VAC La Revista No O2 - El País de la Niebla.

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vida arte cultura 02 SEPT 22 CARLOS LINCE LENTE A LA DERIVA
vida arte cultura Dirección CARLOS ALBERTO RAMÍREZ AMAYA Comité editorial SEBASTIÁN RINCÓN TRISTANCHO CARLOS ALBERTO RAMÍREZ AMAYA JOHN EDER SACANTIVA BERNAL EMILIO FERNANDO ROJAS RAMÍREZ RUTH MILENA OLIVELLA VALERIA CARDONA Editor SEBASTIÁN RINCÓN TRISTANCHO Dirección de arte JOHN EDER SACANTIVA BERNAL En este número ANA MARÍA LOZANO ROCHA / SEBASTIÁN FONSECA TRUJILLO / MILENA CAMACHO CARLOS LINCE / SEBASTIÁN RINCÓN TRISTANCHO / ALEXANDRA AGUIRRE ROJAS / DIANA BECERRA / HERNÁN BARROS / JUAN MESTRE / OMAR CASTA ÑEDA / JUAN FELIPE HERRERA Agradecimientos especiales LUÍS ARISTIZABAL - L.A. GALERÍA BLANCA BOTERO - ARTISTA PLÁSTICA JULIAN JIMENEZ CALDERÓN - MED Fotografía de Portada PÁRAMO DE SUMAPÁZ POR CARLOS LINCE Fotografía de Pseudónimo EMERSON MATHEW [unsplash.com] Fotografía de Artículos BLANCA BOTERO [Foto exposición] ANASTASIYA ROMANOVA [unsplash.com] ARCHIVO - MILENA CAMACHO CARLOS LINCE EMILIO ROJAS RAMÍREZ SHANE ROUNCE [unsplash.com] ARCHIVO - FOOD OF WAR EMILIO ROJAS RAMÍREZ OMAR CASTAÑEDA Correción de Estilo SEBASTIAN RINCÓN TRISTANCHO Programador Web VAC EDWARD GAUTIVA Diseño y Diagramación JOHN EDER SACANTIVA BERNAL VAC - Vida, Arte y Cultura es la reunión de personas de diversas disciplinas que le apuestan a la vida, el arte y la cultura. VAC LA REVISTA es un espacio de opinión, que busca plasmar las voces de personas que viven, crean y sienten la cultura. Derechos de autor y licencia de distribución Licencia Creative Commons. Atribuir - CompartirIgual Requiere la referencia al autor original. Visita nuestra página web y conoce nuestro proyecto www.vidaarteycultura.com vac@vidaarteycultura.com ISSN 2954-5315 (En línea) VAC LA REVISTA Número 02 - EL PAÍS DE LA NIEBLA Septiembre 2022 Bogotá D.C. Colombia - Suramérica

CARLOS ALBERTO RAMÍREZ AMAYA

Ya hay demasiadas cosas desagradables en la vida como para que nos inventemos más.

En el siglo XVIII la corona española creó las expediciones botánicas de las américas, que buscaban contribuir a la recuperación económica y científica de la península. Como resultado se obtuvo un gran volumen e inventario de la flora americana. Lejos de influir en la economía y la ciencia espa ñola, estos materiales permanecieron custodiados en los cabildos hasta la llegada de las insurgencias libertarias que obligaron a trasladar los folios de la expedición al jardín botánico de Madrid. La expedición botánica descubrió el tesoro inconmensurable de nuestras tierras, esas riquezas que, con fino detalle, fueron documentadas por criollos, científicos, foráneos y nativos.

La curiosidad científica, además, creó un vasto acervo de obras de arte: las láminas de la expedición, las representa ciones detalladas de la flora, ascienden a 8000 mil volúme nes, solamente en el caso del Reino de la Nueva Granada.

Un deslumbramiento por la naturaleza, similar al de los científicos de la expedición, ha permanecido a través de los años hasta nuestros días. Este deslumbramiento y también el deseo de conservación guían las páginas del presente número.

editorial

En esta edición el lector podrá ver una galería central que corresponde a la obra fotográfica de Carlos Lince. En los artí culos encontrará una visión sobre un oasis personal en el arte, los peces de un humedal que desaparece, el espacio de la cocina como un lugar de bienestar y amargura, la lectura de un paisaje de Juan Rulfo, la pedagogía artística de la naturaleza, encontrará la historia de los artistas de Food of War, y el des tino de las algas que llegan a las playas.

Este número cierra con una coproducción artística de mo nedas en formato NFT, creación del artista colombiano Omar Castañeda en colaboración con Felipe Herrera.

Los invito a sumergirse en la letra de todos estos autores que, desde diferentes ángulos, aportan a un cambio de con ciencia, a un cambio urgente de hábitos, a un cambio que determine nuestro presente.

Editorial 3 En esta edición 5 Oasis, el camino de Nordine 8 Capitanes y guapuchas: relojes de agua en el tiempo que fue 14 Cocina y soberanía alimentaria 20 Lente a la deriva 26 “Luvina” el paisaje que corroe 48 Food of war: Génesis y gastronomía inmersiva 56 Reflexiones desde Arte En-cauce: Aula ambiental y artística itinerante 60 Entendiendo el sargazo 66 Moneda virtual de la sostenibilidad 75

en esta edición

Profesional en Adminis tración con énfasis en Gestión Turística, becario del programa IberCultura Viva en Estudio Interna cional en Políticas Cultu rales de Base Comunita ria en la Escuela FALSCO, Argentina. Agente cultu ral, fundador y CEO de VAC - Vida Arte & Cultura.

Investigadora, curadora de arte contemporáneo colombiano, docente de las universidades UNAL y Javeriana. Maestra en Artes Plásticas. Magistra en Estudios Culturales. Candidata a Doctorado en Arte y Arquitectura, línea Crítica y Estética, UNAL.

Alumno de los Departa mentos de Ciencia política, Derecho de la UNAL y de la Escuela de formación en Literatura del Centro Cultural Bacatá de Funza. Presi dente de la Mesa Temáti ca del Humedal Gualí, miembro en la Fundación ECO-S Colombia, entre otras menciones.

Maestra en Arte e Historia dora del Arte de la Universi dad de los Andes. Explora la relación entre el arte y las representaciones de las colectividades y movimien tos sociales. Su investiga ción plástica gira alrededor de la soberanía alimentaria, la cocina y la representa ción de las mujeres en espacios de protesta.

Profesional en Estudios Literarios, con énfasis en creación literaria. Tuvo tesis meritoria con el guión literario de largo metraje titulado Escultura de un mentiroso, obra que narra la vida de un escultor que, ante el fracaso, estafa a uno de los hombres más peligro sos de Colombia.

Arquitecto, magíster en arquitectura del paisaje y fotógrafo. Mi principal enfoque es la fotografía de la naturaleza, busco que mis imágenes contribuyan a mostrar la riqueza y diversidad de nuestro planeta, generar conciencia e incentivar la protección del medio ambiente.

Sebastián Fonseca Murillo FUNZA, CUNDINAMARCA (COL) Carlos Lince BOGOTÁ D.C. (COL) Milena Camacho Rincón Ana María Lozano R. BOGOTÁ D.C. (COL) Carlos Alberto Ramírez BOGOTÁ D.C. (COL)
6 LA UNAL = LA NACHO = UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.

Alexandra Aguirre Rojas

BOGOTÁ D.C. (COL)

Docente, investigadora y autora en el campo de la historia del arte, la litera tura y el teatro. Profesional y candidata a magister en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia.

Hernán Barros LONDRES (UK)

Nacido en Barrancaber meja, Colombia. Su trabajo como artista de efectos visuales le da las habilidades técnicas para presentar imágenes compuestas de manera impecable, pero es como artista conceptual en Food of War que Hernán explora el papel que juega la comida en la historia.

Economista de la UNAL. Gestora cultural y ambiental, coordinadora de la Fundación HBG –Hermandad de la Buena Gestión, desde 2010. Ex consejera local de juven tud de Puente Aranda, 2005-2008. Integrante de la mesa y plataforma local de juventud, entre 2009-2010 y 2014-2017.

Creativo y creyente en la naturaleza y la economía circular.

Omar Castañeda

LONDRES (UK)

Nacido en Bogotá, Colombia. Central a su práctica artística es el tema de la comida. En consecuencia, utiliza sustancias alimenticias, tejidos animales y dientes humanos, metales precio sos, como signos en un intento de abordar, tanto visual como metafórica mente, la intersección de valores culturales.

Soñador e imaginativo errático. Traductor de textos en inglés de la Universidad La Gran Colombia, apasionado por las letras y todo lo que vengan con ellas, ha hecho cubrimientos periodisticos para radio y revistas.

BOGOTÁ D.C. (COL)
7ESTOS PIES DE PÁGINAS LOS ESCRIBE JOHN EDER SACANTIVA [INCLUSO ÉSTE]

Oasis, el camino de Nordine

ANA MARÍA LOZANO

Escribo en una terraza. Abajo los sonidos del tráfico son ensordecedores. Mientras escribo pasa volando una bandada de aves. Los llamados que emiten me obligan a subir la mirada. Van en formación, son numerosas. Después de varios minutos pasan unas aves rezagadas. Vuelan de dos en dos, algunas de cuatro en cuatro. Su vuelo es parpadeante, suben y bajan levemente, como marcando intervalos. Otras, más rezagadas, continúan pasando. Han pasado ya varios minutos. Vuela un ave solitaria, se posa sobre el techo de un edificio. Más allá veo dos que atraviesan el cielo pero en una dirección opuesta a la que tomó la bandada. Emiten el llamado pero el sonido del tráfico apaga sus voces. Quisiera decirles por dónde fueron las demás. Pienso que las cansadas no van a lograrlo, sobre todo aquellas que vuelan solas. Han perdido la fuerza que ofrece la comunidad.

llamado

vida arte cultura oasis, el camino de nordine

Micro acontecimientos como ese que les he narrado, están ocurriendo todo el tiempo pero nuestro modo de vida, el uso del tiempo, la economía que hemos elegido y la misma lógica de la estructura de la ciudad, impi den que los veamos. Los eventos que afectan a la población de una cierta especie de ave migratoria, un oso de anteojos que camina sin encontrar una hembra, por los corredores desconectados de los Andes, abejas que mueren al polinizar floraciones impregnadas de pesticidas, un dromeda rio que muere de sed, tumbado ante lo que fue un río de agua, que ahora está seco, todo ello es invisible a nuestra vista. Estas vidas perdidas se han originado debido a las intervenciones humanas. Entender lo que sig nifica la crisis ambiental y el calentamiento global nos resulta imposible pues la enorme cantidad de consecuencias que se produce en la cadena causa-efecto a nivel planetario de, por ejemplo, el deshielo de los glacia res en los polos, escapa a la comprensión humana. Es lo que llama Timo thy Morton, un Hiperobjeto.

Micro acontecimientos

Hiperobjeto. Oasis, el camino de Nordine

Para entender un Hiperobjeto, como el calentamiento global, creo que el arte es una herramienta extraordinaria. Puede hacer visible eso que sería incomprensible desde otra perspectiva. Durante el mes de junio Blanca Botero llevó a cabo una exposición denominada Oasis, el camino de Nordine, en LA Galería, Arte Contemporáneo. El tema de la misma tenía que ver con una problemática que nos atraviesa a todos: el agua. Sin agua, la vida en la Tierra es insostenible. Sobre esa situación, Botero reflexiona mezclando elementos tecnológicos, exploraciones sensibles y componentes cercanos al documental.

EL VALLE, EL AGUA, LA ARENA

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La palabra oasis remite a un territorio cuyas características predomi nantes estarían dadas por enormes contrastes. Por una parte, por la pre sencia de agua dulce y de vegetación, rodeada por parajes desérticos y arenosos. En términos simbólicos, afectivos, el oasis ha sido la imagen misma que le damos a la resistencia. Figura la oposición que formulan las palmeras, los pastos, el correr del agua a los embates de la arena, a la

10 LOS ALCARAVANES (VALLENUS CHILENSIS) SON AVES DE LLAMADO CARACTERÍSTICO.

ANA MARÍA LOZANO

erosión del viento, a la salinización. Los oasis son un síntoma. Si se van empequeñeciendo, o si desaparecen, el desierto estará ganando territo rio.

La intrusión de Gaia

, es el nombre que Isabelle Stengers ha dado a las diversas manifestaciones del malestar del superorganismo que es Gaia, la Tierra. Y es que con la crisis ambiental, con el calentamiento global, Gaia se manifiesta y cada vez con más frecuencia. El desequilibro entre las incidencias del humano en el planeta, las afectaciones que pro duce, y la capacidad del planeta de recuperar un cierto equilibrio, cada vez están más puestas a prueba.

El camino de Nordine

En , Blanca Botero recorre el camino del agua en el valle del Todra. Observa los contrastes, la lucha, el síntoma. Las tec nologías de la mirada satelital le son útiles para entender las dinámicas de los cuerpos de agua, para detectar la presencia de las manchas verdes, rosas, pardas que indican una zona regada por el agua, otra que está en proceso de desertificación, otra, oasis ya desaparecidos.

Los pobladores del valle, de antiguo, han trabajado maneras de ferti lizar el terreno, cultivando palmas datileras, aceitunas, alfalfa, albarico ques. Sus casas están hechas de la misma tierra, se mimetizan con el terreno. En el oasis, los humanos han logrado un equilibrio negociado, con el agua, la tierra, con las estaciones. Han aprendido a compartir la escasez, repartiendo entre humanos y no humanos el agua. Saben que la vida se garantiza si todos acceden a la preciosa agua. Esos pobladores luchan porque la arena no gane más espacio.

Al respecto, Blanca comenta:

“Trabajar en El camino de Nordine ha sido un regreso a lo más básico, que para mí es la Tierra. No una madre, sino una casa/hogar. Aquí el equilibrio fortaleza-fragilidad está circunscrito a un pequeño territorio ubicado al sur de los montes Atlas, en la esquina noroccidental del continente africano. Allí, dos de cada tres oasis se han secado en el último siglo.

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11PASAMOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL AL CAMBIO CLIMÁTICO: DIPLOMÁTICO. ¿PARA QUIÉN?

vida arte cultura oasis, el camino de nordine

Las especies vivas luchan por adaptarse o simplemente mueren, a causa de un proceso de extinción progresivo y acelerado por el aumento de la tem peratura planetaria.

Nourdine me enseñó algo del funcionamiento del oasis de Tinerhir y desde entonces, he pensado recurrentemente en los múltiples aprendizajes que podríamos recibir de las maneras ancestrales de hacer que aún subsisten en dicha región”.

Las dos instalaciones de Botero, las geografías sometidas a situacio nes extremas que presenta, las resistencias y luchas que se dan en el territorio, ponen en tensión las certezas. También ponen en evidencia, la incidencia antropogénica, que no siempre es nefasta para el planeta, no somos sólo depredadores. También podemos ser agentes polinizadores.

Isabelle Stengers (2017). En tiempos de catástrofes, como resistir a la barbarie que viene. Ed Futuro Anterior.

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12 OJALÁ NO LLEGUEMOS AL PUNTO DE YA NO SERVIR SER CARBONO NEUTRAL.

Capitanes y guapuchas: relojes de agua en el tiempo que fue

SEBASTIÁN FONSECA TRUJILLO

Tingua bogotana / responde este canto herido / ¡Sangre en los vallados! / ¡Golpes del mercado! / Poderoso caballero es don dinero / bien decía el poeta. / Una fábrica que vierte / el progreso que llaman / es tu grito el canto / ya ahogado, / el silencio que denuncia.

Canción del humedal

Bajo las hojas del buchón, los juncos y las eneas, entre los cantos de cucaracheros, patos y tinguas, los vieron nadar nuestros ancestros, los vieron nadar. Los peces guapuchas y capitanes que han habitado el mu nicipio de Funza han sido arrinconados por eso que llaman progreso, bajo lógicas crematísticas. Ambas especies, endémicas de la región, han cumplido un papel de relevancia para los grupos humanos que han vivido allí. Tal es la importancia que a la población de Funza se le conoce con el nombre de guapucheros. Uno de sus habitantes recuerda que “los mejores pescadores del país eran los guapucheros. Su técnica con sistía en mantener las manos atrás, acostarse boca abajo sobre una tabla, sumergir la cabeza y atraparlos con la mano. También usaban herramientas como lanzas o caucheras” . Estos hechos existen en las memorias que ahoga el tiempo.

Originarios de la sabana cundinamarquesa, los guapuchas y capita nes han establecido una conexión con las culturas y los asentamientos humanos, influyendo en los hábitos alimentarios. Se sabe que desde la

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vida arte cultura capitanes y guapuchas: relojes de agua

época muisca “hacía parte de su alimentación quienes la consumían al fritarla o asarla y combinarla con diversas especies de maíz” . Estas espe cies servían al arte culinario desde tiempos pre-hispánicos, fenómeno que permaneció en la Colonia y a lo largo de casi toda la vida republicana del país. La importancia cultural de dichas especies se hace patente en un hecho anecdótico: el naturalista Alexander Von Humboldt hizo la catalo gación del capitán al verlo servido en un plato. La Sabana de Bogotá, centro político y económico del país, solo podía obtener peces frescos provenientes de sus redes hídricas hasta la segunda mitad del siglo XX. Simultáneo a los procesos de transformación social, el consumo de estas especies se mantuvo constante a través de los años, de modo que tuvo un gran valor para campesinos y ciudadanos. Colombia, un país eminente mente rural hasta La Violencia, se conformó como una República andina desde la Hegemonía conservadora. Sus frías montañas se alimentaban con dichos peces.

Sin embargo, dicha riqueza en fauna fue mermada por la acción antrópica. Por ejemplo, el municipio de Funza, desde la sexta década del siglo XX, se transformó aceleradamente, los antiguos y diversos cultivos cedieron su lugar a homogéneas unidades residenciales, de las zanjas y vallados solo restan algunos fósiles al costado de carreteras nacionales. La población de capitanes y guapuchas descendió. Los procesos de urba nización modificaron los espacios del humedal y, por ende, del hábitat natural de los peces. “Entre 1962 y 1985 Funza aumentó cuatro veces el núcleo original de su área urbana, un incremento de 437,4%. Para los pri meros años de los 90 Funza tenía cerca de 36.000 habitantes” . Según el DNP la población a 2022 asciende a 112.720 personas, es lógico que la cantidad de peces haya seguido la trayectoria inversa.

Según el profesor José Iván Mojica, experto en fauna íctica de la Uni versidad Nacional de Colombia: “No es solamente que haya personas, son los procesos de degradación de los hábitats, el desecar humedales, la contaminación. Esto en últimas ha reducido los lugares donde vivían dichas especies, es un problema supre mamente grave, porque si se extinguen aquí desaparecerán de todo lado, para todo el mundo”

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2 3 4 5 16 RALLUS SEMIPLUMBEUS

Al ser endémica, es decir, al ser únicas de este pequeño espacio del globo, son un monumental tesoro que cae desde su pedestal hasta las obscuras aguas contaminadas. Su relación con los pobladores originales era fuerte, sin embargo, los lazos se han marchitado, aquellas bellas experiencias que se mostraban inmarcesibles agonizan en la penumbra del ayer, el pasado es enterrado entre los residuos, la basura y los ladri llos.

Fernando Romero lo recuerda de la siguiente forma, “lo tradicional era sacar guapuchas con mallas o bolsas de los vallados. El agua llegaba a las rodillas o a la cintura. Se podía pescar fácil, algunos usaban caña e hilo. Yo alcance a hacerlo” . La actividad congregaba a las familias y servía de recreación, incluso algunos habitantes las tenían como masco tas, si bien la mayoría permanecían libres en un orbe rural. A pesar de lo anterior, “su área actual está confinada a pocos cuerpos tributarios del Río Bogotá, donde aún no llegan los residuos industriales, de curtiembres o de hogares. No obstante, como se está densificando la Sabana estos espacios tienden a desaparecer” . La situación se torna crítica en extre mo en la zona con mayor densidad poblacional del país, la Sabana de Bogotá. El profesor Mojica lo indica con suma claridad al decir que “si se piensa lo que era Chía, Funza, Madrid, o Facatativá, áreas de distribución de las especies, en los últimos veinte o treinta años se llenaron de urba nizaciones, de zonas francas, etc. Sin contemplaciones para estas espe cies, realmente no interesó” .

En Funza, los abuelos y los niños pescaban, las personas sabían dónde hallar peces cerca de su casa, los niños jugaban en las zanjas de la calle 15 o 16, a veces se reunían para alguna celebración especial. Los que tienen más de 80 o 90 años lo recuerdan y cuentan eso .

De igual forma, los habitantes recuerdan las zonas de distribución del capitán, “había en el humedal donde era más turbia el agua o en espacios como lagunas, en el barrio la Chaguya abundaba el capitán lo mismo en la hacienda el Cacique y en San Ramón, era fácil pescarlo” . El poco atracti vo pez es extrañado por los que pasaron la primera parte de su vida cerca de él. En un intento de rescate de las memorias colectivas se han escrito

SEBASTIÁN FONSECA TRUJILLO
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arte cultura capitanes y guapuchas: relojes de agua

algunas obras, a las que este texto busca contribuir, ¿cuánto vale el cono cer? Es una pregunta necesaria, al no existir la memoria se vive en un universo sin tiempo, donde solo existe el hoy, un presente que se desva nece sin importancia. Las memorias de los habitantes intentan guardar el recuerdo de su existir, por ejemplo, “[d]on Luis García recuerda al Gualí como un sitio hermoso, un paraíso de aves, con muchos árboles, las gua puchas… Peces muy abundantes en la región, y los encontraban en los vallados en todo el municipio” . Aquellas corrientes de limpias aguas todavía corren en ensueños, anécdotas e historias. Los mayores de 40 recuerdan cómo eran esos peces.

Las añoranzas resultan bien descritas con las palabras de un habitan te con arraigo “ver cómo todo cambió, el cemento es mucho más frío, lo que fue el municipio no existe, la gente simplemente se queda con sus recuerdos” . Y las del profesor Mojica, “al final solo la riqueza será anec dótica, solo quedarán algunos ejemplares en los museos ”. A pesar de que la muerte se acerque con premura, se intenta salvarlas. En este mo mento, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR ade lanta junto a la Universidad Manuela Beltrán, un proyecto que busca la conservación del capitán sabanero. Existe la propuesta de replicarlo con la guapucha. En el Plan de conservación y manejo del pez capitán de la Sabana (Eremophilus mutisii) en la jurisdicción de la CAR, se realizó el estudio de distribución actual de la especie, amenazas, fisionomía, entre otras, con el objeto de preservarla. Este tiene todos los aspectos de ejecu ción del proyecto y los marcos legales en que se sustenta el programa de conservación de un pez que reside más cerca de las nubes que del mar. Queda la expectativa de que se logre salvar aquello afectado por el incle mente avance de las necesidades humanas y sus lujos, evitar la extinción y hacer que permanezcan bajo las hojas del buchón, los juncos y las eneas, entre los cantos de cucaracheros, patos y tinguas, para que las veamos nadar y que nuestros hijos los vean nadar.

vida
11 12 13 18 GRUNDULUS BOGOTENSIS

ROMERO, Fernando. Funza, Colombia. Observación inédita. 2019.

Ibíd.

LLERAS PÉREZ, R., JAIMES LÓPEZ, A. M. Bacatá, cultura viva; Tomo I Historia de Funza. Universidad Externado de Colombia. 2015. págs. 119-120.

DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Municipio de Funza [En línea]. [Consultado el 7 de agosto del 2022]. Disponible en Internet: https://terridata.dnp.gov.co/index-app.html#/perfiles/25286

MOJICA, José Iván. Departamento de Biología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Observación inédita. 2019.

ROMERO, Fernando. Op. cit.

MOJICA, José Iván. Op. cit. Ibíd.

ROMERO, Fernando. Op. cit. Ibíd.

TRUJILLO TRUJILLO, Diana. Remembranzas del Humedal Gualí, En: Crónicas de Funza. Corporación Sinergia Cultural. 2017. pág. 53.

ROMERO, Fernando. Op. cit. MOJICA, José Iván. Op. cit.

SEBASTIÁN FONSECA TRUJILLO
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MILENA CAMACHO RINCÓN La cocina: un espacio rodeado de bienestar y amargura

“En la cocina había volumen e intensidad... Había movimiento, espacio, luz y aire. Se podía respirar. Se podía vivir.”

Apegos Feroces, Vivian Gornick

La cocina tiene cualidades hipnóticas, cierto magnetismo que atrapa a las personas. En medio del hervor, el vapor, los aromas y las texturas, la cocina nos mueve las fibras internas, apela a nuestra visceralidad y a nuestros sentidos. No obstante, el espacio de la cocina no siempre está lleno de bienestar, y aunque el acto de comer tiene la capacidad de unir a las personas, también tiene la capacidad de separarlas o de recalcar distinciones entre ellas. Las personas cocinan por motivos muy diver sos. Se cocina en la casa, en la calle, en los restaurantes de mantel blanco, en las demostraciones de comida gourmé, en la olla comunita ria, en medio del rebusque y en medio del campo. Algunos cocinan porque es necesario, por ocio, por tradición o porque quieren complacer a sus sentidos. Muchas cocinan porque encuentran que en el fogón yace una fuerza gregaria que les permite defender, entre muchas cosas, la soberanía alimentaria de sus pueblos .1

vida arte cultura la cocina: un espacio rodeado de bienestar

Hace más de dos años encontramos entre archivos polvorientos una serie de fotografías de mujeres cocinando en las calles de un puerto petrolero del Magdalena Medio.

Y fue desde allí que mi relación con la cocina empezó a transformarse, otras capas de significado surgieron sobre este y otros oficios considera dos como netamente “femeninos”. Nuevas metáforas podían explorarse a través de la comida en espacios de protesta. La cocina, como el acto de comer con otros, convertía lo privado en público, lo singular en colectivo, lo material en cultural.

LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Gracias al encuentro con las imágenes comencé a husmear este con cepto y encontré la historia de cientos que mujeres que habían dedicado su vida a organizarse con el firme propósito de subvertir las dificultades de sus sistemas alimentarios, combatir el hambre, sobrevivir al parami litarismo ferviente de los años 80’s y de lograr cambios sociales signifi cativos. A través de los boletines informativos de la Organización Feme nina Popular de Barrancabermeja comencé a hacerme una idea de cómo era esa cocina de protesta y cómo podrían ser las mujeres que mantenían los fogones prendidos, que pasaban días bajo la luz del sol alrededor de las ollas comunitarias. Sin embargo, ustedes se preguntarán ¿Cómo entender una experiencia tan intensa y vaporosa como la de la cocina a través de un archivo fotográfico? Esta fue una contradicción constante a lo largo del proyecto. Lo más consecuente fue comenzar a cocinar y esca bullirse en medio de una pandemia para encontrar a las cocineras y sus historias.

Creé una preparación, desde el desparpajo, la costura a pulso y la vis ceralidad. Creé una serie de cuerpos esponjosos como el pan, que habita ran una cocina llena de historias de bienestar, fortaleza y también de amargura. Preparé también un archivo de cocina, con cosas vivas como alimentos y semillas y cosas aparentemente muertas como objetos y símbolos. Este fue un primer intento por imaginar la experiencia de las

2 3 22 ¿CUÁNTAS COCINAS SE NECESITAN PARA ALIMENTAR A UN PUEBLO?

grandes preparaciones, de las ollas negriadas y de los sancochos gigantes que bajaban zapateando a los platos. Este también fue un esfuerzo por contener e imaginar las dimensiones, la cantidad de ajos machacados, los bultos de sal y de papa pelada, los tamaños de los atados de apio y el reguero de cáscaras que caen al suelo en medio de la preparación de una olla comunitaria. No obstante, el archivo con su indexicalidad terminó siendo una forma de referirse y apenas señalar algo que no se puede con tener: la experiencia de la preparación de alimentos como forma de pro testa.

El archivo y esta cocina no siempre han sido los mismos, al igual que un mercado, han tenido que nutrirse de las personas, alimentos e histo rias que coincidieron en el momento. Y esto, en lugar de ser un proble ma, plantea una ventaja, cierta diversidad en cada ocasión. El archivo, al igual que el proyecto, se convierte en una preparación que media entre lo vivo y lo muerto. La comida es un ser vivo que poco a poco va muriendo. Aquello que es natural, como el alimento, fluye, circula, se descompone o se consume, más no se congela.

En un ritmo similar se defiende la soberanía alimentaria, a través de las prácticas, las preparaciones, la olla comunitaria, pero también en la medida en que se asegura la autonomía y tenencia de nuestras propias semillas y alimentos. En las preparaciones está lo clave, y no sólo en su divulgación, sino en su ejecución. Como Heidy Pinto afirma: “Nosotras empezamos siempre con talleres, familiarizando a la gente desde lo práctico” . Aún queda mucho por cocinar y defender, y este archivo y este espacio seguirán en preparación.

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MILENA CAMACHO RINCÓN
23EN TIEMPOS DE COVID, LAS CHAGRAS SE TOMARON LOS TERRITORIOS.

Las mujeres dieron las discusiones pelando la yuca porque habían descubierto que en el fogón y la comida pervivía, aún dormida, una fuerza gregaria. Sánchez, Mery; Jaramillo, Alejandra; Obando, Diana; Gil Leonardo; Campo, Oscar; Lopez Carolina. Vidas de Historia Una memoria literaria de la OFP. (Barrancabermeja: Unai Reglero, 2012), 25.

Mahecha, Juliana. “Tradición e innovación culinaria en Colombia: una tensión productiva”. Boletín Cultural y Biblio gráfico, VOL . LIV, N.o 9 8, (2020): 45.

Soberanía alimentaria o “el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de produc ción, distribución y consumo de alimentos”. Arias, Dora Lucy, “Soberanía alimentaria y resistencia popular en Colombia” visitado por última vez el 18 de agosto de 2022 en https://www.semillas.org.co/es/soberana-alimentaria-y-resis tencia-popular-en-colombia.

Heidy Patricia Pinto Agamez, Comunicación personal, 2 agosto, 2022. Cocinera tradicional, promueve la cocina tradicional y sus técnicas , difunde la cocina de subregión natural del Magdalena Medio. http://www.eltoquecolombia no.com/

vida arte cultura
1 2 3 4 la
cocina: un espacio rodeado de bienestar
24 EN LA COCINA NO SÓLO SE COCINA: SE DISCURRE, SE PLANTEA, SE FILOSOFA.

Lente a la Deriva

Atardecer Bogotá Drone 2021

Se sabe que Nicolás de Federmán, el explorador y conquistador alemán que buscaba el Dorado, llegó a una tierra de neblina espesa: el páramo de Sumapaz. Después de atravesar el llano colombiano, Federmán dirigió su caravana hacia la sabana. A su paso encontró una montaña por la que debía ascender. Él y los soldados a su cargo debían superar el páramo que la corona ba. Los ojos de estos hombres vieron por primera vez las hojas suaves de la Espeletia, la planta que conocemos como Fraile jón.

Esta región de nubes espesas habrá encerrado la caravana. La altura de 3500 metros habrá dificultado la respiración de los soldados europeos, acostumbrados al aire de tierras más bajas. Seguramente se desorientaron.

Los soldados que cayeron muertos habrán visto la muerte como una sábana. Cuando consiguieron descender la montaña y el aire se hizo menos denso, los soldados se habrán visto los unos a los otros con nitidez. Bautizaron este páramo como El país de la niebla.

Para este grupo de soldados el páramo fue una tierra inhós pita. Cuesta creer que este lugar sea el mismo que observamos en la fotografía de la portada del presente número. En la foto grafía, tomada por nuestro artista invitado Carlos Lince, vemos un espacio vital: el cuerpo de agua que recorre la imagen desde el borde superior al inferior. Carlos Lince nos cuenta que su propósito consistía “en mostrar la relación que hay entre los frailejones y el agua”.

Añade que “a esta escala y casi a manera de ortofoto se pueden apreciar cientos de frailejones (puntos plateados), acompañados por algunas rocas y, en el centro, la laguna casi a forma de grieta, con algunas pinceladas de verde en los costa dos”. A diferencia de la experiencia de los conquistadores, esta

visión del páramo es “una composición que transmite tranquili dad”. visión del páramo es “una composición que transmite tranquilidad”.

Lente a la deriva ha sido el nombre que Carlos Lince le ha dado a su obra fotográfica. Su idea consiste en que surjan las imágenes de forma espontánea, sin planificación, con el deseo de que el camino lo sorprenda. Podemos decir que busca crear un álbum de viajes. Pero, quizás, decir esto reduce el impacto de sus composi ciones. Justamente, la fotografía titulada “Lente a la deriva” nos muestra el contraste entre la ciudad de Bogotá y las montañas: vemos una ciudad de algún modo desértica, como si se despren diera arena de los edificios; por otro lado, vemos “los imponentes Cerros Orientales con su riqueza natural, que sobresalen y la rodean”. Sus fotografías tratan de hablarnos, de mostrarnos otra cara.

Carlos Lince es un arquitecto que, en el transcurso de sus estudios de posgrado, encontró el interés por la fotografía. Su temática central es la fotografía de la naturaleza. En palabras de Lince, su obra busca mostrar la “diversidad de nuestro planeta, generar conciencia e incentivar a la protección del medio am biente”.

Los dispositivos usados son una cámara réflex, cámara 360, dron y teléfono inteligente. De esta forma, busca “entender el mundo desde diversas perspectivas, estando en un constante autodescubrimiento y aprendizaje”.

Varias preguntas se generan al ver sus imágenes. Aquellos interesados en su obra, podrán encontrar la entrevista completa que sostuvo con VAC en la página de la revista.

Cerros Orientales, Bogotá Cámara 360°

Cerros orientales, Bogotá Cámara 360°

2021
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Parque Nacional Natural Chingaza Cámara 360° 2022

Parque Nacional Natural Chingaza Nikon D7200
2021
Lagunas de Siecha Nikon D7200 2019

Parque Nacional Natural Chingaza

Cámara 360° 2019
2022
Ciudad Perdida, Santa Marta Nikon D7200
2019
Desierto de la Tatacoa Drone 2018
Salar de Uyuni, Bolivia Canon T3i 2017
Canon T3i 2014
2014
Muelle Gaffos Puerto Natales Chile
Cámara
digital
2015
Paramo del Sumapaz
Drone 2019

“Luvina”, el paisaje que corroe

ALEXANDRA AGUIRRE ROJAS

La dureza y hostilidad del ambiente – y esa amenaza, escondida e indefinible, que siempre flota en el airenos obligan a cerrarnos al exterior, como esas plantas de la meseta que acumulan sus jugos tras una cáscara espinosa.

Octavio Paz “Máscaras mexicanas”

El lector está habituado a percibir el paisaje como telón de fondo, como escenario, como marco de una historia. A veces, ve en él una especie de acento que enfatiza la acción; sin embargo, en la prosa y en la fotografía de Juan Rulfo, el paisaje suele tener una presencia tan avasa lladora que su papel supera los límites de la anécdota para convertirse en eje, en personaje. Así sucede en “Luvina”, uno de los relatos del Llano en llamas, en el que nos encontramos con una voz que describe lacónicamente al pueblo San Juan de Luvina. Gradualmente, nos vamos enterando de que esa voz pertenece a un viejo desesperanzado que habla a un viajero cuyo destino es ese poblado reseco y triste. Este per sonaje-narrador carga con todo el peso del relato y por eso hay quien lo considera como protagonista : sin embargo, él es solo un agente que hilvana el relato, es un corresponsal. Es más, podemos afirmar que es tan contundente la presencia de Luvina que el narrador no puede dejar de hablar de él: fue poseído por el espíritu nefasto del pueblo al punto de ser incapaz de callar.

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vida arte cultura “luvina”, el paisaje que corroe

Ese viejo, beodo y hablador puede ser imaginado de dos formas. Una, como alguien obcecado por el recuerdo, ávido por deshacerse en palabras de él. O, dos, como alguien tan poseído por la memoria que queda reduci do al silencio. En “Todos santos, día de muertos” (1993), Octavio Paz habla de la confidencia y la borrachera como espacios análogos a la Fiesta, en los que el mexicano condesciende, desde su hermetismo, para mostrar algo de su ser íntimo:

Cada vez que necesitamos expresarnos, necesitamos romper con nosotros mismos (…) El mexicano, ser hosco, encerrado en sí mismo, de pronto estalla, se abre el pecho y se exhibe, con cierta complacencia y deteniéndose en los repliegues vergonzosos o terribles de su intimidad (…) La manera explosiva y dramática, a veces suicida, con que nos desnudamos y entregamos, inermes casi, revela que algo nos asfixia y cohíbe. Algo nos impide ser (P. 58).

En el caso de este personaje, la imposibilidad de ser proviene del efecto devastador que la atmósfera y el paisaje de Luvina desencadenan en él. El viejo profesor ha sido separado de su lugar ideal, según las expectativas que se había hecho por el nombre de pueblo: “San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre” (P. 30). La desilusión está pletórica de “tristeza y de miedo [que] son las expresiones de la sole dad y de la disjunción, esto es, de la separación con aquello que se desea y se busca y que sólo existe como idea” (Jurado: 2005; 94).Y, esa escena que le permite desarrollar su extenso monólogo se da por la presencia de un anónimo que se insinúa como un par; quizá no de su presente, sino de aquel profesor del recuerdo que –presumiblemente- hace quince años llegó a San Juan Luvina.

Como recordamos, la escena se sitúa en algún lugar lejos de Luvina, al que ha de arribar el sucesor del dialogante. Por contraste, este es un sitio pletórico de vida; la descripción del narrador omnisciente lo prefigura así: “Hasta ellos llegaba el sonido del río pasando sus crecidas aguas por

50 EL TAMAÑO DEL PAISAJE ESTÁ DETERMINADO POR EL PROFUNDO SENTIR DE LOS OJOS.

las ramas de los camichines, el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de los niños jugando” (P. 19). No obs tante, el viejo hace caso omiso de la afabilidad del ambiente que lo circunda y se deja arrastrar por el monólogo que, monotemático, recalca una y otra vez el ámbito desolador de ese pueblo fantasmal. Es esta insis tencia la que dota de vida al paisaje; sin embargo, la vitalidad no puede entenderse en términos facilistas que la asimilen a exhuberancia y ferti lidad. No, Luvina es el territorio limítrofe con la muerte, allí “anida la tristeza”. El Tiempo no existe, o su existencia es insoportablemente lenta; todo es pesado, precario y asfixiante:

-Me parece que usted me preguntó cuántos años estuve en Luvina, ¿verdad…? La verdad es que no lo sé (…) pero debió haber sido una eternidad… Y es que allá el tiempo es muy largo. Nadie lleva la cuenta de de las horas ni a nadie le preocupa cómo van amontonándose los años. Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es un descanso (P. 27).

El y el nos impiden olvidar que el relato de Luvina proviene del recuerdo, de la visión totalizadora de una realidad ya vivida – y por el tono, seguramente mascullada muchas veces-, lo que implica una enorme carga subjetiva emancipada de la representación mimética: “Es decir, todos los espacios exteriores y los interiores se libran de todo realismo, y entonces, todo se interioriza, creando de esta manera la ficción total, la ficción lírica” (Onstine: 1976, 95). Las palabras que per miten el denso fluir de lo evocado descubren una impresión tan profunda que sólo puede expresarse mediante la animización de los elementos. El monólogo sirve de puente para encontrarse con el paisaje, por él se desli zan las imágenes de lo telúrico y lo aéreo con una agresividad marcada por los símiles, los verbos y los adjetivos que desbordan el relato. De este modo:

nadie ellos

ALEXANDRA AGUIRRE ROJAS 51EL FRÍO Y LA DENSIDAD DE LA TRISTEZA INAGUANTABLE PARA CIERTAS ALMAS.

vida arte cultura “luvina”, el paisaje que corroe

Sí, llueve poco, tan poco o casi nada, tanto que la tierra, además de estar reseca y achicada como cuero viejo, se ha llenado de rajaduras y de esa cosa que allí llaman ‘pasojo de agua’, que no son sino terrones endurecidos como piedras filosas, que se clavan en los pies de uno al caminar, como si allí hasta a la tierra le hubieran salido espinas. Como si así fuera (Rulfo: 2008, 20).

Así, resulta muy indicativo que en un texto tan corto aparezca men cionado el viento (aire, vendaval) diez y ocho veces, y en sólo dos ocasio nes sus calificativos no sean negativos. La primera, que ya hemos citado, cuando el narrador omnisciente habla de “el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros” connota, precisamente, una cualidad pacífica y benévola, pero no debemos olvidar que en esta ocasión se habla no de Luvina, sino del pueblo en el que se establece la conversa ción del viejo y el nuevo profesor. La segunda, -tal vez es exagerado decir que es positiva- es planteada por los habitantes ante la afirmación del viejo de que el viento “acabará con ustedes”: “- Dura lo que debe durar. Es el mandato de Dios -me contestaron-. Malo cuando deja de hacer aire. Cuando eso sucede, el sol se arrima mucho a Luvina y nos chupa la sangre y la poca agua que tenemos en el pellejo. El aire hace que el sol se esté allá arriba. Así es mejor” (P. 30). Es decir que para los habitantes, hijos de la resignación piadosa, el viento es el menor de dos males. Pero en las ocasiones restantes, el viento es caracterizado como una furia ciega que arrastra y devasta todo a su paso. Verbos como , entrañan la violencia de ese elemento que lo único que deja en pie es la tristeza:

desmenuzar, morder, llevar, rascar, arrancar, escarbar, remover, bullir

Luvina es un lugar muy triste. Usted que va para allá se dará cuenta. Yo diría que es el lugar donde anida la triste za. Donde no se conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara. Y, usted, si quiere, puede ver esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la

52 QUISIERA VIVIR LUVINA.

revuelve, pero no se la lleva nunca . Está allí como si allí hubiera nacido. Y hasta se puede probar y sentir, porque está siempre encima de uno, apretada contra de uno, y porque es oprimente como una gran cataplasma sobre la viva carne del corazón. (P. 21)

Es tan fuerte su presencia, que es la detonadora del ritmo de vida de los habitantes, quienes como en un remolino se dejan arrastrar hacia ningún lado, en un vaivén incesante, pero inútil, inocuo a tal punto que no puede llamarse vida la estancia en esa tierra. De tal modo, que quienes permanecen allí son los nonatos, los viejos, los muertos (todos relacio nados por el contacto con una instancia, anterior, en espera o posterior a la muerte) y las mujeres, “sin fuerza, casi trabadas de tan flacas”, que encarnan la imagen de la Parca; porque los “niños que han nacido allí se han ido… Apenas les clarea el alba ya son hombres. Como quien dice, pegan el brinco del pecho de la madre al azadón y desaparecen de Luvina” (P.28), ya que en esa tierra estéril no nace nada. Sólo se les ve esporádica mente, como a la lluvia, en caso de que retornen alguna vez.

El territorio es flagelado por el frío y por el sol inclementes, pero sobre todo por el silencio, que a quien no mata, como al viejo, lo convierte en un escéptico: por eso, constantemente corrige las impresiones de los otros: “El aire y el sol se han encargado de desmenuzarla, de modo que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuviera rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir” (P. 17). O, “Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas suben los sueños; pero yo lo único que vi. subir fue el viento, en tremolina, como si allá abajo lo tuvieran encañonado en tubos de carrizo” (P. 18). Otro ejemplo: “Dicen los de allí que cuando llena la luna, ven de bulto la figura del viento recorriendo las calles de Luvina, llevando arrastras una cobija negra; pero yo, siempre que lo llegué a ver, cuando había luna en Luvina, fue la imagen del des consuelo…siempre” (P. 20). El desconsuelo nace de cómo las condiciones que desgastaron a Luvina los desgastaron a todos. Aquí radica la impor tancia del paisaje, en que funge como el causante primordial del detri

ALEXANDRA AGUIRRE ROJAS
2 53LUVINA PODRÍA SER EL LUGAR MÁS TRISTE DE LA IMAGINACIÓN HUMANA, PERO...

vida arte cultura

“luvina”, el paisaje que corroe mento de quien llega al pueblo. Sin embargo, hay una diferencia funda mental en el resultado que dio ese desgaste: para los raizales las condi ciones han sido invariables por generaciones, están más que acostum brados: es su forma de vida, la única manifestación de su sino. Pero para el extraño, la comarca representa el no-lugar, y el no-tiempo. Recuerda a Orfeo cuando baja al Hades en busca de Eurídice –su razón de vida-, va pleno de esperanza pero su retorno con las manos vacías índica no sólo la perdida del viaje, sino de las expectativas y de la propia confianza. Inca paz de vivir sólo le queda la espera y el monótono rumiar de recuerdos:

San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero ello es el purgatorio. Un lugar donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que allí sopla, no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades. Y eso acaba con uno. Míreme a mí. Conmigo acabó. Usted que va para allá comprenderá pronto lo que le digo. (25)

Como todo El llano en llamas, “Luvina” es un texto doloroso, en el sentido de que sus figuras parecen estar amarradas a una tierra dura, seca, asolada que difícilmente fructifica y sin esos frutos no hay forma posible de crecimiento: no crecen los seres humanos ni sus pasiones. Tanto las personas como sus afectos parecen nacer como los rastrojos y sostenerse en la existencia con una fuerza desconocida, quizá la pura inercia los mantiene respirando porque no hay voluntad o esperanza y quizá el texto más evidencia esta conjetura es Luvina. Lo extraordinario de la escritura de Juan Rulfo, y en especial de este texto es que en el len guaje más prosaico y lacónico se entreteje la poesía como un halo. Es decir, es esa cualidad poética la que logra que la descripción de un am biente corrosivo, castigado por los elementos se conviertan no en un escenario, sino en un personaje. El paisaje desértico no es un telón de fondo, es la razón de la forma de vida de los habitantes de Luvina. Es su carácter acre el que espanta al carretero que lleva al protagonista al

54 “DICEN QUE PARA ESCRIBIR, ES INDISPENSABLE SUFRIR. Y NO PUEDO QUITARLE RAZÓN A TANTOS POETAS.”

ROJAS

lo asusta tanto, que huye –podríamos decir- y despavorido no deja des cansar a sus caballos. Asimismo, es ese páramo derruido, agostado y des mantelado el que le chupa la vida al viajero.

En esa época tenía yo mis fuerzas. Estaba cargado de ideas…Usted sabe que a todos nosotros nos infunden ideas. Y uno va con esa plasta encima para plasmarla en todas partes. Pero en Luvina no cuajó eso. Hice el experimento y se deshizo. (22)

Cfr. Peralta, Befumo, 33. “Imago mundi: Luvina”. En Rulfo o la soledad creadora. Todos los subrayados son míos.

REFERENCIAS

Jurado, Fabio. (2005). “Luvina”. En: Pedro Páramo de Juan Rulfo: Murmullos, susurros y silencios. Común presencia editores.

Onstine, Roberto. (1976). Forma, sentido e interpretación del espacio imaginario en la obra de Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez. University of New Mexico.

Paz, Octavio. (1993). El laberinto de la soledad, posdata y vuelta al laberinto de la soledad. Fondo de cultura económi ca.

Peralta, V., y Befumo, L. (1995). “Imago mundi: Luvina”. Rulfo o la soledad creadora. Fernando García.

Rulfo, Juan. (2008). Luvina, La vida no es muy seria en sus cosas. Universidad Nacional de Colombia.

ALEXANDRA AGUIRRE
1 2 55“DE LOS CERROS ALTOS DEL SUR, EL DE LUVINA ES EL MÁS ALTO Y PEDREGOSO.”

Food of war, génesis y gastronomìa inmersiva

HERNÁN BARROS

Una bolsa de café palestino y un plato de humus fueron la semilla de lo que hoy es un colectivo artístico con miembros de diferentes países, varias exhibiciones y experiencias multidisciplinarias. En sus inicios como artista, Omar Castaneda hizo de la comida uno de los ejes concep tuales de su obra trabajando desde esculturas basadas en utensilios de cocina, pasando por instalaciones de gran tamaño con neveras hasta campañas de publicidad falsa usando tamales en reemplazo de hambur guesas. La comida era su manera de dilucidar el origen de sus crisis fami liares que fueron evolucionando hacia posiciones políticas y asuntos de identidad cultural. Un viaje a Israel en 2008 detonó preguntas y reflexio nes sobre aspectos identificados referentes a la situación de la comida y su relación con posiciones políticas y la identidad cultural en este país. Las anécdotas de Omar tuvieron eco en varios de sus colaboradores quie nes aspiraban a desarrollar el concepto de forma escrita, audiovisual o plástica. Este concepto parecía bastante simple pero muy interesante: La relación entre comida y conflicto.

vida arte cultura

food of war: génesis y gastronomía

Palestina sufre de un embargo económico que la deja por fuera de la escena global en muchos aspectos, incluyendo las marcas de comida que se consiguen en la mayoría de calles comerciales del planeta tales como Starbucks y Pizza Hut. Omar encontró imitaciones de esas marcas con idénticas dirección de arte, fuente y carta de color. La primera era Star & Bucks, la segunda Pizza Hot. Tal iniciativa es una reacción política a través de la comida en contra del embargo. Resistencia social confron tando y apropiando la imagen como representación del producto y la forma en la que este se consume. Esto es Comida de Guerra.

El Humus es un plato típico del Oriente Medio, el cual se ajusta a las condiciones de la dieta de los Israelitas quienes lo han adoptado y adapta do a su mesa al punto de convertirlo en símbolo nacional. Semejante declaración ofendió al mundo árabe y fue el catalizador de la Guerra del Hummus entre Israel y Líbano, y como en las guerras, cada bando perdió y ganó varias batallas. Dichas confrontaciones fueron desde agresivas campañas de mercadeo hasta disputas por ostentar el récord Guiness del humus de mayor tamaño. Tanto la resistencia palestina al embargo vía marcas de comida como la guerra del humus despertaron en varios artis tas el concepto que daría nombre al colectivo con sede en Londres y que hoy se conoce como Comida de Guerra, o “Food of War”. Hernán Barros sería el primero en unirse a Omar, y se dieron en la tarea de crear el colec tivo e investigar más relaciones entre el conflicto y los alimentos. Barros, artista de efectos visuales, fue enfático en llevar esa relación mucho más allá de enfrentamientos bélicos.

Tras varios meses de investigación, llegaron a la conclusión y piedra angular del colectivo, la cual se centra en que el poder es lo que tienen en común la comida y la guerra, por eso se conectan de manera profunda en distintos niveles de la sociedad. Encontrar esas conexiones se convirtió para ambos en una labor casi arqueológica y en esa búsqueda otros artis tas se fueron uniendo. Olga Pastor, curadora española, coescribió con ellos el manifestó que marcaría los lineamientos del colectivo. Quintina Valero, fotoperiodista Hispano-alemana, dio un tinte más social y políti co, cargado de trabajo de campo, incentivando a ir a sitios pertinentes y a trabajar con la comunidad. Simone Mattar, de Brasil, creadora del

58 LOS PROYECTOS SIEMPRE EMPIEZAN INESPERADAMENTE. ¿RECUERDA CÓMO EMPEZÓ EL SUYO?

término Gastro performance, trajo consigo diversas maneras de relacio nar la gastronomía con otras disciplinas artísticas. Zinaida, artista ucra niana, fue pieza clave de la primera exhibición del colectivo fuera de Lon dres, la cual se llevó a cabo en Kiev para conmemorar el trigésimo aniver sario de Chernóbil y entender cómo el desastre afectó la manera de comer en Europa. Muchos otros artistas se han unido en forma de colaboradores especiales y el colectivo ha ganado cada vez más relevancia debido a fenómenos que incluyen el calentamiento global, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.

La Gastronomía es hoy en día considerada un arte y las diversas ma neras de aproximarse a ella han hecho que las investigaciones y creacio nes de “Food of War” como las de Gastronomía Inmersiva, capten la atención de los espectadores por la forma en que sus exhibiciones invo lucran los cinco sentidos.

La Gastronomía Inmersiva en el camino del colectivo se dio de forma orgánica tras diversas maneras de involucrar los sentidos en las exhibi ciones e inició con “El Espíritu de la Colmena” y “Colony Collapse Disor der”, espacios comisionados por Proposition Studios en Londres en los que el colectivo exploraba el apocalipsis de las abejas y el impacto en la vida humana.

Al sumergir al espectador en un espacio predominantemente amari llo, lleno de pinturas e instalaciones, sonido, olores y sabores, los senti dos se rodeaban de un concepto primordial. La audiencia absorbía infor mación tanto académica como estética y era guiada por miembros del colectivo quienes hacían un performance vestido de apicultores.

A partir del éxito de estos espacios inmersivos, el colectivo ha desa rrollado otros como “La Fruta Prohibida” y está en camino de muchos más. Es una forma de interactuar en mayor profundidad con el especta dor y comunicar más efectivamente el sentir de la práctica artística. Son cada vez más los adeptos de este peculiar concepto y quienes tras cono cerlo descubren con asombro que si somos lo que comemos, entonces todos somos Comida de Guerra.

HERNÁN BARROS
59MÁS PLACENTERO A COMER ES HABLAR DE LA COMIDA. Y REPENSARLA SABE MEJOR. ¡BRAVO!
DIANA BECERRAFUNDACIÓN HBG Reflexiones desde Arte en-Cauce: aula ambiental y artística itinerante

El quehacer cultural y comunitario, no sólo como una actividad para el tiempo libre sino también como una opción de vida, de desarrollo laboral o profesional, es una decisión que no es sencilla en el contexto sociocul tural y económico del país y de Bogotá. Sin embargo, desde hace 17 años, como mujer joven, comencé a recorrer esta ruta de la creación en común unidad y, desde hace 12 años, junto a mi familia y mi pareja, como un grupo de soñadores, decidimos generar procesos que aportaran en alguna medida a la transformación de nuestro territorio, desde el ejercicio pleno de nuestros derechos como ciudadanos activos y políticos en la ciudad.

Así nace HBG en 2009 como un colectivo juvenil interdisciplinario, que luego en 2012 pasaría a ser Fundación. Desde allí buscamos aportar al desarrollo humano sostenible mediante procesos o proyectos que promuevan la defensa de los Derechos Humanos, la construcción de espacios de convivencia pacífica, el reconocimiento de la diversidad cultural y la visibilización de las artes como eje de fortalecimiento del tejido social. Trabajamos en varias localidades de Bogotá, principalmente Puente Aranda, Suba, Kennedy y Fontibón; en las dimensiones de forma ción, creación, circulación y en las áreas de artes plásticas, visuales, audiovisuales, literarias, escénicas, así como en promoción de temas ambientales.

vida arte cultura reflexiones desde Arte en-Cauce

A falta de una sede física durante estos años hemos generado estrate gias de intervención desde los espacios públicos y creado aulas itineran tes donde aprovechamos escenarios como humedales, ríos, parques, huertas comunitarias y ecosistemas de los territorios para hacer procesos enfocados en la pedagogía artística y ambiental, sensibilizando a las per sonas sobre temas coyunturales como el cambio climático, la defensa del agua, la agricultura urbana, los derechos humanos y la cultura de Paz.

En 2012 nace nuestra primera aula itinerante “Arte en-Cauce” bus cando que múltiples artistas, organizaciones, la comunidad en general, traspasen los límites de sus saberes para dialogar entre sí sobre el agua, el medio ambiente, el espacio público; encaminando y encauzando sus acciones hacia la reflexión colectiva, la construcción de conocimiento desde el respeto a la naturaleza, abriendo una oportunidad de avanzar hacia procesos transdisciplinarios que muestran la complejidad de las relaciones que desarrollamos con el entorno, de las manifestaciones de la vida en nuestro hábitat urbano.

Este proceso responde a una problemática que no es solo local ni dis trital, sino nacional y global: la falta de re-conocimiento y defensa de nuestros espacios comunes y del patrimonio natural y cultural, al igual que el conflicto que surge al coexistir con otras especies e incluso con otras comunidades, así como las violencias en torno al agua y los recursos públicos.

Esta aula ha viajado a espacios de 10 localidades de Bogotá y ha afian zado nuestra convicción sobre la importancia de salir a las calles y am pliar los horizontes de la experiencia estética más allá de los espacios dedicados al arte, borrando las fronteras marcadas entre las disciplinas artísticas, entre grupos etarios, barrios e incluso localidades, para llevar a cabo una reflexión sobre la responsabilidad de cada ciudadano en la construcción de una sociedad más equitativa y democrática.

Arte en-Cauce y los diversos procesos de HBG, desde festivales, sala y aula de cine, laboratorios artísticos, realización de murales, apoyo a

62 HABLÉ CON UN AMIGO DEL ÁRDUO TRABAJO DE CUIDARSE A UNO MISMO. NO OLVIDAMOS EL ENTORNO.

huertas comunitarias, entre otros, han sido pensados como ejercicios que promueven la defensa de lo público y el desarrollo de una cultura de paz, desde la formación y la circulación interdisciplinaria, con un enfo que socioambiental o de reconciliación con la Madre Tierra.

Buscamos incentivar el desarrollo de nuevos sentidos y valores democráticos, coherentes con un modelo de sostenibilidad, en armonía con una ciudad pensada en torno al agua, a la cultura, a la soberanía alimentaria, al arte como centro del desarrollo humano, que entienda además los espacios públicos como escenarios de construcción y forma ción. Esto nos permitirá avanzar hacia el Buen Vivir en común-unidad.

Es por esto que, con los años Arte en-Cauce nos ha permitido recorrer y reconocer el territorio, tejer lazos de confianza y trabajo colaborativo con otras organizaciones culturales, ambientales y la comunidad del Cabildo indígena Muisca de Suba, pero también nos ha abierto la posibili dad a interactuar y articularnos con la red de huertas de Puente Aranda y desde allí dar un paso más hacia ejercicios creativos, populares y resi lientes con las comunidades.

Además de las fotografías, productos audiovisuales y memorias del proceso, en 2020 en plena pandemia y cuarentenas, logramos también la creación del álbum musical “Sonidos de Vida” con 9 obras que fusionan los sonidos del caribe colombiano, la cumbia, el RAP, la música andina y los saberes ancestrales del Cabildo Muisca de Suba, en una apuesta por fomentar la defensa de la Madre Tierra, el agua y la memoria de los terri torios.

Arte en-Cauce como aula itinerante y participativa nos ha llevado a entender que los procesos sociales, ambientales, culturales, parten de nuestro primer territorio que es nuestro cuerpo, pero que en la interac ción comunitaria creamos un cuerpo colectivo que debe incentivar accio nes dinámicas, abiertas, incluyentes, creativas y orientadas hacia el compromiso y la acción a favor de la construcción de un mundo más democrático, respetuoso y sostenible, donde seamos corresponsables de

DIANA BECERRA 63ARTICULARSE ES CRECER.

vida arte cultura

desde Arte en-Cauce nuestros recursos comunes, de lo que debemos defender entre todos y todas, asumiendo el rol generacional de ser agentes de transformaciones positivas reales en la ciudad y el país.

Todas estas experiencias, memorias y logros están expuestas de manera pública en nuestras redes:

del álbum:

reflexiones
https://www.youtube.com/FundacionHBG https://www.facebook.com/fundacionHBG https://www.instagram.com/fundacionhbg/ Playlist
https://youtube.com/playlist?list=PLbNiofFlkONn5yx_-D9t qeXMVTYs7qAI8 64 PAÍS. REGIÓN. DEPARTAMENTO. CIUDAD. MUNICIPIO. CORREGIMIENTO. VEREDA.
HERNÁN BARROS 65MÁS PLACENTERO A COMER ES HABLAR DE LA COMIDA. Y REPENSARLA SABE MEJOR. ¡BRAVO! maquinaabierta.com Quiero ser una libélula y pavonearme en los anocheceres por el jardín. Parece ser que por ellas la luna sí se deja seducir. En el libro de Juan Cárdenas habitan los recuerdos de un viaje por la amazonía colombiana, el retrato de la metamorfosis de un sujeto que se sumergió en la selva, el río y algunas comunidades. Aquí se entretejen personajes, animales, lugares y ensoñaciones en críticas, anécdotas y poemas que no hacen más que dudar y contemplar. Encuéntralo en Bogotá Librería Hojas de Parra Calle 29 A No. 34A - 33 El Cuarto Plegable Kr 18 # 39B – 69 Dudar y Contemplar de Juan Cárdenas es un proyecto editorial de @maquinaabierta. Síguenos en redes y descubre más.

Entendiendo el sargazo

JUAN MESTRE

La presencia del sargazo, un género de macroalgas, tiene por lo menos 2,000 millones de años (2,000 veces más antigua que la del Sapiens) en nuestro planeta . Su naturaleza pelágica, es decir de la superficie del mar, a diferencia de la mayoría de macroalgas, le ha permitido estar presente en su epicentro, el Mar de los Sargazos de más de 4,5 millones de km2, y también en las costas y playas de Europa occidental.

Desde Colón los navegantes han vivido y temido dicho mar debido a su complejidad, no solo derivada de la presencia del alga sino también por sus fuertes corrientes. Pero una vez superada la navegabilidad de la zona, la convivencia de la humanidad con el alga ha sido relativamente pacífica… hasta 2012.

En ese año los recales habituales en el Caribe se incrementaron de manera significativa presentando una señal de alarma que fue amplifica da en 2015. Se convirtió en una tragedia en 2018, hasta la fecha.

En el Caribe mexicano, con un mercado de 14 millones de turistas en promedio, las personas se encuentran, en las blancas playas y el mar turquesa, con toneladas de alga en estado de putrefacción que impiden el acceso al agua que, además, se ha tornado en un color café poco atractivo.

“La Naturaleza es el Arte de Dios”

vida arte cultura entendiendo el sargazo

Primero los hoteleros de todo el Caribe y, posteriormente, los pobla dores y el gobierno fueron reaccionando a la situación. Poco a poco, el destino de la zona se vio afectado cuando las cancelaciones de reservas y las críticas negativas se convirtieron en una constante mediática.

La pérdida económica enorme obligó a los hoteleros a reaccionar de una manera primitiva: retirar el alga de la playa; solución que pronto se reveló ineficiente porque implicaba una pérdida de arena y porque el daño ecológico y económico ya estaba hecho.

Posteriormente surgieron las barreras sargaceras que limitaban el acceso del alga a la costa y los barcos sargaceros que se encargaban de recolectarla en el mar. El último problema era la disposición final: ¿Qué hacer con un millón de toneladas del alga?

De ahí surgieron respuestas como que el sargazo fuera tratado como residuo inútil, un objeto de investigación o un insumo para algún produc to orientado a la economía circular. Hasta el momento, seis años después del primer apercibimiento, ha habido una evolución interesante en los métodos de contención y recolección en el Caribe y se han organizado diferentes simposios y conferencias, nacionales e internacionales.Sin embargo, hay todavía una escasa toma de conciencia sobre el tema y el sargazo sigue siendo una excelente alegoría de cómo las personas tarda mos en entender a la naturaleza.

El primer punto que nos ha costado tiempo entender, es el incremen to en la arribazón. Primero se atribuía a un cambio en las corrientes ma rinas o aéreas, que estaba empujando de manera diferente al sargazo. Esta tesis fue pronto desmentida por los oceanólogos quienes demostra ron que no se había producido ningún cambio sustancial.

La realidad es que el sargazo que antes fluía por dichas corrientes se había encontrado con tres variables benéficas: un aumento de la temperatura promedio del nivel del mal en aproximadamente medio grado; una mayor presencia de nutrientes (eutrofización) derivada de los efluvios de

68 UNA FORMA DE ARREGLARLO ES NO HACERLO.

residuos humanos , agrícolas y mineros de los principales ríos del Atlán tico Norte y una mayor cantidad de CO2 en el aire.

El sargazo es una especie acostumbrada a ser un biofiltro marino capaz de alimentarse de los nutrientes que encuentra y muy sensible a la temperatura para su reproducción. Por lo tanto, la suma de estos dos ele mentos ha incrementado exponencialmente el crecimiento del sargazo que ha llegado a duplicarse cada semana.

Por ello la hiperabundancia del alga se atribuye fundamentalmente a la acción del ser humano, tanto en lo relativo al cambio climático y gases de efecto invernadero, como por los potentes químicos agrícolas que llegan al agua.

Atender las causas de las arribazones es el primer paso para lograr una solución a largo plazo al problema.

El segundo punto que requiere un mayor análisis es el de la potencial valorización del alga. Si la consideramos como un residuo y la presenta mos como un producto indeseable de los océanos que, por su rapidez de putrefacción genera metano y ácido sulfhídrico, atrae vectores , genera lixiviados y trae metales pesados. Definitivamente,la gestión de sargazo se revela como una tarea prácticamente imposible de atender.

En estos momentos, hay más estudios publicados que rechazan las opciones de aprovechamiento del sargazo. Como consecuencia, su industrialización no se convierte en una solución razonable en el marco de la economía circular.

Como aspectos potenciales de utilización, se ha planteado que el sar gazo pueda ser utilizado como material de construcción o decoración, bioenergéticos (biometano, carbón vegetal, bioetanol) , alimento balan ceado, bioestimulante o extracción de compuestos farmacobiológicos.

JUAN MESTRE 69A VECES EL PROBLEMA ES SER HUMANOS.

vida arte cultura entendiendo el sargazo

En cualquiera de estos dos elementos la premisa ha sido más el “por qué no” que el "cómo si”.

Para ello debemos de partir de que en la Naturaleza todo sirve. Las algas tienen alginatos, vitaminas y minerales, polisacáridos y monosa cáridos que han formado, por millones de años, parte beneficiosa para el ecosistema planetario. La presencia de elementos adversos como los me tales pesados. (Inter alia Miranda, J. L. L.,. Commercial potential of pela gic Sargassum spp. en Mexico. Frontiers in Marine Science).

Los que queremos entender a la naturaleza partimos de tres premisas:

1. Equilibrio: Si en el planeta hay un exceso, siempre hay un proceso de auto regulación que equilibra la ecuación. Es decir más Co2, más tempe ratura y más nutrientes provocan más sargazo que los equilibre.

2. Generosidad: Lo que la naturaleza nos da es ser positivo. Aproxima damente dos terceras partes de nuestro oxígeno procede del océano y el sargazo es un excelente generador, además de un magnífico biofiltro. La mayor parte de sus compuestos y nutrientes como alginatos, fucoidano, galactosa, manitol o celulosa , tienen un potencial enorme.

3. Valor: para nuestro planeta nada es basura , simplemente hay que encontrar quien pueda aprovechar lo que unos consideran un residuo. Por ende el sargazo tiene que ser aprovechado como tal.

Independientemente de los retos que, como sociedad, aún no hemos podido resolver y que son relativos a cuestiones de ordenamiento social y ecológico, las comunidades afectadas del caribe, hemos tenido avances en materia de gestión de sargazo.

También quedan grandes retos que requieren ser abrodados de manera urgente y que, para concluir, hay que plantearlos en forma de agenda.

70 INTERESANTE. TODA UNA COMUNIDAD PARA APROVECHAR EL SARGAZO COMO RECURSO.

a) Atender el Sargazo de forma internacional con la cooperación de todos los países afectados.

b) Generar una regulación para su gestión y aprovechamiento

c) Atender la causas de la excesiva proliferación de sargazo correlativas al cambio climático.

d) Apoyar a los empresarios y emprendedores que están generando iniciativas de economía circular al respecto.

e) Fomentar una investigaci´pon positiva y propositiva que permita aprovechar el sargazo y superar los posibles obstáculos científicos.

f) Promover una visión social de la situación para que las comunidades con menos posibilidades económicas puedan contar con los recursos tec nológicos necesarios.

La crisis del sargazo es un perfecto ejemplo de cómo el ser humano entiende hoy su relación con la naturaleza. Por un lado, no asumimos la potencial responsabilidad de que se haya generado el problema, partien do de la negación y la irresponsabilidad. Por otro lado, no proponemos las acciones necesarias para que, de manera colectiva y responsable, poda mos lograr el cambio necesario.

Afortunadamente hay muchas iniciativas de la sociedad civil y de los emprendedores que han empezado a dimensionar la situación desde otra perspectiva y , de esta manera, llegar a mejores resultados.

El reto sigue y es una gran oportunidad para que el divorcio que tene mos con los océanos pueda transformarse en amor.

JUAN MESTRE 71ME HA HECHO PENSAR TODO EL DÍA EN LA FRASE “LA CRISIS DE LO NATURAL”

Nuevo legado para el Huila

V A C

V I D A A R T E

El Huila se alista para debutar ante el mundo en el mercado cine matográfico, gracias al impulso creativo de personas interesadas en la producción audiovisual, se llevará a cabo en el municipio de Acevedo el rodaje de “La concepción”, película que buscará exaltar la realidad mágica de la región tras enseñar la idiosincrasia y realidad de una familia campesina mediante la exaltación de su cultura cafetera y artesanal, y que por su apuesta colaborativa a nivel de producción enseñará al país que vale la pena invertir en cultura. La apuesta fílmica está dirigida por el artista transdisci plinar Emilio Fernando Rojas y producida por el empresario Miguel Patiño Charry, quienes además del equipo creativo conso lidado, cuentan con un elenco 100% aceveduno. & C U L T U R A

MONEDAS DE LA SOSTENIBILIDAD

El artista Fernando Botero consolidó su reconocimiento, además de su innegable trabajo artístico,  debido a la reproducción de cientos de afiches. Esto despertó el interés de los espectadores: los afiches eran el gancho, detrás de ellos estaban las exposiciones de sus pinturas y esculturas. Los grabados de Alberto Durero en el siglo XV desempeñaron un papel similar, permitieron la repro ducción en masa de las ilustraciones. El acercamiento a un mayor número de espectadores constituyó una inno vación que, siglos después, compartió la radio y, después, el cine.

En este siglo XXI, regido por la tecnología, ha llegado una nueva expresión artística: el NFT. Podemos decir que es la evolución de las piedras labradas, de las pinturas de las cavernas, de plasmar colores en telas, de grabar e impri mir en papeles. El NFT es ahora nuestra galería de arte. Se encuentra al acceso de quienes estén dispuestos a pagar por una imagen que ya no se cuelga en nuestras salas o se guarda en el gabinete, sino que se exhibe en una pantalla.

Todo este proyecto comenzó con la iniciativa de Carlos, nuestro amigo y director, de crear una moneda digital que fuera sostenible e hiciera contrapeso a la contami nación y consumismo que está destruyendo los recursos naturales, ecosistemas, nichos, ríos, el agua y el aire que respiramos. Qué mejor forma de hacer esto posible que por medio del arte.

Así que para poner manos a la obra, nos encontramos junto a Omar Casteñeda, artista plástico y director de Food of War, para crear una moneda que represente lo más valioso para nosotros los seres humanos: la naturale za y su sostenibilidad.

En el proceso creativo, entre bitácoras planeadas en San Felipe, concordamos en el valor artístico de los Nfts, y pusimos manos a la obra. Entre reuniones virtuales y coordinando rutinas y diferencias de horarios entre Lon dres y Bogotá, se lograron bitácoras creativas virtuales, de composición y desarrollo final de las monedas.

Se propuso la creación de una criptomoneda que se caracterizaría por tener el mínimo impacto de gases. Esto solo podría ser posible creando su primer modelo a escala real. El artista representó la idea de la moneda, que fue la base de diseño de la serie de monedas NFT que verán a continuación. Cada una de ellas representa los parajes y paisajes más representativos de nuestro país, también representa los elementos más valiosos como los frailejones, el agua, y la magia intrínseca que emana cada una de ellas.

Su representación en forma de amuletos nos recuerda lo valioso, como poseedores de estos tesoros debemos cuidarlos y valorarlos.

Las siglas del NFT hacen referencia a los Non fungible tokens, es decir, literalmente un token no fungible. En el ámbito virtual, se conoce como un pase, o una boleta casi indestructible.

Este token con cualidades únicas por su cifrado puede representarse en casi cualquier medio artístico digital. Esas cualidades únicas, asegura que cada creación es irrepetible y puede ser canjeada y distribuida en una red de participantes llamada blockchain. Pensemos en una blockchain como pequeños planetas con sus propias paises, alianzas, terrenos, transacciones y monedas que hacen parte, junto a otros planetas de un gran universo o METAverso. ¿Un poco loco no? Pero debido a que los límites de nuestra virtualidad humana se han desdibuja do, la migración de la Web 2.0 a la 3.0 es un hecho.

Así que esta es nuestra invitación a aquellos cibernautas a que saquen sus ojos de la pantalla y vean, por medio de estas monedas, los tesoros tangibles que debemos preservar y visitar de nuestro país y del mundo.

EQUIPO

SOMOS GANADORES!

la Beca de

de las

2022 con el proyecto

Afro. Una nueva forma de ver”

Del 23 al 30 nov

VAC Vida Arte y Cultura estará cubriendo la muestra de Cine Afro 2022, la riqueza cinematográfica inundará la Cinemateca de Bogotá. Noticias Crónicas Reseñas Entrevistas y cine... mucho cine

de
Periodismo
y
Crítica
Artes Audiovisuales
“Cine
¡Los esperamos en noviembre! vidaarteycultura.com Con el apoyo deUn proyecto de

Edición dedicada a la vida...

VIVIMOS LA CULTURA DE OTRA MANERA
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