CONSEJOABIERTO · Diciembre 2018
VINO Y CULTURA
Certamen Literario ‘Lorenzo Serrano’ 2018. Primer Premio.
El triunfo de Pepe
Autor: Nélida Leal
Nací siendo el octavo de la camada, sin padre conocido y quedando ya pocos dispuestos a cargar con el mal honor de haberme engendrado, porque madre, aun a los pocos años que por entonces lucía, era ya perra vieja, de modales montunos y amplia disposición para el retozo y la desvergüenza. Apenas broté de sus piernas le faltó tiempo para persignarse y rogar que fuera el último que por ese medio llegara, cansada de parir criaturas que a nadie importaban y que a duras penas podía alimentar, con sus labores de criada, pastora, nodriza o vendedora de frutas podridas en el mercado, y ello a pesar de perder una, de media, todos los
inviernos. Me llamó José, como afirmó, brava, que se llamaba mi padre, y nadie le rebatió nada ni entró en apuestas con ella, aunque a todos les constaba, y a ella la primera, que si llegó a acertar fue más bien fruto del azar que por conocimiento cierto de quién fue el huido que la había preñado por octava vez. Como José es nombre de cierto abolengo, a pesar de todo, y yo me crié y eché los dientes revolcándome entre desperdicios, poco tardé en llamarme Pepe, y a veces ni eso, que con “adefesio”, “desgraciado” o “borracho”, como me tachasen desde la misma infancia, me hube de conformar. Quiso la mala fortuna
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que, además de nacer de madre indecorosa y malhablada, añadiérase a mi desdicha ser, efectivamente, el último, el que tragaba las sobras roñosas que desdeñaran los otros, el que llevaba los golpes que esquivara el resto, siempre cuajado de mocos y legañoso, mal cubierto con los peores harapos y, cosa natural pues a cada paso arriesgaba el pescuezo, agarrado a las faldas de mi madre o de alguna
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