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Opinión En el 2023 persigue solo un conejo
Hay un proverbio chino que dice que el cazador que persigue dos conejos no atrapa ninguno. Reflexionando sobre el significado de dicho proverbio me percaté de cuán importante es entender el mensaje de la sabiduría milenaria que nos regala la cultura oriental, una vez más. En Puerto Rico, lo más cerca que se me ocurre desde el punto de vista de nuestra sabiduría popular es ese refrán que dice que “el que mucho abarca poco aprieta”.
Vivimos en una sociedad en la que se rinde culto desmedido a lo que llamamos “multitasking”. De hecho, nos enorgullece jactarnos de ser “multitaskers” y, alegadamente, capaces de ejecutar efectivamente varias tareas a la vez. Sin embargo, la palabra clave que surge de esa premisa es “efectivamente”. Si bien es cierto que podemos hacer varias cosas a la vez, no es correcto afirmar que las podemos hacer de una manera eficiente y correcta. La calidad de alguna de dichas tareas será, sin duda, sacrificada. Sacrificamos la calidad por la cantidad.
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Ello va de la mano con lo que ocurre a principio de todos los años; hacemos un número inmanejable de resoluciones de año nuevo, garantizando así que no vamos a cumplir la inmensa mayoría de ellas. Es por eso que en esta ocasión te invito a cambiar de estrategia. En lugar de desarrollar un extenso catálogo de intenciones, escoge tres cosas que, sin lugar a dudas, quieres cumplir, no más de tres. Debes comenzar por fijarte metas alcanzables. Cuando las logres, entonces puedes añadir una o dos más; pero solo cuando las termines, no antes. Tarda todo el tiempo que necesites, pero no añadas otras hasta que las acabes.
Para lograrlo, te propongo un calendario del año en el que anotes con fecha exacta el día en que quiera cumplir con tu propósito. Puedes dividir el año en cuantas fracciones quieras: meses, quincenas, semanas, días u horas. De hecho, mientras más específico seas, más probabilidades hay de convertir esa intención en una realidad. Si no estableces una fecha de cumplimiento, lo que hiciste fue meramente un ejercicio de intención (muy bonito) que no se convertirá en algo tangible. A manera de ejemplo, pensemos que decidiste bajar de peso. De entrada, esa “resolución” es muy general y vaga. Decide, de manera realista, cuantas libras y/o pulgadas deseas rebajar y establece metas a corto, mediano y largo plazo. Digamos que quieres rebajar 50 libras este año. De entrada, las 50 libras parecen muchas y da la sensación de ser una meta inalcanzable que te permitirá “rajarte” a la menor provo - cación. Es más realista y motivador decidir que para finales de febrero perderás 8 libras; 10 más para el 31 de marzo; 10 al final de abril; 5 en mayo y así sucesivamente.
Cuando logras pequeñas victorias verás los resultados y, poco a poco, te motivaras para alcanzar la meta propuesta. Lo mismo ocurre si te propusiste leer 12 libros este año. Es mucho más efectivo pensar que te vas a leer 1 libro mensual o, mejor aún, 10 páginas diarias. Así ocurre con cualquier “resolución” de año nuevo que realmente desees cumplir. Concéntrate en obtener pequeñas victorias durante el año, cuya suma se convertirá en un gran logro para celebrar en diciembre.
Lo que todos debemos tener claro es que, volviendo al proverbio chino, para poder agarrar nuevos hábitos, tenemos que soltar los viejos. No hay espacio para ambos.
Te invito a que visites mi página Yldefonso López para que tú también “vengas vira ‘o”.