Que le metan mano a todos: Sí, todos

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La semana pasada, en el ámbito político administrativo del País, resaltaron una serie de noticias que reflejan cada una en su particular realidad, un mal común. Me refiero a la selectividad del acercamiento al tema conforme a los intereses políticos que se pregonen por cada cual. Para los rojos, los azules merecen que el sistema de justicia —ya sea federal o estatal— les metan mano. Para los azules, los rojos merecen que esos mismos sistemas les metan mano. Para las izquierdas, tanto los azules como rojos merecen que les metan mano. Para ciertos sectores con la facultad de establecer las bases de la discusión pública formal, que les metan mano depende. Depende de quien esté dispuesto a pagar o la payola, o depende del o los amigos de quien se trate.

Lcdo. Iván Rivera @ivanantonio2016

las autoridades federales o estatales a denunciarlo? Más aún, de esos, los que son abogados, ¿por qué no cumplieron su deber ético de denunciar la comisión de un delito? El Canon 7 del Código de Ética de la Profesión estable que: será altamente impropio de un abogado dar consejo legal a una persona o entidad para facilitar o encubrir la comisión de un delito público. Si un abogado es informado por su cliente de su intención de cometer un delito público, tiene el deber de adoptar aquellas medidas adecuadas para evitar la comisión de tal delito.

George, éste no era tan malo na’.

En este mismo tema caen las expresiones de la Comisionada Residente Jennifer González en una actividad proselitista hace dos fines de semana. Ésta, con total convencimiento de causa, indicó con su propia boca de comer que a presidentes municipales de su partido, se les estaba amenazando con despedirlos de sus respectivas agencias si les mostraban apoyo. La conducta aludida por la Comisionada, aparte de ser una constitutiva de violación de derechos civiles y discrimen por ideas políticas, podría configurar delito conforme, por ejemplo, a los Arts. 179 y 180 del Código Penal de Puerto Rico, así como violación a varios incisos de la Ley de Ética Gubernamental.

parte del Secretario de Hacienda diseminada el fin de semana en sus redes sociales. La de parear las adquisiciones de titularidad y/o propiedad de, por ejemplo, bienes inmuebles de alto valor, con lo que reflejan las planillas de contribución sobre ingresos de los adquirientes. Esa comparativa ciertamente es una buena idea que puede llevar a identificar evasores contributivos e incluso delincuentes, como por ejemplo narcotraficantes. Ahora bien, la misma debe extenderse a políticos y funcionarios públicos.

Tras la culminación del juicio de Sixto George y su sentencia, ha salido Reymundo y todo el mundo a decir que sabían y/o que habían sido seducidos por éste con dinero para que adelantaran ciertos temas, mensajes, figuras o ataques a otros. No obstante, la pregunta obligada es: ¿Por qué no fueron a

Así que a los que hoy día amenazan a Sixto George con decir lo que saben de él, al igual que los que fueron testigos de alegados delitos cometidos por él, que son abogados, no basta con hoy desgarrarse las vestiduras y realizar giras a los medios de comunicación haciéndose los indignados. Si lo sabían, lo vieron y lo presenciaron, el no haber acudido a las autoridades competentes sobre los mismos, ronda por los linderos de la antieticidad de su profesión. Claro, cuando le cacheteaban los vinos y las cenas a Sixto

Peor aún, es uno de los grandes males que carcomen la función y administración pública de nuestro País. Si verdaderamente la Comisionada tiene un interés genuino de sanear la administración pública de Puerto Rico, tiene una obligación ineludible de acudir a las autoridades y declarar lo que sabe sobre esas amenazas para que el Departamento de Justicia y/o el PFEI le metan manos a todos, aunque sean de su propio partido.

Por último, hago alusión a una buena idea y aviso de práctica de

Por años hemos visto como legisladores, alcaldes, exgobernadores etc. —quienes prácticamente han fungido como funcionarios públicos toda su vida productiva, con sueldos acorde con dichas funciones— que tienen varias casas y apartamentos, varios carros del renglón de lujo o de colección, caballos de paso fino o pura sangres en el hipódromo —con lo que eso cuesta— pagan pensiones alimenticias, tienen a sus hijos estudiando en colegios privados caros y/o universidades caras en EE.UU., cuando el 99% de los asalariados que ganan alrededor de cien mil dólares al año no pueden tener ni una décima parte de esos bienes. A esos también hay que meterles mano. Que le metan mano a todos…, sí, a todos.

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