario para que los damnificados estén mejor atendidos por parte del Estado , indicó.

El Primer Mandatario agregó que es tal el estado de ánimo de las personas que no hay con quien hablar de reconstrucción. La atención en estos pocos días es la de garantizar que la gente tenga campamentos, comida y atención médica , precisó.

Insistió que el proceso de reconstrucción va a ser costoso y dijo

que hay lugares en donde la gente no quiere volver a vivir. Anunció que el Gobierno brindará subsidios de vivienda a todas las personas damnificadas pero no podemos distraer a la gente con eso, la gente tiene pánico aún y apenas estamos instalando campamentos y brindando atención médica; dentro de unos días estaremos hablando de la reconstrucción , precisó.

A la zona afectada también acudieron ayer el candidato presidencial Ernesto Samper y su esposa Jaquin, quienes llevaron mantas, comida y carpas para las personas que lo perdieron todo.

También estuvo presente el exaspirante Antonio Navarro Wolff y su compañero de fórmula Jesús Piñacué, quien es oriundo de la región y cuya comunidad indígena, la Páez, fue la más afectada en esta nueva tragedia.▲

Incomunicadas quedaron muchas poblaciones porque todos los puentes de la región fueron arrastrados por las enfurecidas aguas Las gentes de Páez hacen “cola” para iniciar su evacuación, no importa para dónde, lo importante es salir de la zona porque el riesto sigue siendo inminente / Foto Alfredo López.

La tragedia del río Páez sigue viva

A los paeces todavía les duele la avalancha del pasado 6 de junio. Su tragedia sigue viva, pese a que la mayoría de ellos han sido reubicados y han contado con respaldo del Gobierno y las organizaciones comunitarias..

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO Febrero 6 de 1994 - Ocho meses después de ocurrida la tragedia.

P

ara los habitantes de Páez (Cauca) el drama se hace inolvidable ante la visita diaria de los helicópteros y de las comisiones de apoyo, que deben utilizar este medio de transporte debido a que la región sigue incomunicada.

Allí residen unas 20 comunidades que agrupan a cinco mil personas, de los cuales, tres mil son menores de edad.

El envío de suministros que se coordina desde Neiva y La Plata -por proximidad-, siguen llegando como el primer día: por aire.

Dos helicópteros de la Oficina de Atención y Prevención de Desastres de la Presidencia de la República llevan a la zona del desastre y a los albergues de reubicación, 130 toneladas de alimentos, cada semana.

Según los contratistas que realizan los trabajos de rehabilitación

de la carretera, este objetivo se demora por lo menos otro mes, porque las obras están retrasados y el Ministerio de Defensa no ha dado los permisos para la compra y el transporte la dinamita requerida para la demolición de algunas rocas.

En la región se han construido los puentes de Los Angeles, Itaibe, Nolasco, Juntas, Ricaurte, Guadualejo y Coetando, todos militares, pero todavía falta otro tanto.

Hasta el momento, llegar a esa región del Cauca desde el Huila, es imposible, porque la carretera no está habilitada.

Sigue el aislamiento Después de ocho meses de la tragedia, las comunidades que siguen aisladas son: Simbola, Casas Viejas, Vicaninga, Tálaga, Monte Cruz, Vitoncó, La Troja, Lame, Cuartel, Cabuyó, Pataló, Mosoco, Moras, Escaleretas, Novirao, El Colegio, La Mesa de Caloto, Suim, La Cruz, Irlanda y -61-

Tóez entre otros.

A esas regiones, dicen los indígenas, han regresado unos mil paeces y existe preocupación porque en la zona, el riesgo es inminente.

Las obras que se han construido no son definitivas. Las recomendaciones de expertos estadounidenses y de Ingeominas preocupan a la comunidad.

Esos informes indican que el río cambió de cauce y en la zona persisten los deslizamientos de tierra, lo que indica que la avalancha sigue siendo una amenaza, y que la única forma de evitar una nueva tragedia es desalojando el lugar.

Esa condición es la que servido para justificar la reubicación de centenares de familias. Durante los primeros ocho meses La Fundación Nasa Kiwe, dice haber solucionado parcialmente el problema de la tierra para los paeces. Existen más de 20 albergues construidos por el

Minuto de Dios, en zonas que no representan riesgo, pero que siguen aisladas. Algunas familias se encuentran en fincas donde además, en octubre pasado fueron trasladados los indígenas que permanecieron cuatro meses alojados en albergues de Neiva, La Plata y Popayán.

Al aire libre Ocho meses después de la tragedia, la cara de los indígenas y mestizos es de preocupación e incertidumbre, pues viven al aire libre. Duermen en carpas en grupos de hasta diez personas.

Sin embargo, muchos de ellos prefieren vivir así que regresar a la zona de riesgo.

Un indígena y un mestizo de Irlanda, que se encuentra en la finca San Vicente, a hora y media de La Plata, asegura que están mucho mejor a pesar de que no hemos repartido los terrenos y no hemos construido las casas para estar como antes .

De momento los indígenas, todos, hombres, niños y mujeres dejan escapar la sonrisa que mostraban antes de la avalancha. En jornadas que van de 6 de la mañana a 5 de la tarde, se dedican a la agricultura, bajan

Vista aérea de Belalcázar / Foto EL TIEMPO

al río para llevar arena y piedra que servirán a sus construcciones o sencillamente alistan los potreros para el ganado.

Los paeces están en tres fincas del Huila, a menos de dos horas de La Plata y en las montañas del Puracé, en el Cauca. Los terrenos suman 2.500 hectáreas y los propios indígenas creen que en la repartición les tocará entre seis y diez hectáreas por familia.

De acuerdo con las estadísticas suministradas por el improvisado hospital de Belalcázar, en los últimos meses se han presentado 5.000 casos de personas enfermas por diarrea y dificultades respiratorias.

En la zona aislada, cinco médicos de Popayán cumplen su año rural al servicio de los paeces. Se estima que han atendido a unas 3.000 personas.

Lo que queda El Instituto Nacional de Vías, cree que antes de junio se dará paso hacia la zona incomunicada.

Una vez se pueda llegar a la región, los suministros serán repartidos por vía terrestre.

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EL TIEMPO conoció que la Oficina de Atención de Desastres de la Presidencia ha solicitado a Nasa Kiwe, y estos a los coordinadores de albergues, mermar los suministros.

Las ayudas serán retiradas en breve, pues los indígenas ya están en 90 por ciento reubicados. De ese porcentaje, la mitad de los damnificados quedó reubicado en tierras opitas.

Albergar a los paeces en el Huila le costaba menos plata al Gobierno Nacional y la Coorporación Nasa Kiwe. Una hectárea en Caloto (Cauca) por ejemplo cuesta hasta 18 000.000 y en tierras huilenses, exactamente en la zona limítrofe, entre 800.000 pesos y 1 000.000 de pesos.

En el Huila las opiniones sobre el manejo de la tragedia y la asignación de territorios para los paeces en la región están divididas. La próxima semana serán reubicadas a 18 kilómetros de La Plata unos 250 mestizos que se hallan en la Escuela de Bellas Artes y en el Bienestar Familiar de ese municipio. ▲

Murieron cumpliendo su deber Tras conducir hasta un lugar seguro a un grupo de monjas y a varios alumnos de la Normal Superior de Belalcázar, Luis Hernando Ledezma, director local de la Cruz Roja, y otros siete socorristas entre ellos dos mujeres fueron sepultados el lunes por la tarde por la avalancha del río Páez. El rescate de sus cadáveres, hasta ayer, había sido imposible, pues los socorristas fueron arrastrados por miles de toneladas de barro. Ledezma era acompañado por Fanny Muñoz, de 33 años; Norma Sibelly Otero Gil, de 25 años; Francisco Castro Vargas, de 20 años; Benjamín Pardo Vargas, de 33 años; Jorge Cano Torres, Eladio Vargas y Humbero Valencia Ceballos.

REDACCIÓN NACIONAL - EL TIEMPO, jueves 9 de junio 9 de 1994

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inutos después del fuerte movimiento telúrico, Ledezma y sus compañeros se dirigieron hacia la Normal para trasladar a los niños de ese centro educativo hasta la plaza central. Los pequeños lo siguieron hasta el parque, en donde Ledezma hizo megáfono en mano varios llamados de precaución y convocó a la comunidad para que se reuniera frente a la Prefectura Apostólica. En esta labor también colaboró monseñor Jorge García Izaza, prefecto apostólico de Tierradentro.

Unos minutos después, los ocho socorristas decidieron ir a auxiliar a las personas que vivían en las riberas del Páez. En una camioneta Luv, conseguida de urgencia, se dirigieron hacia ese lugar.

Mi papi se devolvió para llevar su cámara , recuerda Carola Angélica, la hija mayor de Ledezma. La primera parada de los ocho socorristas fue en la Policía, en donde los agentes les solicitaron prudencia, que esperaran, pero ellos insistieron en la urgencia de constatar que había pasado.

Al pasar por el hospital, recuerda el vigilante, el socorrista Jorge Cano Torres le recomedó que sacara a los enfermos del centro asistencial. Además, empezaron a alertar a las personas que vivían a la orilla de la carretera en proximidades del río.

Hasta este sitio hay datos precisos sobre el recorrido de los socorristas. Posteriormente, una campesina dijo que vio cuando la camioneta fue arrastrada por la avalancha.

Se fue Belalcázar Ledezma, de

37 años, era natural de Popayán y estaba casado con Piedad Cano Torres, secretaria del Hospital San Vicente de Paul de Belalcázar. De este matrimonio quedan las niñas Carol Angélica, Ana María y la última de sólo diez meses, quien será bautizada como Alejandra. Ledezma tenía un almacén de tarjetería y como su padre, Luis H. Ledezma colaborador gráfico de EL TIEMPO poseía su propio estudio fotográfico. Yolanda Cano, cuñada de Ledezma y sobreviviente de la tragedia, contó que todos los habitantes de Belalcázar oyeron los gritos de quienes estaban arriba en La Mesa, un lugar alto situado detrás de la Prefectura.

Nos gritaban que se veía venir un humo, que era el Nevado .

Entonces, todo el mundo empezó a correr hacia la loma. Unos iban llorando y otros en el mayor desespero. Entre ellos fuimos trepando y empujando a mi mamá Elvia, y cada vez que miraba el humo se veía más cerca.

El ruido era horrible, impresionante, y vimos cómo la avalancha iba acabando con todo lo que encontraba en su camino. Allí comenzó el pánico que se mezcló con los llantos, súplicas, clamores, desespero y la impotencia de ver cómo se iba parte de Belalcázar, recuerda Yolanda.

Cuando alcanzamos la cima de La Mesa, vimos que en los cerros de los Quince Negros y San Miguel la gente corría buscando refugio. Y para colmo de males cuando estábamos arriba volvió a temblar, pero ya no teníamos a dónde ir. Así pasamos la primera noche, amontonados en tres casas dijo Yolanda.

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Luis Hernando Ledezma Paruma, fotografía regalada por su padre a José Vicente Escobar Castañeda / Foto Luis H. Ledezma -`padre

HISTORIA DE UNA FOTOGRAFÍA

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l viernes 10 de junio, José Vicente Escobar quien se había salvado albergándose en Peña Orqueta, fue llevado en helicóptero hasta la población de Inzá. Allí, don Luis Hernando Ledezma el papá de Luis H. Júnior quien preguntaba por su paradero mostrando una fotografía suya, se enteró de su presencia y lo buscó entre todo el grupo de rescatados.

Al tenerlo frente a frente, le preguntó abiertamente por la suerte de su hijo.

José Vicente, con la incertidumbre de tener que darle una noticia nada alentadora, le dijo: “Señor Ledezma, a su hijo lo vimos por última vez en el puente de La Símbola antes de pasar la avalancha. Él está muerto”.

Al señor Ledezma se le aguaron los ojos. “No lo busco más, mi hijo está muerto”, dijo y le entregó a José Vicente la fotografía. “Guárdela de recuerdo que yo me voy”.

Vicente, a quien la muerte lo persiguió durante varios minutos y tiene un recuerdo imborrable de esta fecha, ha guardado celosamente la fotografía durante 20 años, hasta ahora que nos la ha compartido para esta revista.▲

Fue tensa, pero la segunda fue peor porque si bien la gente subió provisiones, toda la noche hubo réplicas del terremoto, unas mas fuertes que otras. Allí se armaron carpas y cambuches, entre rezos y cántos religiosos, mientras esperábamos que amaneciera porque no dejaba de llover.▲

TESTIMONIO. Un sobreviviente cuenta cómo escapó de la avalancha

la gente ni los de la Cruz Roja.

El río Páez estaba devolviendo hacia arriba el río Símbola en donde nosotros estábamos. Lo A Vicente Escobar todos en Belalcázar lo dieron por muerto. Hasta los devolvió como 15 kilómetros. propios paeces, con los que debió vivir aislado durante tres días, creye- Nosotros íbamos por el medio los dos ríos, por el lado deron que se trataba de un espanto que había salido del fondo del cañón de recho estaba la avalancha en el del río Páez, después de la tragedia. Y él, sólo el viernes pasado cuando Símbola y por el izquierdo badescendió de un helicóptero de la Policía en Belalcázar, se sintió vivo jaba la del Páez que a ratos se otra vez. Y es que Vicente Escobar, aferrado con las uñas a la tierra se quedaba quieto y al ratico volvía la avalancha. salió de las garras de la avalancha y, luego, cuando creyó que estaba a a bajar Oíamos gritar auxilio, ayúsalvo, la tierra estuvo a punto de tragárselo. Este es su testimonio. denos! para el lado de la escuela de Guapio, pero qué podíamos Por Míller Rubio - Enviado Especial de EL TIEMPO, domingo 12 de junio de 1994 hacer nosotros si ya otra vez nos estaba alcanzando.

Cuando creímos que nos habíamos salvado empezó a abrirse la tierra porque en ese lado estaba todo reventado, para donde corríamos la tierra se nos abría.

Ahí nos dimos ya por muertos.

Nosotros brincando para un lado y para otro.

Ya nos estaba cogiendo la noche y de la desesperación me perdí de Chepe y me volví a buscarlo, lo vi que estaba sacando con un lazo a unas señoras de una grieta y le ayudé. No sabemos si ellas se salvarían porque nosotros las sacamos y seguimos corriendo.

Llegamos a un sitio que llama Monterrey y encontramos gente que estaba bajando que dizque querían venirse a atravesar el río. Nos dijeron: “noVicente Escobar vio a sus compañeros de la Cruz Roja en el puente de La Símbola por última vez sotros nos bajamos porque eso / Foto Periódico EL TIEMPO está temblando mucho por allá uando tembló yo me encontraba avalancha encima y volteamos a mirar arriba”.

Los convencimos y los reunimos con mi familia aquí en Belalcázar, a los de la Cruz Roja.

Chepe me gritó “!Vicente, la ava- en la casa del señor Eugenio Cuene y en el barrio Panamericano, vi cuando la loma frente al pueblo se vino, nosotros lancha!” El agua del río Páez nos chis- allá fue que hasta el jueves nos pudienunca creíamos de que fuera una ava- peó, entonces nos metimos por el ca- ron rescatar. Yo estoy vivo ahorita que lancha. Entonces salí al parque porque ñón del río Símbola, íbamos subiendo llegué a Belalcázar, mientras no estuya la Cruz Roja andaba buscando vo- cuando la avalancha nos salió bajando viera aquí no me consideraba vivo porluntarios para ir a rescatar unos seño- por ahí de la montaña. Nos pegamos a que en cualquier momento, así como res que habían muerto en el Cañón del un sitio en donde uno no tenía de don- está temblando, esa loma se venía porque allá estaba todo agrietado. de agarrarse.

Símbola.

Estábamos en un plancito que esNosotros arañando la peña por Fuimos con el profesor Chepe Hurtado. Adelante iban los de la Cruz Roja. donde pudiéramos. Llegó un momento taba sostenido por una roca, eso era lo Iba el carro de Mauricio Rodríguez, un en que Chepe me dijo “Vicente, yo... que nos estaba teniendo, pero donde Willis negro, una Mazda roja de Daniel recemos porque aquí ya morimos!”, eso al frente se nos fuera bajámabos Valencia. Cuando los pasamos recuer- le grite “hagámosle”, nos echamos un con ellos o si se nos reventaba lo de do que iban tres de la Cruz Roja y el Padrenuestro, un Avemaría y el agua atrás nos bajaba hacia el cañón.

Allá escuchamos en la radio que conductor, Jorge Cano, esta muchacha ya estaba cerca de nosotros. A mí me estaba arrastrando y yo agarrado de la éramos muertos. Los paeces escuchanOtero, otro y el conductor.

Pasamos el puente de La Símbo- pura tierra para salirme. Sinceramente do noticias nos decían: “no, pero miren que ustedes están muertos” y les la, que es como de 60 metros, y vimos yo no sé cómo estoy contando esto. decíamos “no, nosotros no estamos que un poste de Telecom se estaba mo- La tierra se abría muertos, tranquilos que aquí estamos viendo, entonces le dije al profesor: Cuando subimos un poquito mira- vivos, ustedes saben que estamos vi“Chepe, no nos metamos que todavía está temblando”. Fue cuando vimos la mos y no había nada de las casas ni de vos”. Y de todas formas allá teníamos la vida prendida de un hilo. . .▲

“Ustedes están muertos”

C

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Solo fantasmas quedaron en Páez

Solo un caballo se asoma por la destruida calle que da a la escuela de Tóez, ese pueblo blanco y verde que era como un faro en la Cordillera Central. Entre muros, estantes y pupitres caídos, reposa hace ocho días una campana sobre una banca de madera. En medio del desorden también hay una grabadora nueva, libros y un cofre de hostias. En las paredes un letrero reza en paez: Tyaa Ma we jycaatee eytey minuwe (Hagan lo que él diga, Juan 5). Unas siglas, además, recuerdan la presencia de la guerrilla.

Por José Luis Valencia – EL TIEMPO, jueves 16 de junio de 1994

E

l silencio y el miedo son como este amanecer en la tierra de los paeces. Es lo mismo que se siente ahora en una veintena de caseríos asentados en la margen izquierda del río Páez y que fueron cubiertos por el lodo al atardecer del lunes 6 de junio. Una mancha de tierra reseca por el sol de los últimos días, oculta casas, iglesias, calles, animales, cultivos y a cientos de personas. Todo es como si ya hubiera regresado el olvido.

Ayer, el ronroneo de los helicópteros fue pocas veces más allá de Belalcázar, en donde proseguía la evacuación de damnificados. Las calles de esa cabecera municipal intentaban volver a su normalidad, pero se notaba que muchos emigraron por lo menos hasta que deje de tem- Panorámica del sitio donde estuvo ubicada la población de Tóez; al fondo la carretera que conduce blar. “Yo sí no me voy porque a la vereda de Taravira y en primer plano las instalaciones del Centro Indigenista. Tóez fue comBelalcázar está vivo”, dice pletamente borrado del mapa por las avalanchas de los ríos Páez y San Vicente / Foto EL TIEMPO en cambio don José Escobar, sumar cuatro mil hombres en la aten- a que no ha pasado una noche sin un mientras que extiende un ción de la emergencia. Hoy, ellos deben remezón de la tierra. “Vamos a quedarcafé sobre costales de fique.

Y parece cierto porque radio Eu- pensar en la cita dominical de elección nos, pero lo que sí pedimos es que no se olviden de regresar porque la comida cha, silenciada por un daño una sema- presidencial.

El campamento de Caloto, una es muy escasa y aquí nunca ha venido na antes de la avalancha, volvió a sonar. Mientras que Francisco González cancha de fútbol en donde estuvieron un médico”.

A partir de ese caserío no hay nada (Quintero) prepara, en esténcil, el nú- reunidos más de 1.500 afectados por la mero noventa del semanario El Ciuda- avalancha, está vacío. Al anochecer del más que silencio. Desde la meseta de domingo culminó el desalojo contrarre- Tóez queda a la vista un cañón desierto dano. el que bajan las aguas cafés del yu En La Torre, parte alta del muni- loj de ese lugar situado en zona de alto por Páez (río grande). De vez en cuando la riesgo. cipio, permanecen unas 400 familias, Unos diez grupos de personas montaña arroja rocas. Es lo único que algunas de las cuales ni siquiera se atreaguantan frío y miedo en otros filos y se mueve en el trayecto hasta Irlanda, ven a bajar. Por la plaza local deambula planadas.

En Tálaga, entre Belalcázar y en la parte alta del Nevado del Huila.

Marta Osir, una indígena que lleva a Nadie aparece en Yusayú, Yanouno de sus hijos amarrado a la espal- Tóez, es donde hay mayor cantidad de buco, Aguapura y Botatierra. Los sada con un chumbe de lana. Los tres gente y aún se ondean banderas blancas queadores de otras tragedias no hicietodavía usan ropa embarrada y ella no y de la Patria. La avalancha dejó intac- ron de las suyas tal vez por temor a las quiere hablar de su esposo Marcelino ta la mayoría de calles de esta vereda, leyes indígenas o a la guerrilla. Por Candi, a quien se lo llevó ese animal pero en sus casas destechadas nadie eso, no hay que confiarse de esa soleduerme. Los sobrevivientes se refugian dad, dice una mujer india que jamás se oscuro.

A principios de semana era notoria en dos colinas. Los esposos Víctor Ma- irá de Páez. Hay muchos ojos entre los la reducción del número de militares, nuel Mulcué y Clemencia Pencué son árboles.▲ policías y socorristas que llegaron a dos de un centenar que no saldrá pese

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El Ciudadano y Eucha

Nuestra prensa escrita en la tragedia Hacer prensa escrita en Páez no es tarea fácil: a muy pocas personas les gusta escribir, el apoyo de las entidades públicas y el comercio no es el mejor y la vocación lectora de las gentes, máxime cuando hay que pagar por un ejemplar, es casi que nula. Así que vale la pena resaltar dos esfuerzos que se hicieron durante la tragedia del 94 y que ayudaron a mantener informados a los paeces de lo que estaba pasando.

EL CIUDADANO

Fue fundado por el doctor Francisco Quintero Hurtado, más conocido como Paco, en el año 1992. Inició como una hoja volante que él mismo redactaba, diseñaba en su maquinita de escribir, imprimía y luego salía a vender. Su precio Cabezote de EL CIUDADANO. Año 3 - No. 77 / Cortesía Archivo Radio Eucha era de $ 100 pesos.

Al ocurrir la tragedia elegían alcalde y concejales munide 1994, y ser el doctor Paco uno de gandas políticas.

En el cabezote ya viene con la cipales. los primeros miembros de la recién EL CIUDADANO llegó hasta creada Corporación Nasa Kiwe, en frase: “SABATINO DE HECHOS representación de las comunidades Y OPINIONES”. Y agrega que tie- la edición No. 92, convirtiéndose no indígenas, mejoró su presenta- ne puntos de venta en: Terminal de en el periódico con mayor duración ción (me refiero a la del periódico), Bogotá, Cali, Popayán, Neiva, La en toda la historia de Tierradentro. aumentó su tiraje y el precio subió Plata, Inzá y Belalcázar.

JAMES YASNÓ a $ 300 pesos. En el No. 75 dice: Su temática gira en torno AYUDE A LOS NUEVOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS CIVILES ALCALDE 1995/97 Diseño, diagramación e impresión a dos asuntos principales: DUVAN HERNANDEZ CONCEJO 1995/97 “Surti Impresos”, Cali; en el No. el proceso de reconstrucVOTE No. 51 79, con un valor de $ 500 pesos, ya ción de la cuenca del río MOVIMIENTO AUTONOMISTA PAEZ ADMINISTRACIÓN CON MARQUE 310 ESPÍRITU DEMOCRÁTICO aparecen unas “pequeñas” propa- Páez y la campaña política del año 1995 cuando se

EUCHA:

Semanario fundado por Monseñor Jorge García Isaza, Prefecto Apostólico de Tierradentro, el 24 de julio de 1994 (a los 48 días de la tragedia). Tuvo como su gran impulsor al padre Jorge Escobar Archila y entre sus principales cola- Cabezote de el periódico EUCHA. Año 2 - No. 24 / Cortesía Archivo Radio Eucha boradores a los hercolaboraba con poemas. El diseño 2 ya les lleva más noticias. Mantenmanos Jorge, Mario y Samuel García Isaza; a las herma- y digitación corría por cuenta de la dremos el mismo precio, aunque a nas JUANISTAS; al profesor José señora Nidia Ángel Alzate, funcio- algunos les pareció muy caro”.

EUCHA llegó hasta la edición Dúlfer Valencia Lucumí, quien por naria de la Educación Contratada.

En la edición No. 2 del 31 de No. 24 del 22 de abril de 1995 y su ese tiempo era el director de Inderjulio de 1994 se lee: “EUCHA, peprecio siempre fue de $ 200 pesos. páez, y escribía la columna “Triburiódico de la Prefectura, sale hoy Compartimos ahora algunos de na deportiva”; a Galo Rioja, seudópor segunda vez.

Los 200 ejemplalos artículos publicados en EUCHA nimo del ingeniero Jairo Gordillo, res de la primera edición se vendiey EL CIUDADANO y que tuviesecretario de obras públicas, quien ron como pan fresco. Este número ron que ver con la tragedia.▲ -66-

Integrantes Consejo Directivo

Corporación Nasa Kiwe En la edición No. 1 del semanario EUCHA viene la conformación de la Corporación Nasa Kiwe y la junta ejecutiva del Comité Local de Atención y Prevención de Desastres del municipio de Páez.

FABIO VILLEGAS RAMÍREZ GUSTAVO WILCHES CHÁUX ÓMAR DARÍO CARDONA A.

Ministro de Gobierno Director Ejecutivo Director Oficina de Atención y prevención de desastres TEMÍSTOCLES ORTEGA NARVÁEZ Gobernador Dpto. Cauca JULIO ENRIQUE ORTIZ CUENCA Gobernador Dpto. del Huila MANUEL RODRÍGUEZ BECERRA Ministro del Medio Ambiente MONS. JORGE GARCÍA ISAZA Prefecto Apostólico de Tierradentro GUSTAVO DE ROUX RENGIFO Representante del Sr. Presidente JESÚS ENRIQUE PIÑACUÉ A. Líder indígena y representante del Sr. Presidente MAURICIO PUERTA RESTREPO Director Fundación Antropológica y representante Sr. Presidente.

JOAQUÍN MOSQUERA LÓPEZ Representante Sr. Presidente JOSÉ DOMINGO CALDÓN Representante del CRIC CARLOS GUASA Representante cabildo zona Guambía, Quinchaya, Quizgo, Jambaló y aledaños INOCENCIO RAMOS Representantes cabildos indígeADOLFO VIVAS nas de Tierradentro FRANCISCO QUINTERO HURTADO Representante No indígenas GLORIA INÉS ACEVEDO

Secretaria general

Junta Ejecutiva

Comité Local de Atención y Prevención de desastres del municipio de Páez Abelardo Güegia Perdomo o delegado Mons. Jorge García Isaza o delegado Mayor Norman León Arango Arcenio Aguirre Alzate Dr. Orlando Ortiz Amanda Paz Ramírez Jaír Cifuentes Collo

SALUD

José Agustín Torres James Arbey Yasnó Gallego Apolinar López Luis Carlos Ceballos Muñoz José María Hurtado Penagos Fabio Ramos o Hernando Arcos Secretario: Ovéimar Muñoz C.

Nosotros, los empleados del Hospital Belalcázar, queremos manifestarle al pueblo paez (indígenas, mestizos, negros) que el desastre ocurrido el 6 de junio del presente año nos afectó a todos, por eso entre TODOS debemos construir un PÁEZ mucho mejor.

EDITORIAL EUCHA Aparecido en la edición No. 2

HAY QUE IR ADELANTE Cuando un grupo de caminantes van haciendo una ruta, o subiendo una cuesta empinada, algunos resbalan y caen. . . de éstos unos se levantan y emprenden de nuevo el camino, otros se sientan al lado y se quedan llorando o lamentándose de la caída, y gritándoles a los que van adelante: !No se puede! deténganse!

Esto está pasando en Tierradentro. Algunos que se dejan llevar del terrorismo y multiplican las razones para quedarse sentados a la vera del camino.

Pero la gran mayoría tenemos la fuerza de quienes están dispuestos a seguir adelante con la seguridad de que coronaremos la altura.

No importa que nos quieran aislar; no importa que desde fuera, digan que No se puede! No importa que tengamos que luchar solos sin puente, sin comunicación. Lo importante es la unión, en medio de las dificultades. “LA UNIÓN HACE LA FUERZA”.

Trabajemos todos, con todos, para el bien de todos.

Mons. JORGE GARCÍA ISAZA Prefecto Apostólico

La reconstrucción de Páez nos atañe a todos. No volvamos a mirar a la Institución de Salud como un ser extraño. !SALUD SOMOS TODOS! Orlando Ortiz Médico Director

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Decretos nacionales para atender la emergencia

“SOY PAEZ Y NO LO HE NEGADO NI ME HE OLVIDADO Artículo escrito por la Dra. Amanda Paz Ramírez, personera municipal DE MI PUEBLO” y aparecido en la edición No. 3 de EUCHA del 07 de agosto de 1994.

Tomado de EL CIUDADANO A raíz de la catástrofe ocurrida el 6 de junio de 1994, el GobierNo. 77 - octubre 01 de 1994 no Nacional declaró el estado de emergencia en los departamentos del Cauca y del Huila. Por medio del Decreto No. 1178, además promulgó Dijo Lucilio Muñoz, de la asociación de Daminificados de Páez, en Neiva, otros decretos de importancia. Entre ellos se sintetizan los siguientes: y candidato a la Asamblea Departa-

NACE LA CORPORACIÓN NASA KIWE!

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ECRETO POR EL CUAL SE CREA LA CORPORACIÓN. Por medio del Decreto No. 1179 del 9 de junio de 1994, modificado despueés parcialmente por el Decreto No. 1263 del 21 de junio de 1994, se crea la Corporación Nacional para la Reconstrucción de la Cuenca del Río Páez y Zonas Aledañas, denominada NASA KIWE. Corporación que tiene por objeto adelantar proyectos y programas para la atención de las necesidades básicas de los habitantes de los municipios afectados, así como la reconstrucción y rehabilitación de la zona afectada por la calamidad.

La Corporación es una entidad del orden nacional, adscrita al ministerio de Gobierno, con autonomía administrativa y patrimonio propio, el cual será para la vigencia fiscal de 1994 de OCHO MIL SEISCIENTOS MILLONES DE PESOS $8.600.000.000 y contará con igual suma dentro del presupuesto nacional del año 1995.

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ECRETO POR EL CUAL SE ADOPTA UN RÉGIMEN ESPECIAL DE NEGOCIACIÓN DIRECTA Y DE EXPROPIACIÓN. Por medio del Decreto No. 1185 del 9 de junio de 1994, se adopta un régimen especial con el fin de facilitarle a la Corporación y a las demás entidades públicas encargadas de adelantar proyectos de reconstrucción y rehabilitación de las zonas, adquirir rápidamente por motivos de utilidad pública e interés social, mediante negociación directa o expropiación por vía admnistrativa con indemnización previa, los inmuebles que se requieran para el cumplimiento de sus fines.

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ECRETO POR EL CUAL SE ESTABLECEN EXENCIONES TRIBUTARIAS. Por medio del Decreto No. 1264 del 21 de junio de 1994, se exime del impuesto a la renta y complementarios en un 100 por ciento a las nuevas empresas agrícolas o ganaderas, así como a los nuevos establecimientos industriales y mineros que no se relaciones con la exploración y explotación de hidrocarburos, que se establezcan desde el día 21 de junio de 1994 hasta el día 31 de diciembre de 1995, y que generen el 80 por ciento o más de su producción total en la zona afectada.

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ECRETO POR EL CUAL DICTAN DISPOSICIONES ESPECIALES SOBRE CRÉDITOS. Por medio del Decreto No. 1265 del 21 de junio de 1994, se autoriza a las entidades bancarias oficiales que hacen parte del Sistema Nacional de Crédito Agropecuario, para extinguir las deudas por capital, intereses y gastos a cargo de los productores privados, deudas existentes al 6 de junio de 1994, en las zonas afectadas. La extinción de la obligación procede por el valor de la pérdida en la producción y se tendrá en cuenta la capacidad actual y futura de pago. La determinación de las pérdidas incurridas, totales o parciales, serán certificadas en el sitio por la Corporación Nasa Kiwe, conjuntamente con un delegado de la Caja Agraria y el representante de la UMATA, o un delegado de la Secretaría de Agricultura del respectivo departamento.▲ -68-

mental, en el Foro de La Plata del pasado 16 de septiembre.

Propuso que se conforme una veeduría cívica con participación de los damnificados; dijo que su actitud y su coraje frente a las injusticias que se venían produciendo en Neiva contra los albergados, especialmente de Albarracín de la Oficina de Desastres, denunciándolo constantemente, no se trataba de ninguna cuestión política, sino humanitaria, porque los querían sacar de sus albergues; agregó que hoy, después de 100 días no está de acuerdo con los conquistadores, que no están los interlocutores válidos; expresó que no queremos que Wilches se vaya de embajador después de acabar con la Corporación; dónde están las donaciones? preguntó.

Nos sorprende la situación infrahumana como viven los albergados, cuando exigimos, lo hacemos porque las cosas que llegaron fueron para los damnificados; ojalá que lo que llegó no se lo haya llevado la otra avalancha corrupta, porque no le perdonará la historia.

Pidió realizar jornadas de solidaridad efectiva, que habían muchos sindicatos dispuestos a colaborar, que por ejemplo, de los trabajadores del Banco Andino habían recibido los damnificados de Neiva Un Millón Cien mil Pesos y con eso se habían dado los primeros pasos para comprar maquinaria y equipo para una microempresa de los damnificados de Neiva.

Pidió a la Corporación que se pronuncie sobre las propuestas que han sido presentadas, que informe sobre los gastos y sobre su fronda burocrática y que su consejo directivo funcione públicamente.

Reclamó a los damnificados que se conforme un movimiento de unidad sin diferencias que converjan en soluciones para la vivienda, la salud, la educación y la alimentación, que luchemos por soluciones definitivas y que se proteste por la no presencia de los mandatarios.▲

En la tragedia del Páez

EL MAGISTERIO PRESENTE! Artículo escrito por Escama y aparecido en la edición No. 2 del 31 de julio de 1994.

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espués de los hechos del pa- de una encuesta, respondida en for- Roja; otros, empacando y reparsado 6 de junio, ya bastante ma individual por cada maestro, en tiendo ayudas o trabajando hombro conocidos por todos nosotros, los la que se daba a conocer las pérdi- a hombro en los albergues de La docentes que nos quedamos en Be- das humanas y materiales que cada Plata, Inzá, Popayán, Neiva, Belallalcázar decidimos tomar parte ac- uno había sufrido, así como tam- cázar y Escalereta, han dado ejemtiva, organizándonos para ofrecer bién el estado en que habían que- plo de servicio desinteresado y de nuestra modesta contribución y de dado los centros docentes afectados compromiso serio con una comuesta forma hacer más llevadera la por el sismo y la avalancha. nidad a la que nos debemos y a la situación.

Con base en los datos obtenidos que tenemos que acompañar en sus Para tal fin se convocó a una en la anterior encuesta, se iniciaron buenos momentos, pero con mayor reunión general de docentes en la gestiones con el Ministerio de Edu- razón, en las épocas de dificultad que se plantearon algunos mecanis- cación Nacional para el pronto res- que es cuando más nos necesitan.

A pesar del oportunismo de almos de acción y además, se eligió tablecimiento del servicio educatigunos compañeros que han querido una JUNTA PROVISIONAL DE vo en todo el Municipio. aprovechar la emergencia para obDOCENTES que quedó conforAdemás, se enviaron comunitener beneficios personales a costa mada por: Fabio Ramos, Celestino cados a diferentes entidades: Caja del perjuicio ajeno, queremos maOrtiz Mera, Elvia Medina, Benigno Agraria, ASOINCA, COMSAnifestarle a toda la comunidad paez Achicué Cuetochambo, Jairo Gon- LUD, Alcaldía Municipal y otras, que el MAGISTERIO HA ESTAzález, Elizabeth Meneses, Adela todas ellas procurando defender los DO PRESENTE en estos momenMulcué, Luis Ignacio Escobar C. y derechos de los docentes y por ende tos difíciles y hará todo lo posible Manuel José Escobar C. Este comi- de toda la comunidad paez. para que las actividades académité funcionará hasta que los miemHa sido bastante positiva y cas se reanuden muy pronto en todo bros de la Junta de Educadores de loable la colaboración de muchos el Municipio y hagamos de nuestro Páez, elegidos en el mes de febrero colegas en esta época de dificultad querido PÁEZ lo que fue hasta el del presente año, retornen a sus si- y confusión: unos desde el Comité 6 de junio a las 3: 47 p.m. “UN tios de labores.

Municipal de Emergencia, la Cruz REMANSO DE PAZ Y DE ALEGRÍA”.▲ Desde un comienzo nos trazamos unos objetivos bien claros y hemos tratado de ser fieles a ellos: - Buscar mecanismos para lograr el bienestar de todos los educadores, es decir, de los que nos quedamos en los sitios de la tragedia como de los que fueron evacuados a algunos albergues o viajaron a otras ciudades.

- Integrar a los docentes en las diferentes actividades desarrolladas, tendientes a solucionar la grave situación vivida en toda la región.

Para el logro de los objetivos anteriores se El profesor Hugo Efraín Dorado Zúñiga, uno de los tantos docentes que durante la época de la tragedia inició con la realización asumió su verdadero rol de líder. Al fondo el profesor Genaro Bolaños / Foto Luis Ignacio Escobar C. -69-

A veces llegan cartas

. . . A CLASE Artículo escrito por el profesor Fabio Ramos (Fara) y aparecido en la edición No. 3 del 7 de agosto de 1994.

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ue la decisión tomada por más de 120 docentes en reunión efectuada el pasado 1o. de agosto.

Se concluyó que existe un elevado número de alumnos y que son ellos el centro del quehacer educativo.

Así que: a clases. No más lucha.

Hoy están laborando las escuelas de Villa Rodríguez, Itaibe, San Luis, Ricaurte, Betesda, Monte Cruz y Aranzazu, administradas por el Municipio; y de la Prefectura: Togoima y Chicaquiú, que lo hacen con el grado 1o. Con todos los grados, La Mesa de Togoima. Ánimo, colegas.

Dios mediante, el próximo martes iniciará la Urbana Mixta en las instalaciones de la galería, adecuadas con aportes del Municipio para tal fin.

Los otros planteles, reiniciarán labores en la medida que se reconstruyan caminos y puentes, y se garantice la seguridad de las plantas físicas.

Para resaltar la manera como se organizaron los profesores, conformando comisiones de trabajo o en pro de la comunidad: Pastoral Social, Defensa Civil, Cruz Roja. . . tejidos, recreación, modistería, entre otras, son servicios o actividades que desarrollarán los docentes, aunque en forma temporal.

En un gesto de colaboración institucional, se ubicaron profesores también en forma temporal en la Anexa, la Urbana Mixta, Moras, Chicaquiú, el CAIP y Radio Eucha.

Y en Inzá, Segovia y Santa Rosa.

Es claro que no todas las escuelas escuelas podrán reiniciar labores simultáneamente, por razones obvias, pero que se desea laborar, es el consenso de todos. Al menos de los que estamos aquí. Que no haya lugar a dudas.

Finalmente, la comunidad espera que la Normal regrese a clases. ¿Cuándo será? Nos preguntamos todos.▲

Poco a poco los niños van retornando a las escuelas para continuar su proceso formativo.

Con el reinicio de las clasese los niños vuelven a sonreír / Foto Alfredo López

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“PARA MI HERMANO NECESITADO”

Esta carta, publicada en la edición No. 14 del 06 de noviembre de 1994, llegó a Inzá con una remesa para damnificados del terremoto del 6 de junio.

Querido hermano:

Hoy tu corazón solo está lleno de tristeza por todo aquello que has perdido, tus bienes, tu familia, etc. Quiero decirte que a pesar de todo, te queda lo más grande que poseemos: “la vida” y eres afortunado con poseerla, llevando dentro de ti algo muy grande y bello como es tu “fe en Dios”. Hoy más que nunca creo lo has llamado y ten la seguridad que te escuchará, abrirá sus brazos para recibirte, ayudarte. No desfallezcas, sigue adelante, solo Dios nos da alivio y fortaleza en sufrimientos tan grandes como este. Dios tiene un amor tan grande hacia cada uno de nosotros, que todo lo que pidas en su nombre te lo concederá.

No estás solo. Hoy cada uno de los colombianos pensamos en ti, queremos ayudarte, y fuera de este pequeño presente, rezaremos en familia para pedirle mucho a Dios por ti y cada uno de los que sufren como tú. También estamos tristes pero con una fe muy grande en Dios que los ayudará para volver a empezar. Órale con todo tu corazón y verás cómo te colmará de bendiciones y estará contigo iluminándote, guiando tus pasos. Ten fe en Dios y verás todas tus necesidades saciadas.

Dios te bendiga. !Qué feliz me siento de poder ayudarte!

Deysylina Bolívar Gómez.▲

Para los incrédulos. Aunque usted no lo crea

PÁEZ NO SE HA MUERTO. BELALCÁZAR VIVE

Este artículo aparecido en la edición No. 9 del 02 de octubre de 1994, del cual no aparece su autor, parecería escrito por el belalcazuno más recalcitrante; pero no, este escrito fue redactado por el padre Jorge Escobar Archila, quien durante la época de la tragedia trabajó incansablemente por el renacer de Belalcázar. Fue él una de las personas que más luchó para que se reiniciaran las clases en la Normal; y gracias a su insitencia se lograron recuperar las canchas de la Institución.

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odos estos pueden ser los títulos de lo que vamos a contar.

- Después del 6 de junio los helicópteros evacuaron a miles de personas y las llevaron a lugares más seguros. . . PERO BELALCÁ-

lereta, La Plata. . . pero no en Belalcázar. . . y aunque llorando sus muertos. . . BELALCÁZAR ESTA-

- Todo el mundo conoció la noticia porque los medios llevaron la imagen y los testimonios del desastre. Solo Belalcázar estaba sin prensa, sin radio, sin televisión. . . PERO

. . PORQUE BELALCÁZAR ESTÁ VIVO.

ZAR NO SE MURIÓ.

BELALCÁZAR ESTABA VIVO.

- El correo funcionaba en todas partes. Nos creyeron muertos y no nos escribieron. . . PERO EN BE-

BA VIVO.

- La educación del Municipio fue muy golpeada, pero donde ha sido posible, ha vuelto a funcionar.

- La Normal Nacional fue la institución que más sufrió en la cabecera municipal. Aunque muchos profesores no volvieron, la Normal funcionó con más de 300 alumnos. . . PORQUE BELALCÁZAR ESTA VIVO.

ha habido campeonatos en todas las categorías. . . PORQUE BELALCÁZAR ESTÁ VIVO.

- Se cayeron 26 puentes. Se borraron carreteras y caminos, pero se multiplicaron las tarabitas. . .

PORQUE EL PUEBLO PAEZ ESTÁ VIVO.

- Todavía no hay carreteras. No era de Belalcázar el ingeniero al que se le cayó el puente dos veces.

Pero nos hemos hecho al dolor. Volvimos a los caballos, a las mulas y a las tarabitas. . . PORQUE BELALCÁZAR ESTÁ VIVO.

- La Cruz Roja, aunque sufrió la pérdida de cinco miembros en la - La gente de Telecom se portó avalancha, se reorgania la altura, pero la emzó y hoy ESTÁ VIVA. presa sí nos falló. No - La Defensa Civil Mucha gente se fue por miedo legítimo, podíamos comunicarno existía en Belalcáha vuelto y se ha quedado porque . . . nos. . .PERO BELALCÁzar. Los voluntarios AUNQUE USTED NO LO CREA, ZAR ESTABA VIVO. que vinieron, después - Radio Eucha, a BELALCÁZAR ESTÁ VIVO. de cumplir invaluables pesar de los daños sufriservicios a la comunidos, prestó y está presdad, dejaron un cuerpo de voluntando los servicios de comunica- presencia del secretario de educa- tarios y una semilla de “civilitos”. ción a toda la región. . . PORQUE ción departamental, la superiora . . PORQUE BELALCÁZAR ESTA BELALCÁZAR ESTÁ VIVO. provincial de las hermanas vicen- VIVO. - Llevaron los heridos a los tinas, el sindicato de maestros de - En Escalereta, en El Hato, en hospitales de las ciudades, remi- Asoinca. . . PORQUE LA NORMAL Mosoco, en Vitoncó, en La Troja, tidos por los médicos del Hospi- DE BELALCÁZAR ESTÁ VIVA. en Taravira. . . se hicieron refutal San Vicente, de Belalcázar. . .

- Las escuelas Urbana y Anexa gios; pero en Belalcázar, no. Aquí PORQUE BELALCÁZAR ESTÁ atienden normalmente a la niñez, se practicó la hospitalidad. . . PORVIVO. lo mismo que el Hogar Infantil. . QUE EN BELALCÁZAR VIVE LA - El hospital no dejó de fun- . PORQUE BELALCÁZAR ESTÁ CARIDAD CRISTIANA. cionar. Se trasladó todo al Club VIVO. - Mucha gente se fue por miedo Juvenil. Y BELALCÁZAR TIENEN - El Bachillerato Nocturno legítimo, ha vuelto y se ha quedado HOSPITAL DE EMERGENCIA. “David González” (calendario B) porque comprobaron que es cierto - Los recursos se repartieron clausuró el año y graduó a sus ba- que BELALCÁZAR ESTÁ VIVO. y se acumularon especialmente en chilleres después de la avalancha.

- Monseñor, los padres, las herPopayán, Neiva, La Plata e Inzá. Ha empezado el año lectivo con manas y los misioneros laicos si. . PERO BELALCÁZAR ESTABA más de 60 alumnos. . . PORQUE guen trabajando y fomentando la caVIVO. BELALCÁZAR ESTÁ VIVO. ridad y el desarrollo de los pueblos.

- Se hicieron reuniones en Bo-El deporte en Belalcázar es . . AUNQUE USTED NO LO CREA, gotá, Neiva, Popayán, Inzá, Esca- fiesta de todos. En estos tres meses BELALCÁZAR ESTÁ VIVO.▲ LALCÁZAR ESTÁBAMOS VIVOS.

- La reinauguración de la Normal fue una fiesta increíble con la

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Después de cuatro meses de la tragedia

ES BUENO HACER BALANCES

Artículo aparecido en la edición No. 10 del 09 de octubre de 1994. Escrito por Monseñor Jorge García Isaza.

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oy estamos cumpliendo cuatro meses de la tragedia y hay mucho qué pensar.

Hay cosas positivas. La primera: la gente que se quedó y la que fue regresando, ha ido tratando de normalizar la vida, con dificultades, con penurias, pero ahí van reconstruyendo el hilo del acontecer diario.

Hay que destacar la labor del grupo de educadores que en la cabecera municipal y en las comunidades vecinas, han sido factor decisivo para el restablecimiento de la normalidad (254 alumnos de la Normal, 200 en la Escuela Urbana, 150 en la Anexa y 80 en el colegio Nocturno) que cada mañana alegran con sus risas y gritos espontáneos el ambiente de nuestro parque central, son un signo de esperanza, son un grito de protesta contra quienes les quisieron negar el derecho a la educación, son un ejemplo para quienes aún siguen empeñados en el pesimismo.

LA SALUD: ya en otras ocasiones se ha resaltado la labor de los médicos, paramédicos y demás personal de la salud. Han sido ejemplo de servicio.

En relación con el proceso de construcción del hospital, es claro para los habitantes del municipio de Páez que la opción tomada sobre la destinación de los dineros recaudados por los medios de comunicación, es inalterable. Y es preciso que estemos atentos porque parece existir intereses de no sé qué índole que quieren hacer tomar otros rumbos a dichas donaciones.

Pero encontramos algunos aspectos negativos como LAS COMUNICACIONES. VÍAS. Ha sido el punto álgido, el centro de todas las promesas y de todas las frustraciones. !Es do-

loroso! es escandaloso pensar que el Estado colombiano a través de los organismos del ramo, sea tan incapaz y muestre una ineficiencia tan dolorosa. Todavía escuchamos a los altos dignatarios: al Presidente, a los ministros, a los gobernadores: “En tres semanas tendrán la carretera”; “Antes de 20 días entrarán a Belalcázar los camiones con víveres” (16 de julio). Y hoy, después de cuatro meses todavía seguimos sin carretera. !La cosa va para largo!

LAS COMUNICACIONES. !Otro fracaso! Promesas y pare de contar! Una llamada urgente se escapa de las posibilidades, basta acercarse a Telecom (cuando hay línea) para ver las colas de gente que quisieran saber de sus parientes lejanos. Lo único rescatable en Telecom es la buena voluntad de los operadores locales y su paciencia para tener que sufrir ellos las protestas por una culpa que solo tienen los altos funcionarios de Telecom. ¿Y del correo qué? ¿Y de los telegramas qué? Puede suponerse. . . y van cuatro meses.

Hoy invité al consejero presidencial, Dr. Jorge Valencia Jaramillo que se acercara a llamar a su oficina de Bogotá y constatara el drama que se vivía. “Es inaudito”, fue su expresión. Sin embargo, en Popayán informan que todo es normal. Es decir que para ellos lo normal es que no funcionen.▲ Y así registró EUCHA el accidente de la profesora Constanza.

Sentimos mucho el accidente ocurrido a la profesora CONSTANZA MANRIQUE GAMBOA de la Escuela Rural Mixta de San Andrés. Le deseamos pronta recuperación.

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Homenaje sincero

!Gracias, muchas gracias!

Fueron incontables las personas y entidades que pusieron su granito de arena para hacer más llevadera esta tragedia. “Si la crueldad del sufrimiento desanima; la solidaridad de las gentes, reconforta”, fue un aforismo que muchos vivimos en carne propia. Hacer un listado de todas ellas sería casi que una labor imposible y se correría el inevitable riesgo de dejar a muchísimas por fuera. Desde el campesino e indígena que ayudaron a abrir los caminos o a templar los cables de la energía para reconectar el servicio, hasta los funcionarios de la salud, la educación, las comunicaciones, el transporte, los organismos de socorro, las fuerzas armadas, los diferentes credos religisosos . . . en fin, todos, algo hicieron para mitigar el dolor y restablecer más pronto que tarde, la normalidad en la zona. Cómo no reconocer la labor de periodistas como don Guillermo Rodríguez Muñoz con su “Caracol en el aire”; o de Yamid Amad con su Teletón; o de ese piloto de aviación peruana -de quien ni siquiera su nombre conocemos- que peleaba para que a

la zona del desastre no transportaran más políticos oportunistas; o de Mons. Jorge García Isaza, el Dr. Mauricio Puerta Restrepo, el Dr. Francisco Quintero Hurtado, Jesús Enrique Piñacué Achicué. . . quienes desde la dirección de la Corporación Nasa Kiwe trataron de hacer cumplir el objetivo para el cual fue creada. Pero repetimos, como esta labor es más que imposible, queremos en una sola persona rendir un homenajes sincero a todas ellas: en Tonni Rutimann Schneider, más conocido como Tonni, “El suizo”. No era paez, ni caucano, ni siquiera colombiano; no conocía la zona; no cobró un solo peso; vino, trabajó arduamente, hizo muchísimo bien, y se fue como llegó: sin hacer ningún ruido.

Entonces, en la persona de Tonni, “El suizo”, les decimos: !Gracias, muchas gracias”, a todas las personas y entidades que demostraron una vez más que somos un país solidario y que en las tragedias esa generosidad se desborda, como a veces lo hace el río Páez. !Dyus pay! dirían los nasas.

Tonni “El Suizo”

Una vida tendiendo puentes

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onni nació el 21 de agosto de 1967 en la ciudad de Pontresina, Suiza.

Habla varios idiomas: suizo, alemán, castellano, francés, italiano, turco, y si se demora un poco más en Páez, también aprende a hablar nasa yuwe.

En el portal de internet “La estancia ingrata”, se narra así la llegada de Tonni al Ecuador en el año 1987: “Tenía 19 años, estaba allá en Suiza por entrar a la universidad, un poco confundido sobre mis expectativas de vida, cuando vi en las noticias que en Ecuador había ocurrido un gran terremoto y que muchos pobladores se encontraban en una situación de desastre, en ese momento decidí trasladarme a ese país, sin mucha claridad de cómo hacerlo pero con la firme idea de ayudar, a pesar de las objeciones de mis padres que me decían ¿pero qué vas a poder hacer tú?

Llegué a Ecuador y me encontré con una realidad desgarradora, vi el sufrimiento de tantas personas afectadas por la catástrofe, que de por si

estaban en precarias condiciones de vida. Yo en Suiza nunca me imaginé esa realidad, nunca pensé que hubiera ese tipo de carencias, yo vivía en mi mundo totalmente ajeno a otros mundos y pensé que ¿Qué puedo hacer?”.

Idéntica situación a la anterior es la que lo hace llegar en el año 1994 a la región de Páez: miraba desprevenidamente la T.V. ecuatoriana “El Suizo” ayuda en la construcción del puente de Avirama, cuando vio las Tonni, agosto de 1994 / Foto tomada del noticiero Kriptón. desgarradoras

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imágenes que reflejaban la realidad Si alguien que se estaba viviendo por el sismo y quiere hacer la avalancha del río Páez. La decisión algo parecido a fue instantánea: cruzar las fronteras e lo mío y quiere ir a ayudar con la colaboración de los conmover corapuenteros ecuatorianos y el gobierno zones, construir de ese país. algo especial y Acá llegó, y con la colaboración quiere servir, tiede su compañero inseparable Wálter ne que ser comYánez, en cinco meses construyó 10 pleto, hacerlo puentes, entre ellos el de La Símbola, todo por sí misque con las medidas exactas fue elabo- mo. rado en la ciudad de Neiva y traído en Soy honraavión para ser puesto sobre las bases do y por eso me que dejara el que se llevó la avalancha. ayudan a ayuTambién ayudó a tender muchísimas dar, porque si tarabitas. pido 1.000 meDe un hombre tan extraordinario, tros de cable, que parece tocado directamente por la saben que no lo mano de Dios, vale la pena conocer voy a vender y algunos apartes de su vida, tomados los invertiré en del diario El Comercio de la ciudad de la construcción Quito, del 11 de julio de 1993: de puentes. El “Soy un puentero, no soy ni gitano día en que deje ni trotamundos. El ser puentero sig- de ser honrado, nifica muchas cosas: no tener ni que- se acabarán los rer tener ataduras locales, ser capaz puentes de chade poder moverse, ser eficiente en el tarra, ya nadie trabajo. Una obra se inicia y se termi- querrá colabona. Quiero hacer el bien y de manera rar. La gente es práctica. Hay mucha gente que habla muy sensible a de obras sociales, de proyectos, yo ni ello y está canPuente construido por Tonni en la ciudad de Neiva y transportado siquiera hablo de ello. Lo que yo quie- sada de que se le en un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para ser ro hacer es puentes, porque es lo que engañe. puesto en el río La Símbola / Foto Luis Ignacio Escobar Castañeda yo puedo hacer. No tengo más anhelos Yo no soy naEn 2003, en Camboya, una infecque esos. Yo tuve la suerte de tener una die, lo importante es que las comunición (la enfermedad de Guillain-Barrè) juventud muy completa y feliz gracias a dades tengan ganas de trabajar, esto lo dejó paralizado desde el cuello hasta mis padres, con una buena educación. no solo es construir puentes peatonalos pies, de un día para otro durante dos Ahora lo que hago es una manera de les, es construir puentes de amor, y años. ¿Acabado el sueño? Al principio devolver algo de lo que yo recibí en mis fortalecer pueblos. Los puentes no son pensaba que sí, pero después de primeros 18 años. un año y medio de rehabilitación No tengo ningún anhelo “Ninguna frontera puede evitar que ha recuperado uno tras otro el de acumular fortuna ni biellevemos nuestro servicio a otros uso de todos los músculos.

Pero nes materiales. La gente se países porque las fronteras aun hay más.

En los meses pasasiente desairada cuando no les acepto sus regalos, pero no las ha pintado Dios”. Frase del Ma- dos en cama ha podido crear un hatma Gandhi y que inspira a Tonni. software con el que actualizar el al final me entienden. Todo estado de las obras de cada puenlo que yo tengo y mis cosas te en construcción. Un programa que personales nunca pueden ser más de de Toni, no son del gobierno, ni de nincontiene “el historial clínico”: topogralo que entra en dos maletas. Cuando guna empresa son de la comunidad”. fía de lugar, tipo y número de los matengo cosas que ya no entran, las reTonni es un hombre profundamenteriales disponibles , medios de transgalo. El rato que acumule más cosas, te religioso y seguro de sí mismo:“Me porte, mano de obra disponible... hay más peligro de que me ate y ya no criaron católico, pero ahora yo comulTerminamos esta reseña con las pueda caminar, y el puentero tiene que go con el dios de todas las religiones. palabras del bloguero de “La estancaminar de sitio en sitio.

Mi misión es la de ser puentero y esta cia ingrata”: Espero que a alguno Hay mucha gente que quiere convicción me da potencia y seguri- de ustedes esta historia les inspire acompañarme en este trabajo, pero les dad, aunque estoy consciente de que y motivé para alcanzar sus sueños y he aconsejado que por sí solos busquen cada día puede ser el último. Esto me metas. Que todo lo bueno que has cosas nuevas qué hacer, que me emulen induce a trabajar con mayor intensi- sembrado se multiplique en tu peren otros campos. dad, sinm pérdida de tiempo”. sona, Toni “El Suizo”.▲

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La Defensa Civil de Páez

20 años sirviendo a la comunidad

Deisy Patricia Pistala Liz – Líder voluntaria juvenil de la Defensa Civil de Páez y estudiante del grado 9o. B de la Normal, nos ha enviado este artículo en el que quiere rendir un homenaje al organismo de socorro del cual orgullosamente hace parte y que precisamente fue creado en el año 1994, a los pocos días de ocurrida la tragedia. En 20 años de historia, la Defensa Civil hace énfasis en sus campos de acción: Gestión de Riesgo, Acción Social y Protección Ambiental (GRASPA), su lema: “Listos en paz o emergencia”.

El próximo 30 de junio la Defensa Civil de Páez celebra 20 años al servicio de la comunidad, cumpliendo su misión y sus tres campos de acción: GRASPA. La DefensaCcivil tiene su origen en Páez a raíz del terremoto y avalancha del 6 de junio de 1994. Fundada el 30 de junio del mismo año por el señor Rafael Carranza Boada (Funcionario de la Dirección General de la Defensa Civil Colombiana), quedando conformada la primera junta directiva de la siguiente manera: Celestino Ortiz Miembros de la Defensa Civil de Páez, participando en uno de los simulacros realizado en la población Mera (presidente), Bo- de Belalcázar / Foto archivo Jorge Eliécer Quintero Rodríguez livar Quina (vicepresi(tesorera), Laurentina Chacué (se- decidido ser líderes distinguidos y dente), Adriano Gutierrez Penagos cretaria), Jesus Jaír Pistala (coordi- voluntarios de la Defensa Civil, las (tesorero) Maria Angela Chavez nador operativo) y Jacinto Cristóbal cuales se constituyen con el fin de Ossa (secretaria), Einsegháwer Lepropender por el bienestar de la comunidad a través de la mus (vocal operativo) y de riesgo en deFrancisco Quintero Hur“Ayudar al que lo necesita no solo es parte gestión sastres, la acción social tado (fiscal). del deber sino de la felicidad”. Vincúlate a la y la gestión ambiental.

Otros Líderes que se Se prepara cada han desempeñado como institución social y humanitaria más grande día más en atención presidentes en esta tradel país. Te esperamos. pre-hospitalaria, búsyectoria son: María queda, salvamento y Ángela Chávez, Ovidio rescate, manejo y control de abejas (fiscal). africanizadas, entre otras áreas para Lemus, Porfirio Pacho, Otoniel VaVale la pena resaltar la labor lencia, Húver Ossa Lemus, Jesús adelantada por el señor JESÚS poder aportar más a la comunidad, Jaír Pistala, José Enrique Lemus, JAÍR PISTALA quien ha desempe- preparar niños como futuros líderes civilitos, para contribuir Gabriel Lucas Polanco, Zoilo León ñado un gran papel para mantener voluntarios con la paz, el progreso y el desarrola junta en pie durante los últimos Anrango. llo del país.

Actualmente la junta está con- años, a pesar de las impotencias que Vincúlate a la institución social formada por Enrique Lemus (pre- esta ha tenido en el transcurso de es- y humanitaria más grande del país. tos años. sidente), Zoilo León Anrango (viEsta institución está conforma- Te esperamos.▲ cepresidente), Floresmida Díaz da por personas que libremente han -75-

Así nació la Corporación Nasa Kiwe

Los hijos de la avalancha

Oscar Fernando Cobo - Administrador de Empresas UniCauca, Omaira Calvo Giraldo - Estudiante Admón. de Empresas UniCauca

Por considerar de interés este artículo que nos ubica en lo que es la Corporación Nasa Kiwe, organismo clave en el proceso de reconstrucción de la zona afectada, lo compartimos. Según sus autores, está enmarcado en el proyecto “El sentido de las justicias “Kamentsa, Wayuu y Páez”, financiado con el apoyo de las Universidades del Cauca y Nariño.

A

raíz de la avalancha del río Páez ocurrida el 6 de junio de 1994, el 9 de junio del mismo año el gobierno nacional basado en el artículo 215 de la Constitución Política, el cual se refiere a los estados de excepción, declaró el estado de emergencia, ante la gravedad de los hechos y de la insuficiencia del sistema nacional de atención y prevención de desastres, viéndose la necesidad de crear un organismo con las facultades necesarias que permitieran enfrentar la crisis, atendiendo las personas afectadas y buscando la reconstrucción de la zona. El mismo 9 de junio el gobierno en cabeza del presidente de la república César Gaviria Trujillo, a través del decreto 1179, creó la Corporación Nacional para la Reconstrucción de la Cuenca del río Páez y zonas aledañas CORPOPAECES, institución de carácter temporal cuyo fin seria adelantar proyectos que atendieran las necesidades básicas de los afectados por el desastre y para ello el decreto cuenta con 14 artículos. En el articulo numero dos se definen las funciones de la corporación y se refiere a la financiación de las actividades y obras que requiera la reconstrucción y rehabilitación social, económica y material de la población y de las zonas afectadas, los demás artículos contemplan las funciones del consejo directivo, las funciones del director ejecutivo, también se refiere al manejo de los recursos, a la composición del patrimonio y a la liquidación de la corporación en el momento que esta haya cumplido con su objetivo (Legarda, :63).

El 21 de junio de 1994 mediante el decreto 1263 (Legarda 65) se modificó el anterior decreto (1179), lo que hizo que la corporación cambiara de nombre y pasara a llamarse corporación NASA KIWE que en Nasa Yuwe significa “gente naturaleza”, además se modificó la composición del consejo directivo, el cual pasaría a ser conformado además

del ministro de Gobierno y los seis representantes del presidente de la república, lo integrarían también un representante del Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC-, dos miembros de cabildos en representación de los resguardos afectados Gustavo Wílches Cháux, primer director de la Corporade los municipios de Inzá y ción Nasa Kiwe / Foto EL TIEMPO ner especial cuidado en la manera de Páez, un miembro de cabildo en representación de los resguardos ejecutar las obras ya que estas debían afectados de Guambía, Quizgó, Quin- ser concertadas con la comunidad y no chaya, Ambaló y aledaños y un repre- ser impuestas, porque si bien se hacía sentante de las organizaciones sociales necesario llevar a cabo cambios (dino indígenas de las zonas afectadas de seño de vivienda, reubicación, implelos municipios de Inzá y Páez (www. mentación de proyectos productivos, nasakiwe.gov.co ), dicha modificación etc.) se debía evitar que dichos camse hizo para reconocer la diversidad bios lesionaran la cultura El desarrollo de las actividades de étnica y darles participación a las comunidades afectadas, permitiéndoles Nasa Kiwe se hace a través de áreas intervenir en las decisiones que los funcionales las cuales son: área de vías, salud, tierras, educación, elecafectaran. trificación, proyectos productivos y De esta manera empieza a operar la medio ambiente, y de fortalecimiento corporación Nasa Kiwe, bajo la direc- institucional. Estas áreas trabajan acorción de Gustavo Wilches Cháux, quien de al direccionamiento estratégico de implemento durante su duración en el la corporación cuyo objetivo general cargo un modelo de gestión diferente a es “Coordinar con las comunidades los modelos tradicionales de la admi- damnificadas y sus organizaciones renistración pública. Wilches plantea: “la presentativas, el diseño y ejecución de llamada visión de proceso o enfoque un plan general de recuperación y decentrado en los procesos, para el cual sarrollo sostenible de la zona afectada garantizar la real participación y camás importante que los resultados ma- ypacidad de decisión de las comunidateriales que se obtengan es la manera des y de sus instancias representativas de llegar a ello. Sin perder de vista que en las distintas etapas (www.nasakiwe. todo proceso debe, tarde o temprano (y gov.co)”. por supuesto mucho mejor si es más De acuerdo a lo planteado por la temprano que tarde), producir resulta- corporación las áreas anteriormente mencionadas trabajan apuntando hacia dos tangibles” (1998:. 145-146 Es así como el modelo de gestión el desarrollo de las comunidades, a trabajo el cual trabajaría la corporación vés de proyectos productivos que inisería el de procesos, que consiste en cialmente se enfocaron hacia la segudar mayor importancia a los medios ridad alimentaria de la comunidad pero para poder obtener resultados, para ello que en la actualidad, impulsa proyectos sería necesario tener en cuenta los pro- de mediano y largo plazo que brinden cesos humanos y sociales, puesto que a futuro posibilidades reales de sostelos afectados tienen profundas raíces nimiento, para que las familias puedan étnicas, políticas y culturales (Wilches, abastecerse, logrando el mejoramiento 1998:145, 146), por lo que se debía te- de la calidad de vida.▲

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A pesar de todo, la tierra siempre tira

Dos décadas después Por Liborio Güegia

Imposible terminar el recuerdo de ese “fatídico día” sin conocer lo vivido en estos 20 años por aquellos paisanos que involuntariamente y a la fuerza, debieron salir del territorio. Le hemos pedido el favor al profesor Liborio Güegia, a quien la tragedia cogió trabajando en el Seminario Indígena Páez de Irlanda para que nos haga un recuento de lo vivido en estos 20 años por fuera del municipio de Páez. Él en la actualidad se desempeña como docente en la Institución Educativa Integral de Formación e Investigación “Misak” del resguardo indígena de La Bonanza, municipio de Morales, Cauca; licenciado en Etnoeducación y Eespecialista en Gerencia Educativa.

A

pesar del inexorable paso del la presencia de grupos indígenas, otros sitios: el profesor Efraín en la tiempo, es imposible borrar de pero afortunadamente los moral- escuela campesina de la vereda La la memoria las cruentas imágenes enses nos aceptaron, no obstante, Estrella; y yo, en el colegio del resde aquel 6 de junio de 1994 y que en la curiosidad que despertó porque guardo guambiano de La Bonanza, un abrir y cerrar de ojos, sepultaron contemplaban la posibilidad de co- dentro del municipio de Morales. bajo toneladas de lodo nuestras ilu- nocer gente con taparrabos como en Posteriormente, la comunidad siones, sueños, seres queridos…Las los textos o en las viejas películas. decide crear su propio Cabildo y no heridas causadas por la tragedia, di- El hecho de insertarse en medio de seguir como ampliación del territofícilmente se cicatrizarán así como un espacio mestizo, rápidamente rio del resguardo de Mosoco. Ahoaún no se cicatrizan las profundas conllevó a la pérdida paulatina de ra es legalmente constituido como heridas causadas a nuestra madre los valores culturales por cientos de resguardo con el nombre de Muse tierra. años mantenidos, sobretodo en jó- Ukwe (en honor a Mosoco), los Este acontecimiento hizo dis- venes y niños que debían asistir a la procesos político-organizativos y gregar a la gran familia Nasa comunitarios están en mahacia diferentes territorios de “Es imposible desligarnos completamente del nos del Cabildo. los departamentos del Cau- territorio de origen. . . Por más que desenFinalmente es preciso ca y Huila. Los mosoqueños rollemos el espiral de la vida, la tierra que asegurar, que por más que no fuimos la excepción; des- nos vio nacer llama porque el cordón umbili- nos hayamos ubicado en pués de trajinar por muchos una zona relativamente placal está sembrado allí”. predios, buscando tal vez la na (lejos de los ríos), estetierra prometida, nos reasentamos escuela de la vereda soportando las mos económicamente estables por en forma definitiva 45 familias en burlas de los compañeros al hablar los cultivos de café, caña y yuca, la vereda Santa Rosa del munici- en Nasa Yuwe; aprender nuevas for- entre otros, nos hayamos situado pio de Morales el 4 de diciembre de mas de vida en procura de mantener cerca de las urbes y mantengamos 1995.A partir de entonces, empieza las buenas relaciones con los veci- la mayoría de las tradiciones, es la reconstrucción física con la cons- nos, al parecer fue la consigna. casi imposible desligarnos completrucción de viviendas bajo la diFrente a las situaciones anterio- tamente del territorio de origen. Es rección del Cabildo del Resguardo res presentadas, los líderes de la co- decir, por más que desenrollemos el de Mosoco y la Corporación Nasa munidad se esforzaron por crear la espiral de la vida, la tierra que nos Kiwe. Terminada esta fase, vino la escuela “Semilleros de Niños Pae- vio nacer llama porque el cordón adecuación de espacios comunita- ces” (LuuçxFxiw), inicialmente con umbilical está sembrado allí; enrios, como el establecimiento de docentes comunitarios, posterior- tonces, corresponde enrollarlo nuecultivos transitorios para la alimen- mente, con el profesor Efraín Hurta- vamente, por lo mismo visitamos a tación de las familias. do direccionamos este proceso por Mosoco al iniciar el año al refrescaLa recuperación anímica, psi- ocho años tratando de fortalecer y miento de las varas de autoridad, a cológica y cultural ha sido la más recuperar los valores perdidos. las fiestas decembrinas, a las fiestas lenta porque la salida forzada del Pero, como según reza el di- sampedrinas, a los trueques o simterritorio y la llegada en uno desco- cho, “nadie es profeta en su tierra”, plemente las personas lo hacen para nocido, implicó enfrentar nuevos abandonamos el barco y dejamos visitar a sus familias porque la maretos, muchos de ellos inéditos. Con nuevamente en manos de docentes dre siempre acoge a sus hijos.▲ decir que en varios sitios no querían comunitarios, por eso laboramos en -77-

LA TRAGEDIA Y LA LITERATURA L

as tragedias, en medio de todo lo malo que traen consigo, en ocasiones suelen dejar cosas positivas; una de ellas es el avivamiento de la vena artística de sus gentes. En esta parte de la revista, queremos compartir algunos cuentos, poemas y canciones que quedaron a raíz de la avalancha de 1994. Algunos de ellos, continúan inéditos.

Solo el río sigue triste, su dolor nadie lo sabe; parece que al recorrer entre montañas y valles, /una plegaria levanta por aquellos que allí yacen/ (Bis) (Ing. Manuel Yasnó González).

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NACE UNA ESTRELLA NASA Profesora Nidia Yasnó de Gacharná

La autora introduce su cuento así: “Fue escrito el 6 de junio de 1996 (a los dos años de la avalancha) y dedicado a Miguel Titimbo, estudiante de cuarto grado del Internado Escolar de Tóez. Miguel tenía entre nueve y diez años de edad y vivía en una casita que estaba ubicada en las orillas del río cerca al puente que comunicaba a Tóez con Chachucue. De él recuerdo su caligrafía excelente y el esmero conque llevaba sus cuadernos, era de esos estudiantes que por su responsabilidad, respeto y obediencia no pasan desapercibidos en nuestras aulas de clase. La tarde del seis de junio marcó su recuerdo en mi mente porque antes de salir para su casa llegó y me pidió prestado el balón de baloncesto; yo le dije “Miguelito, es tarde y te debes ir a casa”; pero insistió y me dijo: “yo no me demoro, profesora, hago diez canastas y se lo traigo”. Así lo cumplió. Lo vi salir con su morral de cuadernos terciado a su espalda, Con el tiempo, cuando estábamos ubicados en los albergues pregunté por él y unos obreros que estaban en la loma trabajando a la hora del desastre, nos contaron que unos estudiantes iban pasando el puente de la quebrada de Tóez cuando bajó la avalancha y los sepultó. Allí pasando el puente estaba Miguelito”.

C

uentan que una noche de mayo, de esas estrelladas, en donde se pueden contar uno a uno los cocuyos titilantes; Miguel, niño indígena paez de nueve años, buscó entre las estrellas el alma de su abuelo, pues creía que las almas de los muertos se convertían en estrellas que nos acompañaban desde el firmamento.

Le contó con lujo de detalles sus travesuras en la escuela y las palabras tiernas que recibió de su maestra y le trazó en el infinito el curso del río Páez, tema aprendido en la clase de sociales; le pidió que recordara esa gran laguna que nace del nevado, aquella que habían visitado cuando el abuelo aún pertenecía al mundo de los vivos.

El abuelo sonreía y guiñaba un ojo. -Como lo hacen las estrellas cuando titilan-.

Y con su alma inocente de niño le pidió que no se escondiera tan temprano, que esperara el amanecer para que desde el cielo mirara como florecían los Galvis a las orillas del

río y como sus flores al caer formaban una alfombra de color amarillo que esparcía suave aroma; la misma alfombra que habían disfrutado hace un año cuando fueron a pescar y solo cogieron una trucha.

El abuelo sonreía y guiñaba un ojo. -Como lo hacen las estrellas cuando titilan-.

- Hasta mañana, abuelo; prométeme verte mas de cerca y más brillante, no te olvides, mañana es mi cumpleaños, esta noche mientras duermo cuéntame historias de esas que me contabas para narrarlas a mis amigos en la escuela.

Pasó el tiempo. Los galvis florecieron nuevamente y cada noche, Miguel, desde el patio de su casa cuchicheaba a escondidas con su abuelo.

Pero una noche la estrella no brilló y el niño en el desespero de su inocencia lloro, lloró mucho porque no encontró a su abuelo.

Lloró, porque no brilló el abuelo...

- Abuelo... abuelo no te vayas, no te escondas, te necesito, brilla, brilla para mí o llévame contigo.

Vano fue su clamor; la estrella no salió, fue un presagio; la tristeza contagió su alma de niño. Así lo vimos por última vez en la escuela el seis de junio.

Fue un presagio. Ese día la tierra tembló; el río, cual monstruo destructor, se llevó a su paso el caserío de Tóez y con él sus esperanzas e ilusiones; y entre el lodo sepultó el cuerpo de Miguelito como cariñosamente lo llamaban en la escuela.

Pero esa noche, en el cielo rojizo, una estrella diminuta titilaba aquí y allá, abriéndose camino; buscaba entre las demás estrellas el alma de su abuelo.

Y cuentan quienes han visitado a Tóez después de la tragedia, que sobre la playa inmensa de arena y destrucción; en las noches despejadas, dos estrellas cuidan el valle donde quedó sepultado el pueblo.▲

SEIS DE JUNIO DE 1994

Profesor Hugo Efraín Dorado Zúñiga

Cuento ganador del concurso nacional Funprocep - 1994

P

ara nosotros la avalancha no fue un simple fenómeno físico en el que aguas y derrumbes descendieron por una inclinación topográfica.

No. Para nosotros la avalancha fue un ser inteligente, quizás una serpiente gigantesca con cresta en la

cabeza, tal vez un dragón pavoroso con un jinete capaz de marcarle a su antojo el rumbo destructivo; en todo caso, un animal.

Ese jinete dormitaba bajo las aguas de la laguna, templo natural de los indios nasas, donde era -79-

guardián y sacerdote, y despertó a las 3: 47, en el instante en que las aguas, sacudidas con violencia por el terremoto, se precipitaron hacia los abismos. Entonces el poderoso espíritu montó sobre la corriente y en solo dos minutos le dio cuerpo

Dibujo realizado por José Domingo Rincón y que ilustra la cartilla para educación básica “Kwe´s Kiwe´s Hiyuka” -Conozcamos nuestro territorio-, escrita por los profesores Carlos Alberto Güegia Hurtado, María Marleny Cuchimba de Caicedo y Hugo Efraín Dorado Zúñiga y que sintetiza el cuento “Seis de junio de 1994”

de animal interminable, lo puso a rugir e inició su cabalgata mortal de 60 kilómetros. Desde las cumbres de Dublín contempló los territorios nasa, recortados y mordidos por la invasión blanca, vio los caseríos de colonos boyacenses, negociantes paisas, hacendados huilenses, narcotraficantes vallunos; vio las iglesias y colegios de extraña ideología, y vio a los nasas arrinconados y paupérrimos.

Entonces agitó las riendas con furia, y el animal se abalanzó sobre Irlanda para tragarse entero su pueblo de inmigrantes; descendió dando coletazos por el cañón de Yuseyú y esquivó los rancheríos indígenas de Llano Buco; se encaramó de un salto a la población de Wila, borró por siempre su círculo de casas y enfiló hacia Tóez con creciente voracidad.

Trazó una línea recta, matemática y firme, que le permitiera sepultar por completo la larga hilera de construcciones, y sobre ella avanzó desparramando sus toneladas de lodo

y piedra, echando fuego y agua por los aires, y mugiendo con bramido volcánico. Arrasó el colegio, el salón comunal, Telecom, la iglesia colonial, los comercios, todo, hasta cuando los fríos ojos del jinete avistaron, 150 metros adelante, la menuda figura de una mujer que lo desafiaba.

Era una madre herida y sangrante, pero envalentonada, que permanecía al pie de los escombros de su casa, debajo de los cuales unas voces infantiles clamaban su auxilio, y se hallaba dispuesta a perecer allí. “Que se venga, que se venga la avalancha, pero ya”, gritaba con timbres de aullido.

Había traspasado la frontera del miedo porque el amor a sus hijos era más grande que el egoísmo por la vida, móvil humano básico, y por eso el jinete decidió respetarla.

Torcido el cuello por las riendas, el monstruo de lodo giró con brusquedad a la derecha, en una -80-

curva inexplicable que dejó 15 casas libres para el recuerdo y una mujer viva para salvar dos niños y rescatar el cadáver de su esposo.

Avanzó luego hacia Cuetandiyó, donde un the wala lo percibió como un hombre de color negro, montado sobre un tronco largo y grueso que desde el centro de la corriente iba saludando con la mano a los sobrevivientes de las lomas.

Se dejó ver en Patico, donde una anciana mestiza lo describió como el conductor de un gigantesco bulldózer. Hizo escrupulosa selección de daños y víctimas en Belalcázar, dstruyó todos los puentes del río Páez, ahogó a más de 1.500 personas y finalmente reposo en las aguas represadas de Betania.

Había defendido el territorio nasa, asustando a los intrusos que han odiado al indio desde siempre y su ira estaba aplacada.▲

LUNES SEIS

-Cuento del profesor Hugo Efraín Dorado Zúñiga

E

l viernes tres de junio, antes de anochecer, Abelardo Mulcué llegó a Mosoco y apenas descendió del bus empezó a recorrer el pueblo pregonando en nasa yuwe -lengua nasa- tragedias y desastres. Cuentan que durante el viaje venía hablando solo, que traía los ojos perdidos y que su cuerpo se estremecía. Pero los mosoqueños lo tomaron sin cuidado pues desde niño Abelardo sufría esos ataques y pasaba como el loco del resguardo. Sin embargo, los indios mayores, más atentos a las señales de la vida, decidieron seguirlo desde lejos y trataron de discernir sus anuncios ambiguos, mientras les fue posible porque como a las siete de la noche tomó el camino de Juan Tama.

El viejo Bernabé Tenorio recordó que Abelardo había mostrado dones de the wala, pero que se los echaron a perder en el servicio militar y tal era la causa de sus esporádicos desquicios, de modo que consultó con la noche masticando coca, y el domingo cinco, en torno del fogón de su rancho, dio a conocer su sentir: “Mosoco se va a acabar”. Los seis indios que lo escucharon permanecieron en silencio, sin asombro en el gesto, pero se removieron bajo las ruanas. “Será que los amapoleros van a darse bala”, aventuró al cabo de un rato el abuelo Eloy, pues cada semana, el día lunes de mercado, Mosoco se convertía en un puerto libre para el comercio de látex de amapola y los negocios se hacían bajo el amparo de las armas.

Así llegó el lunes 6, y el pueblo madrugó con la alegría del mercado. Es un día festivo, cuando se ven los carros, los espejos y los pesos; cuando el silencio andino es roto por los motores, las rancheras y los pitos; cuando la pequeña plaza se llena de gente y se respira un denso olor a chicha. Mientras dura la mañana todo está animado, pero sobre la una de la tarde los cacharreros empacan sus saldos y se van, los indios regresan a las lomas y los mosoqueños se recogen en sus casas.

A las tres de la tarde el único vestigio de lunes era el grupo de borrachos que vociferaban en la cantina los lamentos de Darío Gómez y otros dos que dormían en la calle husmeados por los perros. El cielo estaba limpio, el sol doraba el paisaje y el nevado del Huila regía la plácida tarde. Quizá los niños deberían haber estado en la plaza, pero tenían ensayo de canto desde las tres y se hallaban concentrados en la escuela, de modo que los 500 habitantes de Mosoco estaban todos bajo los pesados techos de teja, listos para ser sepultados, y el conteo hacia la muerte hubiera continuado agotándose en los minutos que restaban para el desastre, sino que Abelardo Mulcué había pasado dos noches enteras en Juan Tama y los espíritus indios iban a intervenir.

A las tres y veinte Reinaldo Puque desmontó de su caballo frente al cementerio. Había salido del pueblo unos minutos antes, después de una cabalgata por la plaza que tenía el fin de hacer notoria su despedida para siempre, pues estaba claro que su mujer quería a otro, aunque ella lo negaba. Amarró a la bestia a la reja del cementerio y regresó a pie.

Atravesando las huertas logró llegar hasta la puerta trasera de la cantina y encontró a su hermosa india en el más oscuro de los rincones, abrazada al joven John Ilde Pacho. “Nieguen, hijueputas”, les dijo, y desenvainó el machete. La bella Sonia, tan veterana en el peligro como en el amor, saltó de la silla y se aferró con todo su peso del brazo amenazante durante los preciosos instantes que aprovechó el aterrado rival para reponerse del susto y salir corriendo a la calle.

Orlando Cuene, el cantinero, al percatarse del drama, apagó la música a las tres y cuarenta y cinco, lo que le permitió a la gente escuchar los gritos desesperados de Sonia cuando su marido se libró de ella y comenzó la persecución contra el enemigo desarmado. Al punto se abrieron las puertas de la escuela porque los niños curiosos, desobe-81-

Profesor Hugo Efraín Dorado Zúñiga, nacido en Bolívar, Cauca. Abogado y Lic. en Lenguas Modernas. Llegó a Páez a trabajar en el Núcleo Escolar de Tóez y luego fue rector del colegio de Mosoco.

Dejó escritos vario scuentos y un folleto co anécdotas de la avalancha Murió el 04 de enero del 2004 / Foto Luis Ignacio Escobar Castañeda

dientes a las monjas vicentinas, salieron a presenciar la escena, todavía con los himnarios en las manos.

De los fogones emergieron las ahumadas cocineras y de los rincones se incorporaron los ancianos enfermos, y todo el pueblo se resignó a presenciar el desenlace fatal de una traición de amor, cuando el infortunado John Ilder tropezó en su carrera, justo frente a la iglesia y cerró los ojos para recibir el golpe final.

Fue entonces cuando sopló un viento frío que vino del páramo y todos oyeron un ronquido subterráneo. A las tres y cuarenta y siete la tierra se puso a galopar con violencia y una nube de polvo espeso y amarillo cubrió por completo el caserío.

Cuando la violencia del terremoto dejó a los dos indios levantarse del suelo, ya Mosoco no estaba.

La iglesia, la escuela, el colegio y las cien casas yacían despedazadas, pero Reinaldo Puque, John Ílder y los demás mosoqueños se hallaban vivos para contarlo.

Esa noche, entre la angustia del aislamiento y los ayes de los heridos, todos recordaron con respeto las predicciones de Abelardo.▲

CUANDO EL RÍO SUENA -Cuento-

Escrito por el profesor Luis Ignacio Escobar Castañeda e incluido en la antología “Minga Creativa” organizada por la Secretaría de Educación y Cultura del Cauca - diciembre de 2003

H

abían pasado tres años desde la última creciente del río, que las gentes apenas se preocupaban en las épocas de lluvias abundantes.

Los abuelos ancianos habían contado a sus hijos y estos a sus nietos de la capacidad de destrucción que tiene el agua represada.

Cuando la quebrada o el río crecían, las gentes tomaban posiciones seguras en las riberas para ver arrastrar inmensos árboles, animales y escuchar el constante chocar de las piedras, afirmando que “cuando el río suena, piedras lleva”. Pasada la creciente “grande”, la mayoría se desplazaba sobre las charcas y humedales dejados por el río para recoger peces y pescados; los primeros, saltarines, huyendo de las manos del improvisado pescador y los otros, con sus dorsos verdes brillantes, casi fétidos por la acción del viento, del calor y del recorrido involuntario en medio de la turbulencia de las aguas. Este era un espectáculo frecuente casi por los meses de junio y julio, cuando las lluvias azotan la región.

Hace muchos años llegaron los colonos en busca de buenas tierras para la cría de ganado, nada mejor que las cuencas planas de los ríos en las partes media y alta, con ellas llegaron los aserradores y sus cuadrillas en busca de finas maderas, acompañados de machetes, hachas, sierras gigantes y troceros; la mortandad de árboles y arbustos dio paso a medianas fincas ganaderas.

Los grandes y nativos árboles dieron paso a los pastizales y al ganado, las sierras rompieron el silencio, las aves y las fieras buscaron otros refugios.

Así empezó el hombre a pelear con la naturaleza. Pasaron muchos años; las hachas y serruchos y cedieron el paso a guadañas y motosierras; los cultivos de maíz, fríjol, trigo a la amapola; las cuencas y montañas parecían bolas de billar, salpicadas de rojo, nácar, púrpura, solferino; los jardines malditos de

la droga invadieron el territorio; los alimentos escasearon y en pueblos y veredas se establecieron burdeles y cantinas; la vida se puso imposible, la plata fácil todo lo encareció; las gallinas pagaban el pato; los borrachitos ya no comían enlatados sino gallina al precio que fuera; las destartaladas carreteras se llenaron de motocicletas y lujosos autos de dueño desconocido; se acabaron las peleas a trompadas o a puño limpio; ahora tocaba desenfundar una nueve milímetros, un Sánchez Amaya, un Smith Watson o un Colt Caballo.

Los ecologistas y los cabildos verdes se quedaron cortos con sus buenos consejos “de no destruir los bosques”. Desde los púlpitos los curas prevenían a las gentes y a los narcos los equiparaban con Satanás. Ecologistas y religiosos se quedaron con su cuento, pues los negociantes de narcóticos no tienen tiempo para reuniones menos para la misa.

Una tarde sonaron las campanas, su tañer anunciaba funeral.

Pronto se supo que había muerto Julio, un anciano blanqueador de casas. Desde las primeras horas de la noche se inició el desfile de familiares, amigos y noveleros hacia el lugar del velorio, a pocos pasos del parque central. Tinto, trago y cigarrillos iban y venían, mientras un grupo de señoras rezaban y cantaban en torno al ataúd. Entre rosario y rosario se abrió un espacio para charlar, reírse y echar cuentos, costumbre arraigada entre la gente.

- ¿Oíste chillar el trespiés? -preguntó Odilma-.

- Claro que sí -afirmó Teodosia- lo escuché en el palo de yarumo; hay muerto y es hoy. Miren -dijo señalando al difunto-, se nos fue Julio.

- Ese pájaro no falla -apuntó Sebastián-.

- La semana pasada silbó el ánima allá en Zanja Seca -dijo Claudino-.

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- Los animales y los espíritus avisan cuando va a haber muerto -anotó otro contertulio-.

- ¿Quién será el próximo? -preguntó Concha-.

- Cualquiera de nosotros -respondieron algunos-.

- Dicen que cuando los gallos cantan a deshoras o los perros ladran lastimeramente es presagio de desgacia -dijo José Dolores-.

- !Eso es paja, eso es mentiras!

-aseveró Milciades-. Los gallos, los perros y los pájaros cantan , ladran o chillan cuando les da la gana. Si así fuera, ya no existiría nadie, no coman cuento.

- Vos como estás muchacho no creés, pero vas a tener que creer algún día -le aseguró Josefa-.

Comentarios y presagios pararon. La camándula de misiá Placer indicaba que se continuaba con otro rosario.

Quién sabe porqué desde aquel velorio de Julio no pararon los comentarios de tragedia, de que algo fatal estaba por suceder.

En una de las tiendas, Margoth, una profesora de escuela, comentó a su colega Mábel que había visto a un niño pateando un tarro por la calle, que eso era presagio de desgracia.

- Ahora todo se volvió desgracia, caos, muerte, desolación. ¿Usted le mete esos cuentos a sus estudiantes? -averiguó Mábel-.

- Pues claro -afirmó Margoth-.

- Con razón han dejado de creer en Dios para creer en agüeros.

El sábado, día del mercado, la negra Petrona había sacado a la plaza su venta de vasijas de barro cocido. Las señoras amantes de estos utensilios se agolpaban junto a la mercancia.

- Oíste, Raimunda -le dijo una negra a la otra-, ¿sí oíste lo de los espantos que aparecieron por allá arriba?

- No, pero contá.

- Que han visto dos espantos con cuerpo de persona, uno es alto

y de color negro, el otro es bajito, mechudo y de color blanco; andan con unas cosas como cuadernos apuntando el nombre de las personas y haciendo unas señales con carbones en las puertas de las casas. Únicamente se ven de lejos, si uno se acerca, desaparecen, solo se les escucha la voz. Ayer ya venían por Casas Viejas.

- Entonces, hoy o mañana llegarán al pueblo -dijo Asunción-.

El domingo un grupo de personas se agolpó junto a un toldo donde vendían empanadas; hasta allí arrimó María Paz. El tema era el mismo que había circulado en los últimos días: “algo va a pasar”.

María Paz terció en la charla con su propia versión: - Cuando un gallinazo aparece muerto es anuncio de desgracia y ahora que subía del río encontré uno en la mata de guadúa, abajo de la Escuela Urbana.

Mujeres beatas, choferes, matarifes, policías, empleados y maestros habían sido permeados por los comentarios trágicos; era el tema obligado en la familia, en los corrillos y en las cantinas.

Amaneció aquel lunes festivo, el día espléndido, todos disfrutaban del descanso y muchos se habían dado cita en el parque central bajo la banca circular que hay en torno al samán; los incrédulos y profanos se mofaban de los rumores; de pronto Ezequiel hace un leve giro al oriente y mira hacia el cerro de los Quince Negros, observa a lo alto y grita: - !Miren, vengan todos, vengan todos!

Con una mano abierta y extendidasobre la frente buscaban a un lado del sol la señal que Ezequiel les indicaba.

- Eso es la figura de la cola de un cerdo -dijo alguien-.

- Es como un número seis -dijo otro-.

- Eso jamás se había visto, el cielo está anunciando algo -agregó un tercero-.

Milciades, el mocetón, volvió a increparlos por creer en suposiciones.

- Es hora de buscar el almuerzo.

Poco a poco el tumulto se des-

integró, cada uno tomó el camino de la casa.En la esquina de El Ojito, así se llama una de las calles del pueblo, Teodoro se encontró a Fortunato y en voz alta les contó que arriba, en El Limón, vio una culebra tan grande y tan larga que a sus 65 años nunca antes había visto en sus andanzas.

- Hola, Teodoro, con tantas cosas que se oyen y se ven, uno como que tiene que creer; eso coincide con lo que sucedió en el Seminario en donde un venado apareció por el norte del patio, entró en la biblioteca, luego pasó al comedor y saliendo por el sur tomó el camino de la loma.

- Quiera Dios que no pase nada -suplicó Teodoro-.

A eso de las tres de la tarde el día se tornó frío, nublado y un viento frío cruzó el espacio. De pronto se sacude la tierra, se escucha un estruendo aterrador y una llovizna pertinaz se precipita. Las gentes corren en todas las direcciones, gritan, oran y maldicen.

Un grupo de borrachitos corriendo en zig-zag, retransmiten lo que oyen: “que estalló el nevado y el río viene por los montes”. El anuncio recorrió pronto todos los rincones del pueblo; en filas indias se trataba de alcanzar la cima de la montaña. En minutos las casas quedaron abandonadas.

Cuando los que huían loma arriba se detuvieron para mirar atrás, el río era una masa informe de palos, piedras y lodo que despedían humo, chispas como de pólvora y olor a azufre.

En una pequeña planicie acamparon mujeres cargando sus hijos pequeños, ancianos y los inválidos.

Desde la hora fatídica, la tierra no dejaba de moverse; muchos cientos de personas ya hacían parte de los muertos; toneladas de piedra y lodo habían inscrito a lo largo de más de 150 kilómetros, el epitafio sobre un territorio otrora próspero y esperanzador, lleno de cuentos y leyendas.

En el hacinamiento, bajo los árboles del cafetal, a medida que avanzaban las primeras horas de la noche, en medio de la incertidumbre, muchos recordaban aquellos presagios de desgracia, los rumores -83-

callejeros que anunciaban la tragedia. Milciades, el incrédulo, puso en duda sus afirmaciones y aceptó haberse equivocado cuando alguien recordó las señales en el firmamento al promediar el día; asociaron la cola del cerdo y el número seis con el mes y el día fatídico, pues precisamente era el seis de junio.

Al amanecer del martes, cuando la luz del día entró por las hendijas del cambuche, el anciano Apolinar se retiró solitario, se sentó sobre un tronco al borde del barranco y mirando detenidamente el horizonte, calculó la magnitud de la tragedia; las lágrimas brotaron de sus ojos y corrieron precipitadas por sus mejillas, quizá con la misma velocidad con que lo hiciera el río. Se reincorporó el viejo Apolinar y regresó al cambuche.

- No llores, abuelo, que todos nos tenemos que morir -le dijo como consolándole Milciades- lo que se perdió, se perdió y qué vamos a hacer.

Don Apolinar bajó la cabeza, meditó un poco, apoyándose en un bordón se puso de pie y dijo a cuantos lo escuchaban: - No he llorado ni estoy triste por lo que se llevó el río, no por lo que dañó el temblor. Estoy triste, lloré y seguiré llorando porque la peor desgracia, la mayor catástrofe está por venir.

- ¿Qué más podrá venir, abuelo, nosotros qué mal hemos hecho para que nos castiguen así?

- Ahora vendrán redentores de las más diversas calañas, a disfrutar de nuestros sufrimientos y, sobre todo, vendrán extraños a colonizar nuestros pensamientos y costumbres.

El viejo recogió su jigra con lo poco que le había quedado, se terció la ruana, se puso su inseparablesombrero, se apuró un vaso con aguapanela simple, se despidió en plural, colocó su mano en el hombro de Milciades y retirándose lentamente del rancho, les dijo: - Me voy porque la vida continúa. . .▲

TIERRADENTRO

AGRIDULCE

Este soneto, escrito por Luis Orlando Peña “Peor”, fue quizá el primer poema que se le compuso a la avalancha. aparece firmado por su autor el 29 de julio de 1994

Bajo el samán y su follaje enorme, donde todo el que pase huela y mire, volverán a libar Mundo y Catire, el Patojo, Piles e Inconforme.

Uno que otro elemento de uniforme, y todo aquel a quien el guaro inspire, aunque borracho de ilusión suspire cuando su pensamiento se transforme.

Letra y música de Galo Rioja -seudónimo de Jairo E. Gordillo M. quien se desempeñó en la administración municipal de Abelardo Güegia como Ing. de Obras Públicas-. Esta letra está publicada en el periódico EUCHA, No. 12 del 23 de octubre de 1994 sin las dos últimas estrofa y luego en el periódico EL NOCTURNAL del Instituto “David González”, edición No. 4 de marzo de 1995, aparece completa e indica que los arreglos de esta canción los hicieron el maestro Elvio Muñoz y su hijo Wilson. Ojalá apareciera la partitura porque no la hemos escuchado.

Coro: A esos campos de verde esmeralda, a ese cielo de azul sinigual, vuelvo alegre entonando mi canto como vuelve a la playa la mar.

Volverán Montenegro y Luis Ignacio, con Carlos Musse y los otros Escobar, y volverá la juerga poco a poco.

!Fértil tierra de raza indomable! en tu entraña ha sembrado el Señor la ESPERANZA que vence el pasado, para verte feliz RENACER.

Pero un pesar circundará el espacio, por quienes ya no están ¡qué gran pesar! en especial, por nuestro amigo el Loco. ▲

HOMENAJE A LOS CRUZROJITAS

Es ya tiempo que todos unidos levantemos unidos la vista al confín, y con temple de acero afrontemos, la más grande y doliente MISIÓN.

Escrita por el Ing. Manuel Yasnó González, es una canción que permanece inédita pues su autor solo la ha cantado en recintos cerrados. Ya es hora de darla a conocer

La vida no entiendo, estoy confundido; será que las leyes de Dios se trocaron? pero yo me pregunto: ¿por qué se llevaron mis fieles amigos, sin aviso darnos?

Majestad de los campos en flor, en el himno que canta el remanso y los trinos cadentes del ave: Tierradentro palpita en tu ser!

Sería que en el cielo estaban enfermos unos querubines que había que atender?

Y por eso sin pensar dos cosas, de Páez, la Cruz Roja, al cielo se fue?

Coro: A esos campos de verde esmeralda. . .

No abandones la tierra sagrada: es legado que viene de Dios.

Los abuelos forjaron sus sueños y es tu sueño, también tu ideal.

Y que me digan que nadie ha sentido la ausencia de Cano y Ledezma también? de la “gorda” Otero, del “monito” Castro, de Húberth Gutiérrez, amigo “Freskey”, de Humberto Valencia y el “inquieto” Heladio, los dos Benjamines y Morón “viejo rey”?

El honor de ser hijo de Páez es tan gran de al paso de los años, con su atávico orgullo a los pueblos inmortales semillas dará.

Tan solo le pido, al Señor Bendito, que el día que me muera los encuentre allá y cuando yo llegue hagamos parrandas como aquellas noches, al pie del samán. ▲

Coro:

A esos campos de verde esmeralda. . . ▲

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NOSTALGIA Ing. Manuel Yasnó González

AVALANCHA EN TIERRADENTRO Las águilas de Cristo Canción en ritmo de corrido En la siguiente dirección pueden ver el video: http://bit.ly/1scXhAz

En la siguiente dirección puede ver el video de esta canción: http://bit.ly/1njB7ug

En las riberas del Páez donde tenía mis labranzas, /se confabuló aquel río y se corrió la montaña/ (Bis).

Y en medio de aquel furor de muerte y desesperanza, /desgarró el alma de un pueblo que era el orgullo de mi raza/ (Bis).

Año del 94 sucedio una gran tragedia, miles de hombres y mujeres que en esa tarde murieron, por causa de una avalancha que del nevado saliera: Eran las tres de la tarde, todo parecía tranquilo, cuando se escucha un estruendo, como si fuera un rugido, la muerte allí se ensañaba en las riberas del río.

Las flautas y los tambores ya no se oyen con donaire, solo el río sigue triste, su dolor nadie lo sabe; parece que al recorrer entre montañas y valles, /una plegaria levanta por aquellos que allí yacen/ (Bis).

Se sobrevuela la zona con aviación del gobierno y se rescatan personas del dolor y el sufrimiento, quise contarles, señores, lo que pasó en Tierradentro.

La pujanza de mi pueblo en la historia está grabada, /la escribieron mis abuelos, Guyumús y Don Juan Tama/ (Bis).

Por eso me quedo aquí, en esta tierra adorada, /aunque broten cien volcanes y se corran mil montañas/( Bis).

Belalcázar, tierra grata, y con su pueblo bravío siempre han sufrido el acecho del nevado enfurecido, eso no ha sido problema porque adelante han salido.

Si pasas por estas tierras que hoy parecen desoladas, encontrarás un jardín que mil cruces acompañan; si te roza alguna flor no la cortes que esa dalia, /es el corazón de un paez que ha florecido en el alba/ (Bis). ▲

A los que después nacieron y la historia no han sabido, este mensaje es pa´ustedes que de mi mente ha salido, es valorando a sus padres de lo mucho que han sufrido.

Se sobrevuela la zona (Bis) Hoy les cantamos a todos, en nombre de Jesucristo; vamos mi pueblo caucano, aceptemos al Bendito, es un pequeño homenaje, de Las Águilas de Cristo.

Se sobrevuela la zona (Bis) ▲ -85-

Carátula del folleto de anécdotas escritas por el profesor Hugo Efraín Dorado Zúñiga en el año 1997. Dibujo y diseño de Alfredo López Garcés -86-

No todo puede ser dolor y tristeza

¿Humoradas o humaredas?

Como dice Manuel Jaír Cardozo “Hagamos un alto en el camino para pensar en lo que decía. . .

Platón: “Reírnos de nosotros mismos es empezar ya a hacer más llevadera nuestra propia tragedia. . . o comedia o drama”. No estamos seguros si lo dijo Platón, Aristóteles o Sócrates –éstos como sabían y hablaban de todo-; o si lo oímos en Radio Eucha o lo dijo Telésforo en la F.M. Total, que si no lo dijo ninguno de ellos pues lo decimos nosotros. Y la idea es una sola: que tomemos la situación con tranquilidad y tratemos de sacarle el mayor provecho; que vivamos el día a día sin preocuparnos tanto por el mañana –así lo aconseja la Biblia-. Como dijo un vecino nuestro –y de eso sí estamos seguros-: “Vaya y no tenga”, vaya y no pase nada y nosotros muriéndonos antes de tiempo. Por eso en esta última parte de este documento les vamos a presentar una serie de apuntecitos para “mamarle gallo a la vida” antes de que ella nos mame gallo a nosotros. Son apuntes estractados de las diferentes tragedias que ha vivido Páez. Así que, “sin más preámbulos” como decía Léider Fabián Orozco (y seguía hablando media hora más), “vamos al grano” como dijo la gallina.

NOTA: Lo aquí narrado lo hacemos con mucho respeto y sin pretender ofender a nadie. En algunas aparece entre paréntesis el nombre de la persona que nos la contó. Si a alguien no le gusta esta sección, muy sencillo, no la lea y . . . ¡aproveche mejor su tiempo!

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NA RESPUESTA MILAGROSA: Entre el 9 y el 13 de mayo de 1994 se realizó en Belalcázar un taller sobre “Prevención y atención de desastres” que se clausuró con un gran simulacro. Fui comisionado por el Seminario para asistir y teníamos luego el compromiso de multiplicarlo con la comunidad educativa. Así lo hice y en la charla les recalqué que nos habían insistido mucho en que en estos eventos había que conservar la calma. Pues bien, uno de los más atentos fue el padre Alberto Torres –el vicerrector-, quien ese 6 de junio, mientras la tierra se movía y todo se venía al piso, muy obediente, parado en el centro del patio, pedía guardar la calma; pero al ver que nadie le hacía caso y que se estaba quedando solo, también salió corriendo y embarrado hasta la cintura me alcanzó en la mitad del potrero para recriminarme: - ¡Por Dios, Manuel! ¿Y ahora qué hacemos? ¿qué fue lo que usted aprendió en ese curso?.

Yo, totalmente descompuesto, solo atiné a responderle: - ¡Haga lo que pueda, padre, que esto no nos lo enseñaron en el curso!.

Poco le faltó al padre para sacarme en cara los cinco días de permiso que me había dado. Semanas después, cuando nos reunimos

en Bethel, mucho se burlaron los profesores y el padre Alberto de mi curso sobre “Atención y prevención de desastres” y de las indicaciones que les había dado. Y, como Jesucristo, siempre les respondí lo mismo: “No perdí a ninguno de los que me dieron”. NOTA: En el Seminario Menor no murió ninguna persona.

-------AMILIARES PERDIDOS (Luis Ignacio Escobar Castañeda): Después de un mes de la avalancha, Ignacio decidió pegarse un viajecito a Campoalegre, Huila para desestresarse. Allá fue “víctima” de unas desmedidas atenciones por parte de la colonia de exnormalistas de esa población que no sabían cómo tratarlo para ayudarlo a salir de su dolor. Ignacio, consciente de que no era merecedor de tantos cuidados, trató de todos modos de hacerse la víctima.

En una de esas amenas pero trágicas charlas, Olguita España, le preguntó: - Bueno, Nachito, y usted también perdió familiares en la tragedia?

Ignacio, con los ojos llorosos y la voz entrecortada, le respondió: - Claro, Olguita, yo perdí a mis dos abueli-tos.

- ¡Cómo así! Y por qué no nos había contado. ¿Y ellos en dónde es-

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taban?

- Pues en el cementerio - Rezando, acaso?

- No, ellos habían muerto a mediados de los ochentas y la avalancha se llevó sus tumbas.

Por más que lo intentaron no pudieron evitar la risa.

-------AVIONES CALEÑOS (Profesor Fabio Ramos): El sábado 2 de abril del año 94, dos meses antes de la avalancha del río Páez, en el barrio Villa del Norte de Belalcázar se vino un pequeño derrumbe que taponó la calle 2ª. y amenazó algunas casas de la parte de abajo.

Abelardo Güegia, Alcalde de Páez, acudió presuroso al sitio para ponerse al frente de la situación. Después de los consabidos saludos y comentarios, Abelardo preguntó: - Bueno, bueno, y aquí qui´habrá qui`hacer?

- Lo más indicado son unos gaviones –le dijo el profesor Fabio Ramos, quien era uno de los afectados pues su casa quedaba varios metros más abajo-.

- Bueno, bueno, apúnteme allí cinco gaviones –le dijo a Gordillo, su Secretario de Obras Públicas- esos los trairemos de Cali la semana entrante que viajemos.

Todos nos miramos sorprendidos, pero por respeto a la autoridad

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no hicimos ningún comentario. . . hasta ahora.

-------ME SIRVE, ME SIRVE! (James Arbey Yasnó): Paez que no montó en helicóptero durante la avalancha del 94 tendrá que esperar otra tragedia similar o mayor para que lo haga. Pues bien, habían pasado ya cerca de diez meses de la avalancha del 6 de junio y uno de los pocos paisanos que no había gozado de esta delicia era Don Saulo Achipiz, gran amigo de James quien oficiaba como Alcalde. Un día Don Saulo se acercó al Primer Mandatario y le confesó su deseo de saber qué se sentía “andando” por los aires. James le dijo que bajara al helipuerto y estuviera preparado que él hablaría con el Jefe de Vuelos para que se diera su “paseíto”.

Don Saulo, muy obediente, bajó a la cancha de la Escuela Urbana y se ubicó en la fila de los viajeros. Al llegar a la escalerilla para abordar el helicóptero, le preguntó el piloto: - ¿Y el señor para dónde va?

- ¡Para Inzá! –respondió Don Saulo emocionado-.

- ¡De malas! –le dijo el piloto- porque este vuelo va para Neiva.

- No importa, ¡me sirve, me sirve!

–dijo Don Saulo, mientras feliz su-

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bía por la escalerilla-.

-------OTRA DE “AVIONES”: Por esa misma época se hizo común que los “damnificados” cogieran los vuelos como si fueran la chiva de Edilson o Don Laureano, con la diferencia que aquí no pagaban nada. Y no fue raro ver a algunos como Chucho “Keipo” o John Casas, que ataviados con finos maletines de ejecutivos y pasando por “altos funcionarios” de nuestra “burocracia”, llegaban de Popayán en el primer vuelo de las 8:00 a.m., mamaban gallo durante todo el día en el pueblo y por la tarde tomaban nuevamente el vuelo de las 5:00 para irse a dormir a sus casas en Popayán y repetir al otro día la hazaña; esto les duró, hasta que les pillaron la maña. Pero el colmo de la sinvergüencería se vivió un sábado por la tarde cuando un grupo de unos diez vagos, con sus alcoholes en la cabeza, tomó uno de los vuelos que iba hacia La Plata, en donde esa noche se presentaba el ídolo del momento Darío Gómez, el “Rey del Despecho”. El piloto, un tanto malicioso, les preguntó a qué iban y uno de ellos, con la mayor desfachatez del mundo le respondió: - Es que estamos tan estresados que vamos al concierto de Darío Gómez.

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Al piloto, que también debería ser cochoso, le dio risa y los llevó.

-------PICENTRO EN LITIGIO: En 1996 se llevaba a cabo una reunión en la ciudad de Popayán en la que el senador Aurelio Iragorri, ante un gran grupo de políticos y alcaldes de la región, trataba de explicar las bondades de la “Ley Páez” y repetía y volvía a repetir -quizá con cierta intención- que el epicentro del sismo había sido en el municipio de Toribío. El alcalde James Arbey Yasnó Gallego lo escuchó pacientemente y cuando llegó su turno expuso sus puntos de vista y al final le dijo al Senador: - Y por favor, Dr. Iragorri, devuélvanos el epicentro del terremoto que éste ocurrió en Páez.

La risa fue general aunque al Senador le hizo poca gracia.

-------EL CENSO (Alcalde James Arbey Yasnó): Le pregunta el censor a uno de los damnificados de la tragedia del 94: - Su cédula?

- Se la llevó la avalancha - Y el número?

- ¡Pues también se lo llevó!

-------E OTRO CENSO (Hermis Valencia Ceballos): En el censo del 93 censaba Hermis en Avirama y le pregunta a una anciana: - Señora, ¿usted es analfabeta?

- No, mi jovencito, yo soy Ana Joaquina.

-------A SERPIENTE (Aparece relatada en el libro “Cuando el río suena” del Dr. Víctor Currea de Lugo). Cuenta que uno de los tantos médicos practicantes que vino durante la tragedia del 94 fue llamado de urgencia al sector de San Luis donde una señora había sido mordida por una culebra. Al llegar, el joven médico vio a la paciente muy mal y lo primero que le preguntó fue: - Señora, ¿y usted dónde estaba?

- Y dónde iba a estar, doctor, pues al pie de la culebra –le respondió la mujer retorciéndose del dolor-.

-------A NEVADA (NN): Discutían dos niños de alguna escuelita:

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El director de la CRC, Larry Olmedo Guerrero, visita el epicentro de la tragedia. Lo acompañan: Jacqueline Yasnó, Hélmuth Montero+, Luis Ignacio Escobar y Aníbal Liz./ Foto Noticieron Nacional

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- Le he dicho que no diga más Nevado sino Nevada del Huila .

- Y por qué si es del género masculino?

- Porque nos dijo el profe Wilson que desde que le descubrieron las dos grietas ahora es del género femenino.

-------EL DOCTOR DAZA (Jaír Cardozo Arteaga): Por estos días muchas damas recuerdan al querido y extremadamente decente Dr. Daza pues siempre que ellas iban a consulta con él, lo primero que les preguntaba era: - ¿Y cómo estamos de flujito?

Y eso es lo mismo que muchas le preguntan ahora a Jaír Cardozo: “¿Y cómo amaneció de flujito?”, refiriéndose a la “Nevada”, por supuesto.

-------USTERIDAD (Alcalde James): En una de las reuniones con los presidentes de JAC, el Alcalde preguntó sobre lo que les debía proporcionar para la alimentación durante el trabajo comunitario que se iba a realizar. En seguida pidió la palabra Don Alberto Guevara –del Bello Hori-zonte-, y en su estilo jocoso y bonachón, pidió que en su caso, y para sus asociados, únicamente le dieran para el refrigerio pues se trataba de economizar al máximo los recursos con que contaba la administración y que muchas muje-res por hacer el almuerzo no “trabajaban”.

- Y cómo qué necesitaría, Don Alberto? –preguntó el Alcalde, pensando quizá que le diría que gaseosa y pan-.

- Pues. . . serían dos arrobas de arroz, 50 libras de pollo, dos arrobas de papa y algo para el bajante.

Con meriendas como ésta, nos quedamos sin con qué hacer los albergues –pensó para sus adentros el Alcalde-.

-------AMBIO DE ALERTA: Hablábamos con el Personero Rogelio Vanegas que a raíz de la alerta roja en que nos encontrábamos era casi imposible darle inicio al torneo Interhinchas del Sénior Máster por el peligro que representa la cancha tan cerca al río. Don Eloy Muñoz,

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Secretario de Gobierno y quien nos venía escu-chando, inmediatamente intervino para decir: - No hay ningún problema, mientras ustedes juegan, pasamos la alerta roja a amarilla.

-------PURAS MENTIRAS! (Elcy Medina Perdomo) No todas las informaciones que se dan quedan a veces claras para todas las personas, como lo demuestra este “Mini-tremor”. Se acercó un campesino de unos 70 años a Don José Heriberto Cotacio y, entre asustado y disgustado, le dijo: “esu que dijerun los dotores pur la radio di que´l nevado estaba naranjado es pura mentira. Yo ista mañana levanté a las cinco pa´verlo y lo vi blanquito.

Qui nuengañen más a la gente, qui nu digan qui volcán ser naranja, rujo u amarillu qui yo llevar sitenta añus viéndulo y volcán siempre ser blancu; qui nu mientan más”.

-------NOCENCIA INFANTIL (Nereyda Achipiz): pero no son sólo los mayores los confundidos. Yeison Muñoz –tiene cuatro años-, el niño de la profe Nereyda, preocupado con la alerta naranja, le preguntó a ella: “mami, y cuando el volcán pase a manzana ¿qué es lo que debemos hacer?

-------SPACIO DE TIEMPO: las alertas también han servido como medida de tiempo. Se encuentran dos orientadoras de Gaitana Fxiw y le pregunta la una a la otra: - ¡Hola, vieja, cuánto hacía que no te veía!

- Huuummm, pues desde la alerta naranja pasada.

-------ABLAR POR HABLAR: a raíz de la emergencia de El Salado, que dejó sin el servicio de agua a Belalcázar, surgió la idea de prohibir el lavado de carros con el agua del acueducto. Un conductor preocupado llamó a Radio Eucha y le preguntó a Rafael Musse, Comandante del Cuerpo de Bomberos, cuál era entonces la solución en este caso. Rafael, sin pensarlo dos veces, le contestó que la solución estaba en construir un nuevo acueducto en Belalcázar para la-

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var carros, loza, sanitarios, etc. y que el actual se debía dejar únicamente para el consumo humano.

Como esto lógicamente acarrearía una serie de inconvenientes (fuera del económico), entre ellos, volver a romper en las casas para meter la nueva tubería, alguien, con mucha ironía, ha propuesto que se consiga una tubería de calibre más pequeño y se meta por dentro de la que ya existe para que por ahí nos llegue el agua de Rafael. Y otro más se preguntó: “y el día en que haya un incendio ¿con qué agua van a apagar los bomberos mientras se construye el acueducto de Rafa?

-------EDIDA DE PREVENCIÓN: el lunes festivo 3 de noviembre hacia el medio día, el nevado volvió a tener comportamientos extraños y la gente de la zona norte empezó a alarmarse porque los temblores eran permanentes, los ruidos muy fuertes y comenzó a caer ceniza, fenómeno que poco se había presentado. Lógicamente los co-muneros de Caloto y Mesa de Tóez empe-zaron a comunicarse a través de los radio-teléfonos y a pedir que por favor los organismos de socorro les dijeran que tenían qué hacer, que la situación se estaba po-niendo bastante delicada. Al no recibir respuesta, alguno preguntó alarmado: - Aquí Caloto, Por favor, pregúntenle a los de Ingeominas qué hacemos, esto se está poniendo muy feo y sigue cayendo muchísima ceniza.

La gente está muy preocupada. Por favor, ¡ayúdenos!. ¿Qué hacemos? ¡Cambio!

Uno de los funcionarios de la Cruz Roja de Belalcázar, que tampoco tenía la respuesta milagrosa que los norteños esperaban, sólo se le ocurrió decirles.

- Mire, que se pongan los tapacobas y por favor, que no hablen tanto porque se les va a llenar la boca de ceniza. ¡Cambio!

Al otro lado del teléfono sólo se escuchó un largo “huuuummmmmmmm”.

-------ÉRDIDA IRREPARABLE: el miércoles 18 de abril de 2007 los damnificados del Cañón de El

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Símbola fueron evacuados en helicópteros hasta Belalcázar. Al comienzo todo bien, pero como casi siempre ocurre en estas situaciones, una vez pasado el susto vienen las peleas entre la gente por la recepción de algunas ayudas. Y esa ocasión no fue la excepción y ahí en la misma cancha hubo discusiones entre algunos damnificados que se recriminaban mutua-mente porque el uno no había perdido na-da y el otro había perdido más y tenía mayores necesidades. Dentro del grupo se destacaba una señora que era quien más problemas ponía y se quería apropiar de muchas de las cosas que se estaban repartiendo.

Uno de los líderes de la comunidad no aguantó más y ya bastante molesto pero guardando la compostura, le dijo: - Mire, mi señora, porque no deja que esas ayudas se les entreguen a familias que en realidad perdieron sus cositas y las necesiten, al fin de cuentas, usted no perdió nada.

Pero este comentario lejos de calmarla la enfureció aún más y en términos desobligantes se refirió al líder increpándole que estaba equivocado en sus apreciaciones. Éste, con la mayor ironía del mundo, le presentó disculpas: - Mire, mi señora, ¡qué pena! yo sí estoy equivocado y me disculpo.

Usted sí perdió, y mucho, porque usted perdió LA VER-GÜEN-ZA! -------UIDADOSA (Luis Ignacio Escobar C.): La Negra Cruzana Burgos, que había abandonando en silencio a Belalcázar para disponerse a disfrutar de los XVIII Juegos Deportivos Nacionales de Cali, en una concurrida avenida se encontró con una gitana, la cual leyendo la palma de su mano le predijo: “Señora, usted ha abandonado una bonita vivienda muy lejos de aquí y ésta está en inminente peligro de desaparecer”.

Ya en su almacén “Pisabonito”, le comentó al esposo, a los hijos y a Marianita lo que la gitana le había dicho. Ésta última le aconsejó que regresara a Belalcázar cuanto antes.

- Qué milagro de volverla a ver por aquí - le decían sus vecinos-

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Y Cruzana muy segura les respondía: - Es que me vine a cuidar la casa porque me contaron que el río Páez se la piensa llevar.

-------UELO PRIVADO (Luis Ignacio Escobar C.): Leovigildo Pardo, a quien la avalancha lo cogió en la parte norte de Páez, llegó sorpresivamente a su casa el domingo 23 de noviembre. Su señora esposa muy sorprendida le preguntó: - Y usted cómo hizo para llegar si la carretera se la tragó el Páez?

- Mi amor, es que me vine en un vuelo privado - respondió Leo-.

- No digás mentiras, dejá de ser chicanero que vos no tenés dinero para pagar un viaje de esos.

- No, mija, en un vuelo privado, pero privado del susto –respondió Leovigildo-------IERNAS PENSANTES: El miércoles 26 de noviembre, mientras un grupo de personas sacábamos los pupitres sobrevivientes de la Sección Primaria en el barrio “El Jardín”, el “Moño” Muñoz se sentó plácidamente a descansar, por lo que la profesora Etna Ruth le dijo en son de broma: - Moño, no se siente, trabaje.

- Es que me duelen mucho las piernas de tanto pensar - respondió Luis Antonio-.

-------IAJE BARATO (Luis Ignacio Escobar C.): Mi amigo Guagás tomó un vuelo Inzá – Belalcázar; al aterrizar en el pueblo, su esposa muy animada corrió a recibirlo y de inmediato le preguntó: - Mijo, cuánto se gastaron?

- Nada, mija, en el aire no hay tiendas.

-------ECOMENDACIÓN: Cuando usted aborde un helicóptero tenga en cuenta que se dirija de acuerdo con las COORDENADAS y no a las DES-ORDENADAS, pues el Alcalde de Inzá apareció en Nátaga.

-------ECRETARÍA CULPABLE: Otra de las instituciones afectadas por la avalancha del pasa-

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do 20 fue Santo Domingo Savio de Cuetando. El río acabó con los proyectos del profesor William Mesa: los semilleros de cocos, corozos y chontaduros; las jaulas de los duendecillos y los botalones de los guarimacos. Al enterarse una exprofesora dijo enfáticamente: “La única responsable es la Secretaría de Educación, una y mil veces solicité asignaran un cuidandero, también solicité colaboración para encerrar muy bien los predios de la finca “El Carmen”. Ahí están las consecuencias. Sin resistencia alguna, le quedó fácil al río esa madrugada cargarse con todo, sin que nadie opusiera resistencia”.

-------Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS? Un inquieto lector de EL ENJAMBRE, muy preocupado por la situación, le preguntó a la doctora Martha Calvache, de Ingeominas: - ¿Doctora, y ahora quién va a cuidar el Volcán Nevado si se nos viene el MAYOR-DOMO? -------ETIDA DE PATA: En una madrugada por allá del año 2005, después de un fuerte aguacero, varias casas del barrio “Las Américas”, conocido anteriormente como “Los Camellos” se vieron inundadas. Una de las viviendas afectadas fue la de Don Gerardo López, el Negro Lalo, quien acudió a las 3:00 de la mañana a la ventana de su vecino Ernesto Mulcué para pedirle prestada una pala para iniciar los trabajos de evacuación freática. Ernesto, entre dormido y diligente, le dijo que con mucho gusto y que tranquilo que él mismo iría a ayudarle a sacar el agua, pero cuál no sería su sorpresa al poner los pies en el suelo y notar que a él también le llegaba el barro hasta media pierna. No le quedó otra que decirle a Lalo: - Espere, Negro, que yo también metí la pa-ta, saco el barro de mi casa y ya paso a ayudarle.

-------ASAS EN PROMOCIÓN: A Don Ernesto Valencia Ceballos le preguntaron si no sabía de pronto de alguna casa que estuvieran ven-diendo en Belalcázar y él al

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instante contra preguntó: - ¿Cómo la quiere: con playa o sin playa?

- ¿Cómo así? –le dijo el sorprendido comprador.

- Es que si la quiere sin playa es más cara que si la quiere con playa –respondió Ernesto por aquello de las hermosas playas que quedaron en las viviendas de Los Guaduales y Bello Horizonte, playas que envidiarían los mismos habitantes de Cartagena o Santa Marta pero que para nosotros, por ahora, son un dolor de cabeza.

-------LASES DE ESPAÑOL EN EMERGENCIA: (Apuntes tomados de “Chistes Vargas”, chistes cortos y flojos pero que hacen reír de la piedra). A raíz de la situación que estamos atravesando se ha vuelto común que en las distintas instituciones educativas que están en zona de alto riesgo, los docentes, desde las diferentes asig-naturas, incluyan la tragedia dentro de sus temáticas de estudio para ayudar en la preparación de los estudiantes por aquello de que “Entender el riesgo, ya es reducirlo”. Lo que se narra a continuación ocu-rrió en una clase de lengua castellana.

- En la oración: “Por la avalancha un señor fue arrastrado”, ¿en dónde está el sujeto? –pregunta la profesora-.

Huy, profe, si fue arrastrado por la avalancha lo más seguro es que ese sujeto ya esté en la represa de Betania –responde Juan Dieguito-.

- Haber, Camilín, la oración: “El nevado ya está a punto de explotar” en que tiempo está?

- Refácil, mi profe, si ya está a punto de explotar está en tiempo de que cojamos el kit de emergencia y corramos pa´ La Mesa.

La profesora escribe en el tablero con letras grandes y resaltando el error ortográfico: “El canvuche de El Pinche quedó muy bonito” y luego pregunta: - Dime, Jorgín, en esta oración hay un feo error ¿cuál es?

- Hummm, profe, no solo un feo error sino una gran mentira porque en El Pinche hasta ahora no han hecho nada.

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- Ahora -dice la profe-, en la oración: “Jorge Quintero son el Comandante de los Bomberos” hay un grave error de concordancia entre el sujeto y el verbo, ¿lo puedes corregir, Juan Pablín?

- Claro, señorita, y el error no es entre el sujeto y el verbo sino entre el sujeto y el organismo de socorro porque la oración correcta sería: “Rafael Musse son el Comandante de los Bomberos” o sino “Jorge Quintero son el Director del Proyecto Dipeco”, y también se la puedo hacer con el de la Defensa Civil si quiere Pregunta la profe: - ¿Felipín, avalancha se escribe con H? - Claro, profesora, no ve que sino diría AVALANCA –responde muy seguro Felipito- Profe, verdá que nevao se escribe con V y también con B? –interroga Pablo Andresito.

- No, Pablín, estás equivocado, nevado se escribe sólo con V, ¡con U-V-E! - No, profe, la equivocá es usté porque neVao sí se escribe con V, con ¡U-V-E!, y tamBién se escribe con B, con B-E larga.

- Dígame ésta, profe, ¿nevado dónde lleva la tilde?-dice Jorge Alejandrinito- Alejandrín, estás confundido. Nevado es una palabra grave terminada en vocal y como tal no lleva tilde.

- No, profe, mi papá que es de un organismo de socorro y sabe mucho de tragedias me dijo que nevado llevaba la tilde en volcán.

- Proje, proje –dice acucioso Francisquito- vusté que sabe tanto de español, respóndame esta pregunta: ¿cuántas personas esaitamente quedarían dainificadas si hubiera una garlancha?

- Muy difícil responder eso, Francisquín –le dice la profesora y agrega-. Eso sólo lo sabe mi Dios.

- No, proje, serían sólo SEIS PERSONAS las dainificadas.

- Cómo así, Francisquín?

- Sí, proje, sólo serían: Yo, Tú, Él, Nosotros, Vosotros y Ellos.

- ¡Silencio, niños! No se rían. A ver, tú, Chavín que has estado tan atento, dime: ¿DIPECHO es una sigla o un acrónimo?

- Never de las dos, may ticher, y no se dice Dipecho sino Dipeco del fransuá Guillom. Dipeco son unos manes vestidos de blue que nos han enseñado que ¡Understand el risk, ya es reduction!. ¿Sí o pa´qué?

Suena la campana pero la profe hubiese preferido que sonara la alarma; desconsolada piensa para sus interiores: “por estudiantes como éstos es que a veces creo que es mejor que explote ese volcán o decreten la alerta roja; estos verraquitos no saben un cú. . . mulo de cosas de español, pero eso sí, en atención de desastres no les gana nadie”.▲- - - - - - - -

Como este, muchos helipuertos se improvisaron por todas las zonas afectadas por la tragedia. Se dice que en algunos sitios, debido a la mala ortografía, los pilotos no pudieron llegar pues en lugar de la H escribían la E (Elipuerto); y también que de estos despegó más de un “avión”./ Foto Alfredo López

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Cartel promocional de la conmemoración de los 20 años de la tragedia