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VOX / MIÉRCOLES, 5 DE DICIEMBRE DE 2012 El periódico de Puerto Rico
VOX Último pataleo colonial DR. HÉCTOR A. RÍOS MAURY, CATEDRÁTICO UPR RÍO PIEDRAS
“Lo tuyo es puro teatro”. –La Lupe Después del reciente resultado plebiscitario, Puerto Rico se divide en dos grandes bloques: 1. Las fuerzas progresistas anticolonialistas, que incluyen al movimiento estadista, diversos grupos ciudadanos, sectores independentistas particularmente alrededor del PIP, y entidades soberanistas como ALAS, que giran en torno al electorado popular. 2. Las fuerzas colonialistas, partidarias del más reaccionario inmovilismo, cuyo sumo sacerdote es el liderato del Partido Popular. Estas incluyen también a otros grupos independentistas, cuya servil lealtad a la Pava se explica por su casi nazi, nacionalismo antiestadista y antiamericano. Este segundo y minoritario bloque es muy imaginativo. Solo le falta incluir en sus listas de antiestadistas destacados, a los residentes del Zoológico
de Mayagüez y a los monos Rhesus del Valle de Lajas. Luego del descalificatorio y contundente rechazo al ELA colonial en la primera pregunta del plebiscito más concurrido de nuestra historia, con cerca de un millón de electores votando ‘No’; pretenden ignorar ese resultado y el de la segunda pregunta, en la que la Estadidad obtuvo una holgada mayoría del 61% entre las opciones no coloniales de cambio, seguida por el ELA Soberano con 33% y la Independencia con 6%. Creativamente pretenden contar las papeletas en blanco como votos contra la Estadidad. ¡Qué interesante! Alegadamente no son expresiones contra la Independencia ni contra el ELA Soberano, sino exclusivamente contra la Estadidad. Tomando en cuenta que alrededor de un 26 % de las papeletas fueron depositadas en blanco, la Estadidad solo tiene un 45% argumentan estos genios… retrógrados. Eso sí, no dicen que, aplicando su torcido y antidemocrático razonamiento el ELA Soberano bajaría a un 24% y la Independencia al 4% (el 1%
fueron protestadas). Un 55% del electorado no favorece la Estadidad gritan; pero con su misma “lógica” un 76% rechaza el ELA Soberano y un 96% la Independencia. Más aún, si ese 26% de papeletas en blanco son a favor del ELA colonial, entonces la pela de la primera pregunta se queda corta, pues el rechazo a esa alternativa no es 54 a 46, sino 74 a 26. Washington ya comenzó a actuar sobre la legítima y democrática expresión plebiscitaria y los colonialistas obstaculizadores nuevamente serán derrotados. “Los resultados fueron claros. El pueblo de Puerto Rico quiere que el asunto del estatus se resuelva y una mayoría favoreció la Estadidad en la segunda pregunta. Ahora le toca al Congreso actuar y la administración trabajará con ellos en ese esfuerzo” dijo ayer Luis Miranda, portavoz de Asuntos Hispánicos de la Casa Blanca. La negación de los resultados del plebiscito por los exponentes del Parque Político Jurásico local, es su último pataleo colonialista.
La máquina de escribir NORMA VALLE FERRER, PERIODISTA Y CATEDRÁTICA
En estos días el servicio de noticias de la BBC de Londres dio cuenta de la última máquina de escribir que construyó recientemente una fábrica de Gales en el Reino Unido. La máquina, convertida ya en una pieza de coleccionista, pasó a un museo londinense. Sin embargo, el artículo explica que los aficionados esgrimen varias importantes razones para que la maquinilla no esté en un museo sino en mentes y -por supuesto manos- que le aprecien. Las razones enumeradas por los fanáticos son las siguientes: que son simplemente prácticas, que no distraen con múltiples funciones, que no necesitan electricidad, que son hermosas piezas mecánicas y que están de moda para hacer invitaciones de bodas. De estas razones yo no difiero, las apoyo casi todas, más tengo mis propias ideas al respecto. Como por ejemplo, que me quedé embelezada por un largo rato frente a la pequeña maquinilla
que se exhibe en un discreto museo privado de Barranquilla, Colombia y que según los dueños usó Gabriel García Márquez para escribir sus primeros cuentos y tal vez una que otra novela. Tengo una foto junto a la maquinilla (esta sí es alegadamente histórica) de Edgar Allan Poe en su diminuta buhardilla de un barrio pobre de Baltimore. Un enorme cuervo (disecado, por favor) reina sobre el recinto. Ah, y también en el Dublin Writers Museum, pude apreciar varias máquinas de escribir Royal, no sé si de Oscar Wilde o Samuel Becket. Y en Porta Portese, el mercado de pulgas de Roma, compré en los 70 una Remington de 1918 que tuve que dejar en casa de una amiga porque en esos días significaba mucha carga para mí. Solo guardo con cariño la Olympia que me
regaló mi padre el día que me fui a la universidad a estudiar periodismo. La maquinilla se convirtió durante el siglo XX en un símbolo de la escritura como lo hizo la pluma de ave y el pergamino en siglos anteriores. Además, la máquina de escribir es más segura cuando se escribe un mensaje secreto, ya que no se deja una huella digital. Sin embargo, ahora se me hace difícil pensar en cómo hacíamos periodismo de calidad en el viejo periódico El Mundo, cambiando un párrafo de lugar en el texto, escribiendo cuatro, cinco o hasta diez entradas diferentes a un artículo hasta encontrar la palabra precisa. La computadora ciertamente ha cambiado nuestras rutinas de trabajo, lo que nunca cambiará es el respeto y hasta cierto punto el amor que le tenemos a la máquina de escribir.